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Act.15 Catedra
Act.15 Catedra
Un proyecto de aprendizaje solidario es una tarea conjunta que se asume con el propósito de
construir un concepto o propuesta teórica y en el cual se deben atender las siguientes premisas:
La concreción de un concepto está dada por el número de ejemplos que puedan ofrecerse
del mismo y por su relación con situaciones reales.
PRIMERA ETAPA: caracterización de la situación del grupo colaborativo, con respecto a las
demandas del proyecto de aprendizaje solidario.
La concepción del trabajo en grupo es percibido más como una división del trabajo asociado a la
realización de una tarea que como una forma de aprender conjuntamente. “Los estudiantes con
problemas de aprendizaje tienden a delegar el trabajo en los que tienen más éxito y a copiar los
que estos realizan. Los que tienen éxito asumen esta función – generalmente sin estar de acuerdo
con ella – y nunca piensan en la posibilidad de que otros compañeros o compañeras puedan
aportarles algún tipo de conocimiento”1.
Este reconocido problema académico solo puede solucionarse empleando nuevas formas de
actuar en grupo de estudio; “por ejemplo, una de las reglas importantes impulsadas es que no
puede hacerse un trabajo en grupo si antes no se ha hecho un primer esbozo individualmente...
ningún estudiante puede decir que no aporta nada al grupo, al igual que ningún estudiante puede
decir que no aprende nada de sus compañeros y compañeras”2.
La caracterización se relaciona con la identificación del conjunto de aspectos que significan al
grupo colaborativo y el accionar de cada uno de sus integrantes. Es por tanto, el momento para
cuestionar y preguntarse como protagonistas cuáles ocupaciones se ejercen, qué tipo de relación
tienen estas ocupaciones con el concepto que se pretende construir, cuáles conocimientos previos
(referidos a la tarea) tienen los integrantes del grupo, cuáles recursos se tienen en el grupo para
adelantar la tarea, con qué tiempo se dispone para desarrollar la tarea, cómo se desea interactuar,
qué tipo de trabajo se pretende hacer, entre otras.
La caracterización exige, según lo sostenido, la mirada analítica de todos los sujetos involucrados
en el Proyecto, con el único propósito de aprovechar y maximizar el resultado del trabajo
académico. Esta mirada analítica debe realizarse sobre los contextos interno y externo del grupo;
el primero para precisar la praxis de sus miembros, definir los intereses, identificar las necesidades
y establecer paradigmas, enfoques, concepciones y tendencias teóricas por seguir. Y el segundo
para identificar las alternativas y oportunidades que existen en otros medios académicos.
El resultado de esta etapa es el primer producto del proyecto; por eso debe quedar registrada la
evidencia tanto en la discusión en el foro como en el informe del coordinador y en el informe del
relator.
La caracterización, en síntesis, apunta a dos propósitos: priorizar la tarea con todos sus
componentes, especificando lo relevante para el proyecto y para establecer el límite de actuación
de cada participante y concertar las acciones y estrategias que permitan abordar el desarrollo de
las tareas que componen el proyecto.
La elaboración del nuevo concepto produce nuevas significaciones de los conceptos que se
producen individualmente donde se interpretan las propias experiencias y su consecuente impacto
en los entornos micro y macro. En la construcción del concepto se cumplen estas operaciones: la
indagación personal, la contrastación, la interacción, la apropiación, la re-elaboración conceptual.
De esta etapa quedan dos tipos de evidencia: la primera está conformada por los productos de
aprendizaje personal (la conceptualización y la lectura meta- textual) y la segunda, una ponencia
donde se concreta el trabajo del pequeño grupo.
Por el carácter participativo del proyecto, este demanda una decidida actitud de compromiso de los
sujetos involucrados. Los consensos, las argumentaciones y la validación crítica de las
experiencias que se emplean como soportes en la conceptualización requiere de la calificación o
descalificación (por parte de grupo) con respecto a los criterios e indicadores; esta evaluación
apunta al juicio de valor basado en lo esencial del proyecto que se ha expresado en los ejes de su
estructura y en los propósitos que le dan sentido.
En esta etapa es donde se detectan (preventiva y anticipadamente), antes de someter el producto
del Proyecto a juicio externo, dificultades como: la unidimensionalidad; dicho de otra manera, el
compromiso con una sola propuesta teórica; el reduccionismo o limitación del conocimiento a un
correlato objetivo y la descontextualización que no permite surgir un concepto como producto de
múltiples interacciones procesales que facilitan la resignificación del conocimiento; en este sentido
construir es apropiarse de fenómenos y relaciones para proponer alternativas desde lo fenoménico
y lo esencial.