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Subsidio de Adviento 2-2007
Subsidio de Adviento 2-2007
Hosanna
Comisión Arquidiocesana de Música Sagrada y Liturgia
Composición evolutiva
para el Adviento y la Navidad
P
resentamos un arreglo en flores secas para preparar semana a semana la llegada de la luz. Hay que tener en cuenta la
evolución de la composición desde el inicio. La etapa final, el culmen en Navidad (foto 6), ya se ha previsto desde el primer
paso: el 1er Domingo de Adviento (foto 2). Se han dispuesto dos canastas con sus tapas sobre un montón de piedras que
ponen a jugar dos matices y dibujan una cruz en el suelo (foto 1). El primer Domingo (foto 2), el arreglo está ligeramente iluminado
por unas cuantas flores dispuestas en arabesco en el centro -dejando adivinar las siguientes etapas- y por el primer cirio grueso. La
canasta grande queda vacía, en espera, avivando en nosotros el anhelo de Aquel que se acerca.
Cada Domingo está marcado por un nuevo cirio (fotos 3,4,5) y por un nuevo elemento de flores inmortalizadas (sucesivamente:
flores secas en los colores litúrgicos del Adviento) mientras que la floración del Domingo anterior se expande con más flores hasta
desbordar considerablemente las canastas. En Navidad (foto 6), brotan verticalmente unas ramas de pino sin corteza y unas pajas
secas, adornadas con flores blancas entreveradas y con siete cirios largos dispuestos armónicamente, y un cirio grueso en primer
plano. La evolución llega a su término, dejando aparecer una cruz transfigurada y permitiendo adivinar la Resurrección: “¡Gloria en el
cielo, paz en la tierra!
Los materiales
Flores secas blancas
Cardos azules
Botones de oro
Hierbas y ramas secas
Dos canastas con sus tapas
Piedras
Tres cirios gruesos
Siete cirios largos
d z s
a k k k k i
ca - sa del Se - ñor."
a 4k kk
Que en sus dí - as flo - rez - ca la jus - ti - cia, y la paz a - bun - de e - ter - na - men - te, y la
dd s
a kz k k k k k k jz
paz a - bun-de e-ter-na - men-te.
a 4 k k kz k k
Ven, Se - ñor, ven a sal - var-nos.
P
ara entender el Adviento-Navidad se requieren
tres actitudes fundamentales:
EL "HOY" DE LA SALVACIÓN
Este "hoy" forma parte de la teología del Adviento-
Navidad. No se nos anuncia una utopía que cualquiera sabe
cuándo se cumplirá. Adviento-Navidad es un tiempo para el
compromiso de hacer realidad aquí y ahora el reino de la
justicia, la paz y la armonía universal que Isaías anunció para
los tiempos mesiánicos y Jesús inauguró con su estilo
obediente y fiel a la voluntad de Dios Padre.
Adviento-Navidad impulsa a crear la "tierra nueva", donde
"no habrá muerte, ni llanto, ni dolor... ni habrá lugar para
asesinos, lujuriosos, idólatras, mentirosos" (Ap 21,4.8). Así se
está haciendo realidad la esperanza.
Por eso es tiempo de renovación y conversión. Es una
fuerte motivación a situarse en la dinámica grande y saludable
que dimana del Evangelio. Una dinámica que provoca
opciones responsables de levantar la vida y alentar los
ánimos, que ilumina para vislumbrar horizontes y creer que es
posible la superación en todo y en todos.
Sólo así tiene sentido celebrar la Navidad; de otro modo
sería como una chapuza. O nos lleva a una mayor conciencia
de nuestra vocación como seguidores de Jesús o
desaprovecharemos esta "ocasión" extraordinaria de gracia.
Teología del Adviento - Navidad
EL DON DE DIOS
Navidad es un gran don. Dios se nos ha dado del todo y para siempre; se autorregala, se ofrece por
medio de Jesús: "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único" (Jn 3,16). No se puede celebrar
adecuadamente la Navidad sin sentimientos y actitudes de comunión.
Jesús es un regalo de altísima calidad, el Dios hecho hombre ideal, por medio del cual Dios nos salva.
Es la referencia divino-humana que se nos ha dado para contrastar lo que somos y hacemos. Es el hombre
nuevo, elegante de espíritu, comprometido y fiel, que ha pasado por la vida haciendo el bien. Comporta
una alternativa de humanidad que jamás podrá ser eliminada.
Jesús es Emmanuel (Dios-con-nosotros), la compañía y comunicación de Dios más humanas
posibles. Nosotros, que contemplamos el misterio de Navidad desde la dilatada historia de la Iglesia,
podemos afirmar que Jesús es mensajero y alianza, redentor y testigo, luz, camino, verdad, vida,
resurrección... y un sinfín de símbolos de profundo calado humano.
Toda Navidad cristiana recuerda y actualiza esta cita importante: Dios quiere encontrarse con
nosotros, ha venido a nuestro encuentro porque está empeñado en salvarnos: "En la Palabra había vida, y
la vida era la luz de los hombres" (Jn 1,4). Ahora depende de nosotros acoger y aprovechar este gesto
generoso.
Por consiguiente, Navidad es ocasión para no perderse en simples emociones infantiles, sino para
considerar en bloque todo el gran regalo de Jesús, brotado del amor entrañable y misericordioso de Dios
Padre, para el hoy y el mañana de la humanidad.
Por ello, Navidad es también reto: nos recuerda que la Redención sigue. .. Para realizarla aquí y ahora
Dios cuenta con nosotros.
- El juicio del Reino tiene una medida: la solidaridad (Mt 25,31-46). Colaboramos en la construcción del
Reino si estamos humanizando la tierra y fraternizando la sociedad.
- El Reino de Dios es un tesoro, que no se debe reservar por ningún motivo; al contrario, es como una
semilla que hay que sembrar y después cuidar para que dé fruto y alcance a todos; es como la levadura que
hemos de meter en la masa para que todo fermente.
- El Reino de Dios no se confunde con la Iglesia, sino que ésta es una mediación para que el Reino de Dios
irrumpa y se desarrolle. Al final la Iglesia acabará, pero el Reino de Dios quedará... y en plenitud.
- El juicio del Reino tiene una medida: la solidaridad (Mt 25,31-46). Colaboramos en la construcción del
Reino si estamos humanizando la tierra y fraternizando la sociedad.
- El Reino de Dios es un tesoro, que no se debe reservar por ningún motivo; al contrario, es como una
semilla que hay que sembrar y después cuidar para que dé fruto y alcance a todos; es como la levadura que
hemos de meter en la masa para que todo fermente.
- El Reino de Dios no se confunde con la Iglesia, sino que ésta es una mediación para que el Reino de Dios
irrumpa y se desarrolle. Al final la Iglesia acabará, pero el Reino de Dios quedará... y en plenitud.