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Métodos de análisis

A) Método del materialismo histórico:

El materialismo histórico es la doctrina del marxismo-leninismo sobre las leyes que rigen la evolución de la Sociedad
humana. El materialismo histórico es la aplicación consecuente de los principios del materialismo dialéctico al estudio de
los fenómenos sociales. Antes de Marx imperaba en la ciencia la interpretación idealista de la historia. La creación de la
teoría del materialismo histórico está vinculada al descubrimiento más grande hecho por Marx en cuanto a la
interpretación de la historia y de los sucesos históricos. “Así como Darwin descubrió la ley de la evolución del mundo
orgánico, Marx descubrió la ley de la evolución de la historia humana; el hecho tan sencillo, pero oculto hasta entonces
bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de
poder hacer política, ciencia, arte, religión, &c.; que por tanto la producción de los medios materiales inmediatos de vida
y, por consiguiente, la correspondiente fase de la evolución económica de un pueblo o de una época son la base sobre la
que se han desarrollado las instituciones estatales, las concepciones jurídicas, el arte y también las ideas religiosas de los
hombres, con arreglo a la que por tanto deben explicarse y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo”.
El materialismo histórico ve en el desarrollo de los modos de producción de los bienes materiales necesarios para la
existencia de los hombres, la fuerza principal que determina toda su vida social, condicionando también la transición de
un régimen social a otro. Sin producir bienes materiales no puede existir ninguna Sociedad. El hombre, con la ayuda de
los instrumentos de trabajo, de la técnica, en el proceso de producción influye sobre la Naturaleza, obteniendo lo
necesario para subsistir. El progreso de la Sociedad depende del perfeccionamiento del proceso de evolución de la
producción material. La historia de la Sociedad humana comienza desde el momento en que el hombre se eleva hasta el
empleo de implementos, convirtiéndose en “un animal que produce instrumentos”. El aumento del dominio que el
hombre ejerce sobre la Naturaleza halla su expresión en la evolución de las fuerzas productivas de la Sociedad. Y con la
evolución de éstas, cambia también el otro aspecto necesario de la producción material: las relaciones de los hombres
en el proceso de la producción, las relaciones de producción; cambia el régimen económico-social. El cambio de
las formaciones económico-sociales en la historia (el régimen de comunismo primitivo, el régimen esclavista, el feudal,
el burgués, el socialista) es, ante todo, la substitución de unas relaciones de producción por otras más progresistas. Este
cambio es siempre la consecuencia, necesaria y sujeta a leyes, de la evolución de las fuerzas productivas de la Sociedad.
El afianzamiento de las nuevas relaciones de producción suele tener lugar con el derrocamiento revolucionario de las
viejas relaciones de producción. Los méritos más grandes de la teoría del materialismo histórico de Marx radican, por
consiguiente, en haber puesto ante todo, su atención en las condiciones objetivas de la producción material, en las leyes
económicas que rigen la vida de la Sociedad y que son el fundamento de toda la actividad histórica de los hombres.
Gracias a la teoría de Marx, “el caos y la arbitrariedad que imperaban en las opiniones sobre la historia y sobre la política
dejaron el puesto a una teoría científica asombrosamente compleja y armónica, que revela cómo de un sistema de vida
social, al crecer las fuerzas productivas, se desarrolla otro más alto, cómo de la servidumbre de la gleba, por ejemplo,
nace el capitalismo”. Descubrir en la producción material el verdadero fundamento de toda la vida y de la evolución de
la Sociedad, permitió comprender por vez primera el gran papel creador que las masas populares y trabajadoras
desempeñan en la historia. La historia de la evolución social fue comprendida por primera vez como “la historia de los
propios productores de bienes materiales, la historia de las masas trabajadoras, que son el factor fundamental del
proceso de producción y las que llevan a cabo la producción de los bienes materiales necesarios para la existencia de la
sociedad. Esto quiere decir que la ciencia histórica, si pretende ser una verdadera ciencia, no debe seguir reduciendo la
historia del desarrollo social a los actos de los reyes y de los caudillos militares, a los actos de los “conquistadores” y
“avasalladores” de Estados, sino que debe ocuparse, ante todo, de la historia de los productores de los bienes
materiales, de la historia de las masas trabajadoras, de la historia de los pueblos”. En dependencia del modo de
producción existente, de la existencia material de la Sociedad, se estructura también un determinado carácter histórico
de todo el régimen social, de las instituciones políticas, la manera de pensar de los hombres, sus concepciones, ideas y
teorías. La existencia social determina la conciencia social. No es posible comprender correctamente la esencia de las
instituciones políticas, de las ideas y teorías, si se pierde de vista la base material de su origen: la estructura económica
de la vida de la Sociedad. No se puede comprender por qué en una época determinada nacen unas instituciones e ideas,
y otras en distinta época, si se toman como punto de partida las propias instituciones e ideas y no el modo de
producción. Por ejemplo, las formas del Estado explotador (el Estado esclavista, feudal y capitalista) siempre
dependieron de la división de la sociedad en clases: esclavistas y esclavos, feudales y siervos, burgueses y proletarios.
También las formas de la conciencia social (las concepciones políticas, la filosofía, la ciencia, la religión, &c.), dependen
siempre, en última instancia, de las relaciones de producción imperantes entre los hombres, formas que cambian
radicalmente al cambiar el modo de producción, al cambiar el régimen económico. Al explicar el origen y la dependencia
de las instituciones políticas, ideas y teorías respecto del modo de producción, la teoría del materialismo histórico no
niega, ni mucho menos, la importancia de las primeras en la vida de la Sociedad. Al contrario, el materialismo histórico
subraya su enorme papel social. Y con ello, difiere de raíz del materialismo económico). Una vez surgidas, las
instituciones e ideas políticas y sociales se convierten en una fuerza que influye sobre las propias condiciones que las
habían engendrado. Actúan como fuerzas reaccionarias al servicio de los sectores y clases atrasados de la Sociedad,
frenan el desarrollo social; o bien, sirviendo a las clases avanzadas y revolucionarias, impulsan ese desarrollo. El
materialismo y el historicismo consecuentes están íntima e indisolublemente unidos en la teoría del materialismo
histórico. Por eso, precisamente, con el descubrimiento de la teoría del materialismo histórico, la ciencia social se ha
convertido por vez primera en la auténtica ciencia sobre las leyes que rigen la evolución de la Sociedad humana.
Materialismo histórico, o concepción materialista de la historia Doctrina del marxismo-leninismo sobre las leyes del
desarrollo de la sociedad humana. El materialismo histórico es una consecuente extensión de las afirmaciones del
materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos sociales. Hasta Marx, en la ciencia dominaba una concepción
idealista de la historia. La formación de la teoría del materialismo histórico está relacionada con el gran descubrimiento
hecho por Marx en la interpretación de la historia y de los acontecimientos históricos.

“A semejanza de cómo Darwin descubrió la ley del desarrollo del mundo orgánico, Marx descubrió la ley del desarrollo
de la historia humana, aquel simple hecho, oculto hasta los últimos tiempos por las acumulaciones ideológicas, de que
los hombres deben comer, beber, tener vivienda y vestirse, antes de estar en condiciones de ocuparse de política,
ciencia, arte, religión, &c.; de que, por consiguiente, la producción de los medios materiales inmediatos de la existencia
y, con eso mismo, cada etapa dada del desarrollo económico de un pueblo o de una época, forman la base sobre la cual
se desarrollan las instituciones estatales, los conceptos jurídicos, el arte y hasta las representaciones religiosas de
determinados hombres, por medio de cuya base debe ser todo ello explicado, y no al revés, cual se hacía hasta el
presente”.

El materialismo histórico ve en el desarrollo de la producción de los bienes materiales necesarios para la existencia del
hombre, la fuerza principal que determina toda la vida social de los hombres y condiciona la transición de un régimen
social a otro. Ninguna sociedad puede existir sin producir bienes materiales. Con la ayuda de los instrumentos de
trabajo, de la técnica, el hombre, en el proceso de la producción, actúa sobre la naturaleza y obtiene los objetos
necesarios para la vida. De la perfección y desarrollo de la producción material, depende el progreso de la sociedad.
Desde el tiempo en que el hombre se elevó hasta el uso de los instrumentos y se convirtió en “animal que hace
instrumentos”, comienza la historia de la sociedad humana.

En el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad, encuentra su expresión el aumento del dominio del hombre
sobre la naturaleza. Con el desarrollo de las fuerzas productivas cambia, también, la segunda parte necesaria de la
producción material: las relaciones en que entran los hombres en la producción, las relaciones de producción; así mismo
cambia el régimen económico social. El cambio de las formaciones económico-sociales en la historia –el régimen
comunista primitivo, el esclavista, el burgués, el socialista– es, ante todo, el cambio de unas relaciones de producción
por otras, más progresistas. Este cambio es siempre un efecto necesario sujeto a leyes, del desarrollo de las fuerzas
productivas de la sociedad. El afianzamiento de las nuevas relaciones de producción y de los regímenes económicos que,
necesariamente aparecen con el desarrollo de las fuerzas productivas, se origina ordinariamente, por vía de un
derrocamiento revolucionario de las viejas relaciones de producción.

El extraordinario mérito de la teoría del materialismo histórico de Marx, consiste, por consiguiente, en que esta teoría,
ante todo, fijó su atención sobre las condiciones objetivas de la producción material, las leyes económicas de la vida de
la sociedad, que son la base de toda la actividad histórica de los hombres. Gracias a la teoría de Marx, “el caos y la
arbitrariedad imperantes hasta entonces, en los conceptos sobre la historia y la política, fueron sustituidos por una
teoría asombrosamente sólida, armónica y científica que demuestra cómo de un sistema de vida social, a consecuencia
del aumento de las fuerzas productivas, se desarrolla otro, más elevado: de la servidumbre de la gleba, por ejemplo,
surge el capitalismo” (Lenin).

El descubrimiento, en la producción material, de la verdadera base de toda la vida y desarrollo de la sociedad, permitió
comprender en la historia por vez primera el gran papel creador de las masas populares, de los trabajadores. La historia
del desarrollo social se entendió, por primera vez como “historia de los propios productores de bienes materiales;
historia de las masas trabajadoras, que son las fuerzas fundamentales del proceso de la producción y realizan la
producción de los bienes materiales, necesarios para la existencia de la sociedad. Eso quiere decir, que la ciencia
histórica, si pretende ser una verdadera ciencia, no puede seguir reduciendo más la historia del desarrollo social, a los
actos de los reyes y de los jefes militares, a los actos de los conquistadores y avasalladores de Estados, sino que debe
ocuparse, ante todo, de la historia de los productores de los bienes materiales, de la historia de las masas trabajadoras,
de la historia de los pueblos” (Curso de historia).

Dependiendo del modo de producción existente, de la vida material de la sociedad, se forma un determinado carácter
histórico de todo régimen social, de las instituciones políticas, de la forma del pensamiento de los hombres, sus
conceptos, ideas y teorías. La existencia social determina la conciencia social. No se puede comprender justamente la
esencia de las instituciones políticas, de las ideas y de las teorías, si se olvida la base material de su origen: el
ordenamiento económico de la vida de la sociedad.

No se puede comprender por qué en una época nacen unas instituciones e ideas y, en otra, otras, si se parte de ellas
mismas y no de los modos de producción. Las formas, por ejemplo, del estado explotador (esclavista, feudal, capitalista),
han dependido, siempre, de la división de la sociedad en clases: amos y esclavos, señores y siervos, burguesía y
proletariado. Las formas de la conciencia social (los conceptos políticos, la ciencia, la religión, &c.), también dependen
siempre, en definitiva, de las relaciones de producción dominante entre los hombres, y cambian, de modo radical, con
las transformaciones en el modo de producción y en los regímenes económicos.

Explicando el origen y la dependencia de las instituciones políticas, ideas y teorías, del modo de producción, la teoría del
materialismo histórico de ninguna manera niega su importancia en la vida de la sociedad. Con esto, el materialismo
histórico difiere, de raíz del materialismo económico (ver). Una vez surgidas, las instituciones e ideas políticas y sociales
se convierten, ellas mismas, en una fuerza que actúa sobre las condiciones que las han engendrado. Ellas, o detienen el
desarrollo social, como fuerzas reaccionarias que sirven a las capas y clases atrasadas de la sociedad, o impulsan ese
desarrollo adelante, sirviendo a las clases revolucionarias avanzadas. El materialismo y el historicismo consecuentes
están unidos, estrecha e indisolublemente, en la teoría del materialismo histórico. Precisamente por eso, con el
descubrimiento de la teoría del materialismo histórico, la ciencia social, por vez primera, se convirtió en una auténtica
ciencia de las leyes del desarrollo de la sociedad humana.

Base y superestructura:

Según la teoría marxista, la base o infraestructura es la base material de la sociedad que determina la estructura social,
el desarrollo y el cambio social. 1 Incluye las fuerzas productivas y las relaciones de producción. De ella depende
la superestructura, es decir, el conjunto de elementos de la vida social dependientes de la base o infraestructura, como
por ejemplo: las formas jurídicas, políticas, artísticas, filosóficas y religiosas de un momento histórico concreto. Los
aspectos estructurales se refieren a la organización misma de la sociedad, las reglas que vinculan a sus miembros, y el
modo de organizar la producción de bienes.

Superestructura: La tesis básica del materialismo histórico es que la superestructura (en alemán: Überbau) depende de


las condiciones económicas en las que vive cada sociedad, de los medios y fuerzas productivas (infraestructura). La
superestructura no tiene una historia propia, independiente, sino que está en función de los intereses de clase de los
grupos (clase/s dominante/s) que la han creado. Los cambios en la superestructura son consecuencia de los cambios en
la infraestructura. Esta teoría tiene importantes consecuencias:

 Por un lado, la completa comprensión de cada uno de los elementos de la superestructura sólo se puede realizar
con la comprensión de la estructura y cambios económicos que se encuentran a su base.

 Por otra parte, la idea de que -en última instancia- no es posible la independencia de la mente humana, del
pensamiento, respecto de las condiciones materiales específicas en las cuales se está inmersa la sociedad, afirma
el determinismo advenido por factores de índole externa.
Infraestructura: Las tesis marxistas de la infraestructura (en alemán: Basis) son las siguientes:

 Es el factor fundamental del proceso histórico y determina -en última instancia- el desarrollo y cambio social;
dicho de otro modo, cuando cambia la infraestructura, cambia el conjunto de la sociedad (las relaciones sociales, el
poder, las instituciones y el resto de elementos de la superestructura). Por cierto, esto no es automático, ni
mecánico, ni instantáneo, sino que es un factor que tiende a establecer paulatinamente condiciones de
irreversibilidad en cada tiempo histórico.

 La componen los medios de producción (recursos naturales más medios técnicos) y la fuerza del trabajo (los
trabajadores). Juntos constituyen las fuerzas productivas, que estarán controladas -a veces frenadas- por las
relaciones de producción (los vínculos sociales que se establecen entre las personas a partir del modo en que éstas
se vinculan con las fuerzas productivas, como por ejemplo las clases sociales).

 Hay periodos históricos en los que la estructura social (las relaciones de producción) frena el desarrollo de las
fuerzas productivas. La prolongación de esos periodos no significa una estabilización, ni siquiera un estancamiento,
de las condiciones de existencia social; por el contrario, se verifican retrocesos más o menos severos, y tienden a
reaparecer contradicciones y limitaciones que al inicio de período se consideraban definitivamente superadas (por
ejemplo, en los inicios del siglo XXI se verifican crecientes casos de esclavitud y tráfico de seres humanos, males que
a fines del s. XIX estaban superados en casi todo el mundo).

Sociedad y naturaleza:

Materialismo histórico, o concepción materialista de la historia: Doctrina del marxismo-leninismo sobre las leyes del
desarrollo de la sociedad humana. El materialismo histórico es una consecuente extensión de las afirmaciones del
materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos sociales. Hasta Marx, en la ciencia dominaba una concepción
idealista de la historia. La formación de la teoría del materialismo histórico está relacionada con el gran descubrimiento
hecho por Marx en la interpretación de la historia y de los acontecimientos históricos.

“A semejanza de cómo Darwin descubrió la ley del desarrollo del mundo orgánico, Marx descubrió la ley del desarrollo
de la historia humana, aquel simple hecho, oculto hasta los últimos tiempos por las acumulaciones ideológicas, de que
los hombres deben comer, beber, tener vivienda y vestirse, antes de estar en condiciones de ocuparse de política,
ciencia, arte, religión, &c.; de que, por consiguiente, la producción de los medios materiales inmediatos de la existencia
y, con eso mismo, cada etapa dada del desarrollo económico de un pueblo o de una época, forman la base sobre la cual
se desarrollan las instituciones estatales, los conceptos jurídicos, el arte y hasta las representaciones religiosas de
determinados hombres, por medio de cuya base debe ser todo ello explicado, y no al revés, cual se hacía hasta el
presente” (Engels).

El materialismo histórico ve en el desarrollo de la producción de los bienes materiales necesarios para la existencia del
hombre, la fuerza principal que determina toda la vida social de los hombres y condiciona la transición de un régimen
social a otro. Ninguna sociedad puede existir sin producir bienes materiales. Con la ayuda de los instrumentos de
trabajo, de la técnica, el hombre, en el proceso de la producción, actúa sobre la naturaleza y obtiene los objetos
necesarios para la vida. De la perfección y desarrollo de la producción material, depende el progreso de la sociedad.
Desde el tiempo en que el hombre se elevó hasta el uso de los instrumentos y se convirtió en “animal que hace
instrumentos”, comienza la historia de la sociedad humana.

En el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad, encuentra su expresión el aumento del dominio del hombre
sobre la naturaleza. Con el desarrollo de las fuerzas productivas cambia, también, la segunda parte necesaria de la
producción material: las relaciones en que entran los hombres en la producción, las relaciones de producción; así mismo
cambia el régimen económico social. El cambio de las formaciones económico-sociales en la historia –el régimen
comunista primitivo, el esclavista, el burgués, el socialista– es, ante todo, el cambio de unas relaciones de producción
por otras, más progresistas. Este cambio es siempre un efecto necesario sujeto a leyes, del desarrollo de las fuerzas
productivas de la sociedad. El afianzamiento de las nuevas relaciones de producción y de los regímenes económicos que,
necesariamente aparecen con el desarrollo de las fuerzas productivas, se origina ordinariamente, por vía de un
derrocamiento revolucionario de las viejas relaciones de producción.

El extraordinario mérito de la teoría del materialismo histórico de Marx, consiste, por consiguiente, en que esta teoría,
ante todo, fijó su atención sobre las condiciones objetivas de la producción material, las leyes económicas de la vida de
la sociedad, que son la base de toda la actividad histórica de los hombres. Gracias a la teoría de Marx, “el caos y la
arbitrariedad imperantes hasta entonces, en los conceptos sobre la historia y la política, fueron sustituidos por una
teoría asombrosamente sólida, armónica y científica que demuestra cómo de un sistema de vida social, a consecuencia
del aumento de las fuerzas productivas, se desarrolla otro, más elevado: de la servidumbre de la gleba, por ejemplo,
surge el capitalismo” (Lenin).

Materialismo histórico o concepción materialista de la historia: Extensión de los principios del materialismo dialéctico al
estudio de la vida social; aplicación de esos principios a los fenómenos sociales; ciencia de las leyes generales de la
evolución social.

Antes de Marx, dominaba en la ciencia la concepción idealista de la historia. La teoría del materialismo histórico es el
fruto del gran descubrimiento que hizo Marx en la interpretación de la historia. “Así como Darwin descubrió la ley del
desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho tan sencillo,
pero oculto hasta él bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo
y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, &c.; que, por tanto, la producción de los medios de vida
inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o de una
época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas
artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse; y no al revés,
como hasta entonces se había venido haciendo” (Engels, “Discurso ante la tumba de Marx”, en Marx/Engels, Obras
escogidas, t. II, p. 155, Ed. esp., Moscú, 1952).

El desarrollo de los modos de producción de los bienes materiales (ver), necesarios a la existencia del hombre, tal es la
fuerza esencial que determina toda la vida social y condiciona el pasaje de un régimen social a otro. Ninguna sociedad
puede existir sin producir bienes materiales. Con ayuda de los instrumentos de trabajo, el hombre obra sobre la
naturaleza y se procura lo que le hace falta. De la evolución de la producción material depende el progreso de la
sociedad. La historia de la sociedad comienza a partir del instante en que el hombre llegó a fabricar y utilizar
instrumentos de producción. Cuanto mayor es el nivel de las fuerzas productivas (ver), mayor es el dominio del hombre
sobre la naturaleza. Conjuntamente con el progreso de las fuerzas productivas, cambia el segundo aspecto de la
producción material: las relaciones de producción (ver), y se transforma el régimen económico y social. Las nuevas
relaciones de producción que surgen sobre la base de las fuerzas productivas y que les corresponden plenamente,
constituyen la condición principal y decisiva que determina el auge continuo e impetuoso de las fuerzas productivas. La
sucesión de formaciones económicas y sociales en la historia (la comuna primitiva, la esclavitud, el feudalismo, el
capitalismo, el socialismo) significa la substitución de relaciones de producción dadas por relaciones de producción más
progresivas. Esta sucesión es siempre la consecuencia necesaria de la ley del desarrollo de las fuerzas productivas de la
sociedad. El establecimiento de nuevas relaciones de producción se efectúa generalmente por medio del derrocamiento
revolucionario de las viejas relaciones.

El mérito de Marx y de Engels, por consiguiente, consiste en haber fijado la atención, ante todo, en las leyes económicas
de la vida social, en las condiciones objetivas de la producción material, base de toda la actividad histórica de los
hombres. Con el materialismo histórico, “…el caos y la arbitrariedad que imperaban en las opiniones sobre la historia y
sobre la política, cedieron su puesto a una teoría científica asombrosamente completa y armónica, que revela cómo de
una forma de vida social se desarrolla, al crecer las fuerzas productivas, otra más alta, cómo de la servidumbre de la
gleba, por ejemplo, nace el capitalismo” (Lenin, “Tres fuentes…”, en Obras escogidas, t. I, p. 67, Ed. esp., Moscú, 1948).

El materialismo histórico terminó de una vez por todas con las teorías idealistas para las cuales la historia de la sociedad
era el resultado de la actividad desordenada y arbitraria de los individuos, la resultante de las voluntades y de los deseos
de los hombres. La evolución de la sociedad, como la de la naturaleza, no está determinada por deseos subjetivos, sino
por leyes objetivas que no dependen ni de la voluntad ni de la conciencia de los hombres. Éstos pueden descubrir las
leyes objetivas, estudiarlas, conocerlas, tenerlas en cuenta en sus actos, utilizarlas en su interés, limitar la acción de
algunas y dar libre curso a otras, pero no pueden modificarlas o abolirlas. Y menos aun, crear nuevas. El inmenso
significado del materialismo histórico, reside en que ha descubierto y explicado las leyes del desarrollo social y que ha
pertrechado así al proletariado y a su partido con el conocimiento de las vías que conducen a la transformación
revolucionaria de la sociedad. Como lo señala Lenin, la concepción materialista de la historia ha reducido las acciones de
los individuos a las acciones de las clases, cuya lucha determina el desarrollo de la sociedad.

La producción material es, pues, el fundamento de la vida y del devenir de la sociedad. Este descubrimiento revela el
gran papel creador de las masas trabajadoras en la historia, y así quedó demostrado que la historia del desarrollo social
es la historia de los productores inmediatos, de las masas trabajadoras, fuerzas esenciales en la producción de bienes
materiales, indispensable a la existencia de la sociedad.

El modo de producción, la vida material de la sociedad condiciona el carácter de un régimen social, de las instituciones
políticas, la mentalidad de los hombres, sus opiniones, sus ideas, sus teorías. La existencia social determina la conciencia
social. Imposible comprender la esencia de las instituciones políticas, de las ideas, de las teorías, si se olvida su origen
material: el régimen económico de la sociedad. Imposible comprender por qué en tal época aparecen tales instituciones
políticas e ideas, por qué en otra época aparecen otras, si se parte de las propias instituciones políticas e ideas, y no de
la base económica (Ver Base y superestructura). La conciencia social –opiniones políticas, concepciones del derecho y
del arte, filosofía, religión y otras formas de ideología– está en función de las relaciones de producción dominantes, y
cambia radicalmente con la transformación de la base, del régimen económico. Aunque mostrando que las instituciones
políticas, las ideas, las teorías, extraen su origen y dependen de la base, la teoría del materialismo histórico no niega en
absoluto la importancia considerable de aquéllas en la vida social. En oposición al materialismo económico que reduce a
nada el papel de las ideas, el materialismo histórico subraya su papel inmenso. Una vez surgidas, las instituciones
sociales y políticas así como las ideas, se convierten ellas mismas en una fuerza que actúa sobre las condiciones que las
han engendrado. O bien frenan el desarrollo social desempeñando el papel de fuerzas reaccionarias que sirven a las
capas y clases retardatarias de la sociedad, o bien contribuyen al progreso sirviendo a las clases avanzadas,
revolucionarias.

Gracias al materialismo histórico, la ciencia de la sociedad se ha convertido en una ciencia exacta comparable a la
biología. El materialismo histórico tiene una gran importancia para la actividad práctica del partido comunista. Para no
equivocarse en política, el partido del proletariado debe fundar su acción no en principios abstractos, los “principios de
la razón humana”, sino en las condiciones concretas de la vida material, en las necesidades reales de la sociedad.

En el prólogo de su obra Contribución a la crítica de la Economía Política, Marx formuló la esencia del materialismo
histórico: “…en la producción de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de
su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus formas
productivas. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real
sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia
social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general.
No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social lo que determina su
conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con
las relaciones de producción existentes, o, lo que no es sino la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad
dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se
convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona,
más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones,
hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que
pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o
filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan
por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar
tampoco a estas épocas de revolución por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia
por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las
relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas
productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las
condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la
humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos
siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales
para su realización” (Marx, Op. cit., en Marx/Engels, Obras escogidas, t. I, p. 332, Ed. esp., Moscú, 1951).

La teoría del materialismo histórico, creada por Marx y Engels, fue desarrollada y enriquecida por Lenin y Stalin, gracias
al análisis de las nuevas condiciones históricas en la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, en la época
de la edificación del socialismo.

Modo de producción
Un Modo de Producción es la forma en que se organiza la actividad económica en una sociedad, es decir, la producción
de bienes, servicios y su distribución.

Marx entendía la capacidad de producir y la participación en relaciones sociales como dos características esenciales del
ser humano, y que la forma particular de esas relaciones en la producción capitalista están en conflicto con el creciente
desarrollo de las capacidades productivas humanas (en los Grundrisse).
Esta teoría está basada en principalmente dos conceptos:

 Fuerzas productivas: Incluyen la fuerza de trabajo humano y el conocimiento disponible a un nivel tecnológico


dado de los medios de producción (v. g. herramientas, equipamiento, edificios, tecnologías, materiales y tierras
fértiles).
 Relaciones de producción: Se refieren a las relaciones sociales y técnicas, las cuales incluyen la propiedad, el
poder y el control de las relaciones que gobiernan los recursos productivos de la sociedad, a veces codificados como
leyes, formas de cooperación y de asociación, relaciones entre las personas y los objetos de su trabajo, y las
relaciones entre las clases sociales.3
El término fue utilizado por primera vez en el libro, inédito en vida de los autores,  La ideología alemana de Karl
Marx y Friedrich Engels. para poder realizar la compra de los equipos de trabajo.

Modo de producción:

Modo de producción se llama el modo de obtener los medios de subsistencia (alimentación, vestido, vivienda,
implementos de trabajo, &c.), necesarios para la vida de los hombres, para que la sociedad humana pueda vivir y
desarrollarse. Las fuerzas productivas de la sociedad (ver) constituyen un aspecto del modo de producción; aspecto que
expresa las relaciones existentes entre los hombres y los objetos y las fuerzas de la Naturaleza que son empleados para
producir los bienes materiales necesarios para la vida. El otro aspecto son las relaciones de producción de los hombres
(ver), las relaciones entre los hombres en el proceso de la producción material, las relaciones que responden a la
pregunta de en posesión de quién se hallan los medios de producción. Cada modo de producción históricamente
determinado (el comunismo primitivo, el régimen esclavista, el feudalismo, &c.) comprende la unidad de las fuerzas
productivas y de sus correspondientes relaciones de producción. El modo de producción constituye la base de todo el
régimen social y determina su carácter. Cada nuevo modo de producción denota una fase nueva, superior, en la historia
de la humanidad. “Esto significa que la historia del desarrollo de la sociedad es, ante todo, la historia del desarrollo de la
producción, la historia de las modos de producción que se suceden unos a otros a lo largo de los siglos, la historia del
desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción entre los hombres”

Modo de producción

Concepto que caracteriza un tipo determinado de producción de los medios necesarios para la vida del hombre
(alimentos, ropa, vivienda, instrumentos de producción), que se realiza en formas históricamente condicionadas de
relaciones sociales. El modo de producción es una importantísima categoría del materialismo histórico, ya que
caracteriza la esfera fundamental de la vida social: la de producción de bienes materiales por el hombre, que determina
los procesos social, político y espiritual de la vida en su conjunto. Del modo de producción dependen la estructura de
cada sociedad históricamente determinada y el proceso de su funcionamiento y desarrollo. La historia del desarrollo
social es ante todo la historia del desarrollo y sustitución de los modos de producción, lo cual condiciona el cambio de
los demás elementos estructurales de la sociedad. El modo de producción constituye la unidad de dos factores
interconectados inseparablemente: las fuerzas productivas y las relaciones de producción. El desarrollo de la producción
empieza por el fomento de su aspecto determinante, o sea, de las fuerzas productivas, que en cierto nivel entran en
contradicción con las relaciones de producción, en cuyo marco se habían desarrollado hasta entonces. Esto conduce al
cambio lógico de las relaciones de producción, pues han dejado de ser condición necesaria del proceso de la producción.
El remplazo de las relaciones de producción, que significa la sustitución de la vieja base económica por una nueva, lleva
con la mayor o menor rapidez al cambio de la superestructura y de toda la sociedad. Así pues, los modos de producción
no se remplazan por voluntad de los hombres, sino en virtud de la acción de una ley económica general (Ley de la
correspondencia de las relaciones de producción al carácter y al nivel de desarrollo de las fuerzas productivas). Este
remplazo imprime al desarrollo de toda la sociedad el carácter de proceso histórico-natural de sustitución de las
formaciones socio-económicas. El conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción constituye la
base económica de la revolución social, que realizan las fuerzas progresistas de la sociedad. En las condiciones del modo
de producción comunista, las contradicciones que surgen entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción no
llegan hasta el conflicto, porque la propiedad social sobre los medios de producción determina el interés de toda la
sociedad en el cambio de las relaciones de producción siempre que dejan de corresponder al nuevo nivel de producción.
Apoyándose en el conocimiento de las leyes del desarrollo del modo de producción comunista, el Partido Comunista y el
Estado pueden discernir a su debido tiempo las contradicciones surgidas y trazar las medidas concretas necesarias para
superarlas. Las etapas históricas de desarrollo y sustitución de los modos de producción se reflejan en los conceptos de
modo de producción de la comunidad primitiva, esclavista, feudal, capitalista y comunista. Cada uno de los conceptos
enumerados, que caracterizan a uno u otro modo de producción, deben seguir precisándose para que puedan reflejar la
originalidad histórica de las distintas variantes del mismo tipo de modo de producción (por ejemplo, la esclavitud en la
Grecia y la Roma antigua y en Oriente, la vía prusiana o norteamericana de desarrollo del capitalismo en la agricultura,
los rasgos específicos del socialismo en distintos países, la peculiaridad del desarrollo no capitalista de algunos países,
&c.).

MODO DE PRODUCCIÓN DE LA COMUNIDAD PRIMITIVA: primer modo de producción (ver) en la historia de la


humanidad. La base de sus relaciones de producción era la propiedad colectiva de cada comunidad (ver) sobre los
medios de producción, tipo de propiedad que correspondía a las fuerzas productivas primitivas, sin desarrollar. La
debilidad del hombre aislado y la imposibilidad de producir y luchar con la naturaleza individualmente requerían que la
propiedad sobre los medios de producción y el trabajo fuesen colectivos. La cooperación simple de los hombres
primitivos aparecía como una nueva fuerza productiva. El trabajo del hombre no creaba excedentes por encima del
mínimo vital necesario, la distribución de los productos era igualitaria. En consecuencia, no se daban ni la desigualdad de
bienes, ni las clases ni la explotación del hombre por el hombre, no había Estado. En el desarrollo del modo de
producción de la comunidad primitiva, que representa el período más largo de la historia de la humanidad, se distingue
la época de la horda primitiva, durante la cual el hombre aprendió a hacer sencillísimos instrumentos de piedra y a
obtener el fuego. Al incrementarse las fuerzas productivas, surgió la división natural del trabajo por el sexo y la edad. La
horda primitiva pasa a ser la organización gentilicia de la sociedad. La gens constituía un grupo de hombres que
constaba, al principio, de unas decenas de individuos enlazados por vínculos de parentesco consanguíneo en línea
materna. En determinada fase, fue la mujer la que ocupó una situación dominante en la comunidad gentilicia
(matriarcado); sin embargo, en el decurso del ulterior desarrollo de la economía y de la familia la situación dominante
pasó al hombre (patriarcado). Varias geas se unían en una tribu. El progreso de la ganadería, de los oficios y de la
agricultura condujo al nacimiento de la división social del trabajo (ver), y, en relación con ello, a la aparición del cambio
(ver). El perfeccionamiento gradual de los instrumentos de trabajo, la división del trabajo y el cambio incrementaron la
productividad, lo cual permitió obtener medios de subsistencia con el trabajo individual en haciendas familiares. Ello
condujo a la descomposición de la gens y a la aparición de la comunidad de vecinos. El nacimiento y desarrollo de la
propiedad privada engendró la desigualdad de bienes y, en último término, dio origen a la explotación, o sea, a que unos
hombres se adueñaran de los productos del trabajo de otros hombres. Se dejó de matar a los prisioneros y se les
convirtió en esclavos. El nacimiento de la esclavitud provocó la descomposición total de la comunidad primitiva.
Aparecen la primera división de la sociedad en clases y el Estado. El modo de producción de la comunidad primitiva en
distintos pueblos y en dependencia de las condiciones históricas concretas, cedió su lugar al modo esclavista de
producción (ver) o al modo feudal de producción (ver).

Modo de producción esclavista: De acuerdo al pensamiento marxista, el modo de producción esclavista fue uno de los
modos de organización político-social de las sociedades pre capitalistas. En ellas, la producción era mayormente
desempeñada por personas despojadas de derechos ciudadanos y reducidas a la servidumbre obligatoria, llamados
esclavos.

Este modelo de producción fue ampliamente empleado en las civilizaciones clásicas de Grecia y Roma, y fue en parte
responsable de tanto su florecimiento como su entrada en crisis. No debe confundirse con la esclavitud, que como
fenómeno social existía desde tiempos inmemoriales y continuó existiendo formalmente hasta el siglo XIX.
El modo de producción esclavista es una organización social en la que los esclavos constituyen la principal fuerza de
trabajo y de producción. Sin embargo, los esclavos no reciben remuneración alguna por sus esfuerzos, más allá del techo
y la comida.

En ese sentido, es un modelo de tipo preindustrial, en el que el esclavo no recibe ni siquiera un salario por su trabajo,
pero a la vez sus necesidades mínimas deberán estar cubiertas por el amo.

Modo de producción feudal: En terminología marxista, se conoce como modo de producción feudal (o en términos
llanos: feudalismo), a la organización socio-económica que rigió a la sociedad medieval en Occidente y otras regiones del
mundo.

En estas sociedades, el poder político estaba descentralizado y era ejercido de manera independiente por los señores
feudales: la aristocracia o nobleza que transmitía el poder consanguíneamente, y que era dueña de las tierras
cultivables.

Según las teorizaciones de Karl Marx, el feudalismo antecede históricamente al modo capitalista de producción.
Consistía en una dinámica económica de sumisión y explotación del campesinado por parte de la aristocracia y los
terratenientes.

Sin embargo, los terratenientes también se hallaban en relación de sumisión con un poder político superior, que era la
corona, la cual permitía a los aristócratas la autonomía política en sus territorios feudales, a cambio de lealtad en el
ámbito militar.

Modo de producción capitalista: El modo de producción capitalista es uno de los modos de producción que Marx definió
como estadios del devenir histórico, definidos por un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y una
forma particular de relaciones de producción. Según la teoría marxista, es el siguiente al feudalismo y, en la predicción
del futuro que implicaba el compromiso político de algunos marxistas, su lógica interna le conducirá a su desaparición y
sustitución por el comunismo.1

Mientras que en la bibliografía no marxista el capitalismo suele definirse como un sistema económico, para el
materialismo histórico, el capitalismo es un modo de producción, es decir, un régimen social o totalidad social.

Modo de producción del Socialismo: Este artículo habla sobre el socialismo como una etapa histórica evolutiva del
desarrollo de la Teoría marxista. Para socialismo como sistema económico véase Socialismo. Para el socialismo como
una metodología para el análisis de la sociedad y la economía en la teoría marxista, véase como Socialismo científico.

En la teoría marxista, el socialismo es una de las fases que lleva al establecimiento del comunismo, según la teoría del
materialismo histórico, sustituye al capitalismo para llevar al comunismo.

El socialismo se define como un modo de producción donde el criterio para la producción económica es el Valor de uso,
y se basa directamente en la Producción para el uso coordinado a través de la Planificación económica, donde la Ley del
valor ya no dirige a la actividad económica y monetaria, por ende las relaciones en forma de Valor de cambio, Ganancia,
Interéses y el Trabajo Asalariado ya no funcionan. Los ingresos se distribuyen de acuerdo a la Contribución individual de
cada uno. Las relaciones sociales del socialismo se caracterizan porque la clase obrera tiene el control de los Medios de
producción y de los medios de subsistencia a través de la propiedad social, por lo que el Excedente Social repercute en la
clase obrera o a la sociedad en conjunto.
Aunque Karl Marx y Friedrich Engels escribieron muy poco sobre el socialismo y no dieron ningún detalle sobre cómo
podría organizarse, los numerosos economistas neoclásicos y marxistas utilizaron la teoría de Marx como base para
desarrollar sus propios modelos y propuestas de sistemas Económicos Socialistas.

B) Método dialectico: La dialéctica —del griego διαλεκτική (dialektikḗ), τέχνη (tékhnē), literalmente: técnica de la
conversación; con igual significado, en latín (ars) dialectica— es una rama de la filosofía cuyo ámbito y alcance
han variado significativamente a lo largo de la historia.

Originariamente designaba un método de conversación o argumentación análogo a lo que actualmente se llama lógica.
En el siglo XVIII el término adquirió un nuevo significado: la teoría de los contrapuestos en las cosas o en los conceptos,
así como la detección y superación de estos contrapuestos.

De manera más esquemática puede definirse la dialéctica como el discurso en el que se contrapone una determinada
concepción o tradición, entendida como tesis, y la muestra de los problemas y contradicciones, entendida como
antítesis. De esta confrontación surge, en un tercer momento llamado síntesis, una resolución o una nueva comprensión
del problema. Este esquema general puede concretarse como la contraposición entre concepto y cosa en la teoría del
conocimiento, a la contraposición entre los diferentes participantes en una discusión y a contraposiciones reales en la
naturaleza o en la sociedad, entre otras.

El término adquiere un significado no circunscrito al ámbito de la retórica gracias, fundamentalmente, a los escritos del
filósofo alemán G.W.F. Hegel. En la época en que escribe una de sus grandes obras (Fenomenología del espíritu, 1808) el
mundo parece haberse puesto en movimiento, transformando de forma visible lo que había durado siglos. Se trata de
los primeros momentos del modo de producción capitalista que, a diferencia de los anteriores, se basa primordialmente
en la circulación de las mercancías y del dinero. Entonces el viejo problema filosófico del cambio se agudiza: ¿cómo
entender racionalmente que una cosa pueda cambiar de apariencia y seguir siendo la misma cosa? Hegel concibe la
realidad como formada por opuestos que, en el conflicto inevitable que surge, engendran nuevos conceptos que, en
contacto con la realidad, entran en contraposición siempre con algo. Este esquema es el que permite explicar el cambio
manteniendo la identidad de cada elemento, a pesar de que el conjunto haya cambiado.

Con el mismo proceder Karl Marx analizará la realidad social y, claramente en sus escritos a partir de 1842, la entenderá
como una realidad conflictiva debido a la contraposición de intereses materiales incompatibles. Así dirá, en el Manifiesto
comunista (1848), que "toda la historia de la humanidad hasta ahora es la historia de la lucha de clases"; esto es: la
confrontación entre clases sociales es el motor del cambio histórico.

En el siglo XX el filósofo alemán Theodor W. Adorno titulará Dialéctica negativa (1966) una de sus obras capitales. Esta
obra se inicia con una afirmación provocativa: "La formulación dialéctica negativa atenta contra la tradición". Se refiere
Adorno a que en la dialéctica de Platón o en la de Hegel el resultado del movimiento de contraposición es la afirmación
de algo, mientras que lo que él pretende es subrayar el carácter inconcluso de cualquier momento del movimiento de
contraposición, tanto a nivel social como cultural.

Método Dialéctico

El método dialéctico se puede describir como el arte del diálogo. Un debate en el que hay un contraste de ideas, donde
una tesis se defiende y se oponían poco después; una especie de debate. Es, al mismo tiempo, una discusión donde se
puede discernir y defender claramente los conceptos involucrados.

La práctica de la dialéctica surgió en la antigua Grecia, sin embargo, existe controversia acerca de su fundador.
Aristóteles consideraba zenon como tal, mientras que otros argumentan que Sócrates fue el verdadero fundador de la
dialéctica de utilizar un método discursivo para propagar sus ideas.
DIALÉCTICA EN PLATÓN

Para Platón la dialéctica es el único camino que conduce al verdadero conocimiento. Porque desde el método dialéctico
de preguntas y respuestas que usted puede iniciar el proceso de búsqueda de la verdad.

En su alegoría de la caverna , Platón habla de la existencia de dos mundos: el mundo sensible y el mundo de las ideas. El
segundo se logra sólo a través de la dialéctica, los conceptos de investigación.

DIALÉCTICA EN HEGEL

En Hegel, los movimientos dialécticos como sigue: en primer lugar está la tesis, esa es la idea, lo que genera una
antítesis, que se opone a la tesis, lo que resulta en el resumen, que es el de superar los anteriores.

Hegel aplicó este razonamiento a la realidad y los diferentes momentos de la historia humana. Desde las antiguas
civilizaciones orientales en el diseño del Estado moderno, que consiste en el ínterin, eventos tales como la aparición de
la filosofía, la Ilustración y la Revolución Francesa. Es decir, la historia se puede dividir en tres etapas, que corresponden
exactamente a la tesis, antítesis y síntesis. SÍNTESIS es la superación de la contradicción.

LA DIALÉCTICA MARXISTA

Karl Marx reformula el concepto de dialéctica en Hegel, devolviéndolo a la sociedad, la lucha de clases vinculadas a una
organización social particular, apareciendo así la llamada: la dialéctica materialista o materialismo dialéctico.

La dialéctica materialista une pensamiento y realidad, lo que demuestra que la realidad es el pensamiento dialéctico
contradictoria. Contradicciones estos, es necesario entender a continuación, traducirlos a través de la dialéctica. Marx
habla de la dialéctica siempre en un contexto lucha de clases, intereses diferentes, que generan la contradicción. Por lo
tanto, el materialismo dialéctico es una de las bases del pensamiento marxista.

Materialismo dialectico: El materialismo dialéctico es la ciencia que estudia las relaciones entre la conciencia y el mundo
material objetivo, las leyes más generales del movimiento y desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del
conocimiento. La filosofía del marxismo se llama materialismo dialéctico porque constituye la unidad orgánica del
materialismo y la dialéctica. Es materialista porque parte del reconocimiento de la materia como base única del mundo,
considerando la conciencia como una propiedad de la material altamente organizada, como una función del cerebro,
como un reflejo del mundo objetivo; es dialéctico porque reconoce la concatenación universal de los objetos y
fenómenos del mundo, el movimiento y desarrollo de éste como resultado de contradicciones internas que actúan
dentro de él.

El materialismo considera el ser social no sólo en forma de objeto que se opone al hombre, sino también
subjetivamente, en forma de la actividad práctica histórico-concreta del hombre. Tal concepción de la práctica
proporcionaba base científica a la teoría del conocimiento, a la cual el marxismo llegó desde el punto de vista histórico-
social en vez del enfoque abstracto del materialismo contemplativo, que consideraba los vínculos entre los hombre
como algo puramente natural.

La diferencia sustancial de la filosofía del marxismo respecto de todos los sistemas filosóficos anteriores consiste en que
sus ideas penetran en la masa del pueblo trabajador, que es quien las lleva a la práctica; en cuanto a ella, se desarrolla
justamente sobre la base de la práctica histórica de las masas populares. El mundo es modificado por la actividad
práctica revolucionaria de las masas populares que han hecho suyas las ideas del marxismo. “De la misma manera que la
filosofía encuentra en el proletariado su arma material, el proletariado encuentra en la filosofía su arma espiritual…” (C.
Marx y F. Engels)
Lenin profundizó la concepción de las categorías fundamentales de la dialéctica materialista: materia y formas de su
movimiento, espacio y tiempo, causalidad, libertad y necesidad, posibilidad y realidad, forma y contenido, etc. Lenin
impulsó la concepción de la ley de la unidad y lucha de los contrarios como ley fundamental el mundo objetivo y del
conocimiento, como esencia y núcleo de la dialéctica, formulando proposiciones esenciales sobre las dos concepciones
del desarrollo: desarrollo como disminución y aumento, como repetición y desarrollo como unidad de contrarios, de
desdoblamiento de lo único en contrarios que se excluyen recíprocamente y se hallan en interacción.

Señaló que el conocimiento va del contenido vivo al pensamiento abstracto y de éste a la práctica; que la conciencia del
hombre es activa, pues no se limita a reflejar el mundo, sino dentro de la práctica humana participa en su
transformación revolucionaria. Formuló la teoría de la verdad objetiva, relativa y absoluta, y señaló su intervinculación
dialéctica. El punto central en la doctrina de Lenin sobre la verdad lo ocupa el problema del carácter concreto de la
misma. Indicó que “la esencia misma, el alma viva del marxismo es el análisis concreto de la situación concreta”.

El enfoque dialéctico del conocimiento es, ante todo, un enfoque histórico. En su elaboración de la teoría del
conocimiento Lenin concedía la atención particular a la necesidad del enfoque histórico, al examen de las formas de
pensar en unidad con su contenido, y en relación con ello formuló las proposiciones fundamentales de la unidad de la
dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento, determinó los principios fundamentales de la lógica dialéctica y señaló
las vías de investigación del problema de la sucesión histórica en la formación de las categorías del pensamiento. Lenin
determinó la vía que debía seguirse: la historia de la filosofía, la historia de las distintas ciencias, la historia del desarrollo
mental del niño, la historia del desarrollo mental de los animales, la historia del idioma, más la psicología y la fisiología
de los órganos de los sentidos: tales son las regiones del saber de las que debe formarse la teoría del conocimiento y la
dialéctica.

Las leyes de la dialéctica

El materialismo dialéctico propone, pues, una interpretación de la realidad concebida como un proceso material en el
que se suceden una variedad infinita de fenómenos, a partir de otros anteriormente existentes. Esta sucesión, no
obstante, no se produce al azar o arbitrariamente, ni se encamina hacia la nada o el absurdo: todo el proceso está
regulado por leyes que determinan su evolución desde las formas más simples a las más complejas, y que afectan a toda
la realidad, natural y humana (histórica).

Este es el ciclo eterno en que se mueve la materia, un ciclo que únicamente cierra su trayectoria en períodos para los
que nuestro año terrestre no puede servir de unidad de medida, un ciclo en el cual el tiempo de máximo desarrollo, el
tiempo de la vida orgánica y, más aún, el tiempo de vida de los seres conscientes de sí mismos y de la naturaleza, es tan
parcamente medido como el espacio en que la vida y la autoconciencia existen; un ciclo en el que cada forma finita de
existencia de la materia —lo mismo si es un sol que una nebulosa, un individuo animal o una especie de animales, la
combinación o la disociación química— es igualmente pasajera y en el que no hay nada eterno de no ser la materia en
eterno movimiento y transformación y las leyes según las cuales se mueve y se transforma.

Friedrich Engels, Dialéctica de la naturaleza. Introducción

Las leyes según las cuales la materia se mueve y se transforma son leyes dialécticas. Al igual que ocurre con la dialéctica
hegeliana, que es simultáneamente un método y la expresión misma del dinamismo de la realidad, la dialéctica de Marx
y Engels encerrará ese doble significado. No se puede convertir, sin embargo, la dialéctica en un proceso mecánico, en el
que se suceden los tres momentos del movimiento (tesis, antítesis y síntesis), como se hace a menudo con Hegel, en un
esquema mecánico sin contenido alguno. "La dialéctica no es más que la ciencia de las leyes generales del movimiento y
la evolución de la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento", dice Engels en el Anti-Dühring.

La dialéctica nos ofrece, pues, leyes generales, no la particularidad de cada proceso. Que son leyes generales quiere
decir que son el fundamento de toda explicación de la realidad, pero también que afectan a toda la realidad (naturaleza,
sociedad, pensamiento) y que son objetivas, independientes de la naturaleza humana. Marx y Engels enunciarán las
siguientes tres leyes de la dialéctica:

Ley de la unidad y lucha de contrarios

Pero todo cambia completamente en cuanto consideramos las cosas en su movimiento, su transformación, su vida, y en
sus recíprocas interacciones. Entonces tropezamos inmediatamente con contradicciones. El mismo movimiento es una
contradicción; ya el simple movimiento mecánico local no puede realizarse sino porque un cuerpo, en uno y el mismo
momento del tiempo, se encuentra en un lugar y en otro, está y no está en un mismo lugar. Y la continua posición y
simultánea solución de esta contradicción es precisamente el movimiento.

Si ya el simple movimiento mecánico local contiene en sí una contradicción, aún más puede ello afirmarse de las formas
superiores del movimiento de la materia, y muy especialmente de la vida orgánica y su evolución. Hemos visto antes que
la vida consiste precisamente ante todo en que un ser es en cada momento el mismo y otro diverso. La vida, por tanto,
es también una contradicción presente en las cosas y los hechos mismos, una contradicción que se pone y resuelve
constantemente; y en cuanto cesa la contradicción, cesa también la vida y se produce la muerte. También vimos que
tampoco en el terreno del pensamiento podemos evitar las contradicciones, y que, por ejemplo, la contradicción entre
la capacidad de conocimiento humana, internamente ilimitada, y su existencia real en hombres externamente limitados
y de conocimiento limitado, se resuelve en la sucesión, infinita prácticamente al menos para nosotros, de las
generaciones, en el progreso indefinido.

Friedrich Engels, Anti-Dühring, XII. Dialéctica. cantidad y cualidad.

Siguiendo los pasos de Heráclito y Hegel, Marx y Engels consideran que la realidad es esencialmente contradictoria.
Todos los fenómenos que ocurren en la Naturaleza son el resultado de la lucha de elementos contrarios, que se hallan
unidos en el mismo ser o fenómeno, siendo la causa de todo movimiento y cambio en la Naturaleza, en la sociedad y en
el pensamiento. Con esta ley se explica, pues, el origen del movimiento.

Entre los argumentos que se aportan para justificar esta explicación predominan los procedentes de las ciencias (Física,
Ciencias naturales, Matemáticas, Economía), pero también de la Historia y de la filosofía. Entre las parejas de contrarios
puestas como ejemplos podemos citar: atracción y repulsión, movimiento y reposo, propiedades corpusculares y
ondulatorias, herencia y adaptación, excitación e inhibición, lucha de clases, materia y forma, cantidad y cualidad,
sustancia y accidentes.

Ley de transición de la cantidad a la cualidad

Hemos visto ya antes, a propósito del esquematismo universal, que con esta línea nodal hegeliana de relaciones
dimensionales en la que, en un determinado punto de alteraciones cuantitativas, se produce repentinamente un cambio
cualitativo, el señor Dühring ha tenido la pequeña desgracia de que en un momento de debilidad la ha reconocido y
aplicado él mismo. Dimos allí uno de los ejemplos más conocidos, el de la transformación de los estados de agregación
del agua, que a presión normal y hacia los 0 °C pasa del fluido al sólido, y hacia los 100 °C pasa del líquido al gaseoso, es
decir, que en esos dos puntos de flexión la alteración meramente cuantitativa de la temperatura produce un estado
cualitativamente alterado del agua.

Habríamos podido aducir en apoyo de esa ley cientos más de hechos tomados de la naturaleza y de la sociedad humana.
Así por ejemplo, toda la cuarta sección de El Capital de Marx —producción de la plusvalía relativa en el terreno de la
cooperación, división del trabajo y manufactura, maquinaria y gran industria— trata de innumerables casos en los cuales
la alteración cuantitativa modifica la cualidad de las cosas de que se trata, con lo que, por usar la expresión tan odiosa
para el señor Dühring, la cantidad se muta en cualidad, y a la inversa. Así, por ejemplo, el hecho de que la cooperación
de muchos, la fusión de muchas fuerzas en una fuerza total, engendra, para decirlo con las palabras de Marx, una
"nueva potencia de fuerza" esencialmente diversa de la suma de sus fuerzas individuales".

Friedrich Engels, Anti-Dühring , XI, Moral y derecho. Libertad y necesidad.

Hablamos de cambio cualitativo cuando una cosa se transforma en otra que es esencialmente distinta. ¿Por qué unas
cosas se transforman en otras que tienen propiedades diferentes a las de las cosas de las que proceden? Según la ley de
transición de la cantidad a la cualidad, el aumento o disminución de la cantidad de materia influye en la transformación
de una cosa en otra distinta. La acumulación o disminución de la materia es progresiva, mientras que el cambio de
cualidad supone una modificación radical de la cosa, una revolución. Con esta ley se explica el desarrollo de los seres y
los fenómenos naturales, sociales, etc.

Todos los objetos de la Naturaleza poseen características mensurables, por lo que su esencia, su cualidad, es inseparable
de los aspectos cuantitativos. Cuando una cosa pasa de poseer una cualidad a poseer otra hablamos de "salto
cualitativo". Como todo movimiento es el resultado de la lucha de elementos contrarios, el salto cualitativo supone la
resolución de una contradicción, que da lugar a una nueva realidad, que representa un avance en el desarrollo de la
Naturaleza. El salto cualitativo no supone el mero cambio de una cualidad por otra, sino por otra que supera, de alguna
manera, a la anterior.

Ley de negación de la negación

En la dialéctica, negar no significa simplemente decir no, o declarar inexistente una cosa, o destruirla de cualquier modo.
Ya Spinoza dice: omnis determinatio est negatio, toda determinación o delimitación es negación. Además, la naturaleza
de la negación dialéctica está determinada por la naturaleza general, primero, y especial, después, del proceso. No sólo
tengo que negar, sino que tengo que superar luego la negación.

Tengo, pues, que establecer la primera negación de tal modo que la segunda siga siendo o se haga posible. ¿Cómo?
Según la naturaleza especial de cada caso particular. Si muelo un grano de cebada o aplasto un insecto, he realizado
ciertamente el primer acto, pero he hecho imposible el segundo. Toda especie de cosas tiene su modo propio de ser
negada de tal modo que se produzca de esa negación su desarrollo, y así también ocurre con cada tipo de
representaciones y conceptos".

Friedrich Engels, Anti-Dühring , XIII. Dialéctica. Negación de la negación.

La ley de negación de la negación completa la anterior, explicando el modo en que se resuelve la contradicción, dando
paso a una realidad nueva que contiene los aspectos positivos de lo negado. El primer momento del movimiento
dialéctico, el de la afirmación, supone la mera existencia de una realidad; el segundo momento, el de la negación,
supone la acción del elemento contrario que, en oposición con el primer momento, lo niega. El tercer momento,
negando al segundo, que era ya, a su vez, la negación del primero, se presenta como el momento de la reconciliación, de
la síntesis, recogiendo lo positivo de los dos momentos anteriores.

Una vez alcanzado este estadio del movimiento nos encontramos ante una nueva realidad que entrará de nuevo en otro
ciclo de transformación dialéctica, dando lugar, así, al desarrollo progresivo de la Naturaleza, de la sociedad humana y
del pensamiento. Un desarrollo que se dirige hacia formas más completas, más perfectas, más integradoras, de la
realidad.

Categorías de dialéctica: Categorías

(gr. kategoria: enunciado, testimonio.) Formas de concientización en los conceptos de los modos universales de la
relación del hombre con el mundo, que reflejan las propiedades y leyes más generales y esenciales de la naturaleza, la
sociedad y el pensamiento. La doctrina de las categorías apareció en el pasado remoto. En la elaboración de las
categorías filosóficas tiene un gran mérito Aristóteles. Para este filósofo, el problema de las categorías constituía ya el
problema de la correlación entre el contenido de los enunciados sobre cierto ente y ese mismo ente. En la Edad
Moderna, la doctrina de las categorías fue desarrollada por los representantes del idealismo clásico alemán. Para Kant,
las categorías son formas universales en las que concebimos todo lo que percibimos, formas apriorísticas
(prexperimentales) de la contemplación y el raciocinio, de ordenamiento de nuestra experiencia. Hegel entendía las
categorías como formas universales de autodesarrollo y autodeterminación del espíritu absoluto. En definitiva, la
concatenación de las categorías da tono y ritmo a la historia, que se convierte en plasmación de ellas. La filosofía
burguesa contemporánea, sobre todo el neopositivismo, o bien prescinden de las categorías, o bien las enfocan como
formas netamente subjetivas y “cómodas” de organización de la experiencia humana, “depósitos” de los datos de esta
última y ciertas formaciones lingüísticas. Algunas corrientes de la filosofía idealista (neotomismo, personalismo, &c.)
refieren las categorías a entes trascendentes puramente espirituales. Desde el punto de vista de la filosofía marxista, las
categorías se formaron en el proceso de desarrollo histórico del conocimiento y de la práctica social. Su base no es la
actividad del espíritu, sino el desarrollo de los métodos de actividad material del hombre y de los modos de
comunicación. Las principales categorías del materialismo dialéctico son: materia y movimiento, tiempo y espacio,
calidad y cantidad, medida, singular, particular y universal, contradicción, esencia y fenómeno, contenido y forma,
necesidad y casualidad, posibilidad y realidad, &c. En su interconexión necesaria, las categorías forman un sistema, que
reproduce la interdependencia objetiva, que se desarrolla históricamente, de los modos universales de relación del
hombre con el mundo, en los que se reflejan las formas de la existencia de la naturaleza y la vida social. El principio
fundamental de estructuración del sistema de categorías es la unidad de lo histórico y lo lógico, el movimiento de lo
abstracto a lo concreto, de lo exterior a lo interior, del fenómeno a la esencia. Las categorías de la filosofía marxista,
como de toda otra ciencia, no constituyen un sistema cerrado e inmutable. El número y contenido de las categorías se
enriquecen en virtud del desarrollo de la actividad del hombre, en el curso de la cual éste transforma el mundo y lo
conoce. Al expresar los nexos sustanciales de la realidad en desarrollo y las leyes del movimiento de la naturaleza, la
sociedad y el pensamiento, las categorías deben ser tan móviles y flexibles como lo son los fenómenos que ellas reflejan.

C) METODO CUNTITATIVO: El método cuantitativo está basado en una investigación empírico-analista. Basa sus
estudios en números estadísticos para dar respuesta a unas causas-efectos concretas.

La investigación cuantitativa tiene como objetivo obtener respuestas de la población a preguntas específicas. La finalidad
empresarial sería la toma de decisiones exactas y efectivas que ayuden a alcanzar aquello que estábamos persiguiendo.
Podría ser el lanzamiento de un nuevo producto. El fin es tener éxito con su posicionamiento en el mercado. Y para ello,
es necesario realizar un estudio previo a través del método cuantitativo, por ejemplo. Para luego utilizar una
herramientas de gestión que nos ayude a tomar esas decisiones más efectivas. Hablamos de Sinnaps.

CARACTERÍSTICAS DEL MÉTODO CUANTITATIVO

Identificamos algunos de los elementos claves que mejor definen el concepto de método cuantitativo. Sin ellos,
estaríamos hablando de otro tipo de investigación.

Necesita que haya una relación numérica entre las variables del problema de investigación.

Los datos analizados siempre deben ser cuantificables.

Es descriptivo.

Analiza y predice el comportamiento de la población.

Se centra en una causa y un efecto, o lo que es lo mismo: se basa en la aplicación de un estímulo para obtener una
respuesta.
Los resultados pueden aplicarse a situaciones generalistas.

Se orienta a resultados.

Los números y datos representan la realidad más abstracta.

Estudia las conductas humanas y los comportamientos de una muestra de la población.

HISTORIA

Como muchos otros métodos de investigación, el cuantitativo no podía ser distinto. Surge en un contexto militar. En
Inglaterra, a finales de 1939. Este fue su inicio formal. El propósito era alcanzar la máxima eficiencia posible en los
sistemas de defensa. Lo que significaba mejorar sus resultados balísticos, basándose en el estudio detallado y
pormenorizado de pruebas estadísticas.

Uno de los estudios, también denominados investigación operativa, era la de alcanzar mejor a los submarinos, desde
una posición aérea. Mejorar la precisión basada en dos variables: profundidad de la posición del objetivo, pues el
submarino se llegaba a sumergir hasta treinta metros desde que divisaba el bombardero y este lanzaba el misil; y la
precisión del disparo.

A partir de entonces, los norteamericanos introdujeran también grupos de científicos para el estudio de operaciones
militares tras el inicio de su participación en la guerra. Y así comenzó oficialmente un método de gran popularidad para
medir resultados probabilísticos.

APLICACIÓN

A diferencia de la investigación cualitativa, que se centra en palabras, el método cuantitativo se basa en números y
estadística, siendo los estudios probabilísticos su manera de analizar cada situación.

El método cuantitativo se suele aplicar en la fase final del proyecto. En este momento tenemos más datos para analizar y
los resultados salen más exactos.

Además, las personas responsables de esta investigación suele ser ajenos al tema a tratar, pues sólo se centran en
números desde un enfoque objetivo.

Las herramientas que se usan en este tipo de investigación son cuestionarios, encuestas, mediciones y otras técnicas
para recoger datos numéricos o siempre medibles. Normalmente, la representación de esta información está reflejada
en tablas.

TIPOS DE MÉTODOS CUANTITATIVOS

Investigación descriptiva. Parte previa al análisis de datos con el fin de buscar factores, características y otros rasgos
importantes del tema a analizar.

Investigación analítica. Se seleccionan variables y se establecen hipótesis.

Investigación experimental. Se divide a la población de forma aleatoria.

Investigación semi-experimental. Se eligen los componentes de cada grupo según las variables establecidas para la
selección.

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