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INTRODUCCION

Los organoclorado conforman un grupo de pesticidas artificiales desarrollados


principalmente para controlar las poblaciones de insectos plaga. Su origen se remonta a
la fabricación del DDT (diclorodifeniltricloroetano) en 1943. De ahí en adelante y por
muchas décadas, dicho clorado fue un arma importante en la lucha química y una casi
ineludible en el control del mosquito Anopheles transmisor de la malaria.
Su acción, como casi todos los insecticidas, es a nivel del sistema nervioso, generando
alteraciones de la transmisión del impulso nervioso.
Los organoclorados son, en esencia, hidrocarburos con alto contenido de átomos de cloro
y fueron los insecticidas más criticados por los grupos ecologistas. El DDT fue casi un
símbolo de veneno químico, debido a su difícil degradación y su gran acumulación en el
tejido animal, característica ésta que comparte con los demás integrantes del grupo.
Existen casos de resistencia de insectos a organoclorados, principalmente al DDT, dado
el gran uso que se ha hecho del mismo. Como en el caso de los carbamatos y los
organofosforados, es recomendable un uso moderado de estos productos.
Aldrín, clordano, dieldrín, endrín, heptacloro, HCH (hexaclorociclohexano), lindano y
toxafeno son organoclorado integrantes de la llamada “docena sucia” que engloba a
aquellos pesticidas que más problemas ambientales han generado. Actualmente los
organoclorados están prohibidos en casi todo el mundo y para casi todos los usos, debido
a sus problemas de acumulación, a su alta estabilidad química, su gran estabilidad a la
luz y su difícil degradación biológica. En algunos casos inclusive, se ha comprobado que
son carcinogénicos y muta génicos (que altera o cambia la información genética).
Lamentablemente existe un uso clandestino de los organoclorados, incluido el DDT,
debido a su entrada por contrabando y un uso agrícola con escasos controles internos.

OBJETIVOS
- Aspectos generales de los organosclorados
- Consecuencias del uso indiscriminado de los organoclorados

MARCO TEORICO
Los insecticidas organoclorados comprenden los derivados clorados del etano, entre
cuyos compuestos se considera el DDT; los derivados clorados de los ciclodienos, entre
los que se incluyen clordano, aldrina, dieldrina, heptacloro, endrina y toxafeno; y los
compuestos relacionados con el hexaclorociclohexano como el lindano

INTOXICACION
La mayoría de las intoxicaciones son en zonas rurales. La intoxicación puede ser a través
de la vía digestiva de forma accidental o con fines suicidas, o a través de la vía cutánea
en relación con fumigaciones en actividades agrícolas sin guardar las medidas de
seguridad. Aunque estos son los más importantes hay otros mecanismos como el mal uso
o reciclado de envases, el no respetar los plazos entre tratamiento y recolección de la
cosecha de vegetales tratados. Otras veces hay intoxicaciones masivas por
contaminación de alimentos al transportarse o guardarse junto a algunos de estos
productos. Ha habido contaminación en fábricas de producción de estas sustancias.
Contaminación por el empleo de lindano para tratar diversos parásitos.
La exposición a largo plazo de estos productos origina efectos crónicos tóxicos, en
trabajadores en contacto con estos tóxicos y lo adquieren a través de la vía inhalatoria y
cutánea
Debido también a su uso indiscriminado durante muchos años, la población está expuesta
a estos productos y sus metabólicos, con acumulación de este en el tejido adiposo, y
cuyas consecuencias se desconocen
TRATAMIENTO
El tratamiento es de soporte y sintomático, no existiendo antídoto. Ante la sospecha de
intoxicación por estos agentes situaremos al paciente en un ambiente exento de ruidos.
Vigilaremos la aparición de convulsiones, que trataremos con diazepam a dosis de 5-10
mg i.v. o fenobarbital a dosis de 100 mg i.v. Las intoxicaciones graves precisan ingreso
en UCI. En caso de insuficiencia respiratoria procederemos a intubación y ventilación
mecánica. Trataremos la deshidratación con líquidos i.v., la acidosis. Se debe evitar las
aminas simpaticomiméticas como la dopamina por el peligro de desencadenar arritmias
cardíacas, aunque en ocasiones será necesario utilizarlas para remontar una hipotensión
que no cede a pesar de administrar líquidos i.v.

Si la vía de entrada es cutánea se procederá a realizar un lavado prolongado durante al


menos diez minutos, con precauciones por parte del individuo que lo lava par evitar ser
contaminado. Si la vía es digestiva y estamos dentro de las primeras cuatro horas
podremos realizar lavado gástrico, administración de carbón activado y seguidamente de
un catártico, teniendo especial precaución pues podemos provocar neumonitis química
por broncoaspiración, y favorecer las convulsiones, por ello a veces hay que hacerlo con
protección de la vía aérea e impregnación con anticonvulsivantes.

Las medidas de depuración renal y extrarrenal no son eficaces, al ser compuestos muy
solubles en lípidos y con poca eliminación renal.
CONCLUSIONES
La presencia de estos agroquímicos en varias comunidades muestra la alta residualidad y
biodisponibilidad de éstos compuestos en el ambiente a través de diferentes rutas de
exposición a la población. El suelo representa una ruta de exposición muy importante para
los residentes de estos lugares donde se aplican estos agroquímicos, ya que estos
compuestos pueden contaminar fuentes de agua superficial y subterránea, además de los
alimentos.

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