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BIOGRAFÍA DE EDWARD

BACH

Alumna: Roxana Madariaga González

Mayo 2021
Vida de Edward Bach, sus inicios

Edward Bach nació en 1886 en Moseley, en las afueras de Birmingham, aunque los
orígenes de la familia se encuentren probablemente en Gales. A edad de 16 años
comenzó su vida laboral trabajando en una empresa familiar, dedicada a la
fundición del latón, allí permaneció hasta la edad de los 19 años. Eran tiempos
complicados por lo que intentó ayudar en todo posible a su familia. Curiosamente,
trabajando en dicha industria su inquietud le llevó a la observar las enfermedades
que padecían los obreros de la fábrica. Esta observación no fue en vano, pues
gracias a ello se percató de que una misma enfermedad era manifestada de forma
distinta en cada persona. No solamente llegó a esta conclusión, sino que también
observó que la forma de recuperarse también era cambiante dependiendo de la
personalidad de cada uno. Llegó a la conclusión de que las emociones  impactaban
en la salud, de tal forma que tanto la enfermedad como la recuperación se veían
influenciadas por ellas.

Otra gran inquietud de Bach fue intentar comprender por qué el efecto de las
medicinas tradicionales no era igual para todas las personas.Otra gran inquietud de
Bach fue intentar comprender por qué el efecto de las medicinas tradicionales no
era igual para todas las personas.

Estudios

En 1906, cuando Bach contaba con la edad de 20 años, comenzó a


estudiar Medicina en la Universidad de Birmingham en el cual se licenció,
pasando seguidamente a la Universidad de Cambridge, donde acabó graduándose
en Salud Pública por en el año 1912. Justo en ese mismo año fue nombrado
Médico Oficial en el Hospital del Colegio Universitario (University College
Hospital) llegando meses después a ser Cirujano en el National Temperance
Hospital. En aquella época abrió una consulta en la calle Harley Street, una calle
que contaba con las consultas de los médicos más prestigiosos de esos tiempos.

Aun habiendo cumplido su sueño, el Dr. Bach no acababa de encontrarse del todo
contento con los tratamientos convencionales. Quizás ese descontento le llevó a
ingresar como Bacteriólogo en el Hospital del Colegio Universitario en
busca de respuestas. Trabajando realizó un estudio en el cual él pudo descubrir
que las bacterias intestinales que están presentes en los enfermos de
alguna patología crónica eran superiores numéricamente que en
personas sanas. Este descubrimiento le llevó a crear una vacuna con la que se
reducía de forma considerable el número de bacterias. Desgraciadamente producía
efectos secundarios graves. Es por este motivo cambió la frecuencia en su
aplicación antes de seguir investigando más. Dichos estudios médicos y más en
aquellas fechas, fueron sin duda un gran avance en lo que conocemos hoy día por el
nombre de Medicina Homeopática.

Primera Guerra Mundial

Sobre el año 1914 con el inicio de la Primera Guerra mundial, el Dr. Bach empezó a
ver debilitada su propia salud, motivo por el cual no fue reclutado para combatir.
No obstante, quedó como responsable al mando de 400 camas en el Hospital del
Colegio Universitario. Ya en el año 1915 empezó a trabajar de Bacteriólogo
dedicando su vida laboral a la investigación, en este caso de vacunas para
enfermedades de tipo crónico. Posteriormente fue nombrado Director de
Bacteriología.

En el año 1917 padeció una hemorragia intestinal, la cual hizo peligrar su propia
vida y por ello tuvo que ser operado de urgencia. Los cirujanos que le operaron
dijeron que sólo le quedaban tres meses de vida, de modo que volvió a su trabajo en
cuanto pudo con el ánimo que le proporcionaba la idea de hacer al menos una
última contribución a la medicina antes de morir.

No obstante el Dr. Bach, a pesar de llevar a cuestas un gran sufrimiento, no cesó su


lucha por el conocimiento. Con una gran fuerza de voluntad siguió trabajando e
investigando. Quizás esta conducta de lucha fue la que le llevó a su increíble
recuperación.

Para Bach, la creencia de que el estado mental podía tener un efecto directo y muy
poderoso sobre la salud física, se confirmó con la experiencia. Cuando descubrió los
escritos de Hahnemann sobre homeopatía pensó que al fin estaba bien encaminado
hacia el tipo de tratamiento natural que buscaba.
Investigación y estudios homeopáticos

En el año 1919 el Dr. Bach pasó a incorporarse en el Hospital


Homeopático de Londres (London Homeopathic Hospital) como
Bacteriólogo o Patólogo. Fue aquí donde pudo tomar contacto con el tratado
de Homeopatía de Hahnemann. Gracias a esto descubrió la similitud entre
esta técnica y sus ideas sobre la salud y la enfermedad. Ambas partes defendían que
cada paciente debía ser tratado de forma individual, de forma específica en su salud
tanto física como mental.

Dichos puntos de vista le ayudaron a establecer un patrón de salud según el


comportamiento de las personas. Y no solamente en relación a su forma de
ser, sino también según su forma de caminar, hablar, gestos faciales, etc…
Logrando determinar patrones emocionales en los pacientes.

Llegó a la conclusión de que posiblemente personas con rasgos parecidos tendrían


una respuesta también parecida a los posibles tratamientos para luchar contra una
enfermedad. Esto le llevó a prescribir sus vacunas por vía oral.

Esta investigación lo llevó a probar con sus pacientes algunos remedios basados


en flores que recogió durante unas vacaciones en Gales. Obtuvo tan buenos
resultados al prepararlos de forma homeopática, que decide mudarse
definitivamente a Gales, para sumergirse en el desarrollo de una nueva medicina.
De forma intuitiva empieza a recoger flores que percibe adecuadas para resolver los
problemas de cada una de las personalidades que ha identificado.
El método que usa para preparar sus tinturas también es novedoso: en lugar de
tomar los extractos de las flores y empezar a hacer diluciones, como se usa en
homeopatía, simplemente recoge el rocío que ha quedado depositado en las flores
por la mañana, y lo usa como tintura madre. Para su asombro, este rocío es
suficientemente poderoso como para crear efectos significativos en las personas.
Después experimenta sumergiendo algunos de los brotes de las flores en un frasco
de cristal lleno de agua mineral, y dejándolos en el sol durante algunas horas,
permitiendo que el sol transmita la energía de las flores al agua mineral, la cual
queda convertida en tintura.

Después de experimentar los efectos de algunas tinturas de flores consigo mismo, y


luego con plantas y animales, empieza a probar sus remedios con pacientes,
recetándoles remedios de acuerdo a su tipo de personalidad en lugar de a sus
síntomas. Debido a los sorprendentes resultados que obtiene, decide tomar una
nueva filosofía en su investigación: Para corregir una enfermedad física, es
necesario primero corregir los problemas mentales y emocionales del
paciente.

Los remedios florales

En su búsqueda encontró varias flores importantes en su investigación:


la Impatiens, la Mimulus y la Clematis. Se puede decir que estas tres flores fueron
las primeras de toda una serie mucho más larga de flores medicinales. Su objetivo
inicial era encontrar en los árboles y las plantas un sustituto de las vacunas, para
que no estuvieran compuestos por bacterias sino por sustancias de la naturaleza.
Algo al alcance de nuestras manos.

En 1930 estaba tan entusiasmado con la dirección que había tomado su trabajo,
que decidió abandonar su lucrativa consulta de Harley Street y se marchó de
Londres con la determinación de dedicar el resto de su vida a un nuevo sistema de
medicina, que estaba seguro de poder encontrar en la naturaleza. Se llevó consigo a
su asistente, una radióloga llamada, Nora Weeks.

Así como había abandonado su hogar, oficina y trabajo, El Dr. Bach también
empezó a descartar los métodos científicos y su dependencia de los laboratorios y
reduccionismo. En cambio se dejó llevar por sus dones naturales como sanador y
poco a poco permitió que su intuición le guiara a las plantas correctas.

Después de años de ensayos y errores, que implicaban la preparación y las


respectivas pruebas de miles de plantas, encontró en una el remedio que buscaba.
Cada uno estaba enfocado a un estado mental o anímico específico. Se dio cuenta
de que al tratar las personalidades y sentimientos de sus pacientes, sus desdichas y
sufrimientos físicos se aliviaban de manera natural, al desbloquearse el potencial
de curación de sus cuerpos, permitiendo que volviese a funcionar nuevamente.

Su vida siguió un patrón estacional del año 1930 a 1934: de primavera a verano
dedicado a buscar y preparar los remedios y en el invierno ayudando y asesorando
a los que vinieran en su búsqueda. La mayoría de los inviernos los pasó en la
ciudad costera de Cromer. Allí fue donde conoció y entabló amistad con Victor
Bullen, un constructor y sanador local.

El Centro Bach

En 1934 el Dr. Bach y Nora Weeks se mudaron a una casa llamada Mount Vernon
en el pueblo Brightwell-cum-Sotwell de Oxfordshire. En los caminos y en los
campos encontró los remedios restantes que necesitaba para completar las series.
Por aquel entonces su cuerpo y su mente estaban en tal grado de sincronía con su
obra, que sufriría el estado emocional que necesitaba curar y probaría las plantas y
flores hasta encontrar la que le ayudaría. De esta manera, a través de un gran
sufrimiento y sacrificio personal, completó la obra de su vida.

Un año después de anunciar que su investigación sobre los remedios había


concluído, falleció en paz una noche del 27 de noviembre de 1936. Tenía tan sólo 50
años, pero logró sobrevivir al pronóstico de sus médicos por casi 20 años. Dejó
atrás una vida de experiencia y esfuerzo y un sistema de medicina que se utiliza en
todo el mundo.

Dejó su trabajo en manos de sus amigos y colegas Nora Weeks y Victor Bullen, con
instrucciones de continuar con su trabajo y de mantenerse fiel a la sencillez
esencial de lo que había hecho. En una carta a Victor, fechada 26 de Octubre de
1936, un mes antes de su fallecimiento, escribió:

«La gente como nosotros que ha saboreado la gloria del sacrificio, la gloria de
ayudar a nuestros hermanos, una vez que se nos ha dado una joya de tal magnitud,
nada puede apartarnos de nuestro camino de amor y de deber para mostrar al
mundo su brillo puro y sin adornos.»

Finalmente y tras media vida dedicada al estudio de las propiedades de las plantas,
llegó a catalogar hasta 38 flores que dieron paso a la terapia de Flores de
Bach.

Cada una de las 38 flores del sistema Bach ayuda a equilibrar un estado emocional
negativo:

1. Agrimony: Indicada para las personas que ocultan sus problemas bajo una
apariencia feliz.
2. Aspen: Para el miedo o la ansiedad desconocida.
3. Beech: Para la intolerancia.
4. Centaury: Para saber decir ‘no’.
5. Cerato: Para la autoconfianza.
6. Cherry Plum: Para el miedo a perder el control.
7. Chestnut Bud: Para aprender de los errores pasados.
8. Chicory: Para luchar contra el egoísmo y el amor posesivo.
9. Clematis: Para los que son demasiado soñadores y no viven el presente.
10. Crab Apple: Para aquellos que les disgusta algo de su personalidad.
11. Elm: Para los que están abrumados por la carga de alguna responsabilidad.
12. Gentian: Para los que se han dado por vencidos.
13. Gorse: Para los que han perdido la esperanza.
14. Heather: Para el egocentrismo.
15. Holly: Para el sentimiento provocado por la envidia y los celos.
16. Honeysuckle: Para no vivir añorando el pasado.
17. Hornbeam: Para el cansancio mental ante un esfuerzo.
18. Impatiens: Para la impaciencia.
19. Larch: Para la falta de confianza.
20.Mimulus: Para el miedo de cosas conocidas.
21. Mustard: Para tratar una tristeza sin razón.
22. Oak: Para combatir el agotamiento de aquellos que luchan fuertemente sin
descanso.
23. Olive: Para el agotamiento tras un esfuerzo físico o mental.
24. Pine: Para el sentimiento de culpa
25. Red Chestnut: Para los que se preocupan en exceso por los seres queridos.
26. Rock Rose: Para enfrentarse al miedo extremo.
27. Rock Water: Para ser más flexibles mentalmente.
28.Scleranthus: Para los indecisos.
29. Star of Bethlehem: Para paliar un estado de shock.
30.Sweet Chestnut: Para la angustia extrema.
31. Vervain: Para el exceso de entusiasmo.
32. Vine: Para el exceso de seguridad e inflexibilidad.
33. Walnut: Para protegerse de influencias externas.
34. Water Violet: Para los orgullosos y distantes.
35. White Chestnut: Para luchar contra los pensamientos no deseados.
36. Wild Oat: Para la incertidumbre ante la vida.
37. Wild Rose: Para la apatía.
38.Willow: Para la autocompasión.

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