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Teorías físicas contemporáneas y espiritualidad

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José Ignacio Castro


National University of San Juan
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Teorías Físicas Contemporáneas y
Espiritualidad

Dr. José Ignacio Castro B.


Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes
Universidad Nacional de San Juan

1.- A modo de introducción

Este trabajo está basado en la Conferencia que por


invitación (y con agradecimiento) diserté en el acto inaugural
del CIDEI de la UCC. Al comenzar a pensar en cómo expresar
las ideas por escrito y con mayor claridad, porque las palabras
escritas no dan lugar a posteriores precisiones ("lo que está
escrito, escrito está"), me encontré enfrentando una tarea
descomunal por la amplitud y diversidad del tema propuesto.
He hecho, pues, lo que he podido. Y como mis lectores podrán
apreciar este trabajo resultará "escándalo para los filósofos y
locura para los científicos", sin esperar yo otra cosa de la
singularidad y radicalidad de la propuesta. Ella puede resumirse
en pocas palabras: "Todo es espíritu, todo es energía".
En otras ocasiones he advertido que me considero, en
términos filosóficos, un fideísta pascaliano, más identificado
con el “credo, ergo sum” que con el “cogito, ergo sum”
cartesiano. Esto significa que creo que todo concepto y todo
conocimiento provienen de un previo acto de fe: en la
experiencia, en la intuición o en la autoridad, y que todo
hombre sustenta sus modos de pensar sobre una estructura de
creencias. Y ello incluso cuando los conceptos y la
racionalidad derivados de esa estructura de creencias no
satisfagan lo que la Ciencia y la Filosofía reclaman como
"apropiado", pues por su propia naturaleza el creer es anterior a
la razón y sólo se razona sobre lo que se cree. El qué, el cuánto

Teorías Físicas ...___________________________________________________

y el cómo creer es así un derecho natural indisoluble con la


condición humana e inherente a ella. Puedo entonces decir que
no pretendo convencer a nadie de las ideas que voy a proponer:
cada cual deberá decidir qué, cuánto y cómo creer en las
cuestiones metafísicas que voy a abordar, y tiene derecho a
ello, desde "nada" hasta "todo".
El lector atento podrá también advertir que he adoptado
una posición filosófica idealista, lo cual no es de extrañar en un
físico que adhiere a la interpretación de la escuela de
Copenhague, es decir, a la interpretación que Niels Bohr y
Werner Heisenberg dieron de la correlación entre la Teoría
Cuántica y los fenómenos del mundo microscópico. Los físicos
contemporáneos, aún aquellos que no se hacen planteos
metafísicos profundos, creen en la Teoría Cuántica y en la
interpretación de Copenhague sin mayores cuestionamientos y,
sin saberlo, proceden de acuerdo con un modo de pensar y de
imaginar decididamente idealista. En este contexto, usaré los
términos "mundo" o "Universo" como equivalentes de
"realidad", interpretando esta última como la totalidad de los
"fenómenos" que nos son accesibles por imágenes y conceptos
mentales, sean estos tanto de origen externo (los datos de la
sensibilidad que generan sensaciones en nuestra mente por la
vista, el tacto, etc.) como de origen interno (los datos
conceptuales o imágenes elaboradas en la mente, a menudo
proyectados sobre los datos de la sensibilidad a los cuales
modifican). El mundo de la materialidad es generalmente
considerado externo a nosotros, mientras el mundo de lo
espiritual pertenece a nuestra interioridad, pero en nuestra
visión idealista, ambos mundos no serán considerados
diferentes, ni separados, sino aspectos distintos de una única
realidad.
Escribir sobre las Teorías de la Física Contemporánea y
la Espiritualidad requiere hacer converger ab-initio a la Ciencia,
la Filosofía y la Teología, y es claramente un ejercicio
Teorías Físicas ...

interdisciplinario para cuyo abordaje no hay metodología que


yo conozca, como no sea la que he construido por mi propia
experiencia como científico y como hombre de fe católica en
mi búsqueda personal para integrar ambas condiciones. En
efecto, desde joven advertí que, si bien es en el campo de las
llamadas "ciencias duras" donde se dan con mayor frecuencia
los casos de científicos o tecnólogos con práctica religiosa, en
muchos de esos casos existe un divorcio entre la práctica
religiosa y la práctica profesional, como si se tratase de una
esquizofrenia natural y benigna que ni siquiera molesta desde el
punto de vista conceptual. Mi búsqueda, que todavía no
termina, responde a una necesidad interior y personal de no
permanecer escindido entre dos mundos, el del espíritu y el de
los fenómenos sensibles, sin poder integrarlos en una única
visión totalizadora. Y el camino que quise recorrer pasa
inevitablemente, aunque no exclusivamente, por la
interdisciplina.
Richard Feynman (1918-1988) fue uno de los
científicos del siglo XX más influyentes y conocidos en el
campo de la Física. Premio Nobel en el año 1965, realizó
notables contribuciones teóricas a la Teoría Cuántica. Fue
también un gran divulgador de conceptos científicos y sus
famosas "The Feynman Lectures on Physics" destacan por sus
argumentos claros y llenos de sentido. Su búsqueda de
explicaciones en términos de nivel elemental le llevaron en
alguna ocasión a pedir disculpas por no haber encontrado un
modo simple y fácil de explicar un tema especial, limitándose a
señalar que "La explicación está sumergida profundamente
en la Mecánica Cuántica Relativista. Esto significa
probablemente que no tenemos una comprensión completa
del principio fundamental involucrado". Así pues, como
Feynman, comenzaré este trabajo pidiendo disculpas por no
haber encontrado modos ni palabras para expresar de manera
simple los temas que voy a tratar, lo cual probablemente

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significa que yo mismo no tengo una comprensión completa de


todos los aspectos involucrados. Pero vamos al asunto que al
lector le interesa.

2.- Tres modos posibles para concebir el mundo

Desde que los hombres somos lo que somos sabemos


que nuestra condición nos hace diferentes del resto de la
naturaleza, y hemos asimilado esa condición a un concepto que
denominamos, de modo genérico, "espíritu". Otros modos de
invocar ese concepto, más a gusto de quienes no desean atarse a
contextos determinados, son las palabras "alma", "mente",
"personalidad". Hemos también aprendido a distinguir entre un
mundo de realidades inmateriales y un mundo material que en
los seres humanos coexisten superpuestos e imbricados el uno
en el otro. Hasta un positivista escéptico y materialista a
ultranza debería reconocer que la palabra "espíritu" puede
referirse al "software" que cree programado en el "hardware"
de su cerebro. Sin lugar a dudas sabemos que, por lo menos en
nosotros, los fenómenos espirituales y materiales aparecen
íntimamente fusionados. En el resto de la naturaleza, nuestro
conocimiento empírico parece señalarnos que no hay espíritu
sino sólo materia, y que hasta la materia "viva" (plantas y
animales) y la materia "sintiente" (los animales superiores) son
ajenas a cualquier condición "espiritual". Así puestas las cosas,
la realidad parece desbalancearse hacia el platillo de la materia,
y el materialismo parece ser la opción intuitiva adecuada para
explicar esa realidad: el espíritu resultaría ser un sofisticado
subproducto de la materia.
No obstante, esta solución monista que toma la materia
como única sustancia de la realidad no parece ser suficiente
explicación para buena parte de la Humanidad, la cual ha dado
en resolver el problema apelando al dualismo: materia y
espíritu son dos sustancias distintas, con solución de
Teorías Físicas ...

continuidad, coexistentes. Así como existe un mundo de


realidades puramente materiales debe existir un mundo de
realidades puramente espirituales que denominamos "cielo",
"olimpo", "nirvana", "walhalla" o de innumerables otras
formas. Es el reino de los dioses, el Reino de Dios, el mundo al
que sólo se accede por la contemplación mística y la revelación
profética, por la metáfora y la alegoría, por la exégesis y el
mito. Dos sustancias, dos mundos, y la balanza equilibrada
devuelve simetría al Universo como el yin y el yang en el
taoísmo.
Por otra parte, la Historia muestra que los caminos
humanos para acceder a la realidad de modo regular, legal, útil
y satisfactorio pasan por y conducen al "conocimiento". Y de
modo especial al "conocimiento racional". Así la cultura greco-
romana cultivó la Filosofía con todas sus ramas y así la cultura
occidental moderna cultivó la Ciencia con todas sus
especialidades como modo de acceso y dominio del mundo
material. Y no han faltado pretensiones de acceder y dominar
también al mundo espiritual, en intentos que entre la magia y la
ingeniería social a manos de "chamanes" y "seudo-científicos"
han fracasado sistemáticamente. El lector que tenga la
paciencia de seguir mis argumentos subsiguientes hasta el final,
advertirá que mi propósito es bastante simple: pretendo mostrar
que el conocimiento científico derivado de la Física moderna,
con sus dos grandes pilares conceptuales, la Teoría Cuántica y
la Teoría Relativista, son compatibles con una tercera
concepción de la realidad, monista y espiritualista, que puede
resumirse en la frase que ya anticipamos: "Todo es espíritu,
todo es energía".
Pero antes de continuar debo advertir algo a aquellos
que crean que esta solución monista puede aportar una
respuesta definitiva a la pregunta básica: ¿Qué es la
"realidad"? La Física clásica, desarrollada entre los siglos
XVII y XIX, es compatible sólo con el materialismo "puro" o

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con el dualismo espíritu-materia en sus diversos grados, pero


no con un espiritualismo "puro". La Física moderna, la del
siglo XX, en cambio, es compatible con los tres modos de
concebir la realidad, pero no puede definir cuál de ellos es el
"correcto", el "verdadero", el "más adecuado". Así pues, nos
proponemos demostrar que la solución "espiritualista", a la
par con las soluciones materialistas o dualistas, es posible,
pero advertimos que ninguna de ellas es la única posible para
nuestro mundo y sus fenómenos. En última instancia, sobre
esto cada ser humano debe decidir por sí mismo en qué creer.
El análisis que comenzaremos mostrará que la Física
contemporánea sugiere la presencia en los fenómenos de la
naturaleza de siete cualidades propias del concepto "espíritu":
indeterminación, movimiento, inmaterialidad, perfección,
unidad, inagotabilidad y misterio. Analizaremos una a una
estas características, que en el plano metafísico son cualitativas
y en el plano físico son cuantitativas, hasta llegar a conformar
una visión científica de la realidad al borde de un abismo
metafísico más allá del cual se encuentra el mundo de lo
espiritual, abismo que sólo admite dos actitudes: se puede
franquear dando un salto de fe, o se puede decidir que no vale
la pena ir más allá.

3.- Las Teorías de la Física Clásica

La Física contemporánea se basa en dos grandes pilares


teóricos que pueden ser considerados como marcos
paradigmáticos para toda la Ciencia: la Teoría de la Relatividad
y la Teoría Cuántica. La Teoría de la Relatividad es en cierta
medida la culminación de la Física Clásica y, aunque
impactante en muchos aspectos, sus conceptos siguen teniendo
mucho en común con el materialismo de raíz Aristotélica
imperante en la Física de los siglos XVIII y XIX. Con la Teoría
Cúantica en cambio tenemos un retorno al idealismo por el
Teorías Físicas ...

pensamiento de la escuela de Copenhague; en efecto, en ella se


derrumba la concepción de un observador ajeno al Universo,
que estudia las leyes físico-matemáticas a las que
indefectiblemente éste debe ajustarse sin intervenir en ellas,
como suponían la modernidad y la Física Clásica. La Física
contemporánea muestra la incumbencia del observador en el
objeto de análisis, hasta su influencia en las condiciones del
objeto en cuestión, y nos hace ver la conexión de las partes con
el todo. Expliquemos esto con un poco más de detalle
comenzando por describir qué entendemos por "Física Clásica".
El problema central de la Física Clásica consiste en
resolver la evolución espacio-temporal (la "dinámica") de un
sistema considerado independiente del observador, a partir de
"leyes" cuyos modelos son las ecuaciones de Newton y de
Maxwell, la primera para objetos materiales ("partículas") y las
segundas para perturbaciones extendidas ("campos").
Consideremos como ejemplo la ecuación de Newton
dv
F  ma  m , donde F es la fuerza aplicada a una partícula
dt
(el sistema), m es una propiedad característica de la
dv
"materialidad" de la partícula (llamada "masa") y a  es la
dt
aceleración del movimiento que la fuerza produce en la
partícula. La aceleración está relacionada con la velocidad de la
dx
partícula v  , a su vez relacionada con la posición x. La
dt
ecuación de Newton es un objeto matemático conocido como
"ecuación diferencial" pues relaciona la diferencia de las
posiciones dx de la partícula con la diferencia de sus
velocidades dv , en dos tiempos cuya diferencia es dt :
dx dv
F ( x, , t )  m
dt dt

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donde las cantidades entre paréntesis significan que la fuerza


dx
puede depender de la posición x , la velocidad v  y el
dt
tiempo t, y de F ( x, v, t ) se dice que es una "función" de esas
variables. La solución de este tipo de objeto nos da la
dependencia de la posición y de la velocidad de la partícula con
el tiempo t, es decir, las funciones x(t ) y v(t ) . Por ejemplo, en
el caso sencillo en que la fuerza F es una constante resulta
1F 2
x  x(t )  x0  v0t  t
2m
F
v  v (t )  v0  t
m
En estas expresiones vemos aparecer dos nuevas cantidades: x0
y v0 , denominadas "posición y velocidad iniciales de la
partícula" (este nombre es evidente si en esas fórmulas se toma
como valor del tiempo el del instante inicial: t=0, pues entonces
resulta x  x0 y v  v0 ). Ambas cantidades son datos
adicionales, necesarios para poder calcular la posición y la
velocidad en cualquier tiempo t posterior al inicial, y sólo
pueden obtenerse por sendos procesos de medición
simultáneamente realizados sobre la partícula, es decir, con
instrumentos de medición que interaccionan con la partícula, lo
cual podría afectar al sistema (la partícula) y a las cantidades
medidas. La Física Clásica presupone que ambas cantidades
pueden determinarse con total exactitud y precisión, lo cual
significa suponer que el proceso de medición no afecta lo
observado. Esta hipótesis (que, como luego veremos, es negada
por la Física Cuántica) proviene de las ideas de "continuidad" y
"gradualidad" implícitas en el pensamiento newtoniano; baste
recordar que esas mismas ideas están presentes en el Cálculo
Analítico de Leibnitz y Newton. Si la Naturaleza procede
gradualmente y con continuidad, entonces es posible diseñar
Teorías Físicas ...

instrumentos de medición progresivamente menos


"interferentes" con la partícula, cada vez más sutiles y
delicados, hasta que los valores obtenidos para x0 y v0 se
estabilicen en ciertos valores definitivos, que son los que se
debe tomar como adecuados. La existencia de esos valores
"límite" obtenidos simultáneamente asegura la existencia de
la posición y la velocidad iniciales, puesto que resultan
independientes del observador al haber hecho prácticamente
desaparecer el efecto del instrumento de medición. Y, lo que es
más interesante, si los procesos de medición no afectan al
sistema ni a sus propiedades, que sólo pueden conocerse a
través de mediciones (por ejemplo, de su masa m), también
queda asegurada la existencia del "sistema" como objeto
independiente del observador.
El marqués Pierre Simon de Laplace, talento brillante
como pocos y hombre políticamente ubicuo como para tener
éxito en la corte de Luis XVI, luego en la República, luego en
el Imperio, para finalmente morir monárquico sin haber perdido
la cabeza en el trayecto, desarrolló entre los siglos XVIII y XIX
una forma de la mecánica newtoniana, con base en resultados
de su compatriota Joseph Louis Lagrange, que dejó plasmada
en su obra cumbre, la “Mecanique Celeste”. Preguntado por
Napoleón dónde entraba Dios en dicha obra, Laplace
respondió: “No me ha sido necesario introducir esa hipótesis”.
Este personaje de indudable capacidad propagandística,
talentoso e inescrupuloso, popularizó en la Ciencia
decimonónica la idea del determinismo mecanicista: dadas las
ecuaciones que rigen los fenómenos y las condiciones de
contorno iniciales, todo el devenir queda fijado de forma
inalterable; por dar un ejemplo extremo, yo escribo hoy estas
líneas para ustedes, mis lectores, pero no por mi propia
voluntad sino porque las posiciones y velocidades iniciales de
los átomos que me constituyen, junto con las reglas de su
movimiento mecánico (es decir, las ecuaciones para x(t ) y v(t )

Teorías Físicas ...___________________________________________________

que hemos escrito), me obligan a estar aquí presente,


escribiendo y haciendo lo que hago. En esta filosofía extrema,
es posible conocer el futuro con sólo conocer cómo están hoy
los átomos de la materia y analizar sus movimientos
posteriores. Es, por supuesto, la negación de la libertad humana
y la justificación del statu-quo que, por otra parte, para el
oportunista Laplace era ciertamente muy adecuado. Y esta
filosofía se extendió bastante, llegando a abarcar los fenómenos
electromagnéticos. Así pues, el determinismo laplaciano niega
la libertad como una posibilidad humana y la Física Clásica,
aún incluyendo en ella los aspectos referidos a la Teoría del
Caos (que analizaremos más adelante), no parece llevarse bien
con el concepto de "libertad".
En este párrafo hemos visto que el proceso de medición
resulta evidentemente importante para la Física. En el próximo
párrafo, veremos que dicho proceso es esencial para esa ciencia
y que es el fundamento de la Teoría Cuántica, superadora y
abarcadora de las Teorías Clásicas deterministas

4.- La Teoría Cuántica: el observador genera la realidad

Las condiciones sobre nuestra "mente" son formadas


por su interacción con la "realidad" externa. Los términos
"mente" y "realidad" bien podrían ser cambiados, en lo que
sigue, por "cerebro" y "materia", para que ninguno de los
lectores pueda estar en desacuerdo al respecto: sospechamos
desde hace tiempo que el cerebro es el asiento principal de la
mente (aunque no el único), y que la realidad externa está
estrechamente relacionada con la materia (aunque no con
exclusividad). De hecho, nuestra experiencia sensorial directa
(vista, oído, tacto, etc.) es la que nos "conecta" con la realidad,
es decir con la materia o los fenómenos que reconocemos como
externos a nuestra propia conciencia y generalmente no
dominables por nuestra voluntad. La Física, desde Galileo
Teorías Físicas ...

Galilei, postula la posibilidad de establecer un puente o vínculo


de correspondencia recíproca “uno a uno” entre esa realidad y
el mundo de los conceptos matemáticos, exactos, por el proceso
de "medición": entre el mundo de la realidad y el mundo de la
aritmética y la geometría existe una correspondencia de
“isomorfismo” que se establece por ciertas manipulaciones
(interacciones) protocolizadas y se denomina "la medición"
(que no es otra cosa que una comparación con un fenómeno
especial denominado "el patrón de medición"). El resultado de
la medición asigna a un concepto del mundo "real" un número,
acompañado de un símbolo que recuerda el tipo de protocolo de
manipulación, y ambos conforman una "magnitud física"
identificable con el concepto; por ejemplo, D  10 Km es una
"distancia" cuyo valor se obtiene trasladando diez mil veces en
forma paralela y consecutiva una vara patrón llamada "metro";
el protocolo de medición es la propia definición de una
magnitud física. Para mis colegas científicos puristas, debo
recordar que en ocasiones la medición es indirecta, o incluso
parcialmente indefinida (como en el caso de la energía, cuyo
nivel “cero” es escogido arbitrariamente, o los potenciales
electromagnéticos, medibles a menos de una “transformación
de gauge”) pero no por eso deja de existir un procedimiento que
permite expresar los conceptos cuantitativamente.
Si alguien me preguntara cuál es el mayor misterio de la
Física, que es decir el mayor misterio presente en los
fenómenos de la Naturaleza, diría que es el hecho de que el
programa de Galileo funciona, y funciona excelentemente
bien. De hecho, funciona tan bien que a cuatrocientos años del
genio florentino la Física sigue utilizando su mismo
procedimiento para elaborar sus conceptos: observar, medir,
aritmetizar, geometrizar. En otras palabras, el Universo se nos
presenta como cuantitativo por el proceso de medición y la
"realidad", los fenómenos, admiten una matematización
extraordinaria. Es Feynman quien en uno de sus libros lo

Teorías Físicas ...___________________________________________________

expresa del modo más claro refiriéndose a una propiedad del


electrón, su "momento magnético" o "número de Dirac", y a la
comparación entre su valor medido experimentalmente y su
valor calculado teóricamente por medio de los diagramas
matemáticos llamados "de Feynman". Dice ese autor (la
bastardilla remarcada es mía): "Solo para darles una idea de
cómo la teoría ha sido "estrujada", les daré algunos números
recientes: los experimentos dan para el número de Dirac
1,00115965221 (con una incerteza de alrededor de 4 en el
último dígito); la teoría da para ese número 1,00115965246
(con una incerteza de alrededor de cinco veces mayor). Para
darles una apreciación de la precisión de estos números,
piensen en algo como esto: si ustedes fueran a medir la
distancia desde Los Ángeles hasta New York hasta esa
precisión, ella sería exactamente el espesor de un cabello
humano" (Feynman, 1985). Así pues, me animo a afirmar que
el Misterio Mayor del Universo es que, para la mente
humana, se presenta como cuantitativo, matemático,
aritmético y geométrico.
La "medición" es esencialmente un refinamiento y una
extensión de nuestros sentidos a fenómenos de una realidad
"ampliada": donde nuestros ojos no llegan, construimos
microscopios y telescopios, donde nuestro oído no llega,
construimos sonares y ecógrafos, donde nuestro tacto no llega,
construimos microamperímetros y voltímetros. Nuestros ojos
miden distancias (telemetría binocular y ajuste de foco y de
profundidad de campo oculares) sin que seamos conscientes de
ello. Imagine ahora el lector un "cerebro" sin ojos ni
conexiones nerviosas, alimentado y vivo pero aislado del
Universo: ¿podría ese cerebro "pensar"?. Creemos que la
respuesta es simplemente "no". El caso de Helen Keller resulta
así buen ejemplo no sólo para la Pedagogía sino también para la
Epistemología. Los conceptos, pues, provienen de procesos de
"medición"; aún de modo inconsciente, nuestros sentidos
Teorías Físicas ...

miden permanentemente: distancias, longitudes de ondas


(colores o tonos acústicos), intensidades, esfuerzos, masas. El
único modo de "ver" y extraer "información", es decir,
configurar nuestra mente o cerebro con la realidad, es midiendo
a través de nuestros sentidos. No obstante, un dato de la
realidad ha resultado ser su "atomicidad": el Universo se
presenta, al menos en ciertos aspectos, con estructura
"granular". Esta granularidad se hace conceptualmente evidente
y necesaria para la comprensión del mundo microscópico: las
partículas "elementales" no tienen "partes"; el electrón en una
medición existe o no existe, pero nunca ha sido observado
"medio electrón". Esta atomicidad hace que sea imposible
medir (comparar) el mundo microscópico con nuestro mundo
macroscópico sin que al medir perturbemos el "sistema"
observado, de modo tal que el observador contribuye a
determinar las propiedades de lo observado. La ilusión de la
Física Clásica de poder realizar mediciones con instrumentos
infinitamente delicados (no perturbadores de lo observado) se
desvanece: para observar un electrón no se encuentra nada
menor que otro electrón (o un fotón), y ellos son objetos del
mismo porte que el electrón observado. Así pues, la Física
Cuántica asegura que el sistema observado es (por lo menos)
condicionado en sus propiedades por la observación; el
observador determina las propiedades de lo observado. En el
pensamiento de Copenhague podemos decir que la mente
determina las propiedades de lo observado. Y preferimos decir
"determina", más que "condiciona", porque el mismo concepto
de "sistema" de la Física Clásica (un fenómeno de la realidad
existente más allá de la conciencia del observador) no se ajusta
a la doctrina de Copenhague como veremos más adelante.
Que los fenómenos descriptos por la Teoría Cuántica
son determinados por el observador queda especialmente claro
cuando se analiza el llamado "experimento de Young" o de
"interferencia de dos aberturas". Muy sintéticamente puede

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describirse del siguiente modo: un objeto que la Física Clásica


normalmente consideraría como una partícula (por darle
nombre: un electrón, o un fotón) es lanzado sobre una pantalla
con dos aberturas y detectado detrás de ella. Repitiendo el
experimento muchas veces se observa que el electrón aparece a
retaguardia de la pantalla en posiciones aleatorias, imposibles
de predecir a priori (nos referimos a "el electrón" porque no es
necesario usar el plural: todos los electrones son idénticos). No
obstante esta aleatoriedad, no se debe esperar que las
posiciones finales del electrón sean arbitrarias, anómicas o
ilegales: deberían distribuirse del modo estadístico que la Física
Clásica predice para "partículas" pasando por los dos agujeros.
La sorpresa es que experimentalmente, fenomenologicamente,
¡la distribución "real" obtenida es la que la Física Clásica
predice para "campos" u "ondas" que propagan a través de
dos ranuras, y no la que corresponde a "partículas"!. Por
decirlo rápidamente: el electrón goza de propiedades
"ondulatorias" y en este experimento se comporta como una
onda, que puede pasar por las dos aberturas a la vez (como una
ola en el océano, que llega simultáneamente a varios estrechos
que separan islas) y no como una partícula, que sólo puede
pasar por una u otra abertura pero no por ambas a la vez. Como
los hombres somos tercos, y sabemos que el electrón no puede
dividirse por ser "elemental", podemos intentar un nuevo
experimento para observar al electrón in situ en las aberturas,
por ejemplo usando fotones, y ver si efectivamente pasa por
una u otra de ellas, o por ambas a la vez. De ser así tendríamos
que el electrón es una partícula, que se comporta como onda en
experimentos repetidos, o bien que es simplemente una onda y
se comporta como tal. El resultado es asombroso: el electrón
observado pasa por una única ranura (cualquiera de las dos)
pero a la vez se pierde la distribución de tipo "onda" que
teníamos tras la pantalla y se distribuye como "partícula": ¡el
electrón es una partícula!. Pero si el electrón resulta no
Teorías Físicas ...

observado en su paso por las ranuras, de modo que no podemos


definir si pasó por alguna o por ambas a la vez, se conserva la
distribución de tipo "onda" ¡y el electrón es una onda!. En
resumen, el electrón es una partícula o una onda según el
experimento que se diseña. Y no es apropiado llamarle
"partícula", ni llamarle "onda", ni siquiera "ondícula" ni
"partonda": no es ambas cosas a la vez, sino una o la otra según
la ocasión. Este asombroso fenómeno, denominado "dualidad
onda-corpúsculo", se refleja en la Física Cuántica en el
Principio de Complementariedad debido a Niels Bohr (Born,
1945). Pero lo que nos importa aquí es que lo que decide qué es
un electrón es la observación, que puede ser diseñada para
detectar partículas u ondas. Una vez más, el observador
determina las propiedades de lo observado.
La Física Cuántica es singular entre las teorías de la
Física; es el único caso conocido de una teoría que para su
coherencia necesita de la validez de un caso límite: ¡la Física
Cuántica necesita de la Física Clásica! (Landau y Lifshitz,
1972). En efecto, la Teoría Cuántica postula la existencia de
instrumentos de medición que obedecen a la Física Clásica, y
que producen la "información" (los "resultados" de la
medición) a través de sus estados. De hecho, en la Física
Cuántica no existen "sistemas" a ser observados sino sólo
"estados" determinados por los "números cuánticos" que
resultan de la medición. Supongamos que en un dado
experimento tenemos un átomo de hidrógeno que haremos
interactuar con un fotón. ¿Cómo sabemos que tenemos
hidrógeno y un fotón?: porque de algún modo (aunque sea
indirecto) hemos medido la masa, las propiedades químicas, la
longitud de onda, etc., y suponemos que la identidad de estas
partículas no cambia al momento del experimento, porque esos
números medidos ("números cuánticos", eso es lo que son) no
cambian en las condiciones experimentales involucradas. Un
fotón de energía suficientemente alta podría "crear" otras

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partículas y cambiar esto: en lugar de fotón () e hidrógeno (H)


podríamos tener fotón, hidrógeno, electrón y positrón (, H, e- y
e+). Esto muestra que en la Teoría Cuántica sólo existen
estados en cuya generación participa el instrumento, y se llama
"sistema" al conjunto de números cuánticos de esos estados
que permanecen sin cambio en la medición. Así pues, en la
filosofía de Copenhague el sistema sólo existe en la medida en
que es observado como estado y puede considerarse a la mente
del observador como la que determina ("crea") los estados, el
sistema y sus propiedades. Obviamente, el porqué esto ocurre
de manera regular aunque aleatoria, y no de modo anómico, es
el gran misterio cuántico. Pero así es el datum de los sentidos.
Y ninguna buena Filosofía, ni ninguna buena Teología tienen
derecho a obviarlo.
Es lugar común clasificar a la escuela de Copenhague
como "neoplatónica"; no obstante esto es errado pues el
idealismo derivado de la escuela de Copenhague es más
extremo que el idealismo de Platón: no se trata de un mundo
real que refleja el de las ideas; se trata de un mundo de ideas
que construye la realidad. En otras palabras: el observador
construye la realidad, y de hecho la realidad sólo existe
mientras se la observa, es decir mientras se concreta como
concepto o idea. De este modo el pensamiento de los
fundadores de la Teoría Cuántica es más cercano al idealismo
subjetivo de Berkeley que al de Platón o de Plotino.

5.- La Teoría Cuántica : el Principio de Heisenberg

Existe además otro aspecto importante de la Teoría


Cuántica relevante para analizar aspectos de la espiritualidad: el
Principio de Indeterminación de Heisenberg, íntimamente
ligado al hecho de que los resultados de las mediciones son
esencialmente aleatorios y a que las variables físicas se nos
presentan con una dispersión estocástica inevitable. Cuando
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Heisenberg genera este Principio, en su juventud, lo hace


fuertemente influenciado por el pensamiento filosófico
positivista del Círculo de Viena al que pertenecían Carnap y
Gödel. Heisenberg, desilusionado por la vieja Teoría Cuántica
de Bohr y Sommerfeld, que tras algunos éxitos iniciales había
quedado estancada al no poder explicar la estructura de los
átomos más complejos que el de hidrógeno, decide adoptar un
punto de vista radical y muy saludable para la Física: la nueva
Teoría Cuántica sólo debería contener cantidades observables,
es decir, cantidades directamente medibles, y prescindir de toda
variable que no tenga posibilidad de observación directa. Para
construir este nuevo marco conceptual, Heisenberg enunció su
famoso Principio de Indeterminación, pero, para su sorpresa,
cuando finalmente la Teoría Cuántica quedó completa y pudo
explicar la totalidad de las estructuras atómicas, los no
observables a los que les había cerrado la puerta habían entrado
por la ventana: la fase de la función de onda, las partículas
virtuales, y otros conceptos necesarios para que la Teoría sea
coherente son no observables. Aclaremos este punto: ¿acaso
estamos hablando del yeti, de unicornios, de hombrecillos
verdes, u otros delirios inobservables? ¡No!. Las partículas
virtuales son aquellas que se generan y se destruyen por la
denominadas "fluctuaciones cuánticas (probabilísticas) del
vacío", dentro de los márgenes de inobservabilidad que fijan
sus masas y el Principio de Indeterminación. Si bien ellas
mismas no son observables directamente, sí lo son los efectos
que producen. Las pruebas empíricas de estos efectos son
muchas y hoy están más allá de toda duda: el corrimiento de
Lamb en las líneas espectrales del hidrógeno (ligado al ya
citado momento magnético del electrón) es el ejemplo más
recurrido, y la fuerza de atracción o repulsión coulombiana
entre cargas eléctricas es otro de sus efectos observables. Y en
ese sentido, ¡las partículas virtuales son para los físicos tan
reales como las reales: los físicos tenemos fe y creemos en

Teorías Físicas ...___________________________________________________

ellas, aunque nunca podamos "verlas"!. Así, decimos que el


espacio "vacío" está lleno de un mar de partículas virtuales,
inobservables pero presentes, de todo tipo, en una permanente
agitación de partículas absorbidas, emitidas, creadas y
aniquiladas aleatoriamente. Este vacío "lleno" abarca la
totalidad del Universo, y aquí las teorías de lo muy grande (las
cosmologías) comienzan a necesitar de las teorías de lo muy
pequeño (las partículas elementales) y se perfila la visión
holística que la Teoría Cuántica introduce en la Física
contemporánea. Y también se vuelve al antiguo concepto de los
griegos, cuyo Universo padecía de "horror al vacío".
El Principio de Indeterminación puede escribirse,
cuando se refiere a un intento de medición simultánea de la
posición x y la velocidad v de una partícula de masa m, bajo la
forma xv  h / m . Aquí x y v son los valores de las
incertidumbres con que la naturaleza nos permite medir x y v;
por su parte, h es la constante de Planck. Es interesante
observar aquí que para que la relación de "mayor o igual" (  )
pueda valer, si una de las incertezas es pequeña, la otra debe ser
grande. Esto significa que si medimos posición con buena
precisión ( x muy pequeño) la velocidad queda muy
indeterminada ( v muy grande), y viceversa. Es decir que si
conocemos la posición de una partícula, no podemos conocer
simultáneamente su velocidad, y si conocemos su velocidad no
podemos conocer su posición. Este hecho (que es otro aspecto
del Principio de Complementariedad de Bohr) hace que el
determinismo laplaciano quede fuera de la estructura de la
Teoría Cuántica. Si recordamos que la Física Clásica requería
conocer con precisión total los valores iniciales x0 y
v0 (simultáneos en t=0) de posición y velocidad para
determinar totalmente el movimiento, vemos ahora que esa
posibilidad no existe: ¡nunca es posible conocer esos valores
simultáneamente! Pues si medimos (observamos) uno de ellos
con precisión, el proceso de medida perturba el sistema con tal
Teorías Físicas ...

violencia que el otro valor queda indeterminado. No existiendo


valores simultáneos de x0 y v0 , no es posible utilizar las
formulas que dimos para encontrar x(t ) y v(t ) para un instante
de tiempo t posterior y la única descripción admisible para el
movimiento de una partícula es de tipo probabilístico, sin
posibilidad de predicciones exactas del movimiento de la
partícula. Las incertidumbres x y v son, en esa descripción,
lo que la teoría estadística de probabilidades denomina "desvíos
standard" de las variables x y v, que son ahora "números
cuánticos" característicos de estados de posición y de velocidad
del objeto cuántico llamado "partícula", inconmensurables
simultáneamente. A ser estrictos, la "partícula" sólo debería ser
llamada partícula cuando se la localiza en un estado de posición
x (y su velocidad es no observable); cuando se determina su
velocidad v (y su posición es no observable) la "partícula"
debería ser considerada un campo u onda extendida por todo el
espacio. De este modo vemos la íntima conexión entre el
Principio de Heisenberg y la dualidad onda-corpúsculo de
Bohr.
Claramente, la quiebra del determinismo laplaciano, la
aleatoriedad de los resultados de las mediciones (insistimos,
aleatoriedad no significa ilegalidad: ¡el "azar" tiene sus
"leyes"!) hace nuevamente posible el concepto metafísico de
libertad, para el hombre y para el espíritu. La Teoría Cuántica
es compatible con la libertad humana, y si siguiendo a Roger
Penrose (Penrose, 1980) admitimos que el cerebro humano
debería funcionar como un sistema con propiedades
"cuánticas", no deterministas, distinto de los sistemas binarios
de la informática actual que son totalmente programables y
deterministas, ese cerebro cuántico goza de libertad, en el
sentido de no estar determinado por el pasado ni de poder
determinar el futuro. Así la Teoría Cuántica pone una venda en
los ojos de Jano, el dios romano bifronte que miraba al pasado
y al futuro.

Teorías Físicas ...___________________________________________________

6.- Teoría Cuántica y Teoría del Caos: la libertad como


posibilidad

Vamos ahora a analizar otro aspecto de la Física


contemporánea que quiebra con el determinismo laplaciano,
no desde el punto de vista conceptual sino desde el punto de
vista de la praxis: es la Teoría del Caos. ¿Qué es el "caos"? En
breves palabras podemos decir que el "caos determinista" es
una forma de "indeterminismo práctico", que proviene de la
imposibilidad de calcular posiciones y velocidades cuando la
propagación de errores en el cálculo numérico es excesiva, tan
grande que los errores amplificados finalmente igualan o
superan los valores esperados para la posición o la velocidad. O
dicho de otro modo, cuando el sistema es tan sensible a las
condiciones iniciales (en t=0) que una pequeña diferencia en
ellas conduce a resultados finales totalmente diferentes en el
tiempo final (en t), lo cual puede ocurrir en ecuaciones
diferenciales como la de Newton cuando contienen términos
"no lineales" (potencias de grado superior a uno). A este efecto
de amplificación de condiciones iniciales sensibles se le suele
conocer como el "efecto mariposa": si una mariposa agita sus
alas en Pekín, puede provocar un huracán en Miami en la
semana siguiente. La Teoría del Caos es hija de la Física
Clásica pero hace que ésta, aunque no pierde su condición de
determinista, se vea en problemas a la hora de calcular las
ecuaciones que dan x(t ) y v(t ) cuando el sistema incluye más
de una partícula, cuando la partícula se encuentra sometida a
acciones externas como límites a su movimiento, o cuando la
fuerza F ( x, v, t ) tiene dependencias en posición, velocidad y
tiempo "no lineales" que frecuentemente se presentan en los
modelos matemáticos de la "realidad". Cabe advertir que un
modelo "no lineal" puede ser algo tan simple como
tomar F  av (1  bv) (Ibáñez, 2006) o que el sistema puede ser
Teorías Físicas ...

algo tan simple como tres cuerpos en interacción gravitatoria. A


principios del siglo XX, H. Poincaré había ya advertido las
huellas del caos en la Mecánica newtoniana, pero recién
después de mediado el siglo, con el advenimiento de la
computación electrónica y sus programas de cálculo numérico,
se advirtió la presencia efectiva de ese fenómeno en las
ecuaciones deterministas. Y su presencia conduce al
indeterminismo. En efecto, las computadoras digitales, binarias
(basadas en las cifras 0 y 1 para sus cálculos), sólo pueden
trabajar con los números llamados "racionales" (fraccionarios o
enteros) pero no tienen acceso exacto a los números llamados
"irracionales", propios de la continuidad newtoniana, como
=3,1416... ó 2  1,4142... , donde los puntos indican cifras
que, con mayor o menor precisión, no podemos representar en
la computación numérica. La necesidad de trabajar con
números "truncados", por ejemplo tomando 2  1, 41 , hace
que para un sistema sensible a los datos iniciales los resultados
finales no sean predecibles, pues si se tomara 2  1,40 ó
2  1,42 ó incluso un valor cercano al correcto como
2  1, 4142 , los resultados finales serían totalmente diferentes.
Si mejoramos nuestra máquina de calcular con una de mayor
capacidad y precisión el problema no mejora: sólo se traslada a
tiempos posteriores. De hecho, el cálculo de las ecuaciones para
algunos problemas de predicción climática a un mes en el
futuro (¡tan sólo treinta días!) requieren manipular condiciones
iniciales (temperatura, humedad, presión del día de hoy) con
una precisión de tantas cifras que sólo una computadora de
tamaño del Universo podría realizar el cálculo y obtener un
resultado razonable. Y eso significa que el clima no puede ser
predicho con exactitud a dos meses en el futuro, aunque sus
ecuaciones sean completas y deterministas.
Es importante decir ahora que el caos, como la
aleatoriedad, no es "irregular", ni anómico, ni ilegal. En

Teorías Físicas ...___________________________________________________

realidad, la Teoría del Caos, aún habiendo nacido desde el seno


de la Física Clásica, no es tanto una “teoría física” como una
“teoría matemática” aplicable a todas las ciencias que estudian
la “complejidad”, y es dable encontrar aplicaciones de esta
teoría en todas las ciencias que recurren a modelos matemáticos
de la realidad. Su virtud principal es que da la posibilidad de
analizar la estructura de fenómenos complejos partiendo de
modelos matemáticos “caóticos” con ecuaciones relativamente
simples, para lo cual es necesario definir adecuadamente ciertas
variables como “posiciones” y “velocidades” de un sistema. Por
ejemplo, en sistemas limitados, las posiciones y velocidades
finales suelen guardar una armoniosa relación geométrica
plasmada en los llamados "atractores extraños", objetos
matemáticos que tienen propiedades extraordinarias (por
ejemplo, una estructura "fractal") y cuya representación gráfica
produce imágenes de una enorme belleza y perfección (como el
conjunto de Mandelbrot o el atractor de Lorenz). Pero sobre
esto volveremos en breve al tratar el tema de la Teoría de la
Simetría. Es común encontrar esa belleza y regularidad
matemática en las aplicaciones de la Teoría del Caos a
fenómenos de campos tan distintos como la Mecánica, la
Química, la Biología, y hasta en las Ciencias Sociales y
Económicas
Así pues, nos está vedado ver el futuro y nos está vedado
ver en el pasado, a los cuales sólo podemos acceder con
imprecisión por la prospectiva y la memoria. Pero deberíamos
alegrarnos: la venda sobre los ojos de Jano es también la
recuperación de nuestra libertad.

7.- La Teoría de la Relatividad: la materia y la energía

Otro punto importante que nos despierta del sueño


dogmático del modernismo radica en la convertibilidad entre
energía y materia prevista por la Teoría de la Relatividad, que
Teorías Físicas ...

ofrece formas de materialismo "desmaterializado". Por caso, es


famosa la fórmula de Einstein E  mc 2 , cuyo contenido
conceptual es el siguiente: toda masa es una forma de energía
"concentrada", o bien, toda energía tiene propiedades de masa
(peso e inercia), con una relación cuantitativa regular. Y esto es
importante, porque el mundo de lo espiritual, entre otras
características, se distingue del mundo de lo material como un
mundo de energías frente a un mundo de sustancias, bien
entendido que los términos "energías" y "sustancias" implican
conceptos con alcances semánticos cualitativos a veces
confusos en la transferencia interdisciplinar. En efecto, la
energía, en la Física, es un concepto esencialmente
cuantitativo (lo cual lo distingue de otros usos de esa palabra,
no ilícitos pero sí extralimitados y esotéricos, designados por el
mismo término: "energía"); sólo podemos decir qué es la
energía si especificamos el modo de medirla (Feynman, 1987),
en cuyo caso se advierte que este concepto está vinculado con
las configuraciones de un sistema entendidas en sentido
amplio, y con los cambios en dichas configuraciones. La
energía suele estar vinculada más con el modo de "estar" que
con el modo de "ser" de un sistema, así como el concepto de
sistema está más vinculado al modo de ser que al modo de
estar. No obstante, la teoría relativista de Einstein desdibuja
estas diferencias cuando vincula propiedades "ponderables"
normalmente asociadas a la "materialidad" (inercia, masa, peso,
gravitación) con la energía, concepto esencialmente
configuracional. De hecho, el llamado Modelo Standard de la
Física Cuántica concibe a todas las partículas elementales
como puntos con propiedades pero sin masa (sin peso); sus
masas aparecen como consecuencia de la interacción de estas
partículas con el llamado campo bosónico de Higgs; en este
modo de ver las cosas, ¡la masa es apariencia de una energía de
interacción!, tal como en la Relatividad General la fuerza
gravitatoria es una apariencia de la curvatura del espacio-

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tiempo. Es interesante mencionar aquí que en el período


stalinista de la Rusia soviética, una corriente filosófica oficial,
marxista, quiso prohibir la enseñanza de la Teoría de la
Relatividad en toda la Unión Soviética por considerarla una
teoría idealista, no materialista y obviamente burguesa y
antimarxista. Stalin, más pragmático que marxista, frenó este
intento ante la insistencia de los científicos rusos que le
advirtieron que si la Relatividad no llegaba a las aulas de las
Universidades rusas, la Unión Soviética podía darse por
perdida. Y el estado soviético sobrevivió medio siglo más.
Dice Feynman (Feynman, 1987): "Es importante darse
cuenta que en la Física actual no sabemos lo que la energía es.
No tenemos un modelo de energía formada por pequeñas gotas
de un tamaño definido. No es así. Sin embargo, hay fórmulas
para calcular cierta cantidad numérica, y cuando las juntamos
todas nos da ... siempre el mismo número. Es algo abstracto en
el sentido que no nos informa el mecanismo o las razones para
las diversas fórmulas". Este enunciado pone de relieve dos
aspectos de la energía: es un concepto cuantitativo, y es una
cantidad conservada. Como veremos al tratar la Teoría de la
Simetría, la conservación requiere cierta discusión, pero
queremos aquí poner énfasis en otros aspectos de la energía sin
entrar a analizar los términos técnicos que aparezcan. La
energía es un agente cuantitativo de cambio: puede ser
definida como una capacidad o potencialidad para realizar
"trabajo" (aplicar fuerzas y mover objetos) a expensas de la
variación de los parámetros que la determinan (velocidad si es
energía cinética, posición si es energía potencial, temperatura si
es térmica, etc.), es decir cambiando de una forma en otra. Bajo
formas especiales (la función de Hamilton de la Física Clásica,
el operador hamiltoniano de la Teoría Cuántica, las funciones
de estado de Gibbs y Helmholtz en la Termodinámica, etc.)
provee la información más detallada que se puede lograr para la
evolución de los sistemas y de sus estados. Esas formas
Teorías Físicas ...

especiales conducen de ciertas configuraciones iniciales a otras


finales, con un efecto final que puede definirse diciendo que la
energía crea configuraciones y estados nuevos (e incluso
sistemas). La energía es un concepto abstracto, cuantitativo,
agente de cambio y evolución y creador de novedades ¡y no
obstante tiene propiedades ponderables: masa, peso, inercia!.
Aunque la masa, el peso y la inercia de la materialidad nos
resulten más "evidentes", cabe la posibilidad de que lo básico
sea simplemente la energía y el resto apariencia sensorial.
Como otro ejemplo de nuestro análisis de las
concepciones idealistas dentro de la Física, recordemos el
llamado Principio Antrópico de la moderna Cosmología
(Castro, 2004), planteado con relación al problema de los
valores refinadísimos de las constantes universales de las
teorías. En efecto, una variación en una mil millonésima parte
de sus valores traería aparejadas consecuencias radicales para la
Física de nuestro Universo, que no hubiese sido posible tal
como lo conocemos: por ejemplo, el carbono no podría
formarse por fusión en los núcleos estelares, la química
orgánica no sería posible, y con ella la biología no hubiese sido
posible. Nuestro cuerpo y nuestra propia existencia no hubiesen
sido posibles. ¡Un universo así no podría albergar vida!, ni,
probablemente, mentes pensantes, en cuyo caso no podríamos
distinguir tal universo de la nada. ¿Porqué, entonces, existimos
y explicamos nuestro Universo con los valores precisos de las
constantes universales?. Y es aquí donde, como un visitante no
invitado y no querido, casi sospechoso, se introduce en la Física
el Principio Antrópico "fuerte", que asegura que las
constantes valen lo que valen y el Universo es lo que es (yo
diría, un milagro) porque estamos nosotros para observarlo.
Dicho de otro modo, el Universo es tal como lo percibimos por
causa de nuestra existencia, o de modo más radical y en la línea
del idealismo filosófico que permea toda la Física
contemporánea: el Universo existe porque podemos percibirlo

Teorías Físicas ...___________________________________________________

y conceptualizarlo. Como fideísta pascaliano y a título


personal, me animaría a llegar más lejos y decir que el
Universo es como es porque fue hecho para nosotros. Pero es
honesto advertir que existen concepciones materialistas o
dualistas que también son compatibles con el Principio
Antrópico, o que pueden incluso negar su validez cuando se lo
considera como un modo de evadir el problema del equilibrio
de los valores de las constantes. Lo importante aquí es advertir
que este Principio (suplementado con otros enunciados) es
compatible con variados puntos de vista filosóficos diferentes
entre los cuales el idealismo es una opción más, pero que se le
adecua muy bien.
Desde luego, todo lo que expresamos en nuestro planteo
de "desmaterialización" de la materia puede también
interpretarse de otros modos. Nuestra intención es poner casos
extremos como ejemplos didácticos que nos permita entender
que el tiempo de la Física "materializada" de modo
exclusivista, ha pasado. Las concepciones idealistas, como la de
la escuela de Copenhague, también son lícitas y posibles dentro
de la Ciencia. Y cabe recordar, como verdad de perogrullo, que
lo opuesto del idealismo no es el realismo, sino el materialismo.
De hecho, la Física como la conocemos sólo suele exigir el
"realismo", pero no necesariamente el materialismo. Insistimos:
las interpretaciones materialistas son lícitas y posibles; pero las
idealistas también lo son. Si nos aceptamos como fideístas
consecuentes, sabemos que todo es cuestión de credo, no de
fenómenos.

8.- La perfección matemática y estética en la Física

La Teoría de las Simetrías es una de las creaciones más


bellas de la mente humana y amerita ser tratada aquí aunque sea
de modo breve, pues introduce, junto con la Teoría Cuántica y
por primera vez en la Historia, el concepto de "perfección"
Teorías Físicas ...

como atributo de la Naturaleza. En uno de los capítulos más


interesantes de sus libros, Feynman trata la Simetría en las
leyes físicas partiendo de la definición de Weyl: un ente es
simétrico si permanece sin cambio ante cierta operación
realizada sobre él. Por ejemplo, un jarrón con asas es simétrico
si al girarlo 180º alrededor de su eje vertical, o si se lo refleja
en un plano que contenga las asas, no es posible diferenciar su
aspecto respecto del que tenía antes de operar sobre él. La
Física, como ciencia esencialmente cuantitativa (aunque no
ciencia "exacta", término que debería ser reservado para la
Matemática pura) expresa sus leyes por ecuaciones. Estas
ecuaciones muestran algunas propiedades de simetría tan
evidentes que el placer estético que producen se transforma en
criterio de validación y aceptación para la comunidad científica.
Un patrón teórico simple que produzca la proporción áurea de
los griegos o el conjunto fractal de Mandelbrot tiene
seguramente más probabilidad de ser considerada una buena
teoría que otra menos bella o menos simple. Esto es, ni más ni
menos, el antiguo criterio de "la navaja de Occam" ampliado
para abarcar lo estético. La existencia de elementos estéticos
dentro de la Física no debería sorprender a nadie: los propios
científicos se consideran a sí mismos "artistas" de la Ciencia, y
celebran la inventiva y la capacidad creativa de quienes
practican el "arte" de la Ciencia.
En la Física Cuántica los entes físicos son "perfectos" en
el sentido de "perfectamente idénticos". No hay dos electrones
diferentes; de hecho, puestos juntos son idénticos como los
gemelos homocigotas y por lo tanto son indistinguibles. En la
Física Clásica, dos automóviles iguales siempre se pueden
distinguir, por ejemplo con pequeñas marcas de pinturas
diferentes sobre cada uno de ellos, tan pequeñas que no afecten
a los vehículos. Pero ¡a los electrones no se les puede “pintar”,
ni se les puede “adherir” nada pequeño sin cambiar su
condición!; por ejemplo, un positrón añadido a un electrón

Teorías Físicas ...___________________________________________________

constituye una “pintura explosiva” que desintegraría ambos en


fotones. De este modo los electrones resultan más que
“iguales”: ¡son idénticos!. Esta identidad de los electrones da
lugar a propiedades especiales, como el llamado Principio de
Exclusión (o "de Pauli"), que explica la estructura de la materia
y algunas de sus propiedades (por ejemplo, la impenetrabilidad,
asombrosa en sistemas cuyo volumen es esencialmente
"vacío"). Así pues, la Naturaleza es perfecta, y formada por
unas pocas especies de entes (quarks, leptones y bosones de
interacción) idénticos hasta un grado de perfección que ninguna
obra humana podría lograr.
En 1918, Emmy Noether, una dama matemática
interesada en la Teoría de las Simetrías, demostró un teorema
hoy conocido por su nombre: el Teorema de Noether. Su
enunciado dice que la existencia de “simetrías continuas”
lleva implícita la existencia de "leyes de conservación". Este
es un resultado central dentro de la Física Teórica que expresa
la correspondencia uno a uno entre simetrías y leyes de
conservación. Una simetría continua se da por ejemplo en un
cilindro: cualquier rotación pequeñísima alrededor de su eje lo
deja con el mismo aspecto que tenía previamente (una rotación
mayor tampoco modifica su aspecto, pero la condición de
“continua” para la simetría se refiere a que admite giros
arbitrariamente pequeños). Por ejemplo, la Física Teórica
admite ab-initio (como un dogma en el que se cree con una
certeza que sólo un fideísmo consecuente puede dar) que las
“leyes” físicas son invariantes ante traslaciones en el tiempo.
En términos más simples: un sistema preparado del mismo
modo y dejados evolucionar, primero hoy y luego mañana, bajo
las mismas condiciones, se comportará de igual manera. O sea,
el mismo sistema, bajo las mismas condiciones impuestas
externamente, evolucionará igual hoy que mañana, o que ayer,
o que dentro de mil años. Esto implica que las “leyes” físicas
(¡la propia Física!) no cambian con el tiempo, del cual se dice
Teorías Físicas ...

que es “homogéneo”. Esto justifica el método inductivo


experimental, que asegura que cualquier experimento válido en
Física debe poder ser repetido o replicado en otro momento con
resultados concordantes. Y justifica a la propia Física pues de
otro modo las “leyes” de hoy no serían otra cosa que “decretos”
pasajeros. No obstante deberíamos recordar que aunque la
Física no sea una ciencia “histórica”, el problema “histórico”
está presente en las Cosmologías Físicas, y un análisis
completo del problema del origen del tiempo (y del Universo)
es todavía “terra incognita” para la Física.
El Teorema de Noether exige que, si las leyes de la
Física son invariantes ante traslaciones temporales continuas
debe existir una cantidad “conservada”: ¿cuál es esa cantidad?
Para un físico puede parecer casi evidente, pero aún en él la
respuesta debería causar asombro y admiración: la cantidad
conservada asociada a la homogeneidad del tiempo ¡es la
energía! Y ahora el lector entenderá porqué en la Física la
conservación de la energía es casi un dogma: ¡no admitirla sería
no admitir que el tiempo es homogéneo (que "fluye" siempre
del mismo modo)!, con todo lo que ello implica. Pero los
físicos admitimos también para el espacio algunas propiedades
de simetrías continuas: la homogeneidad del espacio, es decir,
el hecho de que los fenómenos preparados del mismo modo
evolucionan del mismo modo en cualquier lugar del espacio, y
la isotropía del espacio, es decir, que los fenómenos no
dependen de su orientación en el espacio (una advertencia: en
este caso el lector debería imaginarse en algún lugar lejano del
espacio cósmico, porque la presencia de nuestro planeta
"rompe" la isotropía del espacio y privilegia una dirección
como diferente de las demás: la vertical, dirección que los
cuerpos graves "definen" al ser soltados). Ambas simetrías dan
lugar a nuevas leyes de conservación: la ley de conservación
del impulso lineal y la ley de conservación del impulso
angular, cantidades vinculadas a los movimientos de traslación

Teorías Físicas ...___________________________________________________

y de “giro” de los sistemas físicos. Existen otras propiedades de


simetrías fundamentales que menciono, pero por brevedad no
trato (Wikipedia): el mundo de “Alicia en el espejo” o simetría
de inversión, las invariancias “de medida”, la conservación de
la carga eléctrica, las simetrías de escala en el caos clásico, el
Teorema CPT de la Teoría Cuántica. La presencia de simetrías
introduce en la Física contemporánea el concepto de
"perfección matemática y estética", concepto antes puramente
"ideal", que ahora aparece vinculado a los entes y fenómenos
de la "realidad" física.
Por cierto: el tiempo no es isótropo, pues su dirección
va del pasado al futuro y nunca en sentido contrario; esta
propiedad, llamada “la flecha del tiempo” es una de las
carencias de simetría más intrigantes de la Física, y es un
problema todavía no resuelto. El problema es que casi todas las
leyes físicas son simétricas en el tiempo (con excepción de la
Termodinámica de no equilibrio) y sin embargo el tiempo se
nos presenta manifiestamente asimétrico.
Para ir cerrando este párrafo, quisiera citar las palabras
con que Feynman, que era un agnóstico más allá de toda duda,
cierra su tratamiento de la Teoría de las Simetrías, tras haber
mostrado que los fenómenos normalmente presentan un grado
enorme de simetrías fundamentales, pero que a veces hay
pequeños desvíos respecto de esta norma (o, como en el caso de
la anisotropía del tiempo, a veces no tan pequeños). Dice
Feynman: "Hay una puerta en Japón, en Neiko, que los
japoneses llaman algunas veces la puerta más hermosa de todo
Japón; se construyó en una época en que había una gran
influencia del arte chino. Esta puerta es muy ornamentada, con
muchos tímpanos y hermosas estatuas y columnas y cabezas de
dragones y príncipes esculpidos en los pilares, etc.. Pero
cuando se mira de cerca se ve que en el dibujo elaborado y
complejo de uno de los pilares, uno de los pequeños elementos
de diseño está esculpido cabeza abajo; por lo demás todo es
Teorías Físicas ...

completamente simétrico. Si se pregunta porqué es así, la


historia es que se esculpió cabeza abajo para que los dioses no
estuviesen celosos de la perfección humana. ... Nos gustaría
invertir la idea y pensar que la verdadera explicación de la
casi simetría de la naturaleza es esta: ¡Dios hizo las leyes
solamente casi simétricas para que así nosotros no
estuviéramos celosos de su perfección!". (Feynman, 1987)
Hay algo notable en este texto: el espíritu
extraordinariamente creativo de Feynman, por error o por
comisión creó la puerta de Neiko, en la cual todos los físicos
creen. En efecto, Japón no tiene ninguna ciudad llamada Neiko;
el lugar que lleva ese nombre está en China y se asocia con
cerámicas y esculturas de la dinastía Ming, dando su nombre al
período Neiko. Así pues, Feynman logró que la puerta de
Neiko, aunque no tenga materialidad, exista.

9.- El holismo en la Física contemporánea

Debemos ahora tratar la cuestión de los conceptos


holísticos dentro de la Física Cuántica, para lo cual es relevante
considerar la llamada "paradoja EPR", el Teorema de Bell y el
Principio de Inseparabilidad.
Habíamos dicho, al principio de esta larga exposición,
que Albert Einstein, el padre de la Teoría de la Relatividad, fue
el último gran "físico clásico". Si bien Einstein ayudó en el
parto de la Teoría Cuántica con su concepto de cuantización del
campo electromagnético (la explicación del efecto fotoeléctrico
que le valió el Premio Nobel en 1921 por introducir la hipótesis
del "fotón"), con el transcurso de los años y con el apoyo de su
penetrante inteligencia y su extraordinario prestigio científico
Einstein se convirtió en el principal y más recalcitrante opositor
a la interpretación de la Teoría Cuántica dentro de las ideas de
la escuela de Copenhague. Es conocida su frase (la bastardilla
remarcada es mía): "No puedo creer que Dios elija jugar a los

Teorías Físicas ...___________________________________________________

dados con el Universo", referiéndose a la aleatoriedad


característica de la Física en el mundo atómico. Bohr, ante la
insistencia de Einstein, basada por entero en una creencia del
genial físico, le replicó en cierta ocasión pidiéndole: "Albert,
deja de decirle a Dios lo que tiene que hacer". Es también
famoso el duelo intelectual entre Einstein y Bohr en Bruselas,
durante el Sexto Congreso Solvay de Física, en 1930 (Gamow,
1971). Einstein nunca estuvo conforme con el Principio de
Indeterminación de Heisenberg y en dicho Congreso propuso a
Bohr un "gedanken experiment" (es decir un "experimento
pensado" o, como diríamos nosotros, un "problema para
resolver") que en su opinión invalidaba la relación de
indeterminación entre tiempo y energía Et  h : una caja de
paredes espejadas es llenada con radiación electromagnética y
con un reloj idealmente exacto; el reloj abre y cierra una
ventana permitiendo que salga una cantidad de energía. Como
el reloj es exacto, los tiempos de apertura y cierre se conocen
con total exactitud y t  0 , de modo que el Principio de
Indeterminación predice que la cantidad E de energía emitida
queda indeterminada. No obstante, Einstein sostenía que la
energía E puede medirse con toda exactitud (es decir, proponía
que E  0 , violentando la relación de indeterminación) por el
simple procedimiento de pesar la caja antes y después de la
emisión de energía y luego usar su fórmula para la masa y la
energía: E  (mantes  mdespues )c 2 . Tras una noche de tensión
intelectual, Bohr replicó a Einstein en la mañana ¡y lo hizo
usando la Teoría General de la Relatividad que el propio
Einstein había desarrollado para analizar el fenómeno de la
gravedad!. Para pesar la caja es necesario que esta se encuentre
en un campo de gravedad, y la balanza debe cambiar de
posición cuando se realiza la pesada; eso también cambia la
posición del reloj en el campo de gravedad, que se aparta del
marco de referencia estacionario original, y sus mediciones
resultan diferentes de las del exterior con una imprecisión ¡que
Teorías Físicas ...

está dada correctamente por la relación de indeterminación!, de


tal modo que el Principio de Heisenberg queda a salvo. Así,
Bohr ganó el duelo pero, como veremos, el recalcitrante
Einstein no se rindió (de hecho, nunca lo hizo).
En 1935 Einstein publica en colaboración con Boris
Podolsky y Nathan Rosen un trabajo, hoy famoso, denominado
"¿Puede ser considerada completa la descripción mecánico-
cuántica de la realidad?". El contenido de este trabajo es
universalmente conocido como "la paradoja EPR", por las
iniciales de sus autores. En él, EPR proponen un nuevo
"gedanken experiment" basado en dos premisas: 1º) existe una
"realidad local" y 2º) no existe posibilidad de propagar
información más rápidamente que la luz. Ambas hipótesis
merecen un par de palabras. La primera no es otra cosa que la
antigua hipótesis de la Física Clásica que asegura que los
sistemas y todas sus características clásicas (por ejemplo,
posición y velocidad) existen aunque no se les esté observando;
la segunda es una consecuencia de la Teoría Especial de la
Relatividad, muy querida por Einstein porque asegura la
validez del Principio de Causalidad clásico, en el sentido de que
causas y efectos no pueden aparecer invertidos en su secuencia
temporal para ningún observador. Los autores EPR proponen
un experimento para determinar con total certeza el valor de
una propiedad de una partícula, sin afectarla; se valen para ello
de un Teorema de Conservación (de los que ya hemos dicho
que se consideran de validez fuerte por su vinculación con
propiedades de simetría del tiempo y el espacio). La versión
original de EPR no es la más apropiada para comprender el
contenido de la paradoja; en su lugar, describiremos una forma
equivalente basada en una propiedad de las partículas
elementales denominada "espín". Las partículas elementales
poseen "propiedades" (carga eléctrica, masa, etc.) que
caracterizan sus estados como números cuánticos "invariantes"
durante un experimento. La propiedad llamada "espín", a

Teorías Físicas ...___________________________________________________

diferencia de la carga eléctrica o la masa, no queda


caracterizada por un único número sino por al menos dos, que
podríamos llamar +1 y  1 ; el espín es una magnitud
"direccional", es decir, con dirección en el espacio, razón por la
cual suele representársela con una pequeña flecha o vector.
Esos números son los únicos resultados posibles para una
medición del espín en una dada dirección o eje del espacio: si
se mide +1 se dice que la flecha del espín apunta hacia delante
en la dirección elegida (espín paralelo), y si se mide  1 se dice
que la flecha apunta hacia atrás (espín antiparalelo). Si bien
sobre cualquier eje sólo se miden los números  1 , para
distintas direcciones del espacio cambia la probabilidad de
encontrar uno u otro de esos dos valores. La direccionalidad del
espín no es casual pues el espín no es otra cosa que un
impulso angular (o "rotación") intrínseco de las partículas
elementales, esa propiedad de los sistemas físicos que según
vimos goza de una Ley o Teorema de Conservación vinculado
a la isotropía del espacio. Con esta somera descripción del
espín podemos pasar a describir la paradoja EPR.
Un par de partículas idénticas de espín  1 es preparado
en un estado conjunto de espín total "cero", es decir, una de las
partículas debe tener espín +1 y la otra  1 (pues  1  1  0 ).
En algún momento dicho estado, que se prepara para que sea
inestable, se desintegra enviando a las dos partículas del par en
direcciones opuestas, por ejemplo una hacia el Norte y la otra
hacia el Sur. Dos observadores (Aldo y Bruno, A y B) muy
alejados entre sí y equidistantes del lugar de origen de las
partículas, uno en el camino de una de ellas y el otro en el
camino de la otra, medirán el espín de las partículas en
direcciones perpendiculares a la del camino, es decir, Este-
Oeste, arriba-abajo, o direcciones intermedias. Supongamos
que A y B han acordado medir los espines en dirección Este-
Oeste y comienzan a repetir el experimento muchísimas veces.
Ambos están tan lejos que no pueden comunicarse sus datos
Teorías Físicas ...

durante las mediciones y se dedican a registrarlos en tablas.


Debido a la conservación del espín total (que debe dar "cero"
pues ese era su valor inicial que se debe conservar) cada vez
que A mida +1, simultáneamente (pues son equidistantes del
origen) B medirá -1, y cada vez que A mida -1, B medirá +1. Si
A y B pudieran comparar sus tablas, verían que en todos los
casos en que observaron simultaneamente partículas del mismo
par sus observaciones tienen correlación total: toda medida de
uno corresponde a una medida opuesta del otro. Einstein
pensaba que esto se debía a que las partículas "poseen" un espín
propio durante todo su vuelo hacia los detectores, aunque no
haya sido observado. Pero supongamos que un instante antes
de medir el espín, A decide modificar el experimento y medir
en dirección arriba-abajo; de acuerdo con la Teoría Cuántica
detectará un espín +1 ó -1 en esa nueva dirección. Y debido a la
conservación del espín total, B, que no puede saber nada del
cambio hecho por A y sigue midiendo Este-Oeste debe
comenzar a registrar tablas de resultados que ya no
correlacionan con los resultados de A (aunque B todavía no lo
sepa); sólo si B orientara sus medidas también arriba-abajo
sus datos volverían a correlacionar totalmente con los de A.
Esto significa, según la Teoría Cuántica, que el espín de la
partícula que observa B se ha orientado en la nueva dirección
¡en el mismo momento en que A midió el espín de la suya!. O
dicho de otro modo: algún "mecanismo exótico" ha propagado
un "aviso instantáneo" (de velocidad muy superior a la de la luz
o infinita) entre A y B, de modo que al medir A un espín en
dirección arriba-abajo, la partícula de B adoptó esa nueva
dirección para su espín. Esta predicción de la Teoría Cuántica
no era del gusto de EPR, que se resistían a la idea de ver
propagar acciones a velocidad mayor que la de la luz. Además,
la adopción por parte del espín en B de una nueva dirección (la
opuesta a la que A elija medir) produciendo resultados no
correlacionados con los de A implica que el espín antes de ser

Teorías Físicas ...___________________________________________________

observado en B está sólo estadísticamente determinado, pero


no clásicamente determinado: está determinado en el conjunto
de muchos experimentos con partículas, pero no en cada
partícula individual. Dicho de otro modo, antes de la medición
de A el espín en B no está determinado: ¡no existe, en el
sentido de la Física Clásica! , y es "creado" con el valor opuesto
al de A en el instante en que éste mide. Y como dicha medición
depende de la voluntad de A, la partícula de B no puede tener
ningún espín definido hasta que A determine el suyo: ¡el espín
de B no existe antes de que A mida!. Y esto es claramente
incompatible con la hipótesis del realismo local que planteaba
Einstein.
Para EPR, no dispuestos a abandonar cualquiera de sus
hipótesis, la conclusión era que la Teoría Cuántica era
incorrecta, o por lo menos "incompleta", en el sentido de que
faltaba incluir elementos de la "realidad física" (variables
"extra", ocultas, no observables) que determinaran los
movimientos y las propiedades de las partículas al estilo clásico
mientras no se las estuviera observando; estas variables ocultas
deberían explicar los resultados aleatorios (pseudo-aleatorios,
en este modo de pensar) que la fenomenología del mundo
cuántico mostraba. En 1952, dos trabajos complementarios de
David Bohm titulados "Una interpretación sugerida de la Teoría
Cuántica en términos de "variables ocultas"" dieron la primera
formulación completa de este tipo, de modo que la aleatoriedad
del mundo cuántico resultaba ser espejo de nuestra ignorancia
de los detalles del mundo "clásico" microscópico y no una
cualidad intrínseca de los fenómenos. La Física Clásica ya
conocía una teoría de este tipo: la Teoría Termodinámica
Estadística de Boltzmann y Gibbs, donde las propiedades de los
sistemas de muchas partículas se deducen como promedios
estadísticos sobre sus propiedades clásicas (velocidades y
posiciones), renunciando a describir el movimiento detallado de
cada una de ellas.
Teorías Físicas ...

En 1964 John S. Bell publica un brillante trabajo


titulado "Sobre la paradoja Einstein Podolsky Rosen" en el que
analiza algunas consecuencias de las teorías de variables
ocultas y de la Teoría Cuántica que pueden ser puestas a prueba
experimentalmente. Como siempre en la Física, desde Galileo,
la medición de laboratorio tiene la palabra decisiva a la hora de
elegir entre teorías rivales. Y como el lector ya puede imaginar,
el trabajo de Bell propone analizar las correlaciones
estadísticas entre las mediciones hechas sobre partículas en
un estado conjunto (llamado estado "entangled", "enredado" o
"acoplado"). El autor dedujo en su análisis que las teorías de
variables ocultas deben producir mediciones que satisfagan
ciertas "desigualdades", entre las cuales escribimos su
propuesta original, en homenaje a Bell: 1   BC   AB   AC
donde  AB es el coeficiente de correlación estadística entre las
medidas de A y B y el experimento involucra tres
observadores: A, B y C. Por su parte, la Teoría Cuántica
predice relaciones distintas entre las correlaciones. El
enunciado que se conoce como el Teorema de Bell establece
que ninguna teoría física de "variables ocultas locales" puede
reproducir todas las predicciones de la Teoría Cuántica.
Los experimentos son difíciles de llevar a cabo pero se
han hecho (son famosos los de Alain Aspect realizados con
fotones) y de ellos se deduce que los fenómenos del mundo
cuántico violentan las desigualdades de Bell, o dicho de otro
modo, que la Teoría Cuántica es correcta y que la paradoja
EPR es una paradoja sólo porque la intuición clásica no se
corresponde con la realidad física. La paradoja EPR es una
ilustración de cómo el mundo cuántico violenta las intuiciones
"clásicas". Dichos experimentos invalidan la propuesta original
de EPR: la "espeluznante acción a distancia" más rápida que la
luz que preocupaba al trío y la carencia de una "realidad local"
clásica existen y aparecen consistentemente en numerosos y
ampliamente replicados experimentos. Y aunque el Principio

Teorías Físicas ...___________________________________________________

de Causalidad clásico queda salvado gracias a un "Teorema de


No-Comunicación", por el cual se demuestra que los
observadores no pueden usar las violaciones de las
desigualdades de Bell para comunicar información entre sí más
rápidamente que la luz (tampoco entropía, energía, masa, ni
otras propiedades mensurables), los efectos "no locales" quedan
claramente establecidos al menos hasta las distancias normales
en laboratorio (varios metros). A distancias mayores, los
efectos de "decoherencia" y "colapso de estado" desdibujan los
resultados experimentales, pero desde el punto de vista de los
fenómenos del mundo atómico varios metros representan una
distancia enorme, donde los efectos no locales son tan claros
que se los ha resumido en un Principio de Inseparabilidad para
los sistemas "enredados" que asegura que, de no existir efectos
de decoherencia o colapso, todas las partes (subsistemas) de
un sistema "acoplado" permanecen vinculadas por efectos no
locales. Esto es, la Teoría Cuántica introduce un concepto
holístico donde las acciones sobre las partes afectan al todo, sin
importar la distancia entre causa (la medición en A) y efecto (el
cambio de espín en B).
Al holismo de "pequeña escala" se une también el de los
físicos cosmólogos, que aseguran que el Universo de "gran
escala" no puede comprenderse en su origen y evolución si no
se hacen converger la Teoría de la Relatividad y la Teoría
Cuántica de las partículas elementales. A ambos se les une el
holismo de "escala intermedia" de los sistemas complejos y
autoorganizados de la Teoría del Caos. Sin descartar los
métodos analíticos y reduccionistas del pasado, la Física
contemporánea marcha hacia construcciones teóricas de síntesis
cada vez más abarcantes, y se arriesga a proponer efectos de
ubicuidad y de atemporalidad (más aún, de temporalidad
inversa o con elementos teleológicos, es decir, con "causa
futura") en un mundo de fenómenos "reales" que era
impensable imaginar hace apenas cien años atrás.
Teorías Físicas ...

10.- Ciencia, Idealismo filosófico y una Teología


renovada

Desde luego, la mente humana puede generar buena


parte de los atributos de los fenómenos a través del proceso de
medición u observación (es decir, de interacción con el
fenómeno). Tendremos ondas o partículas según lo que
queramos observar, haremos aparecer partículas nuevas, es
decir, objetos nuevos, extraídos de su estado virtual y puestos
en un estado real, interaccionando con y manipulando a la
materia. Hasta podemos imaginar que en un futuro remoto
fabricamos antipartículas, las separamos y las combinamos para
formar antiátomos, antimoléculas, anti-ADN y de allí un
antihombre. Pero no obstante, no podemos imaginar cualquier
cosa. La realidad se nos presenta condicionada y aleatoria:
podemos observar un electrón pero no una partícula que sea
"medio-electrón", o mezcla de "electrón-quark", y aún si es un
electrón puro y completo éste se materializará no donde
imaginemos sino donde el azar lo determine. Pero, aunque los
resultados de los atributos variables en una observación pueden
aparecen aleatoriamente, la realidad no es anómica, es decir sin
reglas o con reglas dejadas al arbitrio de nuestra voluntad; de
hecho, aunque la realidad es manifiestamente incontrolable
para los seres humanos a pesar de nuestro voluntarismo, no es
“desordenada”. Ya en el siglo XVIII, el obispo George
Berkeley, en su filosofía idealista se había encontrado con este
problema que podía conducirlo al solipsismo filosófico, y lo
resolvió del modo más directo posible: las condiciones sobre
nuestra mente, las condiciones de la realidad, son las
condiciones de la mente divina. Hasta nuestros semejantes, de
quienes sospechamos que también tienen mentes como la
nuestra, deben someterse a las condiciones de Dios, y no
caemos en el solipsismo, en la soledad absoluta, y tenemos la

Teorías Físicas ...___________________________________________________

capacidad de comunicarnos porque lo hacemos a través de la


mente de Dios. Para Berkeley, la mente humana participa en la
generación de la realidad (como en la obra cinematográfica
"Matrix" o en aquella otra que cuenta la vida de John Nash, el
famoso matemático acosado por sus alucinaciones) pero a
través del contacto directo con la mente de Dios que condiciona
esa realidad, y la comunicación con otras mentes humanas es
sólo posible por la mediación de Dios. Así, para Berkeley y su
filosofía idealista, la misma existencia de la realidad es prueba
de la necesidad de un Dios.
Imagine ahora el lector un Espíritu autosostenido, una
"mente" fuera del espacio-tiempo, en esa zona de la realidad
que escapa a nuestra posibilidad de observación directa, donde
la materialidad se expresa por objetos cuánticos virtuales.
Imagine esta mente sin tiempo (eterna) y sin espacio (ubicua)
como cuantitativa, es decir como capaz de generar esos entes
ideales que llamamos "el número" y "la figura". Imagine un
espíritu puro "energía", es decir, que es en sí mismo abstracto y
con esa capacidad para modificar estados que se puede expresar
cuantitativamente, un espíritu que expresa su energía bajo
forma y apariencia de materia, cambio y evolución. Imagine
una mente capaz de crear y mantener toda materia con sólo
pensarla, es decir, con sólo generar su concepto, es decir a
través de lo que la Teoría Cuántica llamaría una "medición" u
"observación" que adquiere una dimensión "creadora". Una
mente que puede producir en la realidad la aleatoriedad
estadística y caótica que los hombres observamos y los efectos
holísticos cuánticos. Imagine una mente escondida en lo no
observable, pura, perfecta, matemática, creadora de la realidad
y dueña del azar estadístico de los fenómenos, eficaz y eficiente
a través de sus ideas, de sus conceptos, de su "logos", de su
palabra. Y recuerde el lector el texto inicial del Evangelio de
Juan: "En el principio la Palabra (el "logos", es decir, la idea, el
concepto) existía y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era
Teorías Físicas ...

Dios. ... Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de
cuanto existe.". Un Espíritu así, una mente así, no sólo es
posible, sino que además su existencia estaría conforme a todo
lo que los fenómenos y los conceptos de la Teoría Cuántica nos
dicen. Dios, para la Física contemporánea, es posible, en un
regreso desde el pensamiento aristotélico y tomista que se
impuso hasta la modernidad para llegar a los conceptos del
presente, en que vemos las realidades de la materia y el espíritu
de un modo mucho más cercano al idealismo platónico,
agustiniano y berkeleyano. En este contexto, el
"descubrimiento" de las Teorías que explican los fenómenos
físicos (¿o deberíamos decir, tal vez, la "invención"?) es mucho
más que la "anamnesis" platónica o que la "idea subjetiva"
en Berkeley: es un acercamiento a la mente de Dios.
Pero debemos dejar algo bien claro: que algo sea
posible no significa que sea necesario. Debemos dejar
entendido que también es posible imaginar un mundo conforme
a la Teoría Cuántica, pero sin Dios. El concepto "Dios" es,
afortunadamente, inabarcable por su propia naturaleza, y así
Dios reserva para su intimidad el conocimiento de su realidad y
de su misma naturaleza. Puedo aquí relatar una anécdota de la
que participé siendo estudiante. Discutíamos en el aula, en un
recreo, sobre dos demostraciones basadas en la 2ª Ley de la
Termodinámica: una concluía que "Dios existe" y la otra que
"Dios no existe". El profesor Varotto escuchaba en silencio,
aunque todos sabíamos que tenía postura tomada en el tema
religioso. Al recomenzar la clase, nos dijo: "Todos saben que
soy creyente y católico. Pero no puedo creer en una
demostración ni en la otra: ambas son falsas. Después de todo,
¡qué pobre sería mi Dios si su existencia dependiera de la
validez de la 2ª Ley de la Termodinámica!". En última
instancia, los hombres podemos creer o no creer en Él. Todo es
cuestión de fe.

Teorías Físicas ...___________________________________________________

Digamos pues que los avances en la Física actual no


dejan razones claras para absolutizar una lógica sustentada en
principios como la abstracción, la disyunción y el
reduccionismo (lo cual no la invalida instrumentalmente para el
análisis, pero la limita para la síntesis). El quantum y el caos,
con su afirmación de la posibilidad de la libertad y la
trascendencia para el Hombre, superando el determinismo de
Laplace por la posibilidad de la mente cuántica, también liberan
a Dios y al espíritu como posibilidad "real". Hoy, gracias a los
aportes de la Ciencia, vemos que la espiritualidad puede
convivir armónicamente con el ejercicio de la razón y que la
razón debe prepararse para el análisis de una síntesis
holística de la realidad.
La Física, la Ecología, las Ciencias Naturales y, en
general, la Ciencia, conceptualmente renovadas durante el siglo
XX, exigen entonces una nueva Teología. Una Teología
profundamente basada también en los saberes científicos sobre
los fenómenos naturales, y no sólo en los humanísticos; tal vez
la desiderata sería reconocer que entre los fenómenos naturales
y los humanos, aún siendo distintos, no hay una solución de
continuidad. La Teología es de raíz y tradición judeo-cristiana,
con claras influencias greco-romanas, de modo que es
pertinente recordar que Cristo resucitado declara de sí mismo
no ser un "fantasma", sino que conserva su materialidad y
corporalidad: el espíritu y la materia son conceptualmente
distintos, pero a la luz de los conceptos de la Física moderna,
que nos hablan de materia que es creada por la observación y
de energía que se materializa ¿qué teólogo se animaría a decir
que espíritu y materia son absolutamente separados y sin
continuidad?. Deberíamos albergar al menos la sospecha de que
estamos a una pregunta que sólo admite respuestas fideístas:
"Credo, ergo sum".
Desde luego, la hermenéutica de los textos sagrados
debería hacerse no sólo bajo análisis lingüísticos o estilísticos,
Teorías Físicas ...

sino también bajo el de las Ciencias Naturales y la Filosofía de


las Ciencias. Pongamos un ejemplo para clarificar. Dios
(Yahvé) se presenta a sí mismo en el Pentateuco
tradicionalmente traducido, diciendo a Moisés "Yo Soy el que
Soy" (Ex 3, 14) (Desclée de Brouwer, "Biblia de Jerusalén",
1967), pero los términos en que se traducen los textos
originales también admiten las interpretaciones "Yo Estoy
como que Estoy", o "Yo Soy el que Estoy", o "Yo Estoy como
que Soy", pues el mismo verbo original vale para tanto para
"ser" como para "estar". F. García Bazán nos dice que: “De
este modo cuando la Biblia hebrea se traduce al griego en
Alejandría, un pasaje fundamental y comprometido de Ex 3,14,
muestra una inocultable influencia filosófica. 
traduce la frase hebrea ehyéh asher ehyéh: “Yo estoy siendo el
que estaré siendo” con un significado en griego que refleja por
aproximación al sentido biblíco. De este hecho eran
conscientes los mismos autores de la época, lo que queda
ratificado por la traducción diferente de Aquila y Teodoción
conservada en las Hexáplas de Orígenes: ”
(García Bazán, 1998). El sesgo cultural greco-romano ha
privilegiado el "ser" sobre el "estar". Pero la escuela de
Copenhague nos habla de "estados" (el "estar") que nos
producen el "sistema" (el "ser"), ¡y bajo una cultura basada en
esta forma de pensar, la lectura del texto sagrado podría ser
también otra!, no distinta, sino con una connotación
complementaria. Heisenberg y Bohr seguramente adherirían a
este modo de ver las cosas.
El padre Georges Lemaitre, sacerdote y científico
cosmólogo, y el padre Pierre Teilhard de Chardin, sacerdote y
científico paleoantropólogo, podrían dar testimonio, si vivieran,
de la riqueza que se alcanza en Teología cuando se lee junto
con la Biblia el texto sagrado de los fenómenos naturales. La
Teología y la Metafísica, como discursos sobre Dios y la
Filosofía, nada tienen que temer de la Ciencias Naturales

Teorías Físicas ...___________________________________________________

(Física, Química, Biología, Ecología) mientras teólogos y


metafísicos no pretenden mantener sus ciencias ajenas a la
realidad fenomenológica.

11.- A modo de resumen y conclusión

Dijimos al comienzo que siete cualidades caracterizan al


espíritu: indeterminación, movimiento, inmaterialidad,
perfección, unidad, inagotabilidad y misterio. En efecto, el
espíritu es libre, generador de cambios, inmaterial, perfecto, sin
partes, inagotable y misterioso.
¿Qué panorama nos presenta la Física contemporánea
respecto de los fenómenos de mundo real? Para comenzar, el
mundo aparece como aleatorio y caótico, pero no irregular;
eliminado el determinismo laplaciano, la realidad vuelve a ser
libre pero no anómica, y la mente recupera la posibilidad de no
estar atada a la materia: la realidad es indeterminada, pero
nunca “absurda”. La realidad se presenta con un agente de
cambio: la energía. La energía, siendo un ente abstracto y
cuantitativo genera los movimientos y posee las propiedades de
la materia. La materia aparece casi como “fantasmal”: las
partículas elementales son puntos matemáticos perfectos y su
masa se puede identificar con una energía. Más aún: para la
escuela de Copenhague las partículas sólo existen cuando se las
observa, y se admite la existencia de partículas “virtuales” no
observables, con extrañas propiedades de atemporalidad: la
realidad se presenta entonces como inmaterial. Tiempo,
espacio y fenómenos resultan cuantitativos y simétricos: la
realidad se nos muestra con perfección matemática y estética.
La Teoría Cuántica y la Teoría del Caos, que tan bien describen
los fenómenos de la realidad, muestran que el mundo puede
verse con propiedades espacio-temporales holísticas y de no
separabilidad: la realidad es unitaria y los efectos en las partes
afectan al todo. La realidad se presenta como inagotable, y si
Teorías Físicas ...

bien hay límites en el conocimiento, esos límites fijados por la


indeterminación cuántica, el caos clásico y el Teorema de
Gödel (en la Matemática) no impiden que a medida que más
conocemos, más problemas a resolver aparecen: la Física, como
ciencia, recién comienza a explorar el Universo. El
conocimiento, aunque limitado, es inagotable como un pozo
cuyas paredes nos impiden ir hacia los costados pero nos dejan
penetrar con profundidad cada vez mayor hacia un fondo que,
tal vez, ... nos devuelva al punto desde donde salimos. Pero
transfigurados, porque ya no seremos los mismos.
Cabe finalmente decir aquí que la Física, con todo lo
que presume de ser un conocimiento cierto sobre la realidad,
continúa siendo un discurso misterioso sobre la Naturaleza. La
realidad se nos presenta como un misterio, y no sólo porque
los fenómenos cuánticos violentan nuestra intuición clásica,
sino por los interrogantes que nos plantea; dejo uno para mis
colegas físicos, con la esperanza no de que lo contesten sino de
que los llame a la reflexión y al análisis: ¿podríamos explicar
porqué el programa cuantitativo de Galileo funciona, y
funciona tan bien? La Física, ciencia de las bases y
fundamentos de los fenómenos reales, es matemática y
cuantitativa y también es un discurso sobre la naturaleza, y
donde junto con ella convergen la Matemática y la Filosofía, se
borran sus fronteras, y desde allí desaparecen las fronteras con
toda otra actividad humana.
Así pues, el Universo, en la imagen de la Teorías Físicas
contemporáneas se muestra con las mismas características que
lo espiritual, y una concepción monista y espiritual de la
realidad se hace perfectamente compatible con la Ciencia
Moderna: Dios y el espíritu son realidades posibles, aunque no
sean evidentes. Pero la espiritualidad siempre se ha dado en un
doble marco: el personal y el social, a través de las grandes
religiones organizadas (Judaísmo, Cristianismo, Islam). A la
luz de la Física contemporánea, Dios, el Gran Observador

Teorías Físicas ...___________________________________________________

Cuántico, es una posibilidad, y además es posible dentro de los


marcos religiosos tradicionales, en la medida en que las
religiones se abran al datum, es decir, a los fenómenos tal como
son. En estas condiciones, el Hombre, que en un primer
momento se consideró parte de la naturaleza, y que luego pasó
a sentirse dueño de ella, enajenándose "de motu propio", tiene
la oportunidad de entrar en una etapa donde se vea a sí mismo
como parte responsable del Universo, administrador
responsable ante sí mismo, ante el propio Universo, y ante
Dios, que es posible.
Nuestras conclusiones serán breves y las daremos
planteando dos preguntas que podemos contestar, ambas, con
un rotundo sí.
En primer lugar: ¿Es posible Dios a la luz de la Ciencia
contemporánea? Etimológicamente, la palabra Dios significa
"El Luminoso" y designa la existencia de un Espíritu puro,
volitivo y generador. Metafísicamente, nada puede objetarse a
imaginar un Dios que abarca, implica y sustenta la
materialidad, un Dios dueño de la luz y la energía; basta
imaginar un ser espiritual cuyo "Logos", cuyo Pensamiento,
cuya Palabra o Idea pudiera generar las apariencias o modos de
presentarse de los fenómenos: perfectos, cuantitativos,
matemáticos y aleatoriamente estadísticos. Metafísicamente,
tampoco puede objetarse la negación de Dios. Así, Dios es
posible, pero no siendo conceptualmente necesario requiere
también de una elección: es decir, de un acto de fe.
En segundo lugar: ¿Son posibles las religiones
"tradicionales" junto al pensamiento científico-racional? Las
religiones monoteístas tradicionales, el Judaísmo, el
Cristianismo y el Islam, comparten sus raíces y el concepto del
Dios único; todas ellas aceptan verdades que están más allá del
alcance de la Ciencia, en el plano metafísico, y ninguna de ellas
se opone conceptualmente al saber científico-racional.
Tampoco lo hacen las religiones y filosofías asiáticas de mayor
Teorías Físicas ...

extensión: Hinduismos y Budismos. No obstante, todas estas


religiones norman moralmente y cualquier eventual conflicto
futuro se presentará en la ética de la obtención del
conocimiento científico-técnico. El marco ético en que se
desenvuelva el porvenir es el que determinará las relaciones
entre Ciencia y Espiritualidad, aún siendo, como son,
metafísicamente compatibles.

12.- Agradecimientos:

Deseo agradecer al Dr. Arturo López Dávalos, del


Instituto Balseiro y Centro Atómico Bariloche, por haber leído
este texto en borrador y por hacer corrección de algunos
párrafos poco claros. De Arturo, maestro y amigo, sigo
aprendiendo Física, pero como discrepamos en algunos
aspectos de la interpretación de la Teoría Cuántica (nuestros
“credos” cuánticos son diferentes) él no es culpable por los
conceptos vertidos en estas páginas, de los cuales asumo
plenamente la responsabilidad.
También deseo agradecer a mi otro lector de pruebas, la
Dra. Patricia Andrea Ciner, de la Universidad Nacional de San
Juan, con quien sigo aprendiendo Filosofía. Gracias a sus
observaciones advertí cuán impropio es denominar
"neoplatonismo" al pensamiento de la escuela de Copenhague,
más cercano al idealismo subjetivo de Berkeley que al
idealismo conceptualmente dualista de Platón, donde la idea se
refleja en los fenómenos pero no se identifica con ellos. Le
debo también el aporte de la cita bíblica que hace F. García
Bazán, al analizar la expresión con que Dios revela su nombre
y su esencia, en el desierto.
Finalmente, deseo agradecer a la Universidad Católica
de Cuyo en las personas de su Rectora, la Dra. María Isabel
Larrauri, y del Director del CIDEI de la UCC, Pbro. Pedro
Fernández, por su apertura mental y su capacidad para

Teorías Físicas ...___________________________________________________

comprender que el camino de la búsqueda de la verdad debe ser


recorrido sin temores aunque no temerariamente.
Asumo la total responsabilidad por los errores e
imprecisiones que los lectores puedan hallar y que no sean
simples diferencias de opinión por adherencia a "credos"
distintos; mis colegas agnósticos podrán no compartir mi credo
metafísico, pero en el plano de los fenómenos deberán acordar
conmigo en que la imagen del Universo que da la Física
contemporánea está más allá de todo lo que se creía "creíble"
hace cien años, y que creer en esa imagen hace que también
ellos sean "hombres de fe".

13.- Bibliografía

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Wikipedia: http://wikipedia.org/

Este trabajo es separata de la publicación

"Teorías físicas contemporáneas y espiritualidad"; J. I.


Castro; Revista Cuadernos Ciencia y Espiritualidad, Año X, Nº
13, pp. 63-91; Fondo Editorial de la UCC, Octubre 2008 (ISBN
978-950-559-187-9, CD-ROM)

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