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(Historia de un hombre y muchos árboles)

Cuento premiado en el primer concurso de cuento sombrilla proteja a los niños. Para que en las
infantil realizado por ANDEN en Octubre de 1982 escuelas no falten, ni papel ni lápices con los que
regamos letras y números. Para que de la madera
A la memoria de mi padre que generosamente nos dan los árboles podamos
Sembrador de Luz construir las casas en que habitamos.
Y así estudiando, Rómulo llegó a comprender por
Quiero contarles la historia de un hombre que se qué el Mango no resiste los climas fríos y por qué el
llamaba Rómulo; que amaba la vida y la luz, los Pino Insignis tan enorme y sombrío, huye de los
hombres y la naturaleza, y que se dedicó a construir aires tropicales. Y comenzó a viajar por su país; a
la armonía entre ellos. convertir los esteros en vergeles, los pantanos en
Rómulo vivía en un país muy chiquito. Cuando era parques, la soledad en canto de pájaros, la tristeza
niño, porque antes de ser mayores somos niños, se en alas de mariposas.
iba con sus amigos a las canteras, a zambullirse en Un día llegó a una isla. ¡Qué triste y desierta
sus heladas, profundas aguas; a treparse a los estaba! Sólo piedras y zacate habitaban en ella. Sólo
árboles o a quedarse largos, largos ratos el mar y el cielo la rodeaban, tan azules como los
contemplando con sus ojos azules -tan azules como ojos de Rómulo.
si toda la luz del cielo se hubiese escondido en ellos- Una gaviota voló y voló a su alrededor; quizá
el vuelo de los pájaros o de las mariposas que se quería decirle algo, pero él no entendía el lenguaje
enredaban en las hojas y en las flores, en la brisa y de las gaviotas. Las piedras parecían quejarse bajo,
en las nubes. bajo sus pies, pero él no comprendía sus palabras.
Pero lo que más le gustaba a Rómulo, era mirar De pronto oyó un leve murmullo. ¿Quejido o canto?
como crecían los árboles. Como primero era un tallo ¿Silbido o palabra? Rómulo se detuvo. ¿Quién
tembloroso el que se asomaba sobre la tierra; luego podría ser?. El sólo hablaba con los árboles y la isla
una hoja y otra y otra, hasta que orgullosos, se estaba desierta. Y el murmullo crecía y crecía, hasta
mantenían erectos, desafiantes a los vientos y a las que convertido en voz le dijo: -Soy la tierra árida de
lluvias. esta isla. Estoy sola en medio del mar y del cielo.
Cuando Abuelo lo llevaba a la huerta para que le Desde aquí miro las playas con sus bosques
ayudase en sus tareas, él se demoraba platicando olorosos y frescos y a los miles de niños que juegan
con las semillas que sembraba y les decía en voz en ellos y entonces, una infinita tristeza me recorre.
muy baja para que Abuelo no lo oyese: Me siento tan inútil; no sirvo para nada; nadie se
-Tienen que crecer pronto, si en una semana no preocupa por mí.
las veo aparecer sobre la tierra, me pondré muy Rómulo no salía de su asombro. La tierra hablaba
triste. y él era capaz de entenderla. Se arrodilló; recogió un
Y las semillas, agradecidas porque las cuidaba y puñado de ella y la dejó resbalar lentamente entre
las protegía de los insectos que querían devorarlas, sus manos. No, no era cierto. La tierra no era árida y
salían presurosas, ya transformadas en tiernos él haría que en ella naciesen cientos, miles, millones
arbolitos. Todos los días iban apareciendo más y de árboles, para que un inmenso y sonoro bosque
más. Qué alegría tan grande cuando veían que no fuese su eterna compañía.
estaban solos, que habían muchos, muchísimos Y los años pasaron. Otros bosques inmensos y
como ellos. Qué sensación de seguridad sentir que sonoros se levantaron sobre las suaves serranías
al ser tantos, las fuerzas de los vientos los dañarían del país. Rómulo se sentía feliz. La tierra y los
menos y así podrían ofrecerles su frescura a árboles no le habían fallado. Supieron ser mejores
Rómulo. amigos que algunos hombres, quienes ávidos de
Lástima las semillas que no pudieron germinar y dinero habían destruido su obra, matando árboles y
se quedaron para siempre bajo la tierra. Pero ellas flores, color y música.
también, convertidas en abono, ayudaron a las otras También a la isla llegaron a destruir los árboles, y
a crecer cada día, más fuertes, más lozanas. aunque éstos se defendieron y lucharon para no ser
Y pasaron los años. Los árboles, eucaliptos, arrancados, muchos lo fueron, dejando huecos de
álamos, pinos, acacias, fueron creciendo y creciendo sombra donde antes el sol se vestía de verde. Pero
y llegaron tan alto, que a Rómulo, que también había otros muchos quedaron. Aún están ahí, como una
crecido, le costaba mucho trabajo poder hablar con fresca sombrilla extendida sobre el paisito. Así lo
ellos. quería Rómulo y así lo expresaba: “Un día me iré
Rómulo ya no jugaba, ni se quedaba largos ratos para siempre, pero los árboles quedarán y hablarán
contemplando mariposas. Era un muchacho que por mí”. Y un día de tantos se fue para siempre. Se
quería saber más sobre la vida de los árboles; durmió junto a una bella y luminosa flor que había
deseaba que todo el mundo amase la naturaleza nacido en su jardín.
como él la amaba. ¿Sería posible eso? Pero no nos pongamos tristes. Él está en la tierra
Un día le dijo a Abuelo: que tanto amó, junto a sus árboles y su flor. Tan
-Quiero estudiar para que mi país se llene de verdes juntos están, que cuando sopla el viento del sur se
y violetas, de amarillos y rojos; para que desde el los oye conversar.
Norte al Sur y del Este al Oeste, una inmensa ¿Y ustedes niños? ¿Qué piensan de esta historia?

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