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Cátedra: Historia Argentina 2

Año de cursado: 2019

Periodización del tema elegido.

1976-1983

1983-2001

Los cambios en la protesta popular en Argentina.

Se abre esta periodización con los sucesos ocurridos durante la última dictadura militar
en Argentina.

En 1976 se produjo en la Argentina un nuevo golpe militar que generó cambios en la


economía, la sociedad y la cultura.

Este golpe militar va a modificar las formas de protesta social e instauró un gobierno
dictatorial.

Las formas de protestas manifestadas durante el gobierno dictatorial de 1976 van a


exceder el mundo del trabajo y va a involucrar a familiares de los detenidos y
desaparecidos por cuestiones políticas, vecinos, amas de casa y artistas.

También las medidas económicas, políticas y sociales llevadas a cabo por el gobierno
militar van a producir cambios en el mundo del trabajo. En la clase obrera disminuyeron
los asalariados y se incrementó un número cada vez mayor de trabajadores autónomos,
como: albañiles, pintores, taxistas, gasistas, electricistas, plomeros, entre otros.

Durante el gobierno dictatorial también se produjo una baja del salario real, además de
la suspensión de los derechos laborales y de las negociaciones laborales. Se extendió en
trabajo en negro, se sacó a las obras sociales el control de los sindicatos, disminuyó el
gasto social, se transfirió el área de salud al sector privado y, además se clausuro la vida
sindical y se intervinieron los sindicatos.

En este momento, los trabajadores siguieron utilizando los repertorios de confrontación


utilizados en décadas anteriores, pero evitaron los enfrentamientos directos y abiertos,
por eso, a menudo se utilizaba la huelga de los brazos caídos o el trabajo a desgano, que
pasó a llamarse, “trabajo o tristeza” y consistía en que ante la presencia de la autoridad
militar o patronal los trabajadores trabajaban a un ritmo más lento.

La protesta social se intensificó y se manifestó de distintas formas, como: el trabajo a


desgano, la presentación de petitorios y el Estado de alerta o huelgas sorpresivas que se
van a caracterizar por su corta duración con el objetivo de prevenir la intervención de
las fuerzas armadas o policiales.

Cuando se produce la derrota militar en Malvinas se abrió una crisis política que llevaría
al régimen militar a su caída.

Tanto Soriano como Lobato van a coincidir en afirmar que la resistencia de la clase
obrera a la dictadura puede dividirse en dos momentos: inicialmente tuvo un carácter
defensivo, los autores van a decir que para comprender esto es necesario tener en cuenta
que los militares consideraban como “subversivo” toda forma de confrontación social.
Como contracara, la resistencia tuvo un actor clave en la conformación de asociaciones
conformadas por los familiares de los que fueron afectados por la represión de las
fuerzas armadas, como por ejemplo: familiares de detenidos y desaparecidos por
cuestiones políticas, Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo, ambas
organizaciones creadas en 1976-1977

En este momento, las marchas y las movilizaciones fueron las formas de protesta
utilizadas cuyo objetivo era la denuncia por la violación de los derechos humanos y la
consigna “aparición con vida” fue el elemento de un movimiento heterogéneo.

Durante la década del 70 fue tomando forma una cultura de la rebelión juvenil, esta iba
a poder expresarse a través del movimiento estudiantil o de los partidos políticos, pero
las Fuerzas Armadas consideraban que ser joven era peligroso, por lo que van a cerrar
todos los canales de participación con represión. A raíz de esto, los jóvenes encuentran
una vía de expresión a través de la música, especialmente a partir de la Guerra de
Malvinas. También los trabajadores de la cultura tenían motivos para mostrar su
descontento, ya que además de las desapariciones y el exilio al que fueron empujados.

Es Denis Mercklen quien es su texto “pobres ciudadanos” va a hablar de las formas de


acción de las clases populares en la era de la democracia Argentina.
El autor va a decir que las clases populares argentinas, elaboraron formas de acción
colectiva en respuesta a las profundas transformaciones que desde lo alto de la sociedad
desestructuraron sus mundos de pertenencia.

Mercklen va a decir que desde 1983 a 2003, los asentamientos, los piquetes, los
estallidos, los cortes de rutas y los saqueos constituyen lo que Charles Till denomina
como “nuevo repertorio de acción” de las clases populares.

Los asentamientos constituyen el puntapié inicial del cambio, a partir de 1981 se van a
dar las primeras ocupaciones ilegal de tierras en la zona sur de Buenos Aires, debido a
la desocupación y los malos salarios, que a su vez, citando a Lobato y Soriano van a
producir otro movimiento: el de las ollas populares. A partir de 1982 se organizaron un
grupo de vecinos nucleados alrededor de las parroquias zonales para repartir comida a
las personas que más lo necesitaba. Este movimiento, además de mitigar el hambre,
generó un sentimiento de solidaridad y también de pertenencia.

En un primer momento, las organizaciones barriales tenían como objetivo la


construcción de un barrio, dicho objetivo va a generar tensiones entre los vecinos y a
quienes se consideraban como “villeros”.

El segundo momento es cuando esas organizaciones dice Mercklen “salen” hacia el


sistema político para obtener intervenciones institucionales que permitan realizar
escuelas, la cantina y el dispensario y que al mismo tiempo van a ayudar a detener la
devastación provocada por el empobrecimiento.

Son Lobato y Suriano quienes afirman que algunas manifestaciones conflictivas como
los saqueos cruzaron los periodos gubernamentales de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y
Fernando de la Rúa, en cambio, los cortes de ruta, las movilizaciones contra los excesos
policiales y el gatillo fácil fueron características de los últimos dos.

En 1997 durante el gobierno de Menem, el largo conflicto protagonizado por los


docentes de todo el país, expresado a través de marchas y movilizaciones va a tener su
punto más alto de exposición pública con la instalación de la CARPA BLANCA frente
al Congreso Nacional, los docentes reclamaban en defensa de la educación pública y por
el establecimiento de un Fondo de Financiamiento Educativo docente. Recién en 1999
la Cámara de Diputados va a aprobar el proyecto del Fondo Educativo Docente dentro
del presupuesto nacional, y el 27 de diciembre, después de más de mil días de ayuno, la
CARPA BLANCA fue levantada.

Otra de las protestas surgidas durante los gobiernos democráticos fueron los saqueos. El
primer saqueo lo van a producir quienes se habían quedado sin trabajo y habían perdido
además, la protección del Estado, este saqueo se va a dar finalizando la presidencia de
Alfonsín. A partir de ahí, la palabra saqueo abarco una amplia trama de actividades que
iban desde la toma de alimentos que se consumían en el lugar de los hechos, o eran
llevados a las viviendas de los saqueadores, el apedreo a negocios, el incendio a
comercios, las marchas y los choques callejeros entre la policía y los saqueadores.

En el contexto de la hiperinflación, el presidente, Raúl Alfonsín renunció y entregó el


mando precipitadamente, debido por un lado a la crisis económica y por el otro, a la
presión ejercida por la oposición política que llevaban a la acción a las clases populares.

Los saqueos fueron seguidos por una mayor organización, el de las ollas populares y la
apertura de comedores barriales llevados a cabo por vecinos, estos se vinculaban con la
iglesia católica a través de la organización Cáritas y con los partidos políticos como el
peronismo, el radicalismo y algunas organizaciones de izquierda.

En el plano de las condiciones de trabajo, el dato más importante es la precarización


laboral. Si bien, se habían modificado las condiciones de trabajo durante el gobierno de
Alfonsín, es durante la gestión Menemista que se afianzó la política de inestabilidad y
de precarización laboral.

Menem, aplicó el liberalismo económico, el rumbo de la economía cambió con la


introducción al gabinete economista de Domingo Cavallo, se abrieron casi por completo
las importaciones, se privatizaron empresas nacionales, se recortó, en salud y en
educación y se paralizaron las obras públicas.

Los conflictos por reclamos salariales y despidos abarcaban un arco de actividades y de


lugares, como Buenos Aires, Río Negro, Neuquén y Rosario.

Las privatizaciones, la baja en las indemnizaciones, la elevación de la edad jubilatoria,


el alargamiento de la jornada y la caída salarias, fueron un coctel explosivo que estalló
en las manos de los gobernantes.
A partir de ahí, emergieron otros repertorios de confrontación que fueron los cortes de
rutas y el movimiento piquetero.

En el caso de Neuquén, la privatización de la empresa estatal YPF situada en el área de


Cutral Có llevó a la emergencia de protestas en formas de puebladas y cortes de ruta.
Quienes emergieron estas protestas fueron denominados “piqueteros”. Estos piqueteros
pedían: trabajo, la denuncia de la corrupción y la falta de honestidad de los políticos
locales.

También se fueron configurando rituales dentro del movimiento piquetero. De estos


movimientos participaban familias enteras: las mujeres se ocupaban de las ollas
populares, niños y jóvenes de alimentar el fuego en las barricadas y también se hacían
asambleas para escuchar las opiniones de los participantes y votar.

Estos piqueteros pedias: planes trabajar y alimentos, pero pronto ampliaron sus
reclamos: subsidios a desocupados, el mantenimiento de los servicios de luz y gas y la
eximición a jubilados del pago de impuestos.

Otra novedad fueron los jóvenes nucleados en la asociación “hijos” que se constituyó en
un movimiento social para pedir justicia que se articulaba en torno a los escraches.

Estos escraches eran utilizados como herramienta política, una forma de manifestación
y participación que casi siempre incluía la presencia de la murga y de otros actores
teatrales.

En el 2001 durante el gobierno de Fernando de la Rúa bloqueó los depósitos y salarios


existentes en los bancos, esto produjo que los niveles de pobreza crecieran y que la clase
media se viera cada vez más privada de su capacidad de consumo.

Fueron interrumpidos: comedores escolares, la asistencia social en todas sus formas y el


pago de salarios.

Tanto Soriano como Lobato van a coincidir en afirmar que en este punto hay contras en
la sociedad: mientras familias enteras deambulaban por las calles en busca de alimentos,
el campo duplicaba su producción y triplicaba la exportación y, las familias más
humildes se veían cada vez más privadas de educación, seguridad y vivienda.

Durante el 2001 se multiplicaron las formas de protestas.


Bibliografía:

Mercklen, Denis “Pobres ciudadanos”: Las clases populares en la era de la


democrática Argentina (1983-2003) Buenos Aires, Gorla (2005)

Suriano, Mirta y Lobato Juan “La protesta social en Argentina”. Buenos Aires: FCE,
1998

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