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Según se observa, durante los periodos del 2008 al 2020 los pocos créditos otorgados a la

agrupación empresarial mayor representan más del 50% de participación del total de la cartera
crediticia de la banca privada (en proporción al monto), estos gozan de una tasa de interés más
flexibles en comparación al resto de las agrupaciones crediticias y la misma ha representando
tendencia a la baja, debido a que la tasa promedio de los empresariales mayores ha
disminuido del 2008 al 2020 en 2.59%, con esto, se demuestra que los bancos claramente han
optado en mejorar las tasas para obtener mayor demanda de créditos. El resto de la cartera
crediticia excluyendo los empresariales mayores poseen una tasa promedio relativamente alta.
Por lo tanto, la creación de riqueza se genera en mayor proporción al sector privado otorgando
créditos mayores a tasas bajas, por su parte el resto de pequeñas y medianas empresas, así
como personas individuales, tienen accesos al financiamiento con tasas más elevadas.

Los bancos incrementan sus activos por los créditos nuevos concedidos y por el lado de sus
pasivos incrementan sus obligaciones por los depósitos nuevos que recibirá por el pago del
crédito, por consiguiente, se crea al dinero al momento de otorgar el crédito y el mismo se
destruye cuando el cliente lo paga. Según se observa en la tabla anterior, el problema de los
bancos es que asumen mayor riesgo a poca tasa y al optar por ir reduciendo sus tasas de
interés como se ha observado en el cuadro, podrían en algún momento ya no ser rentables,
debido a que las tasas que cobran no son suficientes para asumir sus costos, asimismo, para
asumir el riesgo con los montos otorgados (mayores a Q.5.00MM). Lo anterior, coloca a la
institución bancaria en mayores probabilidades de pérdidas (riesgo de crédito) y dificultades
para el pago de sus obligaciones (riesgo liquidez), lo que consecuentemente repercute en la
creación de dinero.

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