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Hector Rodríguez

Correr a las 9: pm
Autor: Héctor Rodríguez
Esta obra fue el resultado del taller de Dramaturgia de Acuyá 2018 dictado por el
ganador del Premio Nacional de Dramaturgia Apacuana 2017 Pablo García
Gámez. En Caracas Julio-Agosto de 2018
Personajes:
Carmen: Mujer de 37 años de piel morena, esbelta, viste pantalón ajustado,
chaqueta y debajo de ella una blusa que pronuncia sus caídos pechos.
Carmencita: Niña de 9 años de piel morena, cabello crespo, viste uniforme
escolar con zapatos deportivos, lleva consigo su bolso tricolor y pulseras de
colores en sus manos.

La obra se desarrolla de noche en las calles de la ciudad, todos los lugares


referenciales y mencionados en la obra se proyectaran en video, entran Carmen y
Carmencita al escenario caminando apuradas, Carmen saca su celular tratando
de ocultarlo, mira la ora y continúan el rápido caminar.
Carmen: ¡Coño Carmencita apúrate chica! Ya son las nueve y tu caminas como
novia llegando a la iglesia, mirando pa’ todos lados.
Carmencita: Mamá es que estoy cansada, tenemos más una hora caminando.
Carmen: Ah pues, y ¿Qué querías? ¿Qué siguiéramos esperando a ver si la
pedazo de camionetica esa prendía?
Carmencita: Si mamá, pues si prendió y nos pasó por un lado.

Carmen: ¿Y crees que no me di cuenta? Pero yo no le iba a sacar la mano al


conductor para decirle que me llevara y que ya le había pagado, además así
haces un poco de ejercicio chama, tampoco le iba a explicarle que nos bajamos
por el olor a gasolina, y por la hora que es.
Carmencita: ¡Si mamá por la hora que es!
Carmen: Sí Carmencita Thalía, por la hora que es, ¿tú sabes los peligros que
corremos las mujeres solas, por las calles, en esta ciudad?
Hector Rodríguez

Carmencita: Mamá por favor, vamos más lento, mira las calles no están tan solas,
además la maestra dice que Miguel de Cervantes dijo “Las aventuras y las
desventuras nunca comienzan por poco.”

Carmen: Ya vas a empezar tú con tus pendejadas, además si Servando y


Florentino dijeron eso, yo les digo (imitando a Carmencita) “Que estas no son hora
pa’ andar pensando mariqueras.”
Carmencita: Mamá ¿sabías que uno habla según el banco de palabras que uno
crea o que las circunstancias de la vida le dan para almacenar?

Carmen: (Halándola de un brazo) ¡coño apúrate!


Carmencita: ¡Mamá por favor! Mira hoy tuvimos deporte y menos mal que lleve
estos zapatos deportivos, porque aunque no lleve el uniforme ése no me
perdonaron igual, nos pusieron a trotar como ocho horas.
Carmen: ¡Perro! Tú y la Lupita Ferrer de exageradas, lo que pasa ¡coño apúrate!
Seguro como eres tan floja no lavaste el mono ni la franela blanca.
Carmencita: Ya va mamá además desde que salí de la escuela tengo…
Carmen: ¡Cállate y apúrate! (Carmen hala a Carmencita y en el apuro la niña cae
en un charco de agua Carmencita comienza a llorar)
Carmencita: ¡Viste mamá, viste! Por andar corriendo, sabiendo que me cuesta ver
de noche. (Levantándose y sacudiéndose la ropa)
Carmen: ¡Cónchale Carmencita Thalía, Carmencita Thalía! a ti y a la Mari Chuy le
pasan estas vainas, sacúdete la ropa chica, o mejor aprovechas y te bañas ahí,
mira que ayer no me ayudaste a cargar ni un tobo de agua con la que tú misma te
bañas.
Carmencita: Porque ayer andaba para la biblioteca. ¡Ay mamá, ay mamá, ay, ay!
Carmen: ¿Qué coño te pasa ahora?
Carmencita: Lo que te iba a decir antes de que me tumbaras.
Carmen: ¿Qué yo te tumbe? ¡A buena vaina! A ver si capas y cuando llame tu
papá le dices eso.
Carmencita: (Cruzando las piernas) ¡ay, ay, ay!
Carmen: Pero habla mijita.
Hector Rodríguez

Carmencita: Que tengo ganas de hacer pipí desde que salí de la escuela a las
doce del mediodía, me he aguantado porque desde que salí no me has dado
chance, ahora toda mojada y con el frio, la maestra dice ¡ay, ay! que nuestro
sistema inmunológico...
Carmen: Anda súbete la falda y bájate la pantaleta, orina ahí mismo que yo te
cubro, pero apúrate que ya es tarde y cállate la boca.
Carmencita: No mamá ¡ay!, yo no voy a orinar aquí, me da pena, ¡ay, ay!
Carmen: A ti si te gusta envenenar las situaciones, la viuda joven y tú de
complicadas, vamos detrás de un kiosco de ésos a ver si tu sistema lógico aplica
la lógica de la hora que es.
Carmencita: ¡Ay, ay, ay!, inmunológico mamá.
Carmen: El mismo perro con diferente collar, ve allá y procura no chispear los
zapatos.
Carmencita: No mamá, allí hay un poco de gente comiendo empanadas, me da
pena, ¡ay, ay! por no dejarme orinar en casa de mi tía que vive frente a la escuela.
Carmen: Porque tú no vuelves a entrar a casa de esa desgraciada.
Carmencita: ¡Mamá! ¡Ay, ay mamá! la maestra dice que Jorge Luis Borges dijo
“Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único
perdón” (Sale corriendo a un Kiosco que está sólo y se dispone a orinar).
Carmen: (Gritándole) Pues dile al Jorge Luis ése que si él fuera olvidado que su
hermana se acostó con su esposo, (para sí) el mío en este caso, ¡desgraciados!
Pero bueno, ahora estoy mejor, y como me dijo mi mamá un día “Carmen usted
tenga siempre los pies en la tierra y los ojos en…” En Carmencita será, ¡apúrate
carajita!
Carmencita: (Con cara de satisfacción y limpiándose los zapatos) por fin, bien lo
dijo Benjamín Franklin “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” (se
disponen a seguir caminando al mismo paso que al principio)
Carmen: (Imitando a Carmencita) “Eso lo dijo la maestra, que Frankenstein dijo”
voy a ver si un día de estos voy a conocer a ésa tipa que te dice tantas vainas, pa’
ver si armamos el combo, tú igual de tonta que la Matilda, yo según tu papá seria
Thonchatoro y el colmo es que tu maestrita se llame Miel.
Carmencita: Mamá, hablando de miel, de la maestra y recordando mañana…
Carmen: ¡Habla, que pareces un trabalenguas!
Carmencita: Mañana es el día de la alimentación y tengo que llevar…
Carmen: ¡No me digas que arroz con pollo y un jugo de fresas con leche!
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Carmencita: No mamá, debo llevar un melón porque haremos una tizanada.


Carmen: ¡Sí! Tizana que las maestras se repartirán entre ellas y con el personal
administrativo, obrero y directivo como dicen ellos, se llevaran cada una un termo
para las casas de ellas y a ustedes le darán el agüita de arriba y sin frutas.
Carmencita: Yo me comprometí mamá, mis compañeros llevaran cada uno algo.
¡Vamos a descansar un minuto!
Carmen: Pues no, ¿tú sabes la hora que es? ¿Dónde conseguiremos un melón a
esta hora? ¿Sabes cuánto cuesta un melón?
Carmencita: ¡Pero mamá!
Carmen: Mañana no vas a la escuela ésa, te quedas limpiando la casa, que tienes
días que no le pasas un trapo.
Carmencita: (Llora fuertemente) ¡Viste mamá. Viste! Yo te dije que entraras a
hablar con la maestra, era para darle respuesta si podía llevar el melón o no, y
como no quisiste entrar yo me fui de bruces y le dije que sí, me comprometí, ahora
quedaré como una irresponsable, como la vez que puse a germinar unas caraotas
para una tarea y me las botaste diciendo que olía muy mal. (Llora más fuerte)
Carmen: Definitivamente Carmen Thalía tu siempre eres la víctima en todo, en
vez de María Mercedes, Marimar y María la del barrio, ésas pobres mujeres
debieron llamarse Carmencita, vamos a ver si encontramos un pedazo de melón
por aquí, pero mira la hora que es. (Saca el celular tratando de ocultarlo) ¡Por dios
chama! las nueve y veinticinco, cállate la boca o no te compro un melón un coño.
Carmencita: (Deja de llorar de inmediato y se limpia los ojos rápidamente) Bueno
vamos a entrar allá. (Señalando un negocio)
Caminan de un extremo a otro dando a entender con las acciones que entraron
ya en dos negocios y no encontraron el melón.
Carmen: Cónchale chama es que éstas no son horas, ése es ultimo negocio al
que vamos a entrar, porque no celebran el día de la alimentación comiendo
pescado frito que eso si se encuentra por aquí, mira ése es el último negocio al
que vamos a entrar, si no hay allí te jodiste.
Entran al negocio, al recorrerlo Carmencita encuentra un melón, el único que
quedaba en el negocio, lo toma y corre a donde esta Carmen.
Carmencita: Mira mamá el ultimo que quedaba, bien lo dijo Sófocles “La alegría
más grande es la inesperada”
Carmen: ¡Aja! agarra el melón ése pues, que inesperada es la cola que tenemos
que hacer para pagar, ve y dile al viejo aquel que te lo pese a ver cuánto es.
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Carmencita sale Carmen revisa su celular para observar la hora, hace gestos de
impaciencia y prosigue a hacer la cola.
Carmen: ¡Perro! ¿Será que todo el mundo va a hacer tizana mañana?
Carmencita: Sale en 10 bs soberanos.
Carmen: ¡Que! ¿Y que tiene por dentro? ¿Semillitas de oro?
Carmencita: mamá para eso mi papa me manda pesos, eso es nada para…
Carmen: ¿Nada? Y ahora ¿tú eres administradora? Y tu papa no te regala ésa
plata, te da porque es su deber y es tu derecho, ¿no viste en facebook la bicicleta
que le compro a tu “primo-hermano”?
Carmencita: Si mamá y mi papá me escribió por facebook que él te depositó para
que me compraras una a mí también y para que me compraras los lentes.
Carmen: Esa plata la invertí en una plancha de pelo, unos tintes, un secador y
unos zapatos cómodos para el negocio.
Carmencita: ¿Vas a montar una peluquería?
Carmen: No, en la panadería donde trabajo me piden buena presencia y no puedo
ir fea.
Carmencita: ¡Esta un poco aguado! (tocando el melón)
Carmen: Así nos lo llevaremos, (avanzando en la cola) Camina vale, bendito
punto, por Dios la vieja esa no se acuerda de la clave provoca sacarla de allí por
los moños.
Carmencita: ¡Mamá! (acariciando el melón) la maestra dice que Gandhi dijo “La
violencia es el arma de los que no tienen la razón”
Carmen: Además de maestra es comunista, hablándoles a los niños de los
yankees.
Carmencita: Gandhi mamá, Gandhi.
Carmen: Si esto sigue así nos vamos Carmencita, ya es tarde, tu sabes que es
peligroso.
Carmencita: Ya sé que quieres llegar antes de que sean las diez pero mira, solo
faltan dos personas.
Suena música en el negocio, lo que muestra que han pasado varios minutos, la
canción que suena es “Blanco y negro” de Malú, Carmen realiza fonomimia de la
canción mientras Carmencita agarra un cambur y se lo come, Carmen le hace
señas de que no haga eso y Carmencita prosigue a agarrar otro y se lo lleva a
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Carmen, ésta lo pela para comérselo y tira la concha a escondidas debajo de un


mostrador, Carmencita se da cuenta.

Carmencita: La maestra dice que los desechos biodegradables deben…


Carmen le restriega el cambur en la boca a Carmencita para que se calle,
Carmencita entiende el mensaje y agarra el cambur, se lo termina de comer y se
limpia, mientras esto sucede avanza la cola.
Carmen: ¡Al fin!
Carmencita: Gracias mamá por el potasio, la maes… (Carmencita calla ante la
mirada de Carmen y se tapa la boca) Mira nos toca pagar.
Carmen: (Pasa la tarjeta pero el punto no la lee) ¡Bendito punto! Coño señor
déjeme pasármela por el pelo que así hago yo en la panadería cuando cobro y no
quieren pasar las tarjetas.
Carmencita: ¡Ahh! ¿Para eso te planchas el pelo?
Carmen: No, es para que tu papa sepa que yo, (diciendo los datos de la tarjeta)
corriente, estoy más bonita que mi hermana, dieciséis, dos cinco uno, tres treinta,
más hecha’ pa’lante que ella, cero nueve cero nueve.
Carmencita: Después dices que yo vivo hablando de cosas de clase y de la
maestra, tú a cada rato nombras a mi papá y a mi tía.
Carmen: ¡Por fin! Vamos corriendito y no vayas a salir ahora con que quieres
cagar y comprar peras. (Salen del negocio y continúan caminando).
Carmencita: ¡Mamá! Me vas a perdonar pero la maestra dice que las damas
tenemos que hablar con palabras menos grotescas.
Carmen: ¿Y quién le dijo a la maestra Miel que cagar es una grateria? Y agarra
bien ése melón que la bolsa la tenía que comprar y no quise volver a pasar la
tarjeta porque si no imagínate cuanto más fuéramos durado.
Carmencita: Éste proceso nos ha enseñado a reutilizar, aclarando que no es lo
mismo que reciclar ya que reciclar es el proceso por medio…
Carmen: (Halándola) Si así como hablas caminaras te juro que te meto en un
maratón.
Carmen agarra la oreja del bolso de Carmencita para que camine más rápido
haciendo que en el movimiento a Carmencita se le caiga el melón y ruede por la
calle, un carro pasa cerca y toca la corneta para no atropellar a Carmencita, el
carro aplasta el melón, se escuchan gritos de Carmen y cornetas de carros,
Carmencita llora.
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Carmen: ¡Tú eres loca carajita! (casi llorando) coño Carmen Thalía es que tú no
pones cuidado, ¿te imaginas si te fueran atropellado? Yo tendría que llamar a tú
papá y decirle que andabas corriendo detrás de un pedazo de melón, y ahí sí que
te jodes porque la plata que te mande tu papá la gastaríamos en medicina.

Carmencita: (Llorando fuertemente) ¿y ahora que voy a llevar mañana? La


maestra…
Carmen: La maestra y toda la escuela un coño, mañana no vas a ir.
Carmencita: Yo si voy a ir, llevo aunque sea un poquito de azúcar.
Carmen: ¡Que no vas a ir necia! (La agarra por los cabellos para que avance)
Continúan caminando, Carmen regañándola y Carmencita llorando, se escucha
de fondo la popular canción “Por estas calles” de Yordano, hacen recorrido por el
escenario hasta que llegan a casa, Carmen hace gestos de cansancio y alivio,
pasa cinco cerraduras cuyo sonido debe escucharse acompañado de la acción.
Carmencita: (Gritando) “Al niño se le tiene que educar no hay que domesticarlo”
Carmen: (Imitando a Carmencita) “Eso lo dijo la maestra que tal fulano dijo”
Carmencita: No lo dijo ningún fulano es de un anónimo.
Carmen: Ya cállate la boca, y cámbiate ésa ropa, (poniéndose cómoda) friegas los
corotos ésos que dejaste del desayuno, y si vas a hacer cena no hagas tajadas.
Carmencita: ¿Por qué si es lo que siempre hago y es lo que más me gusta?
Carmen: Porque te voy a dejar ir a la escuela mañana, paro no violar tus derechos
y no domesticarte, pero colaboraras con la tizana llevan esos plátanos que para
algo sirven. ! Wao! las nueve y cincuentaiocho (Carmen enciende el televisor
desesperada y se proyecta en la pantalla el video de un programa de noticias que
está comenzando, Carmen grita) ¡Noooo! Por tu culpa no llegue a tiempo para ver
la novela, Carmencita…
Se apagan las luces y un foco ilumina solamente a Carmencita quien tiene un
sartén y una esponja en la mano.
Carmencita: “Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir”
(Oscuro total) Ya va, ya va, enciendan las luces que no veo (se enciende otra vez
el foco) eso lo dijo la maestra que lo dijo Federico García Lorca.

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