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ANALISIS C-248/2019

La demanda está dirigida contra la norma que dispone el delito propagación del virus de
inmunodeficiencia humana o la hepatitis, alegando que este vulnera el principio de
igualdad y no discriminación, y afecta el derecho al libre desarrollo de la personalidad.
Solicitan la inconstitucionalidad de la norma, en primer lugar, por el derecho a la igualdad,
por tanto, excluye sin justificación del sujeto activo a personas con otras enfermedades
infectocontagiosas, bien sea de trasmisión sexual o no, lo que resulta discriminatorio, más
aún cuando las personas que padecen este tipo de condición son sujetos de especial
protección constitucional. En segundo lugar, el delio atenta contra el derecho al libre
desarrollo de la personalidad, pues las personas no están obligadas a tomarse pruebas
diagnósticas y a estar informada, en tanto hace parte de la esfera privada de cada
persona.
La Corte dijo que al aplicar el test de razonabilidad sobre la norma esta no lo supera en
cuanto “no existe una conducencia entre el tipo penal y el fin buscado por este. Por el
contrario, los efectos de la norma podrían llegar a ser contrarios a la obtención del fin
pretendido por ella”. Añade la Corte que al restringir los sujetos activos de la conducta
penal a quienes padecen VIH y/o VHB, “se refuerzan de esta forma la estigmatización
imaginarios de perversidad y peligro que han rodeado a los portadores de estas
enfermedades, particularmente a quienes viven con el VIH”. En cuanto al derecho al libre
desarrollo de la personalidad su redacción se desprende una restricción absoluta de los
derechos sexuales de esta población.

CONCLUSIONES:
El artículo era discriminatorio y vulneraba los derechos, ya que solo se centraba en una
población específica que tiene una especial protección constitucional como son los
pacientes con VIH y HEPATITIS B, más aún si en el Código Penal ya hay un artículo
denominado “propagación de epidemia”, que da penas de cuatro a 10 años de prisión a
quienes incurran en esta acción, contemplado en el artículo 369. Para la Sala Plena de la
Corte Constitucional, la propagación intencional del VIH y de la hepatitis B sí cabe en ese
delito.
Para mí el delito no era justificable porque distinguía a las personas que pudieran
contagiar estos dos virus, por sobre otros virus que también pueden ser adquiridos como
consecuencia de una infección de transmisión sexual como, por ejemplo, el virus del
papiloma humano o la sífilis. Y, en mi criterio, la medida terminaba estigmatizando y
limitando a los portadores de ambos virus.

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