I

?86
7.3"4. EI plano d el sentido €s, por todo lo
dicho, impor.
ltl
tantísimo y debería ser estudiado por los I
lingüistas más de I
1o que en Ia actualid ad se estudia. Lamentablemente,
lingüÍstica deI sentido no se vislumbran de una f

momento más que Ia s intenciones ó.

por el lt

% f
ti
ó Pero véase
ahora la Textlinguistik cit. en la nota
págs. 5l y sigs.
4, en particular, I atpfrulo XI
H

fi
li LA LENGUA FUNcToNAL
lr
I
I
I.
I
[" 0.1. Pasemos ahora a considerar más de cerca el objeto
f tradicional de la lingüística, es decir, el plano histórico del
i lenguaje. Este plano puede identificarse, como vimos, con
el plano de las lenguás, o sea, con eI plano de las típicas
tradiciones técnicas del lenguaje, tradiciones históricamente
determinadas de ciertas comunidades. Es un aspecto funda-
mental del lenguaje su manifestarse siempre corno I e n g u a ;
aun siendo creación, es decir, continua producción de ele-
mentos nuevos, V, por tanto, €o este sentido, "libertad>, el
lenguaje €s, al mismo tiempo, <<historicidadr', técnica histó.
rica y tradición, solidaridad con otros hablantes actuales
y del pasado, o sea, corl la historia actual y pretérita de
una comunidad. hablante.l Este hecho tan caracterfstico del
lenguaje ha sido nítidamente destacado por Giovanni Gentile,
en eI breve capítulo sobre el lenguaje contenido en su Som,
mario di pedagogia, donde, tras haber hablado de la libertad
del lenguaje en cuanto creación, prosigue así: ¡Entonces,
<<

en lugar de' mesita podría decir plurna! En abstracto, sí,

pero en concreto, [O, porque Yo, que hablo, tengo una his-
 ',..: , :

288 f ,eee:lÍ tfie ,Í cl e lingülstica gene,ral La lengua funclonal

toria tras de mf, {r, fn€.fot,, deltl¡'o rle llrf, y soy csta histc¡rla:
y por ello soy tal que dl¡¡o y debo det:il.mcsita, y no de otro
modoo l.
No se trata, pues, de una limitación de la libertad (como
a veces se piensa), sino de la dimensión histórica del
ren-
guaje, que coincide con la historicidad misma der hombre.
Por otra parte, ra ribertad humana no es arbitrio individuar,
sino libertad histórica y, de todos modos, la lengua no se
"imÉone" al individuo (como tan a menudo se dice): el in-
dividuo dispone de ella para desplegar su libertad ex_
presiva. Y esta libertad es casi ilimitada en er plano
der
texto, donde los sentidos, aunque no los significados, pueden
ser y son sie¡npre nuevos.
0.2. El plano histórico es, como se ha visto, el plano
de los <significad65r', d.e las .<funciones de lenguarr. pero,
para identificar el ámbito propio de tafes funciones _la
<lengua funcionalr' (lengua que funciona en
los .<discursosrr)_,
es preciso recorrer un largo camino y distinguir entre:
1) conocimiento de la lengua y conocimiento de las (co-
sasn; 2) lenguaje y metalenguaje; 3) sincronía y diacronía;
4) técnica libre y <<discurso repetido>;5) oarquitectura> y
(estructura¡> de la lengua (o lengua históriea y lengua
fun-
cional).
l
qué lla cle ser la descripclón de una lengua como tal, clebc-
mo.q, por consiguiente, hacer una primera distinciórr entre
conocimiento de las cosas y saber idiomático. En efecto, el
conocimiento de las (cosasD (inc'luidas las ideas y opiniones
relativas a las (cosas>) se confunde a menudo con el (o, al
menos, no se distingue del) saber lingüístico. Así, por ejern-
plo, Charles Bally, desarrollar el concepto de 'relación
"l
asociativa' de F. de Saussure, afirma 2 que la palabra beuf ,
<<buey>>, se asocia en francés, no sólo con vache, taurean¿, leau,t
(..vaca>>, <<toro>, <<ternero>) y con cornes, ruminer, beugler
(..cuerllos)>, <rumiarrr, ..mugirrr), sino también con labour,
charrua, iorg ("labraltza>>, 1(arado>., ' (yugorr), y que 'puede
evocar y evoca en f rancés' ideas de 'ftJerza, resisten-
cia, trabajo paciente', pero también de 'lentitud, pesadez,
pasividad'. Con tales asociaciones e ideas €fl su con-
junto, constituirían un (campo asociafiys¡¡- -que,
se relacionarían
las locuciones como: mettre la charrue devant les be,uf s
[cf., €r italiaro, el modismo análogo en cuanto al sentido,
aunque diferente en lo literal: mettere il ca.rro innanzi ai
buoif, il est un be,uf pour le travaiÍ., patient comme un
be.uf, lourd comme un be,uf , etc.
Ahora bien, cabe preguntarse si estas asociaciones son
todaS del mismo tipo y si todas son <francesasD (hechos de

lengua francesa). Lo son, ciertamente, las asocirl-

1.1. En primer rugar, el plano der saber histórico ciones de be,uf con l)ache, taurent), vean¿. En este caso, las
no
contiene sólo hechos lingüísticos, sino también <(asociaciones> eran distintas, por ejernplo, en latín, donde
otras tradi_
ciones, relativas, éstas, a las <cosas>, al mundo bos podía ser tanto'masculino como femenino y significaba
extralingüístico.
Para identificar er saber propiamente ringüístico y <<bu€y> y ((vaca>), mientras que va,cca" se usaba solamente
eJablecer
I sommario di pedagogia, ru, Frorencia,
para el femenino. Y ni siquiera en italiano la semej anza
rgs4, pág.
{Der Mensch und seine Spracherr, en (Jrsprung und65. cf. E. coseriu, con el francés es perfecta, porque el italiano tiene vacca y
Wesen des Men-
schen, publ. por H. Haag y F. p. Móhres, Tübingen,
196g, pág. 7g, traduc-
ción esp. en EI hombre y su Lenguaje, Madrid., 1977, pág.
32.
2 En FM, VIII, 1940, p,á9. 195.

MANUALES, 51. 19
-
 ,, -,-*' *, r'Fr6r tt uuñu|lt MUm! !!!tlu;l|;l
r, ! I !
fll tü'tlrF]F-

290 Lecciones de tingüística general La lengua funcional 291

vache' y' por eJem' ("t un caballo) se aplica a un individuo tosco y grosero en
rnttcca, mientras que el francés tiene sólo
plo, en italiano la catne vacuna puede ser' según los
casos' el comportamiento físico e intelectual. Esto, evidentemente,
mien'
Á"-*onro o de bue (y también de vacca' de vitellone)' no depende de las relaciones lingüísticas en las que se halla
tras que en francés es siempre viande de beuf'
En cambio' el significado (caballo" en portugués y en español, ya que
{i"ltJ.""tón de beuf con charrue' por ejemplo' es en reali- estas relaciones son prácticamente idénticas en las dos len-
Ld"d (tam-
uro"iación de Ia <(cosa> real ttbuey> con el arado guas: diversas son sólo las ideas acerca del caballo mismo.
francesa
bién en cuanto (cosa>); y no es propia de la lengua Tales ideas y opiniones representan, por 1o demás, tradicio-
que
(ni de ninguna lengua), sino de una amplia comunidad nes eü€, las más de las veces, ilo coinciden con las idiorná-
buey (en efecto'
tiene una experiencia análoga con respecto al ticas, ya que pueden tener límites más amplios o más estre-
la misma asociación se encuentra en Italia' España'
Alema- chos que una deterrninada comunidad lingüística. Así, las
que se ideas que se tienen del buey son poco rnás o menos las mis-
nia, etc.), mientras que en otras comunidades' 'en
tenga otra experiencia del buey real' el mismo
animal se mas en las comunidades italiafld, francesa, española, etc.
u.o-"i"rá, por ejemplo, con el tempLo' con los sacrificios' 1.3. Es cierto, por otra parte, que el conocimiento de
con valores religiosos y sagrados, como en la India en
y el las cosas y las ideas y opiniones acerca de las cosas motivan
Egipto antiguo. En cuanto a las ideas de resistencia' trabajo proverbios, locuciones, modismos, etc. Es, sin duda, mucho
paci"rtt", pesadez, etc', también éstas se refieren obviamente rnás <(expresivo>> decir mettere il carro innanzi ,ai btutoi, con
al propio ..buey>', no a la palatra beuf: las asociaciones una metáfora que evoca de inmediato un contexto clara-
se-

rían enteramente distintas si del buey se supiese o

se pen- mente paradójico :--el carro tiene que ser arrastrado por
perezoso' intolerante' los bueyes, y puede serlo sólo si está detrás de los propios
sase que es especialmente inteligente'
etc. bueyes; delante, impide su marcha, o, fuera de metáf ora,
1.2. Una misma palabra puede, en efecto' llevar a aso- impide el normal desarrollo de un proceso-, que decir
'a
a r

ciaciones diversas y hasta contrarias, según las

opiniones <poner el fin antes del principie", o <<poner el carro delante
respecto
que tradicional o casualmente se hayan formado con de la casa>; en estos casos la expresión, o es poco vivae, o es
a las cosas que la palabra designa' En ltalia -al menos
en pobre de sentido. Pero es evidente que la locución (poner
elámbitodeunadeterminadatradición_,sideunindivi- el carro delante de los bueyesn (como su variante francesa
duo se dice que 2 un meflo, se entíende que no es
muy mettre la charrue devant les beufs) debe su eficacia a las
inteligente; en cambio, los checos dicen to ie
kos' <(es un <<cosas>> mismas y a asociaciones e ideas que se refieren a

mirlo", de una persona muy astuta' En portugués' especial- las cosas, ro a asociacionbs puramente lingüísticas, pertene-
menteenelsurdelBrasil,sehadifundidodesdehacealgu- cientes a La lengua italiana (o francesa).
pata
nos años la expresión 'es un caballo" (é um cavalo) 1.4. También los lenguajes técnicos
-"n
los que los sig-
referirse a alguien que es muy hábil y un verdadero
experto nificados coinciden con las designaciones (en el sentido de
en su profesión; en español, en cambio' la misma
expresión que son objetivamente motivados)- corresponden a la tradi-

292 I"eccienes de lingüística general
ción que concierne al conocimiento de las cosas mismas; y
esto vale, no sólo para los lenguajes de las ciencias y de
las técnicas establecidas como tales, sino también para el
léxico de la ciencia y técnica popular: para todo cuanto en
una tradición lingüística es <nomenclatura>> (nornbres de
utensilios y sus partes, nombres de plantas o de animales
a nivel de las especies, etc.). Estas nomenclaturas van más
allá del saber lingüístico como tal, puesto que implican un
saber relativo a las propias cosas, o sea, un tipo de saber
científico y técnico, aunque popular. De hecho, las nomen-
claturas no las conocen bien todos los hablantes de una
comunidad lingüÍstica, sino sólo ciertos grupos (no siempre
los mismos) i y, por otra parte, €s perfectamente posible
saber bien una lengua y no saber, por ejemplo, los nombres
de flores o de peces. El hablante medio se lirnita común-
mente a una designación genérica (aquella flor, en vez de
aquella dalia, aquel pez en lugar de 'aquel mero) o se con-
forma con saber vagamente que se trata de flores o de
peces, dejando a los expertos y estudiosos de botánica y de
zoolo gfa popular el conocimiento más exacto de las <cosas>
y de sus nombres. Al atribuir el significado léxico a las
ciencias de las cosas , L. Bloomfield 3 tenía, por tanto, razón
en lo que concierne al lenguaje técnico; pero, al mismo tiem-
po, se equivocaba al atribuir a las ciencias de las cosas
t o d o significado léxico, o sea, considerando, en el fondo,
todo significado como <<técnicor': la definición de los ..sig-
nificadoso de los más de 300.000 términos de la química
pertenece, ciertamente, a la química, pero no hay ninguna
clencia a la que solicitar la definición de significados como,
I Véaae lo dlcho en el cap. V, 3.2.
r
t
I
I
La lengua funcional 293
i
I
por ejernplo, .,irrr, .<andar>, ullevarn, .,pedirn, <(queref)>r que
I
son contenidos de la lengua española y de ningún otro saber.
I'
t
2.1. Una segunda distinción muy importante que debe
hacerse precisamente ya en el ámbito del saber lin-
i -y
güístico- es la distinción entre lenguaie y metalenguaj e.
Por <<metalenguaje> se entiende un lenguaje (un uso lin-
güístico) cuyo objeto también es un lenguaje; por ejemplo,
el hablar sobre palabras o sobre frases. El olenguaj€>r o,
mejor, el lenguaie primario, es un lenguaje cuyo objeto no
es a su vez un lenguaje. Como dijimos 4, esta distinción se
halla ya esbozada en el De magistro de San Agustín.
,
El metalenguaje, siendo un uso determinado del lenguaje,
pertenece corno tal a Ia lingüística del hablar; y, en este
:
I
,t
,4
sentido, ni tiene estructura ni se 1o puede estructurar al
nivel del saber idiomático, puesto que es infinito. En efecto,
en un metalenguaje de base española, por ejemplo, se puede
hablar de todas las lenguas del mundo, incluida la española,
y también de lenguas imaginarias, y nos podemos referir, a
nuestro arbitrio, tanto a expresiones o palabras enteras co-
rno a partes aisladas de ellas. Así, podemos decir: < criada,
es una, palabra española, míentras que <<murcama>> es r¿na
palabra sudamericana; ,r-ción> es un sufijo bastante común;
,<kaltr>, en atemdn, significa 'frío'; ,<-ingrr, €fr inglés, as su-
fiio; ,rllawtpr>> es una palabra inventada, etc., etc.
2.2. Ciertas dificultades de la teoría lingüística se deben
a la confusión (o a la no distinción) entre lenguaje prirnario
y metalenguaje. Así, una de las dificultades con que se tro-
píeza en la definición de la .,palabra', se trata de
una dificultad rnás aparente que real--aunque radica en el hecho
de que se quiere definirla en el lenguaje primario y, al mis-
{ Cf. cap. f, 3.3.
a!
I
;l
't
I
t
I
*Á
294 Lecciones de lingüística general
mo tiernpo, en el metalenguaje. Ahora bien, esto es sencilla-
mente imposible, ya que en el metalenguaje (incluso en el
metalenguaje empleado conjuntamente con el lenguaje pri-
mario en el hablar corriente) cada segmento de una palabra
puede llegar a ser <palabra>>. Por ejemplo, si de una cosa
digo que es roia, un interlocutor puede corregirrne añadiendo
sencillamente ,<-iÚa>>, o sea, tratando el sufijo -izo, -a corno
una palabra con el rnismo <<status>> que rojo, -a o rojizot -o.
Aún más: por <(error)> puedo decir los libro, y un interlocutor
puede corregirme diciendo: <-s)>, o sea, indicando la desi-
nencia neces aria en este caso para formar el plural de libro.
Pues bien, también esta <(-s)> es una palabra (y, desde luego,
una oración), metalingüística, por supuesto.
2.3. Por razones análogas, la misma distinción tiene tam-
bién importancia particular para la gramática. Por ejemplo,
es un error más bien frecuente en las gramáticas escolares
eI de afirmar que todas las partes de la oración pueden ser
sujeto, por tanto, también un adjetivo, porque se puede
decir ,rVerde> es Atributo, O un 'adverbio', cOmO en el ...sírt
de este señor no constituye garantía. Ahora bien, en realidad,
u n a s o I a parte de la oración puede ser sujeto: el
sustantivo (como nombre o como pronombre). Pero
t o d a s las palabras del ..Iéxico> propio del metalenguaje
son, precisamente, sustantivos: el nombre de una letra, de
una palabra (que en el lenguaje primario pued.e ser adje-
tivo, verbo, adverbio, etc.), de una categaría es sus-
-todo
tantivo en cuanto nornbre de algo. Más todavía: en el me-
talenguaje, oraciones enteras y fragmentos de palabras tam-
bién se hacen <nombres' y <<sustantivos> (por ejemplo: ,rDi-
me>> es imperativo; ,rdi-r, es la primera 'síIaba de ,rDimeD;
en .<Dime, hay una <<i>ri ,rDime que sírr es lo contrario de
,rDime que norr) y pueden, por tanto, hacer de sujeto.
l,a I c:n¡4,uct funcional 295
2.4. Por otra parte, si el léxico metalingüístico no es
estructurable, por ser virtual e ilimitado (en efecto, las pa-
labras del metalenguaje se crean a voluntad en eI momento
mismo en que se utilizan), €1 uso del metalenguaje puede
también manifestar una técnica propia en una determinada
tradición tingüística, o sea, podemos tener una gram
del metalenguaje (gramática, por lo demás, bastante^tica poco
estudiada y que sería preciso estudiar). En español, por ejem-
plo, valen en este ámbito ciertas reglas en cuanto al uso
del artículo: se dice ,rrío> es un sustantivo mc¿sculino, <<-Ar>,
es desinencia de infinitivo, ,rmás, y <<imenos>> forman coTnt-
parativos, pero ,rla a>> del nominativo singular, ,rLa e>> larga
del tema, et ..sín de las niñas, etc. , y, si dijésernos el rlo, no
estaríamos ya en el ámbito del metalenguaje, sino en el del
lenguaje primario. En griego antigüo, los nombres metalin'
güísticos son todos neutros, de modo eue, mientras que ó
Inno'q signifi.ca .,el caballol, como animal, rró [nroq
significa ..la palabra r r o q >) ; así, también, mientras que
Y.
6re significa (cuandor', rd 6re significa (adernás de oel
cuandoD, sustantivado) ..la palabra 6 r € )> . La única señal
de esta utilización metalingüís tica €s, por ello, el artfculo
neutro, con inevitables sincretismos cuando la palabra de la
que se habla es de por sí un sustantivo neutro. ,
2.5. La descripción de La lengua se refiere, desde luego,
al lenguaje primario, y no al rnetalenguaje, en la mcdld¡
en que este último no es estructurable al nivel del rsaber
idiornáticor'. Pero, como el metalenguaje puede tener, a egt€
mismo nivel, su propia gramática, distinta de la del lenguaJe
primario, al describir una lengua se deberían indicar tam.
bién las normas del uso metalingüístico; y al nivel del aná-
lisis gramatical del texto, se debería distinguir la técnica del
lenguaje primario de la del metalenguaje.
 296 Lecciones de lingüística generaÍ
3.1. Una distinción esencial dentro del lenguaje primario
(pero que puede hacerse también para la <<gramática" del
metalenguaje) es La que debe hacerse entre sincronía y dia-
cronía, o sea, entre la lengua en un momento dado de su
desarrollo histórico (y considerada en su funcionamiento en
el hablar) y la lengua <<a través del tiempo)>, es decir, justa-
mente en su desarrollo histórico. Se trata de una distinción
bien conocida y no insistirernos aquí en ella s, limitándonos
a señalar que la descripción de una lengua €S, naturalmente,
.,sincrónican, en el sentido de que considera la lengua en su
funcionamiento (y no en su devenir histórico). Ademát, con-
viene distinguir entre estada de lengua real y sincronía con-
siderada idealmente y, por decirlo así, .rabsolutarr, En efecto,
también en el estado de lengua está implÍcita una dimensión
diacrónica, porque los hablantes consideran ciertas formas
y construcciones como anticuadas, o, por gl contrario, como
recientes, y al emplearlas tienen en cuenta estos valores para
dar un matiz de arcaicidad o de ..rnodernidadn a sus discur-
sos. Por ejemplo, si digo, en italiaro, tt¿tti sf assisero, el
italiano medio entiende el significado de si assisero y lo
'traduce' por si sedettero, pero percibe en 1o dicho cierto
tono áulico, precisarnente el que quería dar a mis palabras
y comunicar con ellas. Sobre todo cuando una tradición lite-
raria de la lengua penetra en la hablada, se advierte la pre-
sencia simultánea de dos o más estadios en un mismo .<estado
d.e lengu ?D, simultaneidad eüe, en el fondo, refleja el des-
arrollo mismo de la lengü&, Su perenne ..cambiarrt.
3.2. Se trata, por otra parte, de una diacronía ..subjeti-
vaD, o .,diacronía de los hablantes>> (intuida -coIno tal por
los mismos hablantes), y que puede ser completamente dis-
I Sobre los muchos Problemas que esta distinción plantea, véase
E. Coserlu, SDIÍ.
I
La l.engua funcional 297
tinta de la diacronla que poclrfa cstablecer un historiador
de la lengua. Por ejernplo, en italiano algunos distinguen
entre udire y sentire, emplean udire para ..oír> y sentire
para <<sentir, con los otros sentidos y consideran el uso de
sentire por udire como enojosa novedad; otros, €fl cambio,
emplean únicamente sentire, y para ellos Ho udito un rumore
suena a afectado y, a la vez, a anticuado. Ahora bien, desde
el punto de vista de la historia "objetiva>>, udire no está
<anticuado' sino para los hablantes que no lo emplean ya
corrientemente, y el uso de sentire por udire no es en abso-
luto una novedad: se halla ya en Dante, s€ remonta con
seguridad a una época todavía anterior, ya que se presenta
también en otras lenguas románicas (es normal en catalán,
y regional y dialectal en español) y se debe tal vez a influjo
gríego sobre el latín vulgar un ..calco semántico))-,
puesto que ya en griego antiguo crioeávoFCr, <<sentirn,
se difundía a expensas de &rcoúrrv, (oírn. Pero todo esto
no importa desde el punto de vista del funcionarniento de Ia
lengua y de las actitudes de los hablantes gue, en el fondo,
1o gobiernan. También en Ia descripción de un estado de len-
gua será preciSo, por tanto, tener en cuenta estos hechos de
diacronía imptícita, por la cual ciertas distinciones, sean o
no sean efectivamente (cronológicá,S>, tienen un determinado
valor funcional para los hablantes: todo hecho subjetiva-
mente ..diacrónico)> tendrá que ser descrito en su propia
..sincronían (es decir, en su funcionamiento). \
4.1. En el estado de lengua..sincrónico'es necesario
distinguir dos tipos de tradiciones: la técnica libre del dis-
curso y el discurso repetido. La técnica libre abarca los ele-
mentos constitutivos de ta lengua y las reglas <<actualesrt
relativas a su modificación y combinación, o sea, las ..pala-
 i:-
298 Lecciones de língüística general
bras> y los instrumentos y procedimientos léxicos y grarnati-
cales; el discurso repetido, efl cambio, abarca todo aquello
eue, en el hablar de una comunidad, se repite en forma más
o menos idéntica, como discurso ya hecho o combinación
más o menos fija, como fragmento, por largo o breve que
sea, de <ya dichor'. Así, el buen madriteño es un hecho de
técnica libre, rnientras que el buen s'ama.ritano (combinación
ya existente como tal) es un hecho de discurso repetido.
Desde este punto de vista, un discurso concreto puede con
frecuencia ser análogo a un cuadro realizado, en parte, como
collage; en el cuadro, además de las secciones ejecutadas
con la técnica det pintor que 1o pinta, puede haber también
trozos tomados de otros cuadros, pintados por otros pin-
tores. ' construcción que han dejado de ser actuales, contener for-
4,.2. El discurso repetido puede ser .,citarr: repetición de
trozos de textos u sf¡q5- conocidos como tales.
-literarios
Así, si digo questo matrimonio non s'ha da fare, o nel mezzo
del, cammin di nostra vita, o en un lugar de ta Mancha de
cuyo nombre no quiero acordarme, me refiero a textos de-
terminados, de Manzoni, Dante y Cervantes , a los que sigo
aludiendo incluso al variarlos en parte, diciendo, por ejem-
plo, questa lezione non s'ha da fare, nel mezzo del camrnin
d¿ questo l.ibro, en una calle de Madrid de cuyo nombre no
quiero acordarme (en ciertos casos, la alusión al texto se
configuÍd, precisamente, como imitación paródica de una
obra literaria).
Pero ardernás de estas alusiones a textos más o menos
conocidos o desconocidos, el mismo tipo de tradición lin-
güística incluye otras diversas formas: proverbios, locucio-
nes fijas, fórmulas tradicionales de parangón o sin
-con
<como)> (por ej., ital. buono come il pane, cattitto come Ia
peste, contento come u.na Pasqua, ubriaco fradicio, ricco
f,a leng,,ua funcional 299
sfondato, povero ín canna; €sp., amabLe como L¿n erizo, mds
vitto que un rayo, mds loco que una cabra, mds pobre que
una rat,a,, una suerte padre)-, etc. Rasgo común de todas
estas formas es el hecho de que sus elernentos no son lin-
güísticamente <<estructurables' porque, en la medida en que
son fijos, no son sustituibles (..conmutablesn) y, por consi-
guiente, no participan en oposiciones funcionales actuales.
Así, no podríamos decir ta Pasqua, en vez de una" Pasqua, €r
la expresión it. contento come una Pasqua, ni it gatto, en
lugar de la gatta, en it. tanto va la gatta al lardo, ili un chivo,
en esp. mds loco que una cabra (y, de todos modos, tales va-
riaciones no modificarían el valor de estas expresiones). Por
otra parte, el discurso repetido puede obedecer a reglas de
mas no identificables (¿quién sabe, hoy día, qué significa
resta en la locución it. con la lancia in resta, qué significado
léxico tiene in canna en la fórmula it. pouero in canna, o
qué es 'propiamente' el .,alarde' que figura en esp. hacer
alarde de?), o pertenecer sirnplemente a otras lenguas (cf.,
por ejemplo, en discursos italianos o españoles: 'more uxorio,
ga. ira o setf-wtade man).
4.3. Ciertos tipos de discurso repetido (adernás de log
hechos que se relacionan con las literaturas correspondlon"
tes) son característicos de determinadas comunidad€s'Y, por
tanto, deberían ser tenidos en cuenta de forma particular an
la descripción y en la enseñattza de las tradiciones ltngülgtl.
.-
Ér
cas. Por ejemplo, para la comunidad lingüística española Eon
característicos los llamados ..refranes)>. En cambio, en la Co.
munidad lingüística italiana es típica la repetición de comlen.
zos de trozos de óperas líricasi como un bel dí vedreftie,
dhe gelida manina, ta donna ¿ mobile, it cavallo scalpita,
fórmulas ampliamente conocidas y, en la actualidad, utiliza-

300 Lecciones de lingüística general
das también por quienes no conocen las óperas de las que
forman parte. En las comunidades protestantes (en Ingla-
terra, Alem arrria, Suecia, Estados Unidos ) está difundidu el
conocimiento de la Biblia y son frecuentes las alusiones a
este texto; otro tanto no podría suceder en las comunidades
católicas, donde el conocimiento de la Biblia es casi nulo,
de suerte que esas alusiones resultarían las más de las ve-
ces totalmente incomprensibles. Y en la comunidad griega
antigua, al menos a cierto nivel cultural, eran constantes las
alusiones a la mitología y a Hornero.
4.4. Pero ¿cómo incluir el discurso repetido en la des-
,
cripción lingüística estructural y funcional si sus elementos,
como se ha dicho, ilo son <<estructurables> y, por consiguien-
)
t€, escapan a una consideración estructural? Pues bien, es
) cierto que el objeto principal de la descripción estructural
) es la técnica libre; sin embargo, €s preciso observar gue, si
) los elementos del discurso repetido análogos a los de la téc-
)
nica libre ( "palabras>, instrumentos gramaticales) no son
conmutables en su propio ámbito, sus combinaciones, en cam-
) bio, o sea, las unidades del discurso repetido, corresponden
) funcionalmente a unidades de diversos niveles de la técnica
) libre y son conmutables con éstas, por lo cual pueden consi-
) derarse como unidades <(Ito analizablesn de .esta rnisma téc-
nica, en los niveles de estructuración gramatical en que fun-
)
ttoT*l;.
) este punto de vista, ciertas formas del air.rrso
) repetido no pertenecen de ningún modo a Ia técnica idiomá-
, tica, puesto que no equivalen a unidades combinables de ésta:
I son las formas que corresponden a textos completos (o a
I fragrnentos de textos de sentido completo), como las citas
y los proverbios. En tal caso no puede haber oposiciones
) dentro de la técnica idiomática, sino tan sóIo entre un texto
t
D
D
¡
.:I
tr
I
li
';
ir
La leng,ua funcional 301
y otro texto; se trata, en realidacl, de formas de la "litera-
tura>> (en sentido amplio, es decir, también moral, ideología,
etc.), de tradiciones literarias insertas en la tradición lingüís-
tica y que deberían ser estudiadas por la lingüística del
.J texto y por la filolo gía. Y, en efecto, una disciplina filo-
lógica,la pare?i'tiología o ciencia de los proverbios (del griego
rcrpot¡r[cr, *proverbio"¡, s€ ocupa en parte de estos hechos.
Pero hay otras formas que pertenecen al mismo tipo y que
deberían ser estudiadas más de 1o que lo son; por ejemplo,
los llamados wetlerismos, es decir, los modismos introduci-
dos por (o acompañados de) fórmulas del tipo: ital . come
diceva quello che, come disse colui che, esp. como decía (diio)
aquel eu€, etc. 6 y eu€, por consiguiente, pretenden referirse
a una reacción verbal de alguien en una situación deterrni-
I nada (aunque frecuentemente se trata de reacciones y situa-
ciones imaginarias; por ejemplo: Non ¿ una. cosa pi.acevole,
t
.t'-t
come diceva quelto che si faceva schíacciare le noci in testa,
\t
<Ito es muy agradable, como decía aquel a quien cascaban
nueces en la cabezarr).
Otras formas del discurso repetido corresponden funcio-
nalmente a <<sintagmas> (combinaciones de palabras) de la
técnica libre, son conmutables con (se oponen a) sintagmas
y deberían estudiarse, por tanto, ?L nivel sintagrnático. Asf,
por ejemplo, ital. cava.rsela per il rotto della cuffia corres-
ponde poco más o menos a 'sfuggire ín ntodo piü o meno
fortunoso', <(eSCapar apenas y con dificultad (a un peligro o
a una desgracia)r'. At mismo tipo pertenecen: ital . rendere
pan per focacci'A, vedersela brutta, farsi vivo, farla franca,
esp. cara de pocos amigos, atar cabos, fto dejar títere con
óSe Ilaman wellerismos porque un célebre personaje de Dickens, Sam
Weller (en los Píckwick Papers), los emplea a cada paso.

302 Lecciones de lingüística general
cabeza, hacerse el sueco, etc. IJn tercer tipo es el de las (pe-
rífrasis léxicas)>., que corresponden a unidades lexemáticas
(palabras) de la técnica libre; así, ital . in quattro e quattr'otto
(esp . erl un santiamén) corresponde a 'rápidament€', 'inme-
diatamente' y se opone a adagio, lentamente, al nivel de las
unidades léxicas. Análogo es el caso de: ital. tagliare l,a corda,
levare Ie tende (..marchars€rr), a fttano a. mano ("gradualmen-
te n), esp. rlo dar abasto, hacer atarde, hacer faLta, hacer hin-
capié, de cabo a. rabo, a granel, a, Io meior, a secaq etc. Fi-
nalmente, un cuarto tipo funciona al nivel de los morfemas,
o sea, de los instrumentos gramaticales; así, las <voces de
parangón' funcionan corno morfemas de elativo (por ejem-
plo: ital . contento co'me una Pasqua : contentissimo, esp.
más vivo que un rayiJ _ vivísimo, más loco que una cabra :
_ mbry loco).
El discurso repetido, en sus formas segunda, tercera y
cuarta, debería estudiarse como una amplia sección autóno-
ma del .,saber idiomáticorr7.
5.U. El objeto por excelencia de la descripción estructu-
ral €s, de todos modos, Ia lengua en cuanto técnica sincró-
nica clel discurso. Pero en una lengua histórica (lengua que
se ha constituido históricamente como unidad ideal e iden-
tificada como tal por sus propios hablantes y por los hablan-
tes de otras lengu?s, comúnmente mediante un adjetivo
..propion: lengua española, lengua italiafra, lengua inglesa,
lengua francesa, etc.) esta técnica no es nunca perfectamente
? Sobre toda la problemática del discurso repetido, puede verse
ahora la excelente tesis doctoral de rni discípulo H. Thun, Probleme der
Phraseologie. Untersuchungen zur wiederholten Rede mit Beispielen
aus dem Franzósischen, Italietlischen, Spanischen und Rumiinischen,
Ttlbing€r, 1978. Cf. también lo expuesto en mis Principios de setndn-
tica estructural, Madrid, 1977, págs. 113-118.
I,A Ieng,ua funcional 303
honlggénea. AI contrario: normalmente es un coniunto bas-
tante cornplejo de,.!{?.*lpfglgs l$g1iísticas históricamente co-
nexas pero diferentes y sólo en parte concordántes. En otras
palabras: una lengua histórica presenta siempre variedad
interna. En efecto, er tal lengua suelen presentarse diferen-
cias internas, más o menos profundas, correspondientes a
tres tipos fundamentales: a) diferencias diatópicas, es decir,
diferencias en el espacio geográfico (del gr. 6r,á t <(v través>r,
y tónoq, (lugar"); b) diferencias diastrdticQs, o sea, diferen-
cias entre los estratos socio-culturales de la comunidad
lingüística (det gr. 6rá y lat. stratum); y c) diferencias dia-
f ásicas, es decir, diferencias entre los di'¿ersos tipos de rrlo-
dalidad expresiva (det gr. 6rú y Qúorg, ((expresiónrr) 8. Las
diferencias lingüísticas que un mismo estrato sociocul-
-en
tural- caracterizan a grupos "biológicosr' (varones, mujeres,
niños, jóvenes) y profesionales también pueden consid.erarse
corno "diafásicasn.
5.L. Las diferencias diatópicas son universaknente cono-
cidas en cuanto al nivel de la lengua popular ("dialectalu),
donde, €r las lenguas europeas, y sobre todo en algunas
cornunidades (como la italiana, la francesa o la alemano),
son, en efecto, ffiuy evidentes. Pero tales diferencias existon
también al nivel de la lengua común (lengua de uso (super.
regional> e hiperdialectal). Así, en Italia, la procedencla dO
los hablantes se reconoce comúnmente también a este nlvel,
por Ia pronunciación, por algunos fonemds, por ciertas pgle'
bras y construcciones; y hasta se están afirmando clertor
8 Los términos diatópico y diastrdtico fueron propuestos por prlme.
ra vez por L. Flydal, ..Remarques sur certains rapports entre le stylo
et l'état de languer', NfS, t6, 1951, págs. 240-257. Al adoptarlos (en 1957),
hemos añadido el término diafdsico, para referirnos a las diferencias
llamadas ..estilísticasn.
)
Y.
,i

t'

) i
t.

) La leng,ua funcional 30s

304 Léccilnes de lingüística general
) un francés popular y un inglés popular (bastante distintos
a tipos regionales de lengua común (un tipo <<septentrional",
un tipo <(meridionalrr, un tipo ac€fltra'[>). Pero, de momento,
de las formas ..cultaso dc estas lcnguas), ur español popular
I se trata más bien de variedades cleterminadas por los corres-
y, hasta cierto punto, también un italiano popular (como
t pondientes dialectos ..subyacent€s> que de variedades esta-
forma del italiano común).
t bles y , autónomas del italiano común. Más estables Y, por
5.3. Las diferencias diafásicas pueden
-según
las comu-
nidades- ser notables, por ejernplo, entre lengua hablada y
? ello, más netas y más fácilmente delimitables son estas va-
lengua escrita, entre lengua ..de uso>) (alem. U*gangssprache)
, riedades en las lenguas históricas habladas en países diver-
y lengua literaria, entre el modo de hablar familiar y el "pú-
sos, políticamente independientes y culturalmente autóno-
I mos: es el caso del inglés, del español y del portugués de
blico" (o, eventualmente, solernne), entre lenguaje corriente
, y lenguaje burocrático u "oficinesco)>, etc. Y en la lengua li-
Europa y América. A pesar de la unidad de la técnica fun-
a teraria, pueden existir diferencias sensibles entre la poesía
damental de estas lengu?s, existen entre sus tipos europeos
ra y americanos diferencias fonéticas, léxicas,. en parte también
gramaticales, y, precisamente, también al nivel de la lengua
(en verso) y la prosa, entre la poesía épica y la lírica, etc.
En ltalia, por ejemplo, hasta tiempos bastante próximos y
por una tradición propia de la, poesía Lírica, se empleaban ert
común (y literaria).
a 5.2. Las diferencias diastráticas son particularrnente mar-
ésta, para el imperfecto, formas con las desinencias -€e, -ia,
2 cadas en las comunidades en que hay grandes diferencias
(avea, partia), mientras que en la lengua corriente ya eran
generales las formas en -eva, -iva (aveva, partiva), o se utili-
) culturales entre los distintos estratos sociales y, naturalmen-
zúan palabras como augello, alma (por uccello, anima), e,ue
) t€, en las comunidades diferenciadas en castas. Así, por
se hubieran empleado raramente en la prosa y nunca en la
, ejemplo, eran radicales en la antigua India: en el teatro
lengua hablada. Tan sóIo en los últimos ochenta años ha
indio antiguo (teatro ..realista>>, en este aspecto), los reyes,
) cambiado esta tradición, y hoy ningún poeta escribíría ya
los nobles y los sacerdotes hablan sánscrito (la lengua de las
a castas superiores y lengua ..culta> por excelencia), rnientras
como Carducci, uno de los últimos representantes de esta
a que los representantes de las castas inferiores (también, por
tradición lingüístico-retórica de la poesía italiana. Un caso
un poco diferente es el de la literatura griega antigua, en la
I ejemplo, los comerciantes), así como las mujeres y los niños
que las diferencias diafásicas son bastante profundas por
a de cualquier casta, hablan varias formas de prácrito, es decir,
una lengua popular, Y aun hoy día son notables tales dife-
corresponder a diferencias de tipo <diatópicon que caracte-
a rencias en varias comunidades de Asia, como la persa, la
rizan los distintos géneros literarios: la poesía épica se es-
a indonesia o la japonesa. Pero diferencias diastráticas más o
cribe en dialecto homérico (esencialmente jónico), la Iírica
a menos profundas se dan también en nuestras comunidades
monódica (individual), en eólico; La lírica coral, er dórico;
mientras que prosa, tragedia y comedia (salvo en las, partes
a europeas V, justamente, también en aquellas en que estas
corales) utilizan el ático; y el prestigio de la tradición homé-
a diferencias no coinciden con la diferencia entre lpngua co-
mún y "dialecto> (en cuanto ..lengua popularn). Asl, existen
rica es tal eüe , hasta la épo ca bizantina (y aun en esta época),
a
a n¡nNúnLES, 51..
- 20

a
!
306 Lecciones de lingülstica genereú I,& 307
:: lengua funt:itnal
quien escribe poesía épica
-o,
simplemente, poesfa en he- Y 6agarnrlg notar euc, normalmente, cada uno de estos
xámefyss- sigue empleando, en lo esencial, el dialecto ho- slstemas es ( r¡ás o mcnos) homogéneo desde un solo punto
mérico. de vista: en c¿rcla dialecto pueden comprobarse difefencias
5.4. A estos tres tipos de diferencias corresp_onden en diastráticas y cliafásicas (y, por tanto, niveles y estilos de
senticlo contrario (es decir, en el sentido de la relativa homo- lengua); en cada nivel, diferencias diatópicas y diafásicas
geneidad de las tradiciones lingüísticas) tres tipos de unida- (diatectos y estilos), y en cada estilo, diferencias diatópicas y
dcs, de sistemas lingüísticos más o menos unitarios, o sea, d.iastráticas (clialectos y niveles). Además, los límites entre los
de ..lenguas> comprendidas dentro de la lengua histórica: niveles y entre los estilos de lengua pueden ser diversos en
unidades consideradas en un solo punto del espacio o que los distintos dialectos; y los límites entre los estilos, diversos
(prácticamente) no presentan diversidad espacial, es decir, en los distintos niveles.
unidades sintópicas o dialectos (térrnino que podrá aplicarse 5.5. IJna lengua histórica no puede, por tanto, describirse
a todos los tipos de variedades regionales comprendidas en eslructural y funcionalmente como un sistema lingüfstico,
La lengua histórica: también a las de la lengua común); {uni-
como una sola estructura unitaria y homogénea, sencillamen'
dades consideradas en un solo estrato socio-cultural o que
(prácticamente) no presentan diversidad desde este punto de
te porque no lo es: al contrario, con frecuencia abarca Eis'
temas lingüísticos bastante diferentes, a veces no menos dife-
vista: unidades sinstráticas o niveles de lengua (los llamados
<dialectos sociales") y unidades de modalidad expresiva, sin rentes que ciertas lenguas históricas reconocidas como tales
(piénsese, por ejemplo, en los dialectos italianos septentrio'
diferencias diafásicas, o sea, unidades sinfásicas o estilos de
lengua (por ejemplo: estilo familiar, estilo literario épico, nales y meridionales). Además, una descripción estructural
etc. ).
única de toda una lengua histórica, aun cuando no fuese 14'
En este sentido se puede decir que una lengua histórica cional y empíricamente imposible, no tendría ningún interés
piactico, ya que una lengua histórica <no se hablar: no 3e
n o es nunca un solo sistema lingüístico, sino un diasisteme,
u I conjunto más o menos complejo de "dialectos¿, ..n-iv*elesrt reahiza, en el hablar, en cuanto tal y de modo lnmedlrto,
sino sólo a través de una u otra de sus forrnas determlnréf:
v <estilos de lengua)>:
en sentido diatópico, diastrático y diafásico. Nadie pu€dC'fu
DIALECTOS
/r\ ^ blar (simultáneamente) todo el italiano o todo cl lndlr,'f ;$
inglés .,sin adjetivos>> o el italiano .,sin adjetivosr (por fJfn# }
--l--
-tl--,
-r-1
,tK'r' V
1
R DE
.É>
ESTILOS
plo, un italiano ni toscailo, ni romaro, ni milané¡, €t9,, !Ü','
popular, ni culto, etc., ni familiar, ni solem[9, etC,, O, fl 1*
I
LENCUA
I

NIVELES
I
f>-
I
\.
-+) vés, un italiano toscano y al rnismo tiempo siciliaflo, populrf
\ E
\
\
\ y culto, farniliar y al mismo tiempo solemre, etc.)' Se hebl;
\ >>r
/ en cada caso una forma determinada de italiano: no BL ltr¡
 l,é(,t'le ttt?s cle,. lingülstica general
308
liano, sino uN itallanei (por eoJenr¡rkr: el it¿rliano común, rc)-
mano, clel nivcl nreclio y en e,stilrr I'nrlriliar).
Una técnica lingülstic¿r entcr¿rnl(:tltc determinada (o sea,
unitariayhomogénea)enlostresSentidosencuestión
solo dialecto en un solo nivel y en un estilo único de lengua,
en otras palabras: una lengua sintópica, sinstrática y sinfá-
sica- puede llamarse lengua funciortq.l. El adjetivo ..funcio-
nal' halla, en este caso, su justificación en el hecho de gue,
precisamente, sólo una lengua de este tipo funciona efecti-
vamente y de manera inmediata en los discursos (o <<textosn).
.En un rnrsmo arscurso pueoen, srn ouoa, presentarse diver-
sas lenguas funcionales (por ejemplo, en un discurso narra-
tivo, una forma de hablar del autor y una forma de hablar
de sus personajes, o diversos modos de hablar que caracteri-
zart a los propios personajes), pero en cada punto del dis-
curso se presenta siempre y necesariamente uno" lengua fun-
cional d.eterminada. E,l español, el italiano, el inglés, €1 fran-
cés, etc., como generalmente se los entiende, no funcionan
directarnente en los discursos y no son, por tanto, lenguas
funcictnales: son .<coleccionesn de lenguas funcionales, mien-
tras que una lengua funcional es una forrna en todo sentido
determinada de español, italiano, inglés, francés, etc. Una
lengua común fuertemente unific ada y rígidamente codifi-
cada (como, por ejemplo, el francés "oficial") se aproxirna
a este concepto, pero no le corresponde exactamente, ya que
también en una lengua de este tipo se dan, por lo menos,
diferencias <estilísticasrr.
6.1 .
E,l objeto propio de la descripción tingüística enten-
dida corno descripción estructural y funcional €s, precisa-
rnente , la ..lengua funcionalr, un solo <dialec-
-repitámoslo:
..nivel, déterminado y en un qestilo
to>>, considerad.o en un
I,a len g,,ua 309
funelanal
cle lenguan deternrlneclo=::, ¡"rtresto (ltle .sólo en cl árnbit<¡ cle
tal lengua, y no eR toda una lengLl¿I histórica, valen cle lrl&-
nera no ambigua las oposicioncs, estructuras y funciones
l
I
que se comprueban en una tradición idiomática así como
I
I
,
I
,
I
¡
i
sus conexiones sistemáticas (por más que una oposición, eS'
tructura o función puede ser común a varias lenguas funcio-
nales), Tratánclose, er carnbio, de u.na lengua histórica, la
descripción estructural debería hacerse por separado para
cada una de las lenguas funcionales que en ella se distingan:
a una ..col.ección> de lenguas funcionales, debería, en rigor,
correspond,er una ..coleccióntt de descripciones.
En este sentido, la descripción estructural no puede ser
só}o sincrónica (como se admite ya generalmente), sino que
debe ser (y, en realidsd, es necesariarnente) tarnbién sintó-
pica, sinstrá.tica y sinfásica: cuando hablamos de <(gramática
estructural del inglésn ("del españoln, ..del francésrr, .,del, ita-
lianorr), en realidad entendemos siempre 'de un tipo deter-
minado de inglésr ('de español', 'de francés', 'de italiano').
Una gramática estructural <(españolar, (- ..del español"), y
aun sólo y simplemente una gramática descriptiva sdel espa-
ñolr, sea, una descripción simultánea de t o d a s las mo-
-o
datidades del español (dialectos, niveles, estilos de lengua)-
es empresa del todo imposible. Es cierto, sin embargo, gü€,
en la gramática estructural, la exigencia de limitarse en cada
caso a una lengua funcional Bermanece implícita la mayor
parte de las veces. Só1o raramente tal exigencia se reconoce
de forrna explícita. Así, por ejemplo, por D. Jones, Pof Z-
Harris er su obra dedicada a La lingüística estructu'
-que,
ral, alude también, aunque en forma más bien vaga, aI ca-
rácter unitario de [a lengua qrre se describe estructuralmen-
te- y, en cierto sentido, por Chomsky, quien, er Aspecto's
de la teoría de la sintaxis sin hacer las distinciones
-aun
**ú
310 Lecciones de tingüística general
que aquí hemos hecho-, con el concepto del 'hablante-oyente
idealizado', afirma prácticamente la necesidad metod,ológica
de la unidad de la ..lengga> que es objeto d.e d.escripción
(pero, por otra parte, parece querer identificar tal lengua
unitaria sencillamente con 'Ia lengua histórica).
6.2. La lengua funcional tiene, como se ha dicho, la ven-
taja de ser la lengua inmediatamente .,reali zada, en lo_s dis-
cursos (o <<textosrr) y de ser homogénea (de ser propiamente
((una sola lenguatr). Pero, por otra parte,
desd.e el punto de
vista de una descripción .,funcional-integralr, (o sea, de una
descripción 9ue, también por exigencias de ord.en práctico,
aspire a reflejar el saber idiomático efectivo de los hablantes
de una lengua histórica, o, al menos, de un conjunto de
hablantes reales), presenta el inconveniente d.e no ser fácil-
mente deducible de los textos y ni siquiera del hablar de
un solo individuo. En efecto, arrnque en cada punto de un
texto se realiza una lengua funcional {eternninada, los textos
que realizan más de una lengua funcional en este
sentido, ..plurilingües>- son frecuentísimos.-textos,
Y, si Ia lengua
histórica tt corresponde al saber lingüístico de los hablantes
(tpor exc€sor>
normalmente, salvo el caso de lenguas
-porque
históricas reducidas a poquísimas lenguas funcionales (o a
una sola), ningún hablante conoce toda una lengua históri-
ca-, la lengua funcional no le corresponde kpot defectorr,
ya que todo hablante conoce, al menos hasta cierto punto,
más de una lengua funcional.
Así, en Itatia, €It lo que concierne a la d,iversidad dia-
tópica, üfi hablante toscano conoce, al menos ..pasivamente>
o de forma paródica, las características más llamativas de
una serie de otras variedades regionales, por lo cual se per-
cata de inmediato de la realización de estos tipos dialectales,
por ejemplo en el teatro o en el cine, donde se emplean con
t
La leng,,ua funcional 311
fines humorísticos más bien que de caracterización realista.
Es cierto que establecer qué aspectos de otras variedades
dialectales son conocidos por los hablantes de una variedad
determinada es tarea bastante ardua; con todo, 31 querer
describir 1o que los hablantes saben efectivafirente de su
lengua, es necesario tener en cuenta también el conocimiento
aL que acúamos de llamar <<p&sivon (puesto que sólo en cir-
cunstancias particulares y en forma de irnitación, sobre todo
con finalidad burlofrv, se hace también .<activou), es decir, €1
conocimiento que sólo en casos determinados pasa de Ia
potencia al acto, de un saber genérico e impreciso a una
también imprecisa realización. Por ejemplo, la canción n&-
politana y el teatro de los autores y actores napolitanos han
dado a conocer en toda Italia una infinidad de formas napo.
litanas y meridionales (como'. capa, 'n coppa, iam.ffié, scétar-
sé, piccérillo, saccio, gueglioné, etc.) e. Pues bien, estas for-
mas pertenecen, dl menos .,pasivamente>>, al .<saber idiomá-
tico> de muchísimos italianos que hablan otros dialectos o
la lengua común (o incluso sélo la lengua común) y deberían
ser tenidas en cuenta en la descripción de este saber.
6.3. No basta, para tal fin, la descripción de cada uno de
los dialectos, que no nos dice qué aspectos de un dialecto
conocen los hablantes de otro dialecto. Y no basta también
por otra razón: porque con frecuencia no se trata de un
conocimiento efectivo y exacto de otros dialectos, sino de
..Ienguajes de irnitación" (o ..dialectos híbridosD).
Recordemos a este respecto, como caso típico, €l de la
imitación .,errónea>) del florentino (o de} toscano en general)
por parte de los hablantes de otros dialectos: en realid&d,
e ,<Cabeza>, .,arttba, enciman, <vamosD, .,despertarse>>, (p€eueño>,
*sér, ..muChachott.
312 Lecciones de lingüística general
se trata de 1o que los hablantes de estos o t r o s tipos dia-
lectales saben (o creen saber) del florentino. Característica
del florentino es la llamada "gorgiarr, o sea, la aspiración de
la consonante velar sorda c simple e inten¡ocálica (y menos
de la bilabial sorda p y de la dental sorda t). El florentino
tiene, precisamente, tres tipos de c ( - k): una simple aspi-
rada, intervocálica; otra simple, no aspirada, tras consonante;
y una reforzada ("dobler'), que puede aparecer también en
posición inicial de palabÍ?, por el fenómeno llamado de <re-
fuerzo inicial sintácticon, tras palabras 'truncadas' (como
un po'), después de una serie de monosílabos vocálicos o
terminados en vocal (a, e, ¿, da, piil, etc.) y en algún otro
caso. Dice, por tanto , la hasa, i ha,ni, pero in ce.sa, per casa,
un cnrle, il cane (o iccane) y accosa" (por lo que en la grafía
aparece como a- casa). En cambio, quien imita el florentino
(y el toscano) le atribuye un solo tipo articulatorio, el aspi-
rado, €r todas las posiciones (o, al menos, en todos los casos
en que la c se escribe simple) y dice, no sólo la hasa
e i hani, sino también in hasa, il hane, o hasa (y hasta tos-
hano), conlo jamás diría un florentino. A este propósito un
joven estudioso italiano (toscaro, por supuesto) ha hablado,
con evidente y no injustificado fastidio, de "gorgia toscana)>
(la auténtica) y ..gorgia beocia" (la de los imitadores igno-
rantes). Pero tarnbién los ..beocios> tienen sus buenas Íaizo'
nes , y? que su gorgia representa ya una tradición lingüística,
aunque híbrida: pertenece a un florentino ..inexistent€Dr por
cierto, como tal., pero gu€, sin embarBo, existe corno modo
tradicional no toscano de i m i t a r el florentino (y el tos-
cano).
A veces estas formas de imitación pueden convertirse en
tradiciones literarias: es, hasta cierto punto, el caso de aquel
tipo de dórico eue, en la tragedia ática, es el dialecto de
¡
La Lengua funcional 313
los coros (mientras que en los diálogos se presenta sustan-
cialmente el ático). En efecto, este 'dórico de la tragedia' no
es el dialecto dórico, por ejemplo, de Esparta, sino un dórico
de tradición literaria: el del génerci literario .rpoesía lírica
coralrr, eue en la antigua Grecia comenzó y continuó siendo
compuesta en una lengua con ciertas características dóricaS,
pero eu€, al menos por lo que sabemos, no coincide con el
dialecto de una deterrninada polis dórica. Análogo es el caso
del llamado gauchesco de la literatura hispanoamericana (en
particular, argentina y uruguaya): el gauchesco es el modo
de hablar de los gauchos, es decir, de La gente del campo
(aldeanos y, sobre todo, pastores y vaqueros), pero, por cier-
to, no reproducido tal cual €S, sino elaborado como modo
literario ..de imitaciónrr, con forrnas, rnodismos y construc-
ciones que los gauchos reales, o no ernplean en absoluto (al
menos hoy día), o no utilizan con Ia misma frecuencia y en
las mismas circunstancias. Y también en Italia ciertas carac-
terísticas dialectales han encontrado una utilización literaria
en una forma que no coincide sino parcialmente con el dia-
lecto del que se han querido tc¡mar: las expresiones que
Gadda emplea para imitar varios dialectos no reproducen
nunca exactamente un dialecto determinado, sino 1o que se
sabe en general o se cree saber de este o aquel dialecto. Si
otros escritores siguiesen el ejemplo de Gad.da, usando un
mod.o personal d.e imitar ciertos dialectos sin reproducirlos
efectivamente, podría nacer una tradición no diferente, en
su sustancia, de las del gauchesco o de la ..gorgia beocian.
6.4. Y, naturalmente, lo que vale para la variedad dia-
tópica de la lengua histórica, vale en medida aún mayor para
la variedad diastrática (puesto que la comunicación entre
niveles es constante), y más todavía para la variedad diafá-
sica, ya que cada hablante emplea una serie de <estilos de
314 Lecciones de lingüística general
lengua" diversos: en este sentido todo hablante €s, en el
marco de su lengua histórica, plurilingüe o ..poliglotor>. Es
cierto, sin embargo., que el saber <<interdialectal> es las más
de las veces fragmentario y gu€, por lo común, los niveles
y los estilos divergen sólo parcialmente (o sea gue, con fre-
cuencia, las mismas estructuras y funciones análogas valen
para más niveles y para más estilos).
ó.5. Una descripción ..funcional-integralr,
-ya sea en la
lingüística científica en cuanto tal o en la glotodidáctica-
deberá, de todos modos, tratar de conciliar la exigencia de
homogeneidad del objeto de la descripción estructural con
la exigencia de corresponder a un saber idiomático real. A
tal fin, habrá que elegir, sin duda, como objeto principal de
La descripción, lrna lengua funcional determinada, pero, por
otra parte, cada vez que ello sea oportuno, habrá que des-
cribir también, paralelamente, y como posible ..desviación"
con respecto a esta lengua, aquello que sus hablantes saben
(al rnenos pasivamente) de otras lenguas funcionales. Y, en
particular en la glotodidácti c?, será razoÍtable y conveniente
elegir como base de la descripción la lengua funcional que
tenga la mayor difusión en los tres sentidos de Ia variedad
lingüística y que presente el máximo de coincidencias con
otras lenguas funcionales, es decir, en los casos <(normalesrr,
Irna forma de la correspondiente lengua común, en el nivel
medio (conocido generalmente tarnbién por los hablantes del
nivel superior y, en cierta rnedida, por los de los niveles in-
feriores) y en un estilo de lengua <<neutro>. En cuanto a las
.,desviaciones)> que importe registrar, podrán ser de tipo
diverso, según las comunid.ades lingüísticas. En el caso del
italiaro, por ejemplo, será necesario indicar en primer lugar,
junto con la variedad sóIo "estilística>, las qdesviacionesp
diatópicas ("dialectales"), que son las más ampliamente co-
LA lengua funcional 315
y las más usuales; asín también, en el caso del ale-
nociclas
mán; en cambio, en el caso del francés y del inglés, será
preciso más bien referirse con frecuencia al nivel popul dr, y
a veces resultará necesario llegar hasta el argot y el slang
(en efecto, €fi la comunidad lingüística francesa, y, en gran
parte, también en las inglesás, el nivel popular de la lengua
común tiene con frecuencia la misma función socioestilística
que en la comunidad italiana es propia de los dialectos). Y
en el caso del griego antiguo literario (que es el que se es-
tudia en las escuelas), se tomará como base el ático o la
koiné (el griego cornún d.e la época helenística), y las otras
variedades (dialecto homérico, jónico de Asia, eólico, dórico)
se tendrán presentes en la medida en que funcionan como
<.estilos de lenguan en la literatura (cf. 5"3.). Pero en cada
caso los dialectos, los niveles y los estilos tendrán que malr- rl
tenerse distintos en la descripción y se indicará en qué mg- (l
dida su mezc olanza debe evitarse y en qué circunstancias, en ri
cambio, puede ser lícito (y conveniente) emplear en un mis- (
mo discurso manera reflexivamente diferenciada- dia-
-de
lectos, niveles o estilos diversos.
(
(l
(
(l
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