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LA CRISIS POLÍTICA O GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA DE 2019

Se produjo el 10 de noviembre de dicho año después de 21 días de protestas


civiles contra el gobierno del presidente Evo Morales, a quien un sector de la
población acusaba de haber cometido un fraude electoral en las elecciones
generales de octubre de ese año y haber participado como candidato presidencial
en dichas elecciones, habilitada por un fallo favorable del Tribunal Supremo, en
contra de lo decidido por la mayoría de la población en un referéndum
constitucional cuyo resultado había rechazado esta posibilidad.

Morales había anunciado por la mañana un llamado a nuevas elecciones, en virtud


de las irregularidades denunciadas por la OEA al proceso electoral. Horas más
tarde, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas le sugirió que renuncie,
acción que el presidente tomó casi de inmediato. También renunciaron el
vicepresidente Álvaro García Linera, la presidenta del Senado Adriana Salvatierra
y el presidente de la Cámara de Diputados Víctor Borda, entre otros funcionarios
del MAS, incluyendo las renuncias de gobernadores de varios departamentos. El
11 de noviembre asumió la presidencia la senadora Jeanine Áñez, generando
cuestionamientos sobre la legitimidad de su nombramiento, si bien este fue
avalado por la corte constitucional de Bolivia.

Existen desacuerdos sobre la forma en que debe nombrarse a este episodio.


Apoyan la idea de definirlo como un golpe de estado el presidente de México,
Andrés Manuel López Obrador; el expresidente de Uruguay, Tabaré Vázquez; el
presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el Poder Legislativo de ese país; el
de Nicaragua, Daniel Ortega; el de Cuba, Miguel Díaz-Canel, el gobierno
venezolano de Nicolás Maduro y la cancillería de Rusia. Coinciden en esta
definición expresidentes latinoamericanos como Ollanta Humala de Perú, Lula da
Silva de Brasil y José Mujica de Uruguay. También concuerdan algunos
politólogos, como Andrés Malamud (Universidad de Lisboa), Juan Negri
(Universidad de San Martín) y Jaime Yaffe. El Parlamento del Mercosur en tanto
habló de «golpe cívico-militar» para referirse a lo ocurrido en Bolivia.
Otra parte de los análisis políticos han rechazado la calificación de golpe de
Estado, argumentando que fueron más bien las denuncias de fraude electoral
fueron las que precipitaron la dimisión de Morales, y que la insurrección fue de
carácter popular en respuesta a tal escenario, avivadas por la represión que
suscitó el propio Morales. Realizan este rechazo el candidato presidencial Carlos
Mesa y la oposición boliviana, el gobierno de Estados Unidos, el gobierno de
Brasil a través de su presidente Jair Bolsonaro, y el secretario general de la OEA,
Luis Almagro, quien indicó, en contrarrespuesta, que «en Bolivia hubo un golpe de
Estado cuando Evo Morales cometió fraude electoral». El canciller de Argentina,
Jorge Faurie, declaró públicamente el 11 de noviembre que «hay un vacío de
poder» y que «no están los elementos para describir esto como un Golpe de
Estado». Al respecto, la Organización de los Estados Americanos, a través de 15
de sus miembros (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Estados
Unidos, Honduras, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, Venezuela de Juan
Guaidó), evitaron calificar de golpe lo sucedido en Bolivia, y la Unión Europea, a
través de una votación en la Eurocámara, rechazaron llamarle golpe de estado,
con resultado de 234 votos en contra, 41 a favor y 88 abstenciones. También
algunos politólogos, como Eduardo Gamarra (Universidad de Pittsburgh), Escribà
Folch (Universidad Pompeu Fabra) y Fabián Harari (Universidad de Buenos Aires),
señalan que no hubo golpe.

El 11 de noviembre el canciller de México Marcelo Ebrard, en nombre del gobierno


del presidente Andrés Manuel López Obrador, confirmó que Evo Morales había
aceptado la propuesta de asilo político que López Obrador le había ofrecido horas
posteriores a sugerencia de renuncia a la presidencia de Bolivia; permitiendo la
salida del país del presidente. Se registraron daños a la vivienda de Evo Morales,
así como de sus familiares y políticos aliados.

En ausencia del presidente y del vicepresidente, la entonces segunda


vicepresidenta de la cámara de senadores Jeanine Áñez se autoproclamó
presidenta del Estado, según previsto en el orden constitucional (aunque sin
aprobación legislativa, solo con el aval del Tribunal Supremo), el día 12 de
noviembre. El día 20 de noviembre de 2019, diputados del partido MAS
presentaron un proyecto de ley excepcional para las elecciones nacionales y
subnacionales ante la cámara de Senadores, hecho que, según algunos medios,
representó un reconocimiento de la gestión transitoria de Jeanine Áñez, conforme
a la siguiente cita en el documento: "La investidura de la actual Presidenta del
Estado, Jeanine Añez, surge de la sucesión constitucional, determinando como
objetivo principal de su mandato, la convocatoria a elecciones generales del país,
configurando inequívocamente su razón de legitimidad en el cumplimiento de este
cometido, inexcusable por su naturaleza transitoria".

PROTESTAS EN BOLIVIA POR ACUSACIONES DE FRAUDE ELECTORAL

Las protestas por el presunto fraude electoral se iniciaron desde la misma noche
del 20 de octubre de 2019 (día de las elecciones generales). Los manifestantes se
concentraron frente al hotel ex Radisson de La Paz, donde se estaba realizando el
computo de actas. El candidato opositor Carlos Mesa, hizo un llamamiento a sus
seguidores a concentrarse, para vigilar que no se produjera fraude electoral,
alegando que el tribunal electoral obedecía al interés del MAS y de Evo Morales,
para intentar que no se llegara a una segunda vuelta.

Sectores universitarios, miembros de la coalición electoral Comunidad Ciudadana


liderada por Mesa, y partidos de oposición reclamaron una revisión imparcial de
los votos y la dimisión de las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional de
Bolivia. También pidieron el respeto a la decisión popular manifestada por el
Referéndum del 21 de febrero de 2016, en el que el 51.3% de los participantes
rechazaron que las autoridades sean reelectas dos veces de manera continua y
una segunda vuelta electoral.

Partidos afines al MAS se manifestaron reclamando el respeto al voto, se


declararon en «estado de emergencia» y llamaron a apoyar a ese partido y
descartar la segunda vuelta.

Tras varios días de protesta ciudadana, la oposición boliviana había exigido la


renuncia de Morales a la presidencia,48 hasta que en la mañana del 10 de
noviembre la Organización de Estados Americanos publicó un informe en el que
concluía que hubo serias irregularidades en el proceso electoral lo cual motivó que
el entonces presidente convocara a nuevas elecciones.

PEDIDOS DE RENUNCIA A EVO MORALES

El 31 de octubre de 2019 las asambleas populares de la Paz y Santa Cruz


exigieron la realización de nuevos comicios electorales y esta última pidió además
la renuncia de Evo Morales a la presidencia. Posteriormente, el 2 de noviembre de
2019 el bloque opositor exigió también la renuncia del presidente, otorgándole un
plazo de 48 horas para que la formalice.

El 10 de noviembre de 2019 la Central Obrera Boliviana ─COB─, la mayor entidad


sindical del país y aliada del Gobierno durante los últimos años, también le pidió a
Morales «renunciar, si es necesario» para pacificar al país.

CRONOLOGÍA

8 y 9 de noviembre

LA POLICÍA PRESIDENCIAL DEJA SUS PUESTOS

Luego de semanas de repeler protestas en la Casa Grande del Pueblo, las


unidades de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), cuya tarea era
defender a Morales, acordaron una reunión el 8 de noviembre. En esa reunión, los
oficiales de la UTOP finalmente decidieron abandonar sus puestos para pedir la
renuncia de Morales. De acuerdo a Reuters, la UTOP le dio la espalda a Morales
por varias razones: quejas de presuntas órdenes de reprimir a manifestantes de la
oposición y evitar a los de Morales, resentimientos por un percibido trato
preferencial dado a las Fuerzas Armadas y el cansancio de combatir
manifestantes.

El viernes 8 se reporta un primer amotinamiento policial en la ciudad de


Cochabamba. Luego se fueron sumando unidades policiales de Chuquisaca
(Sucre), Santa Cruz y también Oruro, donde los agentes incluso tomaron la
gobernación. Los policías de La Paz se suman al repliegue el sábado 9, dejando a
las sedes del Gobierno y Legislativo bolivianos sin protección.

Para el viernes 9 de noviembre, todos los oficiales de la UTOP ya habían


abandonado sus posiciones, dejando a vulnerable a Morales frente a las protestas.
Franklin Pareja, un profesor de la Universidad Mayor de San Andrés, dijo que a
causa de esto, el Gobierno de Morales "perdió su escudo" y que "estaba
totalmente vulnerable y no podía seguir".

En el marco de los repliegues policiales, el sábado 9, la casa Ester Morales Ayma,


hermana de Evo Morales en Oruro es atacada y en parte quemada. Se ocuparon
las instalaciones de dos medios estatales bolivianos, la televisión Bolivia TV y
Radio Patria Nueva, y se obligó a sus empleados a abandonarlos, acusándolos de
servir los intereses del gobierno de Evo Morales. La casa del gobernador del
departamento de Oruro, Victor Hugo Vásquez, del Movimiento Al Socialismo
(MAS), fue incendiada y saqueada. También se reportó un incendió en la casa del
gobernador de Chuquisaca.

El 8 de noviembre, el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) de


Estados Unidos contradijo la postura de la OEA y explica que en el momento en
que se interrumpió el informe de los resultados del conteo rápido, la tendencia de
voto existente favorecía a Morales en la obtención de la victoria electoral de
manera absoluta con un margen de más de diez puntos porcentuales. El recuento
de votos oficiales legalmente vinculantes no se detuvo durante ningún período
significativo, y la tendencia en los resultados en el recuento oficial fue muy similar
a la tendencia en los resultados del conteo rápido TREP. Las tendencias entre
ambos recuentos no cambiaron sustancialmente conforme se fueron
contabilizando más actas.

10 DE NOVIEMBRE

INFORME PRELIMINAR DE LA OEA


El domingo 10 de noviembre, la OEA presentó un informe preliminar de su
auditoría y sus hallazgos. Mostró que había vulnerabilidades en el sistema que
podrían haber manipulado los resultados; los observadores internacionales
pidieron por unanimidad que las elecciones se celebraran nuevamente con el
recuento original completamente anulado.

CONCLUSIONES DE LOS HALLAZGOS PRELIMINARES

En los cuatro elementos revisados (tecnología, cadena de custodia, integridad de


las actas y proyecciones estadísticas) se encontraron irregularidades, que varían
desde muy graves hasta indicativas. Esto lleva al equipo técnico auditor a
cuestionar la integridad de los resultados de la elección del 20 de octubre pasado.

En el componente informático se descubrieron fallas graves de seguridad en los


sistemas tanto TREP como del cómputo final. Además, se descubrió una clara
manipulación del sistema TREP que afectó tanto los resultados de dicho sistema,
como los del cómputo final.

La existencia de 1.575 actas TREP en el cómputo final, corresponde a un


aproximado de 350.000 votos. El margen de victoria en primera vuelta es menor a
40.000 votos. Por lo tanto, una irregularidad de estas dimensiones es
determinante para el resultado. Por estas razones el equipo auditor no puede
validar una victoria en primera vuelta.

Las manipulaciones al sistema informático son de tal magnitud que deben ser
profundamente investigadas por parte del Estado boliviano para llegar al fondo y
deslindar las responsabilidades de este caso grave. La existencia de actas físicas
con alteraciones y firmas falsificadas también impacta la integridad del cómputo
oficial.

De 176 actas analizadas de la muestra que habían sido escrutadas en Argentina,


el 38,07% presentan inconsistencias con el número de ciudadanos que
sufragaron. Es decir, las actas reflejan un número mayor de votos que el total en
las listas índice.
Teniendo en cuenta las proyecciones estadísticas, resulta posible que el candidato
Morales haya quedado en primer lugar y el candidato Mesa en segundo. Sin
embargo, resulta improbable estadísticamente que Morales haya obtenido el 10%
de diferencia para evitar una segunda vuelta.

El equipo auditor no puede validar los resultados de la presente elección, por lo


que se recomienda otro proceso electoral. Cualquier futuro proceso deberá contar
con nuevas autoridades electorales para poder llevar a cabo comicios confiables.

Finalmente, el equipo de auditores seguirá procesando información y las más de


250 denuncias recibidas sobre el proceso electoral de cara al informe final, el cual
contendrá una serie de recomendaciones. Sin embargo, los hallazgos preliminares
son contundentes.

Morales aceptó este resultado y dijo que trabajaría con su gobierno para revisar el
sistema electoral y luego celebrar una nueva elección. Insatisfechos con esta
propuesta, los políticos opositores lo alentaron a renunciar.

ACCIONES DIRECTAS CONTRA FUNCIONARIOS GUBERNAMENTALES Y


PRIMERAS RENUNCIAS

El alcalde de Potosí, Williams Cervantes ─del MAS─, intentó participar en las


manifestaciones en defensa de la democracia por parte de movimientos opuestos
al partido de gobierno. Sin embargo, al llegar al lugar fue presionado por una
multitud para que firmara su renuncia. El político fue obligado a escribir la palabra
«renuncio» seguido de su firma en una bandera del estado de Potosí.

En tanto, el gobernador de Potosí, Juan Carlos Cejas, renunció a las 12:30 luego
de que su familia fue amenazada de muerte y con la decisión buscar la
pacificación del estado potosino.

El alcalde de Sucre, Iván Arciénega, también comunicó su renuncia al cargo con


una escueta carta que dice: «Hago conocer mi renuncia irrevocable a cargo de
alcalde por una solución pacífica al conflicto que vive el país que se restablezca la
democracia, el orden constitucional y los plenos derechos de la gente por una
Bolivia unida».
La ministra de salud Gabriela Montaño renunció a su cargo por amenazas de
muerte y denunció que le quemaron su casa. La funcionaria hizo públicos los
mensajes amenazantes en su cuenta de Twitter.

La casa del presidente Evo Morales en Cochabamba fue saqueada por fuerzas
paramilitares y Morales responsabilizó a Luis Fernando Camacho y Carlos Mesa
frente a cualquier ataque a su persona o a otras autoridades.

También renunciaron la vicecanciller, dos gobernadores y el presidente de la


Cámara de Diputados de Bolivia. Todo fue registrado el 9 de noviembre de 2019, y
parte del 10 de noviembre de 2019.

PRONUNCIAMIENTO DE EVO MORALES

El 10 de noviembre de 2019, Evo Morales declaró que ha «decidido, primero,


renovar la totalidad de vocales del Tribunal Supremo Electoral» y «convocar a
nuevas elecciones nacionales que mediante el voto permitan al pueblo boliviano
elegir democráticamente a sus nuevas autoridades, incorporando a nuevos
actores políticos».

PRONUNCIAMIENTO DE LAS FUERZAS ARMADAS

El 10 de noviembre de 2019, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de


Bolivia, Williams Kaliman, se pronunció en un comunicado que sugiere «al
presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial, permitiendo la
pacificación y el mantenimiento de la estabilidad».

Cabe señalar que, a diferencia de las regulaciones existentes en algunos países


que prohíben a las fuerzas armadas cualquier tipo de intervención en la política
nacional, en el caso boliviano la Ley N° 1405 - Ley Orgánica de las Fuerzas
Armadas establece en su artículo 20° que el alto mando militar puede "sugerir"
soluciones ante situaciones conflictivas de carácter interno y externo.

RENUNCIA DE EVO MORALES

Los militares y la policía dijeron que no seguirían el mandato del presidente


Morales. Ante ello, el mandatario, quien se encontraba en el municipio de Lauca
en el departamento de Cochabamba, habló en televisión anunciando su renuncia
inmediata.

En horas antes de la renuncia, el líder opositor Luis Fernando Camacho informó


que existe una orden de detención contra Evo Morales por parte de la Policía
Nacional y las Fuerzas Armadas. El mismo Morales denunció : «Grupos violentos
asaltaron mi domicilio. Los golpistas destruyen el Estado de Derecho».

La policía boliviana negó que hubiera una orden para detener a Evo Morales.

POST-RENUNCIA

El vicepresidente de Morales, Álvaro García Linera, también renunció. Adriana


Salvatierra, presidenta del Senado de Bolivia, también renunció. Sectores de la
oposición liderados por el empresario Luis Fernando Camacho ocuparon el palacio
de Gobierno.

PRONUNCIAMIENTO DE SEGUNDA VICEPRESIDENTA DEL SENADO

En la tarde del 10 de noviembre, Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del


Senado la más alta autoridad remanente en la línea de sucesión─ anunció que
asumiría la presidencia temporalmente a contar del 11 de noviembre, con la
responsabilidad de llamar a nuevas elecciones. Expresó que tomaría el cargo una
vez que el Senado reconociera oficialmente las renuncias del día anterior.

DETENCIÓN DE LA COMISIÓN ELECTORAL

El 10 de noviembre de 2019, la fiscalía general ordenó la detención de los


integrantes de los tribunales electorales nacional y departamentales.

SOLICITUDES DE ASILO POLÍTICO

El gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, había


felicitado a Morales por el llamamiento a nuevas elecciones. Después del anuncio
de su renuncia al cargo presidencial, López Obrador le ofreció asilo político. La
embajada de México en La Paz informó que en su interior se encuentran
refugiados veinte funcionarios del gobierno de Morales sin precisar sus
identidades y en la de Argentina se encuentra asilado Carlos Romero.

11 DE NOVIEMBRE

El presidente de México Andrés Manuel López Obrador y el canciller Marcelo


Ebrard en conferencia de prensa anunciando el "periplo" del jet mexicano para el
asilo político de Morales.

Evo Morales permaneció en el aeropuerto de Chimoré, que se encuentra bajo


resguardo de las Fuerzas Armadas de Bolivia, a su vez rodeado de simpatizantes
cocaleros del Chaparé. Marcelo Ebrard, canciller mexicano, confirmó en
conferencia de prensa el asilo político de Morales en ese país y argumentó que
para México la vida del exmandatario corría peligro y que México otorga asilo a
muchas personas del mundo: «México ha sido tierra de asilos como Giuseppe
Garibaldi o José Martí», argumentó. Ebrard indicó que su país se encargaría de
sacar a Morales del país con un avión de la Fuerza Aérea Mexicana.

La aeronave mexicana Gulfstream arribó al Aeropuerto Internacional Jorge


Chávez en Lima, donde tuvo que esperar varias horas por las gestiones
correspondientes. Despegó de Lima y al arribar al espacio aéreo, Bolivia revocó el
permiso y el avión tuvo que regresar a Lima.

Gestiones mexicanas permitieron que Bolivia aceptara el vuelo a Chimoré ante la


negativa expresa de países como Argentina, Brasil y Chile de que volara en sus
territorios y el reto de que tenía una autonomía de vuelo de once horas, por tanto,
era necesario hacer una escala para repostar combustible. Ya con Evo Morales a
bordo, la ruta prevista era Chimoré-Lima-Ciudad de México. A las 19:30 Perú
comunicó la suspensión de poder cargar en combustible en Lima y vivir un
momento de tensión dada la presencia tanto de simpatizantes de Evo Morales
como de miembros de las fuerzas armadas. El canciller mexicano Ebrard, con la
ayuda de Alberto Fernández ─presidente electo de Argentina─ fue el negociador
con el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez para que la nave aterrizara en
el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi de Asunción y repostara
combustible.97

12 DE NOVIEMBRE

Ya aterrizada la aeronave mexicana en Paraguay, se suscitó de nuevo un conflicto


al negar Bolivia el tránsito aéreo del avión. Gestiones mexicanas lograron que el
jet pudiera despegar, salir y hacer un trayecto en la frontera entre Brasil y Bolivia
para luego retomar la salida nuevamente por Perú, país que accedió a permitir el
uso de su espacio aéreo pero no el cargar combustible. El gobierno de Ecuador,
que había aceptado el vuelo por su territorio, negó finalmente su autorización de
uso del espacio aéreo.

El expresidente boliviano llegó a México a las once de la mañana, tiempo de


México, al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Morales dio un
mensaje en el que agradeció al pueblo mexicano haberle salvado la vida. El
depuesto mandatario calificó de nuevo lo ocurrido como golpe de Estado «político-
cívico al que se sumó la policía nacional», denunció amenazas de muerte y narró
cómo saquearon su casa y la de otros integrantes de su gobierno antes de la
renuncia. «Nuestro peor delito, pecado, es que ideológicamente somos anti
imperialistas. Que sepa el mundo entero que no por este golpe voy a cambiar
ideológicamente, no por este golpe cambiaré el trabajar por los sectores más
humildes», dijo antes de ser trasladado del aeropuerto de la capital mexicana en
un helicóptero militar. Acompañaron en el vuelo al expresidente Álvaro García
Linera, exvicepresidente, y Gabriela Montaño, exministra de Salud y otras
personas identificadas como familiares de Evo Morales.

SUCESIÓN CONSTITUCIONAL

Jeanine Áñez, juramentando como presidenta interina del Estado Plurinacional de


Bolivia el 12 de noviembre de 2019 con una Biblia en la mano.

De acuerdo a la constitución boliviana, ante el cese del presidente en el cargo ya


sea por muerte, renuncia u otra causal establecida, debe asumir el mando el
vicepresidente o en su defecto el presidente del senado, y que, en defecto de este,
debe asumir el presidente de la cámara de diputados. Asimismo, de acuerdo al
artículo 161, es la asamblea legislativa la reunión de las dos cámaras la que debe
admitir o negar la renuncia del presidente y el vicepresidente del Estado.

ARTÍCULO 169

[...] I. En caso de impedimento o ausencia definitiva de la presidenta o del


presidente del Estado, será reemplazada o reemplazado en el cargo por la
vicepresidenta o el vicepresidente y, a falta de esta o éste, por la presidenta o el
presidente del Senado, y a falta de esta o éste por la presidente o el presidente de
la Cámara de Diputados. En este último caso, se convocarán nuevas elecciones
en el plazo máximo de noventa días

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO

Producida la renuncia de Evo Morales a la presidencia, renunciaron también el


vicepresidente y los presidentes de ambas cámaras. Esta situación dejó a Bolivia
en un estado de acefalía y desgobierno, dado que para asegurar la sucesión
constitucional primero la asamblea debe elegir a los nuevos titulares de las
cámaras que reemplacen a los renunciantes para que luego de acepte la renuncia
de Morales y García Linera, a efectos de que el nuevo presidente del senado
asuma el mando de la nación. No obstante, para que la asamblea pueda sesionar
válidamente se requiere contar con un quórum legal que depende de la presencia
de los legisladores del Movimiento al Socialismo, partido que posee mayoría en
ambas cámaras.

El 12 de noviembre de 2019 los partidarios de Evo Morales se negaron a participar


en la sesión de la asamblea legislativa con la finalidad de no permitir el quórum
necesario para activar la sucesión constitucional. Pese a ello, los parlamentarios
asistentes eligieron a Jeanine Áñez como nueva presidenta de la Cámara y quedó
habilitada para asumir la presidencia del país en cumplimiento del orden de
sucesión constitucional.

La asunción al mando presidencial de Jeanine Áñez fue avalada por el Tribunal


Constitucional de Bolivia que interpretó citando artículos referidos a la sucesión
presidencial de la Declaración Constitucional de 2001, que el siguiente en la línea
sucesorial asume «ipso facto» la presidencia a pesar de no contar con el quórum
requerido. Áñez exhibió una Biblia, así como un ejemplar de los Evangelios al
estrenarse en el cargo.

Simpatizantes del MAS y representantes de catorce distritos de El Alto se


concentraron en un cabildo en La Paz en un fuerte dispositivo policíaco y militar.
En el acto desconocieron la presidencia interina de Jeanine Añez y pidieron el
desagravio de la wiphala.

BANDERA DE LA FLOR DE PATUJÚ.

El 14 de noviembre de 2019 Jeanine Áñez colocó la bandera de la flor de patujú


junto a las dos banderas en las instituciones estatales en el Palacio Quemado.

Esta bandera ha sido usada como símbolo de resistencia por los opositores a Evo
Morales en el oriente del país y representa a los pueblos originarios de ese sector.

15 DE NOVIEMBRE

La policía presentó a nueve venezolanos acusados de acto de sedición,


supuestamente de grupos vinculados a Evo Morales. El ministro de gobierno
interino Arturo Murillo mantuvo que estas personas, todos varones, «han sido
arrestadas con armas de fuego sin autorización».

La nueva canciller Karen Longaric anunció la salida de Bolivia del ALBA, aludiendo
motivos de desinterés para mantenerse en dicha organización. A su vez, los
países miembros del ALBA desconocieron la nueva administración interina del
país andino.

Se anunció el cese de funciones del 80% de los embajadores de Bolivia


nombrados durante la administración de Evo Morales, la expulsión del personal
diplomático de la embajada de Venezuela nombrado por Nicolás Maduro, y se
reemplazó por personal diplomático nombrado por Juan Guaidó, quien también fue
reconocido como presidente de Venezuela por parte de la administración interina
de Bolivia.
Este día Añez también emitió un decreto que exime de «responsabilidad penal al
personal de las fuerzas armadas de Bolivia que participe en los operativos de
restablecimiento y estabilidad del orden interno» y autoriza a los militares a utilizar
«todos sus medios disponibles». Evo Morales se pronunció al respecto, manifestó
que «los autores del golpe de Estado en Bolivia gobiernan con decretos, sin el
Legislativo y apoyados en armas y bayonetas de Policía y fuerzas armadas».

INFORME FINAL DE LA OEA

El 5 de diciembre, la organización emitió un documento en el que puso que hubo


"graves irregularidades" y que “El análisis estadístico realizado revela que la
victoria en primera vuelta de Evo Morales fue estadísticamente improbable”.

El 28 de noviembre de 2019, el Parlamento Europeo adoptó una resolución con el


64% de votos a favor en el que expresaba su apoyo y reconocimiento a la labor de
los observadores de la OEA y llamaba a la convocatoria de nuevas elecciones a la
vista de los resultados de este informe. Según el embajador de la Unión Europea
en Bolivia, León de la Torre, una pequeña misión de expertos de la Unión Europea
colaboró y se coordinó con la misión de observación de la OEA en 2019 después
de las elecciones, aunque dicha misión no fue de observación electoral. La misión
recomendó la celebración de una segunda vuelta, que no se llegó a producir por el
desarrollo de los acontecimientos.

CRÍTICAS AL INFORME DE LA OEA

En junio de 2020, Nicolás Idrobo y Dorothy Kronick de la Universidad de


Pensilvania y Francisco Rodríguez de la Universidad Tulane publicaron un artículo
en la Social Science Research Network, el principal repositorio de acceso abierto,
que, al igual que el CEPR, critica el análisis estadístico usado por la OEA. Usando
los propios datos de la OEA, los autores llegan a la conclusión de que:

 El salto en el número de votos de Morales tras el 95% de escrutinio


reportado por la OEA no existe.
 La sentencia secular explica los resultados internos de los distritos.
 Los autores pueden predecir los resultados posteriores a las 7:40 p. m. con
los datos previos, que fueron validados y aprobados por la propia OEA.

El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) también ha


criticado duramente el informe de la OEA y la falta de autocrítica de esta
organización tras las elecciones bolivianas de 2020. El CELAG ha pedido la
destitución del presidente de la OEA por el papel que ha jugado en la crisis,
basado "en un informe sin rigurosidad técnica que resultó lesivo para la
institucionalidad democrática en Bolivia, afectando gravemente la credibilidad de
las misiones de observación electoral de la organización". Así mismo, el CELAG
acusa a la OEA de ocultar en su documento de conclusiones información crucial
que solo desvelaba en los detalles interiores del propio informe.

En una entrevista a los periodistas Martín Natalevich y Gonzalo Ferreira, el


presidente de la OEA, Luis Almagro, admitió que tenía la idea preconcebida de
que la única manera en que Evo Morales podía ser reelegido era mediante fraude
electoral y que su objetivo al mandar a la comisión electoral de la OEA era impedir
su reelección y se enorgullecía de haberla impedido.

PROTESTAS

12 de noviembre

Al mediodía del martes, sectores de la izquierda de la Ciudad de El Alto, llegaron


en una multitudinaria marcha cargada de wiphalas y palos para pedir la
reivindicación de la bandera del movimiento indígena. Cruzaron el centro de la
ciudad de La Paz e intentaron instalar una concentración en la Plaza mayor de
San Francisco. Otra marcha de vecinos salió del Distrito 7 de la ciudad de Viacha
rumbo al cruce a Villa Adela en El Alto, pidiendo respeto a los símbolos de los
pueblos indígenas.

14 de noviembre

Las protestas de personas, en rechazo de la presidente Añez, protagonizado por


comunarios del altiplano paceño y habitantes de El Alto se concentraron en la
mañana del jueves en cercanías de la Universidad Pública de El Alto (UPEA),
donde se realizó un cabildo y posteriormente se dirigió rumbo a la sede de
gobierno. En la movilización participaron pobladores de algunas provincias como
Larecaja y Omasuyos, del municipio de Viacha, entre otras y vecinos de los
distritos 8 y 10 del municipio alteño.

Heridos y Muertos

En los primeros veinte días, tres personas fueron víctimas fatales en diversos
enfrentamientos. Mario Salvatierra y Marcelo Terrazas, ambos por disparos de
arma de fuego en el municipio de Montero, y Limbert Guzmán, que sufrió una
muerte cerebral en los enfrentamientos de Quillacollo, y falleció en la ciudad de
Cochabamba.

El fiscal departamental de Cochabamba, Juan de la Cruz Vargas Vilte confirmó


que un joven de veinticuatro años identificado como Miguel Ledezma Gonzáles
falleció el 11 de noviembre de 2019 en el municipio de Sacaba durante el
operativo nocturno militar y policial. De acuerdo al informe del fiscal, la víctima
falleció a consecuencia de un traumatismo cráneo facial por el impacto de proyectil
de arma de fuego.

Dos hombres identificados como Beltrán Condori Aruni, de veintitrés años, y Percy
Romer Conde Noguera, de 33 años, fallecieron en la mañana del martes 12 de
noviembre, víctimas de impactos de bala en la zona sur de La Paz. Sus familiares,
quienes pidieron justicia por sus muertes en la morgue del Hospital de Clínicas. De
acuerdo con el relato de los familiares, Beltrán Condori fue baleado por efectivos
policiales cerca del mediodía. Su madre relató además que los miembros de las
fuerzas del orden la amenazaron con un arma de fuego.

Al promediar las 18:00, el diario El Potosí confirmó el fallecimiento de Marcelino


Jarata Estrada, de 53 años, quien falleció en circunstancias que todavía no se han
establecido oficialmente, ocurrido en Betanzos, en medio de enfrentamientos entre
pobladores contra la policía y el ejército.
Roberth Ariel Calisaya Soto, de veinte años de edad, fue víctima de un disparo de
arma de fuego ocurrido en la jornada del 13 de noviembre. Fue evacuado desde el
lugar del enfrentamiento hasta la clínica San Miguel del municipio de Montero en
un vehículo que pasaba por el lugar. Ingresó sin signos vitales y a observación
externa y con ayuda de una radiografía, se evidencia que la bala ingresó por la
parte derecha del tórax y se alojó en el corazón. Otra víctima sin identificar,
producto de los enfrentamientos entre policías y manifestantes en el municipio de
Yapacani, falleció por un traumatismo facio-craneal penetrante por proyectil de
arma de fuego.

En tanto, según reportó Red Uno, en Cochabamba Filemón Soria fue asesinado
en la zona de La Tamborada al ser confundido por una turba con un motoquero,
porque se transportaba en motocicleta. La víctima fue amarrada de pies y manos,
y dejó a dos niños en la orfandad.

La Defensoría del Pueblo de Cochabamba reportó este viernes en horas de la


noche el deceso de cinco personas, producto del enfrentamiento que se registró
entre policías y militares con cocaleros en el sector del puente de Huayllani en
Sacaba, a la altura del kilómetro diez de la avenida Villazón, ruta que conecta a
Cochabamba con Santa Cruz. La policía acusó a «cocaleros» por portar armas de
fuego. De acuerdo a los primeros reportes, 39 personas resultaron heridas y cinco
fallecieron, identificados como Emilio Colque, Juan López, Omar Calle, César Sipe
y una persona no identificada.

CONSECUENCIAS

El senador boliviano Óscar Ortiz manifestó «se acabó la tiranía». El expresidente


de la República, Carlos D. Mesa Gisbert, celebró el «fin de la tiranía», con el
mensaje «A Bolivia, a su pueblo, a los jóvenes, a las mujeres, al heroísmo de la
resistencia pacífica. Nunca olvidaré este día único. El fin de la tiranía. Agradecido
como boliviano por esta lección histórica. Viva Bolivia!!!!!».
 El 14 de noviembre los legisladores del MAS anunciaron una huelga de
hambre a modo de protesta.
 Corte de relaciones con Venezuela, Cuba, y organismo ALBA-TCP y
UNASUR

Karen Longaric, la canciller designada por Añez, anunció la mañana del viernes 15
de noviembre que todo «el personal de la embajada de Venezuela» en un plazo
razonable debería abandonar Bolivia por haberse involucrado en asuntos internos.
Dijo que se rompían las relaciones con ese país. También abandonaron Bolivia
más de setecientos cubanos que estaban prestando trabajos de cooperación en
áreas como salud y comunicación, tras un interrogatorio a Yohandra Muro, la
coordinadora de la misión médica cubana en Bolivia, según informó el ministro de
Salud Pública del Gobierno de Cuba, José Ángel Portal.

Asimismo, Longaric oficializó la salida de Bolivia de la Alianza Bolivariana para los


Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos ─ALBA-TCP─ y
anunció que se estudia la desvinculación de la Unión de Naciones Suramericanas
─UNASUR─ y opinó que «no existe, no opera y no beneficia para nada» a Bolivia.

CONTROVERSIA POR LA DENOMINACIÓN DE LOS SUCESOS

Algunos especialistas en política argumentaron que la renuncia del gobierno es un


golpe de Estado. A favor de la postura está Andrés Malamud, investigador de la
Universidad de Lisboa que dice que en ese país sudamericano se interrumpió el
mandato presidencial al forzarlo a dimitir con la ayuda de las FFAA, acción que
considera injustificada por el hecho de que el gobierno había llamado a nuevas
elecciones. La misma postura tiene Juan Negri, docente de política en la
Universidad de San Martín y en la Torcuato di Tella, quien sostiene que hay un
mandato interrumpido, una renuncia no prevista en la Constitución y en donde los
militares tuvieron injerencia. Erica de Bruin, docente del Hamilton College de
Nueva York, sostiene que es un golpe de Estado en su «versión moderna»,
llevado a cabo por medio de protestas públicas con el apoyo de las Fuerzas
Armadas y que el golpe se materializó según de Bruin cuando el comandante en
jefe de las Fuerzas Armadas le solicitó públicamente que renunciara. El politólogo
uruguayo Jaime Yaffe argumenta que en Bolivia se quebró el estado de Derecho,
que se obligó la salida del mandatario y trajo caos y violencia al país sin nada que
pueda justificar al hecho debido al llamamiento a nuevas elecciones realizado días
antes de la renuncia.

Por el lado contrario, el abogado boliviano Antonio Rivera sostiene que en su país
no hubo golpe de Estado porque Evo Morales no cumplió las mínimas reglas de
convivencia pacífica, desconociendo el referéndum donde el 51% de los
ciudadanos se manifestó en contra de la reforma constitucional. Esta postura
defiende también Carlos Mesa, rival de Morales en los comicios quien indicó que
no hay elementos que permitan calificar al hecho como golpe de Estado. De forma
similar se pronunció Abel Escribá Folch, docente de Ciencias Políticas y Sociales
de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Dijo que las Fuerzas Armadas no
mostraron intención de tomar el poder, sino que solo se excedieron en sus
funciones al recomendar a Morales que renuncie.

Diferentes organismos internacionales como la ONU y la Eurocámara evitaron


definir al suceso como golpe de Estado. Participaron en las deliberaciones menos
de la mitad de los parlamentarios europeos y por mayoría rechazaron referirse a la
situación como tal, aunque fue apoyado por miembros de los partidos de izquierda
europeos. A la misma decisión llegó la ONU según comunicó Farhan Haq, un
portavoz del secretario general del organismo quien además indicó que no es una
situación que ellos deban definir. El mismo criterio tomó la Ciudad del Vaticano,
cuyos medios de comunicación hablaron de renuncia y no de golpe.

Jay Ulfelder, politólogo estadounidense se refirió a los hechos como «golpe de


Schrödinger», a propósito del experimento teórico de la paradoja del gato de
Schrödinger. Escribió que casos así «existen en un estado permanente de
ambigüedad y al mismo tiempo es un golpe de Estado y no lo es”, lo que
dificultaría encasillarlos en una «sola y clara» categoría.

ASILO POLÍTICO A EVO MORALES


El 23 de noviembre de 2019, el ministro de gobierno comunicó en la red social
Twitter el asilo en Argentina de los hijos de Evo Morales, Evaliz Morales Alvarado
y Álvaro Morales Peredo. El funcionario habría oficializado la decisión de Jeanine
Añez.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Agresión a la prensa y a la libertad de expresión

La ministra de comunicaciones designada por Añez, Roxana Lizárraga, se refirió


de modo amenazante que «Periodistas que son en algunos casos bolivianos y en
otros extranjeros que están causando sedición en el país tienen que responder a
la ley boliviana». Y señaló que los tienen identificados y que el ministro de
Gobierno Arturo Murillo «va a tomar las acciones pertinentes».

La Sociedad Interamericana de Prensa ─SIP─ expresó su preocupación. Condenó


el clima de hostilidad contra corresponsales extranjeros en Bolivia y las
declaraciones de la ministra Lizárraga.

El presidente de la SIP, Christopher Barnes, y el presidente de la Comisión de


Libertad de Prensa e Información de esa entidad, Roberto Rock, dijeron que las
declaraciones de la ministra son «peligrosas al validar y probablemente incitar a
que sectores violentos actúen contra los periodistas».

La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia ─ANPB─ emitió un comunicado


de prensa ante las declaraciones de Lizárraga, y pidió al gobierno transitorio
garantías para el trabajo periodístico y que se abstenga de amenazar a los
periodistas con procesos penales por delitos como la sedición.

La periodista argentina corresponsal de la cadena catarí Al Jazeera Teresa Bo,


recibió una descarga de gas lacrimógeno en los ojos en medio de una cobertura.
La agresión provino de un efectivo policial. La periodista publicó el momento en
sus redes sociales, y en el mensaje que acompañó las imágenes fue «solo
estábamos en la calle reportando lo que pasaba y la policía boliviana responde
así».

SITUACIÓN DE PERIODISTAS ARGENTINOS

Periodistas argentinos que estaban cubriendo los sucesos sufrieron insultos y


amenazas por parte de diferentes grupos bolivianos y fueron resguardados en la
embajada argentina en La Paz. El embajador Normando Alvarez García confirmó
que se trata de miembros de los equipos de TN, Telefé y A24 quienes fueron
afectados por las agresiones. La Cancillería argentina solicitó a las autoridades en
ejercicio del poder en Bolivia velar por la seguridad e integridad de los medios
argentinos presentes en el territorio boliviano. Posteriormente los periodistas
argentinos fueron evacuados del país, luego de haber sido víctimas de ataques en
las calles en medio de una gran escalada de tensión. La ministra de Seguridad
argentina, Patricia Bullrich, señaló que «no están dadas las garantías de trabajo
en la calle».

Andrés Malamud, investigador principal del Instituto de Ciencias Sociales de la


Universidad de Lisboa.

Un golpe de Estado es la interrupción inconstitucional de un jefe de Gobierno por


parte de otro agente estatal. En el reciente caso de Bolivia, los tres elementos
están presentes: el mandato del presidente fue interrumpido, el procedimiento fue
inconstitucional (no hubo destitución parlamentaria sino renuncia forzada por una
“sugerencia”) y las Fuerzas Armadas fueron las que definieron el desenlace. Un
golpe de Estado no necesariamente deriva en un cambio de régimen. No todos los
golpes tienen la misma ideología: los hay de izquierda y de derecha. Las
interpretaciones tampoco son homogéneas: hay golpes universalmente
repudiados, como el de Augusto Pinochet en 1973, y otros universalmente
celebrados, como la llamada Revolución de los Claveles que puso fin al
autoritarismo en Portugal. La intensidad de la violencia y el tipo de régimen que lo
sucede determina cómo será recordado un golpe. En el caso boliviano, solo la
administración incruenta de la protesta callejera y la restauración urgente de la
democracia disiparán los temores de que América Latina esté regresando a sus
tiempos más oscuros.

Cecilia Salazar, directora del posgrado en Ciencias del Desarrollo de la


Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia)

No fue golpe. Desde el día 20 de octubre, el pueblo boliviano quedó inmerso en la


incertidumbre debido al curso tomado por el proceso electoral. Gran parte de esa
incertidumbre es atribuible a la sistemática acción del Gobierno por controlar las
instituciones, afectando al Tribunal Supremo Electoral (TSE). Ante las evidencias
de fraude, la población se movilizó pacíficamente desde el 21 de octubre, con el
riesgo de arrastrar a grupos conservadores con pretensiones de convertirse en
protagonistas del movimiento ciudadano. El domingo 10, la Organización de
Estados Americanos (OEA), convocada por el Gobierno a auditar las elecciones,
dio su informe señalando irregularidades en las elecciones. Se generó desorden,
agravado por un motín policial que fue visto por la población no solo como una
tregua en los enfrentamientos, sino como una expresión de solidaridad con la
demanda por el respeto al voto. En ningún caso eso puede llamarse golpe de
Estado. En este momento, grupos organizados del MAS (Movimiento al
Socialismo, presidido por Evo Morales) asedian varias poblaciones, especialmente
la ciudad de La Paz, incluyendo sus zonas populares. La pretensión es mostrar al
mundo que Bolivia está dividida y que Morales, después de renunciar
públicamente como presidente, retome el poder, para pacificar al país.

Fernando Mayorga, director del Centro de Estudios Superiores Universitarios de la


Universidad Mayor de San Simón (Bolivia)

Evo Morales renunció a la presidencia. No fue derrocado. Esa diferencia hace


suponer que no es un “golpe de Estado” sino una victoria de “la libertad contra la
tiranía”, un eficaz relato que acompañó la movilización de sectores urbanos. Es un
“golpe de Estado” en proceso. No fue judicial ni constitucional, sino resultado de
una movilización social y una acción opositora conspirativa que fue minando al
Gobierno del MAS. A la protesta que paralizó varias ciudades se sumó un motín
policial que derivó en un apoyo oficial al pedido de renuncia de Evo Morales
esgrimido por la oposición. Enseguida, las fuerzas armadas, que no deliberan por
norma constitucional, “recomendaron” a Evo Morales que renunciara. A la
defección de las entidades estatales encargadas del orden y la seguridad siguió el
despliegue de un plan para provocar la renuncia de ministros y parlamentarios del
MAS con ataques a sus viviendas, toma como rehenes y amenazas de muerte.
Por eso Evo Morales señaló que renunciaba para resguardar la vida y seguridad
de sus seguidores. Paralelamente, el cabecilla de la protesta anunció la instalación
de un “Gobierno transitorio” y anunció juicio de responsabilidades a Evo Morales
por “justicia divina”. Él mismo anunció, en un tuit, que había una “orden de
aprensión [sic] para Evo Morales”. Es un dirigente cívico que da instrucciones a la
policía y fuerzas armadas. ¿Quién dijo que no es golpe?

Margarita López Maya, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Central de


Venezuela

La crisis política venía incubándose desde que Evo Morales optó por una cuarta
reelección, contradiciendo la Constitución boliviana. Lo hizo desobedeciendo los
resultados del referendo de 2016, cuando el pueblo soberano rechazó modificar la
Constitución. La decisión del Tribunal Electoral de permitirle su postulación como
candidato empeoró la situación. El conteo suspendido por horas la noche de las
elecciones y los informes de instancias internacionales que constataron múltiples
irregularidades proyectaron la imagen de que el régimen se encaminaba hacia un
autoritarismo.

Un golpe de Estado implica una intervención usualmente militar, para deponer a


una autoridad electa. El 10 de noviembre, la institución militar boliviana entró a
controlar lo que pareció la caída de la república en el caos, apoyando a quienes
exigían una vuelta a la institucionalidad democrática. Algo de golpe y de
insurrección popular hay. Recuerda el 23 de enero de 1958 en Venezuela, cuando
acciones militares favorecieron la instauración de la democracia. Aquí se trataría
de la continuación de la democracia. La conducta de Morales, manipulando
instituciones con las ventajas del poder, es tendencia reciente de liderazgos que
se creen que encarnan la voluntad popular y que por tanto no tienen que seguir las
normas de los simples ciudadanos.

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