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TEMA 1
EL LLAMADO A LA
ADORACIÓN
“Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos
delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque Él es
nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y
ovejas de su mano”.
Salmo 95:6-7
Había un programa de Televisión muy famoso
que se transmitía en la televisión nacional en
Chicago, sumamente popular. Diariamente en este
programa el Animador decía: “Es el momento de la
oración alrededor de la mesa del desayuno”, se
escuchaba un fondo musical de órgano y luego
continuaba diciendo: “Y ahora, cada uno en sus
propias palabras y a su propia manera inclinen sus
cabezas y oremos”. La verdad ¡es conmovedor lograr
que tal cosa como esa fuera incluida en un programa
NO CRISTIANO que se veía en toda la nación!
Tenemos una disposición natural a hacer
énfasis en nuestro derecho a adorar
“a nuestra propia manera”.
manera
Aun cuando esté muy agradecido por esa
libertad, ésto deja fuera un valor esencial
acerca de la verdadera adoración:
La ADORACIÓN
BÍBLICA es de acuerdo
a los términos de DIOS,
NO de acuerdo a los
nuestros.
El Salmo 95, nos llama en forma
terminante a inclinarnos y arrodillarnos
delante de Aquél del cual nosotros somos sus
criaturas.
Y no nos equivoquemos, el llamado a
postrarse y a arrodillarse implica más que
simplemente una postura del cuerpo. Enfoca el
sometimiento a Él de nuestra voluntad y de
nuestra manera de ser, significa que:
Estamos reconociendo la
suprema autoridad de Dios;
que en la adoración y en la
vida estamos renunciando a
nuestra propia voluntad a
favor de la suya.
Esto señala un hecho fundamental en
cuanto a la verdadera adoración:
Una vez que escojo al Dios Viviente
como mi Dios, renuncio al derecho de
adorar “a mi manera”. En el mismo hecho
de llamar a Dios Dios, usted y yo le
estamos concediendo sólo a Él derecho de
indicarnos cómo desea ser adorado.
Por ejemplo:
En Génesis 22, cuando Dios dijo a
Abraham que fuera a la tierra de Moriah para
adorar.
Abraham no tuvo ocasión de decir:
“¡Por supuesto que sí, Dios! Voy a adorarte,
Pero, ¿está bien que lo haga a mi manera?
¿verdad?” Por el contrario, cuando Dios le
ordena que le adore ofreciéndole a su hijo
Isaac sobre el altar en sacrificio, Abraham
sabe que tiene que escoger entre su propia
manera y la manera de Dios.
¡Que impactante es oír a Dios explicar su plan
de adoración!
¿Ofrecer a Isaac? Esto no sólo parecía ir en
contra de la voluntad revelada de Dios en cuanto a la
práctica pagana de los sacrificios humanos; sino que
Dios en verdad había entregado a Isaac a Abraham y
Sara como un don especial, después que ellos habían
pasado la edad normal de procrear. ¿Y demanda
ahora la vida de Isaac?
Pero absurdo como podría parecer, Abraham
está listo a obedecer, y dice a sus sirvientes algo muy
significativo: “Yo y el muchacho iremos hasta allí y
adoraremos”.
Ahora sabemos el final de la historia como
Dios proveyó otro sacrificio y la vida del joven
Isaac fue preservada. Sin embargo, el Nuevo
Testamento dice que Abraham “ofreció” a Isaac,
porque la adoración viviente de su fe se vio en
su obediencia y disposición.
Autor Desconocido.
Gentileza de Correo Cristiano
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Que Dios te Bendiga en abundancia.