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Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del

Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)


solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible. 

Hale, John R. La Edad de la Exploración. Atlas Cultural del Mundo. Vol.I.


Barcelona, Ediciones Folio, 1995.

Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del
Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)
solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible. 

Hale, John R. La Edad de la Exploración. Atlas Cultural del Mundo. Vol.I.


Barcelona, Ediciones Folio, 1995.

Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del
Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)
solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible. 

Hale, John R. La Edad de la Exploración. Atlas Cultural del Mundo. Vol.I.


Barcelona, Ediciones Folio, 1995.
Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del
Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)
solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible. 

Hale, John R. La Edad de la Exploración. Atlas Cultural del Mundo. Vol.I.


Barcelona, Ediciones Folio, 1995.

Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del
Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)
solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible. 

Hale, John R. La Edad de la Exploración. Atlas Cultural del Mundo. Vol.I.


Barcelona, Ediciones Folio, 1995.

Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del
Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)
solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible. 

Hale, John R. La Edad de la Exploración. Atlas Cultural del Mundo. Vol.I.


Barcelona, Ediciones Folio, 1995.

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