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Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del
Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)
solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible.
Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del
Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)
solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible.
Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del
Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)
solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible.
Hubo algo (…) que los impulsó a explorar y escudriñar el globo; la Europa del
Renacimiento precisaba de metales preciosos y especias (…) Y no (…)
solamente por codicia; lo cierto es que Europa necesitaba desesperadamente
metales para hacer sus monedas (…) Del mismo modo, las especias no eran
sólo la presunción de agregar un toque de individualidad a las comidas; las
dificultades de transporte y la falta de refrigeración tenían por resultado que
casi toda la carne que se consumía en el Renacimiento estaba salada o
echada a perder; por ello se necesitaban las especias, no para hacerla
deliciosa sino para hacerla comestible.