Está en la página 1de 2

Hace tan solo unas semanas, en nuestra Isla, Puerto Rico, experimentamos el paso del huracán María, un

huracán categoría 5, con unos vientos sostenidos de sobre 150 millas por hora, y ráfagas de unas 200
millas por hora, que también trajo mucha lluvia, causando el mayor desastre en nuestra historia por los
pasados 100 años. Este evento ha trastocado muchas cosas de nuestro diario vivir. A la fecha, algunas de
estas cosas se han ido reestableciendo, aunque hay otras que sabemos tomarán algún tiempo más.

Nuestro templo quedó destruido, pero somos una iglesia construida sobre la Roca que es Cristo, somos
una iglesia de esperanza, vamos a reconstruir. Estamos en victoria y, una vez más, nos vamos a levantar.

En nuestras páginas de Facebook, puedes ver un recuento de todo lo que ha estado sucediendo, todo lo
que como iglesia estamos haciendo, pero todavía nos queda mucho camino por recorrer. Hoy, más que
nunca, necesitamos de tu ayuda para levantarnos. Si este ministerio ha sido de bendición a tu vida, y hoy
Dios pone en tu corazón el sembrar una semilla de fe, oprime aquí y siembra tu semilla; será una gran
bendición en un momento como este. Ha sido un momento duro, difícil, pero como dice el libro de
Nehemías, Dios nos va a prosperar y vamos a edificar. Y hoy Dios te da la oportunidad de ser parte de
este nuevo tiempo, de este nuevo comienzo. Con tu semilla, nos ayudas a levantarnos, y nos ayudas a
ayudar a otros.

Nuestros servicios ya no se pueden dar dentro de nuestro templo; fue pérdida total, tenemos que
reconstruirlo. Pero, en medio de la crisis, hemos estado ayudando a la gente necesitada. Esas primeras
semanas después del huracán, fueron unas de mucho temor a la escasez, tanto de combustible como de
alimentos; hubo largas filas para adquirir gasolina, filas para entrar a los supermercados. La criminalidad
aumentó; fue un tiempo de mucha inseguridad. Hubo un toque de queda muy limitado. Muchas
personas han perdido su empleo. Por la caída de las entenas, no teníamos teléfonos celulares, y donde
hubiera algo de señal, era sumamente limitada; no había sistema para pagar con tarjetas en ningún lugar,
por lo que todo se manejaba en efectivo, pero el efectivo se acabó en muchas máquinas de retiro y los
bancos estaban cerrados. Nuestra iglesia se encontraba en medio de toda esta crisis, tratando de ver cómo
salvar un poco de los equipos que nos quedaron; pero, en medio de todo, nos mantuvimos ayudando.
Todos los suministros de nuestro Banco de Alimentos se repartieron el primer día. En nuestro carácter
personal, nuestra residencia tuvo daños por las lluvias; aun así, hemos estado ayudando a personas que,
por razones médicas, han tenido la necesidad de salir del país, entre otras ayudas.

Contamos todo esto porque entendemos que a aquellos que no son de Puerto Rico se les hace difícil
visualizar la magnitud de la tragedia que hemos vivido. Fue un cambio muy drástico en nuestro estilo de
vida. En Puerto Rico, la gente se prepara para eventos de lluvias, pero nunca habíamos pasado un evento
tan grande como fue María, así que no estábamos preparados para la magnitud de lo que representaba
este fenómeno.

Como iglesia, otra de las cosas que hicimos fue servir de enlace para que grandes entidades a nivel
internacional trajeran suministros a Puerto Rico; organizaciones como Convoy of Hope, New Destiny
Church, entre otras. Nuestras instalaciones fueron utilizadas como almacenes. Todos los días, cocinamos
y servimos unos 200 platos de comida caliente gratis (al momento de este escrito, 500 platos diarios). La
Prensa Internacional ha estado en los predios de nuestra Iglesia, transmitiendo sus noticieros y
principales programas desde aquí. Nuestro templo está destruido, pero aclaramos que lo que está
destruido es el edificio, mas no la iglesia. La iglesia somos nosotros, la iglesia es la gente, y nuestra iglesia
está más viva y activa que nunca. Nos vamos a levantar.
Tu ayuda financiera nos ayuda a levantarnos más rápido. Hoy más que nunca, lo necesitamos para seguir
siendo luz en medio de tinieblas, un oasis en medio de la crisis. Queremos contar contigo.

Si tú has estado viviendo un momento similar al que estamos pasando nosotros, oramos por ti. Si los
planes que tú tenías desaparecieron en un instante, oramos por ti. A nosotros, en 6 horas de vientos
intensos, nos cambió la vida. A nosotros, el edificio se nos fue, pero la iglesia está viva. Definitivamente,
los planes que teníamos vamos a tener que cambiarlos, pero como decimos en nuestra iglesia: No va a
ser igual, pero va a ser mejor. Esto es lo que estamos creyendo, y esto mismo lo creemos para tu
vida, en el nombre poderoso de Jesús. Declaramos que tú también te levantas, Dios te va a dar la victoria
que tú estás esperando.

También podría gustarte