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• ORACIONES INICIALES DIARIAS .

(Ver subsidio)
SEXTO DIA (6 de 13)

J ACULATORIA :

-¡Santísima Trinidad, yo te adoro! ¡Dios mío, Dios mío! ¡Yo te amo en el Santísimo Sacramento
del Altar”.

REFLEXION

“Jesús quiere establecer en el mundo la Devoción a Mi Corazón Inmaculado… “

PRIMERA PARTE

INTRODUCCION

En el año 1927, específicamente el 17 de diciembre, Lucía dedicó mucho tiempo de


oración ante el Sagrario, ya que su confesor le pidió que pusiera por escrito algunas de las gracias
dadas por Dios. Entre éstas se encontraba el secreto que la Santísima Virgen María les había
confiado.

Lucía sintió en oración que debía revelar todo lo concerniente a la Devoción al Corazón
Inmaculado de María, pero tenía que seguir reservando todavía el resto del secreto.

¿CÓMO VIVIR LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA? (Parte I).


Fue muy contundente la afirmación de la Santísima Virgen María: “El (Jesús) quiere
establecer en el mundo la Devoción a Mi Corazón inmaculado. A los que la abracen les promete
la salvación… “

En esta oportunidad, los pastorcitos recomendaron de parte de la Señora, rezar el Rosario


en familia.

Como ya mencionamos anteriormente, Lucía y los dos primitos Jacinta y Francisco


prefirieron reservar esta Devoción, como parte del secreto; aunque la Señora Celeste no lo
declaró expresamente como tal. Ciertamente, era una novedad y los niños de principio no
tenían total claridad a qué se refería. Pero su fe y su entusiasmo era muy grande.

¿En qué consiste tener devoción a María?

En primer lugar, tal como nos lo enseña la Iglesia Católica, la Virgen María es para nosotros
el modelo de la fe y de la caridad. Ella colaboró de manera totalmente singular a la obra del
Salvador por su fe, esperanza y ardiente amor, para restablecer la vida sobrenatural de los
hombres. Por este motivo, es nuestra madre en el orden de la gracia (1).
También nos recuerda que “la misión maternal de María para con los hombres de ninguna
manera disminuye o hace sombra a la única mediación de Cristo, sino que manifiesta su
eficacia. Así, todo el influjo de la Santísima Virgen María en la salvación de los hombres… brota
de la sobreabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, depende totalmente
de ella y de ella saca toda su eficacia…” (2).

De esta manera, María está unida a Cristo, en la obra de la Salvación y esto no implica
atribuirle un carácter divino, sino que pertenece a su misión específica.

Por eso, cuando María dialoga con los niños y habla de parte de Jesús, y les dice que quien
abrace su Corazón Inmaculado les promete la salvación, es un reconocimiento de la misión
misma de la Santísima Virgen María, que es mediadora, unida a su vez, totalmente a la
mediación de su hijo Jesucristo. Es decir, todo el obrar de María concurre siempre en Jesús. Ella
nunca se queda con nada. Con esto se fundamenta la devoción o adhesión que se refiere
directamente a la Santísima Virgen María.

Quién sienta que María le quita algo a Jesús, no ha aprendido bien esta enseñanza que
acabamos de recordar. Es por eso que, solemos encontrarnos con algunos católicos que ven a
María muy a distancia, sólo como madre de Dios (que es la postura acentuada por los grupos
religiosos no católicos), o verla sólo como la que señala los mandatos de su hijo, sin involucrarse
mucho. La misión de María no es estática o lejana, ella está unida totalmente a Cristo y a su
misión redentora. Por otro lado, podríamos encontrar devotos que exageren y pretendan
colocarla al mismo nivel de Cristo, pero María entiende y sabe que ella nunca ha ocupado el
lugar de su hijo, por tanto, ella lo que hace es engrandecer nuestro amor a su Hijo Jesús. Este
amor sincero a Jesús, unido al amor sincero a Ella, marca el equilibrio y la diferencia.

Nuestra veneración a María está por encima a la de todos los Santos, ya que ocupa el
primer lugar -es lo que llamamos hiperdulía (3)- que es el culto de especial devoción que
rendimos a la Virgen María, debido a su maternidad divina. La simple dulía (4), es la veneración
de los otros santos, a quienes honramos por las excelentes gracias que recibieron de Dios, cuya
intercesión imploramos, ya que son miembros de la Iglesia triunfante.

No podemos dudar entonces, que la Santísima Virgen María, influye en efecto en nuestra
salvación y en esto, el mensaje de Fátima es cónsono con la Tradición y la Enseñanza de la
Iglesia.

El segundo elemento a profundizar es ¿Por qué Jesús pidió fijar nuestra atención en
Corazón Inmaculado de María? No es tarea fácil. Pero lo abordaremos en las próximas
reflexiones, para culminar con el sentido de su “Triunfo” definitivo.

La condición previa es aceptar a María en lo más profundo de nuestro corazón, sin


prejuicios.

_____

(1) Cf. Lumen Gentium(LG), 53, 61, 63; Catecismo de la Iglesia Católica. Nums 967, 968.
(2) Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, Núm. 970.
(3) Hiper, palabra griega que significa superior y dulía, que significa servidumbre. A María
Santísima rendimos una servidumbre o veneración superior por encima de todos los santos,
sin alcanzar el nivel de la Adoración rendida sólo a Dios, Uno y Trino.
(4) Al resto de los santos rendimos una simple dulía o veneración.

SEGUNDA PARTE “La Beatísima Virgen María fue Preservada inmune de toda
mancha…“

La Devoción al Corazón Inmaculado de María supone centrarnos en el Corazón amoroso


de nuestra Madre. Ella conoce nuestra historia. Nos lleva de la mano, y nos ofrece su corazón
como refugio.
Seguimos con esta devoción, dado que, es un aspecto fundamental del mensaje en
Fátima, seguiremos profundizando durante varios días con paciencia y atención. El tiempo pasa
rápido, y el día Solemne de la Consagración nos espera…

¿CÓMO VIVIR LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA? (Parte II)

Como ya es sabido, la realidad específica del “Corazón de María”, no tuvo su origen en las
Apariciones en Fátima. Ya en los evangelios, encontramos varias veces esta referencia. Es el caso
de Lc 2,19: “María, por su parte, conservaba todos estos recuerdos y los meditaba en su
corazón”. Aquí el corazón de la Madre del cielo, se presenta como receptáculo de las maravillas
divinas. También en Lc 2,33: “Su padre y su madre estaban admirados de las cosas que se decían
de él. Simeón los bendijo y dijo a María su Madre: - Mira, este niño hará que muchos caigan y se
levanten en Israel. Será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón;
así quedarán al descubierto las intenciones de muchos”. Este texto nos anuncia el rechazo por
parte del judaísmo y el sufrimiento de Jesús, pero también la profecía de los dolores de la madre
en la pasión y muerte del Hijo. Este pasaje bíblico ha servido de inspiración a muchos santos,
escritores antiguos y místicos, para resaltar este corazón materno, como receptáculo y refugio.

Es muy singular San Juan Eudes (1601-1680), con su obra: ” El corazón admirable de la
Santa Madre de Dios”. Gracias a este gran Santo, el culto al Corazón de María es introducido en
la liturgia católica. En 1855 el Papa Pío IX aprobó el oficio y la misa propios del “Purísimo Corazón
de María”. También Antonio María Claret (1807-1870), fundó el instituto Misioneros de los Hijos
del Inmaculado Corazón de María”. Fueron importantes, las revelaciones a Santa Margarita
María Alacoque (1647-1690), que dio gran impulso a la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Fueron muchos los institutos religiosos fundados bajo esta realidad espiritual del Corazón de
María y también del Sagrado Corazón de Jesús.

Otro aspecto muy importante fue la Solemne definición del dogma de la Inmaculada
Concepción de María Santísima, por el Papa Pio IX, el 8 de diciembre de 1854, donde se afirma
que “Dios inefable… eligió y preparó para su hijo Unigénito desde el principio y antes de los
siglos, una madre, de la cual había de nacer hecho carne en la feliz plenitud de los tiempos,
amándola sobre todas las criaturas, hasta tal punto, que únicamente en ella puso sus mayores
complacencias… declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la
beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer
instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a
los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por
tanto, firme y constantemente creída por todos los fieles”.(Magisterio, 2800,2803). Otro dato
celestial consonante con el dogma fue la aparición de Nuestra Señora en Lourdes, Francia a
Bernardette Soubirous, el 11 de febrero de 1858, donde se presentó como la Inmaculada
Concepción.

En esta definición de la Iglesia, sobran las palabras. Quien no conociera esta doctrina, al
leerla o escucharla, quizá se asombraría. Con razón dijo una vez el Cardenal-Patriarca de Lisboa;
“Fue el Corazón de la Virgen Inmaculada el que hizo el Milagro de Fátima”.

Tenemos que decir sin embargo, que la Devoción al Corazón Inmaculado de María, visto
en conjunto: la figura visible de María, con un Corazón Inmaculado, con una centralidad en la
reparación y el desagravio, ciertamente es una visión original y nueva, propia de esta
manifestación sobrenatural en Fátima, con los pastorcitos, Lucía, Jacinta y Francisco.
Después de Fátima, en nuestra espiritualidad mariana, el ”Corazón de María” debe estar
siempre unido al adjetivo “Inmaculado” y cuya “devoción reparadora” es presentada como una
tabla de salvación para la humanidad. Es una novedad de “alta exigencia” espiritual.

En esta devoción es fundamental, tal como lo enseñó María Santísima a los niños, tener
en cuenta como pilares de la vivencia espiritual: la oración, el sacrificio, la penitencia. En la
práctica de la oración, ocupa un lugar fundamental el Santísimo Rosario, vivido de corazón,
unido también al Sacrificio, ofrecido con un sentido penitencial personal y en beneficio de los
pobres pecadores. Otros tres aspectos constitutivos de esta devoción es la veneración, la
reparación o desagravio y la consagración. Sobre esto volveremos, y seguiremos profundizando
en las reflexiones siguientes…

ORACIÓN
Gracias Señor, porque en María me llamas a reparar mis culpas y pecados, a través de su
Corazón Inmaculado y poder así, alcanzar la Salvación. Amén

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL.


-Afirmó San Luis María Grignon de Monfort : “Entonces sabrán que María es el medio más
seguro, fácil, corto y perfecto para llegar a Jesucristo, y se consagrarán a Ella en cuerpo y alma,
y sin reserva alguna para pertenecer del mismo modo a Jesucristo… “ (Tratado de la Verdadera
Devoción a la Santísima Virgen María, 55).

-¿Puedo darme cuenta, como la Devoción al Corazón Inmaculado de María, me sugiere una
opción definitiva para alcanzar la promesa de salvación de parte de Dios?

-¿Qué retumba en mi mente y en mi corazón, al detenerme en el hecho que la virgen María fue
preservada de toda mancha original? ¿Qué me dice a mí interior?

¿De entrada, qué siento que me está pidiendo concretamente la Madre del cielo con este
recorrido del sexto día junto a ella?

PRÁCTICAS
-Rezo meditado del Santo Rosario, de corazón y con calma.

-Examen de conciencia. (Ayudará al acto penitencial y eventual confesión, antes de la


Consagración)

-Leamos el salmo 106, (105) 1-12, ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su
amor… “ Entremos en la lectio divina, lectura orante, con este salmo.

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