Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Olvido Teu251Cu2502rico Del Estado y Su Relaciu251Cu2502n Con El Capital.
El Olvido Teu251Cu2502rico Del Estado y Su Relaciu251Cu2502n Con El Capital.
Introducción
[99]
ESTADO Y BARBARIE
La gran confusión que enfrenta este tipo de posturas es que a priori se entiende
que Estado epistemológicamente es un proceso despótico, autoritario y opresor.
Desde luego que la historia da cuenta de manifestaciones autoritarias como los
Estados estalinistas, fascistas o el autoritarismo gubernamental en América Latina
o Europa del Este, pero esos errores indefendibles, no son razón sustancial para
desechar el concepto teórico de Estado y recluirlo al baúl de los errores y dejarlo
ahí por siempre. Despotismo no es la conditio sine qua non del Estado.
Estado. Lo que no es
100
EL OLVIDO TEÓRICO DEL ESTADO Y SU RELACIÓN CON EL CAPITAL
Estado: lo que es
Esto es algo más que consentimiento o concordia; es una unidad real de todo ello
en una y la misma persona, instituida por pacto de cada hombre con los demás,
en forma tal como si cada uno dijera a todos: autorizo y transfiero a este hombre
o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mí mismo, con la condición de que
vosotros transferiréis a él vuestro derecho, y autorizareis todos sus actos de la misma
manera [...] Y en ello consiste la esencia del Estado, que podemos definir así:
una persona de cuyos actos una gran multitud, por pactos mutuos, realizados entre sí,
ha sido instituida por cada uno como autor, al objeto de que pueda utilizar la fortaleza
y medios de todos, como lo juzgue oportuno, para asegurar la paz y defensa común
(Hobbes, 2010:141).
101
ESTADO Y BARBARIE
102
EL OLVIDO TEÓRICO DEL ESTADO Y SU RELACIÓN CON EL CAPITAL
1
El partido en el poder garantizaba niveles mínimos de bienestar a sus agremiados siendo
despótico. Por un lado era autoritario, pero por otro controlaba corporativamente los derechos
sociales. Este dispositivo es tan eficiente que, partidos alternos que consiguieron llegar al poder
municipal, estatal y federal reactivaron la sutileza de este mecanismo.
103
ESTADO Y BARBARIE
Capital
104
EL OLVIDO TEÓRICO DEL ESTADO Y SU RELACIÓN CON EL CAPITAL
105
ESTADO Y BARBARIE
que el explotador necesita adoptar una conducta socialmente aceptable para que sus acciones no
sean cuestionadas, ello explica el auge que existe en el sector privado por ayudar a los desvalidos,
a la vez que se allegan de clientes “conscientes”.
106
EL OLVIDO TEÓRICO DEL ESTADO Y SU RELACIÓN CON EL CAPITAL
capitalismo mucho más ágil con la novedad de que ellos han hecho el flujo mayor
sin democracia, esto es, los años venideros mostrarán una mayor apropiación
de riqueza en entornos más autoritarios disfrazados de formas virtuosas como:
“capitalismo de valores asiáticos”, “comunistas liberales” o “capitalismo sin
fricciones”.
El factor trabajo hoy día genera altos niveles de ganancia, no obstante, esto no
se ha traducido en su distribución, por el contrario, su acumulación conlleva un
dominio sobre los trabajadores y con ello despojo. Este despojo no sólo se da
en cuestiones materiales como las tierras, materias primas, sino que incrementó
la disminución de derechos laborales y riqueza biológica, también se despoja a
los sujetos de saberes y de capacidades creativas.
Ello contribuye a que los sujetos tengan una acelerada desesperación por
acceder a los bienes básicos, como son la salud, educación, vivienda, trabajo, en
suma, bienestar. No es casual que el consumo irracional genere una necesidad
de solventar esas faltas, pero lo que aquí interesa es cómo mediante esa angustia,
millones de personas están condicionadas a lo que Marx denominó el fetichismo
de la mercancía, esto es, disminuir esa desesperación y angustia mediante
la adquisición de un producto. Esto ha provocado que las certidumbres de
hombres y mujeres generen cuantiosos mercados solventes llenos de productos
que prometen la solución.
A nadie extraña que el consumo de las drogas (legales e ilegales) vaya en
aumento, pues sus efectos inmediatos elaboran un entorno aparentemente menos
cruel del que se vive en la realidad. Por supuesto que el fetichismo de la mercancía
aparenta la satisfacción no de una necesidad sino de un deseo.
Lo que se quiere decir es que el capital, como forma de mercancía y dinero,
se presenta como libertad de intercambio que ha de contrarrestar el agobio
diario.3 No es de extrañar que las grandes empresas se esfuercen cada vez más
3
Aquí la parte ideológica asociada íntimamente al fetichismo de la mercancía es
imprescindible: ¿realmente las poblaciones excluidas tienen libertad de elección?, ¿no acaso la
107
ESTADO Y BARBARIE
por otorgar créditos al consumo aunque ello signifique pagar por encima del
precio real de estos fetiches. No es demás afirmar que el valor de cambio, esté
superando el valor de uso; es inimaginable pensar que la mercancía pueda ser
adquirida sino por el valor de cambio. Este ha sido el gran logro del capital, por
lo tanto, disminuir las capacidades del Estado como garante de la comunidad
política era algo que necesariamente tenía que consolidarse en el siglo pasado.
Pero ¿por qué no llamar al capitalismo por su nombre? La ilusión de que
estamos en mercados de competencia, es producto del periodo posbélico del siglo
pasado que argumentaba que los grandes polos de poder que representaban la
Unión Soviética y los Estados Unidos, habían fracasado miserablemente dejando
una enseñanza perversa: los radicales perdieron y ganaron los negociadores, los
extremos perdieron y los de centro hicieron notar su postura. En este sentido se
dio por muerta la discusión entre quienes defendían (y atacaban) al capitalismo
y al comunismo para pasar a una edad socialdemócrata que retomaba lo mejor
de ambas pero sin el peligro ideológico.
Sin duda, quienes han salido a flote han sido las crecientes oligarquías
empresariales nacionales e internacionales que, cada vez más, establecen las
reglas del juego; ello con resultados infames, en la contraparte, como son la
desnutrición, la muerte anticipada de millones de personas a lo largo del planeta
y por supuesto una despolitización que caracteriza la era posmoderna llena de
“expertos” en política que han de dirigir a las “incultas” masas que cada vez
tienen menor poder adquisitivo y por lo tanto mayor angustia.
¿No acaso el incremento de capital en estos oligopolios empresariales implica
despojo y control de la vida? Es decir, ¿este poder económico no es poder sobre
lo que han de hacer millones de mortales? La pregunta obligada es ¿dónde está
el Estado? O más bien, ¿el flujo de capital no obliga a disminuir la regulación
de los Estados?
108
EL OLVIDO TEÓRICO DEL ESTADO Y SU RELACIÓN CON EL CAPITAL
109
ESTADO Y BARBARIE
Lo que nos interesa es recuperar el sentido teórico del Estado por la simple
razón de que desempeña un papel intermedio entre la barbarie y el capital.
Como señalábamos anteriormente, la reflexión teórica del Estado parece ser
que ya no entusiasma a nadie y no es casualidad que haya sido desplazado por
temas como el empirismo y el pragmatismo del estudio de la llamada transición
a la democracia o los criterios empresariales que deban adoptar los gobiernos,
como es el New Public Management o el acountability; ambos impulsados por el
aparato intelectual de las poderosas e influyentes escuelas de economía y ciencia
política norteamericanas. No está por demás decir, están impulsando sus teorías
en nuestras escuelas y centros de investigación, generando que en nuestras
universidades seamos cada vez más pragmáticos estimulando los estudios
empíricos por encima de los teóricos.
Sin embargo, uno de los graves problemas del capitalismo es que éste “puede
acomodarse a todas las civilizaciones, de la cristiana a la hindú o budista, del
Este al Oeste: no hay una visión capitalista global, ni una civilización capitalista
en sentido estricto. La dimensión global del capitalismo representa la verdad
sin sentido” (Žižek, 2011:209).
La política como actividad de una comunidad es entendida desde los griegos como
la manera de ponernos de acuerdo en los problemas que a todos nos competen,
ello implicaba discutir, dialogar, deliberar, ponernos de acuerdo con la palabra
(día, a través; logos, lenguaje-razón). Pero pensarlo en poblaciones numerosas
como las actuales sólo nos lleva al terreno de los gobiernos representativos. Que
no es otra cosa que nuestros representantes sean quienes dialoguen y deliberen
sobre los asuntos públicos.
El fundamento pospolítico fue sembrar la idea de que estábamos en una era
posideológica, es decir, al desintegrarse los regímenes comunistas de la década
de 1990, ello suponía que los grandes proyectos ideológicos que dieron forma
a estructuras totalitarias habían terminado, con lo que habíamos llegado a una
nueva era en la cual las políticas eran racionales y sobre todo pragmáticas.
Esto dio sustento al entorno gubernamental de los expertos, llamados
erróneamente políticos profesionales, dicho de otro modo, son el capital
110
EL OLVIDO TEÓRICO DEL ESTADO Y SU RELACIÓN CON EL CAPITAL
111
ESTADO Y BARBARIE
desde luego que esto es aprovechado por la filantropía privada: “si redondeas
tu cambio, 100 niños indígenas tendrán que comer mañana”, “por cada 100
pesos que compres de nuestros productos, la empresa donará un centavo para
combatir los efectos del calentamiento global”.
No es de extrañar que los “expertos” en gestión de asuntos públicos, vean
esta crítica como algo irresponsable, señalan muy molestos: “¡¿entonces, nos
quedamos sentados a que la selva tropical siga desapareciendo?!”, obviamente
en una realidad posmoderna caracterizada por lo políticamente correcto
(pragmático) un Sí sonaría incendiario. Desde luego que la propuesta teórica,
es insistir en la reflexión y abandonar la idea de inmediatez que muchas veces
agrava el problema en cuestión. En este tenor, las políticas públicas están cada
vez más insertas en esa lógica antirreflexiva y urgente, son antiteóricas.
Las políticas públicas que nosotros apoyamos son las que se sostienen en
discusiones públicas, donde el ciudadano no sólo opina o llena un cuestionario,
sino que se involucra en la solución del problema mientras dialoga y reflexiona
con sus iguales. Pero a nadie extraña que el gobierno de expertos acude a las
poblaciones rurales a consultar a la población y simplemente reitera “lo que ya
sabía”, esto es, que el ciudadano rural e indígena “no es capaz de opinar ni de
externar soluciones factibles”, por lo tanto impongamos nuestras ideas que de
todos modos íbamos a realizar. Así, luego del engorroso proceso de consulta, se
construyen “políticas públicas” sin estar sostenidas en una discusión y participa-
ción de los pobladores. ¿No es esto un claro ejemplo de cómo lo urgente e
inmediato sustentan lo pospolítico como algo antipolítico, antirreflexivo y
antiteórico?, ¿no es esto producto de un debilitamiento estatal que no tiene la fuerza
para cohesionar a su comunidad política? “Cambiamos de “administradores”, no
de líderes políticos propiamente dichos. Hace tiempo ya que la acción política
se ha transmutado en mera gestión sistémica, que la política se ha reducido a
mera “administración”. Parece como si ya no fuera factible tomar las riendas de
nuestro destino y decidir hacia dónde queremos proyectarlo” (Vallespín, 2011).
De esta manera, abonamos a la discusión sobre el papel del Estado (como
categoría teórica) porque creemos que el capital descontrolado está re-barba-
rizando nuestra sociedad, dando pie a una nueva sociedad medieval disfrazada
de nuevo orden mundial. En esta relación de dominación capital-ciudadanos,
¿no es el Estado quien debe intervenir?, ¿acaso el Estado no se malentiende
como gobierno de expertos dejando de lado su papel como regulador? Si la
112
EL OLVIDO TEÓRICO DEL ESTADO Y SU RELACIÓN CON EL CAPITAL
113
ESTADO Y BARBARIE
114
EL OLVIDO TEÓRICO DEL ESTADO Y SU RELACIÓN CON EL CAPITAL
Conclusión
115
ESTADO Y BARBARIE
116