cual siempre se debe poner en práctica tanto en personas como en situaciones. La gente generalmente confía más en las personas ordenadas que en las desordenadas y con buena razón ya que la gente ordenada suele ser más aplicada en situaciones tanto educativas como sentimentales al tener mejor organización y mayor disciplina. Lo cual es de mucha utilidad en el diario vivir. Mientras que las personas desordenadas tienen menor deficiencia en esos casos y se les dificulta, ganar la confianza de las personas. En resumen ser ordenado facilita la vida en todos los ámbitos tanto laborales y personales.