Está en la página 1de 4

María Isabel Velásquez Márquez. C.I: 26.326.

387
Historia contemporánea de América, sección A.

Caracterización de la fase I, del proceso de implantación que pertenece al


Complejo de procesos I
Carrera Damas desde la introducción al tema caracteriza la fase de
estructuración de los núcleos primeros y primarios de implantación y el relacionamiento
inicial hispanoportugués con América. Este se constituyó mediante las “empresas” de
grupos ibéricos particulares y tenían fines económicos. Estos grupos actuaron en el
territorio americano con un amplio margen de autonomía de los órganos político-
administrativos de la metrópolis y desarrollaron una tendencia al establecimiento
permanente en el territorio americano.
La estrecha interacción entre el factor demográfico europeo e indígena
determinó la formación sociohistórica “embrionaria” en el proceso de implantación de
las sociedades americanas.
Los límites cronológicos del relacionamiento inicial hispanoportugués van desde
1492 y transcurren hasta 1570 con la estructuración de los últimos núcleos primeros y
primarios. Sin embargo, de acuerdo con el autor, esta cronología se diluye ante las
variables de las distintas porciones de América con desarrollos específicos. Por lo tanto,
la cronología general comprende cronologías particulares de cada porción del territorio.
La problemática del relacionamiento inicial hispanoportugués presenta dos
consideraciones previas:
1º El relacionamiento inicial hispanoportugués con América ocurre en el marco
de un proceso más amplio, el de la tendencia expansiva del capital comercial europeo
con España Portugal como principales actores. Ambos países contaban con situaciones
internas privilegiadas en cuanto a cuatro factores principales: la actividad comercial en
expansión, consolidación de la unidad política como Estados nacionales, factores
ideológico-religiosos y un acelerado proceso de avance científico y tecnológico en áreas
como la navegación marítima.
Este conjunto de factores contribuyó a la expansión territorial y oceánica de
Europa, logrando así mayor desarrollo comercial, dominio de territorios e imposición
religiosa
2º El relacionamiento inicial hispanoportugués con América se desenvolvió
dentro de la perspectiva del reparto del mundo entre España y Portugal. Su propósito era
establecer vínculos perdurables con las tierras ubicadas. Sin embargo, el mecanismo de
“poblar” no estaba contemplado como parte de ese propósito. Fue un hecho de facto,
dado por la propia dinámica del relacionamiento inicial con América al conformarse la
tendencia al establecimiento permanente de grupos ibéricos particulares en territorio
americano.
En conclusión a este punto, el relacionamiento inicial con América estuvo
determinado por los grupos particulares. Al principio, América estuvo en una posición
subordinada como descubrimiento del cual se desconocía su propio potencial, ya que el
fin principal del viaje era la búsqueda de una conexión comercial directa con Oriente.
Al principio, las Coronas intervinieron únicamente en los aspectos político-
administrativos del descubrimiento de las nuevas tierras. Sin embargo, el proceso de
estructuración de los núcleos primeros y primarios se dio en una dinámica de
relacionamiento inicial con intereses mucho más amplios de los de la Corona, que
obedecían más a fines particulares de comerciantes, navegantes, etc., y constituyeron las
primeras “empresas”.
En el texto también se explicitan los medios de realización de los fines
económicos. Uno de estos es el rescate, que consistió en el intercambio de recursos
mineros y perlíferos de la base americana a cambio de artículos de bajo precio en
Europa. A esto se suma la rapiña, que junto con el rescate se suma a los medios para
obtener recursos ya obtenidos por los indígenas. La rapiña consistió en el asalto a los
templos y saqueo de templos y tumbas. Este medio contribuyó a la destrucción total o
parcial de la base indígena en algunos casos.
Otro medio de realización de fines económicos a través de la base indígena fue
la razzia, que influyó en gran medida en la destrucción de estas bases de forma violenta.
Las labores de extracción de riquezas por parte de las empresas requerían una fuerza de
trabajo que fue suplida por grupos indígenas a través de las razzias, quienes fueron
sometidos y forzados por largos períodos a jornadas explotadoras que llevaron a la
aniquilación o reducción demográfica de sus pueblos.
La explotación directa de los recursos mineros, perlíferos y palo Brasil fue
también un medio utilizado durante la Fase I, que consistió en la extracción simple o
mediante establecimiento de enclaves o factorías. Sin embargo, se agotaban
rápidamente, con la merma de los recursos más superficiales que obtenían.
La ocupación efectiva del territorio por los grupos ibéricos les permitía crear una
base de subsistencia para el establecimiento permanente producto del aprovechamiento
total del territorio con sus recursos y fuerza productiva.
La realización de las empresas con fines económicos, a su vez, tuvo
implicaciones de orden científico, político e ideológico, que influyeron en el control
político de la corona ibérica en el territorio americano. Mediante su exploración con el
fin de localizar los recursos de interés económico y la ocupación directa del territorio,
más adelante se establecerían mecanismos de control sobre el Nuevo Mundo, que
conllevaron después al sometimiento político e ideológico de la base indígena, y una de
sus muestras fueron los consiguientes viajes de catequización y sometimiento de la base
indígena a la religión católica como otro mecanismo de control para fines económicos.
Un factor muy importante en la conformación de las empresas es el
enrolamiento voluntario de sus integrantes. Las “empresas” constaban de grupos
particulares muy variados y relativamente pequeños para que pudiesen ser exitosos
logísticamente. Entre los grupos se encontraban españoles, genoveses, portugueses y
personas de otras provincias. Su nivel social también era muy diverso, pero en general
eran personas de bajo linaje, con el propósito de ascender socialmente con las riquezas
obtenidas en América. Los lazos que unían a estas personas como miembros de una
empresa eran muy superficiales y provisorios, el capitán en estos casos era la persona de
mayor jerarquía y quien podía dar un mayor sentido de unidad a la empresa y su
autoridad le permitía establecer cierto orden operativo.
El relacionamiento inicial hispanoportugués con América en su desarrollo se
caracterizó por un predominio creciente en la tendencia al establecimiento permanente
de los grupos ibéricos particulares en el territorio americano (59).
Si bien las primeras empresas ibéricas tenían como fin el aprovechamiento de
los recursos americanos para acrecentar capitales ya asentados en Europa, y cuyo
disfrute en América sería transitorio, simultáneamente también hubo grupos ibéricos
particulares que en su configuración desarrollaron una tendencia al establecimiento
permanente. Su finalidad era crear nuevas riquezas a ser disfrutadas en el territorio
americano y a partir de este.
Con respecto a la configuración de la tendencia al establecimiento permanente,
esta surgió por parte de los súbditos que servían a la Corona de Castilla para la “saca”
de oro, sin otro beneficio que el salario de la Corona. Tras no recibir ganancias propias
por la labor de minería, se dedicaron a establecer privadamente sus propios esfuerzos en
obtener riquezas que los llevaron a un mayor arraigo en el territorio en muchos casos.
En el territorio americano funcionaban dos tipos de empresas, una activada en
territorio ibérico, con fines de incrementar capitales europeos o crear nuevas riquezas
para ser disfrutadas igualmente en el otro continente. Por otro lado, estaban las
empresas de carácter endógeno con tendencias al establecimiento permanente, y
activadas en el mismo territorio. En estas participaron hombres ya asentados en
América y con “experiencia americana” en búsqueda de nuevas áreas donde explotar
recursos y establecerse permanentemente. Esta implantación de los núcleos primeros y
primarios se dio de forma progresiva y fue clave también en el contacto con la base
indígena y los niveles de relacionamiento inicial.
El contacto con la base indígena fue resultado del requerimiento del factor
sociodemográfico de las empresas, que requerían fuerza de trabajo, tecnología y fuentes
de alimentación que para ese momento solo la base indígena podía proveerles. Para el
funcionamiento y logro de las empresas y sus fines específicos y para la propia
subsistencia de los grupos hispanoportugueses, se dieron diferentes niveles de
relacionamiento inicial con la base indígena.
A nivel operativo, fue de vital importancia para el éxito de las empresas ibéricas
el contacto con los indígenas y su colaboración cedida en actitud amistosa como forzada
en cuanto a comida, armas, campamentos temporales y brazos de carga.
Es importante destacar que los contingentes hispanoportugeses estaban en
situación de dependencia frente a los patrones de consumo alimenticio de los indígenas.
En estos casos podía ocurrir la asimilación y rechazo de lo indígena. Por su carácter de
transitoriedad lo más probable era lo primero, pero algunas empresas llegaron a la
cancelación y fracaso debido al rechazo de estas costumbres. Su asimilación fue
compleja y no del todo absorbida frente a las costumbres hispanolusitanas.
La tecnología indígena era la única adecuada el medio en ese entonces, y fue
asimilada mayormente por los grupos ibéricos debido a su importancia operativa. La
tecnología indígena les proveía medios de transporte marítimo y fluvial como la canoa y
piragua, conservación de alimentos, armas ofensivas y defensivas, medios de descanso y
medicinas, necesarios para el desplazamiento geográfico en ambientes desconocidos de
los núcleos primeros y primarios.
El nivel expoliativo simple de relacionamiento inicial hispanoportugués con la
base indígena fue superficial y esporádico en la mayoría de empresas, y se hacía a través
del rescate y las rapiñas. Fue la instancia de realización de empresas no inscritas en la
tendencia al establecimiento permanente, y por eso su carácter superficial y temporal.
El nivel expoliativo complejo de relacionamiento inicial hispanoportugués con la
base indígena se efectuó con las actividades de extracción más organizadas para obtener
recursos mineros, perlíferos y palo Brasil, aunque igualmente de carácter transitorio. Su
contacto tampoco estaba inscrito en la tendencia al establecimiento permanente e
implicó el control sobre la base indígena y su empleo en las razzias y relaciones de
producción esclavistas.
En cambio, el nivel estructural de relacionamiento inicial hispanoportugués con
la base indígena se dio a partir de las actividades vinculadas al establecimiento
permanente. Fue este el tipo de contacto entre las empresas y la base indígena que
significó un proceso de formación sociohistórico de América Latina de gran
importancia. Fue clave para el proceso de implantación de las sociedades
latinoamericanas, alteró el curso histórico de la base indígena y generó la implantación
de los núcleos primeros y primarios.
A partir de este nivel se dan las más importantes interacciones y simbiosis entre
los factores demográficos europeos y americanos, se implantan también los modelos y
formas ideológicas y religiosas europeas y se establece el dominio político de Europa
en América.

También podría gustarte