Ésta es una forma perfectamente segura y no amenazante de practicar la empatía con
los demás. 1.Vea un programa de televisión que odie o que normalmente no se moriria por ver. Si usted normalmente ve programas de ocio, elija un drama serio. Si usted normalmente sólo ve los noticiarios, sintonice unos dibujos animados. 2. Mire y escuche atentamente. Cada vez que se sienta irritado, disgustado, aburrido o confundido, ponga a un lado sus sentimientos y reenfoque su atención. Dígase a sí mismo: «Veo que me irrita mucho esto. Está bien, pero no me interesa actualmente. Puedo dejar a un lado la irritación y observar unos minutos sin valorar lo que veo». 3. Suspenda un tiempo sus juicios de valor e imagine por qué los teleadictos incondicionales ven ese programa. ¿Qué sacan de él? ¿Lo ven para excitarse, informarse, divertirse, evadirse, identificarse con los personajes, confirmar sus prejuicios? Intente comprender los rasgos atractivos de ese programa y al tipo de persona que le gusta. Cuando llega a una comprensión empática, cambie a otro tipo de programa y