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Anuario de Psicología Jurídica (2020) 30 21-27

Anuario de Psicología Jurídica 2020


h t t p s : / / j o u r n a l s. c o p m a d r i d. o r g / a p j

El Perfil del Consumidor de Imágenes de Abuso Sexual Infantil: Semejanzas y


Diferencias con el Agresor offline y el Delincuente Dual
Andrés Sotoca-Plazaa, Manuel Ramos-Romeroa y Alejandra Pascual-Franchb
a
Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil, España; bFAPMI-ECPAT, España

INFORMACIÓN R E S U M E N
DEL ARTÍCULO
La investigación empírica acerca de los consumidores de imágenes de abuso sexual infantil se ha incrementado en los
Historia del artículo: últimos años, especialmente la relativa a aquellos que también pueden abusar de menores: los llamados agresores duales.
Recibido el 9 de diciembre de 2018 La literatura científica muestra que los consumidores de tales imágenes y los delincuentes duales son diferentes en cuan-
Aceptado el 28 de mayo de 2019 to a sus características psicosociales y delictivas. Partiendo de ello, presentamos este artículo basado en un resumen de
Online el 24 de junio de 2019
los principales estudios que abordan la temática con el objetivo de facilitar las principales características que discriminan
a ambos grupos, así como las de las personas que solo abusan de niños de manera offline. Contar con perfiles diferenciales
Palabras clave: basados en la evidencia puede ser una herramienta de ayuda para el psicólogo jurídico en la gestión del riesgo de que un
Pornografía infantil consumidor de pornografía infantil acabe abusando realmente de niños.
Abuso sexual infantil
Perfilado
Agresores duales
A profile of child sexual abuse image viewers: Similarities and dissimilarities
with offline and dual offender

A B S T R A C T
Keywords:
Empirical research about child sexual abuse image viewers has increased in recent years, especially regarding those
Child pornography
Child sexual abuse who may also abuse: the so-called dual offenders. Scientific literature shows that child sexual abuse image viewers and
Profiling dual offenders are dissimilar regarding psychosocial and criminological characteristics. On this basis, we present this
Dual offenders article based on a literature review of the main studies addressing this topic in order to provide the key characteristics
which discriminate between both groups, and those child sexual abuse offenders who act offline. Having evidence-
based differential profiles can be a useful tool for helping legal psychologists manage the risk of a child pornography
offender deciding to abuse a child.

El delito de pornografía infantil no aparece con la eclosión de las nera proporcional a la implantación de estas nuevas tecnologías en la
nuevas tecnologías, sino que ya desde hace décadas se producían sociedad (Edelmann, 2010).
imágenes de abuso sexual, grabadas o impresas (Bates y Metcalf, El hecho de que se trate de un delito que no implica contacto di-
2007). No obstante, Internet ha supuesto una revolución en cuanto recto con la víctima (Wolak, Finkelhor y Mitchell, 2011) ha dado lu-
a la velocidad y facilidad con que se intercambia información y se gar a posiciones encontradas entre sectores que expresan un enorme
producen contenidos de manera sencilla y anónima (Webb, Craissati rechazo social y otros que minimizan la responsabilidad de aquellos
y Keen, 2007). Como consecuencia, el consumo de imágenes de abuso que poseen o comparten imágenes de abuso sexual infantil. De hecho,
sexual infantil va en aumento a nivel global (Bates y Metcalf, 2007). parece que el propio término “pornografía infantil” puede favorecer
Muestra de ello es el último informe de Internet Watch Foundation esta confusión, en tanto que posee una connotación de voluntarie-
(2017), que confirmó que 78.589 URL contenían imágenes de abuso dad, por lo que distintos organismos internacionales recomiendan
sexual infantil, un 37% más que en el año 2016. Algunos autores como sustituirlo por el de imágenes de abuso sexual infantil (CEOP, 2012;
Cooper (2002) hacen referencia a la tripe A en el uso de internet: ECPAT International, 2016a; Jones y Skogrand, 2005). De esta manera
accesible, asequible y anónimo, lo que, sin duda, ha propiciado un se pone de relieve que aunque el consumo de este tipo de archivos
aumento en la incidencia de los delitos sexuales contra niños de ma- no implique contacto con un menor, el material existe porque se ha

Para citar este artículo: Sotoca-Plaza, A., Ramos-Romero, M. y Pascual-Franch, A. (2020). El perfil del consumidor de imágenes de abuso sexual infantil: semejanzas y diferencias
con el agresor offline y el delincuente dual. Anuario de Psicología Jurídica, 30, 21-27. https://doi.org/10.5093/apj2019a11

Correspondencia: andressotoca@hotmail.com (A. Sotoca).

ISSN: 1133-0740/© 2020 Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
22 A. Sotoca-Plaza et al. / Anuario de Psicología Jurídica (2020) 30 21-27

agredido o abusado sexualmente de un menor real en alguna parte infantil, puesto que es necesaria la instrumentalización de menores
del mundo (Interpol, 2003; Niveau, 2010; Quayle y Taylor, 2002) y en su producción.
que la demanda de este tipo de archivos favorece la perpetuación de La reforma del Código Penal español también incrementó el
los abusos. número de conductas que se pueden perseguir, ya que a la cap-
Debido a la proliferación de este material en Internet se han plan- tación y utilización de menores para la realización de espectácu-
teado cuestiones sobre la gestión del riesgo de este fenómeno. Sobre los exhibicionistas o pornográficos, así como la producción, venta,
todo, una cuestión que se ha pretendido resolver a lo largo de la lite- distribución, exhibición y/o tenencia de estos archivos, se añade la
ratura científica es la probabilidad de que los consumidores de porno- visualización dolosa –a sabiendas– de las imágenes de abuso sexual
grafía infantil puedan progresar a un delito de contacto sexual con un infantil. Esto permite perseguir a personas interesadas en imáge-
niño. Aunque no pueda establecerse una relación de causalidad entre nes sexuales de menores que accedan a ellas mediante streaming
consumo de pornografía infantil y posterior abuso sexual, es posible o reproducción directa de video, así como el acceso sin descarga a
que los consumidores sean más propensos a buscar el contacto se- fotografías en páginas web de pornografía infantil.
xual con personas menores de edad que otros delincuentes sexuales
(Seto, Cantor y Blanchard, 2006), puesto que sienten excitación ante Producción, Distribución y Tenencia de Pornografía Infantil
ese tipo de imágenes. A consecuencia de ello, surge la pregunta de si
es posible detectar a los llamados “agresores duales”: aquellos consu- Con el fin de profundizar en este fenómeno conviene distinguir
midores que, además, abusan de menores. tres fases en torno a la problemática de la pornografía infantil en
Aunque el objetivo principal del presente artículo es resumir Internet: producción, distribución y consumo, aunque en algunos
la evidencia empírica con respecto al perfil psicosocial y crimino- casos estén involucradas las mismas personas.
lógico del consumidor de imágenes de abuso sexual infantil y del
agresor dual, se comenzará por contextualizar el fenómeno, repa-
sando las implicaciones legales del delito de pornografía infantil, Producción
las distintas fases de las que se compone (producción, distribución
Aunque no existan datos precisos sobre los países que producen
y consumo) y el contenido de las imágenes distribuidas y su vínculo
mayor cantidad de archivos de abuso sexual infantil, muchas de las
con los distintos perfiles criminales.
imágenes que circulan por internet se han elaborado en Estados de
Europa del Este, Sudeste Asiático, América Central y América del
Las Imágenes de Abuso Sexual Infantil en el Marco Legal: el Sur, por lo que parece que existe una coincidencia con los principa-
Delito de Pornografía Infantil les países de origen de la trata de personas con fines de explotación
sexual (ECPAT Internacional, 2016b). Las causas serían también co-
A un nivel legal no ha sido hasta la Ley Orgánica 1/2015 de 30 de munes: legislación laxa, falta de medios y mayor nivel de pobre-
Marzo, que modifica la Ley Orgánica 10/1995 de 23 de noviembre, za. En ocasiones se producen en estos lugares pero por parte de
cuando se ha incluido una definición exhaustiva de esta tipología de- agresores provenientes de países occidentales que acuden allí para
lictiva. Para esta actualización, el legislador tuvo en cuenta distinta abusar sexualmente de niños, en lo que se conoce como turismo
normativa internacional como el Protocolo relativo a la venta de ni- sexual o explotación sexual infantil durante el viaje. No obstante, la
ños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía producción doméstica de este tipo de archivos se produce en todo
de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño el mundo, sin que España constituya una excepción. En los últimos
(25/05/2000), la Directiva 2011/93/UE relativa a la lucha contra la ex- años, además, se ha incrementado la producción de este material
plotación sexual de niños y la pornografía infantil, el Convenio del
a través del acoso sexual a niños en las nuevas tecnologías (groo-
Consejo de Europa sobre ciberdelincuencia (23/11/2001) o la Directi-
ming), que luego acaba distribuyéndose en círculos pedófilos.
va UE 2011/93/UE sobre lucha contra la explotación sexual de niños y
la pornografía infantil.
Así, según el artículo 189 del Código Penal español para poder con- Distribución
siderar que un archivo contiene pornografía infantil debe mostrar re-
presentaciones visuales de menores o personas con discapacidad (se Los archivos de abuso sexual infantil se distribuyen de todos los
descartan novelas, textos y audios) participando en conductas sexua- modos por los que es posible distribuir ficheros a través de Inter-
les explícitas, que englobarían, de acuerdo con el informe explicativo net: desde páginas web, servidores FTP, sistemas de compartición
del Convenio de Budapest, el contacto sexual genital, oral o anal entre de archivos, sistemas de mensajería instantánea, foros, correo elec-
niños o entre un adulto y un niño, el bestialismo, la masturbación y trónico, newsgroups, teléfono móvil, redes sociales, skype, snap-
los abusos sádicos. También se admite la desnudez de los niños pero chat, whatsapp o redes P2P, hasta medios cerrados, encriptados y
sólo cuando exista una focalización en los órganos genitales y que del anónimos como la deep web o las redes de intercambio de archivos
contexto se deduzca un ánimo lascivo. Del mismo modo, el Código P2P de tercera generación, denominadas friend-to-friend (F2F), en
Penal español considera punibles las imágenes realistas de menores, las que es obligatorio recibir la invitación de un miembro de la red
es decir aquellas en las que participen personas que “parezcan ser para formar parte de la misma.
menores”, pero cuya minoría de edad no haya sido acreditada, los
montajes o alteraciones de archivos utilizando imágenes de niños y Consumo
las generadas por ordenador, siempre que cuenten con un grado de
realismo muy alto. Aunque puede establecerse una relación entre la decisión de vi-
Las imágenes que no entren dentro de estos términos no serían sualizar este tipo de material y la atracción sexual hacia los menores,
consideradas legalmente pornografía infantil pese a que puedan des- es posible distinguir dos tipos de consumidores: (1) los de tipo exclu-
pertar interés sexual en un adulto, lo que nos adentra en el fenómeno sivo, los cuales solo descargan archivos de abuso sexual infantil y sue-
conocido como “parafernalia pedófila”. Este tipo de imágenes pueden len padecer pedofilia y (2) los sexualmente indiscriminados o curio-
incluir a menores vestidos en poses eróticas, niños en ropa interior, sos, que no tienen una atracción sexual preferente hacia menores sino
etc. Estos archivos, pese a no ser considerados delictivos, también se que buscan estímulos sexuales infrecuentes (Beech, Elliott, Birgden y
intercambian y distribuyen en la red y según ECPAT Internacional Findlater, 2008; Klain, Davies y Hicks, 2001; Taylor y Quayle, 2003).
(2016a) habría que catalogarlos como material de explotación sexual De este modo, aunque el diagnóstico de pedofilia es más frecuente
El Perfil del Consumidor de Imágenes de Abuso Sexual Infantil 23

entre usuarios de pornografía infantil que entre abusadores de meno- Es importante contar con esta clasificación, en primer lugar por
res, incluso entre abusadores con varias víctimas, no todo el que des- cuestiones de inteligencia, para conocer el tipo de imágenes que cir-
carga este tipo de archivos sería un pedófilo (Maletzky y Steinhouser, culan por nuestro país, y en segundo lugar porque, como se ha co-
2002; Seto et al., 2006). mentado anteriormente, es una variable que puede apuntar hacia
En el consumo de imágenes de pornografía infantil cobran im- distintos perfiles de autor. Además, un aspecto clave es establecer
portancia las comunidades pedófilas o de apología de la pedofilia, cómo podría afectar al comportamiento posterior del delincuente la
así como los grupos de intercambio de imágenes. Siguiendo a So- visualización de estas imágenes, especialmente a efectos de fantasías
toca (2010), las comunidades pedófilas son grupos en los que se masturbatorias. En particular, se ha valorado si ver y fantasear sexual-
comparte una serie de ideas que favorecen una normalización de mente sobre este tipo de imágenes puede dar lugar a una progresión
la pedofilia y de las relaciones sexuales con menores, así como una por parte del delincuente encaminada a cometer delitos de contacto
validación de las creencias disfuncionales de sus integrantes. Aun- sexual (Bates y Metcalf, 2007). Por tanto, se ha planteado la hipótesis
que este tipo de comunidades no son per se delictivas, porque la de una escalada ascendente desde niveles inferiores hasta los de ma-
apología de la pedofilia no está tipificada en el Código Penal espa- yor gravedad, que podría culminar en el abuso sexual físico. No obs-
ñol, habitualmente se constituyen como el medio de conocer gente tante, no está claro si es más peligrosa la visualización de imágenes
con la que tener la oportunidad de intercambiar imágenes de ex- de niveles superiores o inferiores, puesto que es frecuente que este
plotación sexual infantil por otros canales. Como se verá más ade- tipo de delincuentes, incluso con perfil grave, almacenen archivos de
lante, esta apología tiene una importancia sustancial ya que aunque niveles bajos, como menores desnudos en la playa, en el baño, relatos,
no se puede establecer una relación de causalidad, las cogniciones comics o hasta imágenes de niños de su entorno en situaciones neu-
de tolerancia y apoyo a los delitos sexuales pueden facilitar su co- tras para ser visualizadas durante la masturbación (Lanning, 2010;
misión (Ó Ciardha y Gannon, 2011). McCarthy, 2010; Quayle y Taylor, 2005; Wolak et al., 2011).
Por otro lado, con independencia de si puede establecerse una progre-
Contenido de las Imágenes de Abuso Sexual Infantil sión delictiva o no, podría existir una correspondencia entre las imágenes
que se consumen y la conducta sexual que se lleva a cabo en delincuentes
Diferentes autores advierten que el material visualizado difiere en duales (por experimentar de manera real aquello con lo que se fantasea).
función del interés sexual del usuario (Niveau, 2010; Quayle y Taylor, Esta circunstancia podría tenerse en cuenta a la hora de rastrear la red en
2002; Seto y Eke, 2005; Seto et al., 2006). En este sentido, si bien es busca de personas que descargan pornografía infantil, si se estableciese
cierto que hay consumidores de pornografía infantil que no tienen que este tipo de autor entraña mayor riesgo de abusar físicamente de ni-
preferencia por estas imágenes, preocupan especialmente aquellos ños. Es decir, se trataría de inferir el perfil criminológico del autor a partir
usuarios que pueden ser selectivos en las imágenes que coleccionan del material pornográfico consumido (Oswell, 2006).
en términos de género, edad y actividad sexual, ya que como vere-
mos más adelante son variables que están relacionadas con un mayor Perfil del Consumidor de Imágenes de Abuso Sexual Infantil,
riesgo de contacto sexual con menores. De esta forma, antes de aden- del Abusador Sexual de Menores y del Agresor Dual
trarnos en los perfiles de consumidor, abusador offline y agresor dual,
conviene conocer las características de las imágenes, para lo cual se Como ya se ha indicado, tradicionalmente se pensaba que existía
han propuesto distintas clasificaciones. una escalada criminal en el consumidor de imágenes de explotación
Las clasificaciones de imágenes de abuso o explotación sexual in- sexual infantil mediada por un mecanismo de habituación, que se ini-
fantil se han desarrollado en diferentes países como herramienta para ciaba con la mera visualización de este tipo de material para finalizar
la intervención, gestión e investigación del consumo de pornografía con el abuso sexual real a un menor. Es decir, estas personas comenza-
infantil, respondiendo cada una de ellas a unas necesidades y con rían consumiendo archivos de abuso sexual infantil pero necesitarían
unas aplicaciones específicas. Las escalas más conocidas en Europa estímulos cada vez más potentes para conseguir el efecto deseado. De
son la escala del Proyecto COPINE (Combating Peadophile Informa- este modo, se buscarían archivos cada vez más graves y finalmente se
tion Networks in Europe), desarrollada inicialmente para sentar una acabaría por cometer un delito sexual físico contra un niño, cuando la
base sobre la cual relacionar la pedofilia con el tipo de imagen visua- visualización de material no fuese suficientemente estimulante.
lizado, y la escala SAP (Sentencing Advisory Panel), con la finalidad de
servir de apoyo a los jueces a la hora de establecer la pena en casos
de consumo de pornografía infantil en función del contenido de las
imágenes, objetivando así las sentencias.
En España, la Guardia Civil llevó a cabo un estudio con el Instituto
de Ciencias Forenses y de la Seguridad de la Universidad Autónoma P.I. + A.S.
de Madrid en el que, tomando como referencia las clasificaciones Pornografía infantil Abusador de
anteriores y utilizando una muestra de 400 vídeos y 4,116 fotogra- (P.I.) menores (A.S.)
fías, se desarrolló una escala de 6 niveles (Pascual, Giménez-Salinas
P.I. + A.S. + PF
e Igual, 2017). De este estudio se concluye que las imágenes compar-
tidas en Internet tienen un contenido muy dispar. Así, se comparten P.I. + PF A.S. + PF
desde imágenes sin ningún tipo de contenido sexual, como menores
en bañador, archivos que entrarían dentro de la comentada parafer-
nalia pedófila, hasta imágenes en las que se desarrollan actividades Pedofilia (PF)
sexuales explícitas entre niños o entre niños y adultos (abuso sexual),
algunas incluso cometidas de manera violenta (agresión sexual) o en
la que participan animales (bestialismo). Tras un primer análisis des-
criptivo se concluyó que el mayor porcentaje de vídeos de abuso se-
xual infantil que se intervienen en España se sitúa en el nivel 4 (39%),
es decir, en los que se produce una penetración del adulto al niño,
siendo las víctimas principalmente de sexo femenino (77%), pre-pú- Figura 1. Relación entre pornografía infantil, pedofilia y abuso sexual (adaptado
beres (61%) y de etnia caucásica (78%). de Saris et al., 2012).
24 A. Sotoca-Plaza et al. / Anuario de Psicología Jurídica (2020) 30 21-27

Tabla 1. Perfil del consumidor de pornografía infantil y del abusador sexual de menores (elaboración propia)
Abusadores sexuales de menores Consumidores de pornografía infantil
Variables sociodemográficas
Varón Varón
Mayor edad (edad media: 43.6 años) Más jóvenes (edad media: 38.6 años)
Más relaciones estables Menos relaciones estables
Mayormente desempleado Mayormente empleado
Menor nivel educativo Mayor nivel educativo
Sin diferencias significativas entre ambos grupos en las siguientes variables: raza (principalmente caucásica en ambos) y nivel socioeconómico.
Historia previa
Mayor abuso de sustancias: consumo de alcohol y drogas Menor abuso de sustancias
Mayor abuso en la infancia Menor abuso en la infancia
Menor contacto con servicios de salud mental Mayor contacto con servicios de salud mental
Variables relativas al delito
Más antecedentes criminales Menos antecedentes criminales
Más antecedentes criminales sexuales Menos antecedentes criminales sexuales
Mayor tasa de reincidencia Menor tasa de reincidencia
Menor tratamiento de rehabilitación Mayor tratamiento de rehabilitación
Variables psicológicas
Menor autocontrol Mayor autocontrol
Menor conciencia Mayor conciencia
Puntuaciones mayores en psicopatía Puntuaciones menores en psicopatía
Mayor identificación emocional con la víctima Menor identificación emocional con la víctima
Mayores distorsiones cognitivas1 Menores distorsiones cognitivas1
Menor empatía Mayor empatía
Nota. Fuente: elaboración propia.
Los autores difieren en los hallazgos sobre las siguientes variables: soledad emocional, asertividad y autoestima.
1
Distorsiones cognitivas entendidas como pensamientos que apoyan el delito y creencias sobre sexo con niños.

Sin negar que este proceso pueda ocurrir en algunos autores, ac- Howitt, 2008; Webb et al., 2007), habría que destacar los meta-análi-
tualmente se ha concluido que el consumo de material de explotación sis de Babchishin (Babchishin, Hanson y Hermann, 2011; Babchishin,
sexual infantil y el abuso sexual de niños son fenómenos delictivos Hanson y VanZuylen, 2014) y los trabajos previos y de validación del
independientes, que en ocasiones se dan simultáneamente en la mis- instrumento KIRAT (Kent Internet Risk Assessment Tool; Long, Alison
ma persona (Saris et al., 2012). y McManus, 2013; Long, Alison, Tejeiro y Giles, 2016; McManus, Long,
Ocurriría algo similar con la pedofilia. Existen delincuentes sexua- Alison y Almond, 2015) por el tamaño muestral que tienen en cuen-
les de niños que tienen pedofilia pero otros no (p. ej., oportunistas), ta en sus análisis. Por ejemplo, en su metaanálisis Babchishin et al.
así como consumidores de imágenes de abuso sexual infantil pedófi- (2011) seleccionaron 27 estudios, por los que integraron una muestra
los y un porcentaje que no lo son (p. ej., curiosos o sexualmente indis- total de 4.844 consumidores de pornografía infatil y 1,342 abusado-
criminados) (Saris et al., 2012). A nivel científico se ha puesto el foco res y en el del 2014 incluyeron 30 estudios con 2,284 consumidores,
en las condiciones mixtas que, como puede apreciarse en la Figura 1 2,320 abusadores y 1,086 agresores duales, lo que dota de mayor va-
correspondería a las áreas de los círculos parcialmente superpuestas. lidez a los resultados. Estos estudios coinciden en señalar que el con-
Previamente a describir los resultados que los principales estu- sumidor de imágenes de abuso sexual infantil presenta mayor adap-
dios a nivel internacional han encontrado en lo relativo al perfil del tación psicosocial que el abusador y menos características de tipo
consumidor de pornografía infantil, del abusador de menores y de antisocial: menos antecedentes delictivos, no consumo de sustancias,
los delincuentes duales, es importante subrayar que se han llevado a etc. Además, los consumidores muestran características psicológicas
cabo muchos trabajos que han tratado de responder a la cuestión so- protectoras en comparación con los abusadores: mayor autocontrol,
bre el riesgo de que los consumidores de pornografía infantil abusen menos distorsiones cognitivas, mayor empatía y menor identificación
realmente de un niño. No obstante, los hallazgos son contradictorios, emocional con la víctima. Es decir, parece que las personas que solo
existiendo algunos que han encontrado una clara asociación entre descargan pornografía infantil, aunque puedan tener una tendencia
ambos fenómenos delictivos (Hernández, 2000; Wolak, Finkelhor y pedófila, presentan una serie de características que frenan el contacto
Mitchell, 2005) y otros que llegan a conclusiones contrarias (Calder, físico con un niño. En la Tabla 1 se resumen los perfiles encontrados
2004; Riegel, 2004). Probablemente estos resultados denoten una en la literatura científica.
variabilidad en los perfiles y, por tanto, una necesidad de seleccio- Por tanto, un primer factor psicológico relevante a tener en cuen-
nar muestras amplias que permitan generalizar los resultados. Exis- ta en la gestión de riesgo con personas que consumen imágenes de
ten también trabajos, como el de Bourke y Hernández (2009) o el de abuso sexual infantil es la presencia o ausencia de un patrón de con-
Sheehan y Sullivan (2010), que alertan de que la pornografía infantil ducta antisocial (antecedentes criminales, impulsividad, consumo de
no siempre es el desencadenante de los abusos y que existen casos tóxicos, etc.) que pudiera actuar como desinhibidor o freno, respecti-
en los que los abusos se cometieron en primer lugar y el consumo de vamente, del contacto sexual físico con niños. Además, se considera
pornografía se utiliza como sustituto de los mismos. relevante la valoración de las posibles distorsiones cognitivas en rela-
En cuanto al perfilado, aunque existen multitud de publicaciones ción al abuso sexual infantil, puesto que parece que son diferentes en
que se han ocupado de este asunto (Bates y Metclaf, 2007; Neutze, consumidores que en abusadores. Los primeros suelen tener creen-
Seto, Schaefer, Mundt, Beier, 2011; Nielssen, O´Dea, Sullivan y Large, cias que justifican el intercambio de imágenes y la incontrolabilidad
2011; Seto et al., 2006; Seto, Hanson y Babchishin, 2011; Sheldon y de su comportamiento de descarga (Bartles y Merdian, 2016), mien-
El Perfil del Consumidor de Imágenes de Abuso Sexual Infantil 25

tras que los abusadores normalizan el contacto sexual con los niños, es 26 veces más probable que un consumidor que haya realizado al-
al considerar que tienen capacidad de consentimiento y que el abuso gún tipo de acercamiento físico con menores, por ejemplo a través de
constituye una experiencia placentera que no puede generar ningún grooming, grabación encubierta, uso de webcam, etc. termine siendo
trauma (Ward y Keenan, 1999). un dual que el que no lo haya realizado.
Con respecto a los agresores duales, es decir aquellos delincuen- Por último, conviene aclarar que los resultados presentados en
tes que descargan contenidos de explotación sexual infantil y ade- este trabajo proceden de investigaciones realizadas en países an-
más abusan de niños, produciendo en muchos casos material con las glosajones, especialmente Reino Unido y Canadá, por lo que habría
víctimas a las que agreden sexualmente, se confirma que presentan que tener cautela a la hora de generalizarlos a nuestro país. Se con-
un perfil más cercano al abusador que al consumidor, en cuanto a sidera conveniente replicarlos para ver si se llega o no a las mismas
los rasgos antisociales anteriormente mencionados, siendo además conclusiones, algo que los autores de este artículo se encuentran
el grupo con mayores niveles de pedofilia y con mayor facilidad de realizando en el momento actual.
acceso a niños en su entorno (familiares, vecinos, trabajo, etc). De ahí,
la importancia de mejorar los protocolos de evaluación pericial de la
Conclusiones
pedofilia, tal y como se ha expuesto en otros trabajos (Herrero y Ne-
gredo, 2016), siendo el segundo factor psicológico más importante a
La implantación de Internet en la sociedad ha traído consigo un
tener en cuenta en el perfilado de este fenómeno delictivo. Tal es la
aumento del intercambio de archivos de abuso sexual infantil, lo que
relevancia de estos dos factores, pedofilia y conducta antisocial, que
a su vez ha favorecido que se planteen cuestiones sobre la gestión del
se ha propuesto un modelo que los tiene en cuenta para explicar el
riesgo de este fenómeno. Uno de los retos a los que se ha enfrentado
porqué unas personas llegan a abusar sexualmente de un niño de
la investigación científica es tratar de dar respuesta a la probabilidad
manera física y otras solo descargan imágenes, el Motivation-Facili-
de que un consumidor de imágenes de explotación sexual infantil
tation Model de Seto (2017). Como puede apreciarse en la Figura 2,
termine abusando realmente de un niño. Para ello, se han estudiado
este modelo explica que existen una serie de personas “motivadas”
las semejanzas y diferencias en los perfiles psicosociales y criminoló-
al contacto sexual con niños debido a su pedofilia, lo que puede favo-
gicos de abusadores y consumidores, así como de los individuos que
recer que consuman imágenes de abuso sexual infantil. No obstante,
cometen ambos delitos simultáneamente, los agresores duales.
solo un pequeño porcentaje terminará agrediendo a niño de manera
Los resultados ponen de manifiesto que hay dos factores psico-
física, puesto que muchas de ellas poseen una serie de característi-
lógicos particularmente importantes en esta cuestión, los rasgos an-
cas psicológicas que actúan como freno (autocontrol, empatía con la
tisociales y las tendencias pedófilas, que estarían presentes en una
víctima, etc.). Para que el abuso físico tenga lugar es necesario que el
proporción mucho más alta en delincuentes duales que en personas
delincuente, además, presente una serie de rasgos que le desinhiban
que solo visualizan imágenes de abuso sexual infantil. De tal modo
y “faciliten” ese comportamiento, como los rasgos antisociales o el
que estos dos factores se han recogido en un modelo explicativo so-
consumo de sustancias y que se presente la oportunidad de tener ac-
bre esta cuestión, el Motivation-Facilitation Model de Seto (2017).
ceso a un niño.
Para este autor, las personas que solo consumen material de abuso
sexual infantil pueden estar motivadas al contacto sexual con niños,
Problemas del Ambiente lo que denotaría una tendencia pedófila, pero para que lo ejecuten
neurodesarrollo temprano adverso de manera física deben poseer unas características psicológicas des-
inhibitorias, como pueden ser los rasgos antisociales (impulsividad,
Conducta Facilitación ausencia de empatía con la víctima, etc.) o el consumo de sustancias,
antisocial- además de tener oportunidad de acceso a niños en su entorno. En este
psicopatía Abuso sexual sentido, sería un indicador de riesgo el que hayan ejecutado compor-
Factores situacionales (oportunidad) físico contra
menores tamientos previos de acercamiento real hacia menores, por ejemplo
a través de grooming, grabación encubierta, uso de webcam, etc. Otro
Pedofilia Motivación de los elementos que pueden funcionar como facilitador psicológico
son las distorsiones cognitivas. Éstas son diferentes en consumido-
res de pornografía infantil y agresores duales, teniendo estos últimos
Problemas del Abuso sexual
neurodesarrollo infantil muchas más creencias que normalizan el contacto sexual con niños.
Por tanto, la valoración de este tipo de cuestiones por parte del psi-
Figura 2. Modelo de motivación-facilitación, adaptado de Seto (2017). cólogo jurídico puede ser de utilidad en la gestión del riesgo de que
un consumidor de pornografía infantil acabe abusando realmente de
Por tanto, una primera recomendación en el uso del perfil como niño.
herramienta para gestionar el riesgo de que consumidores de porno- Por otro lado, la bibliografía científica también pone de manifiesto
grafía infantil lleguen a abusar físicamente de un niño es la valoración que son diferentes las imágenes que descargan consumidores y agre-
de la presencia o ausencia de rasgos antisociales y tendencias pedó- sores duales, siendo más frecuente que los duales posean archivos de
filas, puesto que son dos factores asociados de manera significativa niños muy pequeños o selectivas en cuanto a género y edad (mos-
a los agresores duales. Además, los estudios señalan que es posible trando preferencia por un perfil victimológico específico), así como
utilizar como fuente de información el tipo de imágenes que han des- de niveles más extremos (muy graves o muy leves). En consecuen-
cargado, siendo más frecuente que los delincuentes duales consuman cia, se considera de interés utilizar esta información en la gestión del
imágenes de niños muy pequeños o selectivas en cuanto a género y riesgo tanto a nivel policial (priorizando a los usuarios de este tipo
edad, siendo estas características coincidentes con las de sus víctimas de imágenes en los rastreos que se realizan en Internet) como a nivel
offline (Long et al., 2013; McManus et al., 2015). Por otro lado, este forense (analizando las imágenes que obren en los expedientes judi-
perfil de delincuente suele tener menor cantidad de imágenes pero ciales de los procesados).
de niveles extremos (muy graves o de parafernalia pedófila) y existe No obstante, los resultados puestos de manifiesto en este trabajo
una relación positiva entre el tiempo que llevan descargando y abu- deben interpretarse con cautela puesto que se han obtenido prin-
sando de menores, presentándose como delitos paralelos. Del mismo cipalmente en países anglosajones y no se han replicado hasta el
modo, relacionado con la mayor impulsividad de los agresores duales, momento en nuestro entorno.
26 A. Sotoca-Plaza et al. / Anuario de Psicología Jurídica (2020) 30 21-27

Extended Summary mild (containing paedophile paraphernalia). Significant association


was found between the time they have spent downloading sexual
As a result of the development of new technologies and the abuse material and the time they have been abusing minors, showing
Internet, there has been an increase in sexual crimes against children that both crimes are committed in parallel. Similarly, previous studies
facilitated by the accessibility, affordability, and anonymity of these showed that consumers of child pornography who had performed
tools (Cooper, 2002). Due to the proliferation of child sexual abuse some type of physical approach to children (grooming, undercover
images on the Internet, it is planned, based on empirical methods, to recording, use of webcams, etc.) were 26 times more likely to finally
perform the prediction of the risk that the viewers of these images become dual offenders.
could commit a sexual offense against one or more children. Having Finally, the findings shown in the present paper come from re-
differential profiles based on evidence can help forensic psychologists search conducted in foreign countries (especially in the United King-
manage the risk of these phenomena. The main objective of this paper dom and Canada). Hence, it is necessary to be cautious when gene-
is to summarize the empirical evidence regarding the psychosocial ralizing the results to our country. It is therefore suggested that this
and criminological profile of both viewers of child sexual abuse research is replicated in Spain, using a Spanish sample, to see if the
images and dual offenders, the latter being those that both view child findings are the same or are different in some way.
sexual abuse images and commit child sexual abuse.
Conflicto de Intereses
Sexual Abusive Images Viewers, Sexual Abusers, and Dual
Offenders Profiles Los autores de este artículo declaran que no tienen ningún con-
flicto de intereses.
Viewing child abusive images and child sexual abuse are
independent phenomena, but sometimes the same person might Referencias
develop both behaviours. Several studies have addressed this question
by trying to determine the risk that a viewer of child abusive images Babchishin, K. M., Hanson, R. K. y Hermann, C. A. (2011). The
characteristics of online sex offenders: A meta-analysis. Sexual
finally commits sexual offenses against children, thus becoming Abuse: a Journal of Research and Treatment, 23, 92-123. https://doi.
a dual offender. Subsequently, meta-analyses about this field are org/10.1177/1079063210370708
especially important. Babchishin, K. M., Hanson, R. K. y VanZuylen, H. (2014). Online child
pornography offenders are different: A meta-analysis of the
A previous meta-analysis (Babchishin, Hanson, & Hermann, 2011) characteristics of online and offline sex offenders against children.
evidenced an increased presence of protective psychological characte- Archives of Sexual Behaviour, 44, 45-66. https://doi.org/10.1007/
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sent a closer profile to abusers than viewers of child abusive images
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for what concerns antisocial behaviour. Moreover, they have also a org/10.1007/s10896-008-9219-y
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