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3º Informe Practico I

Carrera: Educador Social. 2do año

Docente: Aníbal Argimón


IFD Canelones
Fecha de entrega: 30/10/2017

Centro de Práctica: Hogar “La Huella”

Estudiante: Fernanda Vero  
Narración de la experiencia del proceso de práctica

Porque elegí este centro


Yo quería que fuera un hogar, mi historia viene cargada de adjetivaciones acerca de
los hogares, del inau, y acerca de la vida de los chicos que por diferentes
situaciones son alejados de sus familias biológicas, así sea temporal o
definitivamente, por lo que conocer de cerca esa realidad para verla desde mi
subjetividad, me ayudó a crear mis propios adjetivos, mi propia mirada hacia un
“mundo” que solo conocía a través de la historia de mi mamá. Es por esto que
puedo decir que el objetivo que me llevó a elegir este centro se cumplió.
En cuanto a lo referido al rol, la educación social tiene una fuerte historia
relacionada a los hogares, y si bien supuse que podría no ser “tarea fácil”, quise
“meterme” de lleno en el rol que a futuro me gustaría cumplir, aunque quizás lo que
hable más adelante pareciera que me alejara de ello, esta no es más que la primera
práctica de un largo derrotero que aún queda por recorrer.
Entrevista
Como primer encuentro, la entrevista, nervios, ansiedad, y una coordinadora que
expresa que somos bienvenidas pero que los educadores querían saber qué
venimos a hacer, esa parte de la conversación quedó grabada y marco lo que luego
sería el proceso de práctica en relación con los educadores, ya que ese fue uno de
los únicos momentos en el que tuvimos relación con algún trabajador del hogar, si
bien como practicantes nosotras teníamos claro el fin del pasaje por el hogar,
muchas veces sentimos que nos veían como una amenaza.. a que? No se, quizás el
miedo a ser juzgados, reemplazados, o lo que fuere.. y eso provocó que no
pudiéramos establecer ningún tipo de relación con los trabajadores del centro, más
específicamente con los educadores, ya que en mi opinión no hubieron otros
momentos de intercambio significativos con ninguna otra parte, si bien existieron
conversaciones cortas con algún educador referidas a situaciones del hogar, eran
sólo partiendo de nuestros intereses con una vuelta a veces media forzada, lo que
quiero decir con esto es que no pudimos generar un vínculo que podría haber sido
productivo para ambas partes.
Grupo de práctica
En cuanto a la relación del equipo de práctica, muchas veces transitamos momentos
que dificultaron a mi entender más que nada la realización de los informes, las
coordinaciones y algunas de las actividades en grupo, en mi opinión y utilizando un
frase muy común que dice que la unión hace la fuerza, creo que ser individualistas
no nos lleva a ningún lado, o quizás sí.. pero considero que no es necesario pasar
por encima de nadie para lograr mis objetivos y que para una buena relación la
comunicación es primordial, no es de mi interés hacer un desahogo, simplemente
me hubiese gustado generar un grupo más sólido, el poder transitar juntas, porque
la hospitalidad no solo refiere al educando, el Otro también puede ser mi
compañero. Destaco en esto el poder trabajar a la par con Virginia, el habernos
quebrado, que nos atravesara la práctica y fomentar entre nosotras espacios de
reflexión nos ayudó a seguir siempre, cada día con mirada limpia.
Los chicos
En cuanto al rol de practicantes en el hogar con los chicos, nuestro primer encuentro
se dio en una fecha especial, justo en esos días se encontraban con preparativos
para el cumpleaños número 15 de “Mechi” y nos sumamos a la decoración del
salón, partiendo del interés del momento y encontrando un lugar en el que nos
permitieron como recién llegadas ocupar.
Recuerdo que uno de los primeros días surgió una de las escenas que fué
movilizadora, uno de los adolescentes nos increpó diciendo algo así como ¿Qué
hacen acá? Nosotros no queremos que venga más nadie!. Dándonos a entender
que éramos unas metidas, y justamente creo que eso es siempre lo que somos, lo
importante es la intención que tenemos al meternos con el Otro.
En el correr de los días poco a poco nos fuimos conociendo y aunque muchas veces
el encuentro era muy breve o solo con uno o dos de los chicos, fuimos creando
espacios donde poder compartir diferentes momentos, encontrándonos con
situaciones muy diversas y a veces muy difíciles, en donde la violencia y los estados
emocionales aparecen y “rompen” con todo, lo que quiero decir es que momentos
hubieron, muchos, pero lo incalculable del encuentro con el Otro, y con todo lo que
ese Otro tiene consigo, nos llevaron muchas veces a construir y reconstruir unos
lugares que nos permitieran hacer algo con ese otro.
Hubieron veces en las que apenas llegaba, me quería ir, como reflexión y
autocrítica, siempre entendí que las emociones surgen a través de todo el cuerpo y
de los cuerpos, que lo que le pasa a Otro me atraviesa, pero que no es más que la
experiencia misma, y esta escapa de mí. Y hubieron veces que me fui, pero no sin
antes pensar en un qué hacer, el “parar, respirar, mirar e intentar resolver”, no
siempre tuve soluciones, pero sé que el hacer algo con el otro me importa y que no
siempre se trata de quién triunfa si no de quién al menos intenta instaurar algo.
Evaluación del Plan de actividades

Antes de comenzar a evaluar mis actividades, me gustaría poder retomar un tema


que utilice en el Informe anterior y que refería a la libertad que tiene el otro de
abstenerse, cada actividad que tuvimos intención de realizar nos generó
incertidumbre e inseguridad, nunca podríamos saber antes del encuentro como
sucedería la actividad, quiénes participarían, si les gustaría o no, etc, volviendo
siempre a la idea de lo incalculable, aunque también hubieron instancias donde la
participación no dependían del Otro como sujeto, si no por parte de un mandato (por
parte de la institución o educadores) que impedía la participación por diferentes
razones, a veces conocidas por nosotras, como ser una “penitencia” y otras veces
no. Ante lo antes mencionado y pese a las dificultades, el tener que pensar y
repensar la práctica mientras sucede, el “buscar algo” e ir descubriendo el sentido,
siento que mis objetivos igualmente se cumplieron.
Como educadores tener capacidad crítica y autocritica nos ayuda a resolver
problemas y tomar decisiones para adaptarnos a las situaciones, porque no siempre
vamos a lograr nuestros objetivos, quizás mi intención para llevar a cabo las
actividades (más que nada el fogón) era hacerlas de una manera muy formal, y
hubo una discrepancia entre lo teórico y lo empírico.

Realización de un baile para los adolescentes: esta actividad fue cambiada


totalmente, el motivo fué parte de lo antes mencionado, y el hecho de que
situaciones violentas surgieran hacia nosotras y entre los adolescentes en días
previos a la de su realización nos llevó a reflexionar en el hecho de que estar en un
lugar alejado, solas con todos los adolescentes, podría generarnos
responsabilidades para las cuales quizás no nos encontramos preparadas para
afrontar. En su lugar organizamos una salida en la que nos juntamos y fuimos a
comer, ¿por qué a pesar del cambio, mencioné anteriormente que los objetivos se
cumplieron? Como resultado esperaba una buena organización en conjunto y poder
disfrutar de un intercambio, todo eso sucedió. Se les planteó a los chicos que
estuvieran prontos a una determinada hora, en la que los íbamos a ir a buscar (cabe
destacar que pudimos hablar solo con dos y que estos debían informar al resto),
cuando llegamos, estaban prontos, organizados, y si bien los chicos con los que
habíamos hablado no podían concurrir por diferentes actividades que ya tenían
planeadas, la invitación llegó a todos y para nuestra sorpresa todos los que estaban
en ese momento en el Hogar (cinco) fueron con nosotras (Virginia, Fernanda),
disfrutamos de un momento ameno, en el que comimos juntos pero además nos
sirvió para conocernos, hablar diferentes temas de interés, y si bien no hubieron
palabras por parte de los adolescentes que evaluarán dicha actividad, el hecho de
volver caminando juntos, riendo, resultó más que satisfactorio.

Realización de un Fogón: esta actividad se llevó a cabo, con algunas


modificaciones que se fueron dando en el proceso, como ser los contenidos a
transmitir, que serían la creación de un fogón.
Ese día al llegar al Hogar como siempre, intentamos (Virginia, Fernanda)
convocarlos a todos, en este caso para comenzar la recolección de los materiales
que serían utilizados para el fogón, nadie se nos sumó, por lo que comenzamos
solas a juntar leña, poco a poco y más que nada ante la curiosidad, se fueron
acercando y sumando de a poco algún que otro palito. Ese día varios voluntarios se
encontraban allí y se fueron acercando, si bien, nadie quiso seguir una guía para
realizar un fogón, inventamos el nuestro y se hizo el fuego, en un momento
(sabemos que el fuego convoca) nos vimos rodeadas de todos los chicos,
voluntarios y para nuestra sorpresa, los dos educadores de turno salieron también a
compartir. Guitarra en mano (por uno de los voluntarios), cantamos, hicimos
competencias de canto, bailamos, reímos, hicimos malvaviscos, comimos y
tomamos, como si lo tan esperado sucediera mágicamente gracias al fuego, fué
muy gratificante y como evaluación además de lo que nosotras sentimos, ellos nos
hicieron saber su gusto por esa instancia y su agradecimiento por los momentos
compartidos, fue un excelente cierre.
Entonces: ¿Qué provocó que en el fogón quisieran participar todas/os? ¿Será
cambio en el interés de los sujetos? ¿Quizás pasó porque era nuestra despedida?
¿o porque de alguna forma, el fuego une, atrapa, acerca, “atrae cuerpos”?
Análisis del modelo pedagógico

Para llevar a cabo un análisis pedagógico, tomare este esquema que realicé a partir
de mi experiencia.
Como argumento, comenzaré a justificar el porqué de cada posición:

• S
• A
• C

Utilizare un modelo en donde el Sujeto, el Agente y los Contenidos se relacionan, en


un determinado contexto, bajo un cierto marco institucional, y en donde participan
diferentes factores que posibilitan, varían, permiten, orientan, afectan etc., el
desarrollo de la práctica.
Sujeto y Agente en este caso, se relacionan a través de diferentes áreas, una el
área de contenido, y otra el área de soporte, en el centro, donde estas áreas y los
diferentes personajes se entrelazan, es donde, para mí, se lleva a cabo una relación
educativa. Lo que quiero referenciar con esto, es que más allá de los contenidos,
existe también un área en donde mi relación con el otro va más allá y que el soporte
con el otro, además de ser hospitalario, me permite llevar a cabo mi intencionalidad
para con él.
En toda relación educativa, el agente tiene la intención de compartir ciertos
contenidos con el sujeto, para que este se los apropie, los aprehenda, para ello
parte de sus objetivos, y utiliza ciertas metodologías que le permitirán o no lograr su
finalidad, para ello, es importante tener en cuenta que el sujeto es un ser enigmático
con su propia subjetividad, con sus propios intereses y que mi encuentro con el otro
es incalculable. La experiencia es atención, escucha, apertura, disponibilidad,
sensibilidad, por lo que dicha metodología podrá ir variando.
En mi experiencia, la finalidad no aparece, al momento de comenzar este recorrido,
me di cuenta que no depende de mí, ni de lo que yo puedo o quiero que pase, lo
que no quiere decir que no tenga una intencionalidad o ciertos objetivos, si no, que
no puedo conocer a donde me va a llevar esta experiencia, cuál será su fin, cada
día es sorprendente, y se convirtió en una experiencia más libre.
En cuanto al contexto

Es el que encierra toda relación y a sus actores, en mi práctica, el contexto es su


hogar, y es violencia, es exposición, es autoritarismo y libertinaje, y es el factor que
muchas veces impide que mi relación con el otro sea posible.
Estos factores son los que me llevan a reconocer el marco institucional como un
factor que no atraviesa, o que no participa de manera positiva, si no que convierte a
la institución en un no lugar.
Escuchar a los educadores decir “antes era mejor, nos traían a los chiquilines con 2
o 3 años, y nosotros los podíamos amoldar a nuestra manera” es no respetar la
historia del otro, es no ser para nada hospitalario y es borrar por completo la
identidad del otro, su subjetividad, su imagen. Partir de la idea de que la experiencia
con el otro siempre supone un riesgo, un peligro o una aventura, también supone
que no es anticipable y que es imposible de repetir.
Los niños/as y adolescentes de este hogar, naturalizaron por completo un estilo de
vida violento, un no lugar en su propio hogar, un no pertenecer, un no dejar huellas,
el respeto no se conoce ni se fomenta, no existen singularidades.
Como conclusión, mi experiencia de práctica, me permite reconocer el tipo de
educador que quiero ser, el tipo de modelo que pretendo llevar a cabo, la relación
que quiero construir con el otro. El modelo ( ) se puede llevar a cabo,
como educadores, es parte de nuestro rol, reconocer al otro, llevarla acabo más allá
del contexto, lo que me lleva a interrogar acerca de:
¿El marco institucional condiciona, afecta o posibilita el accionar del ed.?
Yo creo que sí, siempre, y que en este caso afecta y condiciona. Más adelante
volveré a hacer hincapié en las dificultades que se nos fueron presentando en el
centro de práctica.
Reflexión Final

Para poder reflexionar acerca de mi experiencia práctica, me ayuda el traer cada


una de las reflexiones que fui creando a partir de las diferentes escenas
vivenciadas. Ante todo, dar cuenta de que fue mi elección estar ahí, ocupar ese
lugar y construir con el Otro, como puse en un principio, cree mis propios adjetivos,
con esto me refiero a que este pasaje por el hogar me ayudo a deconstruir algunas
ideas acerca de la institución y construir algunas otras, aunque sé que cada hogar
tiene sus características y su identidad, que hay toda una historia detrás de esas
instituciones y de la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes
(mi madre fue institucionalizada en 1970) y que además ni las instituciones ni las
ideas son estáticas.
Siento que al principio me fue muy difícil propiciar espacios de interacción y que fue
necesario muchas veces un cambio de posición y de perspectiva en mí para lograr
estar juntos y que lo cotidiano no lo ocupe todo. Me llevo tiempo el comprender de
veras el contexto, y no es asunto fácil el encontrarnos con situaciones que impiden y
dificultan el estar juntos, pero a partir de ello, el operar, intervenir, hacer, decir y
crear juntos nos permite el reconocimiento del otro y muchas veces el poder llegar a
donde creemos necesario llegar.
El “entrar” a su hogar, para poder llevar a cabo nuestra práctica nos llevó a ser unos
metidos, a “luchar” todos los días por el estar juntos y por el hacer algo, “luchar”
porque existían un montón de porque “no” a las propuestas, llegar y encontrarnos
con el Otro enojado, o totalmente “metido” en algún juego en la computadora, o que
tenía que realizar las tareas (de limpieza) que le correspondían, o que se iban a
estudiar, o porque estaban durmiendo o simplemente porque no querían, no les
interesaba, etc. Meterse en lo cotidiano para intentar que algo pase, requiere más
nuestro interés para con el otro, debemos pensar propuestas que puedan llevarse a
cabo más allá de esos porque, esa es nuestra tarea.
El encuentro con el otro me provocó siempre una gran ansiedad, expectativa,
miedos, llegue con confianza y la perdí, porque querer predecir todo impide el
recorrido, y es necesario y es parte del aprendizaje “enfrentarse” al Otro y ser
capaces de parar, respirar, mirar y resolver y seguir, porque nunca sabemos con
qué van a salir, porque la experiencia es incalculable.
Aunque debo decir que es muy difícil llevar adelante ese discurso, lo sostengo, por
lo menos para mí, durante la práctica tuve además “miedo” a dar todo lo que tenía
para dar, teniendo claro el porqué, el para qué y el cómo, igualmente muchas veces
me costó intervenir, y es algo que reflexiono y tomo para experiencias futuras, para
que siempre teniendo en cuenta el cuidado del otro, pueda intervenir cada vez que
tenga una intención para hacerlo. El otro a veces espera algo de mí, y como futura
educadora, tengo que tener en cuenta también esa demanda, como mencioné
anteriormente, se trata de la atención, escucha, apertura, disponibilidad,
sensibilidad, por el Otro, con el otro, en la experiencia de educar, en donde la
metodología podrá ir variando y en donde a veces partir de los intereses del Otro,
me abre puertas hacia otros caminos.

A lo largo de la practica en el Hogar el estar juntos se tornó por momentos más


complejo y el hecho de que la violencia se haya convertido en una actividad
cotidiana de algunos de los chicos, lo hizo aun peor, no podemos olvidarnos que la
violencia es, frecuentemente la expresión de la insatisfacción y muchos autores
afirman que el hombre se educa gracias a todo lo que le sucede y todo lo que ocurre
a su alrededor. La educación sería, desde esta perspectiva, la adaptación de todos
los niños, niñas y adolescentes que viven en el Hogar, al medio que le corresponde
vivir, su adecuación a las condiciones de su medio físico, social y cultural.
Pensando en nuestro pasaje y en el rol de los educadores, sólo una creativa e
innovadora estrategia de protección y educación social podrán evitar el riesgo de
tener que convivir constantemente con situaciones, conductas y actitudes violentas
.
Ante lo antes mencionado, igualmente, la educación social no puede reducirse a la
mera adaptación social sin más, a la solución de los problemas aceptados. Debe
asumir también el objetivo de crear consciencia acerca de cuáles son las
necesidades no debidamente satisfechas, pensemos a la educación social como un
espacio para pensar y poner en marcha cuestiones que tienen que ver con la
igualdad y los derechos, el acceso a la cultura, a la participación social y a la
dignidad de las personas, fomentar que niños, niñas y adolescentes encuentren sus
maneras de elaborar, construir y modificar recorridos propios, es decir “hacer de la
educación un anti-destino: práctica que juega, caso por caso, contra la asignación
cierta de un futuro (que se supone) ya previsto”
Hacer pues de la educación social, un acto que restituya el enigma de humanidad
tantas veces negada, calculada, violentada, transformada en la nuda vida de aquel
que puede ser muerto imprudentemente (Agamben, G. 1998: Homo sacer, El poder
soberano y la nuda vida. Valencia: Pre-textos)
Anexos
Presentación de actividades:

Sujetos de la educación: Niños, niñas y adolescentes del hogar “La Huella”.


Responsable: Fernanda Vero
Lugar de realización: Hogar “La Huella”.
Tiempo de duración: 3 horas aproximadamente

Realización de un Fogón:
Dicha actividad consta de varios momentos, algunos con preparativos previos a la
actividad y otros que tengo intención de que surjan en el proceso.
Momentos:
1.    Pedir los permisos correspondientes.
2.    Se les planteara a los chicos del hogar, la idea de poder crear un sketch acerca de
una temática de su interés para compartir el día del fogón, la idea es que puedan
ensayarlo y hacer su demostración ese día.
3.    Ese mismo día juntar todos juntos, leña, palitos, hojas etc para armar la fogata (se
les dará una guía para armarla), y palitos finos largos que serán utilizados luego
para cocinar el pan cazador.
4.    Una vez encendido el fuego, realizaremos una “danza del fuego” para dar inicio.
5.    Luego de la danza haremos pan cazador, con harina y agua (se hace una masa y
en forma de “víbora” se pone alrededor del palito y se cocina directamente en el
fuego dándolo vueltas para que no se queme).
6.    Una vez que ya este cocinado procederemos a presentar los sketch para los cuales
tendremos puntuaciones.
7.    Como momento final, con malvaviscos al fuego, comenzáremos una reflexión del
fogón y sus momentos, invitándolos a todos a contar su experiencia en dicha
actividad.
Contenidos:
·         Realización de un fogón
Resultados esperados:
Esperamos la mayor participación posible a todos los momentos, ya que es una
experiencia diferente a compartir.
Realización de un Baile para los adolescentes:
Dicha actividad, surge con la idea de los adolescentes y nuestro interés de generar
instancias de intercambio. La idea es que sea una organización en conjunto,
también con pasos previos a la actividad.
Momentos:
1.    Pedir los permisos correspondientes.
2. Planificar juntos (música, comida, bebida, etc).
3. Preparar, un marco de fotos y carteles.
4. Comprar los materiales para llevar a cabo.
5. Decorar el salón y preparar todo para la actividad.
6. Se plantearan juegos de preguntas y respuestas, con prendas.
7. Sacaremos fotos durante toda la actividad.
Contenidos:
·         Organización y realización de un baile.
Resultados esperados:
Esperamos una buena organización en conjunto y poder disfrutar del baile hecho en
equipo.
Bibliografía

Bárcenas, F. Mélich, J.C. (2000). “La Educación como acontecimiento ético.


Natalidad, narración y hospitalidad” Editorial Paidós Ibérico, Barcelona.

Duschatsky, Silvia, (2011), Chicos en Banda, Editorial Paidos

Frigerio, G. (2004). “La (no) inexorable desigualdad”. En la Revista CIUDADANOS.

Frigerio, G. y Diker, G. (2005) “Educar: ese acto político” Edit. Del Estante.

Larrosa, J. y Skliar, C. (2011) “Experiencia y alteridad en Educación”. FLACSO

Levinas,E.”Educación y hospitalidad”

Molina, G. (2003). “Dar (la) palabra” Edit. Gedisa, Barcelona.

Núñez V. (2007) “Un lugar para la Educación frente a la asignación social de los
destinos” Barcelona.

Núñez, V. 1999: Pedagogía Social: Cartas para navegar en el nuevo Milenio.


Buenos Aires

Petrus, A (1997) “Concepto de educación social”. España. Edit Ariel.

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