Está en la página 1de 6

¿Qué es lenguaje?

El lenguaje es una capacidad del ser humano que sirve para comunicarse a través de un sistema

específico de signos denominado lengua. Existen diferentes tipos de lenguas en todo el mundo,

cada una con su propio sistema de signos, como la lengua española o la inglesa.

El resto de los animales no humanos también se comunica y lo hace a través de los sentidos, como

el olfato, la vista, la audición y el tacto. Muchas especies emiten señales sonoras que tienen

códigos específicos según lo que quieren transmitir. Tal es el caso de las aves, los delfines o

los perros.

Características del lenguaje

Entre las características generales del lenguaje se destacan:

 Es universal, es decir, resulta una capacidad propia del ser humano.

 Se exterioriza con el uso de los signos, a través de la lengua y el habla.

 Es racional debido a que requiere del uso de la razón para asociar los signos lingüísticos.

 Se puede manifestar de manera verbal o no verbal.

 Es arbitrario debido a que una palabra, por ejemplo, pelota en español o ball en inglés, no

mantiene asociación lógica con el objeto que representa.

 Se encuentra en constante evolución como consecuencia de la acumulación de experiencias en

el habla cotidiana.
Tipos de lenguaje

El lenguaje verbal puede manifestarse de manera oral o escrita.

Los tipos de lenguaje pueden ser:

 Verbal. Está constituido por palabras que se forman a partir de fonemas y que se pueden

manifestar de manera oral, mediante la palabra hablada, o escrita mediante la representación

gráfica de las palabras.

 No verbal. Está constituido por imágenes (como un aviso publicitario), símbolos (como la

señalética de la vía pública) y gestos (como la lengua de señas), entre otros.

Los diferentes tipos de lenguaje pueden ser decodificados por una persona que maneje el mismo

sistema de signos con el que fue elaborado el mensaje. Un signo es aquello que da una idea o

indicio de algo. Por ejemplo, al ver un objeto con un símbolo de reciclaje, la mente interpreta que

se trata de un material que puede volver a ser aprovechado para la manufactura.


Funciones del lenguaje

Las seis funciones principales del lenguaje son:

 Referencial. Expresa de manera objetiva los diferentes aspectos de la realidad, a través de la

información o la exposición de hechos, conceptos o ideas. Por ejemplo, una nota periodística del

diario.

 Apelativa. Busca influir al receptor del mensaje para obtener de él una reacción en particular,

tanto para que haga una acción o para que deje de hacerla. Por ejemplo, un cartel en un

restaurant con la frase “Por favor, no fumar en nuestras instalaciones”.

 Emotiva o expresiva. Busca transmitir el estado de ánimo o físico del emisor del mensaje. Por

ejemplo, una persona que acaba de realizar una actividad de dificultad y manifiesta su sensación

ante el logro realizado: “¡Qué emocionante es escalar una montaña!”

 Fática. Se utiliza para iniciar, interrumpir, prolongar o finalizar una comunicación, por lo que se

basa en el canal de comunicación y no en la transmisión de un concepto en sí. Un ejemplo de

función fática para poner fin a una conversación es: “Bueno, gracias por todo. Nos vemos

luego”.

 Metalingüística. Consiste en la habilidad de reflexionar sobre la propia lengua, a través de la

comprensión de la gramática o los significados de las palabras, para lo cual es necesario manejar

el mismo código de signos. Por ejemplo, la palabra deseo se escribe con S, no con C.

 Poética o estética. Consiste en alterar el lenguaje cotidiano con el objetivo de provocar

emotividad o sensación de belleza, a través de la forma en que se dicen las cosas. Es el caso de

los textos literarios, las novelas, las poesías o las canciones. Por ejemplo, “He dicho que

cantabas en el viento como los pinos y como los mástiles.” (fragmento de un poema de Pablo

Neruda).

Sobre el lenguaje administrativo


El lenguaje administrativo (LA) es el que utiliza la Administración en sus relaciones con los ciudadanos.
Es un lenguaje especializado, lo que le confiere unas características propias, tanto de léxico, como de
gramática o de estilo. Sin embargo, no es un lenguaje especializado al uso, como podría ser, por
ejemplo, el lenguaje científico (incomprensible para alguien que esté fuera de la comunidad científica).
Cualquier ciudadano tiene que comunicarse con la Administración en distintos momentos de su vida. Y
necesitará expresarse en un lenguaje sencillo, con palabras de uso común (accesible) y entender del
mismo modo, y sin preparación especial, los mensajes de la Administración. Es decir, un lenguaje
especializado, pero que tiene un destinatario muy amplio: los ciudadanos.

El LA está dentro de la expresión escrita. Tiene carácter normativo, y está obligado a la formalidad. En


consecuencia tiene que ser claro, unívoco e inteligible. La ambigüedad o la imprecisión no tienen cabida
en el LA. El mejor texto, el más adecuado, será aquel que destaque por la claridad, la precisión y
la objetividad, entre otras características. Textos estructurados (ordenados de una determinada forma)
y coherentes. El LA está en las antípodas de la creatividad.
El LA será bueno si contribuye a la eficacia comunicativa. Es decir, que en la comunicación entre
Administración y ciudadano o dentro de la Administración, los mensajes consiguen su objetivo. Por
desgracia todavía es habitual encontrarnos con textos incomprensibles para el ciudadano: crípticos,
densos, embarullados, ampulosos, rimbombantes, pretenciosos. Expresión de una jerga inaceptable,
insoportable. El ciudadano, el administrado, tiene derecho a entender, a saber lo que se le dice. No tiene
por qué traducir, y menos buscar traductor. La Administración está obligada a la claridad. Los
funcionarios están obligados a escribir para que se les entienda. Para que se entienda lo que dicen.
Están fuera de lugar los clichés, las muletillas, las frases hechas, los circunloquios, las formas y
construcciones arcaicas, los alargamientos innecesarios de palabras, los abusos de algunas formas
gramaticales y estructuras sintácticas, el exceso de términos cultos y tecnicismos, los párrafos
inacabables (a veces hasta de ochenta, noventa y más palabras)… En definitiva, está fuera de lugar todo
aquello que hace inaccesible el mensaje (!). Porque donde hay oscuridad, no hay transparencia.

LAS BARRERAS DE LA COMUNICACION


Las barreras de comunicación son el enemigo de las relaciones sociales. Si hablásemos en tintes
cinematográficos serían las antagonistas de toda película. El personaje que dificulta la trama. Sin
embargo, siempre hay un héroe o heroína para salvar a la humanidad, bueno, en este caso a los
intercambios de información.

La comunicación es el acto de transmitir y recibir un mensaje. Una acción habitual que aprendemos
desde pequeños, y nos es innata a los seres humanos. Pero en cada lugar tiene sus propias
características para que el proceso funcione correctamente.

Los expertos en este ámbito hablan de la comunicación como un aspecto inevitable. Recordando las
palabras de uno de estos estudiosos, afirmaba que es imposible no comunicar. Es decir, hasta cuando no
queremos decir nada, estamos transmitiendo un mensaje.

Por esta razón, debemos tener en cuenta que la comunicación no se reduce solo a lo que decimos a
través del lenguaje oral. Nuestros gestos tienen gran importancia. Así como la transmisión en formato
escrito.

¿Qué son las barreras de comunicación?

Las barreras de comunicación son interferencias. En otras palabras, obstáculos que dificultan la


transmisión del mensaje entre el emisor y el receptor. Estas pueden generar distorsiones y
malentendidos. En definitiva, rompen el proceso comunicativo.

Existen distintos tipos de barreras de comunicación, dependiendo de qué aspecto se vea alterado.
Aunque todas ellas perjudican a la correcta interpretación del mensaje.

Barreras semánticas
Este tipo de interferencias están relacionadas con el significado de las palabras. Esto sucede cuando no
entendemos una palabra en su contexto o le damos un significado equivocado. Así pues, los problemas
pueden ser generados tanto por la persona que emite el mensaje como por la que lo recibe.

Barreras psicológicas

Las barreras de carácter psicológico tienen que ver con la situación concreta del emisor o el receptor. El
estado emocional y el tipo de relación que mantienen ambas partes afectan en el desarrollo de la
comunicación.

Cómo nos ven o lo que conocen de nosotros puede determinar la comunicación. Podemos mostrar
simpatía o rechazo al mensaje por los prejuicios o las experiencias previas.

Barreras fisiológicas

El estado físico también determina el buen funcionamiento de la comunicación. Un nivel alterado,


independientemente del motivo, perjudicará al intercambio informativo. Por ejemplo, las personas
ebrias, confusas o somnolientas.

En este mismo sentido, las deficiencias físicas en los sentidos como la sordera aumentarán el riesgo de
malentendidos, si el mensaje no se adapta a las necesidades. Así como, la mala caligrafía en la
comunicación escrita.

Barreras físicas

Estas son las más fáciles de entender. Son aquellas que reportan dificultades por el entorno en el que se
encuentran las personas. La luz, el ruido o la distancia son algunos de los aspectos más frecuentes.

También afectan los problemas en los dispositivos a través de los que nos comunicamos. Por ejemplo, la
mala cobertura en los teléfonos móviles.

Barreras administrativas

Al contrario que las anteriores, estas pueden ser menos reconocibles. Pero tienen gran importancia. Se
trata de aquellas barreras que tienen que ver con la administración de la comunicación. Un ejemplo
puede ser la sobre información o el déficit de la misma, la falta de planificación,…

Las barreras de la comunicación son obstáculos que dificultan la transmisión del mensaje entre el emisor y el
receptor.
Este tipo de interferencias están relacionadas con el significado de las palabras. Esto
sucede cuando no entendemos una palabra en su contexto o le damos un significado
equivocado. Así pues, los problemas pueden ser generados tanto por la persona que emite
el mensaje como por la que lo recibe.

Barreras psicológicas
Las barreras de carácter psicológico tienen que ver con la situación concreta del emisor o
el receptor. El estado emocional y el tipo de relación que mantienen ambas partes afectan
en el desarrollo de la comunicación.

Cómo nos ven o lo que conocen de nosotros puede determinar la comunicación. Podemos
mostrar simpatía o rechazo al mensaje por los prejuicios o las experiencias previas.

Barreras fisiológicas

El estado físico también determina el buen funcionamiento de la comunicación. Un nivel


alterado, independientemente del motivo, perjudicará al intercambio informativo. Por
ejemplo, las personas ebrias, confusas o somnolientas.

En este mismo sentido, las deficiencias físicas en los sentidos como la sordera
aumentarán el riesgo de malentendidos, si el mensaje no se adapta a las necesidades. Así
como, la mala caligrafía en la comunicación escrita.

Barreras físicas

Estas son las más fáciles de entender. Son aquellas que reportan dificultades por el
entorno en el que se encuentran las personas. La luz, el ruido o la distancia son algunos
de los aspectos más frecuentes.

También afectan los problemas en los dispositivos a través de los que nos comunicamos.
Por ejemplo, la mala cobertura en los teléfonos móviles.

Barreras administrativas

Al contrario que las anteriores, estas pueden ser menos reconocibles. Pero tienen gran
importancia. Se trata de aquellas barreras que tienen que ver con la administración de la
comunicación. Un ejemplo puede ser la sobre información o el déficit de la misma, la falta
de planificación,…

También podría gustarte