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Beaugrande, Dressler —Introducción a la lingüística del texto

El texto empieza con un exposición de distintos textos usados en situaciones discursivas diferentes.
Resaltan que el hecho de que los textos puedan usarse de diversas maneras evidencia que existen distintos
tipos de texto. Exploran la idea de que exista una ciencia del texto capaz de describir los rasgos que
comparten y que diferencian a los distintos tipos de textos. Esta ciencia tendrá que dar cuenta de qué
normas deben cumplir los textos, cómo se producen y cómo se realiza su recepción. Beaugrande y
Dresseler entienden el texto cómo una forma de la actividad humana, y resaltan que para comprender
sus singularidades no alcanza con remitirse únicamente a las palabras y las oraciones del texto, sino más
bien enfocarse en cómo funcionan en el marco de una interacción comunicativa.

Definen texto como un acontecimiento comunicativo que cumple siete normas de textualidad. Estas
normas crean y definen la comunicación textual (principios constitutivos) y de quebrarse todas se
atentaría contra el proceso comunicativo mismo.

Cohesión: establece las diferentes posibilidades en que pueden conectarse entre sí dentro de una
secuencia las palabras (los componentes de la superficie textual). Esta norma descansa sobre las
dependencias gramaticales, pues según las convenciones de la gramática unas palabras se pueden y
necesitan asociarse con otras. Son estas dependencias las que permiten entender el uso y el significado de
las palabras que aparecen en el texto. El hecho de que muchas veces en la superficie textual puedan
producirse ambigüedades y los hablantes las resuelvan da cuenta de que la cohesión no actúa sola sino en
interacción con otras normas.
Ejemplos:
Despacio niños jugando — jugando niños despacio — niños jugando despacio.

Coherencia: regula la posibilidad de que los componentes del mundo textual, que son los conceptos y las
relaciones que subyacen bajo la superficie del texto, sean accesibles entre sí e interactúen de un modo
relevante. La coherencia no es sólo un rasgo del texto (lo escrito o dicho) ya que en su producción
participan los procesos cognitivos de los hablantes. Muchas veces es becario que el receptor haga
inferencias, un proceso de enriquecimiento del mundo textual mediante el propio conocimiento.
Concepto: estructuración de conocimientos que el hablante puede activar o recuperar en su mente.
Relaciones: vínculos entre esos conceptos.
Ejemplo:
niño: concepto objetos; jugando: concepto acción. Relación: niños agentes de la acción jugar.
Las relaciones no siempre son explícitas y en estos casos los interlocutores aventurar hipótesis para
terminar el sentido del texto. Ej.: niños jugando despacio.
Para mostrar cómo funciona esto, usan el ejemplo de las relaciones de causalidad, que regulan la manera
en que una situación o un acontecimiento influye en las condiciones que han de darse para que suceda
otro acontecimiento. Dentro de esta categoría se encuentran las relaciones de: causa, posibilidad,
propósito, razón.

Cohesión y coherencia son normas centradas en el texto, mientras las que siguen son centradas en el
usuario.

Intencionalidad: refiere a la actitud del productor textual, de la cual el texto es consecuencia y determina
la meta del productor. Muchas veces, se pueden aceptar defectos en la cohesión y la coherencia de un
texto sólo porque la intencionalidad aún es discernible. (Metas secundarias y meta final)

Aceptabilidad: actitud del receptor con la cual juzga si un texto le es relevante o no, ya sea porque le
resulta informativo o considera que le permite cooperar con su interlocutor en la llegada a una meta
discursiva determinada. Se puede interpretar que una de las metas del receptor es mantener la coherencia
y la cohesión, ya que puede tolerar los defectos que el texto tenga o mantener la coherencia realizando
esas inferencias que ya nombramos. El receptor puede minimizar o maximizar su grado de aceptabilidad
y de eso depende que el proceso comunicativo se deteriore o no. El emisor puede especular sobre el grado
de aceptabilidad del receptor presentado textos que lo obliguen a inferir el significado.

Informatividad: rasgo por el cual se evalúa hasta qué punto las secuencias de un texto son predecibles o
esperadas, o sea si la información que transmite es conocida o novedosa. Se debe revisar que el nivel de
información no sea tan alto como para poner en riesgo el procesamiento de información por el proceso
que requiere, o que sea demasiado poco como para resultar irrelevante.
Ej: compañía de teléfono; el mar es agua.

Situacionalidad: se refiere a los factores que hacen que un texto se interprete de modo que sea relevante
en la situación en que aparece y que pueden afectar otros rasgos del texto en pos de generar esta
relevancia. Determina qué tan apropiado es un texto.
Ej: niños jugando despacio, versión más informativa de la señal.

Intertextualidad: los factores que hacen depender la utilización adecuada de un texto del conocimiento
que se tenga de otros.
Ej.: debe ser por dog chow

Además de estas normas, existen principios regulativos que controlan (en lugar de definir) la
comunicación textual. Son tres

Eficacia: el texto depende de cuánto esfuerzo se le requiera al interlocutor.


Efectividad: el texto depende de su capacidad de generar impresión en el receptor y alcanzar o no la meta
propuesta.
Adecuación: un texto depende de los grados que se corresponde conos contexto.

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