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DARNTON, ROBERT. Edición y subversión.

Literatura clandesti-
na en el Antiguo Régimen. España, TURNER-FCE,
2003.

por Héctor Guillermo Alfaro López

L a revolución francesa así como sus


entornos inmediatos –anterior y
posterior– han fascinado a tal grado
la imaginación histórica que son uno
de los acontecimientos históricos más
investigados, y posiblemente sea tam-
bién la revolución que más ha sido
explorada en cada uno de sus aspec-
tos por estudiosos de todo el mundo.
En su entorno anterior se ha buscado
toda pista que revele los anteceden-
tes que provocaron y dieron cauce a
la gran revolución, así como sus múl-
tiples consecuencias, por no hablar
del acontecimiento en sí mismo. Todo
lo cual deja en claro su complejidad,
magnitud e importancia decisiva pa-
ra el mundo moderno. Y cuando pare-
cía que el acontecimiento estaba com-
pletamente mapeado y que ya no había
nada importante que decir sobre él, re-
sulta que Robert Darnton nos indica
con este libro que aún no se ha dicho
la última palabra sobre la revolución
francesa y, más todavía, que de hecho
nunca se dirá esa última palabra, pues-
to que el pasado nunca estará cerrado

INVESTIGACIÓN BIBLIOTECOLÓGICA, Vol. 20, Núm. 40, enero/junio,


2006, México, ISSN: 0187-358X. pp. 209-214 209
INVESTIGACIÓN BIBLIOTECOLÓGICA, Vol. 20, Núm. 40, enero/junio, 2006, México, ISSN: 0187-358X, pp. 209-214
para la investigación histórica. Siem- de inédita y extraordinaria riqueza in-
pre habrá nuevas cosas que descubrir, formativa, lo cual dio como resultado
nuevos enfoques con los cuales mirar, una serie de obras fundamentales co-
nuevos documentos que analizar pa- mo Edición y subversión, así como otras
ra abordar los acontecimientos histó- más del mismo autor que han abierto
ricos, los que por su parte también nos nuevas vías de interpretación y conoci-
dicen que todo acontecimiento del pa- miento sobre el Antiguo Régimen y la
sado vivido por los seres humanos es Revolución Francesa, a partir del uni-
inacabable y está siempre abierto, tal verso de la edición y la lectura.
como la naturaleza humana. Esto pu- Los archivos de la STN le revelaron
do lograrlo Darnton gracias a que con- a Darnton un mundo subterráneo cuyo
tó con la suerte de descubrir un archi- movimiento telúrico fue un factor im-
vo que no había sido investigado ni portante que contribuyó en la prepara-
explotado por ningún historiador; el ción del camino para el estallido de la
archivo de una de las grandes editoria- revolución. Es el mundo donde se es-
les del siglo XVIII : cribieron, editaron y distribuyeron las
publicaciones clandestinas que fueron
... hace unos diecisiete años me encon- factor determinante para la desacra-
tré con el sueño de cualquier historia- lización del Antiguo Régimen, y que
dor: un enorme depósito de archivos cuestiona sus instituciones fundamen-
intactos, los papeles de la Societé typo- tales, como la monarquía. Como la ma-
graphique de Neuchâtel, Suiza (STN). yor parte de tales publicaciones fueron
escritas al calor de los acontecimien-
Aquí cabría decir metafóricamente tos coyunturales inmediatos, y además
que el sueño de cualquier gran depó- se alimentaban del fragor de pulsio-
sito de archivos intactos es ser encon- nes cuestionables, tuvieron una vida
trado por un historiador, un investiga- efímera, por lo que sólo muy contados
dor de talento, alguien que al conocer de esos papeles sobrevivieron y, por si
toda esa información, la sepa manejar, fuera poco, no se conocía un archivo
organizar y difundir de la mejor ma- que diera cuenta de ellas de manera in-
nera, y no se le convierta en las manos tegral. Todo ello ayudó a su invisibi-
en instrumento gratificante de oscu- lidad y a que pasaran desapercibidos,
ras pulsiones de poder, mezquindad y pues aun cuando se tenía alguna noti-
egoísmo. ¡Cuántos archivos no se han cia de esas publicaciones se les resta-
malogrado porque un investigador de ba importancia. El talento de Darnton
visión roma lo ha ocultado y mal utili- consistió no sólo en saber articular to-
zado! En el caso de Darnton y el archi- da la información de la STN en una na-
vo de la STN se dio para nosotros una fe- rrativa coherente, ágil y atractiva que
liz coincidencia, el encuentro entre un mostrara que en ese capítulo marginal
historiador de talento y documentos de la historia había mucho que contar,
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lo cual es finalmente la labor de to- otorgaba a los directos herederos de


do buen historiador, sino también en los grandes ilustrados, que hicieron
comprender que a través de la edición de esa herencia una retórica frívola y
clandestina circulaban las contradic- mercantil, el filo crítico de ese movi-
ciones que minaban un orden social ya miento intelectual se desplazaba hacia
en franca decadencia reflejando, como las catacumbas de la sociedad donde
una gota de agua, la totalidad del mun- habitaba una comunidad de escritor-
do circundante. zuelos mercenarios, cuya marginación
La visión y versión canónica de los del sistema y las prebendas los llena-
antecedentes culturales e ideológicos ba de rencor y resentimiento contra
de la revolución francesa daba por sen- los escritores ilustrados favorecidos
tado que la Ilustración había influido por la corrupción imperante, a la que
directamente en la gestación de la re- hacían culpable de su marginación. Al
volución. Era incuestionado que las descender la Ilustración del Olimpo
obras de los grandes ilustrados de la intelectual hasta el activismo de esos
primera hora como Diderot, Voltai- panfletistas y libelistas hambrientos y
re, D’Alambert... habían preparado rencorosos pudo, ahora sí, convertirse
el camino para el estallido revolucio- en detonante revolucionario. La com-
nario. Pero esta versión oficial dejaba prensión y humanidad con que Darn-
su explicación surcada de puntos cie- ton sigue y retrata a tales escritores es
gos, huecos por donde surgían dudas por demás digna de mencionarse.
que no podían ser contestadas. Una de Paso a paso sigue Darnton el cir-
ellas era aquella que planteaba si ha- cuito que articulaba la edición clan-
bía sido tan directa, tan inmediata esa destina fabricada por aquello que de-
famosa influencia de la primera Ilus- signa con el nombre de Grub Street
tración encarnada en los no menos fa- (gueto de una ciudad habitado por es-
mosos filósofos ilustrados, ya mencio- critores pobres y mercenarios) y para-
nados. Mérito de Darnton es mostrar lelamente su contraimagen, la edición
que ello no fue así, puesto que la Ilus- legal. Al seguir la unión y contraposi-
tración sufrió una compleja metamor- ción de la edición clandestina y la le-
fosis que dio lugar a una serie de situa- gal, Darnton amplía el enfoque para
ciones y mediaciones que la llevaron evidenciar que a través de cada una de
a desembocar en la revolución. La ex- esas formas de edición se expresaban
plicación de tales mediaciones se en- grupos sociales claramente definidos
cuentra en la edición clandestina de y diferentes, pero antagónicos. Esos
libros subversivos, de cuya historia ha- grupos sociales eran producto del
blan los archivos de la STN. contexto y la historia particular fran-
Mientras la Ilustración tardía era cesa que explica lo inalienable de su
domesticada por las prebendas y si- unión, la cual estaba surcada por las
necuras que el Antiguo Régimen le contradicciones y conflictos de clase,
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todo lo cual manifestaba finalmente Ilustración). Lo peculiar era que bajo
las tensiones de un régimen en claro tales denominaciones se metían en el
proceso de desintegración. mismo saco libros que iban desde lo
La edición legal era aquella que pu- estrictamente filosófico hasta lo por-
blicaba libros tradicionales aceptados nográfico, pasando por el amplio as-
por el régimen monárquico, los que, pecto de lo difamatorio y lo teológico.
al no cuestionar en absoluto, lo legiti- En síntesis, se trataba de los libros sub-
maban. El premio para esos editores versivos para el orden establecido, pa-
conformistas era el privilegio que se ra las buenas conciencias:
les otorgaba para publicar en exclusi-
va esa clase de libros, lo que significaba Un régimen que no hacía distinciones
otorgarles el monopolio editorial, para entre filosofía y pornografía era un ré-
lo cual contaban con la protección de gimen que lanzaba piedras contra su
la Corona que eliminaba a los compe- propio tejado y que fomentaba el libe-
tidores de sus protegidos. Lo que por lo. Cuando la filosofía degeneró, per-
otra parte redundaba en el estrecha- dió su autocontrol y su compromiso
miento de la demanda de libros que ya con la cultura de las esferas superiores.
no satisfacían a un público lector más Abandonó a los cortesanos, a los reyes
amplio y de gustos literarios cambian- y a los hombres de Iglesia y se consa-
tes, la alternativa a ello fue la edición gró a la subversión. A su manera y con
clandestina, donde surgía la literatu- un lenguaje propio los libros filosóficos
ra innovadora y crítica. Por lo mis- llamaban a la conspiración y a la agi-
mo puede decirse que la edición legal tación. La contracultura reclamaba u-
fue la mejor promotora de la edición na revolución cultural, y cuando ésta
ilegal, la cual se especializaba en pu- llegó por fin, en 1789, la recibió con los
blicar aquello que: “Para los libreros brazos abiertos.
eran livres philosophiques, para la poli-
cía, mauvais livres”. Cabe señalar que De manera amplia ambos tipos de
la designación de estos libros como edición, como lo deja patente Darnton,
mauvais livres (libros malos) obedecía reflejaban el universo socioeconómico
a una connotación moral; es decir, que del Antiguo Régimen: la edición legal
esa clase de libros eran considerados dejaba de manifiesto que se apoya-
como inmorales para el orden estable- ba en una organización corporativa y
cido. A diferencia de hoy día que se mercantilista, signada por el privilegio
considera como libros malos aquellos y las restricciones, mientras que la edi-
que se estima como mal escritos. ción clandestina se sustentaba sobre el
Por su parte la designación de li- individualismo y la competitividad, la
vres philosophiques era debida a su co- libertad y la igualdad. Así la edición le-
rrosivo carácter crítico que se asociaba gal era la representación de un orden
al espíritu filosófico (muy propio de la que mantenía rezagos aún medievales;
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y por su parte la edición clandestina cuantitativa de la historia. Para éstos


era expresión de la tendencia más pu- se pueden conocer los hábitos lectores
jante del capitalismo, incluso una pre- del régimen prerrevolucionario a par-
figuración del capitalismo salvaje. El tir de los cuadros estadísticos cons-
conflicto entre ambos tipos de edición truidos con base en los catálogos de
asimismo ponía en evidencia la irreso- libros de la época; los cuales, como
luble encrucijada en que se encontraba explica Darnton, es más lo que dejan
el Antiguo Régimen, y que encontró de lado o encubren que lo que mues-
resolución en la revolución, pero ello tran. Por ello la historia cuantitativa es
significó la muerte de ese régimen. inconsistente, a diferencia de una his-
Por otro lado, vale la pena subra- toria cualitativa de la lectura (historia
yar la clara estructura metodológica cultural), como la que él practica, que
usada por Darnton para organizar su al centrarse en los actores y los proce-
libro: se centra en algunas de esas os- sos concretos específicos y diferencia-
curas figuras que pululaban por Grub les muestra toda la complejidad y pro-
Street, pero que tenían señas de una blemática de la lectura en una época
identidad concreta y específica. Así, histórica determinada.
por medio de los archivos de la STN, Sólo resta decir que libros como
reconstruye la vida y las peripecias de Edición y subversión. Literatura clan-
tales individuos en la edición clandes- destina en el Antiguo Régimen tienen
tina. Y a través de tal procedimiento una especial pertinencia para el cam-
nos muestra además la semejanza que po bibliotecológico, pues al mostrar
existía entre las vidas y actividades de lo que en cierto modo podría definir-
todos esos seres miserables (a la ma- se como la dialéctica entre edición le-
nera de Víctor Hugo) que ejercían de gal y edición clandestina, permiten
escritores, libreros, impresores y dis- comprender la complejidad que ad-
tribuidores, con los cuales nos da un quiere la producción, distribución y
retrato global de ese universo subte- consumo de los impresos en la esfera
rráneo y genérico. Asimismo esta es- social, complejidad que, por supuesto,
tructura metodológica muestra cómo va más allá del mero almacenamien-
esas escogidas vidas anónimas que re- to en las bibliotecas. De hecho los li-
flejan la integridad de Grub Street, e- bros contenidos en las bibliotecas son
ran también espejo de todo un siste- una parte de ese volumen de impresos
ma social. Para defender y reafirmar que circula socialmente, lo que permi-
su enfoque metodológico, Darnton te comprender cómo los acervos de las
polemiza en torno a la historia de la bibliotecas son entidades claramente
lectura (esto es, cómo se leía en el An- sociales. Al estudiar este capítulo de
tiguo Régimen), con aquellos historia- la historia de la edición Darnton nos
dores (aquella tendencia historiográ- muestra precisamente la importancia
fica) que se apoyan en una concepción de comprender la dimensión histórica
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de ésta temática. La historia es insepa- radicalmente a las sociedades y a los
rable del conocimiento de los impre- hombres, al extremo de contribuir a
sos, todo lo cual nos habla de la nece- la gestación de las revoluciones. De
sidad de que la bibliotecología afine su este modo la bibliotecología podría te-
mirada social e histórica, con frecuen- ner un mejor conocimiento de cómo se
cia empañada, para comprender me- lleva a cabo el acceso de los lectores a
jor sus propios objetos de conocimien- los impresos. Lo que significa darle su
to. Por último, el libro de Darnton nos lugar central a la lectura, en todas sus
aclara el papel transformador que jue- manifestaciones, dentro de la biblio-
ga la lectura en la sociedad al cambiar tecología.

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