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‘Suma Paicoldgiea 2001, Vol. 8, No. 2, sep. 219-296 PSICOLOGIA ECONOMICA Julio Eduardo Cruz, PhD’. Departamento de Psicologia. Universidad de Los Andes. ABSTRACT This article ts a brief review of the economic psychology. the psychological economy or the behavioral economy, a rapidly growing field. The origins of the economic psychological matters, its main concepts and the current state are described together with their main development trends. In the same way, in the text, the role of the specialized magazines, institutions and academic and investigation centers are examined in the progress of this particular field of the psychological knowledge. Este articulo es una breve revisi6n de la psicologia econémica, la economia psicoldgica o la economia conductual, una especia- lidad en rdpido crecimiento. Los antecedentes de la psicologia de los asuntos econémicos, sus principales conceptos y el esta- ' Profesor Asociado; Director del Proyecto de Practica Investigativa en Psicologia y Asun- tos Econémicos. Departamento de Psicologia. Universidad de Los Andes. Cr, 1E 18A-10. Bogoté, D.C., Colombia, Suramérica. Direccién electronica: jecruz@uniandes.edu.co 213 SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 do actual se describen junto con sus principales tenden- clas de desarrollo. Del mismo modo, en el texto, se exami- na el papel de las revistas especializadas, instituciones y centros académicos y de investigacién en el progreso de este particular campo del conocimiento psicolégico. l realizar una rapida re- visi6n histérica al desa- rrollo del conocimien- to humano, resulta sencillo en- contrar varios intentos por vin- cular aquello que se entiende como lo “psicolégico” con lo que se llega a aceptar como lo “eco- némico”. Un esfuerzo donde par- ticipan especialistas de una gran variedad de disciplinas como fi- l6sofos, antropélogos, socidlogos, politélogos, economistas y, cla- TO, psicélogos. En el caso particular de la Psicologia y frente al gran atrac- tivo que ofrece una iniciativa ex- plicativa de este estilo, se encuen- tran varias incursiones empren- didas por pioneros y personajes de reconocida trayectoria en la disciplina como son: John B. Watson, Lois L. Thurstone, Theo- doro Newcomb, Jerome Bruner y Burrus Frederick Skinner. Sin duda, los resultados de las ten- tativas emprendidas por estos prestigiosos autores constituyen ese esclarecido entorno para lo 214 que aqui se expone como Psico- logia Econémica. La psicologia econémica es una coleccién de propuestas con- ceptuales, metodolégicas y tec- nolégicas que pretenden adicio- nar las variables psicolégicas a las explicaciones tradicionales de los fenémenos econémicos (Antonides, Van Raaij y Maital, 1997). En el itinerario de esta ini- ciativa, varios nombres logran alcanzar un reconocimiento co- mo autores determinantes de és- te particular campo. Son miem- bros de esa honorable lista de figuras: George Katona, Herbert Simon, James Allison, David Alhadeff, Stephen Lea, Karl- Erick Warneryd, Fred VanRaaij, Adrian Furnham, etc. Una brillante relacién de nombres que, sin embargo, no facilitan los suficientes elemen- tos de unidad para llevar a feliz término la labor de delimitar el concepto, objeto y método de la psicologia econémica como una especialidad cientifica; un prop6- sito que, sin ninguna duda, cada dia resulta mas urgente. Con el fin de establecer un panorama de la incursién de la psicologia en los asuntos econé- micos, en las secciones que si- guen, se tratan aspectos como la etiqueta de la especialidad, su definicién, momentos histéricos relevantes, principales centros de formacién e investigaci6n, asocia- ciones, publicaciones, paginas claves en Internet y, finalmente, algunos de los campos de desa- rrollo mas caracteristicos del area. DENOMINACION DEL CAMPO DE ESTUDIO El término «Psicologia Econémi- ca» posee una tradicién centena- ria en el conocimiento humano; es Gabriel Tarde quien acufia esta etiqueta en 1881 y, poste- riormente, consolida cuando pu- blica, a comienzos del presente siglo, su obra de dos voltimenes «Psychologie Economique» (Tarde, 1902). No obstante, como se in- dica mas adelante, puede existir cierta polémica acerca de quién €s el verdadero responsable de la creacién del término que identi- fica a la especialidad - si se trata de Gabriel Tarde 6 de la Escuela Psicologia Econémica Economica de Austria (Warneryd, 1988a) -. Pero mas alla del debate acerca de quien bautiz6 la espe- cialidad, aquella persona intere- sada en lograr una panordmica general e iniciar una excursién por la psicologia de los asuntos econémicos debe enfrentar otro obstaculo: lograr identificar cual es el rétulo mas apropiado para emprender su cometido, si se tra- ta de "Economic psychology" -psi- cologia econémica-, “psycho- logical economics" -economia psi- colégica- 6 mics" - economia conductual-. Varios autores intentan fijar una posicién respecto al tema de la denominacién del 4rea y el por- qué de esa ambigiiedad. Warner- yd (1988b), por ejemplo, atribu- ye un importante papel a George Katona en la existencia de esa variedad de etiquetas y su corres- pondiente confusién; segtin su punto de vista, George Katona (1945, 1972, 1980) hace un uso indistinto de los términos "Psico- logia Econémica",, "Economia Psi- colégica" y "Economia Conduc- tual" -un rétulo que empleé pos- teriormente a los dos primeros-. Por su parte, MacFadyen y MacFadyen (1990) sostienen que la ambigiiedad en la denomina- “behavioral econo- 215 SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 cién de la especialidad se origina en las preferencias patentes de autores y algunos puntos geogra- ficos. En su articulo «Economic Psychology: intersections in theo- ry and application», los autores nombrados sefialan cémo los di- versos rétulos pueden ser ligadas a unos nombres y zonas concre- tas: «Psicologia Econémica» en Europa, «economia psicolégica» a Katona y «economia conductual» al Nobel Herbert Simon y, en ge- neral, el continente americano. Agregando nuevos elemen- tos al debate, Hermann Brand- statter y Werner Giith (1994) plantean que la divergencia en el uso de los rétulos de la especiali- dad se origina en la formacién disciplinar de quien la menciona; sile incursi6n se realiza desde la economia, el término preferido es. “economia conductua!” y cuando se trata de una iniciativa empren- dida por un psicélogo, la alter- nativa mas elegida es “psicologia econémica”. Sin embargo, estos y otros intentos -por ejemplo, Van Raaij (1999)- por arrojar una argumen- tacién apropiada para poner fin al debate sobre el nombre apro- piado del area no sdlo resultan infructuosos; también, cada dia, parecen perder interés por parte 216 de aquellos que se ocupan de la especialidad. Una lamentable resolucién pues, si bien, la tendencia gene- ral y actual es la de usar las de- nominaciones anteriormente cita- das de forma indistinta, es inevi- table observar que detras de cada término existen unos autores 0 grupos de investigacién donde se hacen unas claras diferencias conceptuales y metodolégicas. Del mismo modo, la decisi6n de aplazar un debate detenido so- bre el tema y, posteriormente, la consecucién de un acuerdo sobre la etiqueta de la especialidad hace mas dificil el seguimiento de au- tores, obras y, en general, un ple- no conocimiento los progresos del érea. El precisar la denominacién de la especialidad es una tarea que resulta razonable e ineludi- ble si se considera que la prolon- gaci6n de tal incertidumbre con- tribuye a la acentuacién de otro tipo de dificultades que enfrenta la especialidad y donde la defini- cién del 4rea es una de ellas. Este es el tema de la siguiente seccién. La psicologia de los asuntos eco- némicos posee distintas formas de caracterizacién que pueden ser explicadas por la participa- cién de dos factores: (1) la con- ceptualizacién uni o pluridisci- plinar de este particular campo del saber humano y (2) las dis- tintas formas de entender la psi- cologia y la economia. El primer factor hace refe- rencia a la influencia ejercida por dos grandes tendencias de en- tender los conceptos y métodos que resultan relevantes para la especialidad; si la psicologia eco- n6mica se trata de una aproxi- macién (1) pluridisciplinar 6 de orden (2) unidisciplinar. En las formulaciones de tipo pluridisciplinar se encuen- tran todas aquellas exposiciones que consideran la especialidad como un campo de conocimien- to donde confluyen los concep- tos, métodos y problemas de dos o mas disciplinas cientificas (economia, psicologia, antropo- logia, etc). Mientras que en los acerca- mientos provenientes de una vi- sién unidisciplinar se configura la especialidad como una subca- tegoria mAs de aquellas consti- tuyentes de la psicologia y, en consecuencia, sujeta a los mis- mos argumentos que la identifi- can como ciencia. Psicologia Econémica Dentro de la primera tenden- cia se encuentran definiciones como: «... La psicologia econémica 0 eco- nomia conductual es un marco de referencia interdisciplinar, dentro del cual los métodos y teorias de las disciplinas de la economia y la psicologia pueden ser usados para explicar la conducta econ6- mica de individuos y grupos.» (Van Raajj, 1990, Pag. 9) Mientras corresponden a la se- gunda tendencia enunciados como: «.. El andlisis psicolégico de la conducta econémica por cuanto hace uso de los principios concep- tuales y metodolégicos de la psi- cologia moderna...» (Katona, 1975, Pag. 9). Adicional a la diferencia en el tipo de conceptualizaci6n pluri o uni- disciplinar, otro importante pun- to de distanciamiento sobre lo qué se debe entender por psico- logia de los asuntos econémicos esta relacionado con la profunda disparidad de criterios en las in- terpretaciones de qué es lo "psi- colégico" y qué es lo “econémico”. Tanto la economia como la psicologia son dos ciencias cuyo 217 SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 desarrollo esta fuertemente mar- cado por la presencia simultanea de varias «escuelas» disciplinares. El estudio detenido de las dife- rentes aproximaciones teéricas que se plantean en cada uno de los dos campos permite notar la existencia de una gran diversidad de objetos, conceptos y métodos que, por un lado, hacen mas difi- cil la tarea de hallar los elemen- tos comunes y, por ende, consti- tuyentes de una versién unifica- da de cualquiera de los dos cam- pos de saber y, por el otro, incre- mentan en forma desmesurada el numero de “versiones particula- res” sobre cémo debe ser enten- dida la psicologia de los asuntos econémicos. Un breve an4lisis de las obras de los pioneros del campo permite observar cémo la gran variedad de concepciones, proce- dimientos ¢ instrumentos pro- puestos por ellos respecto a la es- pecialidad sirven de antecedentes para la prolifica aparicién de in- terpretaciones sobre lo “psicolégi- co” y lo “econdémico” y, con ello, la seria dificultad de lograr una de- finicién para la psicologia de los asuntos econémicos que resulte apropiada y por todos aceptada. Finalmente y a pesar de los dos obstaculos anteriormente ci- 218 tados, se observan algunos pro- gresos gracias a los acuerdos al- canzados por grupos de expertos en cuanto a lo qué es una carac- terizacién correcta y contempo- ranea de la especialidad. Uno de esos acuerdos pro- viene del antiguo Grupo Europeo de Investigadores en Psicologia Econémica - precursor de la Aso- ciacién Internacional para la In- vestigacion en Psicologia Econé- mica - (MacFadyen y MacFadyen, 1990); en él, se dice: «La psicologia econémica como disciplina estudia los mecanis- mos y procesos psicolégicos que subyacen al consumo y otras con- ductas econdmicas... Ademds, trata con el impacto de los fend- menos econémicos externos en la conducta humana y el bienestar. Estos estudios pueden estar re- lacionados con diferentes niveles de agregacién: desde el consumi- dor individual hasta el macro ni- vel de las nactones como un todo.» (MacFadyen y MacFadyen, 1990, Pag, 2). Por su parte, la Sociedad para el Avance de la Economia Conduc- tual sostiene: «La Economia Conductual esta relacionada con el estudio de la conducta humana en asuntos eco- némicos. Trata con el modelo de un ‘hombre real’ mas que con el simple shombre econémico» al con- siderar mecanismos conductua- les, especialmente los psicoso- ciales, subyacentes a la conduc- ta econdémica...» (MacFadyen y MacFadyen, 1990, Pag. 2). Formulaciones que, si bien, hoy se constituyen como las do- minantes, enfrentan la acepta- cién de dos criterios de definicién bastante débiles que son: las ca- racteristicas del “juicio experto” - qué, como, porqué y quién lo dice - y la condicién de ser el re- sultado de “un evento de carac- ter social” - quienes y por qué participaron o aceptaron, cuan- do y dénde... -. A pesar de las dificultades sefialadas hasta aqui - en cuan- to la denominacién ambigua y la presencia de varias grandes ten- dencias de interpretacién -, la es- pecialidad posee una tradicién bastante noble en la psicologia y, en general, el conocimiento hu- mano (Quintanilla, 1995). Duran- te la siguiente seccién se tratan algunos de los hechos y autores que le otorgan ese brillante pa- sado. Psicologia Econémica ANTECEDENTES HISTORICOS La presencia de propuestas don- de se incluyen factores psicolégi- cos en la explicaci6n de fenéme- nos econémicos cuenta con fe- chas ms antiguas a las coman- mente establecidas y aceptadas para indicar la aparicién de la psicologia como disciplina cien- tifica (Warneryd, 1994), fenéme- no que suscita otro interrogante: gcudndo se puede hablar del na- cimiento de la psicologia econé- mica?. Si se considera el nacimien- to de un campo del conocimiento como aquel momento en el cual se formula su rétulo y una no- cién del mismo, tiene sentido re- tomar un debate sefialado al ini- cio de la exposici6n acerca de la denominacién de la especialidad. Como se recuerda, en el comien- zo de dicha seccién se indicé que Gabriel Tarde reivindica el dere- cho de ser el creador del concep- to de psicologia econémica y quien, a su vez, establece la pri- mera definicién de la especialidad al formularla como los funda- mentos psicolégicos de la econo- mia. Pero algunas precisiones realizadas por los psicdlogos 219 SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 econdémicos permiten insistir en la idea de que al parecer existe una tradicién mucho mayor a la sostenida por Gabriel Tarde. Un argumento importante en este sentido proviene de la escuela econémica de Austria; el cual, es expuesto por Warneryd (1988a) en el siguiente texto: «Los miembros de la Escuela de Austria - también llamada la es- cuela psicolégica o la marginalista -no aguardaron al crecimiento de laciencia de la psicologia para las suposiciones psicolégicas de su trabajo tedrico aunque ellos co- menzaron casi al_ mismo tiempo de cuando Wundt fundaba su la- boratorio psicolégico en Leipzig en 1879...» (Pag. 6). Este, sin embargo, no es el tnico caso que presenta ese autor para apoyar la hipétesis que sostiene la existencia de antecedentes mas tempranos de la psicologia de los asuntos econémicos. Otro apar- tado del ensayo de Karl-Erik Warneryd sobre la historia de la especialidad agrega un nuevo in- grediente al tema: «.. Independientemente de Menger, Jevons (1871) - quien no lee alemdn - desarrollé una teorta 220 matemdtica de la utilidad... El ve la Economia como un ‘cdlculo det placer y el dolor’. Tomé algunos avances de Bain quien ha sido denominado el primer psicdlogo britdnico (ver Boring, 1950)...» (Warneryd, 1988a, Pag. 6). Del mismo modo y en unos arti- culos mas recientes sobre la constituci6n de la psicologia eco- n6mica, el propio Warneryd (1994, 1999) adiciona inéditos elementos a la discusién: auto- res como Adam Smith, Jeremy Bentham, James Mill y, su hijo, John Stuart Mill, y Thorstein Veblen son nombres que no pue- den ser abandonados a la hora de considerar el nacimiento - 6, al menos, los antecedentes - de los temas psicoeconémicos. Son los autores de la Es- cuela de Austria, Jevons 0 los in- signes antecesores de la psicolo- gia nombrados por Warneryd, los responsables de los primeros an- tecedentes de la psicologia de los asuntos econémicos?, 6, gesté en lo correcto Gabriel Tarde cuando reclama que son sus aportes los pioneros?. La respuesta definiti- va no se vislumbra por lo pronto y, quiz4s, carezca de solucién al considerar los otros debates se- fialados en el presente texto. Pero, al superar el debate sobre cuél es la fecha mas tem- prana y formular como criterio el establecimiento de la psicologia como disciplina cientifica se hace plausible una propuesta menos polémica sobre lo que debe ser una identificacién apropiada de los incipientes logros de la espe- cialidad y, con ello, el curso de desarrollo de la psicologia de los asuntos econémicos. Desde 1879 -fecha de la fun- dacién del primer laboratorio de psicologia por parte de Wilhelm Wundt-, la psicologia de los asun- tos econémicos cuenta con varias resefias de autores que hacen evi- dente su trayectoria de vieja data (Quintanilla, 1995); sin duda, unas de las mas tempranas se refiere a los estudios sobre lo que hoy se conoce como el campo de la "Psi- cologia de la Moneda" (Furnham, 1986) y que corresponden a los articulos de Robert MacDougall (1906) cuyo titulo “On secondary bias on objective judgement” apa- rece en Psychological Review y al de G. C. Myers (1913) “A Study in incidental memory” publicado en Archives in Psychology? . Psicologia Econémica Por su parte, Karl-Erik War- neryd (1988a) sefiala el trabajo sobre la curva de indiferencia entre sombreros y corbatas de L. L. Thurstone como una muestra bastante representativa en cuan- to los estudios experimentales tempranos se trata - articulo pu- blicado en 1931 por el Journal of Social Psychology (Thurstone, 1931) y de gran impacto en la historia de la economia experi- mental (Roth, 1995) -. Una secuencia de aportes que llegan a su punto culminan- te con la obra de George Katona - considerado por varios autores de la especialidad (Likert, 1972; Morgan, 1972) como el verdade- ro introductor de la Psicologia de los Asuntos Econémicos -, pues su produccién resulta ejemplar en cuanto a los logros alcanza- dos para el desarrollo del campo como, también, por su induda- ble influencia en miembros de ésta y otras disciplinas -incluyen- do, claro esta, a la economia -. Con varios titulos en su ha- ber como: Psychological Analysis of Economic Behavior (Katona, 1951) - Analisis Psicolégico de la 2 Una serie de publicaciones que sientan las bases para una importante produccién de articulos donde participan autores como Jerome Bruner 6 Henry Tajfel, los cuales str- ven de antecedentes para la constitucién de un movimiento clave al interior de la Psico- logia de la percepeién. 221 ‘SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 Conducta Econémica -, Psycho- logical Economics (1975) - Psico- logia Econémica -, Toward a Macropsychology (1979) 0 Essays on Behavioral Economics (1980) y su proyecto sobre el Sentimien- to del Consumidor, George Kato- na se constituye en el primer au- tor que logra a ocuparse plena- mente en la especialidad (War- neryd, 1988", 1999). Junto a George Katona y a partir de los 40 surgen otros nom- bres para la especialidad, en Eu- ropa -mas exactamente Francia- aparecen Pierre Lois Raynaud y Paul Albou. El primero publica: Econome Politique et Psychologie experimentale en 1946 y La Psy- chologie Economique (1954) -tex- to que posteriormente se publica en inglés (Raynaud, 1981)-. El segundo, Paul Albou, escribe: Initiation @ la Psicologie Econo- mique (1962). Pero, Europa no es el tinico continente que cuenta con la par- ticipacién de investigadores de- dicados al estudio de variables psicoeconémicas; en Los Estados Unidos de América comienzan a figurar personajes como Ernest Dichter, Herbert Simon -Premio Nobel de economia en 1978-, Amos Tversky, Daniel Kahneman y Donald T. Campbell. 222 Posteriores y contempora- neos a los pioneros anteriormen- te citados, comienzan a figurar aquellos autores vinculados a los primeros grupos de investigacion en el campo. Centros donde se establecen los ejes definitivos para los conceptos, problemas de estudio, métodos, publicaciones, tendencias y rasgos distintivos que poco a poco llegan a caracte- rizar la psicologia de los asuntos econémicos de hoy. Una lista, elaborada por Warneryd (1988a), de estas tem- pranas agrupaciones cientificas es la siguiente: La Escuela de Estocolmo de Economia -Suiza -, las Escuelas de Aarhus y Helsinki de Economia y Administraci6én -Dinamarca y Finlandia, respec- tivamente-, la Erasmus Univer- sity y Tilburg University -Holan- da -. Pero, mas alla de la partici- pacién de uno u otro autor, son numerosos los aspectos determi- nantes de la investigaci6n en un campo especifico de la vida hu- mana y, con ello, la plena consti- tucién de una especialidad cien- tifica como la psicologia de los asuntos econémicos. En la siguiente seccién y dado su aporte definitivo en el desarrollo de la psicologia de los asuntos econémicos, se procura sefialar cudles son los principa- les centros de aplicacion e inves- tigacién sistematica con que cuenta la especialidad - para ello, se enumeran algunos histéricos como, también, aquellos mas re- cientes -. CENTROS DE PSICOLOGIA ECONOMICA Independientemente de lo alcan- zado por los “pioneros” de la psi- cologia de los asuntos econémi- cos, varios autores europeos co- inciden en insistir en que sélo se puede hablar de la especialidad a partir de las ultimas tres déca- das: “Pero ha sido el ultimo cuarto de siglo en el cual se ha visto un pe- quefio grupo de investigadores desarrollando un modelo empiri- co y analitico fundamentado en el que se unen conceptos de econo- mia y psicologta para definir, me- dir y predecir conducta dentro y Suera del mercado...” (MacFadyen y MacFadyen, 1990, Pag. 1). Como ocurre con otras especiali- dades psicolégicas, un factor de- terminante en el progreso de la psicologia de los asuntos econd- Psicologia Econémica micos' esté relacionado con las instituciones donde se concen- tran los esfuerzos de investiga- cién e innovacién de sus especia- listas. En un intento por identifi- car cudles son los centros mas definitivos en el desarrollo de la especialidad aqui se recurre a la informacién que proveen las pa- ginas en Internet de unidades activas en el area. Los siguientes centros de Norteamérica y Europa, son al- gunos de los mds importantes grupos de trabajo en la psicolo- gia de los asuntos econémicos: * Grupo de investigacién en psi- cologia econémica (Exeter Uni- versity). http://www.ex.ac.uk/ ~SEGLea/ecopsygp/ * Grupo de investigacién en Pst- cologia Social y Econémica (Exe- ter University). http: //www.ex. ac.uk/Psychology/research/ socialeconomic/ * Centro de la Universidad de Bath para la Psicologia Econémi- ca (Bath University). http://www. e / cer /BI * Unidad de Psicologia Econémi- ca. (Stockhlom School of Econo- mics). http: //www.hhs.se/secp/. 223 SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 * Departamento de Psicologia Economica y Social (Linz Univer- sity). http: / /www.socpsych.jk. unt-linz.ac.at/. * Institutional and Behavioral Economics (Michigan State Uni- versity).http://www.msu.edu/ user/schmid/instecon.htm. * Russell Sage foundation of Be- havioral Economics. http://www. epn.org/sage/behavecon.html. * Behavioral Economics and Deci- sion Research Center (Cornell Uni- versity). http://www. research. * Centro para la Psicologia Econé- mica (Tilburg University). http:/ £ /eco/ htm * Decision Research Center (Cali- fornia State University). http:// psych.fullerton.edu/mbirnbaum /dec.htm * Quantitative Psychology Pro- gram (Ohio State University). http: Lt -state.edu/ * Society for the advacement of socio-economics ~SASE-. http:/, 224 BUCEP/SASE/purp.htm * Unidad de investigacién en Psi- cologia Econémica y del consu- midor (Universidad de Valencia). uipece.htm-. LA FORMACION ACADEMICA El entrenamiento especifico en psicologia de los asuntos econé- micos se realiza en algunas de las. unidades de investigacién sefia- ladas durante la seccién anterior. Sin embargo, resulta oportuno distinguir los dos aspectos si se considera las caracteristicas que alcanzan las actividades forma- tivas en la especialidad. Para empezar, conviene se- fialar la existencia de dos niveles distintos de formacién en la psi- cologia de los asuntos econémi- cos, uno vinculado a cursos es- pecfficos en los procesos educa- tivos en programas de pregrado © postgrado y otro, el segundo, relacionado con la capacitacién en la especialidad en el nivel de graduado. Sobre el primer nivel se pue- de sefialar que existen varios pro- gramas de formacién en psicolo- gia que incluyen una o mas asig- naturas relacionadas con la es- pecialidad. Corresponden a este caso universidades en Europa y Norteamérica como: Calgary, Exeter, Princeton, Kingston, London Guildhall, Cambridge, Michigan State, Sussex, Bath, Tilburg, St. Gallen, Cornell, Ben- Gurion, California, Erasmus, Canterbury Washington Univer- sity. En cuanto al segundo nivel, el de posgrado, la aparicién de propuestas de formacién es mas escasa y reciente. Corresponden aeste nivel, la Maestria en psico- logia econémica de la Universi- dad de Exeter -Reino Unido-, la Maestria en psicologia econémi- ca en la Universidad de Tilburg - Holanda - y los de Doctorado en las mismas instituciones. En lenguas latinas también se pueden encontrar institucio- nes académicas donde se impar- ten cursos sobre la especialidad en los niveles de pregrado y pos- grado; corresponden este caso los programas de entidades espafio- las como: Universidad Complu- tense de Madrid, Universidad Aut6énoma de Madrid, Universi- dad Auténoma de Barcelona y Universidad de Valencia; institu- ciones latinoamericanas como: Psicologia Econémica Universidad de Los Andes (Co- lombia), Universidad de Lima (Perti), Corporacién Universitaria y Teenoldgica de Bolivar (Colom- bia), Universidad Nacional Auté- noma de México (México), Univer- sidad de Chile (Chile), Universi- dad Nacional de Mar del Plata (Argentina). Finalmente, en len- gua portuguesa, se encuentran las universidades: Fernando Pe- ssoa (Brasil), Bandeirante de Sao Paulo (Brasil) y Lusiada (Portu- gal). Del mismo modo, es impor- tante sefialar la existencia de una pagina en Internet que sirve para compartir los recursos pedagégi- cos en la psicologia de los asun- tos econémicos. La pagina men- cionada corresponde a la “Eco- nomic Psychology Training and Education Network -ep Ten-*, una unidad virtual de educacién avanzada que es desarrollada desde la Universidad de Exeter y coordinada por el profesor Paul Webley - la direccién electrénica es:http://www.ex.ac.uk~PWebley/ dfee/epten.html. Un recurso que esta acom- pafiado de otra seleccién de ma- teriales sobre psicologia econémi- ca que la IAREP ofrece al visitar su pagina de Internet. En la lista de dicha agremiacién se encuentra 225 SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 interesante informacién acerca de cursos, filmaciones y videos, revisiones bibliograficas, labora- torios demostrativos y direccio- nes en Internet de recursos rela- cionados con el campo. En lengua castellana, mere- ce un reconocimiento la existen- cia de los libros: Psicologia Eco- némica (Quintanilla, 1995) y Psi- cologia Econémica. Fundamentos prdcticos ( Bonavia Martin y Luna Arocas, 1996) un manual para demostraciones que realizaron unos docentes e investigadores de la Universidad de Valencia. PUBLICACIONES PERIODICAS En la década de los ochenta, en Europa, ven la luz dos revistas dedicadas a difundir los progre- ‘sos que alcanza este particular e incipiente campo de especializa- cién: Journal ef Economic Psy- chology y Journal of Economic Behavior and Organization. El Journal of Economie Psychology es una publicacién periddica de Elsevier Science editores que ya supera los 500 articulos (Anto- nides, Van Raaij y Maital. 1997) y es la lectura obligada de los in- teresados en el campo; mientras, el Journal of Economic Behavior 226 and Organization es una publi- cacién de North Holland. Sin embargo, éstas no son las Gnicas publicaciones periédi- cas que resultan relevantes para el desarrollo de la psicologia de los asuntos econémicos. De acuerdo con Lewis, Webley y Furnham (1995), El Journal of SocioEconomics se constituye en una fuente bibliografica clave. La siguiente lista de titulos esta compuesta por aquellas re- vistas donde es frecuente encon- trar articulos de la especialidad: Applied Psychology: An interna- tional Review; British Journal of Soctal Psychology; Journal of Consumer Research; Journal of Consumer Psychology; Journal of Advertising; International Journal of Advertising; Psychology & Mar- keting; Journal of Marketin, European Journal of Marketing: Journal of Consumer and Market Research; Journal of Applied Psychology; Journal of Product Innovarion Management; Journal of The Experimental Analysis of Behavior; Journal of Behavioral Decision Making; Experimental Economics; Organizational Beha- vior and human decision proce- sses, Choice. Junto con éstas publicacio- nes, otras revistas de consulta son: Quarterly Journal of Eco- nomics; Games and Economic Behavior; Journal of Mahematical psychology: Journal of Economic Theory Frente a ese numero de pu- blicaciones, resulta evidente la ausencia de una revista sobre el tema en castellano y, en general, los muy escasos autores en len- gua espafiola; Papeles del Psicé- logo, La revista de Psicologia del Trabajo y de las Organizactones y la Revista Latinoamericana de Psicologia contienen algunos de los contados articulos del area. Junto a los centros de inves- tigacién y de formacién y las pu- blicaciones, las agremiaciones donde se congregan los interesa- dos en el drea se constituyen en otro elemento fundamental para el desarrollo de la especialidad y, a la vez, como indicadores del grado de consolidacién que se alcanza en el campo. AGREMIACIONES El gran numero de profesionales preocupados por el tema permi- te la consolidacién de dos agremiaciones internacionales sobre la especialidad (Maital, 1988): La Asociacién Internacio- nal para la Investigacién en psi- Psicologia Econémica cologia econdémica -IAREP- y la Sociedad para el Avance de la Economia Conductual -SABE-; las cuales operan tanto en Euro- pa como Estados Unidos, respec- tivamente. La Asociaci6n Internacional para la Investigacién en Psicolo- gia Econémica se presenta como un punto donde se tratan aque- llos temas donde las dos ciencias logran una interseccién. La IAREP es la responsable del Journal of Economic Psychology y su direc- cién en Internet es: http://www. ex.ac.uk/~SEGLea /iarep/info. html La Sociedad para el Avance de la Economia Conductual se presenta como una agremiacién que vincula a especialistas de dis- tintas disciplinas interesados en entender la toma de decisiones econémicas y su direccién en Internet es: http://www.usask. cal high/ Pero como ocurre con las publicaciones periédicas, existen otras asociaciones que vinculan a miembros con algiin vinculo con la especialidad. A continuacién, una lista de cuatro de esas agre- miaciones: * SASE: Society for the advan- cement of Socio-Economics. SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 http://www. bath.ac.uk/Centers /BUCEP/SASE/ * SCP: Society for Consumer Psy- chology. hitp://www.cob. io-state.edu/ / * ACR: Association for Consumer Research. hitp://acr.webpage. com/ * AMA: American Marketing Association. http: //www.ama. org’ * APA: American Psychological Association. http://www.apa. org/ * APS: American Psychological Society. http: //psych. hanover. /APS/ html * SQAB: Society for the Quan- titative Analysis of Behavior http://) * J. hol /sqab.html * DAS: Decision Analysis Society. http:www.f edu/ faculty/daweb/ + EADM: European Association for Decision Making, http:// www.eadm.org Como producto de ese lento, difi- cil, pero decidido progreso, la psicologia de los asuntos econd- micos actualmente cuenta con un importante cuerpo de desarrollos basicos y aplicados en el tema, muchos de los cuales son nom- brados a continuacién. TEMAS DE INVESTIGACION Hasta la fecha y en una interpre- tacién amplia de la especialidad, la labor de investigacién en la psicologia de los asuntos econé- micos es tan productiva que, des- de la década de los 60, ya resulta bastante dificil hacer una reco- pilacién, andlisis, evaluacién y sintesis completa de todos los tra- bajos realizados en el 4rea (Ni- cosia, 1970). En este apartado y con el fin de establecer un panorama gene- ral de la especialidad, se consi- dera la investigacién en la Psico- logia de los Asuntos Econémicos como una actividad cooperativa donde se abordan, en términos generales, dos grandes objetivos: (1) el identificar aquellas variables psicolégicas y psicosociales res- ponsables de fenémenos econé- micos y (2) el efecto de las varia- bles econémicas en el comporta- miento. Una nocién sobre el “queha- cer investigativo” que, en uiltimas, se acoge a un texto de Gary M. Van Veldhoven (1988) al respecto: “La primera consecuencia es que dentro de la realidad es necesa- rio distinguir entre procesos psi- coldgicos que preceden a la con- ducta y los procesos psicolégicos que resultan de las circunstancias econémicas...” (Pag. 48). En cuanto al primero de estos dos propésitos, Van Raaij (1990) lo describe con mayor detalle asi: “La psicologia econémica o bien adiciona nuevas variables para incrementar la varianza explica- da, provee una mayor opera- cionalizacién de las variables, sugiere variables intervinientes para un mejor entendimiento de las relaciones o provee de un nue- vo y mejor marco de interpretacion de los problemas estudiados” (Pag. 16). Mientras, la segunda labor es jus- tificada por Van Veldhoven (1988) de la siguiente forma: ... El ambiente econdémico, a su vez, incide psicolégicamente y con- duce al aprendizaje y la conducta Psicologia Econémica adaptada, también a la satisfac- cién, el bienestar, los sentimientos de frustracion y la agresividad...” (Pag, 48). Como producto de esos dos tipos de aproximaci6n, distintos e in- teresantes t6picos relacionados con el comportamiento y las di- versas situaciones econémicas han sido tratados por quienes poco a poco Ilegan a conformar la psicologia de los asuntos eco- némicos. Aunque cada vez resulta menos apropiado hablar de la distincién entre la investigacién de cardécter basico y aquella orientada a campos aplicados; para el tratamiento del tema de esta seccién, conviene realizar una distincién previa entre los temas propios de la investigacién dirigida a identificar regularida- des en diversos contextos de la conducta humana - incluso, en algunos casos, animal (Lea, 1994; Rachlin, 1995) - y los que se ocu- pan de situaciones més especifi- cas. Dentro del primer grupo de temAticas se encuentran todos los esfuerzos orientados a identi- ficar "principios generales" de variables claves en el comporta- miento econémico como son: 229 SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 explicaciones psico-biolégicas de la conducta econémica, procesos cognoscitivos, eleccién, expecta- tivas, toma de decisiones, actitu- des, creencias y habitos o esti- los; mientras, en la segunda ca- tegoria, se concentran las inicia- tivas que corresponden a sujetos y actividades mas definidas (Hursh, 1980; Van Raaij, 1984; Bickell, Green y Vuchinich, 1995). Al realizar una restricci6n al segundo tipo de investigaciones y revisar los trabajos de War- neryd (1988a, 1999), Van Raaij (1981 y 1990) y Quintanilla (1998), se conforma la siguiente lista de los temas donde actual- mente se concentran las activi- dades de investigacién en la psi- cologia de los asuntos econémi- cos: La_psicologia del consumi- dor: fuertemente vinculada con la microeconomia, ésta es una de las 4reas de mayor desarrollo en la especialidad, se ocupa de te- mas como: el procesamiento de la informacién, la influencia so- cial y la conducta de compra. La _psicologia de la publici- dad: se interesa por el impacto de las técnicas de publicidad y mercadeo en las cogniciones, afectos y conductas. 230 La psicologia de la conducta empresarial: con algunas simili- tudes a la psicologia del consu- midor, éste campo se ocupa de temas como la toma de decisio- nes en las iniciativas empresaria- les, la compra institucional, etc. La psicol Ja int mn yelriesgo: se dedica al estudio el comportamiento relacionado con la percepcién y la toma de deci- siones que implican riesgo. La psicologia fiscal: preocu- pada de comprender el compor- tamiento (p. ej. la evasién), las cogniciones (p. ej. la nocién de redistribuci6n), relacionadas con las cargas impositivas. La _psicologia de la produc- cién doméstica: encargada de atender las variables psicolégicas que participan en la productivi- dad familiar; desde las activida- des domésticas, hasta las activi- dades econémicas informales y las "famiempresas". La_psicologia del manejo ambiental y energético: dirigida a estudiar distintas dimensiones del comportamiento humano que tienen impacto en el uso y la con- servacién de los recursos natu- rales. La_psicologia del gasto, el ahorro y la deuda: area interesa- da en atender las relaciones en- tre ingreso, dimensiones psicolé- gicas y las formas como las per- sonas manejan el dinero. La psicologia de la pobreza: comprometida con la formali- zacion de propuestas que colabo- ren en la explicacién de éste fe- némeno y el disefio de programas. conducentes a su erradicacién. La psicologia del desempleo: orientada al estudio de la expe- riencia psicolégica del desempleo; sus causas y consecuencias como también las estrategias para evi- tarlo o superarlo. La psicologia de la inflacién: interesada en, comprender el efec- to de los cambios de precios en el comportamiento econémico y, a su vez, la participacién del in- dividuo en el control o acelera- cién de este problema. La socializaci6n econdémica: rea dedicada a comprender el proceso de incorporacién del in- dividuo a un entorno econémico. Los menores son una poblacién <> en este tema de in- vestigacion. La psicologia de la moneda: campo que se ocupa de estudiar las relaciones entre un(os) suje- to(s) y las distintas clases de di- nero -monedas, billetes, tarjetas-. Con estas grandes lineas de desarrollo y las que en este mo- Psicologia Econémica mento se estan consolidando, la psicologia de los asuntos econé- micos se aproxima a un estado de singular madurez; pero, des- afortunadamente, tales logros no le garantizan aun el pleno reco- nocimiento social. En el siguiente apartado, se abordan en concreto algunas de las dificultades que enfrenta en su relacién con la Economia. LAS RELACIONES CON LA ECONOMIA Karl-Erik Warneryd advierte so- bre las funestas consecuencias que conilleva las nociones del sen- tido comin acerca de las disci- plinas cientificas en la atribucién y asignacién de funciones a sus especialistas; de hecho, plantea que las creencias cotidianas re- sultan determinantes para el poco reconocimiento de la psico- logia de los asuntos econdémicos como especialidad. De acuerdo con su punto de vista (Warneryd, 1988a), el hombre de la calle, los miembros de otros campos del saber humano e, incluso, un im- portante porcentaje de psicélogos consideran que la psicologia es una disciplina bastante ajena y poco pertinente para dar cuenta de los fenémenos econémicos. 231 SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 Sin embargo, el conocimien- to “ingenuo” que posee la mayo- ria de las personas acerca de la psicologia y los fenémenos eco- némicos es el producto de una lamentable ignorancia acerca de la forma de operar de la psicolo- gia de los asuntos econémicos como una especialidad donde lo usual es encontrar serios inten- tos por vincular temas desarro- llados original e independiente por economistas y psicélogos (Brandstatter y Giith, 1994; Camerer, 1995; Kahneman y Tversky, 1979) -aunque con no- tables excepciones como las de Herbert Simon (1979)-. Un pro- ceder que MacFadyen y Mac- Fadyen (1990) se encargan de hacer muy evidente: “A través de las fronteras entre la economia convencional y la psico- logia estdn varias intersecciones: En teor‘a (p. ej. Varias teorias de la ractonalidad humana); en constructos (p. ej. motivacion para la satisfaccién de necesidades); en metodologia (p. ej. métodos experimentales o encuestas); yen aplicaciones (p. ej. predictores de Bienestar).” (Pag. 3). Pero, las creencias ingenuas so- bre los distintos campos de co- 232 nocimiento, sus fronteras de co- nocimiento o roles no son el tni- co obstaculo que deben enfren- tar aquellos que se interesan en ocuparse de la psicologia de los asuntos econémicos y lograr un reconocimiento como expertos. Existen otros problemas que im- piden una mayor aceptacién de la disciplina, uno, de ellos, es el uso poco riguroso de términos relacionados con los temas de la especialidad. Resulta indudable que tan- to los economistas “expertos” como los “ingenuos” hacen un uso frecuente de términos como “expectativas”, “actitudes”, “mo- tivaciones”, “personalidad” y, en general, un amplio glosario de expresiones psicolégicas. Del mismo modo, recurren frecuen- temente a “factores, variables o procesos psicolégicos” para dar cuenta de los fenémenos que ocu- pan su atencién. Una costumbre tan arraiga- da en la mayoria de las personas como desafortunada para la psi- cologia de los asuntos econémi- cos que sélo pueden considerar estos “usos cotidianos” como un tAcito reconocimiento de la im- portancia que alcanzan los con- ceptos psicolégicos en el momen- to de buscar una explicacién a los distintos fenémenos econémicos tratados por ella. Para la psicologia de los asuntos econémicos, el continuo empleo de términos psicolégicos y el recurso permanente a “fac- tores psicol6gicos” para dar cuen- ta de los fenémenos que ocupan la atencién de Economistas “ex- pertos” ¢ “ingenuos” resulta ser un ejercicio pobre cuando no des- cuidado y, lo mas grave, insufi- ciente para despertar un mayor interés en las personas por co- nocer la psicologia como discipli- na cientifica y a la especialidad que se ocupa con mayor énfasis en esos temas. Como sostienen el mismo Warneryd (1988a) y Lea (1992), en los casos donde ocurre una utilizacién de nociones psicolégi- cas por parte de las formula- ciones econémicas, es facil notar que la mayor parte de los térmi- nos psicolégicos utilizados co- rresponde mas a construcciones del sentido comin acerca del hombre 0 su comportamiento que a planteamientos de la psicolo- gia propiamente dicha. Otro factor determinante proviene de la forma tan particu- lar como los economistas suelen aplicar e interpretar “lo psicol6- gico” en sus formulaciones acer- Psicologia Econémica ca del comportamiento econémi- co. De acuerdo, una vez mas, a Warneryd (1988a), las explicacio- nes econémicas suelen hacer re- ferencia a los “factores psicolégi- cos” cuando los aspectos consi- derados por un modelo econémi- co no son suficientes para expli- car o predecir un fenémeno de su naturaleza. En las aproximaciones al comportamiento econdémico desa- rrolladas por especialistas de otras disciplinas es frecuente no- tar la existencia de una muy des- afortunada asociaci6n entre aquello catalogado como de “or- den psicolégico” y lo que resulta no cuantificable e impredecible en la formulacién. Planteamien- tos donde el error y, en el peor de Jos casos, los limites de un mode- lo son presentados como el resul- tado de las variables psicolégicas. En la psicologia de los asun- tos econémicos se realizan varios intentos por explicar situaciones tan paradéjicas como las descri- tas anteriormente; desde aquellos argumentos donde sus autores recurren a factores histéricos hasta los que, para tratar el caso de los economistas “expertos”, consideran criterios paradig- maticos (Webley, Levine, Lewis, 1991). SUMA PSICOLOGICA Vol. 8, No. 2 Karl-Erik Warneryd (1988, 1994), por ejemplo, sostiene que un factor determinante en las caracteristicas 0 dinamicas ob- servadas en la relacién existente entre las dos disciplinas surge de los estilos como los miembros de cada una de ellas suelen “hacer ciencia”. Dos factores sobresa- lientes de esta divergencia son: (1) el caracter deductivo impe- rante en la economia que contras- ta con la perspectiva inductiva dominante de la psicologia y (2) el papel de las matematicas - en la primera, el razonamiento ma- temAtico es fundamental para la derivacién de formulaciones a partir de sus postulados como por ejemplo, la estabilidad de las. preferencias, motivacién maximi- zadora; mientras, en la segunda, las matematicas tienen como pro- pésito principal la construccién de datos y no las formulaciones abstractas -. Aunque serias, estas dife- rencias estén siendo superadas y. en especial, varios autores del area se muestran bastante opti- mistas sobre el paulatino recono- cimiento de la especialidad (Dick- son, 1992; Lopes, 1994; Fried- man, 2000); cuestién que no sélo anima a quienes comienzan su trayectoria sino, también, a quie- 234 nes ven a la psicologia de los asuntos econémicos como otro campo donde se hace particular- mente evidente la relevancia so- cial de la disciplina. REFERENCIAS Albou, P. (1962, 16 de octubre ), Initiation a la psychologie économique. Bulletin de Psychologie, 1-82. Antonides, G.; Van Raaij, F. y Maital, S. (1997). Foreward. En G. Antonides, F. Van Raalj y S. Maital (Eds.) Advances tn Economic Psychology. Baffins Lane (England): John Wiley. Pags. XII-XVI. Bonavia Martin, T. & Luna Arocas, R. (1996). Psicologia Econémica. Fun- damentos practicos. Valencia, Es- pafia: Promolibro. Bickell, W. K., Green, L., y Vuchinich, R E, (1995). Behavioral Economics. 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