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INTRODUCCIÓN:
Al fallecer una persona, por una cuestión legal, sus activos y pasivos pasan a
sus familiares directos. El destino de su herencia se basa a los sentimientos
positivos que tuvo hacia sus herederos o que estos hayan participado en el
crecimiento de ese patrimonio en cuestión. La persona beneficiaria de tal
sucesión, tendrá la motivación de generar más riqueza a partir de lo que
recibe. Asimismo, el derecho sucesorio viene cumpliendo una función
socioeconómica, y todo este proceso sucesorio puede ser mejorado en función
al orden en que son asistidas las instituciones, porque generalmente no hacen
el debido proceso, ya que utilizan una sección diferente al que corresponde,
según el Código Civil.
En el art. 729 del Código Civil, nos indica, los herederos forzosos tienen una
cuota igual a la sucesión intestada, a su participación o exclusión, para ello
regular la legítima en las normas de sucesión. Lo que generalmente ocurre con
la representación sucesoria a que la legítima se aplica para la sucesión
testamentaria como para la sucesión intestada, con ello superamos la
confusión que nos lleva el numeral 723 de la legítima, cuando alude a su
disposición de su patrimonio de los herederos forzosos.
ANÁLISIS:
la sucesión legal, porque la ley protege a los familiares directos, con derechos
a participación a la herencia, como lo plantea los artículos 806 y 807 y los
artículos 1629 y 1645 del código civil. Los herederos forzosos tienen que
aceptar su condición de tal, y el heredero lo es porque quiere serlo a la
aceptación propia o rechazo de la sucesión. No existe norma en función al
patrimonio de donde se obtiene los dos tercios o la mitad que son las cuotas
fijadas, lo cual resulta grave y se malinterprete y se debe evitar para que no se
presenten los juicios en torno a ello. El referente patrimonial para determinar
cuotas resulta de los valores de los bienes que dejó el fallecido, de los cuales
debe deducirse el pasivo.
CONCLUSIONES: