La vida es sueño, obra estrella del dramaturgo español
Pedro Calderón de la Barca, y una de las más importantes
del Barroco. La cual es una obra que denota mucha profundidad en el mensaje que transmite, ya que permite reflexionar sobre la condición humana, las inconsistencias del vivir, las apariencias y lo efímera e irreal que es la vida. El autor en su obra refleja la dualidad claro oscuro característico del Barroco, la dualidad entre la realidad y el sueño, el libre albedrío y la predestinación, el ser humano y la bestia. Dualismos que fueron vividos por Segismundo, quien para él su mayor pecado fue haber nacido, y cuestiona su desdichada vida entre las cadenas y los muros. Cuando de un momento a otro se encuentra en un “sueño”, en donde vive como príncipe, pero por muy poco tiempo, pues luego despierta de nuevo encarcelado, creyendo que todo había sido un sueño, y expresando un hermoso y significativo soliloquio, en donde reflexiona sobre la vida: la vida es un sueño, y los sueños, sueños son. Lo cual significa que cada cual vive la vida que cree vivir, desde su condición, pero esta es un instante, pues siempre se ha de encontrar con la muerte, y por eso hay que disfrutarla de la mejor manera. Por eso cuando Segismundo tiene la oportunidad de ser rey, aprovecha su libertad, perdona a su padre, y trata de vivir la vida de la mejor manera. Lo cual nos deja como enseñanza que la vida es corta, y aunque sea una ilusión, hay que saber vivirla.