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Escuelay Psicopatologa
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Escuela y psicopatología
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Fernando Miralles Muñoz y Amable Manuel Cima Muñoz (Editores)
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Escuela y psicopatología
Escuela y psicopatología
Fernando Miralles Muñoz y Amable Manuel Cima Muñoz
(Editores)
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Fernando Miralles Muñoz y Amable Manuel Cima Muñoz (Editores)
Escuela y psicopatología
CEU Ediciones
Julián Romea 18, 28003 Madrid
Teléfono: 91 514 05 73, fax: 91 514 04 30
Correo electrónico: ceuediciones@ceu.es
www.ceuediciones.es
ISBN:978-84-92989-898
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Índice
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2. El fracaso escolar
Son tan clamorosos y abundantes los datos disponibles en nuestro
país sobre el lamentable hecho del fracaso escolar, que este tópico se
ha incorporado al lenguaje coloquial como un término obvio. En una
reciente investigación, realizada por el periódico semanal Magisterio
(7. 10. 2009) acerca de los efectos de la LOGSE en el periodo 2002-2006,
se llega a los siguientes resultados: el fracaso escolar (población que no
obtiene el título de la ESO) es del 30.8% (37.6% de los chicos y 23.6% de
las chicas), lo que multiplica por tres la media europea, que es inferior
al 10%. En apenas cuatro años se ha incrementado en dos puntos
porcentuales: del 28.9% en el año 2002 al 30.8% en el 2006.
Ceuta es la población que tiene la incidencia más alta de fracaso
escolar (más del 50% en ambos sexos), y es el único ámbito de la población
española en que fracasan más las chicas que los chicos. De otra parte, la
incidencia varía mucho de unas a otras ciudades, sin que dispongamos
de una explicación satisfactoria. Así, por ejemplo, la probabilidad de
fracasar de una chica en Soria es del 7%, frente a la probabilidad de
fracasar de un chico en Alicante, que es del 52% (7.5 veces más).
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sus respectivas madres, a fin de evaluar los efectos del maltrato sobre
el desarrollo cerebral infantil. Para ello se sirvieron de estudios de
neuroimagen y de potenciales evocados auditivos.
En los pacientes adultos diagnosticados de TLP, que habían sido
expuestos durante la primera infancia a acontecimientos traumáticos
más graves y persistentes, los estudios de neuroimagen pusieron
de manifiesto un menor volumen del hipocampo, así como ciertas
anomalías en la lateralización hemisférica debido, probablemente, a una
deficiente integración de los hemisferios derecho e izquierdo.
En el marco de esta misma investigación, los autores compararon los
potenciales evocados auditivos en 10 niños con antecedentes de abusos
sexuales y 10 niños controles. Los niños del grupo control emplearon
ambos hemisferios, con independencia de cuál fuera el contenido de
los recuerdos suscitados. Por el contrario, los niños con antecedentes
de abusos sexuales activaron su hemisferio izquierdo al rememorar
recuerdos neutrales y su hemisferio derecho al recordar acontecimientos
dolorosos. Este comportamiento cerebral pone de manifiesto un fracaso
en la integración interhemisférica, resultado coincidente con lo que
sucede en los adultos diagnosticados de TLP.
El equipo investigador sugiere que, probablemente, ante el
temor de que el odio y la agresividad destrocen todas sus cualidades
positivas, los niños que han sufrido abusos sexuales tienden a etiquetar
sus representaciones del yo en categorías de “totalmente bueno” y
“totalmente malo”.
De otra parte, son numerosas y concluyentes las investigaciones
que ponen de manifiesto que los acontecimientos traumáticos sufridos
en la primera infancia conducen a una sensibilización persistente del
eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal. Según parece, es muy intensa
la vulnerabilidad del hipocampo a los efectos del estrés, durante la
temprana infancia, como consecuencia de la alta densidad de receptores
a los glucocorticoides disponibles.
Esto significa que como consecuencia de una exposición sostenida
a los malos tratos durante la infancia probablemente se genere una hiper-
reactividad del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y, en consecuencia,
del sistema nervioso autónomo. Los malos tratos, sin duda alguna,
suscitan un aumento de la secreción del factor liberador de corticotropina
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8. ¿Educación o Psicoterapia?
Líneas atrás se ha pasado revista a algunos de los nuevos trastornos
psicopatológicos y a su importante impacto en la población infantil
y juvenil. De acuerdo con ello, puede concluirse que los candidatos
potenciales al tratamiento psicoterapéutico se han multiplicado.
Ahora bien, ¿es suficiente con la psicoterapia? En conformidad con los
datos disponibles hay que concluir en sentido negativo. La sola acción
psicoterapéutica no es suficiente para hacer frente al impacto en la joven
generación de los numerosos problemas y dificultades estructurales que
en la actualidad les afecta.
De otra parte, dada la alta prevalencia e incidencia, en las jóvenes
generaciones, de trastornos del comportamiento –asociados o no a otros
trastornos psicopatológicos– habría que preguntarse si es pertinente
o no la generalización de la psicoterapia para todos. Si se respondiera
afirmativamente a esta pertinencia generalizada, se llegaría a la
conclusión de que la entera sociedad está enferma.
De ser cierto esto, no se entiende cómo mediante la aplicación de
un tratamiento individual pueden modificarse los factores socioculturales
–que son estructurales y están articulados orgánicamente–, y que, en
cierto modo, contribuyen a suscitar estos comportamientos patológicos.
Administrar una receta individual, por buena que sea, no suele generar
los efectos deseados sobre los factores estructurales de tipo sociocultural.
Además, la opción de esta medida provisional plantea problemas
epistemológicos acerca de lo normal y lo patológico, no fáciles de resolver.
Pero, además de su pertinencia o no, habría que valorar también
sus posibilidades, el coste económico y su misma sostenibilidad. No
es posible recomendar la psicoterapia a la mayoría de los jóvenes
actuales, por la sencilla razón de que no disponemos del necesario
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Bibliografía
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(aceptado para su publicación).
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pdf .
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la base teórica de la que se partía. Así, por ejemplo, Gordon Allport (1937)
definía la personalidad como una organización dinámica intraindividual
de los sistemas psicofísicos que determinan una manera de pensar y
actuar, única en cada sujeto, en su ajuste y adaptación al medio que le
rodea. Una definición más integradora fue propuesta por Hans Eysenck,
la cual considera que la personalidad hace referencia a la suma total de los
patrones de comportamiento del organismo, manifiestos o potenciales,
determinados por la herencia y el ambiente, que se origina y desarrolla a
través de la interacción funcional de cuatro sectores en los que los patrones
comportamentales se organizan: 1) sector cognitivo o inteligencia, 2)
sector afectivo o temperamento, 3) sector somático o constitucional, y
4) sector volitivo o carácter. Actualmente se considera que el “Modelo
de los Cinco Grandes” sería la aproximación teórica más adecuada para
explicar el constructo “personalidad”. En este caso contaríamos con los
factores Extraversión (frente a introversión), Apertura (frente a cerrazón),
Responsabilidad (frente a irresponsabilidad), Amabilidad (frente a
insensibilidad) y Estabilidad emocional (frente a baja resistencia a la
frustración).
En este punto vamos a encontrarnos con la primera dificultad
a tener en consideración cuando abordamos la conducta humana
desde una visión psicopatológica: ¿de qué concepto de normalidad
y anormalidad psicológica partimos? En primer lugar, existen cinco
principios que nos ayudan a definir la anormalidad psicológica:
1. Ningún elemento aislado resulta necesario para definir la conducta
anormal.
2. Ningún elemento resulta suficiente para definir la conducta anormal.
3. La calificación de una conducta como anormal ha de venir siempre
determinada por la combinación de varios criterios científicos.
4. Ninguna conducta es por sí misma anormal.
5. La conducta humana es dimensional.
No obstante, en el ámbito de la psicopatología infantil es la
definición que nos ofrece el “National Mental Health and Special
Education Coalition” (Forness y Knitzer, 1992) la que más clarificadora
resulta: el término “trastorno emocional” o “trastorno de conducta” se
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2. FACTORES DE PROTECCIÓN
PERSONALES
Factores biológicos
- Buena salud física
Factores psicológicos
- Inteligencia alta
- Temperamento fácil
- Estrategias de afrontamiento funcionales
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CONTEXTUALES
Factores del sistema de tratamiento
- La familia acepta que hay problemas
- Buena coordinación entre los profesionales implicados
Factores del sistema familiar
- Vínculo seguro padre-hijo
- Estilo educativo con autoridad
- Satisfacción marital
Factores de los padres
- Buena adaptación a la paternidad
- Locus de control parental interno
- Alta autoeficacia parental
Factores de la red social
- Buena red de apoyo social
- Estrés familiar bajo
- Nivel socioeconómico alto
FACTORES PRECIPITANTES
- Abuso
- Transiciones evolutivas
- Cambio de escuela
- Separación o divorcio
FACTORES DE MANTENIMIENTO
PERSONALES
Factores biológicos
- Mala regulación de los sistemas psicológicos
Factores psicológicos
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- Baja autoeficacia
- Estilo atribucional disfuncional
CONTEXTUALES
Factores del sistema de tratamiento
- Negación de los problemas por parte de la familia
- Falta de coordinación entre los profesionales implicados
Factores del sistema familiar
- Reforzamiento inadvertido del problema de conducta
- Vinculo inseguro padre-hijo
- Interacción de sobreimplicación y estilo permisivo
Factores de los padres
- Expectativas inadecuadas sobre el desarrollo de los hijos
- Locus de control parental externo
- Baja autoeficacia parental
Factores de la red social
- Red de apoyo social pobre
- Alto estrés familiar
- Ubicación educativa inadecuada
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PRIMERA INFANCIA
(hasta los 2-3 años, cuando se completa la dentición)
• Coordinación de los movimientos.
– 1-3 meses: movimientos desordenados.
– >4 meses: movimientos intencionales.
• Bipedestación.
• Adquisición del lenguaje (300 palabras hacia los 2 años).
• “Descubrimiento” de la personalidad: YO.
• Egocentrismo: indiferenciación sujeto/objeto.
– Pensamiento por analogías (no inductivo/deductivo).
– Realismo infantil (tendencia a atribuir existencia
sustancial a hechos o productos psicológicos).
– Animismo (tendencia a atribuir a los objetos o hechos
físicos cualidades de los seres biológicos o psicológicos,
como conciencia o deseos).
– Artificialismo (tendencia a considerar los fenómenos
físicos como productos divinos o frutos de la creación
humana).
SEGUNDA INFANCIA
(hasta los 6-7 años, establecimiento de la dentición)
• Egocentrismo Egoismo (“el ‘ser’ más importante del mundo”).
• Animismo Pensamiento mágico Ü Razonamiento concreto
• Etapa del “¿por qué?”.
• Aprende a interpretar y conducirse en la vida.
TERCERA INFANCIA
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PREADOLESCENCIA
(entre 11 y 15 años)
• Transición niñez a pubertad.
• Aumento funcionamiento hormonal.
• Crecimiento corporal.
• Disminución de la tensión arterial funcionamiento cerebral
lento apatía y abulia (tratamiento de vago y perezoso
conflicto familiar y escolar).
• Al final de la fase: exceso de energía vital.
• Avance en el procesamiento lógico-abstracto de las ideas.
• Ideas propias, pensamientos y juicios Criticismo radical.
• Integración problemática: maduración sexual, lucha por la
independencia, ansiedad ante la toma de decisiones.
• Necesidad de adaptación y aceptación social (socialización
abstracta).
ADOLESCENCIA
(mujeres: 12-18 años, varones 14-20 años)
• Desarrollo psicofísico (caracteres sexuales secundarios).
• Incremento drástico de las capacidades afectivas y cognoscitivas.
• Inestabilidad emocional y fluctuación anímica entre los extremos.
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• Hiperemotividad.
• Descubrimiento de la sexualidad.
• Idealismo social altruismo, cooperación y amistad.
• Sentido gregario (frente al mundo adulto).
• Hipercrítico percepción de la contradicción entre el ejercicio
del razonamiento crítico y la experiencia inmediata Ü búsqueda
de las “verdaderas verdades”.
• Síndrome de “Peter Pan”: alargamiento artificial de la
adolescencia, por miedo a asumir los roles, responsabilidades,
deberes y derechos que trae consigo la edad adulta aparición
de conflictos intra e interpersonales.
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Introducción
En estos momentos sería reiterativo para el lector que hablásemos
de los cambios que el desarrollo de la Sociedad del Conocimiento
está suponiendo a todos los niveles, el personal, el familiar, el social y
también el educativo.
La idea de que estábamos en una “era de cambios” está siendo
superada por la de que estamos en un “cambio de era” y que el cambio
desde un mundo analógico a otro digital no es otro simplemente,
como ha pasado en otros momentos de la historia un simple cambio de
herramientas tecnológicas, sino que estas en si mismo se constituyen
como catalizador del cambios sociales.
Las idea de las TIC (Tecnologías de la Información y el
Conocimiento) asociadas a “la informática” o “ a internet” está siendo
superada por otra idea de las TIC embebidas en nuestra vida, con mayor
o menor conciencia de que sea así, pero con efectos inapelables.
Así por solo poner un sencillo ejemplo la opinión que sobre un
determinado profesor estén vertiendo sus alumnos en la red mediatizará
sobremanera su relación con el grupo de clase, e incluso puede afectar a
las relaciones profesionales, sociales, e incluso personales del docente,
incluso si este jamás hubiera encendido un ordenador.
El creciente uso por parte de los ciudadanos de aplicaciones de la
denominada Web 2.0 o Web Social está cambiando de manera drástica
las posibilidades de participación social de los ciudadanos, entre
los que, obviamente, estarían los alumnos de cualquier edad y nivel
académico.
La Web 2. (Torkington y Nathan, 2006) está suponiendo que los
usuarios de internet, hasta ahora pasivos receptores en la denominada
Web 1.0 interactuen, creen contenido propio y en definitiva aumenten
su nivel de participación social hasta extremos desconocidos hasta
ahora. Así por ejemplo en el aula es cada vez más común el uso de
tecnologías como Blogs, Wikis, Redes Sociales, Canales de Vídeo y en
definitiva de tecnologías que promocionan un rol activo por parte del
alumno, a la vez que favorece que los denominados nativos digitales,
usuarios nacidos después de los años 80 del siglo pasado, estén
empezando a trabajar en las aulas utilizando tecnologías que muchos de
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ellos utilizan en su vida personal, como por ejemplo las Redes Sociales.
Tenemos ante nosotros un panorama en el que las herramientas de
la Web 2.0 nos proporcionan las denominadas “3cs”: Comunicación,
Comunidad y Cooperación (Pujol, 2009)
En una sociedad hipercomunicada, como es la actual, en
la que la conexión a Internet ya no está vinculada a un ordenador
de sobremesa y en la que son cada vez más los dispositivos que
nos permiten acceder a la Red, hay que estar atentos a los posibles
problemas que pueden surgir entre los jóvenes, y no tan jóvenes.
Al igual que ocurre con cualquier tecnología en sus orígenes el uso de internet
ha sido abordado también desde su vertiente más “peligrosa y negativa”.
Entre estos aspectos negativos del uso de las nuevas tecnologías por
parte de los jóvenes destacaríamos básicamente dos tipos: por un
lado los inherentes al uso en sí mismo, como podría ser la “Adicción a
Internet” (entrecomillamos en tanto que no es un trastorno recogido
en el DSM-IV-TR) y por otro lado los “Usos inadecuados”,considerando
como inadecuados aquellos usos que están encaminados a producir
sufrimiento voluntario en otra persona, como puede ocurrir en los casos
de acoso a través de las redes sociales, incitación al sexo en menores, etc.
Para finalizar el artículo ofreceremos algunos consejos que se han ido
perfilando como útiles para promover un uso adecuado y saludable de
la Red, explotando todo su potencial positivo y minimizando el negativo.
1. La adicción a Internet
Recientemente Block (Block, 2008) en una editorial de la
prestigiosa revista Journal of Psiquiatry concluía que el uso desadaptivo
de la red podría ser considerado en el marco de los trastornos obsesivos-
compulsivos. El autor establece tres subtipos de adicción a Internet:
1. El centrado en el Juego (se entiende que online) excesivo
2. El uso de la red con fines sexuales (cibersexo)
3. El envío excesivo de mensajes por correo electrónico, chats y SMS
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2.2. Grooming
El término Grooming procede del campo de la Etología. Según la
definición de Wikipedia el Grooming consiste en una actividad en la que
un individuo, limpia, desparasita, cuida de un semejante. Esta actividad,
propia de los animales gregarios, tiene como finalidad mejorar las
relaciones sociales, establecer y estrechar lazos familiares y de pareja, y a
la vez sirve para resolver conflictos que pueden aparecer en las relaciones.
Es indudable el efecto positivo de esta conducta en el mundo
animal; pero su traducción al español y referido a humanos podría ser
algo así como: “engatusamiento”; aunque técnicamente deberíamos
hablar de técnicas de manipulación psicológica que pueden adoptar
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2.3. Sexting
El Sexting es un ejemplo de lo que en la introducción de este
artículo comentábamos en relación a que internet no puede ser ya
concebido solo pensando en ordenadores de sobremesa, ni tampoco en
portátiles.
El sexting empezó haciendo referencia al envío de imágenes de
contenido sexual a través de mensajes SMS, aunque en la actualidad y
con la integración de las redes sociales en dispositivos móviles puede ser
también realizado subiendo imágenes de sexo a redes sociales.
A diferencia de lo que ocurre en el Groming, en el que un adulto
intenta ganarse la confianza del niño/a o joven para que realice
determinadas conductas sexuales, y en ocasiones para que acceda a
citas, en el caso del sexting son los propios menores, normalmente
adolescentes, los que comparte imágenes eróticas en la red.
Esta práctica del envío de fotos y contenidos eróticos o semieróticos
entre jóvenes ha ido en aumento gracias al auge de la telefonía móvil. En
un reciente estudio del Pew Internet Research (Lenhart,A, 2009) se pone
en evidencia que un 4% de los propietarios de móviles entre los 12 y 17
años han enviado en alguna ocasión imágenes propias semidesnudas,
desnudas o en actitudes sexualmente provocativas. Un 15% de los
encuestados comentó que habían recibido o les habían invitado a ver
este tipo de imágenes.
Los menores explicaban a los investigadores del Pew Internet
Research que el intercambio de las imágenes se producía en alguno de
los siguientes escenarios:
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“calientes” en autismo
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1. Introducción
El concepto de Funciones Ejecutivas (FE) fueron descrito por
primera vez como “ejecutivo central” por Baddeley and Hitch (1974).
Posteriormente fueron definidas por Lezak (1976). Se distinguen hasta
tres niveles de supervisión, que aparecen sucesivamente a lo largo del
desarrollo (Stuss & Alexander, 2000): (a) Actividades automáticas, (b) FE
de supervisión, y (c) Conciencia de sí mismo y del entorno.
Aunque las FE son procesos de alto nivel que controlan a los
de más bajo nivel, existe una amplia interacción entre ellos (Gilbert &
Burgess, 2008). Las funciones ejecutivas son moduladoras por naturaleza
y existen datos tanto a favor de la naturaleza unitaria (una única función
con variadas subfunciones) de las FE como de la no unitaria, es decir,
diferentes funciones que se solapan y superponen (Jurado & Rosselli,
2007). Existe relación entre FE e Ig, y además, las FE están implicadas
en: (a) Control atencional, (b) Generación de planes, (c) “Set switching”
o cambio de foco atencional, y (d) Fluidez verbal. (Hongwanishkul,
Happaney, Lee & Zelazo, 2005).
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Variables determinantes de estrés laboral
en profesores
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1. Introducción
El concepto de estrés ha sido uno de los más estudiados en el
ámbito de la psicología. Es un fenómeno de adaptación de la especie
humana al medio que le rodea, y contribuye a la supervivencia de
los individuos, a un adecuado rendimiento en sus actividades y a un
desempeño eficaz en muchos ámbitos de la vida. Por lo tanto, el estrés
puede considerarse como un proceso homeostático que se produce entre
las demandas de la realidad y la capacidad de respuesta del individuo,
modulado por la percepción que la persona tiene de sí misma y del
ambiente que le rodea. Si este estrés no es exagerado y está al servicio de
esta adaptación, Selye (1982) lo denomina euestrés, y si es incontrolado
y tiene un efecto negativo sobre el individuo, distrés. Este concepto
ha generado gran cantidad de definiciones y de modelos explicativos
(Sandín, 2003) que hacen hincapié tanto en los aspectos ambientales
que lo provocan, como en las características personales de aquellos que
lo sufren y las manifestaciones que presentan. Por ejemplo, McGrath
(1976) planteó un modelo centrado en los procesos; Harrison (1978) y
Karasek (1979) se centraron en los estresores; Matteson e Ivancevich,
(1987) prestaron más atención a las conductas de afrontamiento; Freese
y Zapf, (1998) hicieron hincapié en las consecuencias del estrés; mientras
que Lazarus y Folkman, (1984) consideraron la evaluación que hace el
individuo de la situación y su correspondiente respuesta cognitiva y
conductual.
Entre todos los modelos explicativos del estrés y, más
concretamente, en relación con el estrés laboral, McGrath (1976) indica
que, potencialmente, se puede producir estrés cuando una situación
se percibe como que demanda una cantidad excesiva de recursos de
la persona para poder hacerle frente, y en la que se espera que haya
una diferencia sustancial en las recompensas y costes de satisfacer esa
demanda. Este autor plantea un modelo procesual en el que distingue
cuatro procesos básicos que son la situación, la situación percibida, la
selección de respuesta y la conducta. Centra su atención en los procesos
que ocurren en un episodio de estrés. El proceso entre situación y
situación percibida se denomina apreciación; entre la situación percibida
y la selección de respuesta, decisión; entre la selección de respuesta y la
conducta, ejecución y entre la conducta y la situación se le denomina
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que los solteros padecen mayores niveles de estrés que los casados,
debido a que la familia ejerce como amortiguador de los efectos del
estrés ( Muchinsky, 2000). Igualmente, el hecho de tener hijos puede
funcionar como factor protector del estrés porque supondría tener
mayor experiencia en resolver problemas relacionados con niños
(Maslach, 1982).
- Variables laborales y organizacionales: Con respecto al nivel educativo
en que se imparte docencia, Moriana y Herruzo (2004) indican que
“a medida que vamos subiendo en el ciclo educativo, a excepción de
los profesores de Universidad, los índices de burnout se incrementan,
siendo los profesores de secundaria los más afectados” (p. 601). En
educación infantil y primaria, los niños tienen otras necesidades
de atención y cuidado, distintas de la problemática que supone la
adolescencia. En primaria se ha reducido el número de alumnos por
clase, siendo, según Rabadá y Artazcoz (2002), el nivel que menor
cambio ha tenido y el menos conflictivo, por lo que los docentes
dedicados exclusivamente a este nivel padecen menores niveles de
estrés que los profesores de niveles superiores. Estos mismos autores
plantean que, en general, los factores estresores de la profesión
docente se suelen dividir en: comportamiento del alumnado,
insuficiencia de recursos materiales y de tiempo, necesidad de
reconocimiento profesional y malas relaciones sociales. Artazcoz y
Rabadá (1999) encuentran los siguientes factores de riesgo para la
salud de los docentes de primaria: complejidad en la atención del
alumnado con déficits y/o ritmos de aprendizaje muy diferentes,
demanda y delegación de problemas y conflictos que corresponden
a las familias o a otros sectores de la sociedad, exceso de horario
lectivo con falta de tiempo para atender alumnos, familia o tareas
administrativas, problemas disciplinarios, falta de reconocimiento
social, esfuerzo vocal debido a la sobreutilización de la voz, falta
de colaboración entre compañeros para hacer el trabajo, excesiva
demanda burocrática, posturas de trabajo inadecuadas o forzadas y
el cuestionamiento y desconfianza hacia el trabajo del profesorado.
En secundaria, los factores de riesgo para la salud son: desmotivación
del alumnado, falta de colaboración entre compañeros, problemas
disciplinarios, incertidumbre sobre los resultados del trabajo,
complejidad de atención al alumnado con déficits , inestabilidad por
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que exige una mayor atención por parte del profesor. También Rabadá
y Artazcoz (2002) indican que la heterogeneidad en el aula exige una
atención más individualizada y, en ocasiones, la falta de medios tanto
personales como materiales favorece la dispersión del alumnado,
haciéndose la gestión del aula más compleja.
En este trabajo se trata de estudiar la influencia que tienen sobre
el estrés de los docentes las siguientes variables independientes:
– Nivel educativo en que se imparte docencia (Primaria, E.S.O.,
Bachillerato).
– Sexo del docente.
– Edad del profesor (< de 35 años, 36-42, 43-49, >50).
– Años de experiencia en el ámbito docente (< 1 año, 1-10, 11-20, > 20
años).La distribución de los sujetos en estos cuatro grupos de edad se
realizó siguiendo los criterios de Castro (2004).
– Estado civil (soltero, con pareja).
– Paternidad (con hijos, sin hijos).
– Tipo de centro (público, privado-concertado).
– Se planteó estudiar también la influencia del tipo de contrato y del
tipo de jornada laboral pero, al no haber suficientes sujetos en los
distintos grupos, no se pudo realizar un análisis fiable de estos datos.
Las hipótesis que se plantearon, basadas en resultados de
investigaciones previas, son las siguientes:
• El nivel educativo en que se imparte docencia influye en los niveles de
estrés, siendo los de Secundaria los que presentan unos niveles más
altos.
• Las mujeres presentarán mayores niveles de estrés que los varones,
por el conflicto trabajo-familia.
• Los profesores de mayor edad tendrán niveles de estrés más elevados
que los más jóvenes.
• Los profesores de mayor experiencia tendrán niveles de estrés más
elevados que los de menor experiencia.
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• Los solteros tendrán mayores niveles de estrés que los casados o con
pareja.
• Los docentes que no tienen hijos tendrán más estrés que los que sí los
tienen.
• Los profesores de centros privado-concertados tendrán más estrés
que los de colegios públicos.
2. Método
Muestra
La muestra para llevar a cabo la realización de este proyecto ha
quedado constituida por 118 profesores, pertenecientes a diferentes
centros del País Vasco y Cantabria en los cuales se ha administrado el
cuestionario. Esta muestra es una muestra incidental ya que los centros a
los cuales se llevaron los cuestionarios no han sido elegidos al azar, sino
que el acceso a ellos ha sido posible debido al conocimiento de algún
miembro perteneciente a ellos.
Las características de la muestra con la que se ha llevado a cabo
este proyecto aparecen en la Tabla nº 1.
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Tabla nº 1
Características de la muestra
Primaria 34%
Materiales
El cuestionario entregado en los centros constaba de una ficha en la
cual se pedían algunos datos de identificación del docente relativos a las
variables independientes que se han considerado en esta investigación,
pero siempre garantizando el anonimato de cada participante. Junto
con la ficha se les entregó la “Escala de fuentes de estrés en profesores”
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Escuela y psicopatología
Procedimiento
Se entregaron los cuestionarios a los directores de los centros
para que se los encargaran de darlos a los demás profesores del centro,
explicándoles que el fin de la investigación era identificar las variables
que influyen en el padecimiento del estrés en la profesión de los docentes,
dejando claro que era un cuestionario voluntario y en que se garantizaba
totalmente el anonimato. Para ello se entregó en cada centro un buzón
preparado y totalmente cerrado para que los que lo desearan depositaran
en él los cuestionarios una vez que los hubiesen rellenado. Todo esto, se
hizo para que tuviesen mayor confianza en la garantía del anonimato y
así que se sintieran más libres a la hora de expresar sus opiniones.
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3. Resultados
Se realizó un análisis de contraste de medias con la prueba T para
dos muestras independientes, en la que se han tomado como variables
dependientes los siete factores de la escala (supervisión, carencias,
cooperación, alumnado, valoración, adaptación, mejoras) y el resultado
total de estrés, y como variables independientes aquellos factores en que
solamente tenemos dos niveles de cada variable. Se han obtenido los
siguientes resultados:
- Tomando como variable independiente el sexo de los sujetos, los
datos obtenidos indican que las mujeres padecen mayores niveles
de estrés que los varones en el factor valoración (p<.02), mientras
que en el resto de factores tomados como variables dependientes
(supervisión, carencias, cooperación, alumnado, adaptación,
valoración mejoras y puntuación total de estrés), no se han obtenido
resultados significativos (p> .05).
- En cuanto a la variable independiente del tipo de centro al que
pertenecen los docentes de la muestra, se han obtenido diferencias
significativas en los niveles de estrés total de los sujetos, así como en
todos los subfactores tomados como variables dependientes excepto
en el subfactor valoración. Los sujetos pertenecientes a centros
públicos presentan mayores niveles de estrés afectados por el factor
supervisión por parte de la estructura jerárquica del trabajo realizado
por los docentes (p< 0.1), carencias por la falta de medios y técnicas
adecuadas para el desarrollo del trabajo ( p<. 001), cooperación,
participación y comunicación con los demás miembros del centro
(p< 0.1), respecto al alumnado ante el comportamiento de estos y al
número de alumnos por aula (p< .002), adaptación a los cambios que
se producen en la sociedad (p<.02) y por las mejoras que se podrían
obtener desde un punto de vista profesional (p<.05). Todo esto, implica
que el resultado de nivel de estrés total presentado por los sujetos, sea
también mayor en los centros públicos que en los privados (p< .004).
- En el análisis llevado a cabo con respecto al estado civil de los docentes,
se han obtenido mayores puntuaciones en los niveles de estrés de
docentes solteros, que en los profesionales del ámbito educativo
casados o con pareja en el factor referente a la supervisión (p< .05).
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4. Conclusiones
A partir de los resultados obtenidos por los docentes de la
muestra se puede concluir que se confirma parcialmente la hipótesis
planteada acerca de la influencia del sexo de los sujetos, ya que las mujeres
presentan mayores niveles de estrés que los varones solo en lo referente
al factor de la valoración. Esto puede deberse a que las profesoras le dan
mucha importancia a la valoración que los demás hacen de su trabajo
y si las aspiraciones profesionales no se corresponden con la realidad
por falta de la valoración de los méritos, se puede generar una profunda
frustración apareciendo el estrés ( Varela, Salinero, Sevilla, Lemus y De las
Heras, 2003). Igualmente, este efecto puede estar generado por la mayor
cantidad de trabajos administrativos que hay que realizar mezclada con
el conflicto que les genera el terminar su jornada laboral y, al llegar a casa,
tener que hacerse cargo de las tareas del hogar (Maslach, 1982).
En cuanto al tipo de centro, se han encontrado resultados
contrarios a la hipótesis planteada, ya que los docentes de los centros
públicos muestran mayores niveles de estrés que los de los centros
privado-concertados, tanto en estrés total como en todos los subfactores
estudiados, salvo en valoración del trabajo por parte de los demás donde
los niveles de estrés son similares. Todo esto puede deberse al aumento de
número de alumnos en los centros públicos con necesidades especiales,
dada la corriente de inmigración que se ha producido en los últimos
años en nuestro país, lo que genera una mayor heterogeneidad en las
ulas que exige del docente una mayor atención y más individualizada
con los alumnos. En ocasiones, esto provoca la falta de medios tanto
personales como materiales y favorece la dispersión del alumnado
haciendo que esta sea cada vez más compleja (Rabadá y Artazcoz, 2002;
Peiró, 1999). Por otro lado, los docentes de los centros públicos se sienten
más estresados en lo que respecta al factor supervisión que los docentes
de centros privados. Esto contrasta con las investigaciones realizadas
anteriormente por Latorre y Sáez (2009) o por Salgado, Yela, Quevedo,
Delgado, Fuentes, Sánchez, Sánchez y Velasco (1997) que afirmaban que
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a la realidad de la vida. Los personajes “se nos hacen reales” pero son
imágenes captadas por una cámara bajo la atenta mirada del director.
El cine no sólo refleja la sociedad, la cultura, sino que la construye
realmente (Giroux, 2003) A través del cine lo ideal, lo imaginario, se crea
y se narra. A su vez, este acto creativo se nutre de las experiencias vividas
por los individuos y la sociedad, y se constituye en un excelente espejo de
la vida real (Loscertarles & Núñez, 2001). El cine, por tanto, se convierte
en testigo y testimonio de la realidad social del hombre y nos permite,
previo análisis profundo y crítico, vislumbrar el devenir de la sociedad
contemporánea (Zaplana, 2005).
Las historias fílmicas, ficticias o basadas en hechos reales, nos
educan al narrar acontecimientos y hechos, desde la intimidad de los
personajes o desde la vivencia de una comunidad, que entran, casi
sin darnos cuenta, en el mundo racional y afectivo del espectador.
El lenguaje cinematográfico alcanza, en un primer momento, la
sensibilidad del espectador que “ve y escucha” para después provocarle
un posicionamiento de su razón y su libertad (Orellana, 2004).
El cine se constituye en la forma más sofisticada de representar
la vida y las dimensiones humanas al hacer que todo lo representado
parezca real, desde lo más íntimo y profundo a lo más externo y
sociológico (Loscertales & Núñez, 2001).
Se produce, por tanto, una conjunción entre lo que acontece en la
película (historias, imágenes, palabras, música) y la psique (percepciones,
emociones, pensamientos, cogniciones) del sujeto que la ve. También un
encuentro entre dos psiques, la psicología real y plena del espectador,
y la psicología imaginada e inevitablemente incompleta del personaje.
Psicología y cine, vida y trama, llevan conviviendo, desde aquella primera
proyección en el Grand Café de París, hace más de cien años.
De entre todas las áreas de la Psicología, es la Psicopatología a la
que el cine ha prestado más atención. Ahora bien, cuando ha reflejado
un trastorno mental casi siempre lo ha presentado de forma exagerada,
estereotipada y lejana a su realidad (Vera, 2006). Al analizar la posible
psicopatología de alguno de los personajes es obligado tener presente la
probable distorsión de la realidad psicopatológica.
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amenaza, inicia peleas o utiliza algún arma para causar daño (Criterio A).
Todos estos comportamientos le provocan un deterioro en su actividad
social y académica (Criterio B) y dado que su edad parece por debajo de
los 18 años, pues se encuentra en un Instituto, podemos concluir que,
posiblemente, se trate de un Trastorno disocial de inicio no especificado
de gravedad moderada o grave (F91.8) (APA, 2002).
La película muestra claramente los factores que provocan el desarrollo
de comportamientos tan disruptivos, así como sus consecuencias. Es el propio
Emilio quien menciona sus dificultades, como, por ejemplo, la separación de
los padres, y nos da las pistas para comprender sus comportamientos.
La profesora Loan (Michelle Pfeiffer), por su parte, trata de encontrar
el medio de despertar la atención de sus alumnos, y así poder ayudarles.
Para ello utiliza el kárate, las chocolatinas, excursiones o, incluso, una cena
con ella en un restaurante de lujo. Estos reforzadores funcionan desde el
primer momento. Tal vez porque comienza con recompensas inmediatas
y, poco a poco, va entrenando en sus alumnos la capacidad de demorar
el reforzador y la valoración del esfuerzo y de la competitividad que les
permita alcanzar metas futuras. La película muestra a una profesora
ayudando a sus alumnos, implicándose con ellos, mostrándoles que le
importan. Sufre y se alegra por ellos. Estos gestos, esta generosidad, calan
en los adolescentes quienes acaban por reconocer en ella su “luz”, su guía.
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Por otra parte, Holland tiene un hijo, Call, con una sordera del 90%
lo que afecta a su vida cotidiana y familiar, como refleja la película. El
hijo se convertirá para su padre en un modelo de superación y esfuerzo
continuo, y junto al que descubrirá que la música es para todos: para los
que oyen y para los que presentan dificultades auditivas.
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evita situaciones como las de estar sólo fuera de casa, viajar en transportes
públicos o mezclarse con la gente por temor a sufrir una crisis de
angustia o bien resulta indispensable la presencia de otra persona para
poder superarlas (Criterio B). Forrester no tiene miedo a sufrir un ataque
nervioso sino que más bien rechaza el mundo que le rodea. Ciertamente,
sufre un ataque de pánico (sudoración, sensación de ahogo, mareo,
palpitaciones, opresión torácica…) cuando acude al estadio pero éste
parece motivado más bien por la falta de costumbre, son muchos años
de aislamiento, al contacto social y las grandes aglomeraciones provocan
fácilmente síntomas de ansiedad (Vera, 2006).
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exámenes: dimensiones y componentes
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3. Efectos en el rendimiento
Uno de los principales focos en la investigación de la ansiedad
ante los exámenes, ha sido su potencial efecto negativo en el rendimiento.
La mayoría de los hallazgos empíricos indican que los niveles más altos de
ansiedad ante los exámenes están asociados con déficit en el rendimiento.
En concreto, como ya hemos apuntado, los diferentes componentes de este
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Discapacidad Intelectual (DI)
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1. Introducción
La discapacidad intelectual (DI), según la Asociación
Americana de Retraso Mental (AAMR, 2002), “es un estado particular de
funcionamiento que comienza en la niñez (antes de los 18 años de edad)
y se caracteriza por limitaciones significativas en la inteligencia (CIT
inferior a 75) y en la capacidad de adaptación de una persona, expresadas
en sus destrezas conceptuales, sociales y prácticas”.
Los trastornos mentales y las alteraciones de conducta pueden
afectar a todas las personas, tengan o no tengan DI. Es una cuestión
discutida si las personas con DI presentan una mayor vulnerabilidad
a la enfermedad mental y también si en ocasiones sus síntomas son
enmascarados por el déficit cognitivo, lo que podría haber dado lugar
a que, a menudo, no se les haya dado una atención y tratamiento
adecuados.
Las personas con DI presentan los mismos tipos de trastornos
mentales que las personas con función intelectual normal: trastornos de
conducta, de ansiedad, afectivos, de personalidad, psicóticos, trastornos
mentales de origen orgánico y otros. Sin embargo existe patologías
específicas de las personas con DI, conocidas actualmente como
fenotipos conductuales, que acompañan a determinados síndromes,
como por ejemplo, Prader-Willi, Lesch-Nyhan, Angelman, Rett, Frágil X,
Willians, etc.
A la hora de evaluar la psicopatología en la DI los criterios de los
trabajos son dispares pues o bien se usan escalas, que no son equivalentes
ya que evalúan distintos aspectos psicopatológicos bajo distintos puntos
de vista, o la evaluación puede estar realizada por personas con distinto
tipo de formación tales como el médicos de familia, psiquiatras, psicólogos
y en algunos países el personal de enfermería o los trabajadores sociales.
Las escalas más utilizadas al evaluar a las personas con DI son:
“Diagnostic Criteria for Psychiatric Disorders for Use with Adults with
Learning Disabilities/Mental Retardation” (DC-LD), “Self-injurious
behaviour (SIB)”, “Psychopathology Instrument for Mentally Retarded
Adults” (PIMRA), “Developmental Behaviour Checklist for Adults”
(DBC-A), “Psychiatric Assessment Schedule for Adults with Developmental
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2. Objetivos
Se pretende analizar la incidencia de los trastornos
psicopatológicos en una muestra de DI y compararlos con estudios
previos tanto en DI como en población normal.
3. Métodos
Se examinan los síntomas psicopatológicos de una muestra
de 78 sujetos con DI, mediante los criterios axiales de la DSM-IV-TR.
Posteriormente se comparan los resultados obtenidos tanto con otra
muestra de DI, como con los resultados obtenidos en otros trabajos con
poblaciones sin DI.
4. Resultados
De los 78 sujetos de la muestra 36 son del sexo femenino y 42
del masculino con edades comprendidas entre 11 y 18 años (media 13,8
años y ds = 2,1). De los cuales 26 tienen un grado de discapacidad ligero,
37 moderado y 15 severo.
La media del CIT es de 48,3 (ds = 10,6), la del CIV: 50,4 (ds = 12,8)
y la del CIM de 53,8 (ds = 16,3).
Analizando los síntomas según los criterios y los ejes de la DSM-
IV-TR encontramos lo siguientes resultados:
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• Ansiedad Graves 4
Leves 2
• Trastornos de Conducta Graves 1
Medios 6
Leves 1
• Trastornos sueño 5
• Total 26
Eje II
Trastornos de personalidad
• Personalidad Obsesiva 3
• Personalidad Histriónica 7
• Personalidad Evitativa (Fóbica) 9
• Total 19
Discapacidad Intelectual 78
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• Anomalías en el SNC 21
– Frontales izquierdos 3
– Fronto-temporales 5
– Cerebelosos 5
– Temporoparietales 1
– Limbicos 3
– Cuerpo calloso 2
– Ganglios basales 1
– Tálamo 1
• Enfermedades endocrinas 6
• Iatrogénica (disquinesia tardía) 1
• Epilepsia activa 16
176
Escuela y psicopatología
Tabla 1
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Fernando Miralles Muñoz y Amable Manuel Cima Muñoz (Editores)
Tabla 2
7. Conclusiones
La prevalencia de psicopatología infantojuvenil es muy variable
dependiendo principalmente de criterios y metodologías. Probablemente
por ello no encontramos diferencias significativas entre nuestros sujetos
con DI y algunos estudios con muestras infantojuveniles de sujetos sin
DI, mientras que con otros estudios ocurre lo contrario.
La disparidad de prevalencias encontradas podría poner en
cuestión la fiabilidad de las escalas cuando se aplican a poblaciones
distintas de las utilizadas para su baremación.
Según nuestros resultados, se podría considerar que la
psicopatología encontrada está en el extremo superior del rango de
variación de las poblaciones normales.
Llama la atención, en nuestra muestra, la gran incidencia de trastornos
orgánicos asociados y bajo nivel de funcionamiento global de los DI.
En nuestra muestra de adolescentes con DI los trastornos de
ansiedad son menos frecuentes que los encontrados en otros trabajos
con sujetos DI adultos.
178
Escuela y psicopatología
8. Discusión
Se ha sostenido que la DI podría enmascarar los signos
psicopatológicos. Tanto por los trabajos revisados como por los resultados
obtenidos la utilización de escalas diagnósticas permite un porcentaje
significativo de diagnósticos. Sin embargo, las grandes disparidades
de prevalencia encontradas, tanto entre examinadores como entre las
escalas, aconsejan ser prudentes con los resultados. Para subsanar estas
dificultades sería conveniente combinar distintas formas diagnósticas.
Frecuentemente el diagnóstico psicopatológico se basa en el
análisis de los síntomas. Sin embargo, una apariencia sintomática puede,
en ocasiones, obedecer a patologías distintas. Ello hace aconsejable que en
la medida de lo posible se debería recurrir a un diagnóstico etiopatogénico,
es decir, basado en los mecanismos causales de los síntomas.
También puede ser frecuente el enmascaramiento de los trastornos
de personalidad de los DI ya que existe el peligro de que en el eje II de la
DSM-IV-TR la atención diagnóstica recaiga solo en la DI y se olvide el
diagnóstico del trastorno de personalidad.
En los últimos años se ha hablado de un diagnóstico dual en DI.
Sin embargo, parece preferible el diagnóstico en los V ejes propuesto en
la DSM-IV-TR que permita diferenciar entre síntomas psicopatológicos,
personalidad, organicidad, problemas psicosociales y grado de
funcionamiento global. Esto ayudaría a que se evalué al discapacitado
no solo teniendo en cuenta el eje II sino también el resto de los aspectos.
El concepto de discapacidad intelectual lleva implícito, en grado
variable, el mal funcionamiento psicosocial y el mal funcionamiento
global, aspectos que tienen que ser reflejados dentro del diagnostico de
los ejes IV y V de la DSM-IV-TR.
Respecto al eje III hemos encontrado una frecuente asociación de
la DI con enfermedades médicas que coincide con trabajos anteriores. A
este respecto es interesante que se haya diseñado un modelo integral a la
atención a largo plazo para las enfermedades crónicas relacionadas con
la DI y se ha desarrollado una “familia de clasificaciones” que permite la
codificación tanto de enfermedades como de las consecuencias de las
mismas (World Health Organization Regional Office for Europe, 2001).
179
Fernando Miralles Muñoz y Amable Manuel Cima Muñoz (Editores)
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10
Unidos Para Ayudar (UPA) hace la
diferencia. Acciones de sensibilización
pro-salud mental. Datos preliminares del
estudio piloto
1
Profesor Auxiliar de la Faculdade de Educação e Psicologia de
la Universidade Católica Portuguesa
2
Profesor de la Faculdade de Educação e Psicologia de la
Universidade Católica Portuguesa
3
Presidente de la Dirección de ENCONTRAR+SE
4
Miembro de la Dirección de ENCONTRAR+SE
5
Psicóloga
6
Estudiante de Máster de Psicologia Clínica y de la Salud de la
Faculdade de Educação e Psicologia de la Universidade Católica
Portuguesa
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2. Estudio piloto
La primera fase del proyecto –el estudio piloto– tuve como
objetivo general la evaluación de los conocimientos, en los jóvenes de la
enseñanza secundaria (15-18 anos), sobre cuestiones de salud mental; y
como objetivos específicos: (1) el desarrollo de un cuestionario, e (2) el
desarrollo de las acciones de sensibilización.
El estudio piloto tuve la duración de 1 año e consistió en la
realización de 6 focus groups con alumnos3 del 10º, 11º y 12º años de
escolaridad de instituciones de enseñanza pública y privada. Para ello,
ha sido construido un guión que tuvo como áreas: la definición de
perturbación mental, causas, riesgos, e impacto asociados, diagnóstico,
pronóstico, tratamiento, intenciones de conducta, definición de
salud mental, promoción de salud mental y, por fin, levantamiento de
necesidades. Los datos han sido analizados con el programa NVivo 8.
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3. Conclusión
El estudio piloto ha permitido el desarrollo del cuestionario y de
las acciones preliminares, habiendo sido una etapa fundamental para
la consecución de los objetivos definidos en el proyecto “UPA Hace la
Diferencia”.
190
Escuela y psicopatología
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Escuela y psicopatología
11
La dificultad/facilidad en la expresión de
algunas emociones naturales en un grupo
de estudiantes
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Fernando Miralles Muñoz y Amable Manuel Cima Muñoz (Editores)
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1. Introducción
Nuestra investigación forma parte de un proyecto que se
origina como resultado de nuestras inquietudes y experiencia en el
ámbito de la intervención y que surge para dar sentido científico a una
propuesta que pretendemos hacer a la comunidad educativa asociada a
la detección de una necesidad: impulsar la educación emocional desde
las escuelas buscando el nexo con las familias para lograr un abordaje
sistémico. El objetivo es proyectar los resultados en el diseño de los
programas curriculares de nuestros estudiantes de Educación Infantil,
Educación Primaria y Educación Secundaria, que hasta ahora hemos
desarrollado en talleres monográficos. La idea básica es la prevención
e intervención psicoeducativa en situaciones asociadas a dificultades
emocionales en nuestra vida cotidiana. Para empezar buscamos
respuestas. Más adelante, promover el bienestar psicológico desde la
competencia emocional. El punto de partida es el siguiente: las personas
pueden cambiar, evolucionar, aprender a expresar sus necesidades y sus
emociones, a través de su propio crecimiento personal si este es positivo,
constructivo e integrador, o por medio de un proceso de ayuda, ya sea
de tipo psicoterapeútico o bien, en el caso que nos ocupa, como parte
de la intervención psicoeducativa que puede hacerse desde la escuela, la
familia, la empresa, o cualquier otro contexto en el que nos encontremos.
Nuestro objetivo es conocer algunos aspectos del comportamiento
emocional de las personas en la actualidad y su relación con las
expresiones emocionales en su contexto familiar. Hemos comenzado
estudiando cuales son las emociones que los participantes en este
estudio expresan con mayor dificultad y cuales expresan con facilidad.
Partimos de la idea de que la esencia del cambio es emocional.
El descubrimiento de lo que sentimos y expresamos, las situaciones
en las que lo hacemos y las consecuencias de expresar o contener
emociones hacia nosotros y hacia los demás. Las situaciones asociadas
a incompetencia emocional se caracterizan por una elaboración
de emociones encontradas que albergan sentimientos trampa y
enganchan a víctimas y verdugos en ciclos sin salida, agresiones físicas,
descalificaciones personales continuadas, expresiones de amor, etc, con
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4. Emociones Naturales
• 1- AFECTO, hace referencia a la atracción emocional; la posibilidad
de dar y recibir caricias, favorece el acercamiento entre las personas.
• 2- ALEGRIA, favorece la motivación para desarrollar tareas, incluye la
risa, la satisfacción, el disfrute, etc.
• 3- MIEDO, como activación de la alarma que nos permite enfrentar
situaciones de peligro.
• 4- TRISTEZA, para la aceptación de pérdidas: de personas, situaciones,
• 5- ENFADO, necesaria para la autodefensa, poner límites, rebelarse
ante las injusticias, demostrar malestar…
Otra cuestión que despierta nuestro interés en el conocimiento
de las emociones son los denominados rebusques que se definen así:
“conducta emotiva inadecuada, patológica, modelada por los padres o
figuras parentales de la infancia, que sustituye a una emoción auténtica
no permitida o prohibida” (Fanita English).
Los rebusques no son naturales sino que se elaboran a través del
aprendizaje y forman parte de nuestra mayor o menor competencia
emocional. Kertész (2003) lo explica como sigue:
• 1- MODELADO POR LOS PADRES: aprendidas de los primeros
modelos de comportamiento emocional y social.
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5. Diseño de la investigación
Hemos desarrollado una investigación de carácter cualitativo
que nos aporta información descriptiva tratando de conocer algunas
características del comportamiento emocional de los participantes. Por
ello, el diseño de nuestro estudio es flexible y abierto, utilizando como
instrumento de recogida de datos la entrevista cualitativa en profundidad,
que según la conceptualización de Taylor y Bogdan (2008)consiste en
encuentros cara a cara entre el investigador y los participantes con el
objetivo de comprender sus comportamientos, en este caso, relacionados
con su competencia emocional.
6. Muestra
Los participantes de nuestro estudio lo han formado estudiantes
de la licenciatura en psicología de la Universidad Autónoma de Madrid y
estudiantes de la licenciatura en psicopedagogía del Centro de Enseñanza
Superior Don Bosco de Madrid.
El número de participantes en la primera recogida de datos ha sido N=89
Hemos elegido este tipo de participantes por tratarse de dos
colectivos con un denominador común: profesiones relacionadas con la
ayuda hacia a los demás en campos de la pedagogía y la psicología por
lo que resulta de interés conocer la facilidad o dificultad que tienen en la
expresión de sus emociones.
7. Objetivo general
Conocer algunos aspectos del comportamiento emocional de las
200
Escuela y psicopatología
9. Resultados
Como primera aproximación a los resultados obtenidos respecto
a la dificultad/facilidad en la expresión emocional de los participantes
mostramos a continuación los datos porcentuales obtenidos en
nuestro análisis que centra su atención en las siguientes emociones:
Alegría, afecto, miedo, tristeza, rabia y responden a estas cuestiones:
¿QUÉ EMOCIONES TE CUESTA MÁS EXPRESAR?, ¿EN TU FAMILIA SE
EXPRESABA ALEGRÍA/AFECTO/MIEDO/ENFADO/TRISTEZA?
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Alegría
• La media de edad para los que expresaban Alegría fue 24,14 años, y
para los que no la expresaban fue 25,63 años. Estas diferencias no
fueron estadísticamente significativas.
• El número de hermanos para los que expresaban Alegría fue 2,44, y
para los que no la expresaban fue 2,13. Estas diferencias no fueron
estadísticamente significativas.
• El 18,99% de los que indicaron que expresaban Alegría eran hombres,
el 11,11% de los que indicaron que no expresaban Alegría eran
hombres. Estas diferencias no fueron estadísticamente significativas.
• En el 69,62% de los encuestados que indicaron que expresaban Alegría,
en su familia también se expresaba Alegría (incluyendo si sólo uno de
los padres lo expresaba), en el 66,67% de los encuestados que indicaron
que no expresaban Alegría, en su familia también se expresaba Alegría.
Estas diferencias fueron estadísticamente significativas.
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Afecto
• La media de edad para los que expresaban Afecto fue 24,68 años, y
para los que no la expresaban fue 23,86 años. Estas diferencias no
fueron estadísticamente significativas.
• El número de hermanos para los que expresaban Afecto fue 2,52, y
para los que no la expresaban fue 2,29. Estas diferencias no fueron
estadísticamente significativas.
• El 18,6% de los que indicaron que expresaban Afecto eran hombres, el
17,78% de los que indicaron que no expresaban Afecto eran hombres.
Estas diferencias no fueron estadísticamente significativas.
• En el 88,37% de los encuestados que indicaron que expresaban Afecto,
en su familia también se expresaba Afecto (incluyendo si sólo uno de
los padres lo expresaba), en el 82,22% de los encuestados que indicaron
que no expresaban Afecto, en su familia también se expresaba Afecto.
Estas diferencias fueron estadísticamente significativas.
• En el 83,72% de los encuestados que indicaron que expresaban Afecto,
en su familia también se expresaba Afecto (incluyendo si sólo uno de
los padres lo expresaba), en el 80% de los encuestados que indicaron
que no expresaban Afecto, en su familia también se expresaba Afecto.
Estas diferencias fueron estadísticamente significativas.
Miedo
• La media de edad para los que expresaban Miedo fue 23,6 años, y para
los que no la expresaban fue 24,4 años. Estas diferencias no fueron
estadísticamente significativas.
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Enfado
• La media de edad para los que expresaban Enfado fue 22,43 años,
y para los que no la expresaban fue 25,09 años. Estas diferencias no
fueron estadísticamente significativas.
• El número de hermanos para los que expresaban Enfado fue 2,31, y
para los que no la expresaban fue 2,46. Estas diferencias no fueron
estadísticamente significativas.
• El 18,52% de los que indicaron que expresaban Enfado eran hombres,
el 18,03% de los que indicaron que no expresaban Enfado eran
hombres. Estas diferencias no fueron estadísticamente significativas.
• En el 55,56% de los encuestados que indicaron que expresaban
Enfado, en su familia también se expresaba Enfado (incluyendo si
sólo uno de los padres lo expresaba), en el 60,66% de los encuestados
que indicaron que no expresaban Enfado, en su familia también
se expresaba Enfado. Estas diferencias fueron estadísticamente
significativas.
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Tristeza
• La media de edad para los que expresaban Tristeza fue 23,05 años,
y para los que no la expresaban fue 24,77 años. Estas diferencias no
fueron estadísticamente significativas.
• El número de hermanos para los que expresaban Tristeza fue 2,76, y
para los que no la expresaban fue 2,29. Estas diferencias no fueron
estadísticamente significativas.
• El 8,7% de los que indicaron que expresaban Tristeza eran hombres,
el 21,54% de los que indicaron que no expresaban Tristeza eran
hombres. Estas diferencias no fueron estadísticamente significativas.
• En el 69,57% de los encuestados que indicaron que expresaban
Tristeza, en su familia también se expresaba Tristeza (incluyendo si
sólo uno de los padres lo expresaba), en el 44,62% de los encuestados
que indicaron que no expresaban Tristeza, en su familia también
se expresaba Tristeza. Estas diferencias fueron estadísticamente
significativas.
• En el 60,87% de los encuestados que indicaron que expresaban
Tristeza, en su familia también se expresaba Tristeza (incluyendo si
sólo uno de los padres lo expresaba), en el 43,08% de los encuestados
que indicaron que no expresaban Tristeza, en su familia también se
expresaba Tristeza. Estas diferencias no fueron estadísticamente
significativas.
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