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ESTUDIO PRELIMINAR DE FRANCISCO MONTES DE OCA EDITORIAL PORRUA, S. A. "AY. REPUBLICA ARGENTINA, 15. MEXICO, 1990 “SEPAN CUANTOS...” Nom. 284 EL ASNO entre Jos suyos, al cual todos los de la ciudad’ deseaban por hijo; era primo mfo y tres afios mayor que yo; habjamonos criado ambos jun- jamente, desde nifios, en una casa y en una mesa y en una cama; el cual me tenfa tanto amor, y yo a i, como si fuéramos hermanos; asi que, estando para velarnos, de todo consentimiento de nuestros padres, habiéndose llamado mi marido en Ja carta de arras y dote que me ha- bfa hecho y yendo acompaiiado de mis hermanos y parientes haciendo sacrificios en jos templos y casas ptiblicas; estando Ja casa adornada de Jaureles y relumbrando con ha- chas ardiendo, y cantando cantares de bodas; teniendo la desventura- da de mi madre en su falda atavidn- dome para semejante fiesta, besén- dome suavemente y rogando a Dios que me diese hijos, he aqui do entra sabitamente una batalla de rufianes, con gran impetu, las espadas des. nudas y relumbrando, Ios cuales no curaron de robar cosa alguna ni ma- tar'a nadie, sino todos juntos, he- chos una cufia, se lanzaron en la cémara donde estébamos, y sin que ninguno’ de los familiares de casa los resistiese ni osase tantico con- tradecirles, arrebataron a mf, mez- quina, que de miedo y pavor que hube estaba amortecida en las fal- das de mi madre. En esta manera se estorbaron mis bodas, como las de Atides y Protesilao. Pero ahora, sefiora madre, otra cosa muy més cruel se me ha refrescado, que cre- ce mas mi desyentura y desdicha, y €s que sofiaba que por fuerza y contra mi voluntad me sacaban de mi casa, de dentro de mi cémara y de mi cama, y que iba por unos desiertos y soledades, fuera de ca- mino, llamando al desdichado de mi esposo. El cual, como estaba ata- viado y vestido con ropas de boda, iba tras de mi, que me habian apar. tado de sus brazos, y yo iba huyen- do en pies ajenos, y como él iba dando voces, quejéndose que le ha- DE ORO 91 bian robado a su hermosa mujer, pedia socorro a todos. En esto, uno de los ladrones que me levaban, enojado de sus voces e importuno seguimiento, arrebaté una piedra delante de los pies ¢ hirié al mez- quino mancebo de mi esposo, de que luego murié, y con este. suefio tan horrible y mortal, espantada, desperté medrosa y despavorida. Entonces la vieja, suspirando a sus Horos y penas, dijo: Hija, esfuérzate y ten buen co- razén, y por Dios no te espantes con vanas ficciones de suefios, por- que ademas de tener por cierto que los suefios de dia son falsos, aun las visiones o suefios de la noche traen los fines y salidas contrarios, porque llorar o ser herido o muer- to traen el fin prospero y de mucha ganancia, y por el. contrario reir 0 comer cosas dulces y sabrosas, 0 hallarse en placeres con quien bien quiere, significa gran tristeza del corazén o enfermedad del cuerpo u otros dafios y fatigas. Pero yo te quiero consolar y decirte una fiovela muy linda, con que olvidés’ esta ay trabajo. ‘La cual comenzé en'ésta man # “Erase en una. ciudad’ un: rey: una teind, y tenfan'tres hijas muy © sas: de las cuales, dos ‘de las ‘mayores, como quiera que eran her- mosas y bien dispuestas, podian ser alabadas por loores de hombres; pero lamas pequefia, era tanta st. ‘hérmosura que no bastan palabras .” humanas para poder expresar ni su- ficientemente alabar su belleza: Mu- chos de otros reinos y ciudades, a Jos cuales la fama de ‘su hermosura ayuntaba, espantados con admira. cién de su~tan_ grande hermosura, donde otra doncella no podia llegar, poniendo sus manos a la boca y los dedos extendidos, asi_como_a la .diosa_Venus,.con_sus_religiosas ado- Faciones Ja honraban_ y adorabar Y ya la fama corria por todas las ciudades y regiones cercanas que ésta era la diosa Venus, la cual 92 APULEYO nacié en el profundo piélago de la mar y el rocio de sus ondas Ia crié. Y decian asimismo que otra diosa Venus, por influicién de las es llas del cielo, Habla nacido < no én la maf, pero en la tierra, con- yersando con todas las gentes, a eta Si opinién procedia de cada dia, que ya la fama. de ésta era derramada por todas las islas de alrededor en muchas provincias de la Tierra: muchos de los mortales venfan de luengos caminos, asf por la mar como por tierra, a ver este glorioso espectéculo que habia na- cido en el mundo; ya nadie queria navegar a ver la diosa Venus, que estaba en la ciudad de Paphos, ni tampoco a la isla de Gnido, ni al monte Citerén, donde fe solfan sa- crificar; sus templos eran ya des- truidos, sus sacrificios olvidados, sus ceremonias menospreciadas, sus estatuas estaban sin honra ninguna, sus aras y sus altares sucios y cu- biertos de ceniza fria. A esta donce-. la suplicaban todos, y debajo de a_i t ano adc do. sé ; todos le sa- crificaban con sacrificios y manja- res, como le sacrificaban a la diosa Venus. Pues cuando iba por la calle © pasaba alguna plaza, todo el pue- blo con flores y guirnaldas de rosas Ie suplicaban y honraban. Esta gran- de traslacién de honras celestiales a ) wha m6za° mortal encendié muy’ re- ciamiente la ira a la verdadera didsa Venus, y con mucho enojo, me- ciendo la cabeza y. rifiendo enire sf, dijo de esta manera: “Veis aqui yo, que soy la primera e de la natura de todas las miento dé todos los elementos; yo, gue soy Venus, criadora de todas Tas cosas que hay en el mundo, gsoy aa en tal manera que en la honi ajestad haya de tener, (partey “ser mi aparcera una moza mortal, ¥ qiie mi nombré, formado '{ desvergonzado, pedigtiefio y destru {tu madre: véngala contra la hermo- cosas; yo, que soy principio y naci-/ sura rebelde y contumaz de esta puesto en el cielo, se haya de Re fanar en suciedades terrenales? éTengo yo de sufrir que tengan en cada parte duda si tengo yo de ser | adorada o esta doncella y que haya de'tenier comunidad conmigo, y que una moza, que ha de morir, tenga mi_gesto que piensen que soy yo? — Segtin esto, por demés me juzgé © aquel pastor que por mi gran her- mosura me prefirié a tales diosas: cuyo julcio y justicia sprobé aquel gran Japiter; pero ésta, quienquiera , = que es, que ha robado y usurpado” | ‘honra, no habra placer de ) ; a yo le haré que se arrepienta de esto, y de su ilicita hermosura.” Y luego Iamé a Cupido, aquel su hijo con alas, que es teme- rario y osado; el cual, con sus’ ma- las costumbres, menospreciada la % autoridad publica, armado con sae- = tas y lamas de amor, discurriendo de noche por las casas ajenas, co- rrompe los casamientos de todos y sin pena ninguna comete tantas mal- jdades que cosa buend no hace. A }éste, que ya de su propia natura es { dor, ella le encendié mas con sus palabras y Ievdlo a aquella ciudad |: donde estaba esta doncella, que se lamaba Psiches, y mostrésela, d ciéndole con mucho enojo, gimien- do y casi Ilorando, toda aquella his- toria de la semejanza envidiosa de_ iciéndole™ en “esta manera: “GOh hijo, yo te ruego por el amor que tienes a tu madre, y pi las dulces Hagas de tus sactas, por los sabrosos juegos de tus am res, que des cumplida venganza g wee SG GEES Ah iS ar BR mujer, y sobre todas las otras cosas has de hacer una, la cual es que esta doncella sea enamorada, de muy ardiente amor, de hombre de poco y bajo estado, al cual la Fortuna no dio dignidad de estado, ni_patrimo- nio, ni salud. Y sea tan bajo que EL ASNO DE ORO + en todo el mundo no halle otro se- |. mejante a su miseria.” Después que Venus hubo hablado esto, bes6 y abrazé a su hijo y fuése a la-ribera de un rio que estaba cerca, donde con sus pies hermosos hollé el rocfo de las ondas de aquel rio, y luego se fue a la mar, adon- de todas Jas ninfas de la mar le vi- nieron a servir y hacer lo que ella queria, como si otro dia antes se lo hubiese mandado. Alli vinieron las hijas de Nereo cantando, y el dios Portuno, con su dspera barba del agua de la mar y con su mujer Sa- lacia, y Palemén, que es guiador del Delfin. Después, las compafiias de los Tritones, saltando por la mar: unos tocan trompetas y otros trazan un palio de seda por que el sol, su enemigo, no le tocase; otro pone el espejo delante de los ojos de la sefiora, de esta manera nadan- do con sus carros por la mar; todo este ejército acompaiié a Venus has- ta el mar océano. Entre tanto, la doncella Psiches, con su hermosura, sola. para si, ningtn fruto recibia de ella. Todos la miraban’y todos la alaban;_ pero ninguno que fuese rey ni de sangre real, ni aun siquiera del pueblo, la Ileg6 a pedir, diciendo que se que- rfa casar con ella. Maravillébanse de_ver su divina hermosura, pero maravillébansé ‘comio quien ve a una estatua pulidamerite’ fabricada. Las hermanas “‘mayores, “potque’ eran templadamente hermosas, no eran tanto divulgadas por los pueblos y habian sido desposadas con dos ré- yes, que las pidieron en casamiento, con Ios cuales ya estaban casadas y con buena veniura apartadas en su casa; mas esta doncella Psiches es- taba’ en casa del padre, Horando ‘su soledad,”y,"sienido” ma coraz6n; aborrecia en_si_ sura, como quiera que a todas las gentes pareciese bien. El mezquino padre de esta desventurada hija, 93 sospechando que alguna ira y odio de los dioses celestiales hubiese contra ella, acordé de consultar. el, ordculo antigo deldios Apolo, que estaban en 1a ciudad “dé Milésia, y con sus sacrificios y ofrendas, sue plicé a aquel dios que diese casa y marido a la triste su_ hija. Apolo, como, quiera “que era griego y de naci6n jonia, por razén del que ha- bia fundado’ aquella ciudad de Mi esia, sin embargo respondié en la- tin estas palabras: “Pondrés esta \ moza adornada de todo aparato de | Manto y luto, como para enterrarla, | en una piedra de tina alta montafa / 'y, déjala alli. No esperes yerno que’) sea nacido de linaje ‘mortal; mas{ . espétalo” fiero y ‘cruel, y Venenoso como serpiente: el cual, volando con sus alas, fatiga todas las cosas sobre los cielos, y con sus saetas y Hamas doma y enflaquece todas las cosas; al cual, el mismo dios Japiter teme, y todos los otros dioses se Hf espantan, los rios y lagos del in- fierno le temen.” EI rey, que siempre fue préspero y_favorecido, como oyé este vatici- nio y respuesta de su pregunta, tris- te y de mala gana torndése para atrés a su casa, El cual dijo y ma- nifest6 a su mujer el mandamiento que el dios Apolo habia dado a su desdichada suerte, por lo cual Ilo- raron y plafieron’ algunos dias. En esto ya se Iegaba el tiempo que habia de poner en efecto lo que ‘Apolo mandaba: de manera que comenzaron a aparejar todo lo que la doncella habfa menester para sus mortales las; encendieron Ja lum- bre de las hachas negras con hollin y ceniza, y los instrumentos mtisicos de las bodas se mudaron en Iloro y . amargura; los cantares alegres, en Juto y Uoro y la doncella que se habia de casar se limpia las lagri- mas con el velo de alegria. De ma- nera que el triste hado de esta casa hacia Morar a toda la ciudad, la cual, como se suele hacer en loro publico, mandé. alzar todos los ofi-

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