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Entre Vista Meadows
Entre Vista Meadows
«La Tierra sólo puede mantener a mil millones de personas con el nivel de vida del
País Vasco»
Los 6.500 millones de seres humanos actuales podrían ser 10.000 «si no importa
que sufran dictaduras y su pobreza los convierta en marginales».
LUIS ALFONSO GÁMEZ/
BILBAO. DV. Dennis Meadows se sorprendió ayer del optimismo de los asistentes
a su conferencia en Bilbao sobre los límites del crecimiento, organizada por
Unesco Etxea y el Grupo Vasco del Club de Roma en la Universidad de Deusto.
Preguntó a la audiencia qué tendencia cree que va a caracterizar al desarrollo
económico a lo largo de este siglo, si una brusca caída o una estabilización. A
mano alzada, ganó por goleada la segunda posibilidad. Lo contrario de lo que él
piensa, que estamos abocados a una drástica reducción de la población y a un
'crack' económico sin precedentes porque el planeta no tiene capacidad para
aguantar a más de 1.000 millones de personas con el nivel de vida del que hoy
disfrutamos en Occidente. Meadows, coautor en 1972 de Los límites del
crecimiento, un libro del que se vendieron 30 millones de ejemplares, sigue
pensando que el colapso está a la vuelta de la esquina. Y así lo defiende en Los
límites del crecimiento 30 años después, una revisión de su clásico.
-No. Los problemas no han cambiado, pero sí los síntomas. Si alguien sufre un
cáncer, a veces le duele la cabeza y a veces el estómago. Los síntomas cambian,
aunque el problema sea el mismo.
-¿Cuáles son los problemas a los que nos enfrentamos como especie?
-El cambio climático del que se hablaba en los años 70 era una glaciación. Ahora
es lo contrario: el calentamiento global.
-El calentamiento global no se tenía en cuenta hace 35 años, pero en nuestro libro
ya mostrábamos la gráfica de las concentraciones atmosféricas de CO2.
-Será un problema aquí y en otros sitios; pero, si se quiere paliar, las medidas
habrán de tomarse globalmente.
-Hay dos tipos diferentes de problemas que nos afectan a todos: los universales y
los globales. Un problema universal, como el de la contaminación del aire, se
puede resolver localmente. Así, la polución en una ciudad como Bilbao puede
reducirse sin que eso tenga impacto en México. Sin embargo, los problemas
globales, como el cambio climático, sólo se pueden resolver si todos actuamos a la
vez. Otro problema universal es la degradación del suelo; otro global, la
proliferación de armas nucleares.
-¿Hay tiempo para evitar ese colapso que auguraba en su libro para este siglo?
-Es demasiado tarde para que el nivel de vida que hay en el País Vasco, por
ejemplo, se extienda a toda la población mundial. Es demasiado tarde para evitar
cambios significativos en el clima. De todos modos, si empezamos ahora,
podremos evitar problemas más serios en el futuro.
-No. No lo sé.
-No he visto nunca un público tan optimista como éste. Normalmente, el 80% opta
por la caída brusca del crecimiento, el colapso. Quizá sea por el tremendo éxito
que ha tenido la regeneración de Bilbao.
-¿Por ejemplo?
-Zimbabue, Etiopía... En 1972, miré el 'Atlas del Banco Mundial' para ver cuántos
países tenían crecimiento negativo en su PIB durante diez años o más. Eran siete
países, ahora son cincuenta. Cada año hay más.
De prestado
-¿No es catastrofista pensar que 6.000 millones de personas no pueden vivir como
nosotros cuando ahora hay menos hambrientos en el mundo que en 1972?
-Realmente, ha disminuido el porcentaje de gente que pasa hambre; pero son más
personas que entonces.
-No he dicho que me sienta feliz por el estado del mundo, sino que su mensaje me
parece catastrofista.
-Ustedes auguraron una crisis agrícola mundial alrededor del año 2000.
-No. En el libro no hablamos del año 2000. Yo creo que la producción mundial de
alimentos llegará a su tope antes de 2020. Durante la vida de la mayoría de las
personas, la población, la producción de alimentos y el uso de combustibles fósiles
van a disminuir.
-Los transgénicos son sólo para los ricos. Y estamos hablando de los pobres.
-Hay personas muy ricas en Asia. Pero es que los transgénicos no hacen que
aumente la producción de alimentos. La mayoría se crea para aumentar las
ganancias de compañías como Monsanto, que no desarrolla transgénicos para
ayudar a los pobres, sino para promover el uso de sus pesticidas.