Está en la página 1de 11

ACTUALIZACIÓN

Neumonías bacterianas no neumocócicas (I).


Infecciones por Legionella. Fiebre Q. Otras
A. Soler-Gómez, M. Corrales-Cuevas, A. Martín-Aspas* y A.L. Díaz Gómez
Servicio de Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas. Hospital Universitario Puerta del Mar. Cádiz. España

Palabras Clave: Resumen


- Legionella spp. La neumonía es una de las patologías que con más frecuencia precisan atención médica. En esta actuali-
- Coxiella burnetii zación revisaremos las producidas por patógenos que si bien no son los más frecuentes, sí presentan ca-
racterísticas especiales. Legionella spp. y Coxiella burnetii (causante de la fiebre Q) son los dos agentes
- Fiebre Q más prevalentes dentro de este grupo. Identificar a estos gérmenes intracelulares como causantes de la
- Tifus murino neumonía tiene importantes consecuencias tanto para el tratamiento (fármaco y duración) y seguimiento
- Tularemia adecuado, por el riesgo de cronicidad de la segunda, como por las repercusiones sobre la salud pública.
Las neumonías en el contexto del tifus murino, tularemia, peste neumónica y leptospirosis son mucho
- Peste neumónica menos frecuentes, vinculadas a zonas geográficas y contextos epidemiológicos concretos al considerar-
- Leptospirosis se zoonosis (al igual que la fiebre Q). Se debe tener una alta sospecha clínica para llegar a su diagnósti-
co y tratamiento adecuados, pues no siempre quedan cubiertas por los antimicrobianos empleados de
forma empírica en el tratamiento de la neumonía.

Keywords: Abstract
- Legionella spp. Non-pneumococcal bacterial pneumonias (I). Infections by Legionella. Infections
- Coxiella burnetii by Q fever. Others
- Q fever Pneumonia is one of the diseases that most commonly require medical attention. In this update we
- Murine typhus review pneumonias caused by pathogens that, although not the most common, have special
characteristics. Legionella spp. and Coxiella burnetii (causative agent of Q fever) are the two most
- Tularaemia prevalent agents within this group. Identifying these intracellular pathogens as the causative agents of
- Pneumonic plague pneumonia has major implications for treatment and appropriate monitoring, because the latter can
become chronic, and for public health. Pneumonias in the context of murine typhus, tularaemia,
- Leptospirosis
pneumonic plague and leptospirosis are much less common and linked to specific geographical areas
and epidemiological contexts, since they are considered zoonoses (as is Q fever). High clinical suspicion
is required for appropriate diagnoses and treatment, since they are not always covered by the empiric
antimicrobials used to treat pneumonia.

Concepto y clasificación hospitalario, pueden quedar sin diagnóstico etiológico. La


neumonía producida por gérmenes «atípicos» se reconoce en
el 7-13% del total de casos1. En este grupo se incluyen Legio-
La neumonía de la comunidad es una entidad muy frecuente
nella pneumophila, Mycoplasma pneumoniae, Chlamydophila
que puede asociar una alta morbimortalidad, con una inci-
pneumoniae, Chlamydophila psittaci y Coxiella burnetii. Son pa-
dencia anual de 1,5 a 1,7 casos por 1.000 habitantes. Son múl-
tógenos intracelulares, lo que dificulta su cultivo y aislamien-
tiples los patógenos implicados, pero entre el 47 y el 69% de
to de las muestras respiratorias, por lo que frecuentemente se
los casos, dependiendo de que el manejo sea ambulatorio u
necesitan otras pruebas microbiológicas a veces de lentos re-
sultados, difícil interpretación, mayor coste, y que no siempre
*Correspondencia están disponibles en todos los centros. Por este motivo, pro-
Correo electrónico: andres.martin.sspa@juntadeandalucia.es bablemente la participación de estos gérmenes esté infraesti-

Medicine. 2018;12(54):3175-85 3175


ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VI)

mada. Sin embargo, conseguir un diagnóstico adecuado es Zelanda, además de asociarse al manejo de sustratos de jardi-
importante para la elección del tratamiento médico, así como nería. Se trata de una especie minoritaria en Europa hasta
para prever potenciales complicaciones y hacer un segui- ahora, aunque su incidencia se está incrementando en los
miento clínico adecuado según el germen. últimos años5.
Aspectos como la estación del año, la edad y el sexo del
paciente y las comorbilidades (tabaquismo, consumo de alco-
hol, inmunodepresión) pueden estar relacionados con la Epidemiología
participación de estas bacterias y con el pronóstico. La pre-
sentación clínica y las alteraciones en las pruebas comple- La enfermedad de los legionarios es de declaración obligato-
mentarias no son específicas, y es difícil a través de ellas ria en los países de la Unión Europea, por lo que existen
orientar al diagnóstico etiológico con seguridad; sin embar- registros de la incidencia de la misma. Según datos del Cen-
go, ocasionalmente sí pueden aumentar la sospecha diagnós- tro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades
tica para incidir en el diagnóstico microbiológico. Pueden (ECDC), en el continente europeo la incidencia ajustada por
asociar manifestaciones extrapulmonares: cardiológicas, neu- edad en 2015 fue de 1,3 casos por cada 100.000 habitantes,
rológicas, musculoesqueléticas, hematológicas, etc. que re- lo que supuso un incremento significativo comparado con
quieran un manejo específico. los 0,97 casos por cada 100.000 habitantes declarados en
El tratamiento antimicrobiano debe conseguir una alta 2011. Existen importantes diferencias geográficas dentro del
concentración y actividad intracelular, por lo que macrólidos continente; así España, Alemania, Italia y Francia aglutinan
y quinolonas siguen siendo los fármacos de elección, aunque el 70,3% de todos los casos, mientras que su población solo
determinadas situaciones clínicas (inmunodepresión, emba- representa el 49,9% del total europeo. Concretamente, en
razo, riesgo de cronicidad) o potenciales interacciones acon- España la incidencia en 2015 se situó en 2,12 casos por cada
sejen usar medicamentos alternativos y determinen la dura- 100.000 habitantes. Aproximadamente, en el 70% de los ca-
ción del tratamiento. sos la neumonía por Legionella fue adquirida en la comuni-
En esta actualización, revisaremos en detalle la neumonía dad, en un 20% se asoció a viajes y en el 10% restante se ligó
causada por Legionella spp. y Coxiella burnetii, además de a la asistencia sanitaria. El 90% de los casos notificados en
otras bacterias más infrecuentes en las que la neumonía no es Europa de 2011 a 2015 fueron esporádicos, mientras que el
la presentación clínica habitual, pero sí puede aparecer en resto se presentó agrupado en forma de brotes3. Alrededor
algunas ocasiones. La neumonía causada por Mycoplasma del 3% del total de casos de neumonía adquirida en la comu-
pneumoniae y Clamydophila ssp. se desarrolla en otra actuali- nidad son debidos a L. pneumophila6.
zación de esta unidad temática. Las especies de Legionella se encuentran distribuidas am-
pliamente en entornos acuáticos, tanto masas de agua natura-
les como artificiales (sistemas de distribución de aguas, torres
Neumonía por Legionella spp. de refrigeración, equipos industriales, fuentes ornamentales,
spas o dispositivos hospitalarios como nebulizadores). Crecen
Entre los patógenos causantes de neumonía, tanto adquirida a temperaturas de 20-50ºC y se mantienen como parásitos
en la comunidad como asociada a la atención sanitaria, están intracelulares de amebas, protozoos y algunos mohos que a su
las bacterias del género Legionella. La neumonía provocada vez forman biofilms que perpetúan la presencia de estas bacte-
por Legionella spp. también es conocida como enfermedad de rias en el medio acuático. La transmisión a los seres humanos
los legionarios, en relación con el primer brote identificado fundamentalmente tiene lugar a través de la inhalación de
durante una convención de la Legión Americana en 1976. aerosoles contaminados, mientras que las microaspiraciones o
Otra manifestación de la legionelosis es la fiebre de Pontiac la inoculación de heridas con agua contaminada suponen for-
que se presenta como un cuadro febril autolimitado no neu- mas de transmisión menos habituales. Si bien recientemente
mónico. se ha notificado un caso en el que se sugiere la transmisión
entre seres humanos como probable modo de adquisición7,
no se ha demostrado el contagio de persona a persona, por lo
Microbiología que no son necesarias especiales medidas de aislamiento en
caso de ingreso hospitalario2,4.
El género Legionella está formado por 59 especies y más de Los factores de riesgo para infección por Legionella rela-
70 serogrupos distintos de pequeños bacilos filamentosos, cionados con el huésped incluyen: enfermedad pulmonar
Gram negativos y aerobios. De todas las especies, aproxima- crónica, hábito tabáquico, edad superior a 50 años, sexo mas-
damente 30 causan infecciones en seres humanos, principal- culino, inmunodepresión, neoplasias hematológicas (en es-
mente respiratorias. La especie patógena más frecuente y pecial la tricoleucemia) y de órganos sólidos, entre otros. En
virulenta es L. pneumophila, especialmente serotipo 1 (Lp1), cuanto a la inmunodepresión, el riesgo de neumonía por Le-
causante de aproximadamente el 80% de los casos. Otras es- gionella es mayor en aquellos pacientes en tratamiento con
pecies patógenas menos frecuentes y aisladas sobre todo en esteroides o con anticuerpos antifactor de necrosis tumoral
individuos inmunocomprometidos son L. micdadei, L. boze- alfa (TNF-_) y en trasplantados. Sin embargo, la neutrope-
manae y L. dumoffii 2-4. nia o la infección por el virus de la inmunodeficiencia huma-
Legionella longbeachae es la especie causante de la enfer- na (VIH) no se han establecido claramente como factores de
medad de los legionarios predominante en Australia y Nueva riesgo para la adquisición de la enfermedad4.

3176 Medicine. 2018;12(54):3175-85


NEUMONÍAS BACTERIANAS NO NEUMOCÓCICAS (I). INFECCIONES POR LEGIONELLA. FIEBRE Q. OTRAS

Biopatogenia TABLA 1
Alteraciones clínicas y analíticas que sugieren a Legionella como agente
etiológico de la neumonía de la comunidad
Tras ser inhaladas, las bacterias se adhieren a las células epi-
teliales respiratorias y a los macrófagos alveolares, usando Fiebre > 39ºC asociada a bradicardia relativa
entre otros mecanismos la proteína potenciadora de la infec- Síntomas gastrointestinales, especialmente diarrea

tividad macrofágica. Dicha proteína se encuentra codificada Síntomas neurológicos, especialmente confusión

por el gen mip y es un elemento necesario en la patogenici- Hiponatremia


Aumento de enzimas hepáticas
dad de Legionella. Tras la adhesión, son fagocitadas por los
Hematuria
macrófagos alveolares, y una vez en su interior inhiben su
Tinción de Gram de muestra respiratoria con predominio de neutrófilos y escasos o
destrucción comenzando a multiplicarse. Los mecanismos nulos microorganismos
por los que inhiben la capacidad bactericida de los fagocitos No respuesta clínica al tratamiento con betalactámicos
son variados: impiden la unión del fagosoma con lisosomas,
reducen su acidificación y maduración, alteran el transporte
intracelular de organelas e inhiben la producción de radica- 3. Hiponatremia; aunque puede observarse en cualquier
les libres. Estos mecanismos son regulados principalmente a proceso con afectación pulmonar, una hiponatremia grave en
partir de un sistema de virulencia codificado en los genes el contexto de una neumonía orienta hacia la enfermedad de
dot/icm. Otros factores implicados en la virulencia son el li- los legionarios.
popolisacárido, varias citotoxinas, quelantes del hierro, meta- 4. Hipofosfatemia de aparición temprana y transitoria
loproteasas y la presencia de un antígeno de superficie reco- recuperando niveles normales rápidamente, por lo que en
nocido por el anticuerpo MAb3/1 del panel de Dressden4. muchas ocasiones es inadvertida.
5. Aumento leve de enzimas hepáticas (alanina-amino-
transferasa y aspartato-aminotransferasa) y de la creatinqui-
Manifestaciones clínicas nasa.
6. Hematuria microscópica, igualmente de aparición
La enfermedad de los legionarios se manifiesta clínicamente temprana y transitoria.
como una neumonía aguda englobada dentro de las atípicas,
aunque puede llegar a ser indistinguible de una neumonía Hallazgos radiológicos
típica. Tiene un periodo de incubación de unos 2 a 14 días y En la neumonía por Legionella puede observarse cualquier
suele precederse de pródromos inespecíficos como cefalea, tipo de patrón radiológico, ya que ninguno es característico
mialgias, astenia y anorexia. Una vez establecida la neumo- de la misma. Habitualmente suelen ser patrones unilaterales,
nía, la clínica respiratoria más frecuente es la disnea, seguida asimétricos y rápidamente progresivos. Lo más frecuente es
de la tos inicialmente no productiva, aunque puede acompa- que se presente como un infiltrado alveolar parcheado de
ñarse de expectoración purulenta en la mitad de los casos y localización unilobar que progresa hacia la consolidación en
con menos frecuencia dolor pleurítico. La fiebre alta habi- varios días (fig. 1). El empeoramiento de los hallazgos radio-
tualmente superior a 38,8ºC suele ser un hallazgo constante. lógicos en un contexto de mejoría clínica es común en este
Es característica de la enfermedad de los legionarios la pre- tipo de neumonía y no debe alterar en un principio las me-
sencia de bradicardia relativa para la temperatura del pacien- didas terapéuticas. Menos frecuentemente puede presentarse
te, hallazgo que también puede encontrarse en casos de fie- como un infiltrado intersticial difuso. De forma ocasional se
bre Q o psitacosis. Además de las manifestaciones propias de observan imágenes de derrame pleural pero de pequeña
la neumonía, puede asociar clínica gastrointestinal (dolor cuantía. Las imágenes de cavitaciones son raras, aunque pue-
abdominal, diarrea, náuseas y vómitos) y neurológica (cefalea den presentarse durante el desarrollo de la enfermedad en
y confusión mental). Se han descrito complicaciones poco pacientes inmunocomprometidos9.
frecuentes consistentes en pericarditis, miocarditis y endo-
carditis2,8.

Diagnóstico
Hallazgos de laboratorio
Existen varios hallazgos analíticos inespecíficos que orientan
el diagnóstico hacia una posible neumonía por Legionella8
(tabla 1):
1. Leucocitosis con desviación izquierda acompañada de
linfopenia relativa.
2. Aumento de reactantes de fase aguda, proteína C reac-
tiva, velocidad de sedimentación globular y ferritina, al igual
que en otros procesos neumónicos, aunque en la neumonía
por Legionella la ferritina suele elevarse de forma más impor- Fig. 1. Neumonía retrocardíaca por Legionella. El aspecto radiológico es indis-
tante y persistente. tinguible de neumonías por otros gérmenes.

Medicine. 2018;12(54):3175-85 3177


ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VI)

Diagnóstico microbiológico identificar tanto secuencias génicas comunes a las distintas


Dado que el inicio del tratamiento adecuado impacta en el especies del género Legionella como genes específicos de
pronóstico, es importante solicitar las pruebas microbiológi- L. pneumophila. Para la detección específica de L. pneumophi-
cas necesarias y disponibles para no retrasar el diagnóstico. la, la mayoría de los laboratorios usan como diana el gen mip.
Asimismo, desde el punto de vista epidemiológico, es impor- La sensibilidad de la técnica depende fundamentalmente del
tante la identificación microbiológica al tratarse de una en- tipo de muestra obtenida. En muestras de lavado broncoal-
fermedad de declaración obligatoria. A continuación se ex- veolar, la sensibilidad se sitúa en el 92-99%, mientras que en
ponen los distintos métodos existentes para el diagnóstico muestras respiratorias no invasivas (esputo y exudado farín-
microbiológico. geo) esta alcanza el 60-98%, resultando significativamente
mayor a la de la antigenuria. En especímenes de orina y san-
Cultivo microbiológico. Se mantiene como el patrón oro en gre la sensibilidad es inferior al 50%, por lo que no se reco-
el diagnóstico de la legionelosis, aunque cada vez es menos mienda su uso dada la baja rentabilidad clínica. La especifici-
usado. Las muestras respiratorias se siembran en el medio de dad de la técnica es del 90-99%. Con respecto al cultivo,
cultivo especial BYCE (buffered charcoal yeast extract), enrique- presenta como ventajas la rapidez y la capacidad de detectar
cido con antibióticos que inhiben el crecimiento de otros mi- Legionella spp. aun en muestras con baja carga bacteriana o
croorganismos. En la mayoría de los casos, Legionella spp. una vez iniciado el tratamiento antibiótico. La PCR en
crece en unos 3 o 5 días, aunque en caso contrario se mantie- muestras respiratorias no invasivas permite diagnosticar co-
ne la incubación durante dos semanas. La sensibilidad del rrectamente un 18% de casos de enfermedad de los legiona-
cultivo es muy variable, situándose entre el 20-80% y depen- rios con antigenuria negativa. Por tanto, el uso de la misma
diendo fundamentalmente de la muestra obtenida; así en pa- combinada con otras técnicas diagnósticas, como el antígeno
cientes con baja producción de esputo la sensibilidad del cul- urinario, puede aumentar la sensibilidad en el diagnóstico de
tivo disminuye. De igual modo, la gravedad de la enfermedad neumonía por Legionella en casos leves, con baja carga bacte-
influye en la sensibilidad de este método; en casos más graves riana o producidos por especies o serotipos distintos a
la carga bacteriana suele ser mayor, por lo que la sensibilidad L. pneumophila serotipo 110,12.
aumenta. La especificidad del cultivo por definición es del
100%. A pesar de la dificultad en la obtención de las muestras, Serología. El diagnóstico serológico requiere dos determi-
el cultivo ofrece como ventajas la capacidad de identificar la naciones, una en fase aguda y la siguiente a las 4-10 semanas,
mayoría de especies de Legionella spp., así como la utilidad en en la que se observe un incremento en los títulos de anticuer-
la investigación epidemiológica de los posibles brotes4,10. pos de al menos 4 veces con respecto a la primera severocon-
versión. La sensibilidad es del 40-80%, con una alta especi-
Antígeno urinario. La detección del antígeno urinario es ficidad en torno al 95%. Títulos altos en fase aguda no son
específica para L. pneumophila serotipo 1 y se puede llevar diagnósticos por sí mismos, ya que pueden estar presentes en
a cabo tanto por inmunoanálisis ligado a enzimas (EIA y personas sanas, en pacientes con infecciones subclínicas pre-
ELISA) como por inmunocromatografía. El antígeno co- vias o como reacción cruzada a otros Gram negativos. Ac-
mienza a excretarse en la orina a los 2 o 3 días del comienzo tualmente no se recomienda el uso de la serología como úni-
de la clínica y puede persistir hasta varias semanas, incluso co método diagnóstico6,10.
tras recibir tratamiento antibiótico o tras la resolución de la
enfermedad. La especificidad para L. pneumophila serotipo 1 Tinción e inmunofluorescencia directa. La tinción de
se sitúa en torno al 95-100%, ya que puede presentar reacti- Gram sobre muestras respiratorias no suele ser diagnóstica,
vidad cruzada frente a otras especies y serogrupos del géne- observándose abundantes neutrófilos con pocos o ningún
ro. La sensibilidad varía entre el 70-90%, aumentando con la microorganismo. La tinción modificada con fucsina puede
concentración de la orina y con la gravedad de la enferme- aumentar el rendimiento, aunque sigue teniendo poco valor.
dad. Así, en casos leves o moderados la realización conjunta Se puede emplear la inmunoflurorescencia directa sobre
de otras pruebas aumenta la sensibilidad en el diagnóstico muestras respiratorias, si bien la sensibilidad continúa siendo
microbiológico. Actualmente, la detección del antígeno en baja, además de presentar reacciones cruzadas con otros pa-
orina es el método más usado en Europa y Estados Unidos. tógenos4.
Ello es debido a su rapidez y sencillez, a la facilidad en la
obtención de la muestra y al bajo coste que presenta. Si bien
L. pneumophila serotipo 1 es la especie que con mayor fre- Tratamiento
cuencia causa la enfermedad de los legionarios, desde el uso
mayoritario del antígeno en orina en el diagnóstico, la fre- Debido al crecimiento intracelular de las bacterias del géne-
cuencia de este serotipo se ha incrementado aún más. Esto ro Legionella, el tratamiento debe llevarse a cabo con antibió-
sugiere que puede que se infradiagnostiquen casos produci- ticos con biodisponibilidad y efectividad en el medio intrace-
dos por otras especies y serogrupos, por lo que ante casos lular. Desde este punto de vista, los macrólidos, quinolonas y
sospechosos con antígeno urinario negativo está indicada la tetracicilinas serían antibióticos efectivos en el tratamiento
realización de otras técnicas microbiológicas10,11. de la legionelosis. Los betalactámicos son ineficaces en el
tratamiento y, por ende, debe sospecharse Legionella spp.
Reacción en cadena de la polimerasa. Mediante la técnica como etiología ante neumonías que no respondan a estos
de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es posible antibióticos.

3178 Medicine. 2018;12(54):3175-85


NEUMONÍAS BACTERIANAS NO NEUMOCÓCICAS (I). INFECCIONES POR LEGIONELLA. FIEBRE Q. OTRAS

Hay que señalar que no existe ningún ensayo clínico dencia de su eficacia frente a monoterapia. Se prefiere ini-
prospectivo y aleatorizado que compare las distintas posibi- cialmente la administración por vía intravenosa, hasta la des-
lidades terapéuticas, si bien existen varios trabajos que revi- fervescencia, debido a las posibles alteraciones en la absorción
san de forma retrospectiva las distintas opciones. El uso de causadas por las propias manifestaciones gastrointestinales
macrólidos frente a levofloxacino en casos de neumonía gra- de la enfermedad. En cuanto a la duración del tratamiento,
ve se ha relacionado en algunos estudios con una recupera- habitualmente 7-10 días son suficientes, aunque puede pro-
ción clínica más tardía y con una estancia hospitalaria ma- longarse incluso hasta 21 días en pacientes inmunocompro-
yor13. Por otra parte, una revisión actual identifica peores metidos2,6,15.
resultados específicamente con claritromicina, pero no con Además del tratamiento antibiótico, en las neumonías
azitromicina, cuando se comparan ambos con levofloxaci- por Legionella, al igual que en las producidas por otras etio-
no14. logías, puede ser necesario el uso de oxigenoterapia y fluido-
Por tanto, ante una neumonía por Legionella, se reco- terapia entre otras medidas adyuvantes. Los criterios de in-
mienda un tratamiento antibiótico con levofloxacino greso hospitalario o en unidad de cuidados intensivos se
(500 mg-1 g/24 horas), especialmente en casos graves o no- revisan en un protocolo de esta Unidad Temática.
socomiales, o azitromicina (1 g como dosis inicial, seguido de
500 mg/24 horas). Alternativamente pueden emplearse doxi-
ciclina (100 mg/12 horas) o rifampicina (300-600 mg/12 ho- Pronóstico
ras) (tabla 2). La combinación de distintos fármacos como
levofloxacino asociado a rifampicina o azitromicina puede Según datos de la red de vigilancia europea, la mortalidad
considerarse en pacientes graves, si bien no existe clara evi- presenta una tendencia descendente: así en 2015 el 8,1% de

TABLA 2
Aspectos más relevantes o frecuentes de los fármacos utilizados para el tratamiento de la neumonía indicados en esta unidad temática

Fármaco Posología Efectos secundarios Interacciones Ajuste IR/IH Contraindicaciones/


precauciones
Levofloxacino 500-750 mg/día, i.v./v.o. Convulsiones, taquicardia, Antiácidos con magnesio o FG 20-50: 250 mg/día Epilepsia conocida
alargamiento QT aluminio
FG < 20: 250 mg/2 días Tendinitis en tratamientos
Hierro oral prolongados
IH: no ajuste
Azitromicina 1 g carga, seguido por Gastrointestinales Digoxina No ajuste
500 mg/día i.v./v.o.
Claritromicina 500 mg/12 h, i.v./v.o. Alargamiento QT Aumenta concentración FG < 30: 500 mg/día Flebitis química por vía i.v.
sérica de fármacos
Gastrointestinales metabolizados por citocromo IH: no ajuste
P-450
Rifampicina, amiodarona,
digoxina, anticoagulantes
orales, inmunosupresores
Doxiciclina 100 mg/12 h, i.v./v.o. Fotosensibilidad Anticonceptivos, diuréticos No ajuste Evitar exposición directa solar
tiazídicos, sales de aluminio/
Gastrointestinales calcio/magnesio/hierro Evitar en embarazadas y
menores de 8 años
Rifampicina 300-600 mg/12 h v.o. Hepatotoxicidad Inductor de enzimas FG < 10: 300 mg/día En caso de hepatopatía, utilizar
microsomales hepáticas, solo si es indispensable y con
Color anaranjado orina altera niveles de muchos IH: no ajuste vigilancia estrecha
fármacos
Cotrimoxazol 160/800 mg/8-12 h, i.v./v.o. Hiperpotasemia Anticonceptivos orales FG 10-30: 160/800 mg/día En tratamientos prolongados
puede producir anemia,
(trimetoprim/sulfametoxazol) Toxicidad hepática con Antidepresivos tricíclicos FG < 10: 80/400 mg/día leucopenia o trombopenia.
ictericia Administrar ácido fólico y
Child-Pug C: disminuir dosis
o evitar vigilar
Estreptomicina 1 g/12 h, i.m. FG 10-50: 1 g/1-3 días Vigilancia función renal
FG < 10: 0.5-1 g/3-4 días
IH: no ajuste
Bloqueo neuromuscular
Gentamicina 5 mg/kg/día i.v./i.m. en dos Afectación VIII par craneal FG 40-60: 5 mg/kg/36 h Monitorizar niveles
dosis plasmáticos
nefrotoxicidad FG 20-40:
5 mg/kg/dos días Vigilancia función renal
FG < 20: 2 mg/kg/2 días
IH: no ajuste
Ceftriaxona 1 g/día, i.v./i.m. Diarrea, barro biliar No ajuste Contraindicado si anafilaxia
previa a penicilinas
Reacción hipersensibilidad
Nefritis intersticial
Hidroxicloroquina 200 mg/8 h, v.o. Hepatopatía, alteración de la Vacunas con virus vivos Monitorizar niveles Realizar examen de fondo de
agudeza o campo visual, atenuados ojo semestral
hipoglucemia, miopatía
Moxifloxacino, digoxina, Separar de toma de antiácidos
amiodarona
FG: filtrado glomeural medido en ml/minuto; IH: insuficiencia hepática; i.m.: vía intramuscular; IR: insuficiencia renal; i.v.: vía intravenosa; v.o.: vía oral.

Medicine. 2018;12(54):3175-85 3179


ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VI)

los casos diagnosticados fallecieron frente al 10,5% de muer- Varios productos contaminados procedentes de estos
tes registradas en 20113. animales se pueden convertir en foco de infección: placentas
Entre los factores pronósticos, uno de los principales es expulsadas tras el parto, orina, heces, etc. Más de 40 especies
el tiempo hasta el inicio de la antibioterapia adecuada. Otros de garrapata se comportan como vectores de la enfermedad
factores indicadores de mal pronóstico son las edades extre- entre animales y quizás tengan algún papel en la transmisión
mas, la adquisición nosocomial, la existencia de enfermedad de la enfermedad entre seres humanos, pero no está demos-
pulmonar crónica concomitante, la inmunodepresión (in- trado y de existir representaría un porcentaje insignificante17.
cluida infección por el VIH), la afectación multilobar con Son factores de riesgo asociados a la infección por C. bur-
insuficiencia respiratoria e hipoxemia severa, la necesidad de netii ciertas ocupaciones laborales (ganaderos, veterinarios,
ventilación mecánica, shock séptico y disfunción renal, entre carniceros), vivir en áreas rurales o cercanas a granjas y viajes
otros. A largo plazo, una vez resuelta la neumonía, se han recientes a zonas endémicas18.
descrito síntomas residuales como fatiga crónica y síntomas La infección en seres humanos tiene lugar de dos formas
neuromusculares15. principales: tras la inhalación de partículas transmitidas por
vía aérea (la más frecuente) y tras la ingesta de productos lác-
teos no pasteurizados contaminados17. Se han descrito algunos
Neumonía por fiebre Q casos esporádicos de transmisión entre personas, aunque bajo
condiciones extremadamente específicas e infrecuentes19,20.
La fiebre Q es una zoonosis de distribución mundial causada por Hay dos formas estructurales de C. burnetii: las variantes
Coxiella burnetii. Fue descrita por primera vez en 1936 por el celulares pequeñas (muy resistentes a estrés ambiental) y las
doctor E.H. Derrick y su nombre tiene origen en la palabra variantes celulares grandes (capaces de multiplicarse dentro
inglesa query (interrogante, duda). Puede propagarse a través de los monocitos o macrófagos del huésped). Una vez se pro-
de animales infectados y es capaz de causar un amplio abani- duce la inhalación de aerosoles o bien la ingesta de grandes
co de manifestaciones clínicas agudas y crónicas, si bien es inóculos tiene lugar un periodo de incubación que dura entre
cierto que algunas de ellas son bastante infrecuentes16. Debi- 1 y 3 semanas, durante el cual las variantes celulares peque-
do a la sintomatología inespecífica que causa normalmente y ñas se fagocitan y reordenan dentro de las grandes y se pro-
a que suele ser una infección autolimitada, el diagnóstico duce la fusión del fagosoma y el lisosoma. En el entorno
clínico es difícil y en muchos casos pasa inadvertido. La fie- ácido del fagolisosoma se produce la replicación de estas va-
bre Q es una enfermedad de declaración obligatoria (RD riantes celulares grandes, de manera que en algún momento
617/2007). Debido a sus singulares características, resisten- de su ciclo de replicación se reorganizarán en variantes pe-
cia en el medio a través de esporas, difusión por el aire y alta queñas para ser liberadas de la célula infectada y poder pasar
virulencia, se considera que puede ser usada para fines terro- al entorno, siendo infecciosas durante meses o años16. De
ristas17. este modo, es capaz de sobrevivir, multiplicarse y permane-
La neumonía producida por C. burnetii es una de las ma- cer durante largos periodos de tiempo en el interior de estas
nifestaciones clínicas posibles en el contexto de una fiebre Q células, otorgándole la capacidad de producir tanto enferme-
aguda, y aunque no se trata de uno de los agentes más fre- dad aguda como crónica.
cuentes en nuestro país, es necesario contemplarlo siempre en La fiebre Q se ha descrito en casi todos los países, obser-
el diagnóstico diferencial de cuadros respiratorios atípicos. vándose la influencia de diversos factores en cuanto a su dis-
tribución y formas de presentación. Las zonas donde predo-
mina de forma endémica son aquellas en las que se pueden
Microbiología identificar actividades de riesgo como ganadería o turismo
rural, como ocurre en Francia, España o EE.UU. Por otro
C. burnetii fue clasificada inicialmente en el género Rickettsia lado, la detección de brotes suele encontrarse en relación con
debido a su particular tinción, a su crecimiento intracelular y a animales domésticos o de granja infectados17,21.
su asociación a artrópodos (garrapatas), pero hoy en día se re- La aparición del último brote en los Países Bajos entre
conoce que guarda relación con Legionella y no con Rickettsia, los años 2007 y 2010 muestra nuevamente que la exposición
clasificándose así dentro de la subdivisión gamma de las pro- a animales infectados es un factor crucial para la transmisión
teobacterias. Se trata de una bacteria Gram negativa con for- de la enfermedad. Además hace patente la problemática ac-
ma de cocobacilo, teñible con el método Giménez o Giemsa tual en cuanto a la prevención de la infección, sobre todo en
y de crecimiento intracelular obligado16. relación con controles en animales, inexistentes, y al desarro-
llo de vacunas y tratamientos efectivos22.

Epidemiología y biopatogenia
Manifestaciones clínicas
C. burnetii afecta a aves, mamíferos y garrapatas. Los princi-
pales reservorios para la infección se seres humanos son los La infección por C. burnetii cursa de forma asintomática en
animales de granja (cabras, ovejas, vacas) y los animales do- el 60% de los casos. Aquellas personas que presentan sínto-
mésticos (perros, gatos y conejos); con mucha menor fre- mas pueden experimentar una gran variedad de cuadros clí-
cuencia se han descrito casos tras el contacto con gran varie- nicos englobados en agudos y crónicos según el tiempo de
dad de animales salvajes, incluyendo canguros y perezosos. desarrollo y los tipos y títulos de anticuerpos generados.

3180 Medicine. 2018;12(54):3175-85


NEUMONÍAS BACTERIANAS NO NEUMOCÓCICAS (I). INFECCIONES POR LEGIONELLA. FIEBRE Q. OTRAS

En el caso de la fiebre Q aguda, la manifestación clínica que en líneas generales predomina la forma febril como ma-
más frecuente es un cuadro de fiebre elevada (fiebre de du- nifestación clínica principal de la fiebre Q, aunque en la zona
ración intermedia, de 7 a 21 días) y autolimitada con cefalea, del País Vasco y alrededores, como La Rioja, predomina la
aunque puede desarrollarse también como una neumonía de forma neumónica29. Además, en estas series el cuadro neu-
características clínicas y radiológicas atípicas o hepatitis, y mónico predomina durante los meses de invierno, posible-
más raramente miocarditis, pericarditis o meningoencefali- mente en relación con las bajas temperaturas y las infeccio-
tis. Estas expresiones clínicas pueden coexistir21,23. nes víricas que incrementan la susceptibilidad de la mucosa
La neumonía por C. burnetii suele ser leve y cursa princi- del tracto respiratorio30.
palmente con fiebre elevada, tos no productiva y cefalea in-
tensa de localización retroorbitaria. El cuadro neumónico se
asocia con frecuencia a manifestaciones extrapulmonares Diagnóstico diferencial
como mialgias, artralgias, dolor de garganta, bradicardia re-
lativa, náuseas, vómitos o diarrea. En casos más graves, puede Dadas las características clínicas y radiológicas de la neumo-
producir disnea, dolor de características pleuríticas, sudora- nía por fiebre Q, indistinguibles de las causadas por otros
ción profusa e incluso distrés respiratorio agudo. Mediante agentes infecciosos, es necesario incorporarlo al diagnóstico
auscultación pulmonar, lo más frecuente es detectar altera- diferencial de cuadros neumónicos atípicos. Recientemente,
ciones mínimas o algunos estertores crepitantes, y más rara- y a partir de brotes en relación con los factores epidemioló-
mente signos sugestivos de consolidación21,24. gicos descritos, se ha tomado mayor conciencia en cuanto a
Las manifestaciones radiológicas, al igual que las clíni- la incorporación de la fiebre Q a la rutina diagnóstica, obser-
cas, son indistinguibles de las que producen otros micro- vándose que para descartar C. burnetii de otros microorga-
organismos. Los hallazgos más frecuentes son conso- nismos atípicos es necesario y fundamental hacer uso de la
lidaciones segmentarias o lobares, normalmente únicas y serología. Ciertamente los antecedentes de contacto con ani-
unilaterales18. También se han descrito patrones intersticia- males ayudan a la sospecha diagnóstica, pero no sustituyen
les, opacidades segmentarias, atelectasias, fusiones pleurales en ningún caso a herramientas de diagnóstico microbiológi-
y excepcionalmente pseudotumores24. La resolución obte- co1. De hecho, hasta la mitad de los casos de fiebre Q aguda
nida con la tomografía computadorizada (TC) ha mostrado se han presentado en pacientes residentes en un entorno
la capacidad de C. burnetii para producir afectación de ca- urbano23.
rácter segmentario, lobar y multilobar o parcheada, a veces
asociada a un aumento del tamaño de los ganglios linfáti-
cos25. Diagnóstico
Las formas crónicas de fiebre Q son infrecuentes, ocu-
rren en menos del 5% de los pacientes tras un episodio agu- El diagnóstico de neumonía por fiebre Q puede establecerse
do18, cursando típicamente como una endocarditis subaguda. mediante técnicas de demostración directa o indirecta de la
Aunque raramente, también pueden manifestarse como in- bacteria. Las técnicas de detección directa son el cultivo (que
fecciones vasculares sobre aneurismas e injertos, afectación no se realiza salvo en laboratorios de experimentación con
osteoarticular, hepatitis crónica, infecciones pulmonares cró- adecuado nivel de bioseguridad y personal especializado),
nicas o síndrome de fatiga crónica. Se han descrito algunos tinción con Giemsa o Giménez y la detección de ADN bac-
factores de riesgo para padecer fiebre Q crónica que varían teriano mediante el uso de PCR, no accesible normalmente
según los autores (tabla 3). El tratamiento adecuado de la para el diagnóstico de rutina). Las técnicas de detección in-
neumonía por fiebre Q aguda no solo disminuye la duración directa son las más empleadas, siendo el método de referen-
de la fiebre y resuelve el cuadro neumónico, sino que tam- cia las técnicas serológicas mediante inmunofluorescencia
bién se ha descrito como un factor relacionado con la dismi- indirecta.
nución del riesgo de desarrollo de cronicidad28. C. burnetii sufre una variación en su antígeno principal, el
Las formas de presentación clínica tienen una clara in- lipopolisacárido de pared, de forma que inicialmente se en-
fluencia geográfica y estacional. En España, se ha observado cuentra en forma de carbohidrato complejo capaz de inhibir
la interacción de los anticuerpos con las proteínas de super-
TABLA 3 ficie (antígenos de fase I), y posteriormente tras la mutación de
Factores de riesgo para la evolución a cronicidad tras un episodio deleción se exponen a los anticuerpos (antígenos de fase II).
de fiebre Q aguda Cuando se aísla de animales y seres humanos infectados, de
Raoult D, et al26 Grupo holandés27
forma natural o en el laboratorio, C. burnetii está en fase I
Valvulopatía cardíaca Valvulopatía cardíaca o prótesis valvular
que es una forma altamente infecciosa. En subcultivos se
Prótesis valvular Aneurisma aórtico o prótesis vascular
produce el cambio a fase II, la cual no es infecciosa31.
Valvulopatía reumática
aórtica Durante la infección aguda se desarrollan títulos eleva-
Insuficiencia mitral moderada
Inmunosupresión dos de anticuerpos tipo inmunoglobulina (Ig) M de fase II y
Prolapso mitral
Edad avanzada posteriormente de fase I, que en ocasiones no son detectables
Embarazo hasta pasadas 3-4 semanas del cuadro, y posteriormente apa-
Válvula aórtica bicúspide
Insuficiencia renal recen anticuerpos IgG frente a fase II y después a fase I, en
Varón > 45 años
Persistencia de niveles de IgG fase I ≥ títulos no muy elevados cuando no hay evolución a
1/400
cronicidad16 (fig. 2).

Medicine. 2018;12(54):3175-85 3181


ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VI)

o como mínimo un descenso de cuatro


diluciones sobre el valor inicial. Trata-
mientos alternativos serían la asocia-
Fase aguda Fase convaleciente
ción de doxiciclina con levofloxacino
≥ 1280
o secundariamente con rifampicina o
640 cotrimoxazol, debiendo mantenerse
320
como mínimo 3 años21. En mujeres
Título de anticuerpos

embarazadas y niños menores de 8


160 años está contraindicado el uso de do-
80 xiciclina, por lo que el tratamiento de
elección es cotrimoxazol.
40

20

10 Pronóstico y seguimiento
<10
IgM Fase II Una vez se ha llegado al diagnóstico de
IgM Fase I neumonía por fiebre Q y se ha pautado
IgG Fase II
IgG Fase I
el tratamiento adecuado, es necesario
IgA Fase II valorar los distintos factores de riesgo
para desarrollar fiebre Q crónica y es-
1 2 3 4 5 6 15 45 145 430
Inicio de la enfermedad Tiempo (semanas)
tablecer así los periodos de seguimien-
to convenientes (tabla 3). En pacientes
Fig. 2. Evolución de los distintos anticuerpos detectables al realizar estudio serológico de la fiebre Q aguda. sin factores de riesgo se podría evaluar
Para la inmunoglobulina (Ig) G fase I (línea amarilla) se representa como continua la evolución que tendría clínica y serológicamente en 6 meses,
en caso de curación y discontinua en caso de evolución a cronicidad. explicando los síntomas por los que
consultar antes de este tiempo: cansan-
cio, fiebre, pérdida de peso, sudores
Los anticuerpos de fase II son detectables a partir de los nocturnos, etc. En pacientes que sí presenten factores de
7-15 días tras el inicio de la clínica (hasta el 90% en la terce- riesgo es oportuno realizar un seguimiento más prolongado,
ra semana) y descienden en los 3-6 meses siguientes, consi- realizando controles a los 3, 6, 12, 18 y 24 meses (fig. 3).
derándose significativos títulos de IgG igual o superior a Si durante este seguimiento aparece clínica sugestiva
1/200 y de IgM igual o superior a 1/50. Es importante la acompañada de aumento de anticuerpos IgG de fase I (título
obtención de dos muestras separadas entre 3 y 6 semanas, igual o mayor de 1/800) estaríamos ante un probable caso de
una en el periodo agudo y otra en el periodo convaleciente, fiebre Q crónica, siendo la endocarditis la complicación más
ya que el aumento de cuatro veces los títulos de anticuerpos habitual. Entonces, se debe completar el estudio mediante la
de fase II, tanto IgM como IgG, confirmaría el diagnóstico. realización de un ecocardiograma transtorácico (ETT) o
Si los niveles de anticuerpos de fase I tipo IgG se mantienen transesofágico (ETE) u otras pruebas necesarias para locali-
superiores a 1/800, sugiere la probable evolución a cronici- zar el foco de infección crónica (TC, tomografía por emisión
dad tras el episodio agudo de fiebre Q. Estos puntos de cor- de positrones). En caso de confirmarse la infección crónica,
te son diferentes para cada área geográfica y dependen de la el tratamiento debe ser prolongado como referimos ante-
técnica serológica utilizada18,31. riormente. Si se alcanzan títulos negativos y el paciente se
Se han descrito reacciones cruzadas entre Coxiella, Legio- encuentra asintomático, se puede asumir la curación, con la
nella y Bartonella, aunque los anticuerpos normalmente tie- consiguiente interrupción del tratamiento antibiótico. Dadas
nen títulos bajos y no deben llevar a errores de diagnóstico. las posibilidades que existen de recaída, es aconsejable conti-
nuar el seguimiento durante un mínimo de cinco años, sobre
todo en pacientes con daños valvulares severos18.
Tratamiento Actualmente existe controversia sobre la mejor estrategia
de seguimiento tras un episodio de fiebre Q aguda. El equipo
El tratamiento de primera línea para la neumonía por fiebre francés del doctor D. Raoult aconseja que a todos los pacien-
Q es doxiciclina 100 mg cada 12 horas durante 7-14 días por tes se les realice un ETT durante el episodio agudo de fiebre
vía oral. Otras alternativas válidas serían fluoroquinolonas Q; en caso de brote y dificultad logística, priorizar a varones
tipo levofloxacino o moxifloxacino, así como macrólidos mayores de 45 años o pacientes con niveles de IgG fase I
como claritromicina18 (tabla 2). En la fiebre Q crónica hay igual o superior a 1/400. En caso de tener cualquier valvulo-
que prolongar el tratamiento durante 18 meses como míni- patía predisponente a endocarditis (tabla 3), aconsejan un
mo (24 meses en caso de endocarditis sobre válvula protési- tratamiento con doxiciclina más hidroxicloroquina durante
ca), asociando hidroxicloroquina 200 mg cada 8 horas al tra- un año para evitar su aparición; si no tienen valvulopatía pero
tamiento con doxiciclina y siendo necesario realizar controles en el seguimiento desarrollan niveles de IgG fase I igual o
hasta obtener idealmente títulos mantenidos de IgG meno- mayor a 1/800, realizar ETE para descartar valvulopatía con
res de 1/800 e IgA menor a 1/50 frente a antígenos de fase I, mayor precisión, prescribiendo tratamiento durante un año

3182 Medicine. 2018;12(54):3175-85


NEUMONÍAS BACTERIANAS NO NEUMOCÓCICAS (I). INFECCIONES POR LEGIONELLA. FIEBRE Q. OTRAS

en caso de tenerla32. Sin embargo, el


grupo holandés, basándose en su expe-
riencia, así como las guías del CDC
aconsejan un seguimiento clínico y se- Paciente con fiebre, cefalea, mialgias, artralgias, neumonía de características
atípicas o hepatitis
rológico y tratamiento solo en caso de Antecedentes de contacto con animales de riesgo
confirmarse la infección crónica, pero Sospecha clínica
nunca profiláctico18,27 (fig. 3).

1º realizar pruebas diagnósticas 2º


Otras neumonías no comenzar tratamiento con doxiciclina
No esperar resultados de laboratorio para comenzar el tratamiento ante la sospecha
neumocócicas clínica de fiebre Q.

Tifus murino
Incremento (x 4) de los niveles de IgG o IgM frente a antígenos de fase II en muestras
Esta entidad está producida por Ric- separadas
Niveles de IgG ≥ 1/200 para antígenos de fase II en la fase convaleciente
kettsia typhi, transmitida a través de Detección de DNA mediante PCR, demostración mediante inmunohistoquímica o cultivo
pulgas (autoinoculación al rascar y ara-
ñar una picadura contaminada por he- No Sí
ces de una pulga infectada), y tiene una
distribución mundial, aunque es más Considerar diagnósticos Fiebre Q aguda
frecuente en el Sudeste Asiático, Áfri- alternativos
ca septentrional, área mediterránea y
EE. UU., especialmente en zonas don-
de proliferan las ratas. Seguimiento (CDC) Seguimiento
Se caracteriza por fiebre abrupta (Raoult D, et al)
muy elevada, intensa cefalea, mialgias,
artralgias, náuseas y vómitos. El rash Evaluar clínicamente condiciones
cutáneo aparece en el 40-50% de los de riesgo para desarrollar ¿Valvulopatía en ETT?
casos, y no afecta a palmas ni plantas, a fiebre Q crónica
diferencia de otras rickettsiosis. La No Sí Sí No
tríada clásica de fiebre, cefalea y rash
Evaluar Evaluar Antibioterapia Serología en 3, 6, 9
solo está presente en un tercio de los clínicamente y clínicamente y durante 1 año y 12 meses: si IgG
pacientes. La tos aparece en aproxima- serológicamente serológicamente fase I ≥ 1/800
damente el 30% de los casos, y la afec- en 6 meses en 3, 6, 12, 18 realizar ETE
y 24 meses
tación pulmonar diagnosticada por
radiografía de tórax en el 17%, princi-
palmente en forma de infiltrados reti- No valvulopatía: Valvulopatía:
culonodulares o intersticiales, uni- o ¿Evolución a fiebre Q crónica? seguimiento clínico antibioterapia
y serológico durante 1 año
bilaterales, menos frecuentemente en
forma de derrame pleural o complica- No Sí
do como síndrome de distrés respira-
torio33. Generalmente tiene un curso
clínico benigno, con muy baja tasa de Fig. 3. Algoritmo de seguimiento clínico tras un episodio de fiebre Q aguda, según lo propuesto por el Center
letalidad. Las alteraciones analíticas for Diseases and Control (CDC) o el grupo de D. Raoult (ver texto). ETE: ecocardiograma transesofágico; ETT:
más frecuentes (aunque no constantes) ecocardiograma transtorácico; PCR: reacción en cadena de la polimerasa.
son una velocidad de sedimentación
globular elevada, con hipoalbumine-
mia, elevación de transaminasas y lactatodeshidrogenasa genera proliferación inespecífica de linfocitos B (citomegalo-
(LDH), y trombopenia; la leucopenia es más frecuente que virus, virus de Epstein-Barr). El cultivo solo se realiza en
la leucocitosis34. centros de investigación, y la amplificación y detección ge-
El diagnóstico se hace mediante serología, fundamental- nómica por PCR solo en centros con disponibilidad (de
mente. Se hace positiva a partir de la primera o segunda se- muestras de piel o sangre).
mana de clínica, por lo que habitualmente para confirmar el El tratamiento de elección es doxiciclina (100 mg, vía
diagnóstico se necesita suero en fase temprana y de convale- oral, cada 12 horas), y se aconseja mantenerlo hasta tres días
cencia que demuestre la seroconversión. Puede haber reac- después de resolverse la fiebre, si bien no hay ensayos clíni-
ción cruzada por otras rickettsias, Ehrlichia, Bartonella, Legio- cos realizados a este respecto. Son alternativas las quinolonas
nella y Proteus, así como falsos positivos cuando hay factor y nuevos macrólidos. No son eficaces los betalactámicos,
reumatoide en suero y en pacientes con infección vírica que aminoglucósidos ni cotrimoxazol (tabla 2).

Medicine. 2018;12(54):3175-85 3183


ENFERMEDADES INFECCIOSAS (VI)

Tularemia cino (500-750 mg/12 horas) o levofloxacino (500 mg/día) en


Europa, durante 14-21 días. Gentamicina por vía intravenosa
Producida por Francisella tularensis (Gram negativo, intrace- o intramuscular o azitromicina oral son de elección en muje-
lular), es una zoonosis que afecta al hemisferio norte. Las res embarazadas37 (tabla 2).
subespecies y genotipos difieren según el área geográfica, de
lo que depende también su clínica y tratamiento. Las cuatro
principales son tularensis (tipo A, predominante en Norte Peste neumónica
América), holarctica (tipo B, predominante en Europa), me-
diaasiatica y novocida. Se transmite a través de los reservorios Se ha descrito en África, Asia, EE. UU. y Sudamérica. Cau-
(pequeños roedores, ovejas, gatos, liebres: contacto con ani- sada por Yersinia pestis, un cocobacilo Gram negativo que
mal, mordedura o ingesta), picaduras de vectores (mosquitos crece en medios habituales, pero sus colonias son tan peque-
y garrapatas) o por contacto con aguas contaminadas. A pesar ñas que pueden pasar inadvertidas en presencia de otras en-
de su distribución por toda Europa, dentro de cada país sue- terobacterias, y los medios automatizados de identificación
le presentarse en determinadas regiones; por ejemplo en Es- bacteriana pueden confundirla con Pseudomonas luteola, Aci-
paña lo hace fundamentalmente en Castilla y León, donde se netobacter lwoffii o Yersinia pseudotuberculosis. Altamente conta-
considera una enfermedad emergente. giosa, es de declaración obligatoria.
La presentación clínica inicial son síntomas gripales (fie- El paciente precisa aislamiento por gotas hasta pasadas
bre, cefalea, mialgia, artralgia), apareciendo después seis po- 48 horas de tratamiento efectivo (si bien la transmisión entre
sibles cuadros dependiendo de la forma de contagio: seres humanos es muy rara) y se aconseja profilaxis a las per-
1. Forma ulceroglandular: úlcera cutánea supurativa y sonas en contacto íntimo, aunque los roedores y perros son
crónica, en la zona de inoculación con adenopatías en región los principales vectores, transmitiéndose a través de picadura
linfática de drenaje; es la forma más frecuente. de la pulga.
2. Forma glandular si solo hay adenopatías. La forma más común de presentación es la peste bubóni-
3. Forma orofaríngea: faringitis crónica, ocasionalmente ca (80-90% de los casos) o peste septicémica. La peste neu-
con úlceras mucosas y adenopatías cervicales dolorosas. mónica suele darse por diseminación hematógena (secunda-
4. Forma oculoglandular: conjuntivitis dolorosa, con ria) y más rara vez por inhalación de bacterias aerosolizadas
adenopatías preauriculares, submandibulares y cervicales. (primaria). La forma primaria tiene una instauración súbita,
5. Forma tifoidea: forma aguda y grave, con fiebre alta, con fiebre alta, taquicardia, dolor pleurítico y frecuente he-
cefalea, mialgias, síntomas neurológicos (estupor, cambios moptisis. Radiológicamente suele presentar infiltrados al-
del comportamiento) pero sin adenopatías ni lesiones cutá- veolares localizados que progresan a difusos bilaterales. En la
neas. forma secundaria suele existir afectación intersticial difusa.
6. Neumonía por tularemia, tras la inhalación de aeroso- El diagnóstico se puede hacer por cultivo, con las limita-
les o por afectación pulmonar durante la bacteriemia. Se ma- ciones ya comentadas, o bien por serología, observando sero-
nifiesta con fiebre alta, cefalea intensa y tos no productiva. conversión o aumento de títulos entre dos sueros separados
La neumonía es menos frecuente y menos virulenta en Eu- 2-4 semanas. Igualmente, por detección de ADN de la bac-
ropa que en EE.UU., y se presenta como una infección suba- teria mediante PCR, si esta técnica estuviese disponible.
guda o crónica, con fiebre prolongada, pérdida de peso y El tratamiento aconsejado es estreptomicina o gentami-
adenopatías mediastínicas, similar a la tuberculosis, linfoma cina asociada o no a doxiciclina que se mantiene un mínimo
o sarcoidosis35. La neumonía puede estar presente en el 30% de 10 días o hasta tres días después de la defervescencia del
de los casos de forma ulceroglandular y en el 80% de forma cuadro. Es importante la sospecha diagnóstica, pues hasta
tifoidea. Los infiltrados en la radiografía de tórax no son ca- que se instaure el tratamiento, la progresión de la enferme-
racterísticos, por lo que se precisa una alta sospecha diagnós- dad es rápida, con una alta mortalidad. Para la quimioprofi-
tica. Son infiltrados alveolares que afectan a uno o varios laxis, se aconsejan quinolonas38 (tabla 2).
lóbulos, pudiendo aparecer derrame pleural asociado36.

El diagnóstico se hace fundamentalmente por serología. Leptospirosis


Se positiviza a los 7-14 días de aparecer la clínica; se precisa
seroconversión o aumento al menos cuatro veces los títulos Producida por Leptospira interrogans, es una zoonosis de dis-
de anticuerpos entre el suero de fase aguda y convalecencia. tribución mundial, con mayor prevalencia en ambientes ru-
Puede tener reacción cruzada con Brucella ssp. El cultivo es rales y tropicales. Los reservorios son roedores y pequeños
difícil y precisa de medios especiales y medidas de seguridad. mamíferos que contaminan las aguas con la orina, siendo esta
Se puede identificar la bacteria mediante PCR de muestras la principal fuente de contagio (deportes de aventura, ecotu-
tomadas de cualquier órgano afectado (exudado faríngeo, rismos), aunque también puede haber inoculación directa a
conjuntival, sangre, pus, punción adenopatía, secreciones través de piel, mucosas o aerosoles. Tras un período de incu-
respiratorias). bación de 5-14 días, el 80-90% de los casos se manifiesta
Presenta resistencia intrínseca a betalactámicos. Los an- como enfermedad subclínica o leve-moderada autolimitada.
tibióticos de elección son doxiciclina (100 mg /12 horas), La forma grave es el síndrome de Weil, caracterizado por
estreptomicina (1 g por vía intramuscular/12 horas) o genta- fiebre elevada, cefalea (meningitis aséptica), mialgias, dolor
micina (5 mg/kg/día en dos dosis) en EE. UU., y ciprofloxa- abdominal, trombopenia, ictericia sin elevación importante

3184 Medicine. 2018;12(54):3175-85


NEUMONÍAS BACTERIANAS NO NEUMOCÓCICAS (I). INFECCIONES POR LEGIONELLA. FIEBRE Q. OTRAS

de las transaminasas y fenómenos hemorrágicos (sufusión clinical severity in a large outbreak of Legionella pneumonia in Spain.
Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 2005;24:488-91.
conjuntival); inicialmente puede haber una fase septicémica,
con resolución posterior de síntomas que reaparecen de for-

12. Avni T, Bieber A, Green H, Steinmetz T, Leibovici L, Paul M. Diagnostic
accuracy of PCR alone and compared to urinary antigen testing for de-
tection of Legionella spp.: a systematic review. J Clin Microbiol.
ma más grave (fase inmune), pudiendo llevar al paciente a 2016;54(2):401-11.
una situación crítica: fallo renal no oligúrico, elevación muy ✔
13. Blázquez RM, Espinosa FJ, Francés LA, Guevara RMR, Sánchez-Nieto
JM, Hernández MS, et al. Antimicrobial chemotherapy for legionnaires
marcada de bilirrubina directa pero escasa de transaminasas, disease: levofloxacin versus macrolides. Clin Infect Dis. 2005;40:800-6.
trombopenia y afectación pulmonar con hemoptisis (hemo- ✔
14. r García-Vidal C, Sánchez-Rodríguez I, Simonetti AF, Burgos J,
Viasus D, Martin MT, et al. Levofloxacin versus azithromycin for
rragia alveolar difusa o distrés respiratorio); la afectación treating legionella pneumonia: A propensity score analysis. Clin Mi-
pulmonar está presente en el 20-70% de los casos. En oca- crobiol Infect. 2016;23:653-8.
siones, la evolución es continua39,40. ✔
15. Chahin A, Opal SM. Severe pneumonia caused by legionella pneumoph-
ila: differential diagnosis and therapeutic considerations. Infect Dis Clin
El cultivo precisa medios específicos y el crecimiento es North Am. 2017;31:111-21.
muy lento, por lo que no es un método diagnóstico habitual. ✔
16. Murray PR, Rosenthal KS, Pfaller MA. Microbiología Médica. 7ª ed. Es-
paña: Elsevier; 2014.
El diagnóstico serológico precisa dos determinaciones con al
menos una semana de diferencia, pues en las fases iniciales

17. r Eldin C, Mélenotte C, Mediannikov O, Ghigo E, Million M, Ed-
ouard S, et al. From Q fever to Coxiella burnetii Infection: a Para-
digm Change. Clin Microbiol Rev. 2017;30:115-90.
puede ser negativa. La detección de ADN mediante PCR se
puede hacer en sangre o líquido cefalorraquídeo (en prime-

18. rr Centers for Disease Control and Prevention. Diagnosis and
management of Q fever. MMWR. 2013;62(3):1-28.
ros días) y en orina (fase más avanzada), pero su sensibilidad ✔
19. Amit S, Shinar S, Halutz O, Atiya-Nsagi Y, Giladi M. suspected person-
to-person transmission of Q fever among hospitalized pregnant women.
disminuye con la evolución de la enfermedad (conforme dis- Clin Infect Dis. 2014;58:e146-7.
minuye la carga bacteriana) o el uso de antibióticos activos. ✔
20. Osorio S, Sarriá C, González-Ruano P, Casal EC, García A. Nosocomial
transmission of Q fever. J Hosp Infect. 2003;54:162-3.
De ahí que la mayoría de los casos se diagnostiquen median- ✔
21. Maurin M, Raoult D. Q fever. Clin Microbiol Rev. 1999;12:518-53.
te serología41. ✔
22. Keijmel SP, Krijger E, Delsing CE, Sprong T, Nabuurs-Franssen MH,
Bleeker-Rovers CP. Differentiation of acute Q fever from other infec-
No hay evidencia de que el tratamiento antimicrobiano tions in patients presenting to hospitals, the Netherlands. Emerg Infect
modifique el curso de la enfermedad, aunque parece que ace- Dis. 2015;21:1348-56.
lera la resolución de síntomas. Para las formas graves se re- ✔
23. r Espinosa N, Cañas E, Bernabeu-Wittel M, Martín A, Viciana P,
Pachón J. The changing etiology of fever of intermediate duration.
comienda ceftriaxona intravenosa y doxiciclina para el resto Enferm Infecc Microbiol Clin. 2010;28:416-20.
(tabla 2). ✔
24. Marrie TJ. Q fever pneumonia. Infect Dis Clin N Am. 2010;24:27-41.

25. Voloudaki AE, Kofteridis DP, Tritou IN, Gourtsoyannis NC, Tselentis YJ,
Gikas AI. Q fever pneumonia: CT findings. Radiology. 2015:880-3.

26. rr Raoult D. Chronic Q fever: Expert opinión versus literatura
analysis and consensus. J Infect. 2012; 65:102-8.
Conflicto de intereses ✔
27. r Kampschreur LM, Delsing CE, Groenwold RH, Wegdam-Blans
MC, Bleeker-Rovers CP, de Jager-Leclercq MG, et al. Chronic Q
fever in the Netherlands 5 years after the start of the Q fever epi-
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. demic: Results from the Dutch Chronic Q fever database. J Clin
Microbiol. 2014;52:1637-43.

28. Fenollar F, Fournier PE, Carrieri M, Habib G, Messana T, Raoult D. Risk
Bibliografía factors and prevention of q fever endocarditis. Clin Infect Dis.
2001;33:312-6.

29. Montes M, Cilla G, Vicente D, Nieto V, Ercibengoa M, Pérez-Trallero E.
r Importante rr Muy importante Guipozkoa, Basque Country, Spain (1984-2004): a hyperendemic area of
Q fever. Ann New York Acad Sci. 2006;1078:129-32.

✔ Metaanálisis ✔ Artículo de revisión ✔


30. Espejo E, Gil-Díaz A, Oteo JA, Castillo-Rueda R, García-Álvarez L,
Santana-Báez S, et al. Clinical presentation of acute Q fever in Spain:
✔ Ensayo clínico controlado ✔ Guía de práctica clínica ✔
31.
Seasonal and geographical differences. Clin J Infect Dis. 2014;26:162-4.
Fraile MT, Muñoz C. Infección por Coxiella burnetii (fiebre Q). Enferm
✔ Epidemiología Infecc Microbiol Clin. 2010;28Supl1:29-32.

32. r Million M, Walter G, Thuny F, Habib G, Raoult D. Evolution fron
✔1. r Cillóniz C, Torres A, Niederman M, van der Eerden M, Chalmers
J, Welte T, et al. Community-acquired pneumonia related to in-
acute Q fever to endocarditis is associated with underlying valvu-
lopathy and age and can be prevented by prolonged antibiotic treat-
ment. Clin Infect Dis. 2013;57:836-44.

tracelular pathogens. Intensive Care Med. 2016;42:1374-86.

2. r Cunha BA, Burillo A, Bouza E. Legionnaires’ disease. Lancet.
2016;387:376-85.
33. Van der Vaart TW, van Thiel P, Juffermans NP, van Vugt M, Geerlings
SE, Grobusch MP, et al. Severe murine typhus with pulmonary system

3. European Legionnaires’ Disease Surveillance Network. Legionnaires’
disease in Europe, 2011 to 2015. Euro Surveill. 2017;22:1-8. ✔
34.
involvement. Emerg Infec Dis. 2014;20;1375-77.
Tsioutis C, Zafeiri M, Avramopoulos A, Prousali E, Miligkos M, Kara-

4. Burillo A, Pedro-Botet ML, Bouza E. Microbiology and epidemiology of
legionnaire’s disease. Infect Dis Clin North Am. 2017;31:7-27.
georgos SA. Clinical and laboratory characteristics, epidemiology, and
outcomes of murine typhus: A systematic review. Acta Tropica.

5. Currie SL, Beattie TK. Compost and Legionella longbeachae: an emerg-
ing infection? Perspect Public Health. 2015;135:309-15. ✔
35. r
2017;166:16-24.
Gyuranecz M, Maurin M. Tularemia: clinical aspects in Europe.

6. r Woodhead M, Blasi F, Ewig S, Garau J, Huchon G, Ieven M, et al.
Guidelines for the management of adult lower respiratory tract in- ✔
36.
Lancet Infect Dis. 2016;16:113-24.
Thomas LD, Schaffner W. Tularemia pneumona. Infect Dis Clin N Am.
fections - Full version. Clin Microbiol Infect. 2011;17:E1-59. 2010;24:43-5.

7. Correia AM, Ferreira JS, Borges V, Nunes A, Gomes B, Capucho R, et al.
Probable Person-to-Person Transmission of Legionnaires’ Disease. N

37. Ulu-Kilic A, Doganay M. An overwiew: Tularemia and travel medicine.
Travel Med Infect Dis. 2014;12:609-16.
Engl J Med. 2016;374:497-8. ✔
38. Raoult D, Mouffok N, Bitam I, Piarroux R, Drancourt M. Plague: His-

8. r Cunha BA, Cunha CB. Legionnaire’s disease. A clinical diagnos-
tic approach. Infect Dis Clin North Am. 2017;31:81-93. ✔
39. r
tory and contemporary analysis. J Infect. 2013;66:18-26.
Haake DA, Levett PN. Leptospirosis in humans. Curr Top Mi-

9. Mittal S, Singh AP, Gold M, Leung AN, Haramati LB, Katz DS. Tho-
racic Imaging Features of Legionnaire’s Disease. Infect Dis Clin North ✔
40.
crobiol Immunol. 2015;387:65-97.
Sathiyakumar V, Shah NP, Niranjan-Azadi A, Tao J, Tsao A, Martin IW,
Am. 2017;31:43-54. et al. Snowflakes in August: leptospirosishemorrhagic pneumonitis. Am J

10. Mercante JW, Winchell JM. Current and emerging legionella diagnostics Med. 2017;130:e9-e11.
for laboratory and outbreak investigations. Clin Microbiol Rev.
2015;28:95-133.

41. r Leptospirosis (Leptospira interrogans) 2013 case definition. At-
lanta: Centers for Disease Control and Prevention. Disponible en:

11. Blázquez RM, Espinosa FJ, Martínez-Toldos CM, Alemany L, García-
Orenes MC, Segovia M. Sensitivity of urinary antigen test in relation to
https:/ / wwwn.cdc .gov/ nndss/ conditions/ leptospirosis/case-defi-
nition/ 2013.

Medicine. 2018;12(54):3175-85 3185

También podría gustarte