Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Trabajo Elementos Del Tipo LAVADO de DINERO
Trabajo Elementos Del Tipo LAVADO de DINERO
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
El delito ............................................................ 11
Primera Parte
Los elementos objetivos ............................................ 13
1
CONTENIDO
Segunda Parte
Los elementos subjetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
a) El dolo ................................................. 31
Conclusiones ...................................................... 35
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
2
PRESENTACIÓN
En efecto, este delito nació apenas, en los Estado Unidos de América, en la Ley de
Secreto Bancario (The Bank Secrecy Act.) de 1970, que impuso a las instituciones
financieras obligaciones de mantener constancia de determinadas operaciones y de
reportarlas a las autoridades. La razón para exigir el reporte de determinadas
operaciones fue la de crear una “pista de papel” que llevará de los fondos lavados a la
actividad ilegal de la cual se derivaron originalmente.
El legislador mexicano, olvidando que el delito nació como una forma de luchar contra
los narcotraficantes o, en todo caso, contra las actividades del crimen organizado,
que, como toda empresa, reinvierte sus ingresos para financiar una mayor actividad
criminal, amplió el ámbito típico hasta comprender la adquisición, la enajenación, la
administración, la custodia, el cambio, el depósito, la entrega en garantía, la inversión,
el transporte o la transferencia de recursos, derechos o bienes del cualquier
naturaleza que representen el producto de una actividad ilícita. Semejante marco
típico nos lleva a afirmar que todo carterista es un lavador de dinero, por cuanto, al
alejarse del lugar en donde cometió el robo, transporta el producto de una actividad
ilícita.
Otro problema apasionante es el que plantea el delito previo. ¿Debemos exigir que su
existencia sea declarada en sentencia ejecutoriada antes de iniciar los procedimientos
por lavado de dinero? O bien ¿procederemos conjuntamente por el delito previo y el
de lavado? O, por último, y como parece decir alguna tesis jurisprudencial: ¿no es
necesario probar el delito previo?
Este es un primer paso, valioso, de lo que debe ser un estudio exhaustivo de este tipo
penal.
4
I N T R O D U C C I Ó N.
La Unidad de Inteligencia Financiera ha elaborado este estudio que aborda, desde el ámbito
del análisis jurídico penal, el fenómeno conocido como “lavado de dinero”. La finalidad del
trabajo, es dar a conocer, en forma ágil y sencilla, los elementos básicos que componen el
delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita (al que, en lo que sigue, nos vamos
a referir por brevedad como “operaciones”).
La importancia del documento estriba en que nos dará una explicación de lo que se requiere,
penalmente hablando, para que exista este delito que implica el movimiento de miles de
millones de dólares y está directamente relacionado con la delincuencia organizada, pues las
ganancias que se obtienen sirven para financiar el crimen. Además, el texto está escrito de
tal manera que puede ser comprendido no solo por abogados penalistas, sino, también, por
todos aquellos profesionistas que de alguna u otra manera se relacionan, por motivos
profesionales, con el fenómeno conocido como lavado de dinero.
No obstante que la conducta de “lavar dinero” ha ocurrido de largo tiempo atrás, la inclusión
del delito de operaciones en el Código Penal Federal Mexicano es relativamente reciente
pues data de apenas diez años.
• En 1990 se creó el artículo 115 bis del Código Fiscal de la Federación que establecía:
“Artículo 115 bis.- Se sancionará con pena de tres a nueve años de prisión, a quien a
sabiendas de que una suma de dinero o bienes de cualquier naturaleza provienen o
representan el producto de alguna actividad ilícita:
I.- Realice una operación financiera, compra, venta, garantía, depósito, transferencia,
cambio de moneda o, en general, cualquier enajenación o adquisición que tenga por
objeto el dinero o los bienes antes citados, con el propósito de:
5
b) Ocultar o disfrazar el origen, naturaleza, propiedad, destino o localización del
dinero o de los bienes de que se trate;
c) Alentar alguna actividad ilícita, o
…; o
Las mismas penas se impondrán a quien realice cualquiera de los actos a que se
refieren las dos fracciones anteriores que tengan por objeto la suma de dinero o los
bienes señalados por las mismas con conocimiento de su origen ilícito, cuando éstos
hayan sido identificados como producto de actividades ilegales por las autoridades o
tribunales competentes y dichos actos tengan el propósito de:
Para los efectos de este artículo, se entiende por sistema financiero el comprendido
por las instituciones de crédito, de seguros y de fianzas, almacenes general de
depósito, arrendadoras financieras, sociedades de ahorro y préstamo, sociedades
financieras de objeto limitado, uniones de crédito, empresas de factoraje financiero,
intermediarios bursátiles, casa de cambio y cualquier otro intermediario financiero o
cambiario”.
6
Federal, del Código Fiscal de la Federación y del Código Federal de Procedimientos
Penales. En esa fecha, fue derogado el artículo 115 bis del Código Fiscal de la
Federación y, en sustitución, entró en vigor al día siguiente el artículo 400 Bis del
Código Penal Federal.
“Artículo 400 Bis.- Se impondrá de cinco a quince años de prisión y de mil a cinco mil
días de multa al que por sí o por interpósita persona realice cualquiera de las
siguientes conductas: adquiera, enajene, administre, custodie, cambie, deposite, dé
en garantía, invierta, transporte o transfiera, dentro del territorio nacional, de éste
hacia el extranjero o a la inversa, recursos, derechos o bienes de cualquier
naturaleza, con conocimiento de que proceden o representan el producto de una
actividad ilícita, con alguno de los siguientes propósitos: ocultar o pretender ocultar,
encubrir o impedir conocer el origen, localización, destino o propiedad de dichos
recursos, derechos o bienes, o alentar alguna actividad ilícita.
La misma pena se aplicará a los empleados y funcionarios de las instituciones que
integran el sistema financiero, que dolosamente presten ayuda o auxilien a otro para
la comisión de las conductas previstas en el párrafo anterior, sin perjuicio de los
procedimientos y sanciones que correspondan conforme a la legislación financiera
vigente.
7
Como puede observarse, en la primera inclusión legislativa del fenómeno se le otorgó
un tratamiento principalísimo de ilícito fiscal. En la segunda, en cambio, se le convirtió
en uno de carácter penal. Además, se contempló un requisito de procedibilidad para
que la autoridad investigadora pueda proceder penalmente: la denuncia previa de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el caso de la comisión de conductas en
que se utilicen los servicios de instituciones que integran el sistema financiero.
El método de trabajo
8
La estructura
El trabajo está compuesto de una breve descripción de lo que es el delito, dos partes y
unas conclusiones. En la primera de las partes, se analizan los elementos objetivos del
delito, y, en la segunda, los elementos subjetivos. Al final, exponemos nuestras
conclusiones.
9
10
OPERACIONES CON RECURSOS DE PROCEDENCIA ILÍCITA
El Delito.
La doctrina penal suele definir al delito como una acción u omisión típica, antijurídica y
culpable. A partir de esta definición, se distinguen tres elementos: la tipicidad, la
antijuridicidad y la culpabilidad. En términos generales, la tipicidad es la adecuación de un
hecho concreto con la definición abstracta y genérica que hace de un delito en el Código
Penal; la antijuridicidad es la contravención de ese hecho con el ordenamiento jurídico y, la
culpabilidad, implica la capacidad del Estado para exigirle a un sujeto determinado
responsabilidad por ese hecho. 1
Por su parte, la ley penal define al delito como una acción u omisión que sancionan las leyes
penales (artículo 7° del Código Penal Federal) y, que la doctrina penal explica como típica,
antijurídica y culpable.
Entendemos como tipo a la obra del legislador plasmada en el Código Penal y, al respecto,
Reyes Echandía señala: “…cuando decimos que el tipo es la descripción abstracta de una
conducta sólo queremos puntualizar que el legislador no se refiere al concreto y específico
comportamiento de un sujeto determinado sino a cualquier acto u omisión susceptible de
adecuarse al modelo consignado en la ley…” 2
Los conceptos anteriores y sus contenidos conforman lo que en Derecho Penal se conoce
como teoría del delito, cuyo objetivo consiste en ofrecer una propuesta metodológica para el
análisis jurídico de hechos concretos. 3
La doctrina penal ha dividido, para su estudio, al delito en dos partes: la parte objetiva y la
parte subjetiva.
1
Cfr. Bustos Ramírez, Juan y Hormazábal Malarée, Hernán, Lecciones de Derecho Penal, Editorial Trotta, Madrid, 1999,
pág. 15.
2
Reyes Echandía, Alfonso, Tipicidad, Temis, Bogotá, 1989, pág. 9.
3
Cfr. Bustos Ramírez, Juan y Hormazábal Malarée, Hernán, Op. cit., pág. 15.
11
12
Primera Parte
La parte objetiva del tipo, está integrada por los siguientes elementos:
a) El bien jurídico
b) La conducta típica
c) Los sujetos
d) Las circunstancias
e) El objeto material
f) Los elementos normativos
a) El Bien Jurídico.
De la idea anterior, se desprende que “el concepto material de delito es previo al Código
Penal y le suministra al legislador un criterio político criminal sobre lo que el mismo puede
5
penar y lo que debe dejar impune”. De acuerdo con Moisés Moreno, el legislador ha de
poseer un conocimiento previo de la realidad y debe tener presente que en todo tipo penal
hay siempre de por medio un bien jurídico de fundamental importancia para la vida ordenada
de la comunidad. 6
4
Cfr. González-Salas Campos, Raúl, La teoría del bien jurídico en el Derecho penal, Oxford University Press, México,
2001, pág. 16-58.
5
Roxin, Claus, Derecho Penal. Parte General, Trad. de D.M. Luzón Peña, M. Díaz y García Conlledo y J. de Vicente
Remesal, Civitas, Madrid, 1997, pág. 51.
6
Moreno Hernández, Moisés, “Penalización y despenalización en la reforma penal, importancia del principio del bien
jurídico en la creación de los tipos penales”, en Criminalia, año LIX, núm. 2, mayo-agosto, México, 1993, pág. 6.
13
Bajo esta idea, el orden jurídico y el Estado constituyen las estructuras a través de las cuales
se logra una convivencia organizada y pacífica. Es decir, garantizan el orden social. Dichas
estructuras, están protegidas por las normas jurídicas.
Una parte de las normas que forman el orden jurídico (las normas penales) se refiere a las
conductas que atentan contra la convivencia humana a través del daño o la lesión o la puesta
en peligro a los bienes jurídicos que dichas normas deben proteger.
Entendemos a los bienes jurídicos como aquellos presupuestos que la persona necesita para
su autorrealización y el desarrollo de su personalidad en la vida social y su tutela o cuidado
corresponde a la norma penal. 7
Ahora bien, debemos establecer cual es el bien jurídico que protege el delito de operaciones.
Ávila de la Torre afirma que la razón fundamental del combate al lavado de dinero es una
sola, atacar el principal interés del criminal y base de sus operaciones: la acumulación y
reinversión de activos, impidiendo que estos entren al libre mercado. 8
Por su parte, Blanco Cordero, considera que el blanqueo de bienes vulnera dos elementos
del orden socioeconómico: en concreto, la libre competencia y, subsidiariamente, la
credibilidad, estabilidad y solidez del sistema financiero. 9
En el mismo sentido, Juana Del Carpio, argumenta que: “…es la circulación de los bienes en
el mercado como elemento indispensable para su normal funcionamiento y de la economía
en general, el bien jurídico protegido por el delito de blanqueo de bienes”. 10
7
Cfr. Muñoz Conde, Francisco y García Arán, Mercedes, Derecho Penal. Parte General, Tirant lo Blanch, Valencia, 1996,
pág. 59.
8
Cfr. Ávila de la Torre, Alberto Manuel, Lavado de Dinero: conceptos básicos sobre un sistema económico delictivo,
Editorial Porrúa, México, 2003, pág. 17.
9
Blanco Cordero, Isidoro, citado por: Del Carpio Delgado, Juana, El delito de blanqueo de bienes en el nuevo Código
penal, Tirant lo Blanch, Valencia, 1997, pág. 61.
10
Ibidem, pág. 81.
14
En la misma línea de pensamiento se encuentra Díaz-Maroto y Villarejo: “Nos encontramos,
pues, en todo caso, ante uno de los delitos socioeconómicos en sentido estricto, al darse en
él todos los requisitos que para ser incluidos en dicha categoría, les asigna Martínez-Buján
Pérez: “poseen como interés jurídico inmediato o directamente protegido un bien de
naturaleza supraindividual general que afecta a la regulación jurídica del intervensionismo
estatal en la economía…” 12 . Asimismo, Calderón Cerezo opina que el “lavado de dinero”
fomenta la comisión de hechos punibles, al tiempo que provoca graves alteraciones en el
funcionamiento regular del sistema económico. 13
El autor mexicano Efraín García Ramírez opina que dentro de los bienes jurídicos que tutela
el tipo penal de operaciones se encuentran: la salud pública, la vida, la integridad física y
patrimonio que sean afectados por las actividades del narcotráfico y de la delincuencia
organizada, la seguridad de la nación y la estabilidad y sano desarrollo de la economía
nacional, así como la preservación de los derechos humanos y la seguridad pública. 14
Además, el autor afirma que, con este tipo penal se busca garantizar el sano desarrollo de la
economía al impedir que circulen en ella bienes o recursos que provengan de actividades
ilícitas. 15
Una vez analizada la doctrina, podemos observar que pueden ser varios los bienes jurídicos
que se ven afectados con la comisión de este delito. Entre los más destacables están: el
orden socioeconómico y los bienes que protegen los delitos previos.
Si atendemos al hecho de que uno de los principales bienes jurídicos que se protegen en
este delito es el sano desarrollo de las finanzas públicas, a la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, como cabeza del sector financiero del país, le corresponde un papel
preponderante en este tema.
11
Gómez Iniesta, Diego, El delito de blanqueo de capitales en el Derecho Español, Cedecs Editorial SL, Barcelona, 1996,
pág. 34.
12
Díaz-Maroto y Villarejo, Julio, El blanqueo de capitales en el Derecho Español, DYKINSON, Madrid, 1999, pág. 14.
13
Cfr. Calderón Cerezo, Ángel, “El blanqueo de dinero y los delitos monetarios. El control de cambios como mecanismo de
prevención”, en Blanqueo de Dinero y Salud Pública, Madrid, Fiscalía General del Estado, 1996, pág. 2.
14
García Ramírez, Efraín, Análisis jurídico del delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita. 2. ed. Ed. Sista,
México, 2000, pág. 192.
15
Cfr. García Ramírez, Efraín, Op. cit., pág. 353.
15
1. En este orden de ideas, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público es la titular del bien
jurídico protegido y, en consecuencia, es la autoridad que debe hacerle saber, a través de
una denuncia, a la autoridad investigadora cuándo ha sido utilizado el sistema financiero
para operar recursos de procedencia ilícita.
b) La conducta típica.
16
Moreno Hernández, Moisés, Política Criminal y Reforma Penal, Ius Poenale, México, 1999, pág. 185.
17
Cfr. Para el concepto final de acción: Welzel, Hans, Derecho Penal, Parte General, Trad. de Carlos Fontán Balestra en
colaboración con Eduardo Eduardo Friker, Buenos Aires, Depalma, 1956, págs. 35 y 56.
16
La acción es, por eso, acontecer final, no solamente causal. La finalidad o el carácter final de
la acción se basa en que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever, dentro de
ciertos límites, las consecuencias posibles de su actividad, ponerse, por tanto, fines diversos
y dirigir su actividad, conforme a su plan, a la consecución de estos fines.
Jiménez de Asúa expresa que el acto es la manifestación de voluntad que, mediante acción,
produce un cambio en el mundo exterior. 18
Hemos dicho que el delito de acción se realiza por medio de una actividad positiva en la que
se viola una norma prohibitiva y así queda establecido en las conductas contenidas en el
primer párrafo del artículo 400 Bis del Código Penal Federal. A saber: adquirir, enajenar,
administrar, custodiar, cambiar, depositar, dar en garantía, invertir, transportar o transferir.
Es decir, las conductas que constituyen el hacer del sujeto que comete el delito están
plenamente identificadas y, en consecuencia, este delito siempre será de acción.
Como puede observarse, todas las conductas que describe el delito de operaciones
requieren, necesariamente, de una acción. Así, el sujeto debe realizar alguna de las acciones
descritas y, en consecuencia, nunca podrá argumentar que cometió una omisión.
c) Los sujetos.
El sujeto activo.
El sujeto activo del delito es también conocido como el autor, a quien Alicia Azzolini describe
como el personaje central del Derecho Penal. 20
Ahora bien, como un ilícito penal puede llevarse a cabo por una o varias personas, las cuales
contribuyen de manera distinta a su realización. El Código punitivo establece sanciones
distintas en la medida de la responsabilidad de cada uno de los participantes. Así, el Código
Penal Federal, en su capítulo tercero, artículo 13, señala quienes son las personas
responsables de los delitos:
19
Esto es una interpretación de lo que el Diccionario señala.
20
Azzolini Bincaz, Alicia, “La autoría en el sistema penal mexicano”, en Estudios en homenaje a la Academia Mexicana
de Ciencias Penales, Porrúa, México, 2001, pág. 21.
18
“Artículo 13.- Son autores o partícipes del delito:
I.- Los que acuerden o preparen su realización.
II.- Los que lo realicen por sí;
III.- Los que lo realicen conjuntamente;
IV.- Los que lo lleven a cabo sirviéndose de otro;
V.- Los que determinen dolosamente a otro a cometerlo;
VI.- Los que dolosamente presten ayuda o auxilien a otro para su comisión;
VII.- Los que con posterioridad a su ejecución auxilien al delincuente, en cumplimiento de
una promesa anterior al delito y
VIII.- Los que sin acuerdo previo, intervengan con otros en su comisión, cuando no se
pueda precisar el resultado que cada quien produjo.
Los autores o partícipes a que se refiere el presente artículo responderán cada uno en la
medida de su propia culpabilidad.
Para los sujetos a que se refieren las fracciones VI, VII y VIII, se aplicará la punibilidad
dispuesta por el artículo 64 bis de este Código.”
Por su parte, la doctrina penal, establece varias formas de participación de los sujetos activos
de los delitos con base en lo siguiente:
Autor inmediato.
Autor mediato.
Su peculiaridad reside en que lleva a cabo la realización del hecho a través de otro al que
utiliza como instrumento. 21
21
Cfr. Bustos Ramírez, Juan y Hormazábal Malarée, Hernán, Op. cit., pág. 290.
19
Coautor.
El coautor también es autor, puesto que para serlo requiere reunir todas las cualidades
propias de éste. Su peculiaridad reside en que, además ha habido un acuerdo de distribución
funcional de las labores a cumplir respecto de la realización del hecho. 22
En el delito de operaciones, el artículo 400 Bis del Código Penal Federal, establece que éste
podrá ser cometido por quien lo ejecute por sí o por interpósita persona.
La pena prevista en el primer párrafo será aumentada en una mitad, cuando la conducta
ilícita se comenta por servidores públicos encargados de prevenir, denunciar,
investigar o juzgar la comisión de delitos.
…”
Primer párrafo.
El sujeto activo será entonces quien adquiera, enajene, administre, custodie, cambie,
deposite, de en garantía, invierta, transporte o transfiera, dentro del territorio nacional, de
éste hacia el extranjero o a la inversa, recursos, derechos o bienes de cualquier naturaleza,
con conocimiento de que proceden o representan el producto de una actividad ilícita.
Asimismo, autor, en el delito de operaciones, es el que utilice a otra persona para que ésta
cometa cualquiera de las conductas que prevé el Código. La persona que sea utilizada para
llevar a cabo la conducta deberá conocer la procedencia ilícita de los recursos.
22
Ibidem, pág. 294.
20
Segundo párrafo.
Pese a que no existe en la legislación financiera un artículo que defina, en forma genérica,
quien debe considerarse empleado o funcionario del sistema financiero mexicano, cada ley
establece conductas específicas para los miembros de las entidades reguladas. Por lo tanto,
se requerirá acudir a dichas leyes para determinar qué personas tienen tal calidad.
Sin embargo, con base en lo señalado en el artículo 400 Bis del Código Penal Federal, es
dable considerar como empleados o funcionarios del sistema financiero a todos aquellos que
laboran en los bancos o instituciones de crédito, de seguros y de fianzas, almacenes
generales de depósito, arrendadoras financieras, sociedades de ahorro y préstamo,
sociedades financieras de objeto limitado, uniones de crédito, empresas de factoraje
financiero, casas de bolsa y otros intermediarios bursátiles, casas de cambio,
administradoras de fondos de retiro y cualquier otro intermediario financiero o cambiario. 23
Tercer párrafo.
El sujeto pasivo.
Reyes Echandía, señala que el sujeto pasivo es el titular del derecho o interés lesionado o
puesto en peligro por el delito. 24 En algunos casos, el sujeto pasivo coincide con la víctima u
ofendido del delito.
A diferencia de lo que sucede con el sujeto activo del delito que, es siempre una persona
física, el sujeto pasivo puede ser una persona física o moral.
Respecto al tema del sujeto pasivo, Fabián Caparrós opina que: “aunque el blanqueo de las
ganancias procedentes del tráfico de drogas o del secuestro de personas –a modo de
ejemplos- atente de manera indirecta contra la salud pública, la libertad ambulatoria o la
propia investigación de los citados delitos, creemos que el daño que debe considerarse
prioritariamente es el ejercido sobre la ordenación del mercado de acuerdo al sistema
económico establecido en la Ley Fundamental y, por ello, sobre la globalidad de los agentes
que en él operan, ya sean consumidores, ya productores. Nos encontramos así ante un
sujeto pasivo prioritariamente colectivo” 25 .
Por su parte, Aránguez Sánchez señala que resulta convincente entender que el sujeto
pasivo en tales infracciones (blanqueo de capitales) es el Estado, pues el titular del bien
jurídico tutelado en el blanqueo: el orden socioeconómico. 26
24
Cfr. Reyes Echandía, Alfonso, Op. cit., pág. 42.
25
Fabián Caparrós, Eduardo A., El Delito de Blanqueo de Capitales, COLEX, Madrid, 1998, pág. 320.
26
Cfr. Aránguez Sánchez, Carlos, El delito de Blanqueo de Capitales, Marcial Pons, Madrid, 2000, pág. 180.
22
Nosotros somos de la opinión de Aránguez Sánchez. Así, consideramos que el ofendido por
este delito es el Estado y, en concreto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que es el
órgano rector del sistema financiero. Asimismo, pensamos que cuando el legislador otorgó a
esta Secretaría la atribución de denunciar ante el Ministerio Público la probable comisión del
delito cuando se utilicen servicios de instituciones que integran el sistema financiero
mexicano, consideró a esta institución como sujeto pasivo.
Sobre este tema, vale la pena reflexionar sobre la postura de algunos legisladores al señalar,
en los debates previos a la reforma que creó el artículo 400 Bis del Código Penal Federal,
que es la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la entidad que en forma directa vigila y
fiscaliza a todas las instituciones que integran el sistema financiero. 27
d) Las circunstancias.
Podemos definir a las circunstancias como las situaciones que rodean la realización del
hecho delictuoso o suponen especiales condiciones del autor del delito. Las circunstancias
determinan, en ocasiones, la modulación de la pena aplicable al delito y, para ser tomadas
en cuenta, se requiere la comprobación de la existencia del delito con todos sus elementos. 28
De Modo.
Por circunstancia de modo se entiende la forma en que el sujeto activo realiza la conducta.
Es decir, los medios de que se vale el autor para lograr su objetivo, que pueden ser físicos o
psíquicos.
De tiempo.
Las circunstancias de tiempo se refieren al momento en que se debe ejecutar el hecho para
que éste resulte típico. Olga Islas de González Mariscal afirma que la circunstancia de tiempo
27
Cfr. Postura del diputado José Francisco Lozada Chávez de abril 29 de 1996, citada por García Ramírez, Efraín, Op. cit.,
pág. 222.
28
Muñoz Conde, Francisco, Op. cit., pág. 496.
23
es “la condición de tiempo o lapso, descrita en el tipo, dentro de la cual ha de realizarse la
conducta o producirse el resultado”. 29
De lugar.
Son las condiciones específicas de lugar a que hace referencia el tipo penal, en las que ha
de realizarse o producirse el resultado. 30
“Artículo 400 bis.- …dentro del territorio nacional, de éste hacia el extranjero o a la
inversa…”
29
Islas de González Mariscal, Olga, Análisis lógico de los delitos contra la vida, Trillas, México 1991, pág. 50.
30
Ibidem, pág. 50.
24
Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí,
Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Zacatecas y el Distrito
Federal”.
Por tanto, quien analiza la comisión del delito de operaciones deberá establecer que,
efectivamente, las conductas se llevaron a cabo bien sea en territorio nacional o de éste
hacia el extranjero o viceversa.
e) El objeto material.
El objeto del delito es, en opinión de Raúl Carranca y Trujillo, la persona o cosa o el bien o el
interés jurídico, penalmente protegidos y distingue entre objeto material y objeto jurídico.
Define al objeto material como la persona o cosa sobre la que recae el delito (lo son
cualesquiera de los sujetos pasivos o bien las cosas animadas o inanimadas); y al objeto
jurídico como el bien o el interés jurídico, objeto de la acción incriminable. (Por ejemplo: la
vida, la integridad corporal, la propiedad privada, etc.) 31
Por su parte, Mir Puig señala que el objeto material igualmente puede ser denominado como
objeto de la acción ya que está constituido por la persona o cosa sobre la cual recae
físicamente la acción. 32
Por ello, en algunos delitos, el objeto material coincide con el sujeto pasivo del delito (como
en el delito de homicidio). No obstante, se trata de elementos diferentes porque: “a tiempo
que la persona como objeto material es el individuo sobre el cual se concreta el interés
jurídicamente tutelado y al cual se refiere la conducta del actor, entendida como sujeto
pasivo, es el titular de ese mismo interés jurídico que resulta lesionado o puesto en peligro
con la acción u omisión del sujeto activo”. 33
31
Cfr. Carranca y Trujillo, Raul, Derecho Penal Mexicano, Parte General, Porrúa, México, 1986, pág. 271.
32
Mir Puig, Santiago, Derecho penal. Parte General, Reppertor, Barcelona, 1998, pág. 160.
33
Reyes Echandía, Alfonso, Op. cit., pág. 84.
25
En ese sentido, el artículo 1.q de la Convención de Viena, establece que por bien hay que
entender “...los activos de cualquier tipo, corporales o incorporales, muebles o raíces,
tangibles o intangibles, y los documentos o instrumentos legales que acrediten la propiedad u
34
otros derechos reales sobre dichos activos”.
Por todo lo anterior, se concluye que los bienes que carecen de un valor económico, son
inidóneos para ser objeto de tráfico económico y, por lo tanto, lo lógico es que se excluyan
del tipo penal de referencia.
Álvarez Pastor y Eguidazu Palacios consideran que el objeto material en este delito está
constituido por los bienes que describe el tipo penal. 35 En nuestra legislación aquellos que
tengan un origen ilícito.
En el delito de operaciones, el objeto material está representado por los recursos, derechos o
bienes de cualquier naturaleza que tengan un origen ilícito; de acuerdo con lo que establece
el propio artículo 400 bis del Código Penal Federal:
34
Consejo General del Poder Judicial, Escuela Judicial, Prevención y Represión del Blanqueo de Capitales, Consejo General
del Poder Judicial, Madrid, 2000.
35
Cfr. Álvarez Pastor, Daniel y Eguidazu Palacios, Fernando, La prevención del Blanqueo de Capitales, ARANZANDI
EDITORIAL, Pamplona, 1997, pág. 281.
36
Vidales Rodríguez, Caty, Los Delitos de Receptación y Legitimación de Capitales en el Código Penal de 1995, Tirant lo
Blanch, Valencia 1997, pág. 43.
26
f) Los elementos normativos.
Los elementos normativos del tipo son aquellos que implican una especial valoración.
Aunque los tipos penales son esencialmente descriptivos en cuanto señalan de manera
objetiva modelos de comportamiento humano susceptibles de ser sensorialmente percibidos,
en ocasiones la complejidad de la conducta que se pretende tipificar exige del legislador la
utilización de expresiones que exigen una posición valorativa, legal o cultural. 37
El tipo penal de operaciones contiene varios elementos normativos que requieren de una
valoración legal, como lo señalaremos a continuación de acuerdo con el párrafo de que se
trate:
Primer párrafo
Como lo afirmamos en líneas anteriores, estos términos también pueden ser considerados
como circunstancias de lugar.
Igualmente, el primer párrafo del tipo penal en estudio menciona los términos:
37
Cfr. Ingredientes normativos en Reyes Echandía, Alfonso, Op. cit., págs. 88 y 89.
27
b) DERECHOS: Que se valora jurídicamente y se refiere al derecho subjetivo de contenido
patrimonial, consistente en la facultad que una persona llamada acreedor, tiene de exigir de
otra, llamada deudor, un hecho, una abstención o la entrega de una cosa.
c) BIENES: Que se valora jurídicamente en términos de lo dispuesto por los artículos 750,
752, 753 y 754 del Código Civil para el Distrito Federal en materia del fuero común y para la
República en materia del fuero federal, mismos que establecen: “Artículo 750.- Son bienes
inmuebles: I. El suelo y las construcciones adheridas a él; II. Las plantas y árboles, mientras
estuvieren unidos a la tierra, y los frutos pendientes de los mismos árboles y plantas,
mientras no sean separados de ellos o por cosechas o cortes regulares; III. Todo lo que esté
unido a un inmueble o del objeto a él adherido; IV. Las estatuas, relieves, pinturas u otros
objetos de ornamentación, colocados en edificios o heredades por el dueño del inmueble, en
tal forma que revele el propósito de unirlos de un modo permanente al fundo; V. Los
palomares, colmenas, estanques de peces o criaderos análogos, cuando el propietario los
conserve con el propósito de mantenerlos unidos a la finca y formando parte de ella de un
modo permanente; VI. Las máquinas, vasos, instrumentos o utensilios destinados por el
propietario de la finca, directa o exclusivamente, a la industria o explotación de la misma; VII.
Los abonos destinados al cultivo de una heredad, que estén en las tierras donde hayan de
utilizarse, y las semillas necesarias para el cultivo de la finca; VIII. Los aparatos eléctricos y
los accesorios adheridos al suelo o a los edificios por el dueño de éstos, salvo convenio en
contrario; IX. Los manantiales, estanques, aljibes y corrientes de agua, así como los
acueductos y las cañerías de cualquiera especie que sirvan para conducir líquidos o gases a
una finca o para extraerlos de ella; X. Los animales que formen pie de cría en los predios
rústicos destinados total o parcialmente al ramo de ganadería, así como las bestias de
trabajo indispensables para el cultivo de la finca, mientras están destinadas a ese objeto; XI.
Los diques y construcciones que, aun cuando sean flotante, estén destinados por su objeto y
condiciones a permanecer en un punto fijo de un río, lago o costa; XII. Los derechos reales
sobre inmuebles; XIII. El material rodante de los ferrocarriles, las líneas telefónicas y
telegráficas y las estaciones radiotelegráficas fijas”. “Artículo 752.- Los bienes son muebles
por su naturaleza o por disposición de la ley”. “Artículo 753.- Son muebles por su naturaleza,
los cuerpos que pueden trasladarse de un lugar a otro, ya se muevan por sí mismos, ya por
28
efecto de una fuerza exterior”. “Artículo 754.- Son bienes muebles por determinación de la
ley, las obligaciones y los derechos o acciones que tienen por objeto cosas muebles o
cantidades exigibles en virtud de acción personal”.
Novena Época
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XII, Septiembre de 2000
Tesis: I.2o.P. J/13
Página: 629
29
Amparo directo 1418/99. 12 de julio de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Juan
Wilfrido Gutiérrez Cruz. Secretaria: Gabriela González Lozano.
Amparo directo 1422/99. 12 de julio de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Juan
Wilfrido Gutiérrez Cruz. Secretaria: Gabriela González Lozano.
Amparo directo 1426/99. 12 de julio de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Juan
Wilfrido Gutiérrez Cruz. Secretaria: Gabriela González Lozano.
Amparo directo 1430/99. 12 de julio de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Juan
Wilfrido Gutiérrez Cruz. Secretaria: Gabriela González Lozano.
Amparo directo 1462/99. 12 de julio de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Juan
Wilfrido Gutiérrez Cruz. Secretaria: Gabriela González Lozano.
Cuarto párrafo
Es, nuevamente, el propio artículo 400 Bis del Código Penal Federal el que define que se
entiende por “SISTEMA FINANCIERO”, que se valora jurídicamente en términos de lo
dispuesto por el último párrafo del artículo en estudio, mismo que establece: “Para los
mismos efectos, el sistema financiero se encuentra integrado por las instituciones de crédito,
de seguros y fianzas, almacenes generales de depósito, arrendadoras financieras,
sociedades de ahorro y préstamo, sociedades financieras de objeto limitado, uniones de
crédito, empresas de factoraje financiero, casas de bolsa y otros intermediarios bursátiles,
casas de cambio, administradoras de fondo de retiro y cualquier otro intermediario financiero
cambiario.”
30
Segunda parte.
La parte subjetiva del tipo está estructurada por la parte interna de la conducta del autor: dolo
y, en su caso, de otros elementos subjetivos adicionales al dolo. 38
a) El dolo.
Como lo hemos señalado, la acción u omisión a que se refiere el tipo penal, no es un simple
proceso causal ciego, sino un proceso causal regido por la voluntad. 39 De ahí, la distinción
que debe hacerse entre delito doloso y delito culposo.
El Código Penal Federal señala que las acciones u omisiones delictivas solamente pueden
realizarse en forma dolosa o culposa.
“Artículo 9.- Obra dolosamente el que conociendo los elementos del tipo penal, o
previendo como posible el resultado típico, quiere o acepta la realización del hecho
descrito por la ley.
…”
La definición de dolo que aporta el Código Penal Federal implica dos tipos del mismo, que la
doctrina ha establecido como dolo directo (conocer y querer) y dolo eventual (prever y
aceptar).
38
Roxin, Claus, Op. cit., pág. 307.
39
Muñoz Conde, Francisco, Op. cit., pág. 281.
40
Ibidem, pág. 284.
31
Como podemos observar, el dolo se constituye por dos elementos: uno de carácter
intelectual y otro más de carácter volitivo.
El elemento intelectual: Para actuar dolosamente, el sujeto de la acción debe saber qué es lo
que hace y conocer los elementos que caracterizan su acción como acción típica. Es decir,
debe saber por ejemplo, en el homicidio que mata a otra persona, en el robo, que se apodera
de una cosa ajena mueble, etc.
El elemento volitivo: El segundo de los elementos de dolo conocido como elemento volitivo
implica un acto de voluntad en el sujeto que delinque. Para actuar dolosamente, no basta con
el mero conocimiento de los elementos objetivos del tipo, es necesario, además, querer
realizarlos. Como lo define el Código Penal Federal en el dolo el sujeto quiere la realización
del hecho descrito por la ley. Por ejemplo, en un homicidio, el sujeto debe saber que se mata
y que la acción realizada por él es la que produce ese hecho.
Al respecto, debemos señalar que ese querer del sujeto por realizar el hecho no implica
forzosamente el deseo del sujeto de que se produzca el resultado. Es decir, probablemente,
el asaltante que roba un negocio no desea la muerte del cajero, pero la quiere producir en la
medida en que no tiene otro camino para apoderarse del dinero.
Al respecto, Caty Vidales Rodríguez, expresa que no basta la mera presunción ni las
sospechas, ya que en la comisión de este delito se hace exigible el conocimiento cierto. 41
Evidentemente, la autora se refiere al conocimiento de que el dinero operado proviene o
tiene su origen en un ilícito.
41
Vidales Rodríguez, Caty, Op. cit., pág. 118.
32
La finalidad de ocultar o encubrir el origen ilícito, presupone la necesidad de tener
conocimiento de la ilícita procedencia del bien. Luego entonces, el hecho de que el actor
persiga ese resultado, significa que se está en presencia de un delito intencional
caracterizado porque el acontecimiento externo no puede aparecer por sí mismo como
contrario a Derecho si no es realizado para lograr una finalidad específica en el autor. Ya que
la conducta típica consiste en ocultar o encubrir la verdadera naturaleza, origen, ubicación,
destino o movimiento sobre los bienes objeto de este ilícito y la legítima procedencia de
ellos. 42
De acuerdo con Blanco Cordero el empleado del sistema financiero que posee indicios o
alberga la sospecha de que una determinada operación está relacionada con el blanqueo y
no la comunica a los órganos de control interno comete un delito de blanqueo de capitales a
43
título de dolo.
Fabián Caparrós nos hace reflexionar en que los ánimos, las intenciones o los propósitos no
se pueden descubrir en sí mismos (la mente del autor no puede ser penetrada) entonces,
durante la investigación, se deben conocer los datos objetivos que pongan de manifiesto la
voluntad del autor. 44
42
Ibidem, pág. 119.
43
Cfr. Blanco Cordero, Isidoro, Responsabilidad penal de los empleados de banca para el blanqueo de capitales, Ed.
Comares, Granada, 1999, pág., 139.
44
Cfr. Fabián Caparrós, Eduardo A., Op. cit., pág. 281.
45
Cfr. Muñoz Conde, Francisco, Op. cit., pág. 294.
33
Señala Muñoz Conde que estos elementos específicos no coinciden con el dolo, sino que se
trata de especiales tendencias o motivos que el legislador exige en algunos casos, aparte del
dolo, para constituir el tipo de algún delito. 46 Bajo ese concepto, consideramos que dichos
elementos refuerzan el dolo y están constituidos en el tipo penal por los fines, propósitos,
deseos, ánimos, etc. cuya realización se exige por la ley para tener por cometido el delito.
Así pues, en el delito, objeto de estudio, se contienen varios elementos subjetivos específicos
distintos del dolo que refuerzan el mismo y que consisten en tener el propósito de ocultar o
pretender ocultar, encubrir o impedir conocer el origen, localización destino o propiedad
de los recursos, derechos o bienes, o alentar alguna actividad ilícita.
46
Ibidem, pág. 295.
34
Conclusiones.
Cuarta. El requisito de procedibilidad que exige el Código Penal Federal de que, para
proceder penalmente por el delito de operaciones, se requiere de la denuncia previa de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cuando en la comisión del mismo se hayan
utilizado los servicios de instituciones que integran el sistema financiero, tiene como
consecuencia que, sin esta denuncia, la Representación Social de la Federación no puede
ejercitar la acción penal correspondiente. Sin embargo, ello no impide iniciar la averiguación
previa correspondiente y practicar todas aquellas diligencias que se requieran para la
acreditación de los elementos del cuerpo del delito y la probable responsabilidad de los
indiciados.
35
36
Bibliografía.
3. Ávila de la Torre, Alberto Manuel. Lavado de Dinero: conceptos básicos sobre un sistema
económico delictivo, Editorial Porrúa, México, 2003.
8. Carranca y Trujillo, Raúl. Derecho Penal Mexicano, Parte General, Editorial Porrúa,
México, 1986.
9. Consejo General del Poder Judicial, Escuela Judicial, Prevención y Represión del
Blanqueo de Capitales, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, España, 2000.
10. Del Carpio Delgado, Juana. El delito de blanqueo de bienes en el nuevo Código penal,
Tirant lo Blanch, Valencia, 1997.
37
11. Fabián Caparrós, Eduardo A. El delito de blanqueo de capitales, Editorial COLEX, Madrid,
1998.
12. García Ramírez, Efraín. Análisis jurídico del delito de operaciones con recursos de
procedencia ilícita. 2ª. ed., Editorial Sista, México, 2000.
13. Gómez Iniesta, Diego J. El delito de blanqueo de capitales en Derecho Español, Cedes
Editorial S. L., Barcelona, 1996.
14. González-Salas Campos, Raúl. La teoría del bien jurídico en el Derecho Penal, Oxford
University Press, México, 2001.
15. Islas de González Mariscal, Olga. Análisis lógico de los delitos contra la vida, Trillas,
México, 1991.
17. Jiménez de Asúa, Luis. Principios de Derecho Penal. La ley y el delito. Editorial
Sudamericana, Buenos Aires, 1990.
18. Mir Puig, Santiago. Derecho Penal. Parte General, Reppertor, Barcelona, 1998.
20. Moreno Hernández, Moisés, Política Criminal y Reforma Penal, Ius Poenale, México,
1999.
38
21. Muñoz Conde, Francisco. Derecho Penal. Parte General, Tirant lo Blanch, Valencia, 1996.
23. Roxin, Claus. Derecho Penal. Parte General, Trad. de D. M. Luzón Peña, M. Díaz y
García Conlledo y J. de Vicente Remesal, Civitas, Madrid, 1997.
24. Vidales Rodríguez Caty. Los Delitos de Receptación y Legitimación de los Capitales en el
Código Penal de 1995, Tirant lo Blanch, Valencia, 1997.
25. Welzel, Hans. Derecho Penal, Parte General, Trad. de Carlos Fontán Balestra en
colaboración con Eduardo Eduardo- Friker, Buenos Aires, Depalma, 1956.
39