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1

JESÚS MAESTRO: UN ESTILO Y UN PARADIGMA


PARA EL EDUCADOR DE HOY

Marta Del Carmen Córdova Peredo


Fabiola Beatriz Jara Bernadot
María Eugenia Neira Neira.

Roma 2013
2

DEDICATORIA

Al Maestro de los maestros, Jesús de Nazaret,


que acompaña y guía nuestros pasos cada día y
a quienes se sienten llamados e invitados a
compartir la misión de educar y evangelizar
a los niños y jóvenes.
3
4
5

INDICE

DEDICATORIA ………………………………………………….…………….…..…3
PRESENTACIÓN ……………………………………………………………………….7
INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………….…...8
Motivación ………………………………………………………………………8 Objetivos
Estructura……………………………………………,,,,,,,,,,,…………………………9

CAPITULO I. FUNDAMENTACIÓN …………..……………………………………..10


Fuentes para acceder al conocimiento de Jesús ………………….…………….10
Fuentes históricas no cristianas ………………………………………...10
Testimonios romanos …………………………………………....………10
Textos de origen judío ………………………………………….………….11
Fuentes cristianas ………………………………………………………………….....12
Didaché …………………………………………………….………………….….13
Las cartas de San Ignacio de Antioquía
……………………………………..………………………………………………....13
Testimonios de tradición apócrifa………………...……………………….…...…14
Los Evangelios ……………………………………………………………………..14
Los evangelios sinópticos ………………………………………..…….…16
Evangelio de Juan …………………………………………………..…..….17
Jesús Maestro en los evangelios…………………………………………….…..…18
Jesús Maestro en el evangelio de Mateo…………………….……….....21
Jesús Maestro ene l evangelio de Marcos ……………………………....23
Jesús Maestro ene le evangelio de Lucas ……………………….….…..25
Jesús Maestro en el evangelio de Juan ….…………………….....….….26

CAPÍTULO II. UN RETRATO DE JESUS MAESTRO……………………….. …..29


Jesús : Un Maestro que enseña …………………………………………………..29
Jesús enseña en las sinagogas los sábados ………………….……….29
Jesús enseña en el templo ……………………………………………....30
Jesús enseña a la gente en diversos lugares …………………….…… 31
Jesús es un Maestro singular ……………………………………………….…… 31
6

Un perfil de Jesús Maestro ……….………………………………………..….….33


Jesús es un Maestro que enseña con autoridad……….…………….…33
Maestro que enseña con rectitud. …….……………………..…….…...34
Jesús convive con sus discípulos y les enseña con su ejemplo y testimonio de vida
…………………………………………….…....35
Jesús es un Maestro sabio ……………………………………..……...….37
Jesús es un Maestro paciente ……………………………………..…….....38
Jesús es un Maestro que escucha y dialoga ……………….……..….…....39

CAPÍTULO III. ELEMENTOS DE LA PEDAGOGÍA DE JESÚS. RECURSOS, MÉTODOS Y


ESTILO ………………………………..………..42
Los gestos de Jesús como recurso de enseñanza …………………………....... .44
Los métodos y las técnicas de enseñanza de Jesús maestro …………….….…..46
Las sentencias y los dichos ………………………………………….………..46
Las imágenes ……………………………………………………………….…..48
Las preguntas ……………………………………………………………….…...50
Las parábolas ………………………………………………………………..…52
Las citas de la Escritura y del judaísmo …………….……………………....56
Enseñanza situacional ………………………………………………………....57

CAPÍTULO IV . JESUS FUENTE DE INSPIRACIÓN PARA NUESTRA


MISIÓN PEDAGÓGICA………………….……………………………….....61
Del Maestro de Nazaret al maestro en el aula …………………………….........61
Mirando a Jesús Maestro: Desafíos para el profesor de religión ….……........66
El retrato de Jesús, inspiración para el profesor de Religión ……….....67
Los recursos y los métodos de Jesús Maestro como fuente de inspiración
para el profesor de religión. ………………………………..…..70
CONCLUSIONES …………………………………………………………………..….76
BIBLIOGRAFÍA ………………………………………………………………………...
7

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación nace del interés por conocer y profundizar


en la figura de Jesús como Maestro, ya que consideramos que esta faceta
constituye una fuente de inspiración para nuestra labor pedagógica.
Jesús, el Maestro, que no deja de sorprendernos con sus enseñanzas y sus
lecciones de vida.
Sin duda alguna esta imagen de Jesús puede constituirse en un paradigma
para el educador de hoy y hacía Él ha de volver continuamente la mirada como un
modelo auténtico en el ejercicio docente.
La figura de este singular Maestro y pedagogo que nos antecede en la
labor docente y misión de educar. Tenemos la convicción que su persona, su estilo,
los recursos y métodos que Él utilizó son válidos y tienen plena vigencia en la
actualidad y en los contextos educativos en los cuales nos desempeñamos
Dentro de los diferentes títulos dados a Jesucristo, el de Maestro se
encuentra ampliamente fundamentado en la Sagrada Escritura. En muchas
ocasiones, ya desde los inicios de su ministerio, es llamado con este nombre por
diferentes personas. Se trata de una nominación muy rica y sugerente para sus
contemporáneos y también para nosotras como educadoras de la fe de niños y
jóvenes.
Buscaremos y reflexionaremos sobre las características de Jesús como
Maestro, perfilando un retrato con sus cualidades y su estilo particular de enseñar,
profundizando también en los recursos y métodos que utilizó en la proclamación de
sus enseñanzas.
Tenemos la convicción que el estudio sobre esta faceta de Jesús como
pedagogo puede darnos pistas y orientaciones que son válidas en la actualidad
para nuestra misión de docente en el ámbito de la formación y divulgación de la fe
y del mensaje del Evangelio.
8

OBJETIVOS

El principal objetivo es reconocer y valorar el estilo pedagógico de Jesús como


Maestro y modelo para el educador de hoy, y descubrirlo como Maestro, a partir de
los relatos de los evangelistas.
Otros objetivos perseguidos son:
Mostrar los rasgos fundamentales de Jesús Maestro y las actitudes que se
deducen de sus enseñanzas.
Describir el estilo y los métodos de enseñanza que tenía Jesús y los recursos
que utilizaba.
Reconocer a Jesús como fuente de inspiración en la misión de transmitir la fe y
evangelizar en el aula.
Profundizar en los elementos de la pedagogía de Jesús como un aporte
significativo al quehacer del educador en la enseñanza de la religión.

ESTRUCTURA

Este trabajo está estructurado en cuatro capítulos:


El primer capítulo trata sobre las fuentes para acceder al conocimiento de Jesús,
profundizando su figura como Maestro, según queda trazada en los relatos de los
cuatro evangelistas.
El segundo esboza el perfil de Jesús Maestro, teniendo como fuente pasajes
de los cuatro evangelios y las conclusiones que de ellos se pueden desprender.
En el tercer capítulo se abordan los elementos de la pedagogía, los diferentes
recursos, métodos y técnicas de enseñanza que utilizaba Jesús, que se pueden
deducir en base a diversos textos extraídos de los evangelios.
El cuarto capítulo contiene una reflexión y aplicaciones para la tarea docente
en los tiempos actuales.
9

CAPÍTULO I
FUNDAMENTACIÓN

FUENTES PARA ACCEDER AL CONOCIMIENTO DE JESÚS

Para realizar una aproximación histórica a la figura de Cristo Maestro, nos


detendremos brevemente en algunas fuentes que nos permiten conocer a Jesús. Se
trata de indagar sobre la figura del Maestro de Nazaret en documentos que, a
través de la historia, nos dejan una huella o una noticia de su existencia terrena.
Nos encontramos con dos tipos de fuentes: no cristianas y cristianas. En
forma resumida vemos cada una de estas fuentes:

FUENTES HISTÓRICAS NO CRISTIANAS

Jesús nació y vivió en Palestina, “provenía de Nazaret, era una aldea


desconocida. Todos sabían que era hijo de un artesano”1. Pasó treinta años de su
vida sin que los grandes historiadores le tuvieran en cuenta. Las fuentes históricas
que son escasas. Los textos no cristianos surgieron en el siglo II, al encontrarse los
historiadores con las comunidades cristianas:

Testimonios romanos.
Entre ellos se encuentra Plinio el Joven (62 - 113), procónsul de Bitinia que
escribe a su emperador Trajano en el año 11 d.C., haciéndole unas consultas .
Le habla de un movimiento religioso que se extiende en su región y le pide
consejos sobre cómo actuar frente a él. Afirma que “en realidad estos hombres no
son malos; pero sí supersticiosos”. En su carta se dice de ellos que “entonan un
cántico a Cristo como Dios”. Esto significa que en el año 111 había quienes

1
Cf. Pagola, José Antonio. “Jesús aproximación histórica”. Ed. PPC. Madrid 2007, pp. 11 – 18.
10

consideraban a Cristo como Dios. Es un testimonio explícito de la fe en la divinidad


de Jesucristo. Sin embargo, nada se dice directamente de Jesús2.
Junto con Plinio se puede citar también a Suetonio Tranquilo (65 - 135), que
en su Libro “los doce Césares”, cuando habla del reinado de Claudio (41 - 54)
menciona un conflicto habido en Roma por el cual Claudio expulsa a los judíos. Este
conflicto se habría originado “a causa de un tal Chrestus”. Esto parece dar a
entender que entre los años 40 - 50 había tumultos en Roma a causa de
Jesucristo.
Finalmente, se puede citar a otro historiador. Cornelio Tácito (54 -119), que
en sus “Anales”, escrito hacia el año 115, habla del emperador Nerón y del incendio
de Roma. Dice que Nerón acusó a los cristianos para evitar ser culpado. Se dice
además que los cristianos tienen por fundador a uno que “fue condenado a muerte
por Poncio Pilato, bajo Tiberio”3.
Se puede concluir que los historiadores romanos conocen un movimiento y
relatan la vida y creencias de estos hombres. También se refieren a su fundador,
pero si sólo contáramos con estos textos, nuestro conocimiento de Jesucristo sería
bastante reducido e incompleto.

Textos de origen judío.


Hay también algunos textos de origen judío que hablan de Jesucristo, pero hay
que señalar que para los historiadores judíos Jesús tuvo poca importancia. Para el
historiador judío Flavio Josefo (37 -132), Jesús sería un sabio, un hombre de buena
conducta y virtuoso, que tuvo discípulos judíos y paganos, y fue condenado a muerte
de cruz, bajo Poncio Pilato. Sus discípulos continuaron con sus enseñanzas. En
otro de sus escritos, al referirse a Santiago y los problemas que tuvo con el
Sanedrín, dice que “era hermano de Jesús, llamado Mesías”. Hay que añadir que
Josefo no conoció a Jesús, pero había oído hablar de él.

2
Arias Maximino, “Jesús el Cristo”. Ed. San Pablo. Santiago 1997 , p. 77
3
Arias, Maximino, op. cit, p. 78
11

Los textos judíos religiosos, anteriores al año 220: Misná, Talmud, Midrashim,
contienen algunos testimonios que pueden ser históricos, sin embargo su valor
reside más en lo que dejan entrever que en lo que dicen directamente. Se podrían
resumir diciendo que: Jesús vivió en Palestina, hizo grandes signos, fue legislador
y maestro. Fue colgado en un madero la víspera de la Pascua. Tuvo discípulos,
que curaban enfermedades en su nombre, no está seguro su nacimiento, aunque
parece ser que era hijo de un padre desconocido e ilegítimo.
Pocas son las aportaciones que nos dan estas fuentes sobre la vida de Jesús.
Resumiendo los datos aportados podemos decir: que en Judea vivió un hombre
llamado Jesús, que hizo milagros y enseñó al pueblo, que fue muerto por Poncio
Pilato, instigado por los judíos; que Jesús dio origen a una secta particular,
denominada cristianismo, que en Roma se extendió esta secta cincuenta años
después de la muerte del maestro y por causa de ella, los judíos fueron
expulsados de esta ciudad; finalmente que en época de Nerón, la secta se había
expandido y sufrió una severa persecución.
Las referencias no cristianas sobre Jesús confirman su existencia y su muerte
violenta a manos de los judíos o de los romanos, así como la tradición cristiana
sobre la actividad curativa de Jesús y su calidad de maestro o sabio. Esta última
afirmación reviste una valoración especial, ya que fortalece la idea que sustenta
esta investigación acerca de Jesús como maestro que enseñó y que tuvo
seguidores.

FUENTES CRISTIANAS

Para obtener un mejor conocimiento de Jesús tienen gran importancia las


fuentes cristianas. Entre ellas resultan esenciales los cuatro evangelios canónicos;
no obstante, vamos a hacer una breve alusión a algunas fuentes de la literatura
cristiana, ya que se cuenta con textos que permiten acceder a las convicciones de
los cristianos de los primeros siglos. Los datos acerca de Jesús que ellas
contienen dependen de la tradición del Nuevo Testamento y, por tanto, no ofrecen
datos nuevos. Sin embargo, son una contribución valiosa para conocer las
12

afirmaciones acerca de la identidad de Jesús de los cristianos del siglo I. Aunque


aportan poco material complementario para conocer históricamente a Jesús
queremos destacar la Didaché, las cartas de San Ignacio de Antioquía y los
testimonios de los textos apócrifos.

La Didaché
Es un breve escrito judeocristiano de fines del siglo I, es un documento precioso
para conocer algo de la liturgia cristiana más primitiva y de ella podemos deducir la
centralidad de Jesús en el culto cristiano primitivo: “En cuanto a la eucaristía, dad
gracias así. En primer lugar, sobre el cáliz: Te damos gracias, Padre nuestro, por la
santa vid de David, tu siervo, que nos diste a conocer por Jesús, tu siervo. A ti la
gloria por los siglos. Luego, sobre el pedazo [de pan]: Te damos gracias, Padre
nuestro, por la vida y el conocimiento que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu
siervo. A ti la gloria por los siglos. Así como este trozo estaba disperso por los
montes y reunido se ha hecho uno, así también reúne a tu Iglesia de los confines de
la tierra en tu reino. Porque tuya es la gloria y el poder por los siglos por medio de
Jesucristo. (Didaché, IX,1-5)4.

Las cartas de San Ignacio de Antioquía


Obispo martirizado en Roma hacia el año 107, nos transmiten las convicciones
cristológicas de un cristiano dispuesto a entregar su vida por amor al Señor. Insiste
tanto en la realidad de la humanidad de Jesús como en su divinidad: “Por tanto,
haceos los sordos cuando alguien os hable a no ser de Jesucristo, el de la
descendencia de David, el hijo de María, que nació verdaderamente, que comió y
bebió, que fue verdaderamente perseguido en tiempo de Poncio Pilato, que fue
crucificado y murió verdaderamente a la vista de los seres celestes, terrestres e
infernales. Él resucitó verdaderamente de entre los muertos, habiendo sido
resucitado por su mismo Padre, y a semejanza suya, a los que hemos creído en Él,
también su Padre nos resucitará en Jesucristo, fuera del cual no tenemos vida
verdadera (Carta a los Tralianos, IX, 1- 2)5.

4
Fernández, Samuel. Jesús. Ediciones Universidad Católica de Chile. Santiago 2008, p. 44
5
Fernández, Samuel, op. cit., pp.44 - 45
13

Testimonios de la tradición apócrifa


La literatura apócrifa está constituida por textos cristianos que no pertenecen a
la Biblia, pero que imitan los géneros literarios del Nuevo Testamento, y se
presentan como escritos por un personaje de gran autoridad de la época apostólica.
El término apócrifo quiere decir escondido, oculto, porque este tipo de textos
reclaman su autoridad de una tradición oculta.
No se puede negar que los apócrifos más antiguos, como el Evangelio de Tomás,
puedan contener algún dato transmitido oralmente que no quedó registrado en el
Nuevo Testamento. Pero hay que precisar que los datos válidos acerca de las
palabras y los hechos de Jesús son los del Nuevo Testamento; el resto es obra del
autor o de la escuela a la que perteneció. Así, los apócrifos, están conformados por
datos extraídos de los Evangelios canónicos mezclados con las especulaciones o
creaciones del autor del texto.
14

LOS EVANGELIOS

Dentro de las fuentes cristianas, nos referimos de modo más detallado al


Nuevo Testamento, especialmente a los Evangelios, ya que son éstos los que
contienen y recogen con mayor riqueza los datos que utilizaremos.
Hay que tener en cuenta que el Nuevo Testamento no es un libro de historia
según el sentido moderno de la palabra. Es un conjunto de libros que contiene el
anuncio de la fe. Si bien es cierto que contiene datos históricos, lo más importante es
la fe y la conversión. Los datos históricos que contiene corroboran la fe6.
En cuanto a los Evangelios recordemos lo que la Iglesia nos enseña en la
Constitución Dei Verbum, Nº 19: “La santa Madre Iglesia firme y constantemente ha
mantenido y mantiene que los cuatro Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar,
transmiten fielmente lo que Jesús, Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y
enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día en que fue levantado al
cielo (cf. Hech 1,1-2). Los Apóstoles ciertamente después de la ascensión del Señor
predicaron a sus oyentes lo que Él había dicho y hecho, con aquel mayor
conocimiento de que ellos gozaban, ilustrados por los acontecimientos gloriosos de
Cristo y por la luz del Espíritu de verdad. Los autores sagrados escribieron los cuatro
Evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de
palabra o por escrito, sintetizando otras, o desarrollándolas atendiendo a la
condición de las Iglesias, reteniendo, en fin, la forma de anuncio, de manera que
siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús. Escribieron, pues,
sacándolo ya de su memoria o recuerdos, ya del testimonio de quienes desde el
principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra' para que conozcamos la
verdad de las palabras que nos enseñan (cf. Lc 1,2-4)”7.

6
Cf. Fernández, Samuel, op. cit., pp. 51 – 53.
7
Dei Verbum, 19: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/index_sp.htm
15

Los cuatro evangelios contienen una información más amplia y mejor


documentada sobre la vida de Jesús. Estos escritos pueden considerarse auténticas
biografías, siempre y cuando tengamos en cuenta que las biografías antiguas no son
idénticas a las modernas.

Los autores de estos escritos buscaban, ante todo, mostrar el significado de


las acciones y palabras de Jesús, y estaban menos preocupados por la exactitud
cronológica y material de los hechos narrados. Por ello, los evangelios nos
transmiten los hechos y su significado.
Podemos resumir las principales características de los cuatro evangelios que
constituyen la principal fuente de este texto, ya que son estos los que, como dice
Sergio Zañartu, "Jesús aparece en los evangelios como la expresión más perfecta
del alma judía creyente, en apertura permanente, en disponibilidad total, en
obediencia de hijo ante el Padre, en la serena alegría de quien se sabe creatura en
manos del creador, a quien se reconoce la total cercanía de quien ama
incondicionalmente y la trascendencia de quien es el Santo. Esa actitud de
acogimiento fundamental de nuestro ser y de nuestra tarea histórica de sus manos,
ese vivir en su presencia con la libertad de los lirios del campo y de las aves del
cielo, esa confianza despreocupada porque, teniendo que preocuparse de todo en el
fondo, de nada hay que estar preocupado, esa oración de alabanza y de gratitud,
esa permanencia fiel en las dificultades que comporta la tarea encargada por Dios,
esa seguridad de que ningún poder del mundo vencerá a quienes se confían en el
regazo del Padre: todo esto es la expresión de una fe, tal como Jesús la proclama a
los demás, explicitando en palabras lo que era su actitud fundamental ante la
existencia... Jesús sería la expresión suprema de lo que puede exigir de sí y dar de
sí la fe, y a lo que Dios conduce al creyente cuando éste se deja conducir hasta el
final"8.

8
Zañartu:http://www.mercaba.org/ARTICULOS
16

Los evangelios sinópticos

Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas son muy parecidos y tienen


muchas tradiciones en común. Se les conoce con el nombre de sinópticos, (adjetivo
de la palabra syn-opsis que significa visión conjunta). Sus coincidencias permiten
leerlos en columnas paralelas. Estas coincidencias hacen pensar que debe existir
alguna relación de dependencia literaria entre ellos. Así se plantea el problema
sinóptico, que consiste en saber cómo se explican las semejanzas y a la vez las
diferencias entre estos tres evangelios.
En la actualidad la mayoría de los estudiosos, consideran que la mejor
manera de explicar las diferencias y semejanzas entre los evangelios sería la
siguiente:

El evangelio de Marcos

Es el más antiguo, y tanto Mateo como Lucas lo conocieron y lo incorporaron


casi por completo en sus propias obras. Así se explica aquello que está en estos tres
evangelios. En tanto, Mateo y Lucas no se conocieron entre ellos, lo que explica sus
diferencias.

Mateo y Lucas

Conocieron, de modo independiente, además, un documento que contenía


gran cantidad de palabras de Jesús, organizadas en forma de colecciones de dichos
y parábolas. Partes de este documento, al que los estudiosos se refieren con la sigla
Q, habrían servido a estos evangelistas para configurar algunos de los discursos de
Jesús. (Ejemplo: El sermón del monte en Mateo y el sermón del llano en Lucas).

Incorporaron en sus obras capítulos de la infancia de Jesús, escenas de


apariciones del Resucitado y algunas otras unidades literarias propias. Un material
17

variado que cada uno habría hallado en la tradición de su comunidad. A todo esto
hay que agregar el genio de cada uno de estos escritores que combina, ordena
sintetiza, de modo personal, el material del que dispone.

El evangelio de Juan

Este evangelio contiene la cristología más elaborada del Nuevo Testamento. A


diferencia de los sinópticos que transmiten sentencias y parábolas breves, Juan
incluye amplios discursos de Jesús que manifiestan su identidad a los discípulos,
desde los comienzos del evangelio. Actualmente es aceptado por los estudiosos que
Juan contiene una tradición histórica muy antigua, independiente de los sinópticos:
la fuente de los signos, discursos, relato de la pasión, etc. De este modo, aunque la
redacción final del texto sea tardía (década de los años 90), contiene mucho
material antiguo, que ha sido introducido y reelaborado a la luz de la reflexión
eclesial de la comunidad de Juan9.

9
CF. Fernández, Samuel, op.cit. 51 -63
18

JESÚS MAESTRO EN LOS EVANGELIOS

Tomando como fuente de estudio los cuatro evangelios encontramos que, entre
los diferentes títulos dados a Jesucristo, el de Maestro se encuentra ampliamente
fundamentado en la Sagrada Escritura. En diversas ocasiones es llamado con este
nombre. Se trata de una nominación muy rica y sugerente para sus
contemporáneos y también para nosotros.
Jesús es reconocido como Maestro. En los evangelios se le llama así en unas
sesenta oportunidades. Los términos que el Nuevo Testamento utiliza para referirse
a Jesús como Maestro son “epistatés” (el que está por encima), traducción griega
de Rabbi, en Lucas. Encontramos esta acepción en algunos versículos del
evangelio lucano:

• Lc 5,5: Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no


hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes»”.

• Lc 8,24: “Los discípulos se acercaron y lo despertaron, diciendo: «¡Maestro,


Maestro, nos hundimos!». Él se despertó e increpó al viento y a las olas; estas
se apaciguaron y sobrevino la calma”.

• Lc 9,33. ” Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: «¡Maestro, ¡qué


bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías». El no sabía lo que decía”.

• Lc 17,13: “Los leproso empezaron a gritarle: «¡Jesús, Maestro, ten compasión


de nosotros! ».

También en los evangelios se utiliza el término “διδακαλοσ ” (en hebreo Rabí),


10

que significa “el que enseña”11. Este término es utilizado con frecuencia para
dirigirse a Jesús. Citamos, por ejemplo:

10
Del Griego “Maestro” (Didaskalos)
11
Dufour-León, Xavier. Diccionario del Nuevo Testamento. Ediciones Cristiandad. Madrid, 1977
19

• Mc 4, 38: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?».

• Lc 7, 40: Pero Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». «Di, Maestro!».

• Jn 1, 38: Jesús se volvió y, viendo que lo seguían, les preguntó: «¿Qué


quieren?». Ellos le respondieron: «Rabbí, (que significa Maestro) ¿Dónde
vives?».

Es muy interesante constatar la variedad de personas o grupos que lo


reconocen como Maestro: escribas, fariseos, cobradores de impuestos, herodianos,
saduceos, empleados del jefe de la sinagoga, individuos anónimos de entre la
multitud, un jefe de los judíos, leprosos, espías, seguidores de Juan el Bautista,
miembros de su propio grupo, Judas Iscariote, Pedro, Juan, Santiago, Marta, y María
Magdalena.
• Los discípulos le llaman Maestro en Mc 4,38 : la tempestad calmada.

• Gente del pueblo en Mc 5,35 (“unos”); Lc 8,49 (“uno”); 9,17 (“uno de

entre la gente”).

• Uno corrió a su encuentro, en Lc 9,38.

• Uno de los principales, en Lc 18,18.

• Juan (uno de los Doce), en Mc 9,38; Lc 9,49.

• Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, en Mc 10,35.

• Fariseos y herodianos, en Mc 12,14; Mt 22,16; Lc. 20,21.

• Saduceos, en Mc .12,19; Mt 22,24; Lc 20,28.

• Un escriba o escribas, en Mc 12,32; Mt 8,19/; Lc 10,25; 11,45; 20,39.

• Los fariseos, en Mt 9,11; ,22,36; Lc 19,39.

• Escribas y fariseos, en Mt 12,38.

• Los que cobraban el impuesto para el Templo, en Mt 17,24.


20

• Simón, en Mc 9,5; 11,21; Lc 5,5; 7,40; 8,45; 9,33.

• Diez leprosos, en Lc 17,13.

• Judas, en Mc 14,45; Mt 26,25.49.

• Un ciego, en Mc 10,5112.

Desde posiciones diferentes e incluso antagónicas, desde intereses distintos y


sectores diversos, existe el reconocimiento de que Jesús se destaca porque enseña.
Sin embargo, se subrayan diferencias radicales entre su manera de enseñar y la de
los profesionales de la enseñanza de su tiempo13. La abundancia, y sobre todo la
variedad de testigos que así lo reconocen, nos dan indicios de que constituía una
de sus facetas más impactantes.
La gente lo llama Rabí, porque lo ven como un Maestro. No es solo una forma
de tratarle con respeto. Su modo de dirigirse al pueblo para invitar a todos a vivir de
otra manera se ajusta a la imagen del Maestro de su época. No sólo es un sabio
que anuncia la irrupción del Reino de Dios. Es “un sabio que enseña a vivir de otra
manera” .
Incluso el mismo Jesús se autodefine como Maestro. Al revisar los textos
de la Sagrada Escritura llama la atención que este título se lo da a sí mismo en
momentos cruciales de su existencia, en los que la autoridad del Maestro parece
hablar por sí misma y hace eco en quienes lo escuchan.

• Mc 14, 14: «Digan al dueño de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está


mi pieza, en que podré comer la Pascua con mis discípulos?.

• Mt 26,18: Jesús contestó: «Vayan a la ciudad, a casa de tal hombre, y


díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca y quiero celebrar
la Pascua con mis discípulos en tu casa».

12
Bravo, A. Jesús maestro una propuesta pedagógicahttp://www.scribd.com/doc/18734496.
13
Dausa, Alejandro. Cuaderno de Teología , Nº 9 “Encuentros con el maestro La pedagogía de Jesús
de Nazaret” en http://www.ecaminos.cu/media_files/download/Cuaderno_Teolog_09.pdf
21

• Lc 22,11: «digan al dueño de la casa: El Maestro manda a decirte:


¿Dónde está la pieza en la que comeré la Pascua con mis discípulos?
».

• Mt 23,8: «No se dejen llamar Maestro, porque uno solo es su Maestro,


y todos ustedes son hermanos».

• Mt 26, 25: Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó también: «¿Seré


yo acaso, Maestro?» Jesús respondió: «Tú lo has dicho».

• Jn 13, 13-14: «Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón,


porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los
pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros».

Como es sabido cada evangelista tiene su forma particular de presentar a


Jesús y su mensaje, enfatizando algunas facetas o rasgos propios de su persona y
sus enseñanzas. Esto hace que los relatos y las perspectivas sean originales y
complementarios al mismo tiempo.
A continuación damos una mirada a los cuatro evangelios canónicos,
buscando en ellos la figura de Jesús Maestro de Nazaret.

JESUS MAESTRO EN EL EVANGELIO DE MATEO

Para comprender de manera adecuada la imagen de Jesús Maestro que


Mateo presenta en su evangelio hay que precisar que, dado el carácter de los
destinatarios, cita con frecuencia textos del Antiguo Testamento y se apoya en ellos
para mostrar que el designio de Dios, anunciado por los Profetas, alcanza su pleno
cumplimiento en la persona y obra de Jesús.
Para Mateo Jesús es el Maestro de su comunidad. Moisés había dado la
ley al pueblo; Jesús es el nuevo Moisés que en la montaña de las
bienaventuranzas y en la pascua da la ley nueva. Es el maestro que quiere a sus
discípulos inteligentes en su fe. Desarrolla la figura de Jesús como el Señor y el
22

Maestro que renueva la Ley, exigiendo una justicia nueva y mayor basada en el
amor. El maestro deja a su Iglesia como regla la misericordia y el perdón14.
Este evangelista atribuye una especial importancia a las enseñanzas de
Jesús y las agrupa en cinco discursos, que forman como la trama de su Evangelio
y están encuadrados por otras tantas secciones narrativas. El tema central de
estos discursos es el Reino de Dios. En ellos, Cristo aparece como "el nuevo
Moisés", que lleva a su plenitud la Ley de la Antigua Alianza. También es el
"Maestro" que enseña, "como quien tiene autoridad", la "justicia" de ese Reino
inaugurado y proclamado por él15.
Citamos algunos textos que hacen referencia a Jesús como Maestro, de
manera explícita, ya que, como se ha indicado Mateo, a través de su evangelio,
deja ver la imagen del Maestro que enseña y es reconocido como tal por sus
coetáneos.
• Mt 8, 19: «Maestro, te seguiré donde quiera que vayas».

• Mt 9,11: Los fariseos, al ver esto, decían a los discípulos: «¿Cómo es que
su Maestro come con cobradores de impuestos y pecadores».

• Mt 12,38: Entonces algunos maestros de la Ley y fariseos le dijeron:


«Maestro, queremos verte hacer un milagro».

• Mt 17,24: Al volver a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los que cobran el


impuesto para el Templo. Le preguntaron: «El maestro de ustedes, ¿no
paga el impuesto?».

• Mt 19,16: Un hombre joven se le acercó y le dijo: «Maestro, ¿qué es lo


bueno que debo hacer para conseguir la vida eterna?».

• Mt 22,16: Le enviaron, pues, discípulos suyos junto con algunos partidarios


de Herodes a decirle: «Maestro, sabemos que eres honrado y que enseñas

14
Charpentier, Etienne. “Para leer en Nuevo Testamento”. Ed. Verbo Divino. Estella 1981, p. 76
15
Fernández, Samuel. op . cit. 2008,p. 232
23

• con sinceridad el camino de Dios. No te preocupas por quién te escucha, ni te


dejas influenciar por nadie».

• Mt 22,36: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?».

JESUS MAESTRO EN EL EVANGELIO DE MARCOS

Vamos a hacer algunas consideraciones generales respecto a este evangelio


para apreciar más cabalmente el retrato de Jesús que nos ofrece.
En primer lugar, hay que tener presente que el estilo de Marcos es popular,
algunas de sus frases son poco correctas y utiliza palabras que son de uso común
en al cultura de la época.
En su estilo narrativo incluye pocos discursos, pero sus relatos son llenos de
detalles vivos. Logra emocionar con la narración de los hechos; esto se ve
claramente en el relato de la pasión.
A Marcos se le ha llamado “el evangelio de antes de la pasión”, porque hace
descubrir a Jesús con los ojos de Pedro siguiendo a su maestro por lo caminos de
Palestina. Pero no debemos olvidar que él hace una relectura de la vida de Jesús a
la luz de la pascua16.
En la cristología del evangelio de Marcos, son centrales los títulos que se le
otorgan a Jesús: “Hijo de Dios”, “Cristo” e “Hijo del Hombre”. Tanto las acciones
(milagros) como las palabras (parábolas) contienen una cristología implícita que
tiene como función revelar pedagógica y gradualmente a Jesús.
“El Jesús descrito por Marcos, es el Hijo de Dios, salvador definitivo y futuro
juez como hijo de hombre, él sigue el camino de la cruz y muere ofreciendo la
salvación definitiva e indicando así el camino que el discípulo debe seguir”17.

16
Charpentier, Etienne, op. cit., pp. 59 -64
17
Fernández Samuel, op. cit., p. 230
24

Incorporamos algunos de textos en los cuales aparece Jesús aludido como


Maestro. Para esta selección utilizamos las citas sugeridas por José Luján, en su
libro “Concordancias del nuevo Testamento”18.
• Mc 4, 38: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?».

• Mc 5.35: Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa


del oficial de la sinagoga para informarle: «Tu hija ha muerto. ¿Para qué
molestar ya al Maestro?».

• Mc 9:38: Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios
en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros».

• Mc 10,17: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida
eterna? ».

• Mc 10,20: «Maestro, todo eso lo he practicado desde muy joven».

• Mc 10,35: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir».

• Mc 10,51: El ciego respondió: «Maestro, que vea».

• Mc 12,14: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te inquietas por


los que te escuchan, sino que enseñas con franqueza el camino de
Dios».
• Mc 12, 19: «Maestro, según la ley de Moisés…».

• Mc 12, 32: El maestro de la Ley le contestó: «Has hablado muy bien,


Maestro».

• Mc 14, 45: Apenas llegó Judas, se acercó a Jesús y le dijo: « ¡Maestro,


Maestro!» Y lo besó.

Para Marcos Jesús es el que enseña a la gente. Inmediatamente después de


su bautismo, predica que está cerca el Reino de Dios.

18
Luján José. Concordancias del Nuevo Testamento. Biblioteca Herder. Barcelona 1982
25

Cuando ve a las turbas, siguiéndolo al desierto, sin tener que comer, se


apiada de ellas y se pone a enseñarles.
El evangelio de Marcos recoge pocos discursos de Jesús, lo que pudiera
interpretarse que Jesús enseña no solo con palabras, sino también con su manera
de vivir y de obrar.

JESÚS MAESTRO EN EL EVANGELIO DE LUCAS

El evangelio de Lucas está unido al libro de los Hechos de los Apóstoles, y


originariamente ambos libros constituían una sola obra. Lucas no era de origen
judío, y su obra está dirigida ante todo a los cristianos que, como él, provenían del
mundo pagano.

Para Lucas, Jesucristo es el Salvador del mundo entero, y Dios quiere que
todos los hombres se salven por medio de él (universalidad de la salvación). Cristo
aparece como la culminación de la espera del Antiguo Testamento, pero también
como el principio del nuevo periodo de la historia salvífica que, a través de la
predicación apostólica, abarca a todos los pueblos.
Este evangelio subraya especialmente la bondad de Jesús; insiste en la
misericordia con los pecadores, cuenta escenas de perdón, destaca la ternura de
Jesús con los pobres y los humildes. Jesús es imagen del Padre infinitamente
misericordioso. Lucas no conoció personalmente a Jesús, por ese motivo Jesús es
para él “el Señor glorificado”19.
Es en este evangelio encontramos un gran número de citas alusivas al
reconocimiento de Jesús como Maestro por parte de personas diversas, que acuden
a Él y le reconocen y le llaman Maestro (en 22 ocasiones). Insertamos una selección
de pasajes que nos muestran que el ser Maestro era una faceta evidente en su
persona y en su misión:

19
Cf. Fernández, Samuel. op. cit. Pp. 233 -234.
26

• Lc 3,12: Algunos publicanos vinieron también a hacerse bautizar y le


preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?».
• Lc 5,5: Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y
no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes».
• Lc 8,24: Los discípulos se acercaron y lo despertaron, diciendo: «¡Maestro,
Maestro, nos hundimos!». El se despertó e increpó al viento y a las olas;
estas se apaciguaron y sobrevino la calma
• Lc 8, 49: Todavía estaba hablando, cuando llegó alguien de la casa del
jefe de la sinagoga y le dijo: «Tu hija ha muerto, no molestes más al
Maestro».
• Lc 10,25: Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para
ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida
eterna?».
• Lc 11,45: Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro,
cuando hablas así, nos insultas también a nosotros».
• Lc 19,39: Algunos fariseos que se encontraban entre la multitud le dijeron:
«Maestro, reprende a tus discípulos».

JESUS MAESTRO EN EL EVANGELIO DE JUAN

El evangelio de Juan tiene diferencias considerables respecto a los tres


sinópticos, tanto por su forma literaria como por su contenido. La tradición lo atribuye
al apóstol Juan, a quien identifica como “el discípulo al que Jesús amaba” (Jn13. 23;
19. 26; 20. 2; 21. 7, 20). Según los estudiosos hay varios indicios en el mismo
Evangelio que ratifican esta atribución. De todos modos se ha de señalar que la
redacción final del Libro es el resultado de una larga elaboración en la que también
intervinieron los discípulos del Apóstol. La obra fue concluida hacia el año 100 y
tenía como destinatarios a las comunidades cristianas de Asia Menor.
27

Para Juan, Jesús es el enviado de Dios, su Palabra en plenitud, que vino al


mundo para hacernos conocer al Padre. Es el “Revelador de Dios por excelencia,
porque dice lo que ha visto cabe el Padre. En numerosos textos de Juan no se
muestra ninguna discontinuidad entre lo que Jesús dice y el Padre”20.
Jesús no da testimonio de sí mismo, sino que da testimonio de la verdad que
escuchó del Padre (Jn 3. 11-13, 31-34), y toda su vida es una revelación de la
"gloria" que recibió de su mismo Padre antes de la creación del mundo: Jesús es
aquel que vive por el Padre y por eso comunica su vida. La salvación depende de
la fe en Jesús como el Cristo, el hijo de Dios. Para Juan, Jesús es el Maestro que
comunica “vida en abundancia”.
La relación única de Jesús con su Padre, que manifestó en su oración, tiene
su fundamento en el itinerario que ha recorrido el Unigénito: preexistencia,
descenso, exaltación. El Hijo proviene del Padre, bajó al mundo y luego volvió al
Padre.21
Juan aplica a Jesús muchos títulos, que toma de la tradición histórica: títulos
que lo califican con referencia a su condición humana (Maestro) y a la gloria del
Resucitado (Señor); títulos que Jesús acepta con reservas, porque sus
contemporáneos los mal entendían (mesías, profeta y rey), que manifiestan su
dignidad divina (Hijo de Dios, Hijo del hombre, Hijo unigénito, Salvador, Logos y
Dios).

Incorporamos una selección de versículos del cuarto evangelio que hacen


referencia explícita a Jesús como Maestro:

• Jn 1,38: El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: «¿Qué


buscan?». Ellos le respondieron: «Rabbí que traducido significa
Maestro ¿Dónde vives?»

• Jn 1.49: Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el hijo de Dios, tú


eres el Rey de Israel».

20
Cf.Zañartu:http://www.mercaba.org/ARTICULOS/C/Za%C3%B1artu.Cristolog%C3%ADa%20p.%20l
aicos.pdf
21
Cf. Fernández, Samuel, op. cit , pp. 235 – 236.
28

• Jn 3,10: Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: «Maestro, sabemos que


tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede
realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él».
• Jn 8,4: dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en
flagrante adulterio».
• Jn 11,8: Los discípulos le dijeron: «Maestro, hace poco los judíos
querían apedrearte, ¿quieres volver allá?».
• Jn 11,28: Después fue a llamar a María, su hermana, y le dijo en voz
baja: «El Maestro está aquí y te llama»
• Jn 20, 16: Jesús le dijo “María”. Ella lo reconoció y le dijo en hebreo
«¡Raboní!,» que quiere decir maestro.

Juan, desde el primer capítulo de su evangelio, presenta a Jesús como


Maestro que suscita interés y adhesión. Los discípulos del Bautista lo tratan desde
el primer momento con respeto reverencial, llamándolo Maestro. Presienten que más
que adhesión a la escuela de un Rabí, van a adherirse a una persona. Con su
pregunta no tratan de averiguar en qué lugares geográficos vive. Su interrogante es
más trascendente. No le preguntan por su doctrina, sino por su vida. Quieren
comprobar la manera de vivir de Jesús. Buscan un estilo nuevo que dé sentido y
contenido a sus vidas. La pregunta es prudente; no quieren embarcarse en una
aventura de seguimiento del nuevo Maestro sin tantear antes el terreno.
Los dos discípulos van detrás de Jesús en silencio y éste les da la medida a
su expectación. Se entabla la lucha callada en su interior, entre su timidez y la
atracción arrolladora de Jesús- que los imanta. Sólo se oye el rumor de unos pies
que caminan en la misma dirección22.
Como una melodía que se inicia y se cierra con la misma nota, Juan ya casi al
final de su evangelio, después de la resurrección, termina colocando en boca de
María Magdalena la expresión “Raboní”, que denota el reconocimiento y la
proclamación de Jesús como Maestro.

22
Cf. López Prudencio.” ¿Quién eres tú Jesús?” Editorial Perpetuo Socorro. Madrid 2001, pp. 50-52.
29

CAPÍTULO II
UN RETRATO DE JESUS MAESTRO

JESÚS: UN MAESTRO QUE ENSEÑA

Jesús aparece como un maestro que viene a enseñar a vivir. Por eso acepta
ser llamado "Rabbí”-Maestro- ,y se rodea de unos seguidores para enseñarles un
estilo de vida semejante al suyo.

En el judaísmo enseñar es transmitir, en base a las Escrituras, la voluntad


de Dios no de manera abstracta para desarrollar las facultades intelectuales, sino
para invitar a decidirse y a obedecerle. Como los judíos, que enseñaban a partir de
situaciones concretas, Jesús enseña en las sinagogas, en el templo y en espacios al
aire libre. Como el judaísmo habla de Dios, de su Reino y de su voluntad23.

En los evangelios encontramos gran cantidad de textos en los que aparece


Jesús enseñando. La enseñanza es una nota característica de su actividad.
Recogemos un conjunto de citas que hacen referencia a este rasgo específico y
esencial de Jesús: espacios al aire libre. Como el judaísmo habla de Dios, de su
Reino de su voluntad24.

Jesús enseña en las sinagogas los sábados:

• Mc 1,21: “Llegan a Cafarnaún. Al llegar el sábado entró en la sinagoga


y se puso a enseñar”.
• Mc 6,2: “Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga”.

23
Dufour, Xavier León. “Diccionario del Nuevo Testamento”. Ediciones Cristiandad. Madrid 1977
24
Dufour, Xavier León. “Diccionario del Nuevo Testamento”. Ediciones Cristiandad. Madrid 1977
30

• Mt 4,23: “Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas,


proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y
toda dolencia en el pueblo”.
• Mt 13,54: “Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal
manera que decían maravillados: « ¿De dónde le viene a éste esa
sabiduría y esos milagros? ».
• Lc 4,15: “Iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos”.
• Lc 4,31: “Bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les
enseñaba”.
• Lc 6,6: “Otro sábado entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar”.
• Lc 13,10: “Estaba un sábado enseñando en una sinagoga”.

Jesús enseña en el Templo:

• Mc 12,35: “Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en


el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? ».
• Mc 14,49: “Todos los días estaba junto a vosotros enseñando en el
Templo, y no me detuvisteis».
• Mt 21,23: “: Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los
sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué
autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad? ».”
• Lc 19,47: “Enseñaba todos los días en el Templo”.
• Lc 20,1: “Uno de aquellos días, mientras enseñaba al pueblo en el
Templo y anunciaba la Buena Nueva, se acercaron los sumos sacerdotes
y los escribas, junto con los ancianos”.
• Lc 21,37: “Durante el día enseñaba en el Templo y salía a pasar la
noche en el monte llamado de los Olivos”.
31

Jesús enseña a la gente en diversos lugares :

• Mc 6,6: “Y recorría los pueblos del contorno enseñando”.


• Mc 10,1: “Y levantándose de allí va a la región de Judea, y al otro lado
del Jordán, y de nuevo vino la gente hacia él y, como acostumbraba,
les enseñaba”.
• Mt 5,1-2: “Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus
discípulos se le acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba
diciendo:…”
• Mt 11,1: “Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a
sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus
ciudades”.
• Lc 5,17: “Un día que estaba enseñando, había sentados algunos
fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos
de Galilea y Judea, y de Jerusalén”.
• Lc 13,22: “Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras
caminaba hacia Jerusalén”25.

JESÚS ES UN MAESTRO SINGULAR

En el mundo judío, el maestro goza de gran reputación; su autoridad está


tipificada en la figura del “maestro de justicia” de Qumrán, sacerdote, exegeta,
hermeneuta de la ley. Jesús se dejó llamar Maestro y se le pidió también intervenir
en asuntos de orden jurídico y resolver controversias.

Aunque Jesús aparece como un Maestro más en Israel, hay algunas notas
características que lo distinguen del resto de los maestros de su época y que lo
definen como un Maestro único:

25
Bravo, Arturo: http://www.scribd.com/doc/18734496/Jesus-Maestro- Una-propuesta-pedagogica.
32

En aquel tiempo los discípulos tenían el derecho de seleccionar al


maestro que más les convenciera. En el caso de Jesús, no es así. Es el
mismo Jesús quien escoge personalmente a cada uno de sus seguidores:
“No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes,
y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo
que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá” (Jn 15,16).

El discipulado era tomado como una etapa temporal. Los discípulos de


Jesús, en cambio, le siguen toda la vida y no les está permitido volver atrás,
como expresa el mismo Jesús al responder: «El que ha puesto la mano en el
arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios». (Lc 9,62).

Los discípulos entraban al servicio del maestro casi de la misma forma


que un esclavo servía a su amo. Jesús, por su parte, no los llama siervos,
sino amigos: «Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que
hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que
oí de mi Padre» (Jn 15,15).

Los niños y las mujeres no eran considerados aptos para el


discipulado. Sin embargo, Jesús pide que los niños se acerquen a Él: “Jesús,
al ver esto, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí y no se lo
impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos» (Mc
10,14) y un grupo de mujeres lo siguen para aprender a vivir su vida: “Juana,
esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los
ayudaban con sus bienes” (Lc 8,3).

Los seguidores de un maestro ilustre, gozaban de fama y autoridad


ante el pueblo. Quien había sido instruido a los pies de Gamaliel, lo tenía
como un orgullo: «Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero me he criado
en esta ciudad y he sido iniciado a los pies de Gamaliel en la estricta
observancia de la Ley de nuestros padres. Estaba lleno de celo por Dios,
33

como ustedes lo están ahora» (Hech 22,3). Jesós, por el contrario, ofrece
problemas, persecuciones y calumnias: «Felices ustedes, cuando por causa
mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias» (Mt
5,11)26.

26
José H. Prado Flores. “El maestro y el discípulo”. http://www.agentespastoral.com.ar
34

UN PERFIL DE JESUS MAESTRO

Sergio Zañartu describiendo la personalidad y actuación de Jesús afirma


que fue un personaje de incomparable originalidad. Su enseñanza revela una
mente que procedía con agilidad, sin rodeos, que daba en el clavo sin prodigar
palabras. Tiene una percepción imaginativa de la maravilla y belleza de la
naturaleza, y de la unidad entre la naturaleza y el hombre, bajo la solicitud del
Creador de ambos. Es un espíritu de temple poético. Siempre piensa y habla en
imágenes y cuadros concretos. Observación atenta de la vida diaria, incluso a
veces con cierto acento irónico. En algunas ocasiones adopta la forma de una
aparente reducción de asuntos trascendentales al nivel de lo trivial. Parece haber
sido muy del estilo de Jesús dejar que las personas sacaran conclusiones por sí
mismas. Gran sentido común. También usa una serie de imágenes totalmente
diferentes y de mucha fantasía tomadas de la apocalíptica. Característica
distintiva de Jesús es el realismo de las parábolas. Se interesó sinceramente y
con ternura por las personas, especialmente por los enfermos y por los
27
desesperanzados .

Viendo todo lo referido a la persona y a las enseñanzas de Jesús


recogidas por los cuatro evangelistas, se puede realizar un perfil del maestro en
marcado por los siguientes rasgos:

Jesús es un Maestro que enseña con autoridad:

Los tres sinópticos coinciden en mostrar que Jesús no sólo enseñaba, sino
que, además, lo hacía con autoridad. Su hablar despertaba en las personas una
sed interior y, como señala Jorge Cury, “aunque fuese un carpintero de Nazaret y
anduviese y se vistiese de modo simple, sus oyentes quedaban impresionados
con su elocuencia. Su hablar era tan cautivante que las multitudes lo buscaban
27
Zañartu, Sergio:
http://www.mercaba.org/ARTICULOS/C/Za%C3%B1artu.Cristolog%C3%ADa%20p.%20laicos.pdf ,
p.15-16
35

para oírlo”28. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con


autoridad plena. Las expresiones utilizadas por Lucas y Marcos en forma
interrogativa “¿Qué es esto?” o “¿Quién es este?”, de Mc 4, 41, sumadas a las
actitudes de los oyentes “asustados” o “admirados”, como por ejemplo en Mt 7, 28
hacen referencia no tanto al estupor provocado por la transmisión de un
conocimiento novedoso de tipo intelectual, sino más bien a una experiencia
singularmente intensa de esos testigos que se percatan del poder del Espíritu que
actúa en Jesús29 . “Llegan a Cafarnaúm y al llegar el sábado entró en la sinagoga
y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les
enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mc 1,21-22).

Como señala Sergio Zañartu, Jesús enseña como un rabí y le rodea un


círculo de discípulos. Pero no es un teólogo de profesión sino que habla sencilla y
concretamente. Enseñaba con autoridad (Mc 1, 22.27), como si sacara su
conocimiento de su relación directa con Dios30.

Maestro que enseña con rectitud

En los tres sinópticos aparece atestiguado que tanto sus seguidores y


especialmente sus adversarios saben que Jesús enseña y lo hace con franqueza
y rectitud.

En Mc 12,13-14 encontramos: “Y envían hacia él algunos fariseos y


herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le dicen: Maestro, sabemos
que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las
personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios».

Y en Lc 20,20-21: Quedándose ellos al acecho (los escribas y sumos


sacerdotes que aparecen en el versículo 19, le enviaron unos espías, que
fingieran ser justos, para sorprenderle en alguna palabra y poderle entregar al
28
Cury, Jorge. “El maestro de los maestros”. Ediciones Paulinas. Colombia 1999. p.155
29
Dausa, Alejandro:http://www.ecaminos.cu/media_files/download/Cuaderno_Teolog_09.pdf
30
Cf.Zañartu,Serg
http://www.mercaba.org/ARTICULOS/C/ZaC3%B1artu.CristologC3%ADa20p.20laicos.pdf
36

poder y autoridad del procurador. Y le preguntaron: «Maestro, sabemos que


hablas y enseñas con rectitud y que no tienes en cuenta la condición de las
personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios»31.

La gente reconoce que Jesús enseña con autoridad; autoridad fundamentada


en que era creíble y se podía confiar plenamente en Él, porque no había
dobleces en su forma de ser. Por tanto, podemos afirmar con toda certeza que
Jesús es un Maestro que enseña con sinceridad y franqueza y que en Él nunca
hubo engaño o falsedad: “el no cometió pecado ni en su boca se encontró
engaño” (2 Pe 2,22).

Jesús convive con sus discípulos y les enseña con su ejemplo y


testimonio de vida

Jesús es el modelo y el punto de referencia de la comunidad y muy


especialmente de su discípulos. Él es quien señala el rumbo a seguir. Sus
actitudes lo constituyen en un signo del Reino, porque transparenta y encarna el
amor de Dios y lo revela. Jesús es una persona significativa para sus discípulos
y dejará en ellos una huella imborrable.

Durante sus años de ministerio público acompaña a sus discípulos, convive


con ellos, come con ellos, camina con ellos, se alegra con ellos, sufre con ellos.
Con esta convivencia diaria los va formando y los instruye para la misión.

Desde el comienzo de la llamada Jesús los implica a los discípulos en la


misión (Lc 9,1-2; 10,1). De dos en dos, deben anunciar la llegada del Reino (Mt
10,7; Lc 10,1.9). Han de curar a los enfermos (Lc 9,2), expulsar a los demonios
(Mc 3,15), anunciar la paz (Lc 10,5; Mt 10,3) y orar por la continuidad de la
misión (Lc 10,2).

Infinidad de pequeños gestos reflejan como Jesús se hacía presente en la


vida de los discípulos. En el estilo de ser y de convivir, de relacionarle con las

31
Bravo, Arturo: http://www.scribd.com/doc/18734496/Jesus-Maestro- Una-propuesta-pedagogica
37

personas, de situarse frente al pueblo y de atender a los que se le acercaban,


Jesús deja de manifiesto una serie de cualidades y actitudes que hacen de Él un
maestro singular, que reúne en plenitud unas características que encontramos
expresadas en los evangelios.

Es una persona de paz, que inspira paz y reconciliación: «¡La Paz esté
con vosotros!» (Jn 20,19; Mt 10, 26-33; Mt 18, 22; Jn 20, 23; Mt l6, 19; Mt l8, 18).

Es una persona libre y liberada, que despierta libertad y liberación: «¡El


hombre no fue hecho para el sábado sino el sábado para el hombre!» (Mc 2,27;
2, 18.23).

Es una persona de oración. Se le ve orando en todos los momentos


importantes de su vida y es capaz de despertar en los otros el deseo de orar:
«¡Señor, enséñanos a orar!» (Lc 11, 1-4; Lc 4, 1-13; 6, 12-13; Jn 11, 41-42; Mt
11, 25; Jn 17, 1-26; Lc 23,46; Mc 15,34).

Es una persona cariñosa, que inspira respuestas de amor: (Lc 7,37-38;


8, 2-3; Jn 21,15-17; Mc 14,3-9; Jn 13,1).

Es una persona acogedora, que está siempre presente en la vida de los


discípulos y los recibe con agrado cuando vuelven de la misión (Lc 10,7).

Es una persona misericordiosa, mansa y humilde, que invita a los


pobres: «¡Venid todos a mi» (Mt 11,28).

Es una persona realista y observadora, que despierta la atención de


los discípulos hacia la realidad de la vida por medio de las Parábolas (Lc 8,4-8).

Es una una persona atenta, preocupada por la alimentación de los


discípulos (Jn 21, 9), que cuida hasta de su descanso y que desea estar a solas
con ellos para que puedan descansar (Mc 6, 31).

Es una persona preocupada por la situación del pueblo, capaz de olvidar


38

su propio cansancio cuando se da cuenta de que el pueblo le busca (Mt 9,36-38).

Es una persona que se relaciona con sus discípulos como un amigo, que lo
comparte todo con ellos, incluso el secreto del Padre (Jn 15, 5).

Es una persona comprensiva, que acepta a los discípulos como son, incluso
cuando huyen, lo niegan o lo traicionan (Mc 14, 27-28; Jn 6, 67).

Es una persona comprometida con sus seguidores, que defiende a sus amigos
cuando son atacados por los adversarios (Mc 2,18-19; 7, 5-13)32.

Además de estos rasgos que esbozan la figura de Cristo Maestro, se pueden


señalar otras cualidades que resultan muy significativas e iluminadoras para
nuestro servicio pedagógico y pastoral. Nos referimos particularmente a la
sabiduría y a la paciencia como dos virtudes primordiales, que se desprenden de
la práctica y de las enseñanzas de Jesús.

Jesús es un Maestro sabio

Es un dato conocido que Jesús causaba extrañeza en quienes lo escuchaban,


ya que no se explicaban de dónde le provenía esta sabiduría: “Cuando llegó el
sábado, se puso a enseñar en la sinagoga y mucha gente lo escuchaba con
estupor. Se preguntaban: «¿De dónde le viene todo esto? ¿Y qué pensar de la
sabiduría que ha recibido, con esos milagros que salen de sus manos?» (Mc 6, 1-
3).

A veces nos podemos imaginar que Jesús era un sabio a la manera que
entendemos hoy día como un intelectual, pero era imposible, que así fuera en
tiempos de Jesús, vecino de una aldea desconocida y pobre como Nazaret. No,
no era fácil asegurarle a un niño una instrucción formal. Los historiadores dudan
de que Nazaret, apenas un caserío de unos 400 habitantes, hubiera tenido una

32
Mester, J. “Jesús Maestro” en www.nuestrabiblia.com/wpcontent/...jesus.../mesters_jesus_maestro.rtf
39

sinagoga convencional como ocurría en otros poblados, y menos con escuela


anexa, como solía ocurrir en lugares de mayor importancia.

En estos pueblos de cultura oral, la gente tenía una gran capacidad de


retener en su memoria cantos, oraciones y tradiciones populares, que se
retransmitían de padres a hijos. En este tipo de sociedad se puede ser sabio sin
dominar la lectura ni la escritura. Probablemente así fue Jesús33. Él no frecuentó
escuela alguna, no estudió letras, pero fue el Maestro de los maestros en la
escuela de la vida.
Jesús Maestro es una persona sabia que conoce la fragilidad del ser humano,
sabe lo que pasa en su corazón y, por esto, insiste en la vigilancia y nos enseña a
orar (Lc 11, 1-13; Mt 6, 5-15).

Jesús es un Maestro paciente

Examinando los evangelios encontramos al menos una referencia explícita


en la que Jesús se coloca a sí mismo como un ejemplo a seguir: «Carguen con mi
yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas
encontrarán descanso» (Mt11, 28).

Como Maestro paciente se adapta al caminar lento y sinuoso de sus


discípulos. Se adapta también a su gradual aprendizaje, con sus altos y bajos
naturales, para quienes emprenden un camino totalmente nuevo. Paulatinamente
los lleva a la luz, pasando por la oscuridad y las resistencias humanas que
encontraba en aquellos hombres rudos e impetuosos, que en más de una
ocasión querían hacer las cosas a su manera o solucionar las dificultades y
conflictos recurriendo a sus propios recursos. Encontramos algunos pasajes del
evangelio que reflejan claramente esta realidad, como por ejemplo, cuando
Jesús envió a sus discípulos a prepararle alojamiento a una ciudad de
samaritanos y éstos no lo quisieron recibirle, porque se dirigía a Jerusalén,

33
Cf. Pagola, José Antonio. “Jesús aproximación histórica”. Ediciones PPC. Madrid 2007, pp. 239 –
244.
40

“Santiago y Juan, que vieron esto, le dijeron: Señor, «¿quieres que mandemos
caer fuego del cielo para consumirlos?» (Lc 9,54). Y también cuando Jesús es
arrestado en el huerto de los olivos hubo quien lo quiso impedir utilizando la
espada: «Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al
servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha» (Jn18, 10).
Con su capacidad de dialogar y escuchar a su interlocutor, Jesús se
comunicaba proponiendo, no imponiendo. Sabía esperar el tiempo de sus
discípulos, que muchas veces no estuvieron a la altura de las circunstancias. Su
propuesta, sin embargo, era de la del Padre Dios: una vida más humana para
todos, como expresión de un amor sin reservas de Dios por toda la humanidad,
sin acepción de personas. Todos fueron invitados a acoger esta propuesta de vida
buena. A nadie se le impuso, acogiendo y respetando el proceso personal, con sus
avances y sus retrocesos, de cada uno de sus discípulos, que lo acompañaron en
su itinerario y en su proyecto de vida y misión.
,
Jesús es un Maestro que escucha y dialoga

En su cultura oral, Jesús aprendió la indispensable actitud de la escucha.


Escuchó la Palabra de Dios a partir de la transmisión familiar, recibida desde
pequeño y la siguió escuchando toda su vida, fiel a ese insistente llamado del
Dios a su pueblo: «Escucha Israel». El evangelista Lucas sitúa a Jesús en medio
de los doctores de la ley “escuchándoles y haciéndoles preguntas” (Lc 2, 4).

Tal como aprendió a escuchar a su Padre Dios, asimismo Jesús supo


escuchar cordialmente quienes entraban en contacto con Él. Podría decirse que
Jesús todo lo que sabía del ser humano lo aprendió escuchando a las personas34.

Jesús es el Maestro que conoce y ama personalmente a sus discípulos y,


como consecuencia, los entiende y respeta, les invita a pensar y se abre al
diálogo. Lo vemos reflejado admirablemente en las parábolas, que pueden ser

34
Cf. Moreno, Enrique. “Jesús, un buen comunicador”. Revista Testimonio Nº 235, Septiembre –
octubre Santiago 2009.
41

consideradas como verdaderos elementos de diálogo, ya que por medio de la


reflexión, buscan un cambio de visión y de comportamiento.
Jesús cultivó muy bien el arte de dialogar y escuchar a sus discípulos. Sabía
hacer las preguntas adecuadas a cada persona, lo cual refleja cómo sabía prestar
atención a cada situación particular. Preguntas que los enseñaron a mirar la vida
de otra manera.
A sus discípulos, hombres simples, les enseñó con interrogantes sencillos a
plantearse cuestiones vitales y profundas. Cuando se disputaban quienes serían
dignos de ser elegidos los primeros en el Reino: “Santiago y Juan se acercaron a
Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos que no concedas lo te vamos a pedir». Él
les dijo: «¿Qué quieren de mí?» (Mc 10, 35); también Mateo recoge la escena la
conversación que continúa: ¿Pueden ustedes beber la copa que yo tengo que
beber?» (Mt 20, 22). La pregunta abre un diálogo, que espera una respuesta,
una palabra del otro, y esta actitud implica respetar y confiar en la capacidad de
reflexión, de construir y expresar una respuesta por parte del quien escucha.

Para finalizar este apartado y enriquecer estas consideraciones en torno a


las características más representativas de la figura de Jesús como Maestro,
queremos hacer alusión a un hermoso pasaje de la Encíclica de Benedicto XVI
sobre la virtud de la Esperanza, porque es un aporte muy valioso para los
educadores en la fe en los contextos actuales en los que estamos invitados a
encontrar el verdadero sentido de la vida y a mostrar a Jesús como el auténtico
Maestro que enseña con sabiduría el arte de vivir. Dice el Papa: ” En los
antiguos sarcófagos se interpreta la figura de Cristo mediante dos imágenes: la
del filósofo y la del pastor. En general, por filosofía no se entendía entonces una
difícil disciplina académica, como ocurre hoy. El filósofo era más bien el que
sabía enseñar el arte esencial: el arte de ser hombre de manera recta, el arte de
vivir y morir. Ciertamente, ya desde hacía tiempo los hombres se habían
percatado de que gran parte de los que se presentaban maestros de vida, no eran
más que charlatanes que con sus palabras querían ganar dinero, mientras que no
tenían nada que decir sobre la verdadera vida. Esto hacía buscar con más ahínco
42

a quien supiera indicar verdaderamente el camino de la vida. Tanto las personas


cultas como las sencillas encontraron a Cristo: Él nos indica el camino y este
camino es la verdad. Él indica también el camino más allá de la muerte. Él es un
verdadero Maestro de vida35.

35
Benedicto XVI.” Spe salvi”, 6. Ediciones Paulinas. Santiago 2007
43

CAPÍTULO III
ELEMENTOS DE LA PEDAGOGIA DE JESUS:
RECURSOS, MÉTODOS Y ESTILO

Una vez realizada la tarea de indagar en los evangelios sobre la figura y


características de Jesús como Maestro, nos detenemos a examinar el estilo, los
métodos y los recursos que Él utilizaba en su misión evangelizadora, como
anunciador y presencia del Reino entre los hombres. Continuamos recurriendo al
Nuevo Testamento, especialmente a los cuatro evangelistas, para perfilar el talante
que tenía Jesús para instruir a sus seguidores.

Jesús de Nazaret es el Maestro por excelencia. En su vida desarrolla una


verdadera vocación pedagógica que concretiza en su ministerio. Nos preguntamos:
¿Cómo enseña Jesús?, ¿Qué recursos utiliza?, ¿Cuál es su estilo y los métodos
que usa para comunicar sus enseñanzas? Buscamos las respuestas a estos
interrogantes siguiendo las huellas de los evangelios que son ricos en alusiones
acerca de este tema, que nos lleva a mirar a Jesús Maestro, como un paradigma
para el educador en la fe, en el mundo de hoy.
Es cierto, como señala Maximino Arias36, que los evangelios no nos
entregan ninguna descripción de Jesús. No sabemos si era alto o bajo, de qué
color tenía los ojos, cómo era su andar. Los datos sobre Jesús que nos transmiten
son los que se podrían decir de cualquier otro hombre: nace de una madre, se
educa en una familia, come, duerme, se cansa, llora, está triste, es decir, nada muy
diferente a cualquier otra persona. Sin embargo, por los relatos evangélicos, que
nos narran muchas vivencias y sucesos de Cristo, podemos tener una idea de cómo
era, por sus palabras, por sus acciones, por sus sentimientos. Tomando en su
conjunto el evangelio tenemos noticias de que la personalidad de Jesús era
inconfundible y se destacaba entre sus seguidores. También podemos conocer la
forma en que entregaba su mensaje, sus predicaciones, sus enseñanzas en las que

36
Arias, Maximino. “Jesús el Cristo”. Ediciones San Pablo. Santiago 1997, p. 99
44

hacía uso de una gran variedad de recursos extraídos de su entorno natural, de su


familiaridad con las Sagradas Escrituras y la religiosidad y sabiduría propia del
pueblo.
Desde muy pequeño, Jesús fue un niño observador y atento a todo lo que
veía y escuchaba. Seguramente habría hecho muchas preguntas, como todos los
niños, y habría analizado cada cosa con curiosidad. Aprendió a observar la realidad
y desde ella fueron brotando sus imágenes y metáforas, sus narraciones sugerentes
y sus interpelaciones históricas. Supo valorar el pequeño detalle, se refirió a
situaciones concretas, utilizó un lenguaje que todos podían entender. Todo le
pareció interesante, pero especialmente las personas37.
Los contemporáneos de Jesús sabían que Él no era un maestro de la ley. No
había estudiado con ningún maestro famoso. No procedía de ningún grupo
destinado a interpretar las Escrituras. Jesús se movió en medio del pueblo. Habla
en las plazas, en los descampados, junto a los caminos y a orillas del lago. Tiene su
propio lenguaje y un mensaje también propio.
Como señala José Antonio Pagola, “Jesús tiene un estilo de enseñar muy
suyo, sabe tocar el corazón y la mente de las gentes”38. Sus dichos quedaron
grabados en quienes le escuchaban, breves y concisos, llenos de verdad y
sabiduría, pronunciados con fuerza, obligaban a sus oyentes a escuchar con
atención y los apremiaban a vivir de otra manera.
Para comunicar su experiencia del Reino de Dios, narra parábolas que abren
a los oyentes a un mundo nuevo. Para provocar a la gente a entrar en la dinámica
de ese Reino, pronuncia sentencias breves en las que resume y condesa su
pensamiento.
Él hablaba y enseñaba a la gente y a sus discípulos utilizando recursos que
facilitaban la memorización de sus enseñanzas. Unas veces utilizaba dichos
rítmicos, otras veces repetía el mismo esquema y con mucha frecuencia recurría a

37
Moreno, Enrique. “Jesús, un buen comunicador”. Revista Testimonio Nº 235, Septiembre – octubre
Santiago 2009.
38
Pagola, José Antonio. “Jesús aproximación histórica”. Ediciones PPC. Madrid 2007, pp. 243 –
244.
45

pequeños relatos tomados de la vida cotidiana que aún hoy nos resultan muy fáciles
de recordar.

La enseñanza de Jesús se presenta, la mayoría de las veces, en frases


cortas (ver Mc1,15; 1,17; 1,25; 1,38; 1,41). Los evangelistas reunieron algunas en
secciones referidas a un mismo tema. A otras también les dieron un marco narrativo.
Jesús las utilizaba junto con algún hecho.
Eran frases muy sencillas, claras, lógicas, evidentes, fáciles de comprender, y
sin embargo esconden un sentido más hondo y tocan lo más profundo de la
persona39.
Siguiendo diferentes textos de los cuatro evangelios, seleccionamos los
principales recursos utilizados por Jesús para entregar sus enseñanzas,
considerando, al mismo tiempo, los gestos, las situaciones, las palabras y los
métodos a través de los cuales proyecta su rol de Maestro.

LOS GESTOS DE JESUS COMO RECURSO DE ENSEÑANZA40

Se puede afirmar que dentro de la cultura de la época en que Jesús vivió, una
de las cosas que llamaba la atención y que causaba gran asombro entre sus
contemporáneos era que su enseñanza no quedaba reducida únicamente al
discurso, sino que sus palabras iban acompañadas de gestos, que resultaban
salvadores para quienes los recibían, pero que chocaban fuertemente con las
tradiciones y costumbres de su tiempo. Destacamos, por ser llamativo, su gesto de
tocar a diferentes personas, en diversos momentos y circunstancias. Citamos
algunos ejemplos:
• Se le acercó un leproso, y él, “extendiendo la mano, le tocó y le dijo:
«quiero, queda limpio» (Mt 8,3).

• Le seguían dos ciegos: "entonces tocó sus ojos, diciendo: «hágase en


vosotros según vuestra fe» (Mt 9,29).
39
Arias, Maximino, op.cit, p.101
40
Cf. Dausa, Alejandro. Cuaderno de Teología , Nº 9 “Encuentros con el maestro La pedagogía de
Jesús de Nazaret” en http://www.ecaminos.cu/media_files/download/Cuaderno_Teolog_09.pdf
46

• Y "le presentaban a los niños para que los tocase... y abrazándolos,


los bendijo imponiéndoles las manos" (Mc 10,13).
• A la suegra de Pedro "le tocó la mano y la fiebre la dejó" (Mt 8,15).
• Al sordomudo "le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua,
diciendo: «effeta, ábrete» (Mc 7,33).
• Al criado herido por Pedro, Jesús, "tocándole la oreja, le curó" (Lc
22,51).
• A un leproso que le suplica: Sintiendo compasión, Jesús extendió la
mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio» (Mc 1, 40-41).
• A un sordomudo: “Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte,
le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua” (Mc 7,
33).
• A un muchacho poseído por un espíritu inmundo: Pero Jesús,
tomándolo de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie” (Mc
9, 27).
• A la niña del jefe de la sinagoga "le tomó de la mano y ésta se
levantó" (Mt 9,25).
• Al ciego de nacimiento "hizo un poco de lodo y le untó sus ojos" (Jn
9,6).

El contacto físico que Jesús establece con estas personas no es un


acontecimiento fortuitito. Los evangelistas destacan la intencionalidad de Jesús y
recuerdan también las implicaciones legales que esto supone; pero Jesús no teme
hacerse impuro por el contacto con quienes la ley consideraba como tales, ya que
tiene plena claridad de que “lo que hace impuro al hombre es lo que sale del
corazón” (Mc 7,14-23). Al tocar físicamente a los excluidos de la sociedad, Jesús
los recibe y los acoge, rompiendo con la alienación en que se encontraban. Esto
nos muestra la libertad con que Jesús procedía ante la ley, las tradiciones y
costumbres, ya que para Él lo central y más importante es la persona desde la
condición singular en que ésta se encuentra.
47

El tocar de Jesús tiene un significado profundo: es la mano de Dios que se


hace cercana y visible en su Hijo, que sana, bendice, protege, comunica
vida, perdona y da seguridad.

LOS MÉTODOS Y LAS TÉCNICAS DE ENSEÑANZA DE JESUS MAESTRO.

Que Jesús vino a enseñar es un dato en el que coinciden los cuatro


evangelistas quienes colocan la actividad pedagógica desde el inicio del ministerio.
En ellos descubrimos que la misión de Jesús es la de anunciar y enseñar un nuevo
estilo que propone a todos los que quieren oírle y seguir sus enseñanzas. Al
comienzo de su evangelio, Marcos nos cuenta que "entraron en Cafarnaúm, y el
sábado entró Jesús en la sinagoga y comenzó a enseñar” (Mc 1, 21), y que su
doctrina causaba admiración entre quienes lo escuchaban. Del mismo modo los
evangelistas finalizan sus relatos con la exhortación de Jesús enviando a sus
discípulos a predicar y a enseñar el mensaje recibido. «Id y haced discípulos a todas
las naciones,... y enseñándoles» (Mt 28, 19-20).
Al leer los evangelios desde una perspectiva pedagógica encontramos una
gran diversidad de métodos empleados por Jesús. Métodos que fueron respuestas
concretas a experiencias a las cuales Él quería responder. En Jesús lo teórico y lo
práctico se entrelazaron. Para el Maestro la experiencia no fue relato trivial e
insignificante, sino punto de partida para entender la situación teológica y existencial
en que se encontraban sus discípulos41.

Para sintetizar los recursos y métodos que Jesús utiliza consideramos


solamente aquellos que nos resultan más sugerentes e inspiradores para nuestra
tarea docente, ya que en el desarrollo de su magisterio recurre a múltiples recursos
y estrategias metodológicas que contienen un gran valor.

41
Pagán, Carmen Julia: http://www.elmensajero.com.co/agosto_2007/crist.html
48

Entre los métodos empleados señalamos y nos detendremos a explicar los


siguientes: sentencias, imágenes, preguntas, parábolas, citas de la escritura y del
judaísmo, enseñanza situacional.

Las sentencias y los dichos

Este método utilizado por Jesús para comunicar sus enseñanzas aparece en los
dichos recogidos por los diferentes evangelistas en sus escritos. Es preciso señalar
que las sentencias tienen una larga historia en el mundo judío, así como en las
culturas de transmisión oral. En las sentencias encontramos unos rasgos
característicos que ayudan a que permanezcan en la memoria. Subrayamos: la rima,
los contenidos y las imágenes significativas. Es lo que se conoce con el nombre de
proverbios o máximas. Es la forma más usual utilizada para transmitir la enseñanza
rabínica. La mayoría de las páginas de la Mishnah y del Talmud recogen un gran
número de sentencias dichas por diferentes rabinos. Asimismo una parte
considerable de la enseñanza de los profetas y sobre todo de los sabios de Israel se
había conservado en sentencias aisladas42.

Como las sentencias son una forma de enseñar y transmitir una enseñanza,
Jesús no solo repite proverbios o máximas aprendidas o extraídas de la corriente
sapiencial de la Sagrada Escritura o del judaísmo, sino que formula sus propios
dichos para entregar lo que quiere difundir. Jesús tiene una admirable capacidad
de recoger la experiencia y expresarla de manera concisa con una imagen
significativa y sugestiva.
En sus sentencias Jesús recurre a la experiencia de sus oyentes, a la riqueza
de la tradición y otras veces al sentido común de sus destinatarios. Citamos algunos
ejemplos:
• «No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he
venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2,17).

42
Bravo, Arturo: http://www.scribd.com/doc/18734496/Jesus-Maestro- Una-propuesta-pedagogica
49

• «Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón» (Mt 6,21;
Lc 12,34).

• «Lo que entra por la boca no hace impura a la persona, pero sí mancha
a la persona lo que sale de su boca» (Mt 15, 11)

• «Si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo»” (Mt 15, 14)

• «No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se


preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas» (Mt
6,34).

Las Imágenes

Las imágenes formaban parte de la mentalidad hebrea, que tenía un gran sentido
de lo concreto. Eran, por lo tanto, parte connatural de la mentalidad hebrea antigua.

Como el uso de imágenes es un recurso habitual, se encuentran en todas las


formas de enseñanza de Jesús. Al emplear una imagen hay que tener en cuenta
que para que provoque el efecto esperado debe corresponder a la realidad que
pretende ilustrar; ha de ser significativa y representativa.
43
Según León - Dufour la imagen reproduce, más o menos exactamente,
representa y hace presente una realidad. Las imágenes se convierten en canales de
expresión de las realidades más profundas.
Es evidente que Jesús entiende y conoce bien su tierra y sus habitantes, las
expresiones y los ejemplos que evocan y reflejan un conocimiento de la vida del
campo y en particular del campo galileo, en donde las casa son muy sencillas y el
trabajo rural no es de las planicies del sur, sino que está tomado del entorno
montañoso, con parcelas y corrales cercados con piedras (Mc4,4-7). En sus relatos
habla de ovejas, lobos, bueyes, aves, semillas, siembras y cosechas, flores
silvestres, odres viejos, lámparas caseras, niños, mercaderes y amas de casa.

43
Leon – Dufour. Diccionario del Nuevo Testamento. Ediciones Cristiandad. Madrid 1977
50

Muestra su amor por la naturaleza, tiene un sentido de lo concreto y de la


historia de su pueblo. El mundo del trabajo está presente en sus ejemplos y así
habla de asalariados, empleados despedidos, dueños abusivos, contratos y
administradores de todo tipo (Jn10, 1-8); (Mt 20, 1-5; Mt 24, 45 - 51). Pero su vida y
su enseñanza dejan de manifiesto que “Jesús mira definitivamente la vida desde
los ojos de los pobres de la tierra”.44
Por las imágenes utiliza en sus predicaciones, podemos deducir su amor y
admiración por la naturaleza. No cabe duda que era tan profundo observador que
sabía extraer de su entorno los elementos necesarios para hacer más cercana y
comprensible su enseñanza. En sus relatos habla de ovejas, lobos, bueyes, aves,
flores silvestres, odres viejos, lámparas caseras, niños, mercaderes y amas de
casa. Así como de la siembra, de los campos, del crecimiento de la semilla y la
recolección de los fruto. Se ha fijado en los pajarillos, en la hierba del campo, en las
vides y los sarmientos, en las uvas y los espinos, en los higos y los cardos, en las
hierbas y los juncos agitados por el viento, en las nubes del cielo y el viento. Se fija
incluso en el gesto maternal de la gallina45.
• «¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo
sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! » (Lc 13, 34)

• «Salió un sembrador a sembrar» (Mc 4, 13).

• «Fijaos en los cuervos: ni siembran , ni siegan, no tiene despensa ni


granero» (Lc 12, 24).

• «Miren cómo crecen las flores del campo» (Mt 6,28).

• «El viento sopla donde quiere, oyes su ruido, pero no sabes de


donde viene ni a donde va» (Jn 3, 8).

• «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el
Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza» (Lc 9,58).

44
Dausa, Alejandro. Cuaderno de Teología , Nº 9 Encuentros con el maestro La pedagogía de Jesús
de Nazaret
45
Arias, Maximino, op. Cit., pp.102 – 103 .
51

• «Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían ustedes


uvas de los espinos o higos de los cardos?» (Mt 7,16.)

Jesús también ha observado los rebaños y los pastores, así puede tomar
imágenes de este mundo pastoril:

• «Al pastor le conocen sus ovejas, las llama por su nombre, las saca
fuera; camina delate de ellas»” (Jn 10, 3)

• «El pastor tiene preocupación por sus ovejas, se da cuenta si le


falta alguna, la busca, la echa sobre los hombros cuando al
encuentra la varga sobre los hombros…» (Lc15, 4-6).

Hay realidades profundas que no se pueden expresar mediante el lenguaje


común, por eso el mundo del arte, la poesía y las experiencias místicas emplean un
amplio bagaje de elementos simbólicos, imágenes cargadas de contenido y
significado tanto para quien las formula como para las recibe. Ambos, emisor y
destinatario, han de estar familiarizados con la imagen. Así ocurre con Jesús y los
oyentes que recibían las verdades proclamadas por el Maestro, que utilizaba este
recurso para proyectar y apuntar hacia una realidad trascendente.

Las preguntas

Como sucede con otros métodos y recursos usados por Jesús, las preguntas
están presentes también como otra forma de impartir sus enseñanzas. Pero las
preguntas son centrales en las instrucciones y exhortaciones del Maestro.

El ser humano es el único ser capaz de preguntar y de preguntarse, porque


sólo él tiene la capacidad de reflexión y de buscar respuestas a sus interrogantes y
planteamientos más vitales. Jesús, que conoce lo que hay en el corazón de la
persona, mediante la pregunta lo hace volverse hacia lo más esencial de sí mismo
y encontrar la respuesta o dejar abierta la posibilidad a seguir buscando. De
hecho Jesús hizo más preguntas que las que contestó y a veces respondió con
52

otro interrogante, como quien obliga a continuar el diálogo, la reflexión o la


búsqueda, es decir deja planteada una nueva inquietud en su interlocutor.
Las preguntas no son sólo un ejercicio intelectual, también invitan, molestan,
cuestionan, interpelan, motivan, convierten y conducen a niveles más profundos de
la realidad, ayudando a la humanización tanto del mismo ser humano como del
mundo. Se puede afirmar que Jesús pregunta para enseñar y por eso constituyen
uno de los métodos privilegiados que utiliza.
Sus preguntas tenían diferentes propósitos. Unas son directas y otras
indirectas. No solo eran formuladas para ejercitar la actividad cerebral, sino que
pretendían alcanzar una mayor profundidad en al fe. Las preguntas de Jesús fueron
hechas dentro de contextos y situaciones concretas.
También provocó en los discípulos que ellos hicieran preguntas. En la
búsqueda de la verdad Jesús no tuvo temor al cuestionamiento.
Los propósitos de Jesús al hacer preguntas fueron muy variados. Van desde los
más sencillos, a los más complejos. Entre ellos podemos enumerar los siguientes46:
fomentar el interés o establecer un punto de contacto: Jn 4:7; Lc 8:45; iniciar y
estimular el pensamiento: Lc 9:25; Mt 6:27; Jn 13:12; expresar o verbalizar el
proceso de razonamiento: Mc 10:18; Mt 20:22; ayudar a los discípulos a aplicar la
verdad. Lc 10:36; Jn 13:12; emplear la disputa, la argumentación y la lógica: Lc
14:5; 13:2; Jn 8:46; reprender o señalar alguna falta: Mc 4:40; Lc 6:46 o bien
introducir una enseñanza: Mt 6:25; Lc 6:39,41.
También fueron utilizadas para expresar emoción (Mc 9:19), recordar lo
aprendido (Mc 8:20), fortalecer la voluntad (Jn 5:6), contestar otras preguntas (Jn
21:22).
La metodología de las preguntas atrae y fascina al pueblo, pero también
provoca irritación, especialmente en las autoridades y en los adversarios que se
acercan para hacerle sus preguntas. En más de una ocasión el Maestro responde
con otro interrogante a la interpelación capciosa de sus enemigos.
Con sus preguntas Jesús procuró cultivar una serie de habilidades en sus
discípulos. Él quería motivar el pensamiento claro y conducirlo hacia un fin

46
Pagán Carmen. La pedagogía de Jesús: http://www.elmensajero.com.co/agosto_2007/crist.html
53

específico. Llevar a la reflexión para modificar actitudes y romper prejuicios. Las


preguntas de Jesús promovieron el diálogo y sobre todo la creatividad. Los estimuló
a descubrir nuevos senderos y otra manera de ver la vida, asumiendo una actitud
nueva y responsable frente a las situaciones de la vida cotidiana.

Las parábolas

Según el Diccionario del Nuevo Testamento47, los sinópticos llaman parábola


tanto a una sentencia como a un proverbio, pero con más frecuencia lo consideran
una comparación desarrollada como un relato ameno.
Las parábolas son formas muy comunes de enseñanza en el mundo antiguo y n
recurso muy común en la época de Jesús. En el AT., sin embargo, se encuentran
muy pocas narraciones que puedan considerarse parábolas en sentido estricto: la
parábola de Yotán (Jc 9,7-21), la de Natán (2 Sm 12,1-4), la del cardo y del cedro
(2 R 14,9), la de la viña ingrata (Is 5,1-7), y algunas alegorías de Ezequiel (17,3-10;
19,2-9.10-14...). Pero esta forma de instrucción religiosa era muy frecuente en
tiempo de Jesús. Los escritos rabínicos posteriores contienen igualmente numerosas
parábolas.
Jesús no inventó, pues, el género de las parábolas. Pero se puede afirmar que
Jesús fue el primero en generalizarlo y el primero que las utilizó como forma
corriente de enseñanza para la gente sencilla, y lo hizo con el objetivo de hacerles
comprensible y efectivo su mensaje acerca del Reino de Dios: “Con muchas
parábolas como éstas Jesús les anunciaba el mensaje, acomodándose a su
capacidad de entender. No les decía nada sin parábolas” (Mc 4,33-34)48.
Jesús estaba dotado de un extraordinario genio para crear y contar historias, y
las parábolas son la mejor prueba de ello. "Jesús es parábola y narra parábolas" y
lo hace de manera magistral. Las que Jesús utiliza son excepcionales por su

47
Leon – Dufour. Diccionario del Nuevo Testamento. Ediciones Cristiandad. Madrid 1977
48
Arregui José. Cristología. http://www.scribd.com/doc/36483202/arregui-cristologia
54

número y por la calidad. Si bien el género era conocido en la época, no cabe duda
de que en Jesús alcanza un mayor valor literario.
El término no tiene un significado del todo preciso. En griego “parabole”, significa
colocar dos cosas en paralelo, una al lado de la otra para compararlas. Este vocablo
corresponde al hebreo “mashal”, que significa “máxima aguda”, “enigma”, “reflexión
por medio de una comparación”. Se trata de diferentes recursos de los que se sirve
un sabio para transmitir sus enseñanzas. Pero, en su sentido técnico estricto,
“parábola” es un cuento, un relato tomado de la vida ordinaria, una comparación
convertida en historia narrada. Siempre cuenta una historia; no es solamente una
simple metáfora, comparación o imagen.
Es verdad que en sus parábolas Jesús utiliza imágenes muy realistas, tomadas
de la vida diaria, para captar la atención del auditorio, pero por lo general, esas
narraciones sufren algún giro sorprendente que coloca a sus oyentes en una
posición incómoda, provocándoles preguntas y dudas. Se trata de narraciones
verosímiles en apariencia, en las que de pronto se introducen elementos
desestabilizadores; de este modo se puede afirmar, según algunos autores49, que
las parábolas “orientan, desorientan y reorientan”.
Todas las parábolas de Jesús se relacionan con determinados acontecimientos
de la vida, de la existencia, ya sea propia o comunitaria, presente o pasada. Las
parábolas no son fábulas, no refieren acontecimientos ni de animales ni de otros
elementos de la naturaleza aplicando a los seres humanos, sino que refieren
determinadas actitudes o comportamientos de personas o personajes con los cuales
los destinatarios se podían identificar fácil y rápidamente y, lo más importante, tomar
posición personal en relación al comportamiento a seguir o al tenían que evitar.
Los significados de las parábolas son múltiples e, incluso, el punto central
permanece muchas veces impreciso. Por eso exigen y reciben diferentes
interpretaciones en auditorios distintos. Tanto para confrontar oponentes como para
animar a los seguidores.

49
Dausa, Alejandro. Cuaderno de Teología , Nº 9 Encuentros con el maestro La pedagogía de Jesús
de Nazaret

55

Las parábolas parten del universo del oyente que es capaz de reconocer en ellas
sus propios valores, conductas, costumbres, etc. Según esto, quien escucha puede
identificarse con la situación y los personajes.
Tienen un final no escrito, abierto, que dependerá de cada uno de los oyentes.
Provocan en ocasiones rechazo, confusión e incluso oscuridad de entendimiento.
Así se entiende la respuesta de Jesús a sus discípulos en Mt 13, 10-17, donde hace
alusión a diversos niveles de comprensión. “Los discípulos se acercaron y
preguntaron a Jesús: ¿Por qué les hablas en parábolas Jesús les respondió: «A
ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a
ellos, no».
Jesús tenía un estilo muy característico para dirigirse al pueblo sencillo:
campesinos, pastores, pescadores, artesanos y pobres. Las parábolas son una
muestra de este estilo y de su encarnación en la vida del pueblo, como también
demuestran su genio creativo, literario y poético.
Hablaba de los sucesos y temas normales de la vida diaria, y todos sus
oyentes le entendían: los quehaceres y el esfuerzo de cada día, los conflictos y los
problemas de la vida, las relaciones familiares y sociales cotidianas.
Son muchas las parábolas registradas en los evangelios, por lo que se puede
deducir que, mediante esta técnica, Jesús logró grabar en el corazón y en la
memoria de sus discípulos y seguidores sus enseñanzas y sus palabras de vida.
Destacamos un elenco de las que aparecen en los tres sinópticos50:

En Mateo:

• Los Niños que juegan: Mt 11,16-19


• El Sembrador: Mt 13,3-8
• La Cizaña: Mt 13,24-30 36-43
• Grano de mostaza: Mt 13,31, 3
• La Levadura: Mt 13,33
• El Tesoro escondido: Mt 13,44

50
“Parábolas” en http://www.corazones.org/diccionario/parabola.htm
56

• La Perla de gran valor: Mt 13,44, 4


• La Red: Mt 13,47, 4
• La Oveja perdida: Mt 18,12-1
• El Servidor despiadado: Mt 18,23-3
• Los Trabajadores en la viña: Mt 20,1-6
• El Hijo pródigo: Mt 21,28-3
• Los Malvados: Mt 21,33-4
• La Gran Cena: Mt 22,1-14
• El Banquete Nupcial: Mt 22,1-14
• Las Diez Vírgenes: Mt 25,1-13
• Los Talentos: Mt 25,14-3

En Marcos

• El Sembrador: Mc 4,3-8
• La Semilla que crece por si sola: Mc 4,26-29
• La Semilla de Mostaza: Mc 4,30-32
• Los Viñadores homicida: Mc 12

En Lucas

• Los niños que juegan: Lc 7:31, 35


• Los niños que juegan: Lc 7:31, 35 Los dos deudores: Lucas 7-41-43
• El sembrador : Lc 8,5-8
• El buen samaritano: Lc 10,25-37
• Amigo inoportuno: Lc 11,5-8
• Rico insensato: Lc 12,16-21
• La higuera estéril: Lc 13,6-9
• El grano de mostaza: Lc 13,18, 19
• La levadura: Lc 13,20, 21
• La gran cena: Lc 14,16-24
• La fiesta de matrimonio: Lc 14,16-24
57

• El último lugar en los banquetes: Lc 14,7-11


• La torre y la guerra: Lc 14,28-32
• La oveja perdida: Lc 15,44
• La moneda perdida: Lc 15,8-10
• El hijo pródigo: Lc 15,11-32
• El Administrador infiel: Lc 16,1-8
• Lázaro y el hombre rico: Lc 16,19-3
• El juez injusto: Lc 18,1-8
• Fariseo y publicano: Lc 18,9-14
• Las Minas: Lc 19,12-27
• Los Viñadores homicidas: Lc 20,9-18

Las Citas de la Escritura y del judaísmo51

Son muchos los lugares en los que encontramos que Jesús recurre a citas de la
Sagrada Escritura, especialmente en las discusiones que sostiene con los maestros
y especialistas de la ley de Moisés. Los evangelistas transmiten varios de esos
debates. No cabe duda que Jesús tenía un profundo conocimiento de la Escritura.
Hay que puntualizar que la radicalización de la Ley propuesta por Él apunta a la
búsqueda de la voluntad de Dios y evita los detalles de observancia ritual o
interpretaciones casuísticas.
Otro aspecto asociado a la utilización de la Escritura es que sostiene
normalmente sus argumentaciones sin recurrir al procedimiento corriente entre los
profetas: “la palabra de Dios vino a mí diciendo…”, ni a la autoridad de otros
maestros, tal como se acostumbraba hacer en la época. Jesús, en cambio, emplea
una fórmula totalmente inédita: “en verdad les digo…”. En el capítulo 5 del Evangelio
de Mateo, conocido como Sermón de la montaña, recuerda y expone la ley y los
profetas, y cada pocos versículos repite como un estribillo: «Pero yo les digo” (Mt 5).

51
Cf. Bravo, Arturo: En http://www.scribd.com/doc/18734496/Jesus-Maestro- Una-propuesta-
pedagogica
58

Jesús reinterpreta en forma permanente la Sagrada Escritura, le imprime un


giro fundamental que se muestra en dos dimensiones: por un lado, coloca al ser
humano en el centro de cualquier reflexión y, por otro, actualiza los textos conocidos
y los relaciona con la vida.
Jesús cita e interpreta la Escritura para defender los derechos de Dios y los
derechos de los seres humanos, y la interpreta a partir de sí mismo. Por esto para
los cristianos, Jesús constituye la clave de interpretación de toda la Escritura.
El criterio fundamental de interpretación de Jesús es su concepción de Dios,
como un padre lleno de misericordia, que busca y acoge a sus hijos y manifiesta una
especial solicitud por ellos, sobre todo por los más desposeídos, poniendo la
misericordia como el fundamento de la Ley.
En Mc 2, 23 -28 aparece citado el texto de 1Sam 21,2-7. Cuando dice; “El les
dijo: ¿Nunca han leído ustedes lo que hizo David cuando sintió necesidad y hambre,
y también su gente? Y Jesús concluyó: «El sábado ha sido hecho para el hombre, y
no el hombre para el sábado». Esta cita muestra con toda claridad que por encima
de la norma ritual se ubica las necesidades del ser humano.
En Mt 7,12 aparece citada una máxima bien conocida en el judaísmo, dice el
texto: «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también
vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas». Jesús resume toda la
Escritura (la Ley o Torah y los Profetas) en este principio. Pero incluso aquí, Jesús
introduce una innovación. En el judaísmo la formulación era negativa: “No hagas a
nadie lo que no quieras que te hagan” (Tob 4,15). En cambio, Jesús la formula
positivamente, elevando los niveles de exigencia.
En el episodio de los discípulos de Emaús (Lc 24,13-35), Jesús resucitado es
quien “empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo
que había sobre él en todas las Escrituras” (Lc 24,27).

Enseñanza situacional52

52
Bravo, Arturo: http://www.scribd.com/doc/18734496/Jesus-Maestro- Una-propuesta-pedagogica
59

Bajo este título queremos referirnos a las enseñanzas que Jesús hace a partir de
situaciones concretas, que están ocurriendo en el momento. Encontramos muchos
ejemplos de este recurso didáctico utilizado por el Maestro. Él estaba atento a la
realidad circundante, a las personas y a los acontecimientos que la vida misma le
ofrecía y lo sabía convertir en canal y medio adecuado para transmitir un mensaje
trascendente.

El mundo en que vivía era el mundo de lo diario, y tiene muy en cuenta los
hechos sociales, civiles, religiosos, domésticos. Capta las relaciones humanas,
comerciales, políticas y religiosas, que se dan en al sociedad. Tiene un fino
sentido de observación y capta muy bien cómo actúan los hombres, cómo hacen
negocios, cómo se relacionan con los hijos, cómo operan los ladrones, cómo se
busca trabajo, cómo se comportan en los banquetes, cómo se ora en el templo.
Nada de esto escapa de su vista. Así podemos decir que las enseñanzas de Jesús
se dan dentro de un contexto y tienen el propósito de iluminar las actitudes de sus
oyentes y provocar un cambio de actitud, de mentalidad y transformar el corazón y la
vida de las personas.
Algunos ejemplos ilustran esta forma de enseñar:

• Marcos en el capítulo tercero relata el episodio de la visita de su madre y


de sus hermanos: “Llegan su madre y sus hermanos y, quedándose fuera,
le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen:
“¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.
Él les responde: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?’ Y mirando en
torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: «Estos
son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es
mi hermano, mi hermana y mi madre» Mc 3,31-35 (//Mt 12,46-50//Lc 8,19-
21).

• Los tres sinópticos narran también el hecho de los niños, los discípulos y
Jesús: “Algunas personas le presentaban los niños para que los tocara,
pero los discípulos les reprendían, y Jesús, al ver esto, se indignó y les
60

dijo: «Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el


Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo:
quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él». (Mc
10,13-16; Mt 19,13-15; Lc 18,15-17).

• Marcos y Lucas recogen la siguiente situación que resulta muy interesante


y aleccionadora: “Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo
echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban
mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una
cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os
digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que
echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les
sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto
poseía, todo lo que tenía para vivir» (Mc 12,41-44; Lc 21,1-4).

• Con ocasión de la discusión sobre el pago de impuestos para el templo,


Jesús le dice a Pedro: «Dame tu parecer, Simón. ¿Quiénes son los que
pagan impuestos o tributos a los reyes de la tierra: sus hijos o los que no
son de la familia?». Pedro contestó: «Los que no son de la familia». Y
Jesús le dijo: «Entonces los hijos no pagan» (Mt 17, 25 - 26).

• Jesús salió del Templo, y mientras caminaba, sus discípulos le hacían


notar las imponentes construcciones del Templo. Jesús les dijo: «¿Ven
todo eso? En verdad les digo: no quedará ahí piedra sobre piedra. Todo
será destruido» (Mt 24, 1-2).

• A propósito de la curación del hombre que tenía la mano paralizada ,


narrado por los sinópticos, Jesús, antes de realizar el milagro de la
curación, pone al enfermo en el centro de la sinagoga para interpelar a
los asistentes «¿Qué está permitido hacer en sábado, el bien o el mal?,
¿salvar a una persona o matarla» (Mc 3,1- 6).
61

Como se ve en los textos precedentes y en otros muchos que pudiéramos


traer a colación, Jesús se sirve de las situaciones concretas, que la realidad le
proporciona, para dar las lecciones de vida, que le interesa entregar a sus
seguidores o, en algunos casos, también a sus capciosos enemigos.

Lo que hemos desarrollado a través de este capítulo, son sólo muestra y


una selección de los métodos, recursos y estilo muy particular de Jesús Maestro,
como un referente válido para los evangelizadores y formadores de la fe en los
contextos educativos del siglo XXI.
En estos tiempos en que los educadores estamos llamados y nos vemos
impelidos a utilizar diversidad de recursos en nuestras prácticas pedagógicas,
miramos con admiración a Jesús el “Maestro de los maestros” que supo combinar,
de modo sorprendente, la sencillez, la creatividad y la eficacia metodológíca,
logrando que sus enseñanzas quedaran grabadas en las mente y en el corazón de
su discípulos y de sus oyentes. Además, lo que resulta más significativo y digno de
imitación es que, con su mensaje, logró cambios profundos en la vida de quienes
escucharon sus palabras llenas de sabiduría.
62

CAPÍTULO IV
JESUS: FUENTE DE INSPIRACIÓN PARA NUESTRA MISION PEDAGOGICA

Después de haber investigado y reflexionado sobre la figura de Jesús Maestro,


caracterizado sus rasgos más significativos y los métodos utilizados en su misión
pedagógica, nos detendremos , en este capítulo, a considerar su persona y su
estilo formativo en el anuncio del Reino, como fuente de inspiración en nuestra labor
docente, como educadores de la fe y anunciadores de la Buena Nueva en las
situaciones y realidades del mundo de hoy.

DEL MAESTRO DE NAZARET AL MAESTRO EN EL AULA.

Como nos recuerda la Constitución Dei Verbum, ya desde antiguo, Dios se


fue revelando a su pueblo elegido de una manera progresiva, manifestando así su
pedagogía divina53: «Yo enseñé a Efraín a caminar, tomándole por los brazos... Con
lazos humanos los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a
un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer» (Os 11,3-4).
Pero es sin duda en el Nuevo testamento con y en Jesús, “El Maestro de los
maestros” en donde esta revelación alcanza su plenitud.

No nos cabe duda alguna que la vocación de maestro es una de las notas
fundamentales del ministerio público de Jesús. Encontramos por tanto en esta
faceta una fuente de inspiración para nuestra misión pedagógica en el siglo XXI,
actualidad en la que indudablemente las circunstancias y los contextos son
diferentes a aquellos en los que se desenvolvió Jesús, pero también es cierto que

53
Cf. Dei Verbum: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/index_sp.htm
63

la realidad actual tiene la misma necesidad del anuncio explícito del Reino y del
mensaje del Evangelio.

Al mirar la labor del profesor a la luz del Jesús Maestro, lo primero es


clarificar el concepto de docente como la entendemos en el desarrollo del presente
trabajo.

Las múltiples definiciones del rol docente, pueden llevarnos a comprender las
funciones que éste asume. Nos limitaremos a tres de ellas:

Maestro entendido como profesor es aquel que desarrolla una “profesión”


demostrando específicas competencias y la capacidad de hacer partícipe a los otros.

También docente puede ser definido como guía, aquel que responde a una
vocación y cumple una obra oblativa, motivada por el amor al bien.

El educador, finalmente, puede ser definido desde el significado del término


maestro, del latín magister: magis, que significa algo más, como el que ayuda a ser
algo más.

Si ser docente es ayudar a “ser algo más” a nuestros alumnos, si es


entendida y ejercida como una vocación y al mismo tiempo una profesión, en la cual
se ponen a disposición todos los talentos y competencias personales, debemos
afirmar que el rol docente implica también ser maestro de vida para los alumnos, es
decir ser expertos y maestros en humanidad54.

Al igual que Cristo debemos dar testimonio con nuestra propia vida de los
valores y actitudes que Jesús refleja, y que los escritores sagrados hacen referencia
en los evangelios. Es muy cierta esta expresión que “El quehacer del maestro

54
“Elementos de la Pedagogía de Jesús como maestro”:
http://www.duoc.cl/pastoral/noticias/Pedagogia-Jesus.pdf
64

es misión y no simplemente profesión. Exige, no solamente ocupación, sino


vocación”55.

El educador no sólo debe poseer fundamentamos y conocimientos en los


desarrollos de la pedagogía contemporánea, sino que. para ser verdadero
maestro, necesita además buscar un modelo de educador. Mirando a Jesús se
pueden encontrar las pautas en las cuales cimentar e iluminar la labor docente,
desde su perspectiva y sus criterios. Jesús, tal como el Evangelio nos lo da a
conocer, puede ser modelo para todo educador y más aún para el profesor de
religión.

El tema de la enseñanza de Jesús es, por razones de afinidad con el


quehacer del profesor, un tema fascinante en el campo de la educación religiosa
cristiana. Lo que Jesús dijo e hizo resulta apasionante y motivador. A todos los
educadores nos gustaría imitar al Maestro en su metodología, contenido y
autoridad didáctica.

La práctica pedagógica de Jesús respondió a su contexto y por esto la


actividad instructiva de Jesús fue impactante, no sólo por el contenido de sus
enseñanzas, sino también por la viveza educativa que lo impregnaba. El
dinamismo que daba a su enseñanza, la profundidad de sus palabras y los
resultados que obtenidos, fue impresionante.

Nos debemos preguntar hoy: ¿Qué debemos hacer para emplear


efectivamente la pedagogía de Jesús en la educación? ¿Utilizaría Jesús la
misma técnica para impartir su enseñanza hoy? Ante estos interrogantes nos
surge señalar la necesidad de que la educación que se ofrece haga posible que
el mensaje de Jesús se transmita de manera clara y adecuada, que tenga
como una de sus propiedades ofrecer respuestas concretas a los planteamientos
que la sociedad y el hombre y la mujer de hoy requieren como en los tiempos de

55
Bravo Arturo, “El estilo pedagógico de Jesús maestro”. Ediciones Paulinas y San Pablo. Santiago
2006, p. 128.
65

Jesús; por tanto, la educación debe inspirarse radicalmente en la pedagogía


divina y en la Persona de Jesucristo.

Si descubrimos que la misión de Jesús, al igual que la de la iglesia, es la de


enseñar, debemos nosotras ser capaces de continuar su ejemplo teniendo en cuenta
las características de nuestros estudiantes y las del grupo o curso, el contexto en el
cual se desenvuelven y recordar que nuestra misión pedagógica es para mayor
Gloria de Dios.

Cristo, con su mensaje y misión, iluminó la situaciones de vida de muchas


personas que le seguían y de otras que solo se acercaban a Él por curiosidad.
Nuestra misión también ha de iluminar las situaciones de vida de los niños y jóvenes
con la Palabra de Dios, haciendo notar su presencia en ellos. De este modo el aula
y los diferentes espacios y contextos educativos pueden convertirse en un “lugar
teológico” y punto de encuentro de Dios con la persona, identificado en los rostros
e historias concretas de los estudiantes, a los cuales estamos llamados a
“evangelizar educando”.

Para transmitir el mensaje utilizando los recursos y los métodos más


adecuados a los alumnos es necesario conocer su cultura, llegar a sus costumbres,
a sus criterios de vida, a las angustias y necesidades que los rodean, a sus
esperanzas y a sus expresiones. Es decir, no solamente conocer a los destinatarios
más próximos del mensaje, sino también a sus familias y el ambiente en que viven.
Sólo así podremos ser capaces de poner a Jesucristo en el corazón de la cultura y
en el centro de la fe.

Para finalizar, estas reflexiones hechas desde Jesús Maestro


aplicándolas al maestro de aula en los tiempos actuales, insertamos el perfil del
educador y educadora que traza, para sus docentes, una congregación religiosa
dedicada a la educación56. Lo hacemos porque nos parece coincide plenamente

56
Instituto de Hijas de María , Religiosas de las Escuelas Pías (Escolapias)
66

con los propósitos de este trabajo y puede ser extensivo para los profesores en
general y no sólo de un colegio católico, ya que está inspirado en las fuentes del
Evangelio y en la persona de Jesús.

PERFIL DEL EDUCADOR Y EDUCADORA

• Cooperador de la verdad
• Tiene con sus alumnos un amor paciente y generoso
• Desarrolla la personalidad del educando
• Compagina autoridad y cercanía
• Utiliza métodos fáciles y sencillos
• Da espacios de libertad y fomenta la creatividad
• Educa con sencillez
• Crece en humildad
• Desarrolla su vida interior
• Despierta en los alumnos el amor a María
• Se interesa por todos, sin acepción de personas, cuidando
preferentemente a los más necesitados.
• Destaca el papel de la mujer y del hombre en la familia y en la sociedad.
• Colabora estrecha y eficazmente con las familias de sus alumnos en la
educación de sus hijos
• Busca siempre el bien del educando
• Comparte experiencias, colabora y trabaja en equipo, superando
individualismos.
• Tiene interés permanente por su actualización profesional y cristiana.
• Ve a Dios a través del niño57

57
Cf. Hijas de María, Religiosas Escolapias. “Escolapias: Un estilo de escuela”. Talleres gráficos
Edelvives. Zaragoza, 2000.
67

MIRANDO A JESUS MAESTRO:


DESAFÍOS PARA EL PROFESOR DE RELIGIÓN

Si miramos a Jesús, lo primero que salta a la vista es la gran distancia y la


infinita diferencia entre Él y los que hoy ejercemos como profesores de religión. Sin
embargo, nos queremos detener, no en las diferencias, que son muchas, tanto si
consideramos su persona como las de sus discípulos, sino en los puntos de
58
contacto entre Él y nosotros .

Si bien es cierto que la labor del profesor no siempre ha sido muy apreciada
ni ha gozado de mucha valoración, es bueno mencionar que, a través de los siglos,
ha habido santos educadores que han recibido palabras de elogio y reconocimiento
al referirse a esta profesión: “El educador es un cooperador de la verdad
(Cooperator veritatis), es decir, cooperador de Dios en la propagación, en la difusión
de al verdad”59.

Teniendo como punto de referencia lo investigado en el Capítulo II “Un retrato


de maestro y en el Capítulo III “Elementos de la pedagogía de Jesús”, queremos
realizar un cuadro comparativo, destacando como las cualidades , los métodos y
los recursos utilizados por Jesús tienen plena vigencia para el profesor de religión,
en los contextos actuales, en los que tenemos acceso a muchas posibilidades de
formación teológica y pedagógica , así como a una variada gama de medios y
recursos para realizar nuestras clases y nuestra misión evangelizadora, en medio
de los niños y jóvenes a los cuales educamos

58
Para profundizar “ Jesús educador” en http//www.jcostado.googlepages.com/JessEducadorcharla.doc
59
San José de Calasanz. Su obra y sus escritos. Estudio pedagógico. Biblioteca de Autores
Cristianos. Madrid, 1956.
68

EL RETRATO DE JESÚS, INSPIRACIÓN PARA EL PROFESOR DE RELIGIÓN

Proponemos a continuación las principales características que delinean la


figura de Jesús como Maestro haciendo una lectura en paralelo de lo que implican
estas cualidades para el profesor de religión, en su desempeño profesional y
pastoral en el aula y en los diversos contextos educativos.
El profesor en su vida manifiesta la riqueza de los dones recibidos, preparada

COMPARACIÓN ENTREJESUS MAESTRO Y EL PROFESORDE RELIGIÓN

• Jesús es un Maestro sabio.

El profesor en su vida manifiesta la riqueza de los dones recibidos, prepara


adecuadamente para la enseñanza, con amplia base cultural y profesional,
pedagógica. De mirada profunda y reflexiva, sabe extraer las lecciones que la
vida y la experiencia le ofrecen. Comparte sus tesoros con quienes evangeliza
con sus palabras y sus acciones.

• Jesús es un Maestro paciente.


El profesor es un maestro que sabe esperar que la semilla dé sus frutos a
tiempo y no se desanima, respetndoa el ritmo propio de sus educandos.

• Jesús es un Maestro que escucha y dialoga


El profesor es maestro en humanidad, impulsa la dignidad de la persona, su
libertad y su responsabilidad. Hace que sus alumnos se involucren en el proceso
de enseñanza aprendizaje.

• Jesús un Maestro que enseña con autoridad


69

El profesor posee la virtud de la coherencia entre su enseñanza, el mensaje que


anuncia y su propia vida.

• Jesús es un Maestro que enseña con rectitud.


El profesor es fiel a la Palabra recibida y trasmitida por los apóstoles en la
Iglesia. No cambia sus principios y valores por las corrientes de la moda o por
los beneficios o ganancias personales

• Jesús es un Maestro que inspira paz y reconciliación, es manso y humilde


de corazón.
El profesor es conciliador, pacífico y sembrador de paz en su entorno, y promueve
iniciativas a favor de la paz y la justicia.

• Jesús es una persona libre y liberada, que despierta libertad y liberación.


El profesor muestra a Jesús que libera y despierta en sus alumnos el deseo de
libertad.

• Jesús es Maestro de oración.


El profesor es persona que se ejercita en el arte de orar. Se abre al diálogo y
comunicación con el Señor en forma asidua y constante, tanto de manera
personal como comunitaria, y así se convierte en maestro que enseña a orar, y
que promueve y facilita el encuentro personal de sus alumnos con Jesús. Tiene
la convicción de que la fe se alimenta y se comparte en la oración personal y en
la celebración litúrgica.

• Jesús es un Maestro cariñoso, que inspira respuestas de amor.


El profesor aprende de sus alumnos cuando los trata como personas y quiere
encender en ellos la iniciativa personal. Se maravilla de sus logros, los aprecia,
los ama y se entusiasma con sus triunfos. Los triunfos del educando son la corona
70

del educador. Y su mayor ilusión es ver que ellos caminan por la recta senda e
incluso superan al maestro60.

• Jesús es un Maestro acogedor.


El profesor tiene un trato amable y acogedor con las personas. Recibe con
mente y corazón abiertos las propuestas de sus alumnos, los acoge y los
conduce hacia Cristo.

• Jesús es un maestro misericordioso.


El profesor con su palabras y con su testimonio procura dejar de manifiesto el
amor de Dios compasivo y misericordioso con todos.

• Jesús es un Maestro realista y observador.


El profesor debe ayudar a descubrir la verdad más profunda sobre uno mismo,
buscando en el interior de cada uno lo fundamental y central

• Jesús convive con sus discípulos y les enseña con su ejemplo y


testimonio de vida.

El profesor tiene clara conciencia de que lo que realmente forma, educa y hace
efectiva su misión y su labor docente es la capacidad de convivir con sus
alumnos, de involucrarse con ellos, de conocer a cada uno por su nombre, con
su historia, siendo en medio de ellos un referente y un testigo cualificado de los
valores que proclama.

60
Cf. “Al maestro con cariño”:
http://wwwcatholic.net/educadorescatolicos/711/485/articulo.php?id=3518
71

LOS RECURSOS Y LOS METODOS DE JESUS MAESTRO


COMO FUENTE DE INSPIRACIÓN PARA EL PROFESOR DE RELIGIÓN

Se puede afirmar que Jesús ejerció la docencia en su vida cotidiana


revelando su condición de Maestro. De modo general se puede señalar que la
metodología de Jesús consistía en:

• Escuchar, acompañar, caminar y ponerse al nivel de la persona.

• Interpretar con la Escritura, releer juntos.

• Hacer gestos y signos de misericordia, salvación y perdón.

• Invitar al cambio, a la conversión.

• Ayudar a caminar a la persona en un proceso interior que retoma su vida


hacia un nacer de nuevo.61.

La actividad pedagógica de Jesús se ha de ver enmarcada en un tiempo y en


unas circunstancias particulares. Lo importante no es hacer las mismas cosas que
Jesús hizo, sino captar la hermenéutica de esta pedagogía, imitando su dinamismo,
viveza y profundidad.

A continuación, basándonos en el Capitulo Tercero de este trabajo, en el que


se hace referencia a los métodos y recursos utilizados por Jesús Maestro, podemos
realizar un paralelismo, que nos sirva de inspiración para nuestro trabajo como
profesor de religión, en el siglo XXI.

61
DISEÑO DE UN SOPORTE MULTIFUNCIONAL http://biblioteca.uct.cl/tesis/nidia-aravena/tesis-

nidia-aravena.pdf
72

RECURSOS Y MÉTODOS DE JESUS MAESTRO

• Los gestos de Jesús como recursos de enseñanza.


A ejemplo del Maestro resulta importante utilizar gestos que lleven al
alumno al encuentro con el Señor y lo proyecten hacia lo Sagrado y
trascendente. Desde esta perspectiva cobran importancia los signos y
símbolos como lenguaje privilegiado para vivenciar y transmitir la
experiencia religiosa y creyente.

• Las sentencias y dichos


Aprovechar la riqueza de la sabiduría popular: refranes, dichos, sentencias,
que ayuden a extraer desde la profundidad de las palabras o frases, que
a veces se dicen sin ser valoradas y comprendidas, la riqueza de su
contenido. El lenguaje de Jesús fue sencillo, comprensible y fácil de
recordar; pero a la vez agudo y con un significado por descubrir.

• Las Imágenes

A ejemplo de Jesús también el profesor de religión puede utilizar hoy ese


mismo recurso. Se pueden emplear las imágenes, teniendo en cuenta la
tecnología y los diversos medios: imágenes, juegos, animaciones
PowerPoint, diapositivas, videos y otros recursos audiovisuales al alcance
de las posibilidades, según la creatividad del profesor. Pero en esta cultura
de la imagen es preciso no sobrecargar a los estudiantes, sino hacer un
uso inteligente de ellas, para lograr los objetivos esperados y no llenar
espacios y tiempos con mensajes visuales. La imagen elegida ha de ser
precisa y sugerente. Aquí se puede aplicar muy bien esa expresión “una
imagen vale más que mil palabras” .
73

• Las preguntas

Es importante formular la pregunta adecuada para abrir el diálogo o un


debate para provocar un cuestionamiento, para interpelar o para motivar.
A ejemplo de Jesús la pregunta debe ser provocadora y abierta a muchas
posibles respuestas.

• Las parábolas

Esta forma de enseñanza tan utilizada por Jesús hoy también puede ser
ocupada por el docente en el desarrollo de sus clases. Existen cuentos
educativos que potencian valores y virtudes. También se pueden
historias en las cuales el alumno se involucra o se siente identificado con
los hechos o los personajes y esto se transforma en un buen medio eficaz
para provocar una reacción o, generando el deseo de un cambio de actitud
o de conducta.

• Enseñanza situacional

Tener presente los temas y noticias de actualidad y hacer de ellas una


instancia de reflexión y aprendizaje tal como lo hizo Jesús en su tiempo.
Los hechos concretos de la vida cotidiana de los estudiantes y de su
entorno vital se pueden transformar en una situación de aprendizaje. La vida
misma proporciona una serie de acontecimientos sobre los cuales el
docente está llamado a tener una mirada profunda y trascendente para
enseñar a sus alumnos a sacar lecciones de la vida misma. Cualquier
momento o situación puede ser puede convertir en aprendizaje. También se
puede recurrir a roles para desarrollar un tema o una clase.

• Jesús reinterpreta en forma permanente la Sagrada Escritura.

El profesor debe tener conocimiento de la Sagrada Escritura como fuente


fundamental en para sus clases, realizando una lectura actualizada de la
74

Palabra de Dios en la historia y en la vida de los alumnos. La Biblia es una


Palabra viva, y dinámica, que debe ser conocida y reflexionada. La Palabra
de Dios tiene que iluminar el actuar y los criterios del profesor. En la clase
de religión es un imperativo insoslayable el uso de la Biblia, llevando a los
alumnos a gustar de su lectura y encontrar en ella una fuente de inspiración
para las situaciones concretas en las que la persona se encuentre.
75

CONCLUSIONES

Para finalizar, recogemos algunas ideas que quedan resonando como


inspiraciones y desafíos en nuestra labor cotidiana de educar y evangelizar a los
niños y adolescentes.

La investigación llevada a cabo nos deja un valioso aporte, contenidos y


hallazgos que nos permiten elaborar un estilo personal y una metodología de
enseñanza inspirada en la pedagogía de Jesús Maestro, que se nos presenta como
guía e ilumina la tarea del profesor como transmisor y educador de la fe en los
diferente contextos educativos, tanto dentro como fuera del aula, en el siglo XXI. .

Al igual que lo hicieron a Jesús sus contemporáneos, si nos dejamos


interpelar y abrimos la mente y el corazón a las posibilidades de aplicación que
tiene el mensaje y la metodología utilizada por Jesús, podemos concluir:

• La faceta de Cristo como Maestro es de importancia significativa para la


pedagogía del educador cristiano. Su vida y su ejemplo se nos presentan
como un desafió en la asignatura y en los contenidos a impartir.

• Los métodos utilizados por Jesús nos dan pistas para elaborar nuestras
propias propuestas didácticas y orientaciones pedagógicas en el ámbito
educativo en que nos movemos.

• La experiencia de Jesús Maestro es fuente inagotable de espiritualidad y


conversión en nuestra misión pedagógica.

• La educación de calidad, que tanto añoramos, necesita de hombres y mujeres


que encarnen estilos de vida, ideales, modos de realización humana tal
como lo hizo nuestro modelo de Maestro Jesús.
76

• El educador de hoy tiene la tarea y la misión de contemplar a Jesús como


paradigma en su desempeño docente, e imitarlo en las cualidades y virtudes
que hicieron fecunda su vida y su ministerio, especialmente la paciencia, el
amor y el servicio.

• Para los profesores, seguir el modelo de Jesús Maestro, significa recorrer un


camino que nos ha de llevar a convertirnos en maestros, de tal modo que,
como muy bien señala el Documento de Aparecida, la “admiración por la
persona de Jesús, su llamada y su mirada de amor buscan suscitar una
respuesta consciente y libre desde lo más íntimo del corazón del discípulo”.

• Para ser maestro al estilo de Jesús es necesario asumir la centralidad del


Mandamiento del amor: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”
(Jn 15,12). Este amor, con la medida de Jesús, de total don de sí, además de
ser el distintivo de cada cristiano, no puede dejar de ser la característica de su
Iglesia, comunidad discípula de Cristo, cuyo testimonio de caridad fraterna
será el primero y principal anuncio, “reconocerán todos que son discípulos
míos” (Jn 13,35)62.

• Se necesitan hoy hombres y mujeres entusiasmados con su misión, al estilo


del Maestro Jesús, que encarnen en las prácticas educativas sus ideales, y
este modo de formar induzca a cambios profundos en la vida de sus
cercanos.

Finalizamos con una oración a Jesús Maestro, que nos invita a ponernos junto al
que es Maestro por excelencia e implorar sus dones y la gracia necesarios para
realizar cada día nuestra tarea y nuestra misión de “evangelizar educando”.

62
“Aparecida” 136-
138:http://www.celam.org/celam.info/download/Documento_Conclusivo_Aparecida.pdf
77

Jesús, Maestro
(Marcelo Murua)

Jesús, Maestro,
enséñanos a ser fieles,
a la voluntad del Padre.
Ayúdanos a reconstruir
la sociedad en que vivimos,
ayúdanos a practicar la justicia,
a vivir la solidaridad,
a ser honestos,
generosos, veraces,
a defender los derechos
de los más débiles.

Acompáñanos, Señor,
guíanos para avanzar hacia tu Reino.
Cambia nuestros corazones de piedra
y graba en nosotros tus leyes,
para que las practiquemos día a día.

Enséñanos a ser valientes,


a no renegar de nuestra fe,
a afrontar los desafíos
de vivirla todos los días,
en la familia, en el trabajo,
en la relaciones sociales,
políticas, económicas,
en todas partes.
Conviértenos a tu evangelio, Jesús,
prepara nuestras manos
y danos fuerzas,
para que cada día
aprendamos a construir
un pedacito más de tu Reino63.

63
Jesús, Maestro: http://www.webselah.com/jesus-maestro

78

BIBLIOGRAFÍA

LIBROS:

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REVISTAS

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