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E l l i b e r ali s mo p o lí ti c o

de J o sé V i cto r i n o L as tar r i a

serie informe
sociedad y
política
ISSN 0718 - 4093
178 J o r g e G ó m e z A
J o r g e G ó m e z A .

Periodista de la Universidad Santo Tomás y magíster en Ciencia Política de la


Universidad de Chile. Actualmente se desempeña como Director de Investigación
de la Fundación para el Progreso.
RESUMEN EJECUTIVO
05
INTRODUCCIÓN
06
las ideas cambian al mundo
08
contenidos

el hombre pÚblico
12
las libertades contra el tutelaje del poder
15
a modo de resumen
25
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
26
notas al pie
28
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RESUMEN EJECUTIVO
La presente Serie Informe reproduce el se- «Pero la riqueza señores, nos dará poder y
gundo capítulo del libro “Los padres fun- fuerza, mas no libertad individual, hará res-
dadores del liberalismo chileno”, publicado petable a Chile y llevará su nombre al orbe
por EdicionesLYD. entero; pero su gobierno estará bamboleán-
dose, y se verá reducido a apoyarse por un
El libro reúne el ciclo de cuatro charlas rea- lado en bayonetas, por el otro en montones
lizadas en el Auditorio de LyD en 2019, dic- de oro; y no será el padre de la gran fami-
tadas por cuatro destacados intelectuales: lia social, sino su señor [...] Otro apoyo más
Juan Pablo Couyoumdjian, quien expuso quiere la democracia, el de la Ilustración».
sobre J.G. Courcelle-Seneuil; Jorge Gómez,
quien se centró en José Victorino Lastarria; José Victorino Lastarria. Discurso de incorpo-
José Francisco García, quien analizó el lega- ración a una sociedad de literatura de San-
do de Abdón Cifuentes y por último, Sofía tiago, 1842.
Correa, quien se refirió a Zorobabel Rodrí-
guez.

La figura de José Victorino Lastarria (1817-


1888), jurista, político, ensayista, literato y
educador ha sido evaluada desde distintos
puntos de vista. La apreciación en torno a
sus ideas políticas ha sido variada, pero
contrario a lo que se piensa a veces, Las-
tarria no fue un simple retransmisor de las
influencias intelectuales que tuvo duran-
te su vida, sino que desarrolló sus propios
planteamientos ideológicos y políticos con
el propósito de transformar las bases ideo-
lógicas del Chile post colonial, para así con-
5 vertirlo en una República liberal abierta a la
W W W. LY D . O R G modernidad. El libro Lecciones de Política
Positiva, su obra cardinal, muestra que el
pensamiento político de Lastarria representa
una vertiente particular del pensamiento li-
beral chileno, que se podría enmarcar entre
lo más eximio de la tradición liberal clásica.
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INTRODUC CIÓN
Extrañamente, aunque quizás debido a que educación, pero sobre todo pasión por
los matices con que ha sido apreciado su el saber. Las condiciones ajenas a la opu-
pensamiento, José Victorino Lastarria no lencia y la arrogancia aristócrata no me-
es tomado en cuenta como un referente draron su espíritu, sino que fortalecieron su
intelectual para los liberales actuales ni en amor propio y una pasión intelectual basada
Chile ni en América Latina. En general, las en su independencia de pensamiento. José
apelaciones que se hacen a su figura son Victorino Lastarria es producto de sus cir-
superficiales, sin ahondar en la profundidad cunstancias, pero no fue determinado por
y vigencia de sus reflexiones. En ese senti- éstas. Al contrario, aquello fue el máximo
do, estudiar, conocer y analizar sus ideas se aliciente para ser su propio arquitecto como
vuelve esencial para comprender y apreciar ser humano.
las raíces y fundamentos del pensamiento
liberal chileno, pues Lastarria representa la A muy corta edad, José Victorino Lastarria
expresión de un ideario no limitado a un cri- se comienza a acercar a las ideas de van-
terio económico específico, sino centrado guardia que en ese tiempo representa el li-
en criterios éticos, morales, políticos, filosó- beralismo. A los doce años ingresa al Liceo
ficos y culturales. Su figura, como liberal de de Chile fundado en 1829, donde se con-
tomo y lomo, debería ser un referente para vertirá en alumno del español José Joaquín
cualquiera que esté interesado en conocer de Mora. El ibérico era de ideas liberales
el desarrollo del pensamiento político chile- avanzadas y abiertamente promovía la en-
no o que se precie de promotor o defensor señanza de materias científicas y humanis-
de las ideas de una sociedad libre basada tas que, en ese entonces, estaban vetadas
en la libertad individual, la libre asociación y por la autoridad eclesiástica de la época, la
el progreso humano. cual ejercía fuerte influencia en los conteni-
dos educativos. Además, De Mora enseña-
Si alguien quiere comprender el liberalismo, ba a sus pupilos el pensamiento de autores
no sólo el criollo, sino también el liberalis- como Jean-Jacques Rousseau y Jeremy
mo a secas, debería al menos leer la obra Bentham. El español también era profun-
6 de José Victorino Lastarria, un contemporá- damente crítico del régimen conservador
W W W. LY D . O R G neo del célebre John Stuart Mill, que no na- instaurado luego de la derrota liberal en
ció en Londres, sino en Rancagua, y que no Lircay. Su expulsión, por parte del gobierno
provenía de las familias de apellido vinoso dirigido desde las sombras por Diego Porta-
de la antigua aristocracia castellano-vasca les, marcó al joven estudiante Lastarria que,
del siglo XIX, sino que era hijo de un comer- muchos años después, publicaría su juicio
ciante caído en desgracia. En esa condición, crítico sobre el ministro plenipotenciario�.
Lastarria no recibió herencias ni tierras, sino
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Ante el cierre del Liceo de Chile, José Victo- do a generar cierta confusión en torno a
rino Lastarria continuaría sus estudios en el su pensamiento político, pues si bien se le
Instituto Nacional, donde siguió recibiendo cataloga como un liberal, parece no haber
influencias intelectuales de enorme importan- claridad en cuanto a cuáles son los funda-
cia. Posteriormente se convertiría en alumno mentos de ese liberalismo. Así por ejemplo,
del sabio venezolano Andrés Bello, con quien su pertenencia y apoyo a la Sociedad de la
su antiguo maestro José Joaquín de Mora había Igualdad, liderada por Francisco Bilbao, para
tenido diversas diferencias tanto políticas, como algunos demostraría su adhesión a posicio-
académicas. Bello, quien realizaba parte de sus nes más bien socialistas utópicas e incluso
clases en su propia casa, también ejerció un jacobinas. Para otros, Lastarria era más bien
importante influjo en el pensamiento de José un romántico decimonónico, etiqueta que
Victorino Lastarria, al acercarlo al pensamiento para estudiosos de su vida como Bernardo
de autores como Jeremy Bentham, Benjamín Subercaseaux (1981), no comprenden la sin-
Constant, John Locke y Thomas Hobbes. La re- gularidad de Lastarria�. Otros lo consideran
lación entre Andrés Bello y Lastarria será más más bien un cultor del positivismo, debido
bien particular�. El venezolano, apreciando las a la consideración que hizo con respecto a
cualidades intelectuales de su pupilo, promo- lo planteado por el iniciador de la sociolo-
vía a su alumno en diversos espacios�. gía científica, Augusto Comte, sobre todo en
cuanto a los tres estadios de las socieda-
En 1839, José Victorino Lastarria obtiene su tí- des. Sin embargo, el apelativo de “positivis-
tulo de abogado y comienza a desempeñarse ta” para Lastarria ha sido, justificadamente,
como profesor en el Instituto Nacional que, en cuestionado�.
ese momento, era dirigido por Manuel Montt.
Su experiencia como educador marcará pro- En este texto analizaremos parte de su
fundamente su perspectiva respecto al rol que pensamiento político, cuyos criterios y fun-
juegan las ideas y la cultura a la hora de defi- damentos se extrapolan a otros ámbitos
nir el destino de una sociedad, pero también donde José Victorino Lastarria desarrolló
su rol como intelectual público en el contexto sus inquietudes intelectuales, académicas,
7 chileno del siglo XIX. políticas y literarias. Esto, con el propósito
W W W. LY D . O R G de mostrar que su pensamiento nos lleva
A lo largo de su vida, Lastarria complementó a considerarlo como uno de los principales
su labor literaria, ensayística y crítica con su pensadores liberales chilenos.
compromiso como hombre público, académi-
co y masón�. Era multifacético en todo sentido,
no sólo en términos culturales, sino también
políticos e intelectuales. Esto ha contribui-
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L AS IDEAS CAMBIAN EL MUND O


José Victorino Lastarria es, antes que todo, En la perspectiva histórica de Lastarria, se
un hombre de ideas. Cree férreamente que hacía necesario fundar una cultura propia
son éstas las que movilizan a las socieda- adecuada al ideario liberal. Esto implicaba
des hacia el progreso o las entrampan en la necesaria ruptura con los resabios del
el atraso. Asimismo, considera que no son antiguo régimen colonial. Para José Victo-
cuerpos estancos, sino reflejo de la vitali- rino Lastarria, el viejo orden representaba
dad de los espíritus libres de los individuos. la estructura de los sistemas de fuerza que
Desde esa perspectiva, Lastarria considera impiden el florecer de las libertades huma-
que la identidad chilena no ha sido expre- nas. Según Lastarria, en el antiguo régimen
sada del todo, producto de la influencia del colonial, «la sociedad vivía únicamente de
sistema de valores colonial que mantiene la vida del Estado, sólo por él y para él. La
bajo servidumbre a las conciencias. Esta vida individual estaba aniquilada» (Lastarria
concepción de parte de Lastarria es muy citado en Délano,1944, pp. 173).
particular, pues en el fondo considera que,
si bien se ha alcanzado la independencia Su crítica al sistema de valores del colonia-
en términos institucionales, aún prevalecen lismo será permanente durante su vida. En
los valores de la servidumbre propiciados coherencia con aquello y siendo miembro
por la condición colonial, expresados en las del claustro de profesores con que se inau-
costumbres sociales. Esta noción, en cuan- guró la Universidad de Chile, en 1844 pre-
to al rol de las ideas y costumbres junto con senta su memoria Investigaciones sobre la
el carácter de la sociedad, la hace explícita influencia social de la conquista i el sistema
en su alocución al asumir como director de de los españoles en Chile, donde atribuye al
la Sociedad Literaria en 1842, con tan sólo espíritu colonial —al que considera vicio-
25 años, donde expresa de forma clara lo so— junto con la difusión de falsas doctri-
siguiente: nas a través del sistema educativo, ser los
causantes del prevaleciente atraso cultural
«Pero la riqueza señores, nos dará poder y y cívico de Chile�.
fuerza, mas no libertad individual, hará res-
8 petable a Chile y llevará su nombre al orbe Lastarria cree que Chile debe despojarse
W W W. LY D . O R G entero; pero su gobierno estará bamboleán- espiritualmente del colonialismo para po-
dose, y se verá reducido a apoyarse por un der abrirse hacia el progreso, las liberta-
lado en bayonetas, por el otro en montones des y por tanto, abrazar el liberalismo. Su
de oro; y no será el padre de la gran fami- diagnóstico es lapidario: «el pueblo estaba
lia social, sino su señor [...] Otro apoyo más profundamente envilecido, anonadado y
quiere la democracia, el de la Ilustración» sin virtudes sociales, a lo menos ostensible-
(Lastarria, 1842, pp. 6). mente, porque sus instituciones políticas
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estaban calculadas para formar esclavos» que él promueve y busca hacer germinar
(Lastarria citado en Fuenzalida Grandon, en Chile. Sin embargo, Lastarria «no coin-
1893, pp. 61-62). Lastarria considera que si la cidía plenamente con Comte» (Pozo Ruiz,
cultura y las mentes nacionales no se libe- 1993, pp. 108). Discrepa en varios aspec-
raban de los valores coloniales arraigados, tos con el francés, sobre todo con relación
entonces no habría libertad ni república al carácter autoritario que tendía a adoptar
propia�. Adelantándose a otras tesis poste- la política basada en los postulados positi-
riores que consideran la importancia de las vistas. En ese sentido, el antiautoritarismo,
matrices culturales en el desarrollo de las fuertemente arraigado en Lastarria, lo lleva
sociedades, José Victorino Lastarria ve en a rechazar tales criterios propuestos por el
la vida cultural, sobre todo en la literatura, pensador galo. Y si bien considera necesa-
el motor para llevar a cabo la emancipación rio secularizar la sociedad para despojarla
de los espíritus a todo nivel�. del espíritu colonial —coherente con su de-
fensa de la libertad de conciencia—, plan-
Para algunos, esta perspectiva planteada tea que «en una sociedad civil puede haber
por Lastarria mostraría su cercanía con cier- uno o varios cultos y consiguientemente
to romanticismo dieciochesco e incluso con una o varias iglesias» (Lastarria, 1874, pp. 74).
un racionalismo constructivista más ligado
con la tradición enciclopedista francesa. La llegada del francés Jean Gustave
No obstante, en sus primeros años, Lasta- Courcelle­­­-Seneuil en 1855 -contratado por
rria más bien parece acercarse a un libera- el gobierno de Montt a sugerencia de An-
lismo ilustrado o iluminista producto de las drés Bello- como asesor del Ministerio de
influencias recibidas durante su época de Hacienda y como profesor de Economía Po-
estudiante. En ese sentido, José Victorino lítica en la Universidad de Chile y en el Ins-
Lastarria fue más bien ecléctico en cuanto tituto Nacional, también tendrá importante
a la conformación de su ideario liberal. En influencia en el pensamiento de José Victo-
su búsqueda intelectual se alimentó de di- rino Lastarria. El arribo de Courcelle-Seneuil
versos autores como Ahrens y Sismondi. No coincidirá con una etapa de paulatina decep-
obstante, en sus primeras etapas encontró ción, de parte del chileno, con respecto a lo
9 un aliciente para su crítica a la cultura co- que hasta ese momento había significado
W W W. LY D . O R G lonial en el positivismo de Augusto Comte, el influjo de la ilustración francesa entre los
quien también «tuvo una gran influencia liberales en Chile. El economista galo, se-
sobre el pensamiento de Mill» (Cachanosky, guidor de pensadores como Jean Baptiste
1990, pp. 270). La teoría de los tres estadios Say y Frédéric Bastiat, además de traductor
del francés le permite al pensador chileno de Adam Smith, será constantemente citado
reforzar el contraste histórico entre la vieja por el rancagüino en sus reflexiones y ten-
cultura colonial y el nuevo espíritu liberal drá enorme influencia en la forma en que
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Lastarria desarrolla sus conclusiones con cia, parlamentarismo, libre expresión, etc.)»
respecto al contraste entre el sistema polí- (Subercaseaux, 2001, pp. 328). En ese senti-
tico imperante en América y el existente en do, José Victorino Lastarria, tal como plan-
Europa. tea Subercaseaux (2001),«sigue la corriente
liberal de Benjamin Constant: del Estado en
Lo planteado por Jean Gustave Cource- su función mínima, del individualismo, del
lle-Seneuil llevará a José Victorino Lastarria a laissez faire y del hombre como un ser (sobre
reforzar su liberalismo y a concluir que «con- todo, en el orden espiritual) radicalmente au-
viene pues limitar lo más posible las atribucio- tónomo, defendido por fronteras que el Es-
nes del gobierno y extender lo más posible tado no puede ni debe traspasar» (pp. 328).
las de los particulares» (1865, pp. 169). Su
acercamiento al pensamiento del economis- Paulatinamente, el chileno irá abrazando la
ta francés se produce en el contexto en que convicción de que el sistema de gobierno
en Francia se origina una regresión autorita- ideal, que limita el despotismo del poder cen-
ria que significó una enorme desilusión para tral y permite mayores libertades, es el federal.
Lastarria. Ya en 1855 «eclipsado el modelo Probablemente, a partir de esa idea y de la no-
europeo, el publicista se vuelca a Estados ción de autogobierno (self-government), sur-
Unidos» (Subercaseaux, 2001, pp. 327). girá la base del régimen político ideal que
desarrolla Lastarria, la semecracia�� o el go-
En su escrito La América, publicado en 1865 bierno de sí mismo, cuya base es el gobierno
mientras se desempeñaba como embajador municipal. Para José Victorino Lastarria, esta-
en Argentina, José Victorino Lastarria dedica blecer tal régimen significaría el paso desde
un gran apartado a analizar la teoría del Esta- lo retrógrado a lo moderno, desde lo teoló-
do limitado planteada por Courcelle—Seneuil, gico a lo práctico y científico. Para Lastarria,
que posteriormente el chileno aplicará en sus la semecracia significa la instauración del
Lecciones de Política Positiva publicado en 1874. régimen de libertad en vez de la primacía
En La América, el rancagüino expresa clara- de los regímenes de fuerza que promueven
mente la tensión que visualiza entre los ideales el tutelaje, el paternalismo y la subyugación
republicanos y liberales, que encarnarían los de los espíritus y las conciencias bajo la fal-
10 Estados Unidos versus la tradición absolu- sa creencia de «que el poder, sea divino o
W W W. LY D . O R G tista y colonial europea que ve resurgir en popular, puede gobernarlo todo, mezclán-
la figura de Napoleón III. Para el chileno «el dose hasta en los negocios que son propios
espíritu de Europa es la idea de concentra- de cada individuo» (Lastarria, 1874, pp. 50).
ción del poder, y de coacción del pensa-
miento por parte del Estado, el espíritu de Para Lastarria, la libertad individual –en tan-
América corresponde a la idea de libertad y to libertad moral y espiritual– no podía ser
sus concomitantes (laissez faire, democra- subyugada por ninguna fuerza. Ello explica
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que considere esencial el amparo, bajo el ral son autónomos. Ello explica su crítica al
régimen liberal y democrático, de la libertad jacobinismo y al socialismo. Para Lastarria,
de conciencia y que, por tanto, esté a favor la democracia se conformaría en función
de la libertad de culto y examen. Esto, pues del respeto a la esfera personal de los in-
el sistema liberal implica el fin del sistema dividuos no sólo en términos jurídicos con
de fuerza que pretende dirigir cada aspecto respecto al ejercicio de la propiedad, es de-
de la vida humana, incluidas las creencias. cir como libertad negativa, sino también en
Metodológicamente, Lastarria (1874) aplica términos de conciencia y de su capacidad
un criterio individualista respecto al ejerci- de búsqueda de la verdad, como hombres
cio de la soberanía popular, donde el valor libres en términos espirituales.
del individuo es esencial e inviolable, lo que
significa que «la mayoría respete el derecho
de la minoría, aun cuando ésta se compon-
ga de un solo hombre» (pp. 143). A partir de
esto, Lastarria estima que las libertades y
derechos individuales no pueden ser vulne-
rados, ni siquiera bajo criterios democráti-
cos o mayoritarios. En ese sentido, entiende
y reivindica la distinción entre el liberalismo,
en tanto freno al poder y la democracia, en
tanto ejercicio del gobierno del pueblo. Esta
distinción, tan clara en pensadores liberales
como Madison, Jay o Hamilton, es fundamen-
to esencial de la teoría constitucional liberal��.

No es extraño que Lastarria viera una con-


fluencia entre el ideal democrático y el ideal
liberal de la autonomía personal fundada en
11 la libertad de conciencia y opinión. Para él
W W W. LY D . O R G la democracia no significaría la imposición
del criterio de los gobernantes ni de las ma-
yorías contingentes, sino que implicaría la
creciente disminución de la tutela guber-
namental sobre el juicio particular de cada
uno de los ciudadanos, entendidos como
individuos que en el orden psíquico y mo-
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EL HOMBRE PÚBLIC O
José Victorino Lastarria encarna la noción En paralelo con sus actividades forenses��
del liberal clásico que promueve la asociati- y docentes, Lastarria desarrolla una perma-
vidad desde la primacía de su individualidad. nente labor literaria y periodística fundando
Conjuga los ámbitos de la privacidad con su revistas y diarios. Todo esto en función de
compromiso con lo público, teniendo pre- la promoción del liberalismo que él abraza.
sente que aquello es esencial para el for- En 1841 crea El Miliciano con el fin de apoyar
talecimiento de la libertad política y social. la candidatura de Francisco Antonio Pinto.
Su liberalismo tiene una fuerte connotación También fundaría El Semanario Literario. En
radical y de transformación con respecto a 1843, junto a varios miembros de La Socie-
lo que considera como resabios opresores dad Literaria funda El Crespúsculo, en el cual
que permanecen latentes en la sociedad fue publicado, en 1844, el artículo “Sociabi-
chilena de mediados del siglo XIX. Esto se lidad Chilena” de Francisco Bilbao, que cau-
ve reflejado no sólo en su participación en só gran revuelo en la época y que suscitó
la fundación de la Universidad de Chile en el cierre de tal periódico. Posteriormente, en
1843 –donde fue académico y decano de la El Correo Literario, Lastarria, Isidoro Errázu-
Facultad de Filosofía y Humanidades–, sino riz, Alberto Blest Gana, Guillermo Matta, los
también en la fundación de la Sociedad Li- hermanos Arteaga Alemparte, Eusebio Lillo,
teraria y en su labor como político. Pedro Lira y Diego Barros Arana realizarán
certeras críticas en contra del gobierno de
En coherencia con lo planteado por el fran- Manuel Montt.
cés Alexis de Tocqueville, Lastarria asumía
que la existencia de un espacio público ba- Coherente con su vocación docente y su
sado en la asociatividad y la libre opinión idea de la necesidad de la ilustración como
era esencial para instaurar un régimen de base de la República Liberal, en 1843
libertades que impida el despotismo guber- presenta su Proyecto sobre arreglo de la ins-
namental en Chile, que en esa época se ex- trucción primaria. Si bien Lastarria en dicha
presaba en un poder ejecutivo con muchas propuesta plantea sistematizar la instruc-
atribuciones. Gran parte de su vida pública ción, es claro en condenar toda enseñan-
12 estará abocada a cumplir con ese ideal. En za administrada por el Estado. Ese rechazo
W W W. LY D . O R G sus primeros años dedicados a la enseñanza será permanente, ya que en sus Recuerdos
no sólo difundirá el ideario liberal entre sus literarios describe cómo ante la potencial
estudiantes, sino que tendrá como discípu- extensión de las escuelas populares orga-
los a personajes como los hermanos Matta, nizadas por los liberales a través de la So-
Aníbal Pinto, Francisco Bilbao y Domingo ciedad de Instrucción Primaria en 1856, los
Santa María, entre otros. sectores conservadores ligados al gobierno
pelucón propiciaron, en 1857, la interven-
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ción de la autoridad estatal en las socieda- insignes personajes como Manuel Antonio
des populares de instrucción primaria con Matta, Federico e Isidoro Errázuriz y el tam-
el fin de cooptarlas, inhibiendo además su bién liberal José Francisco Vergara. Este
extensión al resto del país��. grupo promovía la libertad de culto, la liber-
tad electoral y la disminución de la discre-
José Victorino Lastarria también impulsa- cionalidad presidencial en los asuntos de la
rá el reformismo liberal en el plano direc- vida social. El 4 de septiembre de 1868 fun-
tamente político. En octubre de 1849, junto da el Club de la Reforma, donde confluyen
a Federico Errázuriz, publica Las Bases de la radicales, liberales y nacionales opuestos a
Reforma para impulsar cambios en la Cons- la fusión liberal-conservadora. Se suman
titución de 1833, en clara oposición al pelu- a José Victorino Lastarria, los hermanos
conismo, al ascenso de Manuel Montt a la Arteaga, Isidoro Errázuriz, Enrique Mac Iver,
presidencia y al claro autoritarismo del sis- José Manuel Balmaceda y Ángel Custodio
tema político chileno. Esto, aun cuando, se- Gallo. Varios miembros del club, como los
gún el historiador Ricardo Donoso, Lastarria ya mencionados, dictaban charlas abiertas
se refería a dicha constitución en términos a todo el público acerca de la libertad de
elogiosos. El 14 de abril de 1850 surge La culto, el constitucionalismo liberal y la de-
Sociedad de la Igualdad, una organización mocracia. Ese mismo año 1868, José Vic-
que aglutinaba desde intelectuales a obre- torino Lastarria publica La Reforma política.
ros y que se oponía a la proclamación de Única salvación de la República. Único medio
Montt como Presidente. Entre los disidentes de plantear la semecracia o el gobierno de sí
se encontraban Francisco Bilbao, Eusebio mismo, donde presenta su régimen político
Lillo, un joven Benjamín Vicuña Mackenna, ideal basado en el gobierno municipal.
Juan Bello, hijo del ilustre Andrés Bello, y
también un viejo amigo de Manuel Montt, En 1874 Lastarria se haría parte en la con-
José Victorino Lastarria. Frente a La Socie- formación de la Academia de Bellas Letras,
dad de la Igualdad, el gobierno establecería a través de la cual se buscaba promover
el estado de sitio y el ministro del Interior, el arte, la literatura y el acercamiento a las
Antonio Varas, ordenaría el arresto de sus ciencias. A partir de las conferencias que
13 miembros, incluido Lastarria, lo que signifi- Lastarria dicta en ese contexto, surgen los
W W W. LY D . O R G caría su destierro temporal en el extranjero. borradores para su obra máxima Lecciones
de Política Positiva, donde, entre otras co-
A lo largo de su vida, José Victorino Lasta- sas, plantea algo que muestra muy bien la
rria será parte de distintas organizaciones síntesis de su pensamiento liberal:
que buscan promover la reforma y la di-
fusión del ideario liberal. En 1862 se hace «¿a quién causaría ni novedad ni daño la re-
parte de la Unión Liberal, donde confluían forma política que limitara las atribuciones
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de la autoridad a los fines de la administra-


ción de la ley y de los negocios públicos,
quitándole el poder de dirigir la actividad
y de coartar la libertad del individuo; la re-
forma que devolviera a los habitantes de
cada localidad la atribución de administrar
los intereses locales; la que estableciera en
la extensión de todos sus derechos la liber-
tad individual; la que consagrara el derecho
electoral en todo su vigor; la que asegurara
la independencia de los jueces y su respon-
sabilidad; la que aboliera el ejército perma-
nente, y todos los privilegios que hacen de
los militares y de los demás funcionarios
públicos esa clase de mandarines irres-
ponsables, que mantienen la esclavitud so-
cial?» (Lastarria, 1874, pp. 219).

14
W W W. LY D . O R G
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L as libertades c ontr a el tutel a je


del p oder

Desde el punto de vista de su pensamien- asociarse con otros en función de diversos


to, el foco central de José Victorino Lastarria intereses. A partir de esa concepción de la
estaba centrado en emancipar ideológica- naturaleza de la libertad, Lastarria concibe
mente al país, por lo cual consideraba nece- que el respeto a la libertad de conciencia es
sario erradicar cualquier atisbo de la men- la base para conformar un orden que pro-
talidad colonial, que creía aún arraigada en gresa y permite el despliegue del potencial
la sociedad chilena, a pesar de la indepen- humano. Por tanto, plantea que:
dencia lograda años antes. Para Lastarria,
la libertad es esencial para el desarrollo «si todos sin excepción son susceptibles de
de nuestras facultades y para el progreso educarse en el conocimiento de la verdad y
social, por tanto considera que «el hombre susceptibles de engañarse, no hay motivo
debe obrar sin renunciar a la independencia alguno de interés público para emplear los
de su juicio en todo aquello que depende de medios coactivos de que el poder dispone,
su libre albedrío» (Lastarria, 1874, pp. 124). contra las personas que profesan opiniones
opuestas a las opiniones dominantes» (Las-
José Victorino Lastarria concibe la libertad tarria, 1874, pp. 143).
individual como el elemento que conforma
la riqueza de la vida social. Considera que Es en relación con este mismo criterio que
cuando esa libertad individual se ve trunca- contrapone su perspectiva con respecto a
da o coartada por la autoridad, la sociedad los regímenes que él considera contrarios a
pierde sentido e impulso. Por tanto, Lasta- la libertad humana. En sus Lecciones de Po-
rria (1874) cree que «el amparo de nuestra lítica Positiva es claro en decir que:
libertad individual y el de nuestra propie-
dad, la independencia de nuestra iniciativa «la libertad individual es en la práctica la
y la de las ideas fundamentales de nuestra primera víctima de los resabios del antiguo
actividad, todos los medios en fin de realizar régimen. Esta libertad es compleja, porque
nuestro fin común, que es la vida, son nece- consiste en el uso de varios derechos, cada
sidad colectiva» (pp. 242). uno de los cuales da nombre a una libertad
15 especial. Todas estas libertades constituyen
W W W. LY D . O R G Lastarria expresa entonces una antropolo- la personalidad humana. Sin ellas o sin una
gía claramente individualista en términos parte de ellas, el hombre deja de ser lo que
metodológicos, pero con una clara pers- la naturaleza quiere que sea, pierde su inte-
pectiva social o asociativa. Son los indivi- gridad y su dignidad, y de consiguiente su
duos los capaces de juzgar y son estos, a vida se limita y se reduce en su intensidad y
través de sus acciones, los que conforman desarrollo» (Lastarria, 1874, pp. 183).
a la sociedad a través de su capacidad de
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La noción de la libertad como una cues- personalidad, y estaríamos sometidos a la


tión compleja lleva a Lastarria a tener una más injustificable esclavitud» (pp. 184).
concepción que abarca distintos ámbitos del
despliegue de las acciones humanas. Desde En términos estrictos, José Victorino Lasta-
su perspectiva individual y de la libertad de rria considera que:
conciencia como base de ésta, Lastarria con-
sidera que: «la discusión oral o escrita debe «el primer derecho que se comprende en
ser enteramente libre, no solamente sobre las la libertad individual es el de disponer de
ideas y opiniones, sino sobre los hechos que nuestra persona para estar, ir y venir en
interesan a la sociedad, porque solo así se donde quiera, y entregarnos a cualquiera
puede ilustrar y consolidar la opinión pública ocupación, sin ser estorbados, impedidos
y reprimir y evitar los abusos» (Lastarria citado o insultados por nadie. (…)El segundo dere-
en Fariña y Huerta, 1991, pp. 441). cho es el que tenemos para usar de nuestra
inteligencia, según nuestro libre albedrío, y
En el fondo, Lastarria concibe la idea del con toda la amplitud con que usamos de la
conocimiento como algo disperso, mucho luz, del aire, del calor, porque el goce de la
antes que lo haga Friedrich Hayek (1945), y inteligencia, como el de todos estos dones
plantea la necesidad de resguardo de la li- comunes, admite hasta lo infinito la concu-
bertad de expresión como forma de buscar rrencia de todos, sin peligro de estorbos ni
la verdad, en forma paralela a lo que hace de conflictos. (…) El tercer derecho que com-
John Stuart Mill en su libro On Liberty (1859). prende la libertad individual es el de apli-
En ese sentido, José Victorino Lastarria car nuestras fuerzas al trabajo que creamos
(1874) es claro en decir que: conveniente, y de hacernos dueños absolu-
tos de los bienes que adquirimos por esta
«el derecho de pensar y juzgar, el de tener aplicación, por contratos y por sucesión he-
una creencia religiosa y practicar libremen- reditaria, sin que la sociedad ni la ley, el po-
te su culto, el de enseñar y comunicar por der público ni los demás individuos puedan
medio de la palabra lo que tenemos por ponernos obstáculos, mientras respetemos
16 verdadero, constituyen de tal modo nuestra en nuestros semejantes un derecho igual a
W W W. LY D . O R G individualidad, que si los enajenáramos, o si la aplicación de su trabajo y a la disposición
la ley, el poder público, o la mayoría de la de sus propiedades. (…) El cuarto derecho es
sociedad a título de mayoría, nos pusieran el de reunión o asociación, consecuencia
límites en su uso, o se arrogasen la facultad indispensable de los derechos enumerados
de dirigirlo, imponiéndonos un juicio, una ya, pues el hombre no puede usar comple-
creencia, una enseñanza, una verdad, no tamente de ellos si no tiene el derecho de
podríamos desarrollar libremente nuestra asociarse para hacer, en unión de otros, la
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que cada cual puede hacer personalmen- anticlerical, sino más bien neutral frente a
te. (…) Finalmente y como complemento de las creencias religiosas. Plantea la necesa-
todos los derechos de la libertad individual, ria separación entre Iglesia y Estado, pero
el hombre tiene el de exigir la igualdad de advierte: «antes de pedir la separación de
todos ante la ley. Tal es la igualdad de dere- la Iglesia, pidamos la separación de la li-
chos, condición indispensable de la libertad bertad individual y del Estado» (Lastarria
individual, pues esta no puede existir en el citado en Délano 1944, pp. 124). Para él, el
orden social ni en el político, si todos no tie- problema central en torno al ejercicio de la
nen un mismo derecho al goce de su vida, al libertad de conciencia radica en la preten-
desarrollo de sus facultades, al uso de sus sión de subyugar la voluntad personal bajo
derechos civiles y políticos, y en fin a que no criterios que se imponen mediante preten-
haya exenciones ni privilegios que excluyan siones de poder tutelar, ya sea religioso o
a los unos de lo que se les concede a los político. En ese sentido, Lastarria ve en la
demás en las mismas circunstancias» (Las- religiosidad una expresión más de la liber-
tarria, 1874, pp. 183-184-185). tad de conciencia, y por tanto, defiende su
libre ejercicio sin injerencias gubernamen-
Para Lastarria, una sociedad que respeta tales. Por ello, es claro en decir que «abolir
efectivamente la libertad de conciencia ine- los privilegios de la Iglesia y dejar en pie los
vitablemente debe respetar la libertad de del Estado, es simplemente preferir un des-
asociación entre las personas. Por tanto, el potismo a otro» (Lastarria citado en Délano,
respeto a la libertad de culto, que es expre- 1944, pp. 98).
sión de ambas libertades, se torna esencial
entre sus planteamientos. Esta perspectiva Un criterio similar aplicará Lastarria respec-
será clave en el contexto chileno del siglo to a la libre concurrencia. Si los seres hu-
XIX, pues la libertad de culto había encon- manos tienen la facultad de juzgar y ejercer
trado fuertes resistencias de parte de los el libre examen en asuntos de fe, también
sectores más tradicionales de la sociedad, y pueden hacerlo en asuntos económicos.
por tanto, el ejercicio de la libertad religiosa Para José Victorino Lastarria, la libre concu-
17 estaba más bien restringido. Es a partir de rrencia es una expresión más de la libertad
W W W. LY D . O R G este criterio que los sectores liberales im- de conciencia a la que tienen derecho los
pulsan los debates en torno a los cemen- individuos. Por tanto, la autoridad no debe
terios, las leyes laicas y el debate educativo intervenir en los libres intercambios ni en el
de ese siglo. trabajo, pues hacerlo significaría ejercer la
tutela sobre las libres decisiones e iniciati-
Lastarria, coherente con su defensa de la vas, coartando la libertad de conciencia. En
libertad individual, no adopta una postura claro rechazo a las estructuras estamenta-
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les del antiguo régimen tanto a nivel eco- Lastarria rechaza el intervencionismo es-
nómico, como político, Lastarria concluye tatal en el ámbito económico, pues consi-
que: «en un régimen de libertad no pueden dera que surge de la presunción de que las
admitirse privilegios ni a favor de un indivi- personas no saben decidir por sí mismas.
duo, ni de una clase, ni de una asociación» Piensa que intervenir en el libre intercambio
(Lastarria, 1874, pp. 192). sería nefasto para el progreso social y signi-
ficaría un retorno a las antiguas estructuras
Para Lastarria (1874), la prosperidad social estamentales donde no existía la libertad
tendría su base en la división del trabajo de trabajo. Así, Lastarria (1874) considera
mediante el libre intercambio, propiciado que «cualquier obstáculo artificial que se
por la libre iniciativa en base a la oferta y le oponga, bajo el pretexto de favorecer
demanda, cuyo efecto más importante se- a los débiles, no haría más que restablecer
ría «la concurrencia de todos los servicios, las desigualdades facticias en los precios y
de todas las actividades industriales, pues entorpecer el desarrollo natural de la ley de
solo se compran los productos que se ofre- la oferta y de la demanda» (pp. 175). En ese
cen más baratos, y su precio es más eleva- sentido, Lastarria advierte que ni siquiera
do, si la oferta es insuficiente, o más bajo, si bajo la excusa de la democracia y la sobe-
ella es excesiva» (pp. 82). La concepción de ranía popular se pueden pasar a llevar los
la sociedad y del progreso social de Lasta- ámbitos de libertad personal de los ciuda-
rria se asemeja a lo planteado por filósofos danos, incluida la libertad económica. Com-
morales, claramente liberales, como David prende que el régimen democrático tam-
Hume y Adam Smith. Por lo mismo, Lastarria bién puede caer bajo ese influjo liberticida y
considera que el trabajo, como fundamen- por tanto, advierte que «en una democracia
to de la sociedad y como expresión de la no se puede atacar la libertad individual,
autonomía espiritual de los individuos, debe ni aun con los fines más honestos y útiles»
ser libre y tener un amplio despliegue sin (Lastarria, 1874, pp. 154). Por lo mismo, re-
interferencias coercitivas de ninguna clase: chaza las atribuciones niveladoras que se
«libertad de trabajo, libertad de comercio y le otorgan al Estado bajo diversas excusas,
18 libertad de contratos para todo género de pues «harían retroceder a la sociedad a los
W W W. LY D . O R G arreglos, porque cada cual, bajo su respon- tiempos en que no existían ni libertad del
sabilidad, debe ser libre para concurrir a to- trabajo, ni la de comercio, ni la de contra-
das las funciones, para conservar los bienes tos» (Lastarria, 1874, pp. 170).
que adquiera por su trabajo, por el cambio,
por donación o sucesión, y para disponer de José Victorino Lastarria concibe que la libre
ellos a voluntad» (Lastarria, 1874, pp. 166). iniciativa individual es la base de la coope-
ración social y ésta no depende de las di-
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rectrices de la autoridad, sino del influjo de y monopolios. Es decir, rechaza el mercan-


la libertad misma. Considera que la mano tilismo, pues considera que cuando el Es-
gubernamental distorsiona la libre concu- tado interviene, no solo termina afectando
rrencia entre las personas, obstaculizando la libertad económica en base a la ley de
el desarrollo social y por tanto, el progreso: oferta y demanda, sino que «lo hace mal y
«limitar el derecho o las condiciones de- generalmente no lo hace en favor del in-
pendientes de la cooperación humana e in- terés común, sino del de sus favorecidos»
dispensables a la vida y su desarrollo, cuyo (Lastarria, 1874, pp. 169).
ejercicio constituye la libertad práctica, es
atribuir al poder político la dirección de la En relación con lo anterior, José Victorino
iniciativa individual y de la actividad social, o Lastarria es claro en reprochar la doctrina
en otros términos, es esclavizar al hombre y de los socialistas que justifican el reempla-
a la sociedad bajo la arbitrariedad del Esta- zo de los diversos criterios particulares por
do» (Lastarria, 1874, pp. 282). la intervención burocrática de los funcio-
narios. Según Lastarria, sus pretensiones,
La defensa de la libertad económica de por ejemplo al hablar del derecho al traba-
parte de Lastarria es una vindicación de la jo, sólo tienden a destruir la libertad indus-
libertad de conciencia frente a las natura- trial, reducir la libre concurrencia y traer de
les ineptitudes y ambiciones de quienes vuelta la hostilidad entre las corporaciones,
gobiernan. Por lo tanto, su crítica al inter- tal como ocurría en la Edad Media. Lastarria
vencionismo estatal en la economía apun- considera que las teorías que proponen que
ta tanto al llamado mercantilismo, es decir el Estado debe dirigir la economía se sos-
a la estructura de privilegios económicos tienen en un resabio del antiguo régimen,
conformada a partir de la acción estatal, donde algunos pocos presumen tener ma-
como al socialismo, comprendido como el yor sabiduría y prudencia para poner a la
control de la economía por parte del Esta- sociedad bajo su tutela. Lastarria dice que
do. Lastarria (1874) considera que ambos estas creencias perduran en las sociedades
son expresión del mismo principio de «la a pesar del avance del régimen de libertad,
centralización administrativa y la organiza- lo que produce confusión en las opiniones
19 ción burocrática, es decir, la disciplina del y alimenta errores que incluso son enarbo-
W W W. LY D . O R G poder y de las influencias de las oficinas y lados por enemigos declarados del sistema
de los agentes del gobierno para ahogar los de creencias del antiguo régimen absolu-
derechos del hombre y la sociedad» (pp. tista. Una de estas equivocaciones, según
62). Por ello, también rechaza el favoritismo Lastarria, es considerar a la libertad como la
gubernamental que se produce respecto a causa de un gran número de males sociales
ciertos grupos a los que se les otorgan pri- e injusticias. Por eso, es preciso en decir:
vilegios legales, proteccionismo económico
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«otros pretensos liberales, aspirando a po- nómica y su crítica a las doctrinas socialistas
ner término a los sufrimientos sociales, con- y las posiciones conservadoras de su época.
funden la igualdad de derechos con la que Lastarria plantea que los sistemas que se
desean para las condiciones o situaciones basan en la concentración del poder están
individuales, desconocen la ley de la oferta inspirados en una lógica paternalista sus-
y de la demanda que es la base del régimen tentada en la confusión del Estado con la
de la libertad industrial, y reclaman una re- sociedad, que es propia de los viejos siste-
organización, difundiendo la idea errónea mas absolutistas. Él los denomina sistemas
de que es posible hacer desaparecer la mi- de fuerza, pues se imponen arbitrariamente
seria y todos los abusos por medio de un sobre las conciencias individuales, incluso
arreglo artificial dictado y mantenido por el bajo la excusa del bienestar espiritual o ma-
Estado» (Lastarria, 1874, pp. 173). terial de los sujetos. Por lo tanto, Lastarria
(1874) advierte que no hay que engañarse,
En otras palabras, Lastarria ve que muchos pues «un poder despótico, por más que sea
liberales de su época caen en lo que él paternal, no puede dejar de convertir en
considera una falsa teoría: la creencia en la siervos a sus súbditos» (pp. 216).
necesidad de limitar y mecanizar la libertad
mediante la expansión del patrocinio del Es- Como Lastarria tiene claro que cada in-
tado sobre la sociedad y los individuos. José dividuo establece sus particulares fines,
Victorino Lastarria cree que muchos termi- los cuales sólo son posibles de conjugar
nan confundiendo la libertad con la arbitra- mediante la libre concurrencia con otros,
riedad y asumen entonces, bajo el pretexto plantea que «conviene pues limitar lo más
de la paz, el orden y la justicia, que el go- posible las atribuciones del gobierno y ex-
bierno debe dirigir a los individuos en cada tender lo más posible las de los particula-
asunto de sus vidas. Esto, para Lastarria, no res» (Lastarria, 1865, pp. 169). Pero además,
abriría mayores libertades como presumen a partir de esto, Lastarria considera que «la
algunos de esos ‘‘pretensos liberales’’, sino sociedad debe dividirse en tantas socieda-
que inevitablemente terminaría por some- des particulares cuantos son los fines prin-
ter a los individuos a un despotismo similar cipales en que se divide el fin social; y en
20 al del régimen colonial, tanto en relación a la moral, la religión, las ciencias, las artes,
W W W. LY D . O R G sus creencias, como a sus actividades eco- la industria, el comercio y el derecho, para
nómicas. cada uno de los cuales debe haber una es-
fera particular de actividad» (Lastarria cita-
La crítica de Lastarria a la centralización ad- do en Délano, 1944, pp. 135).
ministrativa como expresión de los afanes
de tutela gubernamental es esencial para Un punto clave de la perspectiva expresada
comprender su defensa de la libertad eco- por Lastarria tiene relación con la conside-
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ración que establece respecto a la sociedad una concepción muy propia del liberalismo
como algo conformado mucho antes que el respecto a la relación entre libertad y moral.
Estado, gracias al impulso espontáneo de Pero, al igual que otros pensadores libera-
los particulares. El liberal chileno indica que les, cree que los sujetos actúan moralmen-
«los admirables estudios sociológicos de te cuando actúan con libertad. Considera
Augusto Comte y sus discípulos, los trabajos que «la base positiva de la moral es la liber-
prácticos de Stuart Mill, de Story, de Grimke, tad, es decir, en la época actual, el espíritu
de Hildreth, de Tocqueville, de Laboulaye, positivo tiende a establecer las relaciones
de Courcelle-Seneuil y de tantos otros ex- humanas sobre la libertad moral y práctica
positores de los hechos sociales y políticos, del hombre» (Lastarria, 1874, pp. 50).
no habían venido todavía a enseñarnos que
la naturaleza de las instituciones políticas En función de lo anterior, Lastarria (1874)
procede de la de las instituciones sociales, considera errado creer que el derecho exis-
y que el Estado no es todo, sino una parte te para limitar la libertad y que eso ha ali-
de la sociedad» (Lastarria, 1874, pp. 275). mentado lo que él llama las quimeras del
contrato social, que «en la práctica conduce
La conclusión de Lastarria es claramente li- a la escuela liberal europea, que lo profesa,
beral en ese sentido, en relación a permitir a todos los absurdos que la han desacredi-
y promover el florecimiento de la sociedad tado, y al funesto propósito de dictar consti-
en base a la libre concurrencia entre los tuciones y leyes con el objeto de equilibrar,
individuos: «si queréis ser gobernados por conciliar y mecanizar libertades» (pp. 130).
leyes y no por la voluntad del gobernante, En ese sentido, Lastarria adopta claramente
limitad la autoridad, definid las atribuciones el criterio liberal del rule of law, para criticar
de vuestros mandatarios, hacedles com- la elaboración de leyes cuyo fin no es otro
prender que no tienen derecho a mandar, que restringir la libertad .
que sus atribuciones no son sus derechos»
(Lastarria citado en Délano, 1944, pp. 35). En A partir de la distinción entre el ámbito de
ese sentido, Lastarria ve una tensión y com- las relaciones voluntarias y las condiciona-
plementariedad entre la prominencia de las les, Lastarria concibe que la sociedad se
21 relaciones voluntarias –el imperio de la mo- va conformando de manera armónica y es-
W W W. LY D . O R G ral y el libre albedrío– y las relaciones con- pontánea, a medida que se permite el libre
dicionales, que para él son el dominio del despliegue de las conciencias individuales.
Derecho. Lastarria no es necesariamente un En base a esta perspectiva, Lastarria (citado
positivista del Derecho. Para Lastarria (1874) en Délano, 1944) considera que la sociedad
«el libre albedrío, base de la moral, termina civil no es lo mismo que el Estado, puesto
cuando aparece la libertad práctica, resul- que en ella se desarrollan diversas fuerzas
tado del derecho» (pp. 128). Lastarria tiene humanas a través del ejercicio de la liber-
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tad de conciencia y la cooperación espon- Para Lastarria, la Revolución Francesa no


tánea entre los sujetos. En otras palabras, la había cumplido con su propósito primario
sociedad sería producto de un proceso de que era liberar a los individuos de la arbi-
intercambios y libres asociaciones entre los trariedad de la autoridad y del régimen de
individuos, claramente espontáneo y no de- fuerza que implicaba la monarquía absolu-
liberado, producto de: ta. Veía a la revolución en Francia como un
proceso truncado debido a la confusión de
«la convergencia regular y continua de una la libertad individual con la soberanía popu-
inmensidad de individuos a un mismo desa- lar. Su juicio al respecto es preciso: «libertad
rrollo general, sin concertarse previamente, para el individuo, libertad para la sociedad,
generalmente sin saberlo, creyendo obedecer o en otros términos, goce completo de to-
a sus impulsos personales, y poseyendo cada dos los derechos: tales eran los elementos
cual una existencia distinta e independiente, y de la nueva síntesis revolucionaria; pero ni
talentos y caracteres diferentes y más o menos se comprendía que esos derechos eran la
discordantes» (Lastarria, 1874, pp. 88). libertad, ni se sabía que su fórmula precisa
estaba en la democracia representativa, en
En base a los criterios antes planteados, el gobierno de sí mismo limitado por el de-
Lastarria considera que los conservadores recho mismo» (Lastarria, 1874, pp. 64). Para
y socialistas dicen proclamar la promoción Lastarria, un responsable de aquella confu-
de la libertad mientras al mismo tiempo sión conceptual, entre libertad y soberanía
promueven la ampliación del poder tutelar popular, no era otro que Rousseau:
del gobierno sobre la sociedad, en desme-
dro de esa espontaneidad. En ese sentido, «la Francia con Rousseau, entendió la liber-
él considera que: tad a la romana, creyendo que consistía, no
en la posesión de los derechos del hombre,
«los retrógrados de América se apresuran a sino en la soberanía del pueblo, y sólo aspi-
seguir la senda de los de Francia, para pro- ró a traspasar el poder absoluto de manos
ducir también en nuestras nacientes socie- de sus monarcas a las del pueblo, creyendo
dades el caos alrededor del progreso moral que con la soberanía popular en ejercicio, y
22 y extraviar, en su provecho, las conquistas con la igualdad que era consecuencia de la
W W W. LY D . O R G de la verdad. Aquí también se invoca la li- soberanía, ya era libre, aunque el poder ab-
bertad para destruir la libertad; se apellida soluto del nuevo soberano negase y viola-
el derecho para favorecer el imperio abso- se la posesión de todos aquellos derechos
luto sobre la razón y el derecho, se aclama que proclamaba» (Lastarria, 1874, pp. 64).
la democracia para desviar a nuestras repú-
blicas del gobierno de sí mismas» (Lastarria, Lastarria cree que bajo esa confusión, la
1874, pp. 61). Revolución Francesa no abrió paso necesa-
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riamente al despliegue de las libertades in- Lastarria (1868) considera que los conser-
dividuales, sino a la extensión de la centra- vadores chilenos pretenden «un despotis-
lización administrativa sobre la vida social, mo parecido a la Colonia y fundado en un
bajo la excusa de la soberanía popular: sistema represivo, que se excusa con la
necesidad del orden y la patraña de que
«la declaración de los derechos del hom- el pueblo no está preparado para la liber-
bre promulgada en Francia en 1793 fue sim- tad política» (pp. 7). Por otro lado, considera
plemente una exposición doctrinaria hecha que los socialistas de su época «agitados
con “el fin de que el pueblo tuviese siempre por la efervescencia revolucionaria, solo
delante de sus ojos las bases de su liber- trataron de realizar un contrato social, des-
tad y de su felicidad, el magistrado la regla conociendo los derechos sociales e indivi-
de sus deberes, el legislador el objeto de duales y procurando coartarlos, dominados
su misión;”– pero no fue una limitación del por el funesto error, que aún influye hoy día,
poder político, quien ya entonces ejercía la de que no puede existir libertad alguna sin
dictadura del terror, no solo para castigar a limitación y de que el arte político consiste
los traidores, sino aun para perseguir a los en equilibrar libertades y poderes» (Lasta-
indiferentes» (Lastarria, 1874, pp. 272). rria, 1874, pp. 276).

José Victorino Lastarria ve una pretensión José Victorino Lastarria presume que tales
similar a la de los jacobinos de parte de pretensiones se explican debido al error,
los conservadores chilenos. Considera que de socialistas y conservadores, de presu-
tanto los socialistas, como los reacciona- mir que la libertad debe ser corregida: «el
rios, mezclan teorías contradictorias, lo que Estado piensa que su primera misión es la
propicia la confusión de la libertad indivi- de poner límites a la libertad, arrogándose
dual con la soberanía popular o con la tutela la dirección del individuo y de la familia, a
estatal sobre la vida social. Lastarria (1874) pretexto de mantener la paz y el orden en
considera que, tanto conservadores como la sociedad» (Lastarria, 1874, pp. 181). La
socialistas, «alteran el sentido de la libertad conclusión de Lastarria con respecto a las
y todas sus condiciones, para invocarla en posturas socialistas y conservadoras es la-
23 defensa de sus errores y falsedades, de su pidaria:
W W W. LY D . O R G poder y de su dominación en la moral y en
la política, en la organización de la familia «libertad, derecho y democracia, no son en
y la sociedad, en la ciencia y en la filosofía, su boca sino vanas palabras, sin sentido fijo,
en la educación y en la enseñanza, en la in- que ellos adaptan a sus aspiraciones e in-
dustria y en el trabajo. Ya no hay retrógrado tereses: la libertad, y por consiguiente los
que no combata en nombre de la libertad» derechos que la constituyen, no son el pa-
(pp. 60). trimonio del hombre, sino los atributos del
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poder absoluto, que es el único que puede


trazar al hombre la esfera de su pensamien-
to y de su acción. La democracia no es el
gobierno del pueblo por sí mismo, sino la
fingida igualdad y la satisfacción del hambre
y de las necesidades de los proletarios: por
eso se consagran los retrógrados a realizar
las más bellas ilusiones de los socialistas y
comunistas, organizando la caridad y la be-
neficencia oficialmente, para reemplazar el
derecho por la holganza, y la verdad por el
pan» (Lastarria, 1874, pp. 61).

24
W W W. LY D . O R G
s e r i e i n f o r m e S O C I E D A D Y P O L Í T I C A 1 7 8

A MOD O DE RESUMEN
El pensamiento de José Victorino Lasta- almas. De ese despliegue, cuando las con-
rria se muestra imperecedero en muchos ciencias abrazan el valor de la libertad,
sentidos. Sus reflexiones respecto a la li- surge la libertad para la sociedad. Por eso,
bertad individual y los riesgos del auge de Lastarria cree que el progreso de un pueblo
gobiernos paternalistas que cooptan la vida no puede fundarse sólo en la acumulación
social, siguen siendo muy vigentes y escla- de riquezas ni en la fuerza del gobierno,
recedoras, sobre todo en tiempos donde sino en el amor y comprensión de la liber-
muchos consideran razonable la tutela gu- tad por parte de cada uno de los miembros
bernamental sobre nuestras vidas, tanto en de la sociedad. La libertad es una fuerza
asuntos morales, como económicos o sani- espiritual que debe ser reconocida por las
tarios. Su comprensión de la libertad como conciencias humanas. Ahí yace el rol de la
algo complejo y vital, como un poder moral escuela, las letras y el arte como baluartes
y espiritual, no solo para los individuos, sino esenciales de la sociedad civil, la sociedad
también para las sociedades, es profunda- liberal.
mente valiosa. Su perspectiva de la auto-
nomía espiritual –expresada en la libertad
de conciencia y la asociatividad– como una
fuente de riqueza cultural y progreso espi-
ritual de la sociedad, plantea una mirada
ética de la libertad muy profunda, que sin
duda podría ayudar a enriquecer ciertas
perspectivas que se centran solamente en
los aspectos materiales de la vida social o
en perspectivas distorsionadas respecto al
individuo.

Por último, es importante considerar su mi-


rada respecto al rol de las ideas y la cultu-
25 ra como elementos que pueden truncar el
W W W. LY D . O R G progreso, al estancar el alma de un pueblo,
o por el contrario, impulsarlo al permitir el
desarrollo espiritual de los sujetos y por tan-
to, de la sociedad en su conjunto, cimentan-
do con ello instituciones perdurables a favor
de la libertad. Para José Victorino Lastarria,
la libertad parte en las conciencias, en las
s e r i e i n f o r m e S O C I E D A D Y P O L Í T I C A 1 7 8

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ciety. The American Economic Review, Vol. Change and Economic Performance. New
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35, No. 4 (Sep., 1945), pp. 519-530. York: Cambridge University Press.

7. Hurtado, C. 2009. Lastarria y la filosofía 15. Nozick, R. 1974. Anarchy, State, and Uto-
europea en el siglo XIX en Chile. Cuadernos pia. Nueva York: Basic Books [trad. Esp.
del pensamiento latinoamericano, núm. 17, Anarquía, Estado y Utopía, ed. Fondo de
pp. 254-265. Cultura Económica, México, 1998].
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16. Pozo Ruiz, J. M. 1993. Historia de Chile y


positivismo. Revista de Humanidades, núm.
1, pp. 107-115.

17. Subercaseaux, B. 1981. Romanticismo y


liberalismo en el primer Lastarria. Revista
Iberoamericana, vol. XLVII, núm. 114-115, pp.
301-312.

18. Subercaseaux, B. 2001. La América de


J.V. Lastarria y las ideas de Courcelle-Se-
neuil. Derecho y Humanidades, núm. 8, pp.
327-329.

19. Subercaseaux, B. 2011. Historia de las


ideas y de la cultura en Chile. Santiago: Edi-
torial Universitaria. Disponible en:
https://www.ideasyculturaenchile.cl/do-
cumentos/volumen1.pdf

20. Stuart, M. J. 2003. On Liberty. New Ha-


ven: Yale University Press.

21. Stuven, Ana María. 1987. La generación


de 1842 y la conciencia nacional chilena. Re-
vista de ciencia política. Vol. 9, núm. 1, pp.
61-80.

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W W W. LY D . O R G
s e r i e i n f o r m e S O C I E D A D Y P O L Í T I C A 1 7 8

NOTAS AL PIE
1 | Véase, Lastarria, J. V. 1861. Don Diego Porta- buen desempeño institucional. Para más deta-
les, juicio histórico. Santiago. Imprenta de El Co- lles véase: North, D. C. 1990. Institutions, Institu-
rreo. Disponible en: http://www.memoriachilena. tional Change and Economic Performance. New
cl/602/w3-article-98667.html. York. Cambridge University Press.

2 | Para más detalles véase: Jaksic Andrade, I. 9 | En ese sentido, se adelanta a muchos otros
2001. Andrés Bello, pasión por el orden. Santia- pensadores que asignan un rol clave a la cultura
go de Chile. Editorial Universitaria. Capítulo V, La en relación con el cambio social.
década triunfal, 1840-1850, en el apartado Bello
y José Victorino Lastarria. 10 | Véase Lastarria, J. V. 1868. Reforma Política,
única salvación de la república, único medio de
3 | Andrés Bello promovió a Lastarria para leer plantear la semecracia o el gobierno de sí mis-
la primera memoria histórica de la Universidad mo. Santiago: Imprenta de la Libertad.
de Chile.

11 | Para más detalles véase: García, J. F. 2007.


4 | Lastarria fue miembro de la logia Unión Fra- Tres aportes fundamentales de El federalista a la
ternal N° 1, instalada en Valparaíso. teoría constitucional moderna. Revista de Dere-
cho, vol. XX, núm. 1, pp. 39-59.
5 | Véase Subercaseaux, B. 1981. Romanticismo
y liberalismo en el primer Lastarria. Revista Ibe- 12 | Lastarria fundó junto a Antonio García Reyes
roamericana. vol. XLVII, núm. 114-115, pp. 312. La Gaceta de los Tribunales.

6 | Véase Hurtado, C. 2009. Lastarria y la filosofía 13 | Véase Lastarria, J. V. 1878. Recuerdos Lite-
europea en el siglo XIX en Chile. Cuadernos del rarios. Santiago. Imprenta de la República de Ja-
pensamiento latinoamericano. núm. 17, pp. 254- cinto Nuñez, pp. 373.
265. Véase Hurtado, C. 2009. Lastarria y la filoso-
fía europea en el siglo XIX en Chile. Cuadernos
14 | Para más detalle: Von Hayek, F. A. Libertad
del pensamiento latinoamericano. núm. 17, pp.
Bajo la Ley. Disponible en: http://www.hacer.
254-265..
org/pdf/Hayek12.pdf.

28 7 | Véase Stuven, Ana María. 1987. La generación


W W W. LY D . O R G de 1842 y la conciencia nacional chilena. Revista
de ciencia política. Vol. 9, núm. 1, pp. 62.

8 | Es interesante apreciar que esta idea se ase-


meja a lo planteado posteriormente por la es-
cuela neo institucionalista, que considera que
los sistemas de valores preponderantes en una
sociedad inciden de manera importante en el

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