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FELT LIKE… HOME • 2020 | ft.

YIYANG

Los palillos estaban mal sujetos por una diestra distraída, mientras que la atención
permanecía en el cielo que admiraba a través de la ventana. Faltaba un cuarto para las
ocho y todavía tenía tiempo suficiente para tomar la ducha matutina, arreglarse y salir
camino al trabajo. No era la primera vez que YiXing parecía soñar despierto, perdiéndose
en esas imágenes que en ocasiones muy particulares habían abordado sus pensamientos:
nada tenía sentido cuando sucedía, tampoco parecía que un suceso estuviera relacionado
con el resto. En realidad, no había mucho que analizar, finalmente sólo se trataba de
recordar sensaciones que jamás había vivido, como casi morir ahogado a mar abierto, tener
que correr en las profundidades de un bosque desconocido, o presenciar el temblor de un
trueno impactando a centímetros de su posición.

Sucedía sin motivo y cualquier momento parecía bueno para detenerse y simplemente
dejarse llevar por aquello que no entendía. La primera vez había sido cuando niño, cuando
de perseguir a un felino que se había metido al jardín trasero de su casa, se había quedado
quieto, sintiendo el aire rozarle la cara mientras, en sus pensamientos, correteaba a una
chiquilla de más o menos su mismo tamaño. Luego nada.

Tenía el saco doblado alrededor del brazo izquierdo cuando salió del alto edificio,
despidiéndose con una pequeña reverencia de la recepcionista y el guardia que todos los
días le abría la puerta. La oficina estaba apenas a dos estaciones del metro y todavía le
sobraba tiempo, así que por una vez decidió pasar por un café a la tienda más cercana.

Entonces pasó otra vez.

Estaba cruzando la calle cuando la luz del semáforo les dio paso, el teléfono pegado a su
oreja derecha y el vaso de café sostenido en la mano izquierda. La sensación era
completamente diferente entonces: ahora no era sólo algo que percibiera a nivel piel, sino
que sus ojos lo veían claro: un campo abierto y aromas que jamás había percibido en la
ajetreada Seúl, manando de aquella fantasía.

Y YiXing se dejó llevar una vez más, según él deteniendo todo movimiento para entregarse
a lo que sentía, pero en realidad avanzando inconscientemente hacia la mitad de la calle.
No captó quiénes pero al frente podía ver cómo las siluetas sin rostro movían las manos,
como diciéndole que se detuviera. Pero no lo hizo. No pudo. Ni siquiera supo que se estaba
moviendo hasta que el claxon de un automóvil lo hizo saltar, siendo absorbido por el portal
en consecuencia.
Supo que su vida había terminado cuando la caída terminó en un fuerte golpe en la cabeza,
él enseguida llevándose una mano al área herida sólo para comprobar que estaba
sangrando... sobre un campo de flores. Rió débil. Seguramente había caído en un coma
instantáneo, por ello que se sintiera en casa aunque no tuviera ni la más mínima idea de lo
que sucedía a su alrededor.

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