Las transformaciones políticas venezolanas en el siglo XX han estado asociadas a la dinámica de la industria petrolera y a las mutaciones monetarias y financieras en el ámbito internacional y nacional. En el comportamiento interno reciente, la especulación financiera en la actividad bancaria, como resultado de la ocurrencia sostenida de déficit Fiscal y su consecuencia en la economía real.
A partir de 1936, Venezuela transcurrió dentro de un orden económico
basado en un Estado cuyas acciones se apoyan en una renta petrolera y una Sociedad Civil en donde el empleo dependía en gran parte de la dinámica de trasvase de los recursos fiscales, dentro de una estrategia económica conocida inicialmente como siembra del petróleo Y entendida como economía mixta. Pero el retroceso sostenido en los niveles de bienestar en las últimas tres décadas hace necesario replantearse una nueva estrategia.
Impacto de la actividad petrolera en la dinámica socioeconómica Gomecista.
En la economía del período gomecista se asiste a la conversión de
Venezuela, de agrícola a petrolera. Esta ruptura, en relación con el período de la Restauración que de 1910 a 1920 camina de forma soterrada se hace tangible entre 1920 y 1930, cuando el petróleo signará indeleblemente los destinos de la nación venezolana. Desde este momento la fuente principal de ingresos fiscales, en lugar de gravitar en torno a los impuestos sobre los productos agrícolas y los derechos tributarios a las importaciones, pasaría a depender de la renta producida por la venta de los recursos naturales.
El Gobierno de Juan Vicente Gómez favoreció ampliamente a las
inversiones extranjero en el país, concentrándose la mayoría de ellas en el sector petrolero que comenzaban a desarrollarse. En ese sentido, durante el régimen gomecista se definió un marco legal por medio del cual se entrega gran parte del territorio nacional en concesiones, de acuerdo a los intereses de los consorcios petroleros internacionales. Las inversiones extranjeras en el país que se habían iniciado en la época de Guzmán Blanco, y que tuvieron tropiezos durante el Gobierno de Cipriano castro, resultaron generosamente favorecidas por el régimen Gomecista.
En efecto, desde la llegada de Gómez al poder, una de sus principales
preocupaciones fue la de restablecer el crédito Internacional paralizado en tiempos de su predecesor, para lo cual volvió a otorgarle a la compañía americana New York and Bermúdez, la concesión por cincuenta años de la explotación de asfalto que había suspendido Castro. Además de lograr regenerar la confianza del mundo exterior en Venezuela, y de restablecer las relaciones diplomáticas rotas por Castro, la actitud benevolente de Gómez hacia las inversiones extranjeras perseguía aumentar los Ingresos Fiscales para hacerle frente a las obligaciones internas y externas por los gobiernos anteriores.
Esta inclinación favorable de Gómez hacia el capital internacional coincidió
con el surgimiento de Estados Unidos como paisaje del sistema capitalista occidental, sobre todo en los años veinte, después de la Primera Guerra Mundial. Durante ese periodo, la industrialización alcanzada por Estados Unidos provocó una acumulación de capital excedentario, el cual se canalizó hacia los países atrasados productores de materias primas, que, como Venezuela, les permita monopolizar la explotación de esos recursos básicos para la continuación de su acelerado desarrollo económico. Fue en esta forma como el capital norteamericano, conjuntamente con el europeo en menor medida, penetró en Venezuela, llegando a convertirse en uno de los países latinoamericanos que captó mayores inversiones extranjeros durante esa época. Aparte de las ventajosas condiciones económicas en las que operaba el Capital Internacional en Venezuela, el régimen gomecista les garantizaba un ambiente de paz logrado por la represión, llegando a otorgarse durante ese periodo concesiones petroleras en gran parte del territorio nacional.
El régimen gomecista llego a favorecer de tal forma a las inversiones
extranjeras en el país, que se cambió a un Ministro y se modificó la Ley de Minas, de acuerdo a los requerimientos formulados por el Capital Internacional.