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Grupo México: Otra mina en polémica

Por: Javier Cruz Aguirre – Agosto 11 de 2011

TIJUANA, BC. La operación de una de las minas de cobre más grandes del continente
americano en la población de El Arco, Baja California, dispuesta para este año y que
generará ventas anuales por al menos 2 mil millones de dólares durante un mínimo de 25
años, enfrenta el rechazo de un sector de la población rural en donde se pretende instalar.
También del Poder Legislativo de Baja California Sur, de grupos ambientalistas y de
funcionarios de la Comisión Nacional Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y del Área de
Protección de Flora y Fauna Valle de los Cirios.
La oposición al megaproyecto minero del Grupo México, propiedad de Germán Larrea
Mota Velasco, el segundo hombre más rico del país según la revista Forbes –uno de los
principales beneficiados con la privatización del sector minero puesta en marcha por el ex
presidente Carlos Salinas de Gortari–, tiene su génesis en los siguientes puntos:
1. La explotación de los yacimientos de cobre, plata y molibdeno presuntamente a cielo
abierto –y por lixiviación con cianuro en el caso específico del oro, segundo mineral de
importancia comercial en El Arco, municipio de Ensenada–, lleva implícito altos impactos
ambientales.
2. La sobreexplotación de la cuenca hidrológica de El Vizcaíno, que nace en el Arroyo El
León de la Sierra de San Luis –en la delegación municipal Villa Jesús María–, para satisfacer
las necesidades del consorcio minero: 800 litros por segundo de agua, cantidad superior
en 75 litros por segundo a la que actualmente consume la ciudad de Ensenada con sus
cerca de 300 mil habitantes.
3. El riesgo de contaminación en Laguna Manuela, humedal costero en donde dos grupos
ejidales siembran semilla de ostión y anualmente arriban cientos de ejemplares de ballena
gris en migración.
Esto por la construcción en las inmediaciones de ese cuerpo de agua marina, de una
planta generadora de energía eléctrica y otra para desalar agua de mar, infraestructura
indispensable para la realización de un proyecto minero que tendrá una inversión de 2 mil
millones de dólares.
4. La alteración ambiental del Valle de Los Cirios, que el gobierno federal decretó en 1980
como Zona de Protección Forestal con una extensión de 2 millones 521 mil 776 hectáreas
–casi la mitad del territorio del municipio de Ensenada-, y que no cuenta con un Plan de
Manejo Integral pese a que esa disposición esta lista para firma y publicación en el Diario
Oficial de la Federación desde hace un año.

De hecho desde hace cinco años la federación, primero, y el Senado de la República,


ahora, desean incorporar la actividad minera del Grupo México en el Valle de Los Cirios,
disposición de gobierno incompatible con el ordenamiento ambiental asignado a la zona.
Para el licenciado Xavier García de Quevedo Topete, presidente de la unidad minera
mexicana de Grupo México y presidente ejecutivo de la empresa Southern Copper
Corporation, subsidiaria de la trasnacional mexicana, los temores de contaminación y
desastre ambiental en Los Cirios son infundados ya que, afirmó, el yacimiento minero está
fuera del área protegida.
Sin embargo, geólogos que conocen la región e incluso respaldaron el estudio que Grupo
México realizó en la zona con cientos de barrenos hechos con la más avanzada tecnología,
dijeron que si bien El Arco se ubica en la parte sur del yacimiento, éste avanza claramente
con rumbo al norte y noreste, es decir hacia el “corazón” del Valle de Los Cirios.

El geólogo Alejandro Rimoldi recordó que la Mina El Arco, en donde hace apenas cinco
años únicamente vivían siete personas, está en proceso de exploración y explotación
desde los 70 del siglo pasado.
El experto explicó: “Lo que ahora se habla (de su importancia) ya se sabía desde hace
muchos años. Ahí se extraía cobre, mineral que también se explotó en pequeñas minas de
la zona. El cobre lo compraba una empresa de Santa Rosalía, pero vino el Grupo México y
sus geólogos encontraron que el potencial de toda la región es muy grande.
“Compraron y empezaron a barrenar con la mejor tecnología hasta que hicieron una
especie de mapa en tercera dimensión, que les ayudó a ubicar en dónde están los óxidos,
los sulfuros. Por eso ya tienen una cantidad de toneladas probada, ya saben cuánto van a
sacar, qué porcentaje de mineral tiene cada depósito”.
Esta información la corroboró el director de la División Ciencias de la Tierra del Centro de
Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), Luis Delgado
Argote, quien confirmó que el volumen del yacimiento de cobre es grande,
económicamente factible de explotar y muy interesante porque también es rico en oro.
“Van a sacar oro como subproducto. Un metal pagará la extracción del otro. Así de grande
es el proyecto”, dijo.
–¿Cuál es su opinión de la presencia del Grupo México en El Arco?
–Que ya era tiempo de que se trabajara ese yacimiento. Está cuantificado desde hace
muchos años y es una riqueza a la que no se le está dando ningún uso.
El proyecto millonario de GMéxico
El licenciado Xavier García de Quevedo dio pormenores del plan de trabajo del Grupo
México en El Arco.
Primero, aceptó que la inversión se retrasó debido a los bajos precios que registraba el
cobre en los mercados internacionales, pero ahora que la libra del metal se ubica en
promedio a 3.40 dólares o más, su explotación es mercantilmente redituable.
“Es un proyecto –dijo– que el Grupo tiene en cartera desde hace años y que pretendemos
realizar, sobre todo después de que en México se está logrando tener una mayor
estabilidad laboral con la recuperación, por parte del gobierno, de la Mina de Cananea.
“Con esta certidumbre jurídica se pueden desarrollar este tipo de megaproyectos. Se trata
de inversiones superiores a los 2 mil millones de dólares. Hablamos de uno de los
proyectos mineros más importantes del mundo”.
Los productos que se explotarán son, en orden de importancia, cobre, oro, plata y
molibdeno.
La mina producirá 50 mil toneladas anuales de cobre en cátodos –el récord mundial de
producción lo tiene la división chilena Radomiro Tomic, que en 2010 logró una producción
de 309 mil 400 toneladas de ese material–, y 140 mil toneladas al año en concentrados de
cobre.
Con esto, Grupo México espera duplicar su producción global de cobre dentro de los
próximos seis o siete años y alcanzar una reserva superior a 1.3 millones de toneladas de
cobre al año, mercancía que al comenzar 2011 tenía un valor comercial el mercado
internacional de 12 mil 590 millones 500 mil dólares.
Además, según el estudio de factibilidad de El Arco, la mina producirá anualmente 105 mil
onzas de oro, con un valor promedio en este año de 152 millones 250 mil dólares, y mil
500 toneladas de molibdeno, con un valor de unos 44 millones de dólares, esto de
acuerdo con el precio promedio de tuvo ese metal en 2010.
De esta forma, la producción minera de El Arco, calculando una producción anual de 190
mil toneladas de cobre, será cercana a 2 mil 36 millones de dólares.
A pregunta expresa de cuál será el país que consumirá la riqueza minera de Baja
California, el empresario detalló que el cobre se moverá en los diferentes mercados del
mundo, siendo el costo del transporte del metal un elemento que determinará su
condición competitiva.
“Obviamente –reveló– el mercado de Estados Unidos va a ser, si no el principal, uno de los
más importantes, pero también esperamos vender en los países con fuerte expansión
económica como China y la India. De hecho, ya toda Asia consume 57% del cobre mundial.
Es allá a donde se van a ir muchos de los metales que produzca El Arco”.
–Necesitarán un puerto para mover los minerales. ¿En dónde estará instalado?
–En la región ya existe el puerto de Santa Rosalía, el cual cumple perfectamente con lo
que requerimos en materia portuaria. El movimiento del mineral en la península se hará
por carreteras. No es necesario un ferrocarril.
Al respecto, en diciembre de 2010 el entonces secretario de Comunicaciones y
Transportes, Juan Francisco Molinar Horcasitas, reconoció que la dependencia federal no
tenía contemplado un proyecto de desarrollo de infraestructura en comunicaciones y
transportes para respaldar el proyecto minero.
“En ese tipo de proyectos –explicó– obviamente los desarrolladores de los mismos,
históricamente así ha sido y no puede ser de otra forma, tienen que contribuir al
desarrollo de la infraestructura que lleve a las personas y a las mercancías, a la carga,
desde los puntos más cercanos de contacto hacia donde se ubican”.
Molinar recordó que la ubicación de los yacimientos mineros siempre ha sido “caprichosa”
desde el punto de vista de la logística, porque hay que ir a donde está el mineral y eso
suele ser en lugares muy remotos.
“Entonces habrá que trabajar muy de cerca con el proyecto, conforme se vaya
desahogando, pero ahorita no tengo nada”, reiteró en aquél tiempo.
El uso de la Laguna Manuela
García de Quevedo fue contundente cuando se le preguntó si Grupo México utilizará
Laguna Manuela, ubicada a casi 80 kilómetros de El Arco y en el litoral Pacífico de
Ensenada, como parte del proyecto minero.
“No”, contestó. “Nunca consideramos esa posibilidad”.
La respuesta no deja tranquilos a los integrantes de grupos ambientalistas. La directora
del grupo ecológico Pro Esteros, Laura Martínez Ríos, destaca la importancia ecológica de
un humedal que da sustento a una biodiversidad que incluye diversas especies de flora y
fauna endémicas (nativas), y que es refugio a cientos de ballenas grises en temporada de
invierno.
Asimismo, Laguna Manuela alberga dos proyectos de producción de semilla de ostión y es
la sede principal de captura de diversas especies marinas de escama para al menos dos
grupos ejidales de la zona.
También se preguntó a García de Quevedo si el proyecto afectará el área protegida del
Valle de los Cirios: “No. Estamos fuera del Valle. Vamos a tener una operación minera
totalmente cerrada. No vamos a tener descargas de afluentes. Por eso lo que hacemos,
con toda responsabilidad y que lleva tiempo, es el estudio de manifestación ambiental”,
esa fue su respuesta.
El documento ecológico debía estar listo, según el ejecutivo empresarial, en los primeros
días del presente año y se presentaría a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat) en el primer semestre de 2011, cosa que no sucedió hasta la
primera quincena de julio del presente año.
Lo que sí ha hecho la empresa es comprar terrenos ejidales y comunales en la región,
diseñar la ingeniería básica del proyecto y construir y operar dos plantas de explotación
minera piloto, para demostrar que se puede beneficiar el mineral en condiciones
económica y ambientalmente seguras.
También se dedicó a localizar mantos acuíferos susceptibles de explotación, toda vez que
el agua y la energía son dos factores relevantes para la explotación de los minerales.

“Estamos haciendo los estudios para la energía eléctrica. Sin ella no se pueden llevar a
cabo estos proyectos porque, en el caso de nuestra mina, demandará instantáneamente
180 megawatts”.
Por esta razón, Grupo México busca generar energía eléctrica dentro de la unidad minera
o, en su defecto, traerla de otra región. En el segundo caso, la opción de la trasnacional es
el tendido de un cable submarino en el Mar de Cortés desde Guaymas, Sonora, en donde
se construye una planta generadora de energía eléctrica con capacidad de 450 megawatts.
De acuerdo con información de la Secretaría de Energía federal (Sener), el costo de esa
planta será de 150 millones de dólares y se hará a través de constructores privados
mediante un contrato que permitirá a Minera México ser la propietaria de la
infraestructura eléctrica después de 30 años.
Otra opción de la que García de Quevedo no habló es la construcción de una planta de
electricidad en las inmediaciones del poblado Villa Jesús María, distante apenas 50
minutos al norte de El Arco, poblado que se ubica en la parte central del Paralelo 28, en el
límite geográfico de Baja California y Baja California Sur.

La negociación
Al respecto Everardo García, presidente del Comisariado del Ejido Villa Jesús María, reveló
que el núcleo social está en pláticas con ejecutivos de Grupo México para la venta de
terrenos en aquella región del municipio de Ensenada.
“La empresa quiere 200 hectáreas, una parte a la orilla del mar y otra parte de uso común
en El Morro-Santo Domingo. No sabemos para qué quieren la tierra, pero han dicho que
quieren construir una planta de energía eléctrica, así como desalar agua para mandarla
por tubería a la zona de la mina”, reveló.
Para lograr una buena y justa negociación con Grupo México, los ejidatarios buscaron
asesoría externa. La delegación de la Procuraduría Agraria en Ensenada es una de ellas.
“Hemos tenido varias reuniones con la gente de la minera –contó García. El último precio
que ofrecieron era de tres dólares por metro cuadrado, es decir 30 mil dólares por
hectárea (6 millones de dólares por las 200 hectáreas), pero ahí quedó. Ya no nos hemos
vuelto a reunir con ellos desde junio del año pasado”.
Agregó: “Inicialmente andaban muy raquíticos con su propuesta. Querían pagarnos a 900
dólares la hectárea, luego subieron a mil dólares, luego 2 mil. Después cambiaron de
estrategia y dijeron que querían nada más 50 hectáreas y nos pagaban 30 mil dólares por
hectárea –un millón y medio de dólares–, cosa que no aceptamos porque es mucha la
diferencia de tierra la que ahora desean. Ahí nos quedamos”.

El agua, otro riesgo


El tema del agua también generó conflictos entre la empresa y los habitantes de la región
en donde se pretende instalar la mina.
El licenciado Xavier García informó: “Localizamos mantos freáticos muy cerca del
yacimiento. Baja California tiene corrientes, tiene ríos subterráneos. De esos mantos
extraeremos 40% de las necesidades del proyecto”.
¿Cuál será la demanda de agua de la mina una vez que ésta haya estabilizado sus procesos
productivos?
De acuerdo con el directivo empresarial, más de 800 litros por segundo, cantidad que es
mayor a la que hoy consume la ciudad de Ensenada: 780 litros por segundo, de acuerdo
con cifras a octubre del año pasado de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de
Ensenada (CESPE); y 725 litros por segundo, según el Programa Integral del Agua de
Ensenada 2008.
“Será agua que en su mayor parte va a estar recirculando”, explicó el empresario,
directivo del Grupo México desde abril de 2002, vicepresidente de Grupo Condumex
durante ocho años y ex presidente de la Cámara Minera de México.
“Estimamos que la pérdida de agua sólo será por evaporización, aunque en esta zona, que
es tan desértica, el coeficiente de evaporización es muy alto”, agregó.
El resto del agua que la mina consumirá se obtendrá de plantas desalinizadoras, obras que
Grupo México ya proyectó pero cuya existencia oculta a los habitantes de la región, por lo
que en Baja California Sur existe una abierta campaña de rechazo a la operación de la
mina.
El 19 de octubre de 2010, por unanimidad de votos, el Congreso de aquella entidad
peninsular aprobó una iniciativa de acuerdo económico presentada por Felipe Prado
Bautista, diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en donde el Poder
Legislativo se pronunció en contra del proyecto minero.
Esto porque la empresa Minera México, subsidiaria del Grupo México, “pone en riesgo de
envenenamiento y sobreexplotación al manto acuífero de El Vizcaíno”.
Los diputados sudcalifornianos también acordaron exigir a la Comisión Nacional del Agua
(Conagua), a la Reserva de la Biosfera de El Vizcaíno, a la Reserva del Valle de los Cirios, a
la Secretaría federal del Medio Ambiente (Semarnat) y a la Procuraduría Federal de
Protección del Ambiente (Profepa), que rechacen el proyecto minero.
Esto porque la mina afectará la calidad y cantidad de los mantos acuíferos ubicados en las
cuencas de la región fronteriza peninsular, mismos que abastecen de agua al valle de
Vizcaíno, al poblado Guerrero Negro y a la región Pacífico Norte (en Baja California Sur), y
a los ejidos Jesús María y José María Morelos y Pavón, del municipio de Ensenada, Baja
California.
La pugna llegó al extremo de que el senador por Baja California Sur, Francisco Obregón
Espinoza, denunció que el director general de la Conagua, José Luis Luege Tamargo, dio
permisos a Grupo México para perforar nuevos pozos en el acuífero El Vizcaíno pese a que
éste se encuentra en veda por sobreexplotación.
Esta versión la rechazó el gerente de la Conagua en La Paz, Baja California Sur, Celso
Castro Sánchez, quien reviró informando que por instrucciones de Luege la dependencia
está cancelando pozos irregulares y no autoriza nuevas concesiones en Vizcaíno.
Sin embargo trascendió que en una junta que sostuvieron los integrantes del Consejo del
Valle de los Cirios, en donde están representados todos los ejidos de la zona, así como las
autoridades en los tres niveles de gobierno y las grandes empresas que operan en la
región (la Exportadora de Sal Guerrero Negro y el Grupo México), los representes de la
mina informaron que el proyecto necesita 720 litros por segundo de agua para ser viable.
Además, en su informe de avance del proyecto la minera notificó que tiene el permiso de
la Conagua para abrir y operar ocho pozos de exploración con una capacidad de hasta 320
litros por segundo de agua, lo cual alarmó a todos los campesinos del sur de Baja
California y Norte de Baja California Sur, pues esa extracción pone en riesgo sus proyectos
agrícolas.
El ejidatario Everardo García manifestó que los habitantes de Villa Jesús María están
mayoritariamente de acuerdo con la operación de la mina, “pero quisiéramos que si ellos
se animan (a instalarse en la región), primero debemos resolver el problema del agua”.
Y es que los residentes del poblado ensenadense, de aproximadamente 450 habitantes,
tienen agua pero esta es escasa y de baja calidad para uso humano y agrícola.
“Para uso doméstico –dijo– el agua es buena, pero tiene mal olor (es azufrosa). Los
gobiernos municipal y del estado nos acaban de equipar de todo a todo en ese sentido:
electrificación y rehabilitación de los pozos, y hasta construyeron una pileta para quitarle
el olor al agua, pero lo que vemos ahora es que la minera tiene una aprobación para
sondeo de 75 pozos. Oiga, ¡nos van a partir la torre en la cuestión agrícola!”.
Evidentemente indignado, agregó: “Si hacen los sondeos no van a encontrar agua, estoy
seguro, pero van sellando los pozos y al rato vamos a tener el chorro de agua y la cuenca
afectada. ¿Y nosotros qué? ¡Esta es nuestra cuenca! Baja de la Sierra San Luis, por el
arroyo El León. De ella sale el agua hacia El Vizcaíno y El Arco. Imagínese, quieren 750
litros de agua por segundo. ¡A dónde nos van a llevar!”
Comentó también: “No sabemos para qué quieren tanta agua, pero escuchamos que la
explotación que harán del mineral es a cielo abierto. Van a agarrar la tierra y a escarbar
para abajo destruyendo todo. Por eso nos preguntamos ¡por qué nosotros no podemos
tener el agua y ellos sí! Antes que cualquier cosa debemos ponernos de acuerdo con eso
del agua y ser justos”.
Surgirá una nueva ciudad

Por otra parte, para los residentes de Villa Jesús María, población localizada a 650
kilómetros al sur de la ciudad de Ensenada, la instalación del Grupo México en El Arco
representa la oportunidad de ver crecer su poblado, en unos cuantos años, en al menos
700% para convertirse en una ciudad de hasta 30 mil habitantes.
Este desmedido crecimiento le permitiría convertirse en la población más grande de toda
la porción media de la Península de Baja California, incluida Guerrero Negro, que
actualmente tiene una población estimada en 15 mil personas.
El licenciado Xavier García de Quevedo confirmó que el proyecto generará una importante
ciudad en la zona.
“Sin duda se necesita hacer un centro poblacional que este cerca de la mina, pero también
cerca a otros centros poblacionales existentes. En este caso estamos pensando en la
comunidad de Villa Jesús María, que está al norte de Guerrero Negro y que estaría a
menos de una hora de la mina”.
–¿Que tan grande deberá ser esa ciudad y cuántos años tendrá de vida?
–Será por muchos años. Los recursos de esta mina así lo aseguran. Tenemos mina para
más de 40 años –la Secretaría de Desarrollo Económico de Baja California afirma que su
vida útil es de apenas 25 años–; por ello se tiene que planear el centro poblacional con
todas las instalaciones urbanas que se requieren”.
–¿Para cuántas personas se requiere esa localidad?
–Nosotros creemos que la mina generará alrededor de 10 mil empleos entre directos e
indirectos. Por eso pensamos que deberá ser un centro poblacional del orden de unos 15
mil habitantes, en una primera etapa.
–Y en el mayor auge de la mina, ¿cuántas personas podrán vivir en esa ciudad?
–Podemos citar el caso de Nacozari (Sonora), que es un poblado minero impulsado por
uno de nuestros proyectos y que se ha desarrollado con más de 30 mil habitantes. Por eso
creemos que Villa Jesús María puede ser una ciudad muy importante para esa zona de
Baja California.
Mientras eso sucede, la realidad de Villa Jesús María y el poblado vecino José María
Morelos y Pavón, en donde habitan otros 300 ensenadenses, es conmovedora.
La única vía de comunicación asfaltada que tienen es la carretera transpeninsular, que
cruza los pueblos de norte a sur. No tienen sistema de drenaje, no hay banquetas y la
electricidad se introdujo en los poblados hace siete años.
La pesca es vital para los ejidatarios y avecinados de Villa Jesús María, y recientemente la
agricultura de hortalizas –tomate– da otra buena opción de ingreso a los habitantes del
poblado José María Morelos.
Sin embargo es la gasolinera de Villa Jesús María, que operan directamente los ejidatarios,
la mejor fuente de ingresos en la zona, pero esto con grandes riesgos de ser asaltada por
los delincuentes que operan impunemente en Guerrero Negro, ciudad distante 20
kilómetros al sur del poblado ensenadense.
Everardo García contó: “El ejido (Jesús María) fue dotado en 1971. Obtuvimos la tierra por
dotación presidencial. Son 11 mil 200 hectáreas para 95 ejidatarios. La tierra se nos dio
físicamente en 1973, cuando el gobernador era Milton Castellanos y el presidente Luis
Echeverría Álvarez”.
La primera actividad que realizaron fue la pesca de langosta, abulón, caguama y pescado
de escama, pero en 1994 los ejidatarios tuvieron problemas internos y se dividieron.
Contó: “Cancelamos nuestra cooperativa pesquera, que era ejidal –Sociedad de
Producción Rural Villa Jesús María–, y se transformó en la sociedad Siempre Viva. Ahora
trabajamos con permisionarios, pero ya pedimos a las autoridades federales que nos
reintegren los permisos de pesca para 14 embarcaciones que nos fueron cancelados en
1998. Hasta hoy no nos dan una respuesta”.
Los ejidatarios sufren el “pirateo” (pesca ilegal) de langosta y abulón. Los “piratas” operan
impunemente en aguas bajacalifornianas y llegan incluso a la Isla de Cedros. Su sede de
operaciones, afirman los afectados, es Guerrero Negro.
Aún con estos problemas comunes los residentes de ambos poblados marginales,
separados por menos un medio kilómetro de carretera, expresan ideas diferentes
respecto a la posibilidad de fusionarse en una nueva ciudad minera.
Así, en José María Morelos la oposición al proyecto es evidente, o se acepta siempre y
cuando se trate de un plan sustentable; pero en Villa Jesús María mucha gente dice: “Esta
bien, ¿por qué no?”.
Everardo García confirmó que Grupo México tiene interés en Villa Jesús María porque ahí
está la oficina de la delegación municipal, hay una clínica médica, las oficinas de la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), la gasolinera y escuelas: desde un
kinder hasta un Centro de Estudios Tecnológicos, que recibe alumnos de Guerrero Negro.
“Tenemos terrenos donde no tumbarían ningún árbol. Son 25 hectáreas, pero si quieren
50 se las damos, aunque primero tendríamos que regularizarlas”, comentó el ejidatario.
Conscientes de que el arribo de miles de personas a las dos comunidades cambiará el
estilo de vida de sus habitantes, los residentes de Villa Jesús María aceptan que no
pueden frenar el desarrollo de la región y creen que aliándose con la empresa minera
podrán encontrar un mejor trabajo, bien pagado y seguro.
“Es una detonación económica de la noche a la mañana, aunque ellos crearían sus propias
tiendas porque así trabajan. Abrir un nuevo pozo también nos acarrearía un provecho a
nosotros. Si con su dinero pueden explorar más lejos y arrimar el agua al poblado, nos
beneficiaríamos también nosotros”, apuntó García.
Otra visión del proyecto es la que tienen los vecinos de Morelos y Pavón.
Eugenio Cota, suplente del presidente del comisariado del ejido –72 campesinos dotados
a finales de la década de los 60 del siglo pasado con poco más de mil hectáreas–, reveló
que ellos no han recibido ninguna oferta de la empresa porque no cuentan con zona
costera, salvo una pequeña zona comunal.
“Nosotros observamos el proceso de desarrollo urbano de la región como descontrolado y
anárquico. El gobierno (de Baja California) y la empresa se aprovechan de que nuestras
comunidades son apáticas a reunirse, están mal organizadas y no tienen información del
proyecto”, añadió.
Resaltó que el Plan de Manejo Integral del Área de Protección de Flora y Fauna Valle de
los Cirios, que dará orden y control a la región, ya está firmado por todos los interesados,
pero el Senado de la República lo detuvo porque los intereses de la compañía minera se
anteponen a los de la población.
“El Plan de Desarrollo (del Estado) –afirmó– simplemente no se respeta. Los políticos
permiten que se realicen actividades económicas que no están aprobadas ni en el
ordenamiento estatal ni en el Plan de Manejo Integral del Valle de Los Cirios”.
Los residentes de Morelos y Pavón también tienen alternativas de trabajo que chocan
frontalmente con el proyecto minero. Por ejemplo, el grupo productor Calmallí desarrolla
una zona de siembra, de 10 hectáreas de extensión, para la producción de alfalfa especial
para el berrendo peninsular de Vizcaíno, especie en peligro de extinción.
Para tal fin, el grupo ejidal tiene un contrato de producción con la Comisión Nacional de
Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y los campesinos dicen que la zona de siembra
puede crecer tres o cuatro veces más en terrenos que pertenecen a otro grupo social de
producción, pero la instalación de la mina frenó el proyecto.
“Este año también queremos sembrar una hectárea de uva en Santa Gertrudis para
comenzar a desarrollar lo que nosotros llamamos ‘La Cuna del Vino’, porque en ese sitio
histórico tenemos una parra de 250 años de existencia. Pertenece a los primeros cultivos
de vid que se hicieron en la península y no sabemos qué sucederá con esto si la empresa
se instala tal y como lo tiene planeado”, expresaron los ejidatarios.
La preocupación de estos hombres y mujeres crece cuando recientemente fueron
informados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que de concretarse la venta de
terrenos costeros en Laguna Manuela para la minera, se pondrá en marcha el proyecto
Guerrero Negro IV, el cual consiste en la construcción de una planta generadora de
energía eléctrica, que estará acompañada de una planta desaladora de agua de mar, justo
lo que necesita Grupo México para arrancar formalmente la explotación minera en El
Arco.
“No estamos en contra del desarrollo siempre y cuando éste sea sustentable y
consensado. Lo cierto es que a nosotros, que vivimos en la zona que impactará el
desarrollo urbano de Villa Jesús María y la mina, no nos han tomado en cuenta para
nada”, manifestó Cota.

Oposición “oficial”
Pero existen otros opositores al proyecto. En Guerrero Negro no todo el personal de la
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y del Área de Protección de
Flora y Fauna Valle de los Cirios, está de acuerdo con la instalación de la mina.
Entrevistados con la promesa de no revelar sus nombres, cuatro de ellos manifestaron
que están en contra de la instalación de la minera simple y sencillamente porque va en
contra del entorno ambiental decretado previamente para la zona por el gobierno federal.
“Aquí trabajamos en las comunidades –explicaron– con la intención de cuidar y proteger
el medio ambiente. Fundamentalmente impulsamos el Procodes (Programa para las
Comunidades de Desarrollo Sustentable). No es un programa social, sino estrategias
dirigidas hacia la conservación con y para las comunidades”.
Este programa lo pide la gente que reside en Los Cirios, que abarca una extensión de dos
millones 521 mil 776 hectáreas. Se trata de actividades de capacitación o estudios de
factibilidad relacionados con la conservación y la protección del medio ambiente.
Los principales proyectos solicitados tienen que ver con la pesca y el turismo, así como
con la instalación y operación de talleres de artesanía con conchas y huertos comunitarios
para autoconsumo y venta.
También se están haciendo estudios para evaluar la población del borrego cimarrón y
beneficiar directamente a las comunidades con su cacería, pero se trata de un proyecto de
aprovechamiento sustentable a largo plazo.
En la zona del valle de los Cirios –informaron los entrevistados–, hay una población de dos
mil 500 personas. Las comunidades más grandes son Bahía de los Ángeles, Villa Jesús
María, Cataviña, Punta Prieta, Santa Rosaliíta, los ejidos Morelos y El Costeño, además de
diversas rancherías.
Al igual que los habitantes de la región, los consultados en la Comisión Nacional de Áreas
Naturales Protegidas (Conanp) y del Área de Protección de Flora y Fauna Valle de los
Cirios, consideraron que es urgente tener y poner en práctica el Plan de Manejo Integral
de la zona protegida, que ya fue aprobado por todos los residentes del valle.
Asimismo consideraron que el desarrollo de la minería será de gran impacto en toda la
región ya que el sitio de explotación “es enorme”, a cielo abierto y en un área que sin
duda impactará negativamente a la flora y fauna del valle.
“Hasta el momento nosotros no hemos hecho nada en conjunto con la compañía minera.
Nos dan información, nosotros damos nuestras opiniones, que por cierto casi siempre son
negativas al proyecto porque sabemos que no le conviene a la región por más que ellos
(los empresarios mineros) vengan con su dinero y quieran desarrollar un nuevo poblado y
ayudar a la gente”, indicaron los consultados, que solicitaron el anonimato por temor a
sufrir represalias laborales.
Agregaron que el problema del proyecto es que los estudios de impacto ambiental los
hace directamente la empresa, o terceros especializados sin interés en la mina.
“Y no te puedes fiar en una empresa que tiene un gran historial de irregularidades.
Imagínese. De momento sus directivos están regalando gorras, hacen talleres de
educación ambiental, regalan cosas a la gente, como mini calendarios que no sabemos
cómo los contrataron con la comisión (Conanp) en la Ciudad de México”, apuntaron.
Manifestaron por último que ellos están comprometidos con la conservación y el
desarrollo realmente sustentable, “pero estamos frente a intereses mucho muy grandes.
La mina está por encima de cualquier ley”.

Los riesgos de contaminación

Esta visión negativa del proyecto minero la externan por igual organizaciones nacionales e
internacionales de protección al medio ambiente, quienes afirman, con estudios
científicos en la mano, que la operación de un mineral a cielo abierto es altamente
destructiva de la naturaleza y el entorno humano.
Ambientalistas de Baja California consultados manifestaron que en la pasada década, la
estadunidense National Wildlife Federation, en un estudio del daño ecológico que
provocan las compañías mineras que extraen oro por lixiviación con cianuro, determinó
que:
A la vez que se extraen millones de toneladas de mineral de minas a cielo abierto y se les
trata con millones de galones de solución de cianuro, las operaciones que utilizan la
extracción por lixiviación con cianuro trastornan los hábitats de la vida silvestre y las
cuencas hidrográficas, generando una multitud de riesgos para la salud y el ambiente.
Estos impactos pueden manifestarse durante varias fases de la operación. Por ejemplo,
“se ha registrado frecuentemente la muerte de animales silvestres, en especial aves,
atraídos por el señuelo de los espejos de agua de los estanques de cianuro”.
Al respecto, cabe señalar que a menos de 35 kilómetros del yacimiento minero, en las
lagunas Ojo de Libre y Manuela, decenas de miles de aves migratorias hacen de ambos
humedales sus estaciones de destino y descanso en los viajes migratorios que hacen al sur
y norte del continente.
El documento destaca que la extensión generalizada de la mortalidad de animales
silvestres en las instalaciones que utilizan el proceso de lixiviación con cianuro, preocupó
al Servicio de Vida Silvestre y Pesquerías de Estados Unidos.
Destaca asimismo que después de la lixiviación, el cúmulo de mineral ya procesado
todavía contiene vestigios de la altamente tóxica solución de cianuro, así como de metales
pesados concentrados que han sido precipitados del mineral.
Y alerta que si no se enjuaga totalmente el mineral usado y la roca de desecho, o si se le
deja sin tratar, el cianuro puede seguir filtrándose al medio ambiente.
Al respecto, la oficina de la vida salvaje estadunidense comenta: “Tanto el cianuro como
los metales pesados liberados por él (arsénico, antimonio, cadmio, cromo, plomo, níquel,
selenio y talio, entre otros), y otras sustancias tóxicas que se encuentran en el cúmulo y
los lixiviados (por ejemplo sulfuros), son una amenaza para las quebradas, ríos o lagos,
para las fuentes subterráneas de agua y para los peces, la vida silvestre y las plantas”.
Por ello, concluye, los problemas a largo plazo derivados de la lixiviación de metales
pesados de los cúmulos de desechos de las operaciones que utilizan la extracción por
lixiviación con cianuro, probablemente exceden el impacto directo del cianuro en sí.
El doctor en Historia, Juan Carlos Ruiz Guadalajara, integrante del Frente Amplio Opositor
de San Luis Potosí, que el año pasado logró el virtual retiro del país de una compañía
minera canadiense –representada en México por el consorcio Minera San Xavier–, que
explotaba oro (entre otros minerales) en el emblemático cerro de San Pedro, manifestó:
“El problema en México, que lo es también en los Estados Unidos y Canadá, es que las
actuales regulaciones federales y estatales no abordan de manera adecuada los impactos
de la minería que utiliza la extracción por lixiviación con cianuro”.
Y remató: “A pesar del gran aumento en el número de actividades mineras de extracción
de oro y de los impactos conocidos de estas actividades, los organismos reguladores a
nivel federal y estatal no se han apresurado a abordar estos problemas”.
Pero la mina, va…
En la entrevista con el presidente de la unidad minera mexicana de Grupo México, se le
preguntó cómo se desarrollarán las relaciones sindicales en El Arco.
“La oferta que vamos a hacer –explicó García de Quevedo–, es obviamente para las
comunidades de Baja California. Creo que mucha gente se va a querer emplear y nosotros
como grupo tenemos la experiencia de haber abierto grandes minas en donde antes no
había nada; entonces, le vamos a dar empleo a los habitantes de Baja California, pero si
faltara mano de obra, le vamos a dar empleo a otros mexicanos que se quieran venir a
colaborar con nuestro proyecto”.
–¿No tendrán que contratar gente del sindicato minero de Napoleón Gómez Urrutia, con el
que tuvieron problemas en otros estados de la República?
–Nosotros ya no trabajamos más con el sindicato minero, excepto lo que tenemos de dos
pequeñas minas porque inclusive, en Cananea, la Suprema Corte de la Nación determinó
la terminación de las relaciones laborales.
Actualmente hay incertidumbre si va a haber suficiente oferta para satisfacer la demanda,
pero es importantísimo ver cómo los millones de pobladores chinos están comprando en
la economía formal. Ellos van a necesitar de infraestructura, de casas, de automóviles, de
servicios, y todo esto lleva cobre.
Justo el mineral que el consorcio de Germán Larrea Mota pretende extraer del subsuelo
bajacaliforniano.
Comentarios en "GRUPO MÉXICO: OTRA MINA EN POLÉMICA"

Jesús guerrero 14/08/2011 a las 9:39 pm · Responder

La posición geográfica de México en el planeta tierra es privilegiada en comparación con


otros países.

Ubicado en el Trópico de Cáncer (23° 26´ 22´´), abarcando de los 32° Norte (Baja California
Norte) a los 14° Norte (Chiapas).

En México se conjuntan la fauna y flora de dos continentes que estuvieron mucho tiempo
aislados (Norteamérica y Sudamérica).

Dos regiones bio geográficas en donde se mezclan faunas y floras con diferentes historias.
Confluyendo la zona neártica y la neo tropical, con los océanos Pacifico y Atlántico. Por tal
situación geográfica en México, es el inicio y final de las grandes migraciones Terrestres,
Acuáticas y Aéreas. Las cuales como nuestros ancestros debemos de respetar, cuidando
estos lugares que son muy importantes para el planeta.

El valle de México se encuentra rodeado de 66 montañas, a una altura desde los 2240
msnm hasta los 2400 msnm, sin tener una salida de agua natural hacia a el mar, 48 ríos
que se forman en estas montañas junto con la flora que se desarrolla en la corteza de las
montañas formaron varios humedales, dándole hábitat a un sin número de especies de
flora y fauna las cuales hasta el día de hoy están en peligro de extinción (especies de peces
y aves dulceacuícolas, batracios, vertebrados, mamíferos, insectos etc).

En la actualidad la explotación de los recursos hídricos por parte de sus habitantes, en esta
zona metropolitana al igual que cualquiera de las que existen en la Republica Mexicana
son ya un problema que está generando conflictos ambientales-económicos-sociales muy
fuertes entre la población del valle de México y del País, haciendo que la ZMVM, al igual
que cualquier otra ciudad colapsen y se pierda el patrimonio de los ciudadanos que
habitan estos lugares.

El sistema para sacar y traer en la actualidad agua dulce a la ZMVM es pésimo ya que lo
más lógico es explotar estos humedales sustentablemente. Las aguas de la CUENCA se
deben de tratar en la propia CUENCA .Y DEJAR DE GASTAR DINERO A LO BRUTO EN pagar
por TRAER AGUA LIMPIA Y pagar por SACAR AGUA SUCIA.

Recuperemos nuestras MONTAÑAS, BOSQUES, RÍOS Y HUMEDALES, DESIERTOS, etc.


Dándole AMOR y RESPETO a la NATURALEZA que nuestros antepasados le profesaban YA
QUE SABÍAN QUE LOS QUE VIVIMOS EN ESTE PLANETA TIERRA VIAJAMOS SOLOS EN ESTA
GALAXIA.

MÉXICO ES UN ESTADO FALLIDO POR CUESTIONES SOCIALES, EN DONDE LA IGNORANCIA


ES LA CAUSA DE TODOS NUESTROS MALES.

MAR 06/10/2011 a las 5:22 pm · Responder


ESTOY DE ACUERDO CONTIGO JESÚS, ¿PORQUE DEBEMOS ENFRENTARNOS A UN RIESGO
LATENTE CON LAS PRESAS DE JALES Y ADEMÁS SOPORTAR QUE DEVASTEN NUESTRO
ECOSISTEMA SOLO PARA QUE UNOS CUANTOS ENFERMOS DE AMBICIÓN SE SACIEN????

Ramón 01/11/2011 a las 1:25 pm · Responder

Todo tiene dos puntos de vista

estoy de acuerdo en la protección del medio ambiente, al igual estoy de acuerdo en


nuevos proyectos ya que traen miles de empleos y beneficios no solo para los dueños si no
para el país, además para el conocimiento del publico las concesiones mineras solo se
pueden dar si cumplen con ciertos requisitos y uno de estos es que no sea un área
ecológica protegida, además las empresas mineras grandes son las que mas supervisadas
están con respecto al medio ambiente es cierto que podría ser un peligro latente, pero al
igual con un buen trabajo puede ser como cualquier otra una simple presa de jal bien
controlada, no se les olvide que todos dependemos directa o indirectamente de la minería
tanto en empleo como en los utensilios, opino que en vez de ponernos en contra de ellos
hay que estar en favor para poderlos vigilar de cerca y estar seguros que las cosas se
hagan bien y de manera adecuada

Ricardo 13/03/2012 a las 4:14 pm · Responder

Sería conveniente que hicieran estos maravillosos desarrollos en los países que aportan el
capital: Estados Unidos, Canadá y otros que siempre han hecho inversiones depredatorias
en los países pobres del tercer mundo en donde la codicia y la corrupción es rampante. La
Minería tóxica de cielo, abierto no es más que un genocidio y un Ecocidio que de llevarse a
cabo en esta zona de El Arco acabara y envenenara a todo el entorno, entre ellos el Golfo
de California. Estos depredadores envenenan cielo mar y tierra y sobre todo la escasa agua
que aun nos queda. ¡No a la minería tóxica¡, que se vayan con sus espejitos a sus países.

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