fabricantes ofrecen la posibilidad de deshabilitar o desactivar las aplicaciones preinstaladas, para así liberar algo de espacio de almacenamiento del móvil. Si bien esta puede ser una solución para librarse del bloatware, hay que tener en cuenta que la desactivación de las apps consiste en eliminar la instalación de la propia aplicación, manteniendo el paquete instalador de modo que, en un futuro, se pueda recuperar.
La manera más drástica y efectiva de deshacerse del bloatware es, por
tanto, desinstalar aquellas aplicaciones preinstaladas en el sistema por el fabricante. La forma más sencilla de hacerlo es, lógicamente, desinstalando la app como de costumbre a través de los ajustes del sistema. Sin embargo, no siempre es posible, y es en esa situación cuando hay que recurrir a una solución más eficaz a través de procedimientos algo más avanzados: