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NO PODÍAMOS
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MÁS QUE CONFIAR,


SABIENDO QUE NO
PASARÍA NADA QUE
DIOS NO FUESE
CAPAZ DE SOSTENER
Y ALIVIAR
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Entrevista a la Hna. Belén, priora de las


Parece que lo peor ha pasado y esa sensación de "derrum-
bamiento" a la que le sometió el virus ya le ha abandonado.
La hermana Belén, es una de las hermanas más jóvenes de
la comunidad de las Carmelitas descalzas de Málaga, que a
principios de marzo tuvieron dentro de su clausura la visita
inesperada del coronavirus. Sin distinción de edades ni de
cargos "hemos compartido el virus en comunidad", afirma
la priora del Monasterio malageño de San José. La hermana
Belén comparte con "Teresa de Jesús" la experiencia vital y
religiosa de enfrentarse al Covid-19 en comunidad .
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Hna. Belén ¿Cómo ha sido la
podido! Fue como una señal de que ha-
experiencia de pasar por esta bíamos superado la enfermedad .
enfermedad? ¿Cómo lo has No nos pudi-
vivido a nivel personal? Gran parte de la Comunidad mos ni decir
"compartió" el virus.
Lo que ha marcado nuestra experiencia adiós. Me
de pasar por el Covid-19 es que ha sido Somos diez hermanas y la mayoría ya no hicieron pasar
una experiencia comunitaria. Hemos sido tiene que renovar el DNI. Eso quiere decir
varias las hermanas que nos hemos con-
a una habita-
que nuestra situación es de bastante limi -
tagiado prácticamente a la vez. Es verdad tación. Necesitamos ayuda de personas ción contigua
que eso nos ha ocurrido anteriormente de fuera para realizar tareas de limpieza, para pedirme
con alguna gripe fuerte, que ha sido "de jardinería, mantenimiento. Cuando se un número
comunidad". Pero en esta ocasión tanto decretó el estado de alarma comenza-
la alarma social, como las continuas con- mos a tomar las medidas de prevención de teléfono a
tradicciones en la información, han hecho que parecían necesarias, como el lavado través del que
que nos encontráramos ante una realidad continuo de manos y el uso de la lejía informar de la
nueva, nunca vivida. Algo que más parecía para casi todo. Hacía unos días que dos
una película de ciencia ficción. de las hermanas mayores habían pedido
evolución de
recibir la Unción de enfermos y como los la hermana.
Lo más señalado de la enfermedad en capellanes iban a dejar de venir nos pa-
mi caso ha sido el derrumbamiento fí- reció que el último día celebráramos la María estuvo
sico. Mucho más que un cansancio por Unción. Fue un momento muy emotivo,
grande que fuera . Yo no he ido al hospital,
en aquella sala
habíamos dicho que las que quisieran se
el médico me ha atendido a mí y a otras acercaran a recibirla y, sin ponernos de de espera des-
hermanas por teléfono, nos recetó para- acuerdo, una tras otra, todas nos fuimos de las once
cetamol y un antibiótico y nos pidió que acercando : "Por esta santa Unción y por dela mañana
controlásemos la fiebre y la saturación de su bondadosa misericordia, te ayude el
oxígeno. La hemos pasado de pie, aten - Señor con la gracia del Espíritu Santo". hasta las tres
diendo a las mayores y manteniendo lo dela madru-
esencial de nuestro día a día. El día 27 de Marzo la Hna . María se puso gada, con
muy mal. Llevaba días sin encontrarse
Lo difícil no ha sido pasar cada una la en- bien, pero como tenía un padecimiento fiebre alta, sin
fermedad, sino saber que las demás es- de estómago y estaba tomando un tra- comer, viendo
taban tan mal o peor que tú. No saber si tamiento muy fuerte el médico nos dijo entrar y salir
el contagio iba a llegar a alguna hermana que parecía una reacción a los medica-
especialmente vulnerable, y si las enfer- mentos. Al amanecer de ese día la fiebre
enfermos ya
mas y mayores estaban bien cuidadas. era muy alta y respiraba con mucha difi- los médicos
cultad. Llamamos a Urgencias y después y enfermeros
¿Cómo te encuentras ahora? de reconocerla dijeron que había que
correr de un
llevarla al hospital para hacerle pruebas.
Ya estoy bien, curada y de nuevo con Cuando vimos entrar al médico y a los lado para
fuerzas . Yo empecé con fiebre el 29 de enfermeros con aquellos trajes que pare- otro sin poder
Marzo y no me he encontrado del todo cían buzos, las pantallas, nos quedamos dedicar más
bien hasta hace poco. Nuestro conven- impresionadas, era muy diferente a verlo
to está construido alrededor de un patio en las noticias. Vino la ambulancia a por tiempo que el
grande, con cuatro trozos de jardín. Yo María y me dejaron acompañarla. Como imprescindible
lo veía cada vez más descuidado. Pero pensábamos que después de las pruebas acada uno.
no podía, no tenía capacidad de coger la le pondrían un tratamiento y volvería a
azada, remover la tierra, quitar las hier- casa se fue con lo puesto. Gracias a Dios
Le dijeron que
bas y cortar lo seco. Hace dos semanas en el último momento le metí en el bol- había dado
le pregunté a otra hermana si se animaba sillo de la rebeca un móvil y el cargador. positivo y
a ayudarme y entre las do~ ~rreglam~s Yo llegué hasta la puerta de Urgencias. Se
que se tenía
el patio. Nos dimos un pallzon, y al d1a abrió y empujaron a María dentro a la vez
siguiente aparecieron las agu~etas, pero que se cerraba la puerta . No nos pudimos que quedar
al terminar nos dijimos: ¡por fin! ¡hemos ni decir adiós. ingresada.

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¿ Cómo se ha vivido en una
comunidad de clausura la
enfermedad y el aislamiento?

La enfermedad la hemos vivido como todo


el mundo, con incertidumbre, con la sen-
sación de que todos, incluso los médicos,
estábamos conociendo a este virus en di-
recto, sin saber muy bien qué iba a pasar.

Somos una comunidad que vive en clau-


sura, que ha creado un espacio propicio
para su estilo de vida contemplativa.
Pero clausura no es aislamiento, procu-
ramos estar cerca de cada persona que
se cruza en nuestro camino. Muchas
veces lo vivimos como un movimien-
to desde nuestro Carmelo hacia fuera.
Curiosamente en este tiempo ha sido al
contrario. La atención, la cercanía y la
ayuda ha venido de fuera hacia nosotras.
Ya desde antes de contagiarnos algu-
nas personas amigas vinieron a traernos
alimentos, nos llamaban interesándose
por nosotras y ofreciéndonos su ayuda.
Ese interés se desbordó cuando se fue
Preferimos sabiendo que el virus había entrado. Se
que ellas no tradujo en todo tipo de ayuda y de ofre-
Al día siguiente fue Mª Rosa, de 93 años, cimiento por parte también de muchas
la que amaneció con fiebre, sin fuer- se pusieran personas que no conocíamos de nada.
zas. Vinieron otra vez los de Urgencias mascarillas, Lo que más nos conmovió fue que un
y, después de reconocerla, me dijeron las demás matrimonio amigo al saber que Mª Rosa
que estaba infectada, pero que al ser tan y las que la cuidamos estábamos conta-
mayor y necesitar ayuda, en el hospital
cuidábamos giadas buscaron una persona que viniera
no la podían cuidar. En las circunstancias de guardar a atenderla. No era fácil que alguien se
en que estábamos con nosotras esta ría la distancia prestara a realizar ese trabajo, porque
mucho mejor atendida. suponía entrar en una casa en cuaren-
y el resto
tena para atender directamente a una
Al día siguiente fui yo la que amanecí con de medidas enferma del covid. Pero encontraron a la
fiebre, después Mª Jesús, a los pocos teniendo mejor persona, cuidó de la hermana con
días Elizabeth. Y Teresa nunca sabremos especial todo cariño, con acierto y competencia.
desde cuándo, pero también estuvo mal. Estuvo viniendo durante tres semanas,
cuidado con hasta que lo peor había pasado y ya po-
Tuvimos que vivir una cuarentena hacia ellas. díamos seguir nosotras solas.
fuera y hacia dentro, porque no todas
estaban contagiadas. Aunque se las ve La hermana Maria tuvo que estar
frágiles, las hermanas ancianas son las en el hospital Supongo que seria di-
más resistentes. Ellas no entendían muy ficil no poder tener contacto con ella
bien lo que estaba pasando, sabían lo del
virus, pero no comprendían del todo las El no poder acompañar ni ser acompa-
normas de distancia y de aislamiento que ñado durante una enfermedad descono-
a partir de ingresar a María en el hospital cida y con tan mal pronóstico, me pare-
tuvimos que seguir. A pesar de eso fue- ce una de las causas de más sufrimiento
ron cuidadosas y no visitaban a la hna. Mª durante la pandemia . No sólo por lo que
Rosa que estaba en su celda con el virus. supone de falta de información, sino por
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Somos relación, no podemos prescindir
la necesidad que todos experimentamos
de esa dimensión como personas. Una
de apretar una mano amiga, de inter-
comunidad de monjas carmelitas nace de
cambiar una mirada que nos tranquilice.
la relación con el Amigo y necesariamen-
Si algo sabíamos era que María estaba
te teje relaciones de amistad entre las
grave y que la muerte era una posibili-
hermanas y con todos los que de alguna
dad. Ella también lo sabía y creo que en
manera se asoman a nuestras vidas.
esa soledad el Señor fue quien la sostu-
vo. Ella nos dice que apenas tenía fuer-
zas y cabeza para rezar, sólo podía decir El vivir en comunidad ha sido una ventaja
alguna jaculatoria y abandonarse confia- para afrontar este tiempo de dificultad.
da en Jesús, María y José. No hemos estado solas, nos hemos ayu-
dado unas a otras en todo momento. Y
El teléfono móvil que María llevó en su a la vez hemos sentido que formábamos
bolsillo hizo que pudiéramos salvar la parte de una comunidad más grande
distancia. Hablábamos dos o tres veces que es la Orden. A través de las herma-
al día. Aunque las conversaciones eran nas de nuestra Federación y de otras Fe-
cortas, sobre todo al principio, porque se deraciones; a través del padre Provincial,
fatigaba, podíamos saber directamente y de otros muchos hermanos, hemos
de ella. Creo que todo el que ha tenido experimentado aquello que pedimos al
un enfermo grave en una UVI sabe lo que comienzo de nuestra vida carmelita: la
se siente al subir las escaleras del Hos- compañía de los hermanos. Ha sido muy
pital para la visita, esa mezcla de deseo hermoso.
y de temor porque no sabes cómo va a
estar ni si sabrás decir la palabra oportu- Pero no solo ha sido la gente del escapu-
na que le ayude a levantar el ánimo y a lario, todos nuestros familiares y amigos
seguir esperando. No le dijimos a María y, como he dicho antes, muchas perso-
que las demás estábamos contagiadas, le nas que no conocemos han llamado para
contábamos sólo la cantidad de amigos saber cómo estábamos, con el deseo de
que llamaban para interesarse por ella, ayudar. Muchas veces querían saber qué
los enfermos que se estaban curando, síntomas habíamos tenido y al saber que
las limosnas que nos llegaban (ella es la ya estábamos bien se tranquilizaban, nos
ecónoma y esa noticia la tranquilizaría). decían que si nosotras habíamos salido
Creo que esas llamadas fueron parte del adelante otros también saldrían.
tratamiento que consiguió curarla . Los
médicos que la asistieron nos informa- A nivel espiritual ¿Qué ha supuesto
ban a diario de lunes a viernes. Por ellos esta situación?
supimos que su estado era muy grave y
que con el tratamiento inicial no mejora - Como he dicho, nuestra comunidad está
ba . Apostaron fuertemente por ella y se viviendo una experiencia de fragilidad y
lanzaron a ponerle un tratamiento expe-
rimental. Dio buen resultado y en pocos
días mejoró. La voz de alegría del médico
cuando me dijo que le daba el alta es uno
de los mejores recuerdos de esos días.
limitación, que conlleva no poca incer-
tidumbre ante el futuro. Estos días todo
parecía indicar que íbamos a vivir un de-
sastre. Así nos veían desde fuera y así lo
veíamos nosotras. No podíamos más que
Necesitamos
relaciones sa-
nas y sanado-
,
confiar, sabiendo que nada nos pasaría ras, sentirnos
Mucha gente que ha pasado por la que Dios no fuese capaz de sostener y
escuchadas y
enfermedad ha sentido la soledad aliviar. Y poner cada una eso poquito que
acompañadas
y la necesidad de relación con ws es en nosotras para ayudar a las demás,
demás. ¿ También en un convento para elevar nuestra oración en una inter- y, también;
cesión constante por toda la humanidad. aprender a
de clausura existe esa misma
sensación? ¿Descubrimos en estas Ha sido una profunda experiencia de co- escuchar y
situaciones la necesidad de sentirnos munión hacia dentro de la comunidad . acompañar.
escuchados, acompañados? Ver cómo cada una ha antepuesto a las
demás, nos hemos cuidado, escuchado,
m2s
¿Cómo sostener a una comunidad
en una situación tan grave de en-
fermedad? ¿Cómo lo habéis hecho?

Nos ha sostenido en primer lugar la ora-


ción en común. Sobre todo la celebración
de Laudes y Vísperas. No podíamos estar
de pie, rezábamos sentadas, pero la pala-
bra de Dios que se hacía oración en nues-
tros labios ha sido eficaz, ha ido realizan-
do lo que decía: tú eres mi fortaleza; en
ti, Señor espero; él lleva nuestras cargas,
es nuestra salvación. La "participación" te-
lemática cada mañana en la eucaristía de
los Carmelitas de Plaza España (Madrid),
tan sencilla, tan a nuestro estilo, cuánto lo
hemos agradecido. Y la presencia callada y
materna de la Virgen. A ella hemos enco-
mendado cada día a todos los enfermos, a
los difuntos, a sus familias, a los sanitarios
y a todos los que han facilitado con su tra-
bajo la vida de los demás.

La hna. María no me perdonaría que ol-


vidara a los capellanes del hospital. Para
ella y para tantos enfermos el recibir la
comunión ha sido lo que los ha soste-
nido y fortalecido en los días de más
dificultad. Me lo decía por teléfono: Ya
me han traído la comunión, entérate de
quién es el capellán para darle las gra-
cias, tiene una cara de bueno ....

Me lo decía Y después, lo que dicta el sentido co-


por teléfono: mún: adaptamos el horario para· darle
más tiempo al descanso, dejamos de
"Ya me han hacer formas (lo teníamos que haber
traído la dejado de todas maneras al no permitir-
comunión, se presencia de fieles en las eucaristías),
evitamos las actividades que no fueran
entérate de
imprescindibles, aparcamos el silencio
acompañado mutuamente. Y también quién es el y siempre que nos encontrábamos con
de comunión con toda la Iglesia y toda capellán otra hermana intercambiábamos unas
la humanidad que sufre, desde nuestras para darle las palabras o unas voces, que algunos oí-
pequeñas vidas ofrecidas. dos no están muy finos y con la distancia
gracias, tiene de seguridad había que subir el volumen.
Ha sido una profunda experiencia de co- una cara de
munión en Dios. Me acordaba de esa terra- bueno ... " Nos queda de fondo una gratitud muy
cota de la Trinidad volcada sobre el hom- grande que se concreta en muchos ros -
bre herido. Yo me he sentido como ese tros, amigos nuevos, gestos anónimos .
hombre herido, sostenida en él. Es verdad Reflejo del amor de nuestro Dios, siem-
que todas hemos superado la enfermedad, pre ofrecido gratuitamente.
pero esa experiencia habría sido igual si hu-
biera fallecido alguna de nosotras. Dav id Ji111 é11e.~· J-lerrao. o,d

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