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La cuestión en este punto es determinar qué es infringir una norma: qué es actuar en
contra del Derecho. En su excelente monografía sobre la antijuridicidad sostiene Molina
Fernández que, en rigor, sólo actúa antijurídicamente el que comete plenamente un delito
mediante una acción típica y no justificada cometida culpablemente. Argumenta este autor
que, si se entiende que la norma es un imperativo de conducta, sólo tiene sentido afirmar
que la misma se ha infringido cuando uno de sus destinatarios que la conocía y podía
comprenderla y seguirla ha decidido desobedecerla. La contrariedad a la norma se
identificaría así con el entero delito. Si la norma penal es un modelo de conducta que indica
a su destinatario lo que debe hacer en una determinada situación si no quiere quedar
sometido a una responsabilidad consistente en la imposición de la pena, si la norma es un
instrumento de control social a través de su incidencia en el comportamiento humano, sólo
generará un deber jurídico en el destinatario cuyo incumplimiento legitime una sanción si el
mensaje normativo llega a su destinatario y si éste tiene capacidad para entenderlo, si tiene
capacidad para identificar la situación en la que se condiciona su conducta y la identifica, y
si tiene capacidad para seguir la conducta que se le ordena. De este modo, según el profesor
Molina. Los elementos subjetivos que afectan al destinatario condicionan el surgimiento del
deber jurídico que la norma pretende originar, de manera que la ignorancia del mensaje
normativo por parte de su destinatario, su falta de identificación de la situación típica, su
inimputabilidad, o la inexigibilidad de una conducta alternativa a la ordenada, harían que
no pudiera hablarse de la infracción de una norma por el destinatario de la misma.
CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN
Piénsese en los siguientes ejemplos. Una persona que va a ser violada mata a su
agresor como único modo posible de salvaguardar su libertad sexual. Para no atropellar a
un niño que irrumpe en la via el conductor del vehículo lo desvía bruscamente hacia un
rebaño de ovejas. Un periodista realiza una investigación seria y exhaustiva y llega a la
conclusión de que un funcionario está sustrayendo fondos públicos que le están
encomendados; publica esta información que luego resulta que, pese a los indicios
existentes, es falsa.
En los tres ejemplos el sujeto realiza una acción típica (de homicidio, de daños, de
difamación), pero en los tres parece que no sólo no realiza una conducta reprochable, sino
que su comportamiento ni siquiera es desvalido. En los tres casos parece que los sujetos
han hecho lo que tenían que hacer o al menos lo que podían hacer, de modo que no han
hecho nada injusto. En los tres casos decimos que el sujeto ha actuado amparado por una
causa de justificación:
LA LEGITIMA DEFENSA
Históricamente, la legítima defensa nació unida a los delitos de homicidio y
lesiones, y permanece así en los códigos antiguos, pero en todas las legislaciones
contemporáneas se acepta la posibilidad de que justifique la defensa de cualquier bien
jurídico, incluso aunque no se halle penalmente tutelado. Ésta extensión y generalización es
fruto del industrialismo, es el resultado de la necesidad de asegurar la riqueza que se
concentraba en las ciudades de la amenaza de las masas miserables que también se
concentraban en ellas cuando la acumulación de capital productivo no era suficiente como
para asimilar su mano de obra. Desde entonces ha parecido normalmente aceptable la
defensa de la propiedad a costa de la vida del agresor.
Por tanto, una acción típica será también antijurídica si no interviene a favor del
autor una causa o fundamento de justificación.
Entre las primeras podemos ubicar a la legítima defensa o defensa necesaria, que es
regulada en forma expresa en el art. 65 del Código Penal Venezolano.
Es este tal vez uno de los institutos del derecho más polémicos, aun para el profano,
el común de la gente pretende estar informado acerca de "cuándo se puede matar a un
semejante", en qué casos el derecho otorga esta facultad. Los caracteres y elementos de la
legítima defensa han sido y son materia de debate en la doctrina y jurisprudencia.
Legítima defensa, nos enseña Fontán Balestra, puede definirse como la reacción
necesaria para evitar la agresión ilegítima y no provocada de un bien jurídico actual
o inminentemente amenazado por la acción de un ser humano.
Para Nuñez la legítima defensa es la que se lleva a cabo empleando un medio
racionalmente necesario para impedir o repeler una agresión ilegítima y sin que
medie provocación suficiente, ocasionando un perjuicio a la persona o derechos del
agresor.
Finalmente, en palabras del autor Jiménez de Asúa, "la legítima defensa es repulsa
de la agresión ilegítima, actual o inminente, por el atacado o tercera persona, contra
el agresor, sin traspasar la necesidad de la defensa y dentro de la racional
proporción de los medios empleados para impedirla o repelerla."
a. las que sostienen que el hecho en intrínsecamente en sí mismo injusto, debiendo buscarse
en otra parte las causas que lo eximen de pena y,
b. las que lo juzgan intrínsecamente justo y por lo tanto lícito. Para este grupo se está ante
una verdadera causa de justificación. Hoy se constituye en mayoría el grupo que ve en la
defensa legítima una acción lícita apoyándose en la situación de necesidad y la colisión de
derechos.
En la medida en que haya otro medio jurídico de proveer a la defensa de los bienes
jurídicos no es aplicable el tipo permisivo.
La legítima defensa tiene lugar cuando media una situación de necesidad. Cuando
entre el mal que evita quien se defiende y el que le quiere causar quien le agrede media una
desproporción inmensa, porque el primero es ínfimo comparado con el segundo, la defensa
deja de ser legítima. Esto debe quedar claro: la defensa sólo es legítima si es necesaria.
Los autores alemanes, se han dividido, sosteniendo unos que sólo se refiere a la
acción del estado y otros que abarca la de los particulares en la extensión del instituto de la
legítima defensa.
Se objeta, con razón a la teoría de Geyer, en primer lugar, que no siempre exista igualdad ni
tan siquiera proporcionalidad entre el mal y la agresión ilegitima y el mal de la reacción
defensiva, y en segundo lugar, si el agredido resulta lesionado a raíz de la reacción
defensiva de la persona agredida, el agresor lesionado no podría ser castigado, debería
quedar también impune, y esto es absolutamente absurdo.
Esta teoría se formula en los siguientes términos: sostiene Pufendorf que el instinto de
conservación está tan hondamente enraizado en el hombre , esta tan enrraigado en la
naturaleza humana, que la persona que es victima de un agresión ilegítima actual o
inminente, sufre una perturbación anímica, una especie de trastorno mental transitorio , que
convierte a esa persona atacada en inimputable, y por tanto es penalmente irresponsable.
Por ello, aun cuando conforme a la teoría de Pufendorf, el acto realizado en legitima
defensa o defensa privada es intrínsecamente injusto, éste no se le puede atribuir a la
persona que lo realizó, para hacerla sufrir las consecuencias penales de tal acto, porque esa
persona es inimputable, ya que sufrió a raíz de la agresión ilegítima, una coacción síquica,
una perturbación anímica, que la convierte en penalmente irresponsable.
Se objeta con razón a esta teoría: en primer lugar que ella sólo sirve para explicar la
legítima defensa de la vida, y cuando más la legítima defensa de la integridad personal o
corporal, cuando en realidad todo bien jurídico es legítimamente defendible, siempre, claro
esta, que se satisfagan los requisitos de esta eximente de responsabilidad peal, de esta causa
de justificación.
De igual manera, se objeta también, que ella no sirve para explicar la legítima defensa de
terceros (parientes o extraños), porque es obvio que mi instinto de conservación no se
despierta si es otro el que esta en peligro. En última instancia, el fundamento de la
irresponsabilidad penal en la legitima defensa o en la defensa privada para Pufendorf es el
instinto de conservación, el cual da lugar a la perturbación anímica; entonces si es otra
persona que esta en peligro no se puede despertar nuestro instinto de conservación y en
consecuencia esa teoría no alcanza explicar la legitima defensa de terceros.
Ahora bien, esta omisión en que incurre el Código Penal Venezolano Vigente, al no
consagrar la legítima defensa de terceros (parientes o extraños), es injustificable, tanto
desde el punto de vista doctrinal, como en el punto de vista histórico. Es injustificables
desde el punto de vista doctrinal, porque, como lo ha dicho Alimena: “La legítima defensa
de terceros es la más hermosa, la más bella de todas la legítimas defensas, porque es la más
altruista, la más noble, la más abnegada, ya que en ella, una persona llega incluso hasta
exponer su propia vida para salvar la vida de otra persona que se encuentra en peligro”
Tales requisitos están consagrados en el ordinal 3ero del artículo 65 del Código
Penal vigente en los siguientes términos: ¨No es punible, el que obra en defensa de su
propia persona o derecho, siempre que concurran las circunstancias siguientes:
Artículo 65:
3. El que obra en defensa de su propia persona o derecho, siempre que concurran las
circunstancias siguientes:
a. Agresión ilegítima por parte del que resulta ofendido por el hecho.
b. Necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla.
c. Falta de provocación, suficiente de parte del que pretenda haber obrado en defensa
propia.
. NECESIDAD DE DEFENSA
Tal vez para algunos sea difícil entender que la vida en sociedad implica un cambio permanente
y a no dudar un tremendo desafío, que tiene que ver no solo con el cumplir con las obligaciones
propias de las personas y su participación en un estado de derecho, sino que más aún con el
compromiso permanente por ser mejores personas, tanto en el desarrollo personal, como en
cada esfuerzos realizado por defender los derechos de todos quienes no los poseen o a quienes
se les ha negado la posibilidad de ejercerlos en propiedad.
El Ejercicio de un derecho.
La Omisión Justificada.
La omisión, en derecho, es una conducta que consiste en la abstención de una actuación que
constituye un deber legal.1 Cumpliéndose los requisitos legales, la omisión puede constituir
un delito, cuasidelito o una falta.
Las causas de justificación representan el género de eximentes más importante, las eximentes
por antonomasia. Su eficacia consiste en suprimir el carácter antijurídico de una conducta
descrita en la ley como delito, eximiendo así a su autor de toda responsabilidad penal o extra-
penal. Como es el caso de la omisión justificada; esta causa de justificación se encuentra
consagrada en el artículo 73 del Código Penal Venezolano que establece: “No es punible el
que incurra en alguna omisión hallándose impedido por causa legítima o insuperable”.
En la omisión por causa legítima no puede decirse que haya justificación por influencia de
intereses. Ciertamente, en ésta no hay, como en la legítima defensa, un conflicto entre un
interés legítimo y uno ilegítimo, ni, como en el estado de necesidad, una colisión entre dos
bienes valorativamente desiguales. El fundamento justificante de esta eximente, al igual que
en el ejercicio de un derecho o cumplimiento de un deber, debe buscarse en la norma general:
no es antijurídico el acto que no se opone a la norma. Así, quien cumple con uno de los
deberes que se excluyen, cumple con el derecho y su conducta no puede, por tanto, ser
antijurídica.
Tema 10. EL CUARTO ELEMENTO POSITIVO DEL DELITO (IMPUTABILIDAD)
Imputabilidad es la capacidad del ser humano para entender que su conducta lesiona los
intereses de sus semejantes y para adecuar su actuación a esa comprensión. Significa atribuir
a alguien las consecuencias de su obra, para lo cual el acto debe ser realizado
con discernimiento, intención y libertad. Es un concepto jurídico de base psicológica del que
dependen los conceptos de responsabilidad y culpabilidad. Quien carece de estas
capacidades, bien por no tener la madurez suficiente (menores de edad), bien por sufrir
graves alteraciones psíquicas (enajenados mentales), no puede ser declarado culpable ni
puede ser responsable penalmente de sus actos.
Solamente las personas imputables en Venezuela, es decir., las personas que hayan alcanzado la edad de 18 años y gocen
de perfecta salud mental, pueden ser culpables, y serán culpables cuando perpetren un delito determinado que se les pueda
reprochar, es decir, que se le puede imputar la conducta de un individuo mediante un juicio de reproche.
Entre la culpabilidad y la imputabilidad existe una diferencia: todas las personas mayores de 18 años y (con capacidad)
gocen de perfecta salud mental todos pueden ser imputados, pero no todos son culpables. Tiene que para ello cometer un
delito. Sólo serán culpables cuando hayan perpetrado un delito determinado, un acto típicamente antijurídico. Mientras no
delincamos, somos imputables pero no culpables.
Según la actio libera in causa se puede imputar a quien comete un acto típico y antijurídico
en un estado de inconsciencia provocado por alcohol o estupefacientes, en el cual él mismo
se introdujo, que en principio le haría irresponsable por falta del requisito de la culpabilidad,
pero el análisis de este es llevado al momento en que se causa el estado de ebriedad,
momento en el cual el sujeto pudo haber actuado con culpa o dolo. También por medio de
esta doctrina se puede llegar a la conclusión de que el sujeto activo del presunto delito carece
de responsabilidad, por haber sido introducido en estado de inconsciencia por un tercero que,
por error, dolo o violencia, quebrantó o vició su voluntad.
Ejemplo: una persona bebe dos litros de tequila y bajo los efectos del alcohol mata a otra.
La actio libera in causareconoce que el sujeto no era consciente al momento del injusto
(acción típica y antijurídica), pero marca que ese estado fue creado por el propio agente y
analiza su culpabilidad en el momento anterior al estado de inconsciencia. Aquí el resultado
sería homicidio culposo. En cambio, si una persona se introduce a sí misma en un estado de
ebriedad con la intención de asesinar a otro sujeto estando en ese estado de inconsciencia y
lo logra, el delito imputado será homicidio doloso.
Causas de Inimputabilidad.
El Dr. Julio Andrés Sampedro Arrubia dice "La inimputabilidad es la incapacidad del sujeto
para ser culpable siendo determinante la falta de conocimiento de la ilicitud y/o la alteración
de la voluntad, siempre y cuando ocurran en el sujeto al momento de ejecutar el hecho
legalmente descrito".
Para (Soria y otros, 2002), la imputabilidad es uno de los temas que plantea mayor dificultad
en la relación que se establece entre la psicopatología y el derecho penal. Se intenta saber,
entender y explicar las razones de por qué una persona infringe los más sagrados principios
que rigen para la convivencia con otras personas. Dado que la imputabilidad, tiene una base
psicológica, que está vinculada con el conjunto de facultades psíquicas mínimas que debe
poseer una persona autora de un delito para ser declarado culpable del mismo.
Es decir, la imputabilidad es la capacidad que posee el hombre en virtud de la cual los actos
que realice y la conciencia de dicha acción le sean atribuibles como hecho punible. En
consecuencia, cuando una persona realiza una acción que constituye una violación a la ley, se
está cometiendo un delito – base jurídica- y cuando ésta es realizada con absoluta conciencia,
voluntariedad y lucidez mental – base psicológica- es imputable.
No obstante, la norma sustantiva penal no utiliza el término imputabilidad, por cuanto sólo
analiza las causas que excluyen o atenúan la responsabilidad penal, abocándose a su
definición negativa; es decir, limitan a analizar las causas de inimputabilidad y de atenuación
de la misma.
Si se parte de la premisa que la imputabilidad es un concepto que tiene una base biológica y
psicológica, como se ha planteado hasta ahora, la participación del psicólogo forense en el
proceso -administración de justicia-, queda clara. No obstante, aún cuando es indispensable
que el psicólogo forense, posea conocimiento jurídico acerca de la imputabilidad, es aún más
necesario que al momento de determinarla, lo haga desde una perspectiva psicológica.
En consecuencia, lo importante entonces sería que durante la evaluación psicológica-forense,
se diera respuesta a la pregunta de si el imputado al momento de cometer el hecho delictivo
cumplía o no los requisitos psicológicos para poder aplicársele la pena. Es decir, si en el
momento de cometer el hecho delictivo el sujeto poseía la inteligencia y la compresión de sus
actos y si el sujeto poseía la libertad de su voluntad.
Para que se halle ausente la imputabilidad, se suele exigir que el sujeto que ha realizado tal
comportamiento antijurídico -con conciencia y voluntad-, no tenga la capacidad de comprender
su significado antijurídico y en consecuencia no pueda dirigir su actuación conforme a esa
compresión. Es decir, cuando el sujeto que ha cometido el acto antijurídico se halla en una
situación mental que le impide entender que tal hecho está prohibido por el derecho, y cuando
el sujeto además es incapaz de autodeterminarse, de autocontrolarse con arreglo a la
comprensión de lo injusto o ilícito del hecho, faltando los elementos de la imputabilidad. No
obstante, puede ocurrir que exista la suficiente capacidad de comprensión -inteligencia- y
hallarse ausente el elemento de autocontrol según dicho entendimiento -voluntad-.
De lo anterior, se puede concluir que la inimputabilidad requiere que al momento de
cometerse el hecho delictivo, las personas además de presentar una enfermedad mental y
estar relacionada con los hechos, tenga afectadas algunas de las condiciones precitadas:
conciencia, inteligencia y voluntad.
Se evidencian de esta forma los criterios para la determinación de la inimputabilidad penal, de
acuerdo a la fórmula mixta que exige además de una base biológica -enfermedad metal- una
base o efecto psicológico -alteración de la conciencia y voluntad-, la cual se corresponde con
el criterio del actual Código penal.
En lo que refiere a la minoría de edad, y según el sistema penal venezolano, aquellos que no
hayan alcanzado la edad 12 años, se consideran inimputables. Por lo tanto, el adolescente
que cometa un hecho delictivo, podrán ser responsable, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley
Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente.
Ahora bien, interesa en esta ocasión, analizar de forma más precisa la causa de exclusión de
la imputabilidad, referida a la enfermedad mental, señalada en el Código Penal vigente, en
su artículo 62:
https://derechovenezolano.wordpress.com/2014/07/02/circunstancias-atenuantes-y-su-
relacion-con-la-imputabilidad-como-requisito-del-delito/
https://www.monografias.com/trabajos32/inimputabilidad-culpabilidad/inimputabilidad-
culpabilidad.shtml
http://www.enciclopedia-juridica.com/d/causas-de-inimputabilidad/causas-de-
inimputabilidad.htm
https://www.monografias.com/trabajos16/inimputabilidad/inimputabilidad.shtml
https://es.wikipedia.org/wiki/Actio_libera_in_causa
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4092365
https://usmderecho4g.wordpress.com/derecho-penal-ii/
https://es.slideshare.net/zirley82/imputabilidad-informatica-iii
https://es.wiktionary.org/wiki/imputable
https://es.wiktionary.org/wiki/imputable
http://etimologias.dechile.net/?imputable
https://es.wikipedia.org/wiki/Imputabilidad
https://es.wikipedia.org/wiki/Leg%C3%ADtima_defensa
https://repository.ucc.edu.co/bitstream/20.500.12494/17598/1/2020_defensa_legislacion_pe
nal.pdf
https://www.conceptosjuridicos.com/ar/legitima-defensa/
https://es.wikipedia.org/wiki/Omisi%C3%B3n_(derecho)