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Camiri, como comunidad guaraní, remonta sus orígenes a la época colonial.

Ya en 1758 se encuentran registros de la ubicación de este asentamiento en


las denominadas “Tierras de Vitupué”, en alusión al histórico caudillo
chiriguano, posteriormente denominadas “Tierras de Manso y Chaves”,
“Cordillera de los Chiriguanos”, hoy provincia Cordillera. Avanzada la
centuria de 1800, hay evidencias documentales de presencia mestiza,
especialmente cruceña, entre sus pobladores.
En el siglo XX, con el descubrimiento del petróleo y el desarrollo de las
actividades de la Standard Oil Company of Bolivia, la población fue creciendo
aceleradamente en torno al campamento petrolero, por lo que el eje de la
antigua comunidad guaraní se fue moviendo hacia su actual ubicación.
Al finalizar la Guerra del Chaco, no solo la actividad petrolera había
generado una migración receptiva, también lo había hecho el
desplazamiento de las familias de la zona de guerra que habían abandonado
sus lugares de origen, escapando del conflicto bélico.
Frente a los problemas que generaban los asentamientos desordenados de
los recién llegados, el Gral. Julio Sanjinés, Director General de Etapas, con
una gran visión, solicita al gobierno nacional la expropiación de 300
hectáreas para urbanizarlas.
El 12 de julio de 1935, el presidente José Luis Tejada Sorzano emite el
Decreto Supremo que ordena esa expropiación. En su primer artículo, se
refiere específicamente a declarar “de necesidad y utilidad pública” los
terrenos de la señora Carmen Gonzales Vda. de Vanucci; el segundo, a
establecer los límites, de acuerdo a los planos enviados por la Dirección
General de Etapas; y el tercero, a disponer que la Prefectura del
Departamento de Santa Cruz se encargue de las formalidades de ley.
Tanto en la parte considerativa como en la parte resolutiva, el decreto
reconoce la preexistencia del pueblo, al que se quería dotarle de
condiciones para su progreso.
Tiempo después, ante la ausencia de registro de un fundador y de un acto
fundacional, se toma el 12 de julio de 1935 como la fecha del aniversario
de Camiri.
Más allá de las precisiones históricas sobre la fecha, como podemos
constatar, la visión de futuro fue el motor de los momentos más
trascendentes en la historia de Camiri.
Fue la visión de un militar, ante una realidad dada, la que consolidó el
inicio de un proceso urbanizador ordenado.
Fue la visión de preclaros ciudadanos, venidos de diferentes latitudes, la
que originó institucionalidad para dar respuestas a las necesidades más
apremiantes y los problemas emergentes.
Fue la visión de una generación de jóvenes profesionales camireños la que,
luchando desde la década de los 70, en los 80 logró consolidar los recursos
de las regalías petroleras, para generar el desarrollo y convertir en ciudad,
aquella que una vez fuera descrita como “aldea polvorienta”.
Pero en algunos momentos, entre esos puntos de inflexión, se sumergió en
el deleite hedónico de su statu quo, como suele suceder en la mayoría de
los pueblos que basan su economía en la extracción de los recursos
naturales.

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