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María Fernanda Nava Marmolejo

27 abril de 2021

Ensayo Objetivo DS
Tras leer el artículo titulado “La Última Milla: Los desafíos éticos de la pobreza extrema y
la vulnerabilidad en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas” de
Marta Pedrajas lo primero que capta mi atención es la información que proporcionan del
Banco Mundial, en donde nos dan a conocer que en 2010 más de mil millones de
personas han escapado de la pobreza, reduciéndose de un 35% a un 11% pero, que a
pesar de eso, en 2017 todavía existía casi mil millones de personal que se encontraban
excluidas del progreso y de los frutos del desarrollo, y es por esta última fracción de
individuos que el proyecto lo nombraban “The last mile” siendo lema principal “Leaving No
One Behind”, además de ser un modelo de desarrollo humano y sostenible, que cuida el
planeta y promueve la prosperidad y la paz. Como ya mencioné, todos estos datos fueron
del 2017, cuando existía una economía y proyectos sociales “estables”, pero ¿qué habrá
sucedido durante la pandemia actual? ¿las cifras de las personas en pobreza siguen
siendo las mismas que hace casi 4 años o incrementó? ¿los objetivos y el plan de trabajo
para alcanzarlos siguen siendo los mismos?, estas y muchas más fueron mis principales
interrogantes, sobre todo al leer que la agenda trataría de mantener la centralidad de los
objetivos en las personas (“people-centred”) y manteniendo a su vez un “equilibrio” con el
planeta y aspecto ecológico, porque ¿realmente se está manteniendo ese equilibrio y se
están abordando las tres bases del desarrollo de manera igualitaria? Considero que la
situación de salud que nos aqueja en estos momentos es una forma de informarnos que
no estamos haciendo las cosas bien, que no estamos equilibrando nuestros intereses y la
verdad es que cómo queremos o pretendemos erradicar la pobreza extrema si nuestros
recursos naturales y el ambiente en el que nos desarrollamos se encuentra en decline,
cuando ellos son los que nos proporcionan una calidad de vida digna, las fuentes de
ingresos económicos, la estabilidad social, etc.
Es cierto que se deben trabajar otros aspectos como la educación, las fuentes de trabajo,
la igualdad social (entre razas, etnias, sexos, orientación sexual, etc.), los aspectos
políticos de cada país, etc. Para mí es muy importante abarcar el aspecto educativo
porque es cierto que cada vez hay más personas con acceso a este derecho humano,
pero ¿realmente es de calidad? Si existiera una educación de calidad que abarcara
cuestiones ambientales, políticas, sociales, éticas, filosóficas, etc. Estoy segura de que el
panorama sería diferente en México y muchos otros países porque al existir un
conocimiento adecuado y consciente se generaría el interés, la motivación, la disposición
de hacer acciones benéficas para todos los organismos y no con un pensamiento o actuar
egoísta. No nos deslindaríamos de nuestras responsabilidades sociales y esperaríamos
que los problemas globales lo solucionen solo un grupo de individuos.
La pobreza extrema es una problemática tan compleja que aqueja a la población humana
desde sus inicios, tal vez no de la misma forma alrededor del mundo, ni en el mismo lapso
de tiempo pero ahí ha estado presente y a nosotros como una civilización más consciente
y humanitaria nos toca hacer algo para erradicarla, considero que, como ya lo mencioné
anteriormente se debe de trabajar por una educación obligatoria y de calidad, porque lo
que no se conoce, no se quiere y lo que no se quiere, no se cuida y esto lo podemos
aplicar a aspectos ambientales y sociales, pero estas acciones podríamos verlas como
algo fuera de nuestras manos, entonces ¿qué podemos hacer nosotros como ciudadanos
común y corrientes para ayudar a erradicar la pobreza extrema?. Creo yo que en un inicio
es el cuidar de nuestros recursos naturales para que todos puedan disfrutar y hacer uso
de ellos de una manera sustentable y lograr llevar un estilo de vida digna, hacernos
responsables de nuestros deberes ambientales, evitar el consumismo tanto el alimentos
como demás objetos porque esto solo genera un desperdicio de recursos alimenticios, un
despilfarro de dinero, una contaminación exagerada, etc. Practicar día con día la igualdad
social, el respeto, tener la iniciativa de educarnos más a nosotros mismos y a nuestras
personas cercanas, ser empáticos y realistas, entre muchas cosas más. Se puede pensar
que esto no resuelve de manera directa la pobreza extrema pero realmente toda acción
cuenta y aunque nuestro actuar no aplique instantáneamente en la resolución de esta
problemática global, si ayudara a disminuir otras dificultades que sobrellevamos y al
reducir estas, estaremos apoyando a mermar otros conflictos sociales y ambientales
hasta generar una reacción en cadena y estar influyendo de manera indirecta a la
erradicación de la pobreza.
Al final todo está conectado, toda acción cuenta e influye, estos problemas nos
conciernen a todos y es nuestra responsabilidad, nuestro deber generar el cambio.

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