Está en la página 1de 32

Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

DOI: 10.4206/UHYDXVWUDOFLHQFVRFQ

Resumen

Este artículo se adentra en el emblemático es-


cenario surgido con motivo del estallido social
que terminó en la matanza de medio centenar
de colonos nacionales a mano de la fuerza
pública de carabineros en las cercanías de la
pequeña localidad rural de Loncoche el 15 de
febrero de 1910. Nuestra hipótesis general es
La matanza de colonos que este suceso irrumpiría en el escenario na-

nacionales de Loncoche. cional como la manifestación más cruda de las


profundas tensiones y contradicciones que se
Lucha social por el venían acumulando a lo largo del proceso de
colonización en el sur de Chile para el temprano
dominio de la propiedad siglo XX. Todo a la luz de las evidencias docu-
mentales -prensa local (El Correo de Valdivia,
de la tierra al interior del La Aurora, La Voz de Loncoche, El Mercurio),
boletines del Congreso Nacional, Archivo de la
sistema de colonización Intendencia de Valdivia-, suscitadas con motivo

en el sur de Chile (1910)*


de los trágicos sucesos ocurridos en Loncoche.

Palabras clave: Loncoche, matanza, colono


nacional, propiedad de la tierra, despojo.
Killing of national settlers of Loncoche. Social
struggle for mastery of land ownership inside Abstract
the settlement system in the south of Chile
(1910) This article revolves around the emblematic
Luis Berger** scenario that sprung to life due to the social
outrage that ended up with the killing of over
50 national settlers by the local police force
* El presente estudio surge del interés por indagar en el problema
histórico de la constitución de la propiedad de la tierra en el in the outskirts of the rural locality of Lonco-
sur de Chile, como resultado de las investigaciones realizadas che on the 15th of February in the year 1910.
en torno a la ley de Propiedad Austral y los casos judiciales por
dominio de tierras en la provincia de Valdivia durante la década de
Our hypothesis suggests that this event would
1930. Al mismo tiempo, dicha temática se enmarca dentro de una break through this national scenario as one of
investigación mayor, centrada en el estudio de la problemática the crudest and tense contradictions manifes-
social campesina en Chile durante el Frente Popular y los
gobiernos radicales (1936-1952). Proyecto Fondecyt Nº 1110285 ted by the process of colonisation in the south
“La cuestión campesina y las políticas sociales rurales durante of Chile during the early 20th century. This is
el Frente Popular y gobiernos radicales (CHILE, 1936-1952)”.
all backed up by existing documents and local
Investigadora responsable: María Angélica Illanes.
**
Arturo Günther 1634, Valdivia, Chile. Correo electrónico: luis. newspapers (El Correo de Valdivia, La Aurora,
berger.venegas@gmail.com La Voz de Loncoche, El Mercurio), bulletins 71
from the National Congress, Archives from the
Fecha de recepción: 24-07-2014
Fecha de aceptación: 10-04-2015 ARTÍCULO
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

Intendencia de Valdivia- caused by the tragic piedad de la tierra permaneció prácticamente


events ocurred in Loncoche. inalterable desde la época precolombina, fun-
cionando como un espacio autónomo, gober-
Key words: Loncoche, killing, nacional settler, nado por los principios propios de una zona de
property land, dispossession. frontera, alejado de la jurisdicción efectiva de la
metrópolis española, como resultado del acuer-
do entre las autoridades coloniales y mapuches
1. Introducción en el Tratado de Quillín (1641).

“Ha corrido ya sangre en estas luchas i se ha Sin embargo, para mediados del siglo XIX, en
arrojado al surco la semilla amarga de los dolo- medio de un escenario mundial de consolida-
res i de las grandes injusticias. Quera la suerte ción del modo de producción capitalista y el
que la sangre derramada haga terminar esta aumento de la demanda por alimentos y bie-
eterna cuestión de Colonos”. nes agrícolas desde las zonas urbanas y cen-
(La Voz de Loncoche, 27 de febrero de 1910). tros productivos de Europa, esta situación co-
menzaría a cambiar. En efecto, motivado por la
La historiografía sobre el espacio-territorial del necesidad de expandir la frontera agrícola para
sur de Chile se ha enfocado, por excelencia, el desarrollo de una agricultura moderna capaz
en torno al problema de la propiedad de la tie- de satisfacer la creciente demanda internacio-
rra, es decir, en torno al proceso histórico de su nal de trigo, el Estado chileno inició una agre-
constitución, desde su temprana etapa forma- siva ocupación militar del territorio ancestral
tiva en tiempos de la colonia, hasta su defini- mapuche, con el objetivo de asegurar dichas
tiva consolidación ya bien entrado el siglo XX. tierras como patrimonio nacional.
De fundamental importancia en este proceso
fueron las distintas políticas de colonización De este modo, en el escenario de un Estado
nacional implementadas por el Estado chileno nacional consolidado, asentado sobre las ba-
a partir de mediados del siglo XIX, con el obje- ses de un orden social conservador en lo polí-
tivo de establecer una sociedad civil agraria de tico, y el auge de un capitalismo mercantil-mi-
colonos en las tierras baldías ubicadas al sur nero en lo económico, la conquista militar de la
del río Biobío. Proceso ciertamente complejo, Araucanía por parte del Ejército de la Frontera
el cual no estuvo libre de importantes conflictos (1861) no fue otra cosa que la manifestación de
y contradicciones. la expansión territorial del capitalismo nacional,
movilizado por su necesidad intrínseca de en-
Según cada época histórica la propiedad de la contrar nuevas fuentes de producción y riqueza
tierra se ha constituido de manera diferente y (Segall 1953).
en medio de relaciones sociales completamen-
te distintas. Como se sabe, la constitución de la La llamada acumulación originaria –escri-
propiedad de la tierra en el sur de Chile se confi- bió Carlos Marx– no es, pues, más que el
guró a partir del proceso histórico de conquista proceso histórico de disociación entre el
72 y expropiación del territorio ancestral mapuche, productor y los medios de producción (…).
lugar donde el régimen de la tenencia de la pro- En la historia de la acumulación originaria
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

hacen época todas las transformaciones mulación de derechos o títulos de patrimonio


que sirven de punto de apoyo a la naciente existentes y susceptibles de convertirse en
clase capitalista, y sobre todo los momen- instrumentos de producción acumulados ante
tos en que grandes masas de hombres todo por razones especulativas. Por otro lado,
se ven despojadas repentina y violenta- debe ser entendida como una acumulación en
mente de sus medios de producción para manos de una clase burguesa que, por su es-
ser lanzadas al mercado de trabajo como pecial posición dentro de la sociedad, es capaz
proletarios libres, y privados de todo me- de acumular en pocas manos estos títulos de
dio de vida (...). Su historia presenta una propiedad y transformarlos en medios de pro-
modalidad diversa en cada país y en cada ducción efectivos que permitan el florecimiento
uno de ellos recorre las diferentes fases en de un capitalismo industrial.
distinta gradación y en épocas históricas
diversas (Marx 2006: 608-609). En otras palabras, cuando hablamos de acu-
mulación originaria en un sentido histórico, nos
Tanto para el caso de nuestro país, como para estamos refiriendo al doble movimiento de la
el resto de la América indígena, este proceso propiedad determinado por una lógica de trans-
de acumulación se realizó sobre la base de la ferencia de los medios de producción y por su
conquista y la apropiación violenta de las tie- posterior concentración en manos de una na-
rras pertenecientes al pueblo mapuche, proce- ciente clase capitalista. Dicho de otro modo, su
so que para el caso específico del sur del país, tendencia transita desde el punto de una violen-
había permanecido interrumpido desde finales ta expropiación que priva a una gran masa de la
siglo XVI, luego que la sublevación mapuche de población de la propiedad de la tierra –destru-
Curalaba (1598) obligó a las huestes españolas yendo a su paso cualquier vestigio de propie-
a retroceder hasta la orilla norte del río Biobío. dad social o comunitaria-, para luego llevar este
Por esta razón, para mediados del siglo XIX, proceso al punto de una expropiación desarro-
ésta sería una modalidad de acumulación ori- llada en el juego de las leyes inmanentes de un
ginaria tardía, en función de un capitalismo que sistema de producción capitalista consolida-
ya había echado raíces en nuestro país, y que do, donde la concentración del capital despla-
ahora, en su afán por alcanzar nuevos proce- za a muchos otros capitales de los medios de
sos de acumulación, se dirigía a la fuente de ri- producción (Marx 2006). En suma, desde esta
queza por excelencia: la tierra. Para lograr este perspectiva, cualquier proceso de constitución
objetivo, el gobierno de turno debió diseñar un de la propiedad de la tierra desarrollado al sur
complejo plan político-legal capaz de acabar del Biobío tuvo que obligadamente transitar
definitivamente con la propiedad comunitaria por una fase de expropiación violenta capaz de
indígena y constituir apropiadamente la propie- despojar al pueblo mapuche de sus derechos
dad privada de la tierra en términos capitalistas. ancestrales sobre la tierra, para luego transferir-
los a un grupo social nuevo.
Como nos explica el historiador estudioso
del desarrollo del capitalismo, Maurice Dobb Para el caso de la revolución político-legal bur-
(1971), la noción de acumulación originaria hay guesa de finales del siglo XVIII y comienzos del 73
que interpretarla, por un lado, como una acu- XIX, que buscó terminar con los tradicionales
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

sistemas agrarios y las relaciones sociales he- bles y pasos fácilmente accesibles sobre
redadas de la época feudal sobre la propiedad las cordilleras de los Andes (…) en fin, se
rural, el primer objetivo consistió en liberar la trata del triunfo de la civilización sobre la
tierra de sus relaciones y ataduras pre-capita- barbarie, de la humanidad sobre la bestia-
listas, haciendo de ella un objeto de propiedad lidad (Pinto 2003: 154).
privada como mercancía. Para el caso particu-
lar de nuestro continente latinoamericano, ca- Por otro lado, este mismo proceso se realizó a
reciendo de antecedentes de relaciones feuda- partir de políticas estales dirigidas a colocar al
les o de colectivismo campesino, la revolución territorio indígena bajo el ámbito de los intereses
político-legal sobre la propiedad de la tierra se del capital, estableciendo los lineamientos jurí-
limitó, exclusivamente, a introducir adecuada- dicos más apropiados para llevar a cabo la con-
mente el régimen de propiedad individual en versión de la “propiedad salvaje de la tierra” a su
territorio indígena, entendiendo este proceso forma moderna como “propiedad privada ena-
como una revolución impuesta “desde fuera y jenable”, todo dentro de un discurso de lógica
desde arriba”, que asegurara la conversión de civilizadora, como fue claramente señalado por
la tierra en propiedad privada enajenable como el Intendente de Arauco, en una nota dirigida al
único orden social posible (Hobsbawn 2012). gobierno, con fecha del 3 de mayo de 1854:

Así pues, para mediados del siglo XIX, este Hay todavía para mí un pensamiento más
doble proceso de expropiación y transferencia elevado a que atender, y éste consiste en
de las “tierras mapuches libres” de la Arauca- que una vez desarrollado el plan propues-
nía y más al sur, se realizó sobre la acción de to en el territorio de que hago relación,
dos frentes que operaron de manera conjunta. puede hacerse extensivo el beneficio aún
Por un lado, este proceso de expropiación se entre las propiedades de los mismos in-
llevó a cabo a través de una “ideología de la dios adoptando a este respecto la base
ocupación” de contenido anti-indigenista, que del pensamiento expuesto aunque los in-
permitiera legitimar ante la opinión pública una dios sean diversos; pues estoy plenamen-
inminente acción militar al sur del Biobío. te convencido que la comunidad de bie-
nes es lo que constituye en gran parte la
No se trata sólo de la adquisición de al- barbarie de aquellas gentes y si se obtie-
gún retazo insignificante de terreno –decía ne la divisibilidad perfecta de la propiedad
El Mercurio en sus páginas del 5 de julio entre ellos, puede decirse que se ha fijado
de 1859-, pues no le falta terrenos a Chile; el punto principal para la reducción y civi-
no se trata de la soberanía nominal sobre lización del territorio araucano (Donoso y
una horda de bárbaros, pues ésta siempre Velasco 1928: 49).
se ha pretendido tener: se trata de formar
de las dos partes separadas de nuestra Fue de este modo que el Estado chileno llevó
República un complejo legado; se trata de a cabo una revolución legal sobre la propiedad
abrir un manantial inagotable de nuevos de la tierra y su tenencia, enfocada en cons-
74 recursos en agricultura y minería; nuevos tituir la propiedad privada de la tierra sobre la
caminos para el comercio en ríos navega- ancestral comunidad indígena, liberándola de
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

las relaciones pre-capitalistas que la regían, y títulos de dominio, muchas veces resultado de
estableciendo las bases jurídicas para un plan compraventas abusivas realizadas fuera de los
de estructura agraria que permitiera definir un marcos de la ley, disputando al Fisco su dere-
determinado patrón de distribución y acceso cho sobre vastas zonas de territorio (Bengoa
a la tierra. Dentro de este plan, la colonización 2008). Con el pasar de los años, estas prácticas
de tierras baldías –junto al remate de tierras acarrearían importantes efectos para la socie-
fiscales y la radicación de indígenas- fue, sin dad de pequeños propietarios asentados sobre
lugar a dudas, una de las principales vías utili- los suelos fiscales, dando paso a un escenario
zadas para constituir la propiedad privada en la de graves enfrentamientos y cruentas disputas
región, modalidad que, en términos generales, judiciales por el dominio de la propiedad de la
consistía en el otorgamiento gratuito por parte tierra (Le-Beuffe 1915).
del Estado de una hijuela en terrenos baldíos
a un padre de familia que cumpliera con cier- El presente artículo se adentra en un momen-
tos requisitos y características, lo que permiti- to de profunda y desatada violencia social en
ría el asentamiento estable de una comunidad torno al dominio por la propiedad de la tierra al
de colonos nacionales y extranjeros para que interior de una formación social en transición,
labraran y hagan producir la tierra. Ejemplo de caracterizada por una sociedad civil agraria de
esto fue la colonización de colonos alemanes colonos nacionales en el espacio territorial del
asentados sobre las tierras baldías ubicadas en sur de Chile, en el marco histórico de las políti-
las provincias de Valdivia y Llanquihue, durante cas de colonización implementadas por el Esta-
el gobierno de Manuel Montt (1850)1. do chileno en sus esfuerzos por desarrollar una
agricultura capitalista moderna en base a una
En definitiva, los elementos aquí señalados for- explotación de tipo familiar. Específicamente,
maron parte de una acumulación originaria sui nos adentramos en el emblemático escenario
generis, que definió el proceso de constitución surgido con motivo del estallido social que ter-
de la propiedad de la tierra en el sur del país minó en la matanza de medio centenar de colo-
para la segunda mitad el siglo XIX y comienzos nos nacionales a manos de la fuerza pública de
del XX. Sin embargo, ésta no sería una tarea carabineros, en las cercanías de la pequeña lo-
fácil. Para las primeras décadas del siglo XX calidad rural de Loncoche –actual provincia de
dicho proceso comenzaría a atravesar por una Cautín-, en febrero de 1910. Este suceso irrum-
fase de profunda crisis, consecuencia directa piría en el escenario nacional como la manifes-
de sus propias tensiones y contradicciones in- tación más cruda de las profundas tensiones y
ternas, amenazando con comprometer sus fun- contradicciones que se venían acumulando a
damentos originales. lo largo del proceso de constitución de la pro-
piedad de la tierra en el sur de Chile, las cuales,
En efecto, desde un primer momento, el Estado por primera vez, sabrían converger y manifes-
chileno debió lidiar con los llamados “propieta- tarse de manera clara en la coyuntura crítica
rios de papel”, individuos que por una serie de dada en las relaciones sociales de Loncoche.
artimañas se apuraban en invocar todo tipo de
1
Para profundizar en una historia de la colonización alema-
Nuestra hipótesis general es que, para comien- 75
na ver, por ejemplo, Pérez Rosales (1971). zos del siglo XX, el proceso de colonización na-
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

cional en el sur del país se llevaría a cabo sobre En otras palabras, el objetivo de este estudio
un complejo y difuso escenario de la propiedad se ha centrado en esclarecer los principales
rural de la tierra, como consecuencia de las re- procesos, mecanismos y herramientas legales
iteradas prácticas de usurpación de tierras in- que determinaron la configuración de la pro-
dígenas por parte de privados. Particularmen- piedad territorial del sur de Chile, así como los
te, creemos que dichas prácticas funcionarían modos y disposiciones para ser habitado por
como un fenómeno anómalo de expropiación y una sociedad civil agraria de colonos naciona-
transferencia de la propiedad ancestral mapu- les. Para esto, hemos optado por perspectivas
che, que operaría por fuera y paralelamente a propias de la historia social, construyendo una
los mecanismos y procedimientos legales es- narración que destaque las tensiones y contra-
tablecidos por el Estado para constituir la pro- dicciones con que este proceso debió lidiar a
piedad de la tierra, de manera tal que dichas lo largo de su despliegue histórico. Todo a la
tierras comenzarían a correr sin control por ma- luz de las evidencias documentales suscitadas
nos privadas, haciendo incapaces a los apara- con motivo de los trágicos sucesos ocurridos
tos del Estado de determinar de manera clara en Loncoche el 15 de febrero 1910, provistas
e inequívoca el régimen de propiedad privada por la prensa local (El Correo de Valdivia, La
frente al fiscal, dando paso así a importantes Aurora, La Voz de Loncoche, El Mercurio), los
disputas por la tenencia de la propiedad de la boletines del Congreso Nacional y el Archivo de
tierra al interior de las nuevas comunidades de la Intendencia de Valdivia.
colonos nacionales.
Y es que pese a que lo sucedido en Loncoche
En suma, en este artículo planteamos que las sería visto a ojos de las autoridades locales
prácticas de usurpación de tierras indígenas como resultado de un espíritu de insubordi-
por parte de privados representarían el prin- nación y resistencia por parte de los colonos
cipal obstáculo con que el proceso histórico nacionales a los dictámenes y órdenes de la
de constitución de la propiedad de la tierra – justicia, desde ese momento, para el año del
enmarcado a su vez en un proceso mayor de Centenario Nacional, quedaría planteado en la
acumulación originaria capitalista-, debió lidiar agenda política el grave problema del desgo-
a lo largo de su desarrollo en el espacio terri- bierno y la anarquía que afectaba a la tenencia
torial del sur de Chile para los primeros años de la propiedad de la tierra en las provincias
del siglo XX. Ante el actual interés de las cien- australes, como un nuevo capítulo en la historia
cias sociales por comprender desde una ópti- social del proceso de constitución de la pro-
ca de largo plazo el devenir de las sociedades piedad de la tierra en el sur de Chile para el
en su relación con el territorio, el objetivo de temprano siglo XX.
este artículo es contribuir a esclarecer el papel
histórico de las distintas políticas de coloniza-
ción implementadas por el Estado chileno a lo 2. Obertura: Los trágicos sucesos de Suto
largo de los procesos de formación, organiza-
ción y transformación del territorio nacional2. Al final de la tarde del día domingo 27 de fe-
76 2
Para profundizar en el estudio de la dimensión espacial en
brero de 1910, una comisión parlamentaria
la investigación de lo social, ver Lindón (2012), pp. 585-622. nombrada por la Cámara de Diputados pro-
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

veniente desde Santiago, arribó a la Estación Esta primera versión respaldada por los seño-
del Ferrocarril de la pequeña localidad rural de res Dalmiro Manzano, Plácido Rafael Reyes y
Loncoche, con la importante misión de indagar Florencio Venegas, las tres personas encarga-
en los trágicos sucesos de sangre ocurridos en das de asumir la defensa de Henríquez y los
aquel lugar, luego de una confusa jornada de carabineros involucrados en la matanza, sería a
protestas y disturbios sociales que terminaron su vez contrastada por el cura párroco Buena-
en la matanza de más de medio centenar de ventura Gómez y los señores Guillermo Gimpel
colonos nacionales a manos de la fuerza públi- y Ricardo Bufendieck, encargados de la defen-
ca de carabineros, por orden del Juez de Letras sa de Emajino Méndez y los demás colonos,
de Valdivia, Manuel Francisco Frías, durante el quienes fueron enfáticos en denunciar una se-
mediodía del martes 15 de febrero3. rie de irregularidades y prácticas abusivas que
se ocultaban detrás de este tipo de lanzamien-
Para llevar a cabo su tarea, la comisión parla- tos, cada vez más frecuentes en la región4.
mentaria, compuesta por los señores Paulino
Alfonso, Alfredo Irarrázaval y Gonzalo Echeni- Adentrándonos en una crónica de lo sucedido,
que, adoptó el procedimiento de la entrevista el día jueves 10 de febrero llegaron a la casa
como mejor plan de trabajo. A través de los di- de Emajino Méndez doce miembros de cara-
ferentes testimonios de vecinos y autoridades bineros acompañados por el juez del distrito
locales, los diputados pudieron constatar que Juan de Dios Sanhueza y Adolfo Mena, este
los trágicos sucesos tuvieron su origen en los último cuñado de Ángel Custodio Henríquez,
acontecimientos del día jueves 10 de febrero, con la misión de llevar a ejecución una reso-
ocurridos en las inmediaciones de sector de lución judicial que ordenaba el inmediato des-
Suto -ubicado a seis kilómetros de Loncoche-, alojo de Méndez desde las quince cuadras que
lugar donde se llevó a cabo el lanzamiento del se encontraba ocupando. Según lo indicado en
colono nacional Emajino Méndez y su familia, las páginas de La Aurora: “cuando le fue no-
desde las tierras fiscales que ocupaban des- tificado el decreto del lanzamiento, Méndez y
de hace un tiempo. El lanzamiento en cuestión su familia manifestaron á los carabineros que
tendría su origen en una orden judicial emana- no abandonarían su casa ni los terrenos adjun-
da del Tribunal de Justicia de Valdivia, como tos”. Ante la rotunda negativa “los carabineros
resultado de una queja presentada el día 18 se arrojaron entonces sobre aquella familia que
de octubre de 1909, por Ángel Custodio Hen- no podía ofrecer resistencia, y ataron de pies
ríquez, conocido propietario de grandes exten- y manos a la mujer de Méndez, á una hija de
siones de tierras en Loncoche, quien sostenía éste de doce años de edad y á un hijo de die-
que Méndez se encontraba viviendo sin su per- ciocho, al mismo tiempo que los golpeaban
miso en tierras de su propiedad. brutalmente. Méndez se encerró en su casa;
una rabia incontrolable le había hecho tomar la
resolución de no abandonar sus tierras”. Ante
3
La Cámara de Diputados aprobó en sesión la iniciativa la incansable resistencia, carabineros se diri-
sobre una comisión parlamentaria investigadora que se trasladara gió a la casa dando hachazos contra la puerta
inmediatamente a Loncoche y se informara de lo sucedido. Bole- 77
tín Sesiones Congreso (BSC), Diputados, Sesiones Extraordinarias, 4
“Comisión parlamentaria. Su llegada a Loncoche”. La Voz
1909-1910, 19 de febrero, p. 2713. de Loncoche (p. 2). Loncoche, 1 de marzo de 1910.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

con la intención de echarla abajo. Agotado y ron en sus caballos, y poniéndose de línea de
creyendo inútil todo tipo de resistencia ante las combate, les ordenaron hacer alto. Los colo-
armas de carabineros, Méndez desató a su fa- nos se detuvieron, pero uno de ellos empezó
milia e inició la huida en dirección a las colonias á destruir un cerco que habían construido los
vecinas con la intención de pedir ayuda frente mismos carabineros”. A continuación,
al violento asalto del que habían sido víctimas.
Una vez que los carabineros se vieron libres, los colonos, animados por una rabia in-
“dieron comienzo á una obra salvaje del más controlable, se precipitaron en masa so-
desenfrenado vandalismo. Echaron por tierra bre los carabineros, los sacaron de sus
la casa, cortaron árboles, destruyeron los triga- caballos y desarmaron á seis y á los res-
les y convirtiendo el pozo que surtiera de agua tantes los hicieron emprender precipitada
á aquella laboriosa familia en la más inmunda fuga. Los seis carabineros desarmados
de las letrinas”. Como se sabía, estos proce- fueron conducidos á una quebrada donde
dimientos eran usuales entre los miembros de se les azotó violentamente. En seguida los
carabineros “de la zona fronteriza” que solían dejaron libres y ellos mismos devolvieron
cumplir órdenes de desalojo, ya que tenían las armas espontáneamente al cuerpo de
como principal objetivo evitar que las personas carabineros. Animados de un gran senti-
desalojadas volvieran a retomar la propiedad5. miento de compañerismo hacia Méndez,
Por este motivo, no fue raro que la noticia del los cien colonos se pusieron á trabajar
lanzamiento de Méndez se propagara como un con prodigiosa actividad y lograron en po-
rayo por las comarcas vecinas, despertando un cas horas reconstruir la casa destruida6.
gran sentimiento de impotencia y profundo ren-
cor en contra de las fuerzas de carabineros, las Tamaño escenario de espontáneo desconten-
cuales, desde hace un tiempo, venían siendo to y abierta desobediencia social a los dictá-
consideradas un serio peligro para la tranquili- menes de la justicia, sería visto con horror por
dad de los campos. los grandes terratenientes de la zona, quienes
a través de un telegrama enviado a la Cámara
El domingo 13 de febrero, luego de tres días de de Diputados dejarían ver su inquietud ante las
ocurrido el lanzamiento, un grupo aproximado inauditas acciones protagonizadas por los en-
de un centenar de colonos nacionales se dirigió furecidos colonos:
a Suto con el propósito de restablecer a Mén-
dez en sus tierras, haciendo justicia por sus Valdivia, 14 de febrero de 1910.- Señor
propias manos. Para el momento de su llegada Diputado César A. Sanhueza.- Santia-
al lugar, la multitud encabezada por Méndez se go. Doscientos desalmados han ataca-
encontró con cerca de veinte miembros de ca- do dentro del fundo “Suto” en Loncoche
rabineros resguardando la propiedad, trabán- afuera, a carabineros que cumplían órde-
dose una verdadera lucha campal. Como rela- nes judiciales. Han desarmado herido i
taba la prensa: “Tan pronto como carabineros muerto soldados, garroteando inquilinos
advirtieron la presencia de los colonos, monta- propietarios don Anjel C. Henríquez, ame-
78 5
“La carnicería de Loncoche. El lanzamiento”. La Aurora
(p. 4). Valdivia, 22 de febrero de 1910. Ídem.
6
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

nazando su vida, asaltantes están dueños lope de sus caballos. Donde quiera que
del campo, autoridades toman enérjicas encontraban un colono, lo aprendían en el
medidas, pero tememos que criminales acto y lo conducían al cuartel, maltratán-
sorprendan Gobierno. Rogamos obtener dolo y humillándolo durante el trayecto.
Gobierno medidas enérjicas para castigar Un colono fue arrastrado á pegual, a tra-
estos delitos. Impunidad entregará a ban- vés de las calles. Su aspecto era verda-
didaje zona Loncoche.- Federico Schwar- deramente conmovedor; el barro lo cubría
zenberg.- Jorge Saelzer.- L. Urrutia Ibá- completamente hasta el punto de que ha-
ñez7. bía sido muy difícil reconocerlo. La sangre
formaba, al correr, una huella en el lodo,
De este modo, durante la mañana del día lunes que cubría el cuerpo del infeliz. La gente
14 de febrero, por instrucción del Intendente de del pueblo que presenció este espectá-
Valdivia, don Manuel Jesús Ramírez de Arellano, culo salvaje, al lado del cual los excesos
de los cosacos son una nota pálida y des-
se ordenó á las guarniciones de carabine- teñida, clamaban compasión para aquel
ros de Osorno y Temuco concurran á Lon- desgraciado9.
coche, reuniéndose así cuarenta soldados
del expresado Cuerpo, que consiguieron Con todo, la represión por parte de carabi-
imponerse al gran número de colonos que neros, lejos de poner fin a la revuelta, no hizo
estaban envalentonados con la primera otra cosa que exaltar aún más los ya agitados
victoria. Así fue como el primero Rosas ánimos de los colonos, dando origen a nuevos
del destacamento de Osorno consiguió enfrentamientos, que se trasladarían en esta
arrestar á 8 exaltados y el capitán Pinto oportunidad al mismo pueblo. En efecto, ese
Puelma, Jefe de la guarnición de Temuco, mismo día lunes, durante la jornada de la tarde,
arrestó a 30 más, entre ellos al cabecilla se produjeron serios incidentes entre miem-
Méndez8. bros de carabineros apostados en el cuartel y
un número de entre 30 a 40 individuos arma-
Acto seguido, los carabineros se volcaron a los dos con garrotes, quienes se acercaron al lugar
caminos al galope de sus caballos con la inten- con el propósito de liberar a los ocho colonos
ción de apresar a todo el colono que encon- detenidos durante la mañana, entre los cuales
traran en su trayecto, dando paso a penosas se encontraba el propio Emajino Méndez. Los
escenas: incidentes terminaron sin grandes daños, cara-
bineros logró desarmar rápidamente a los asal-
Llovía con gran fuerza. Las calles de la tantes, quienes se habían atrincherado en la
ciudad estaban convertidas en verdade- casa almacén de Elías Montesino, tomándolos
ros lodazales. Los carabineros continua- a todos detenidos en calidad de reos10.
ron recorriendo las calles y caminos al ga-
7
Telegrama reproducido en BSC, Diputados, Sesiones Ex- 9
“La carnicería de Loncoche. El lanzamiento”. La Aurora (p.
traordinarias, 1909-1910, 15 de febrero, p. 2412. 4). Valdivia, 22 de febrero de 1910.
79
8
“Graves sucesos en Loncoche”. La Aurora (p. 3). Valdivia,
10
“Revolución en Loncoche”. El Correo de Valdivia (portada).
15 de febrero de 1910. Valdivia, 15 de febrero de 1910.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

Alarmadas por el inesperado giro que esta- ríquez para festejarlo”12. En medio de la comi-
ban tomando los acontecimientos, las autori- da, y cuando era cerca del mediodía, llegaron
dades locales no tardaron en tomar enérgicas a casa de Mera alarmantes noticias sobre una
medidas, estableciendo un verdadero estado multitud de entre trescientos a cuatrocientos
de sitio en la zona. De este modo, estimando colonos nacionales que avanzaba por el camino
insuficiente el contingente habitual de tropas real en dirección a Loncoche, llevando una ban-
apostadas en la zona, el Intendente de Valdivia, dera blanca en señal de paz, con la intención de
por medio de una carta al Comandante en Jefe exigir la libertad de los colonos detenidos. Es-
de la IV División Militar, solicitó la presencia ex- tos colonos provenían de la localidad vecina de
traordinaria de fuerzas militares que asegura- Lliu-Lliu, lugar donde frecuentaban desde hace
ran debidamente el control sobre la enfurecida años los lanzamientos y denuncias en contra
masa de colonos nacionales: “según nuevas in- de carabineros13. Conocida la noticia por Frías,
formaciones i de acuerdo con el señor Juez de éste dio orden al capitán Pinto de salir con sus
Letras, se estima insuficiente el piquete de 20 tropas a su encuentro para interrogarlos. Res-
individuos del Caupolicán que acabo de solici- pecto al cómo se desarrollarían los hechos des-
tar de U.S. para que se traslade a Loncoche. En de ese punto, las versiones son contradictorias.
consecuencia, estimare a U.S. disponer que en Según la versión oficial, establecida a partir del
vez de 20 vayan por tren de esta tarde 40 hom- informe de la comisión parlamentaria, los he-
bres a las órdenes del señor Juez de Letras”11. chos se desarrollarían de la siguiente manera:
Según lo dispuesto, ese mismo día, al final de
la tarde, llegó por tren especial el Juez de Le- El Capitán Pinto que mandaba a los ca-
tras de Valdivia, Manuel Francisco Frías, quien rabineros, se adelantó como en calidad
se hacía presente en el lugar con la misión de de parlamentario. Dijéronle algunos de
instruir sumario a los colonos detenidos y hacer la poblada, y especialmente uno llamado
respetar la resolución inicial de la justicia que Leopoldo Lagos, que el objeto del avance
ordenaba el desalojo de Emajino Méndez de las era pasar a Loncoche para procurar la li-
tierras de Ángel Custodio Henríquez. bertad de sus compañeros presos. Cons-
testóle Pinto, que para ese objeto, no era
Al día siguiente, el martes 15 de febrero, el Juez preciso que siguieran, pues venía con el
Frías se trasladó a primera hora de la mañana al señor Juez a quien designó y que el daría
sector de Suto, acompañado por el capitán Ce- justicia. El Juez avanzó entonces, se dio a
sar Pinto Puelma y sus tropas, con el fin de rea- conocer como tal, y reiteró ampliándolas,
lizar una inspección del lugar donde se iniciaron las promesas de Pinto. Lagos dijo al Juez
los disturbios. Seguido de esto, Frías se tras- que no podía creer que lo fuera, insultán-
ladó como invitado a la casa de Adolfo Mera, dole groseramente e insistiendo en el pro-
quien lo esperaba con “una vaquilla muerta i va- pósito de pasar, y entendían que ellos no
rios cajones de licor, entre los que se contaban recibían órdenes, sino del señor Ministro.
dos de champaña enviados por el señor Hen-

12
BSC, Diputados, Sesiones Extraordinarias, 1909-1910, 22
de febrero, p. 2772.
80

13
“Lanzamientos de colonos”. La Voz de Loncoche (p. 2).

11
Intendencia de Valdivia, Vol. 205, 14 de febrero de 1910. Valdivia, 8 de enero de 1908.
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

Viéndose desobedecido e injuriado, orde- ceder i expresándoles que bien merecido


nó el Juez castigar a Lagos, orden que no tenian lo que les pasaba por desobedien-
pudo ser cumplida, pues al avanzar un ca- tes i desalmados; uno de los colonos,
rabinero con tal objeto, muchos de los ji- exasperado por las palabras del juez, es-
netes, compañeros de aquél, avanzaron a clamó en alta voz: “Qué justicia podemos
su turno para impedir el castigo. El Juez y esperar de un juez que se emborracha
carabineros, se pusieron de acuerdo para con nuestros enemigos”. No fué mas; el
que el segundo ordenase una descarga al señor Frías, al oir esta espresion, sacó su
aire, que lejos de intimar a la poblada, no revolver disparando en contra de los colo-
hizo más que envalentonarla y producir nos aglomerados; los carabineros, al ver
numerosos disparos de la misma contra la acción del juez, iniciaron el fuego en
la tropa, que la pusieron por lo pronto en contra del grupo de indefensos colonos
fuga y dejaron fuera de combate a uno o que, al verse agredidos en esa forma es-
dos carabineros. Esta retirada se prolon- caparon a todo correr de sus cabalgadu-
gó de 30 a 40 metros, al cabo de la cual, ras. Los carabineros, por órden de su jefe,
estimulada por sus jefes, la fuerza volvió los persiguieron en un trayecto de dos le-
caras y recibió órdenes de disparar a los guas, haciendo una verdadera carnicería
asaltantes. La descarga derribó a nueve i sin dar cuartel a nadie. Los cadaveres
hombres: 6 muertos, entre ellos, Lagos y de estos infelices fueron sembrando el
tres heridos y algunos caballos (…). Como camino, como asimismo los heridos, que
es natural, la descarga originó la disper- arrastrándose huian al bosque persegui-
sión de la poblada, cuyos individuos no dos por la soldadezca16.
pretendieron sino ponerse a salvo, huyen-
do en la todas direcciones14. Pese a que esta última versión pudo ser fácil-
mente desestimada, sobre todo tomando en
Esta versión discreparía con las primeras ver- cuenta sus discrepancias con la versión ofi-
siones de testigos publicadas por la prensa cial, su testimonio no sería menos confiable.
local, que hablaban de una cifra no menor a En efecto, a la luz de las evidencias, creemos
cincuenta muertos15. Es más, no eran menos que el desenlace de los hechos no puede ser
relevantes otras versiones en las que se insistía comprendido del todo si no tomamos en cuen-
en el desmedido actuar por parte de carabine- ta la influencia del alcohol en el desarrollo de
ros, tal como lo indicaba un informe llegado a los acontecimientos. Claramente, este aspecto
la Cámara de Diputados luego de la matanza: pudo ser fácilmente desmentido en su momen-
to, pero gracias al testimonio de unos testigos
En casa de Mera el juez señor Frías los inesperados, esta versión puede ser confirma-
recibió duramente, increpándoles su pro- da. Según la documentación reunida, poco an-
tes del mediodía del 15 de febrero, una colonia

14
El informe final de la Comisión sería presentado el 7 de de franceses arribó a la estación de Loncoche
marzo de 1910, en: “El informe de la Comisión Parlamentaria”. La Voz en su camino hacia la localidad vecina de Villa-
de Loncoche (pp. 1-2). Loncoche, 18 de junio de 1910.
81

15
“La Comisión Parlamentaria. Su llegada a Loncoche”. La 16
BSC, Diputados, Sesión Extraordinaria, 1909-1910, 22 de
Voz de Loncoche (p. 1). Loncoche, 2 de marzo de 1910. febrero, p. 2772.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

rrica, destino final que los llevaría obligadamen- violencia; pero desgraciadamente venían
te a través de Suto. Los horrendos hechos de mas atrás un sargento i cuatro soldados,
los que fueron testigos, quedarían estampados los cuales se arrojaron sobre nosotros
en una carta enviada al cónsul francés en Chile, como verdaderos salvajes, tirándonos va-
permaneciendo hasta el día de hoy como un rios golpes de carabina que por felicidad
valioso testimonio que permite poner en entre- no nos alcanzaron; tal era el estado de
dicho más de un elemento de la versión oficial ebriedad en que se encontraban17.
presentada ante el Congreso Nacional:
Esa tarde, antes de caer la noche, los jefes de
Temuco, 17 de febrero de 1910.- Señor las tropas ordenaron a sus subalternos recoger
Evaristo de Saint-Anne, vice-Consúl de los cadáveres y trasladarlos en carretas hasta
Francia.-Temuco. Habiendo salido de Te- un aserradero cercano. Ese día, martes 15 de
muco por el tren de seis un cuarto de la febrero de 1910, en los cerros ubicados en las
mañana, desembarcamos mas o ménos a inmediaciones de la localidad rural de Lonco-
las ocho en Loncoche. Después de haber che, la noche fue alumbrada por una gran ho-
preparado nuestras cabalgaduras, toma- guera en la que se quemaban los cuerpos de
mos el camino de Villarrica, i luego des- los primeros colonos nacionales de nuestras
pués de haber recorrido unas dos leguas tierras18.
sin inconvenientes, encontramos una par-
tida de colonos que iban a reclamar de Los sucesos aquí narrados, ocurridos al interior
las autoridades, según nos dijeron, la li- de una pequeña localidad rural del sur de Chi-
bertad de algunas de sus víctimas que es- le, nos plantean un complejo escenario social
taban detenidas en Loncoche. Un cuarto que es necesario problematizar. Al respecto, en
de hora después de haber pasado, oímos este artículo, nos preguntamos, en primer lugar,
una descarga mui viva producida por los por el contexto en el que se originaron y des-
carabineros contra los colonos, que al ins- envolvieron los acontecimientos que llevaron a
tante tomaron la fuga, dejando multitud de la matanza de medio centenar de colonos na-
cadáveres en el camino, perseguidos por cionales para el año del Centenario Nacional:
los soldados, que disparaban sobre ellos ¿qué lugar caben a los trágicos hechos ocurri-
sin piedad. Viendo esto, i para no mez- dos en Suto dentro de un escenario mayor de
clarnos con los fujitivos, porque las ba- las entonces relaciones sociales rurales del sur
las llovían en gran abundancia, juzgamos del país?
prudente ponernos al abrigo de un rancho
situado a corta distancia del camino e in- En segundo lugar, nos preguntamos por los
mediatamente descendimos del caballo. principales procesos y mecanismos históricos
Entre tanto pasó el destacamento de ca- a cargo de constituir la propiedad austral: ¿qué
rabineros en cuestion, comendado por el aspectos caracterizaron al proceso de coloni-
capitán Pinto Puelma, quien, apenas se zación nacional para los primeros años del si-
dio cuenta de que estábamos allí, ordeno 17
Carta reproducida en BSC, Diputados, Sesión Extraordina-
82 a dos de sus soldados que nos aprendie- ria, 1909-1910, 22 de febrero, pp. 2770-2771.
ran. La orden fué cumplida por éstos sin Ídem.
18
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

glo XX y cuáles fueron las políticas de coloni- calles de Santiago con un ambiente festivo, así
zación que operaron en las provincias del sur como numerosos los detalles acordados para
en el momento de la matanza? ¿Cuáles fueron cubrir de gala las distintas ceremonias de Es-
las principales problemáticas y obstáculos con tado y discursos públicos, todo fundido dentro
que dicho proceso debió lidiar en su importante de una mirada de futuro confiada en el progre-
tarea de constituir la propiedad privada de la so alcanzado.
tierra?
Sin embargo, junto al entusiasmo propio de las
Y, finalmente, en tercer lugar, nos preguntamos alegorías que rodearon a los primeros prepa-
por los actores sociales y políticos involucra- rativos de esta celebración, la fecha se cons-
dos: ¿qué intereses y tensiones caracterizaron tituyó en el momento propicio para la catarsis
a las tempranas relaciones al interior de la so- de una sociedad con su cara más amarga. En
ciedad civil agraria en formación y de qué ma- efecto, para el año del centenario nacional,
nera involucró esto a los colonos nacionales nuestro país se disponía a cruzar el umbral ha-
radicados en las tierras fiscales? ¿Qué respon- cia un nuevo siglo de vida independiente ante
sabilidades caben a las autoridades locales y la perspectiva de un destino incierto, y de la
organismos de Estado frente a las dificultades mano de una ascendiente burguesía que se
sufridas por el proceso de colonización nacio- erguía culposa frente a la angustiosa realidad
nal para el período en estudio?, y ¿qué accio- de explotación y miseria que vivían las clases
nes asumieron ante un eventual problema de la populares de nuestro país (Correa et al. 2001).
constitución de la propiedad de la tierra en el
sur de Chile? Como temática central de su estudio, la histo-
riografía social ha sabido narrar y dar cuenta de
En suma, estas preguntas que orientan nuestro esta realidad que encarnó la llamada “cuestión
estudio se articulan en torno a nuestro interés social” en Chile, retratando en reiteradas opor-
central por comprender los significados y al- tunidades las inhumanas condiciones laborales
cances de la problemática suscitada en Lonco- y existenciales que aquejaban tanto a los mi-
che, permitiéndonos entender los hechos en su neros de la pampa salitrera en el norte, como a
propio contexto y dinamismo histórico. las cientos de familias de obreros habitantes de
los conventillos. A esta mirada tampoco per-
maneció ajena la dura realidad de los campe-
3. El Centenario nacional y una nueva “cues- sinos y trabajadores agrícolas de la zona cen-
tión social” tral, relegados desde tiempos de la colonia a
un verdadero estado de esclavitud y abandono
El año 1910 marcó su inicio con los preparati- al interior de la hacienda. Sin embargo, dentro
vos de los actos de celebración del centenario de este cuadro social, como vacío historiográ-
nacional programados para realizarse durante fico permaneció el drama social de cientos de
el mes de septiembre en la capital, y de los cua- familias de colonos nacionales y pequeños pro-
les participarían esencialmente miembros de la pietarios del sur del país, sumidos en medio de
clase dirigente. Para la ocasión, considerables una verdadera lucha a muerte por el derecho a 83
fueron los arreglos dispuestos para llenar las la propiedad de la tierra. ¿Cuáles pueden ser
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

los motivos detrás de esta extraña ausencia en mática que trataremos a continuación: un punto
la memoria histórica nacional de este mundo de inflexión en lo que venía siendo el proceso
popular sureño? de constitución de la propiedad de la tierra en el
sur de Chile para los primeros años del siglo XX.
En términos generales, creemos que esto se
debe, en primer lugar, a los intereses que han Desde hace muchos años –denunciaba el
primado en la historiografía social chilena, la diputado demócrata Carlos Zañartu- se
cual empecinada en el estudio de la formación vienen cometiendo con los ocupantes de
y transición del capitalismo, enfocó su mirada tierras del sur abusos que ya la Honora-
en el mundo popular minero y agrícola que lo ble Cámara ha conocido en algunas oca-
suministró de mano de obra, suscribiendo su siones, pues en otras no ha conocido los
narración a la zona centro-norte del país. En efectos de estos abusos, porque los ha
segundo lugar, creemos que esto se debe a la guardado el silencio de la selva. Miéntras
mirada positivista que ha predominado en la aquí nos enredamos en asuntos políticos
historiografía tradicional sobre el sur de Chile, de mas o ménos importancia; mientras
la cual, optando por una perspectiva de “obje- unos tejen telaraña para ocupar una po-
tividades” y “alturas”, ha elegido pasar por alto sición que no les corresponde, i otros se
los momentos de quiebre y crisis en la historia preocupan de romper esta telaraña, mien-
de este espacio territorial. tras nos preocupamos de las fiestas del
Centenario, de votar para ellas millones de
Como se sabe, en el último tiempo la mirada pesos, hai centenares de nuestros conciu-
de los historiadores se ha desplazado desde dadanos en el sur de Chile que son arro-
las grandes continuidades y equilibrios, hacia jados violentamente de sus tierras para
fenómenos de ruptura: puntos de inflexión y entregarlas a otros ocupantes mas afortu-
umbrales de funcionamiento que ayudan a dar nados i con mejores amigos. Creo que no
visibilidad a dimensiones de la realidad históri- habrá manera mas honrosa de celebrar el
ca imperceptibles a simple vista, permitiéndo- Centenario, manera que haga mas honor
nos entrar, desde la manifestación de su vio- a la Cámara i a los poderes públicos, que
lenta irrupción, en un escenario de fuerzas en dictar una lei que definitivamente dará la
constante lucha y cambio (Foucault 2011). De posesión que por tanto títulos les perte-
acuerdo con esta mirada, el estudio de un mo- nece, a los actuales ocupantes de aque-
mento de crisis nos permite pensar la discon- llos terrenos. I en este sentido creo que
tinuidad como un marco comparativo para la la Honorable Cámara ántes de acordar
observación de una vasta gama de fenómenos ninguna fiesta, ningún torneo, ninguna ilu-
en constante interacción, abriendo el campo de minación, ningún baile, fiestas que solo se
la disciplina histórica a nuevos problemas e inte- harán para las clases acomodadas que vi-
rrogantes que nos permiten advertir la gran ma- ven generalmente felices, creo, repito, que
raña de engranajes que componen y definen la ántes de esto los poderes públicos tienen
realidad histórica, fundidos y operando todos en la obligación de regalar a nuestros conciu-
84 su tránsito hacia la apertura de nuevas posibili- dadanos del Sur con una lei que definiti-
dades. Y, precisamente, éste es el caso de la te- vamente les dé la propiedad de las tierras
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

que ocupan para que nadie pueda arro- el campesino es al mismo tiempo propietario
jarlos de sus cultivos, de sus hogares, de libre de su tierra, la cual aparece como su ins-
las tierras que ellos han formado con su trumento fundamental de producción, como el
esfuerzo. Desde hace dieciocho o veinte campo indispensable de acción de su trabajo y
años con la promesa del Gobierno de que su capital” (2006: 744). Dicho de otro modo, es
esos terrenos llegarán a ser de las per- un régimen de la propiedad privada basado en
sonas que los trabajan o sin esa prome- el trabajo personal del productor, donde la po-
sa, hai miles de nuestros conciudadanos sesión de la tierra es condición necesaria para
que están labrando aquellas tierras (…). el desarrollo de un núcleo familiar libre e inde-
Lo más curioso es que esas propiedades pendiente de productores, a cargo de elaborar
ganadas i laboradas con sudores i fatigas bienes agrícolas suficientes para abastecer al
por esos valientes colonos, les son mas mercado nacional, al mismo tiempo que asegu-
tarde arrebatadas, no por obras de foraji- ran su propia subsistencia.
dos, sino por obras de la lei. Es la lei la que
se los quita, la que los arroja con la fuer- Siguiendo la tendencia histórica descrita por la
za pública, violentamente, obligándolos a acumulación capitalista, esta forma de propie-
salir en un plazo perentorio de quince días dad territorial suele imponerse como la mejor
a un mes, a ponerse en marcha con sus solución ante un sistema capitalista poco de-
animales, sus enseres i todo cuanto han sarrollado, predominando una lógica de atomi-
logrado reunir en espacio de largos años zación del capital en manos de una masa de
i que en pocas horas van perdiendo en trabajadores y propietarios agrícolas, antes que
su penosa retirada por caminos intransi- una lógica de la concentración en manos de
tables. Basta imaginarse ese espectácu- unos pocos. Sin embargo, continuando con este
lo para comprender el inmenso mal que planteamiento, este régimen constituye una fase
amenaza a esos pobres colonos19. de transición necesaria de la propiedad privada
de la tierra en su camino hacia una agricultura
A diferencia de la tradicional estructura social capitalista plena (Marx 2006). Y, justamente, se-
agraria que predominó en la zona central en ría al interior de esta sociedad donde estallarían
torno a la hacienda, para comienzos del siglo las principales tensiones y conflictos sociales.
XX, nuestro estudio se sitúa al interior de una
formación social en transición, caracterizada Como bien lo revelan los boletines del Congre-
por una sociedad civil agraria de colonos, fru- so Nacional de la época, se habían vuelto fre-
to de políticas de colonización sobre el antiguo cuentes en el último tiempo las noticias sobre el
territorio mapuche ubicado al sur del río Biobío. lanzamiento de cientos de familias de colonos
nacionales desde las tierras fiscales que ocupa-
Dicha sociedad rural de colonos, comuneros y ban, luego de que carabineros prendieran fuego
pequeños propietarios, funcionó sobre la base a sus ranchos y cosechas20. Si bien no contamos
de un tipo de régimen de propiedad parcela- con cifras específicas sobre las dimensiones
ria. Como nos explica Marx, “en este régimen que alcanzaron estas acciones de desalojo, los
85

19
BSC, Diputados, Sesiones Ordinarias, 1910, 5 de julio, p.
20
“Nuevos lanzamientos”. La Voz de Loncoche (p. 2). Lonco-
577. che, 22 de marzo de 1910.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

distintos testimonios revisados nos dan cuenta Asimismo, en la Cámara de Diputados circu-
de un fenómeno bastante difundido a lo largo laban preocupantes informes sobre confusos
del sur del país, especialmente en la zona situa- incidentes y constantes atropellos cometidos
da al sur del río Toltén. Adentrándonos en la cru- por personal de carabineros, quienes actuan-
deza de estas acciones, podemos citar, a modo do al servicio de particulares, solían recorrer los
de ejemplo, el último de estos casos ocurridos campos matando a sangre fría, dando paso a
luego de la matanza, el cual se llevó a cabo du- una verdadera ola de terror entre sus habitan-
rante el mes de mayo en las inmediaciones de la tes22. Muchas de estas acciones eran frecuen-
localidad rural de Gorbea, al norte de Loncoche. temente denunciadas por la prensa local, único
medio capaz de dar cuenta de la real dimensión
Imajínese la Honorable Cámara –exclama- que adquirían los hechos:
ba el diputado demócrata Zenón Torreal-
ba- que estos colonos fueron lanzados de Desde hace varios años esta vasta i fértil
sus posesiones en un día en que se des- comarca viene siendo el teatro obligado
cargaba una lluvia torrencial; i tuvieron que de escenas sangrientas de hechos ver-
desarmar sus casas i deshacer sus vivien- gonzosos i de desmanes autoritarios por
das en medio de un temporal espantoso, parte de la fuerza armada i elevada divi-
para ir a armar sus pobres habitaciones en sión, se ha convertido en la peor de las
las calles públicas del pueblo, a fin de po- plagas sociales que puedan azotar a la
der guarecerse i no quedar a toda intem- humanidad. Lo acaecido en Suto no es
perie. Con el ejemplo de lo ocurrido en el un hecho aislado. En la colonia de Huich-
pueblo de Loncoche, estos colonos solo ahue, Nueva Italia i pueblo de Cholchol, se
resistieron en un principio pacíficamente han desarrollado también acontecimien-
la órden de los carabineros; pero cuando tos luctuosos, deplorables, que la prensa
la fuerza armada les declaró que si no sa- regional se ha encargado de fustigar con
lían de sus posesiones serian tratados en enerjia, cauterizando la yaga con los califi-
la misma forma en que lo fueron los del cativos más duros y mordaces. Puede de-
pueblo de Loncoche, se resolvieron a de- cirse, sin temor de ser contradictos, que
jar sus casas i a salir a acampar en las ca- el Rejimiento de Carabineros viene siendo
lles i, algunos, a la intemperie (…). Uno de un constante peligro para industriales, co-
los colonos tenia su mujer encinta, próxi- merciantes, i colonos ocupantes o radica-
ma a desembarazar. Pues los carabineros, dos en la estensa zona de Biobío al sur23.
juntamente con el inspector ingeniero de
colonización llevaron a cabo la expulsión Entre los muchos reportes remitidos al Ministro
de este colono sin tener piedad alguna de del Interior, destacaba el caso del colono Froi-
la situación de su mujer. Lo lanzaron a la lán Arraigada, habitante de la localidad rural de
calle, en donde tuvo lugar el alumbramien- Cholchol, provincia de Cautín, quien un día en
to, en medio del barro y de la lluvia21.
22
BSC, Sesión Extraordinaria, 1909-1910, pp. 936-751, 1795
y 1929-1931.
86

21
BSC, Diputados, Sesiones Ordinarias, 1910, 25 de julio,
23
“Inserciones. La cuestión de Loncoche”. La Aurora (p. 4).
pp. 927-928. Valdivia, 20 de febrero de 1910.
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

presencia de su mujer e hijos fue sacado de su ble creer que estos se hayan convertido
casa por tropas de carabineros y conducido a en asesinos a mansalva i por la espalda?
un lugar apartado del bosque donde fue fusi- ¿Cómo se esplica esa persecución tenaz
lado. Más tarde, su cuerpo fue arrojado a un i desesperada que emprendieron los Ca-
río cercano donde fue encontrado por vecinos. rabineros a los Colonos? I mas aun con
Su historia, por supuesto, representaba sólo situación agravante de que perseguían a
una pequeña muestra de la emergencia que se matacaballos i disparando sus carabinas
vivía en las localidades rurales apartadas del sobre los que indefensos huian.
sur del país24. Ante esta situación, no faltan los
cuestionamientos sobre las causas y responsa- Y acerca de estos duros cuestionamientos, se-
bilidades detrás de estos hechos, tal como lo ñalaba:
planteaba una carta escrita por un vecino de Vi-
llarrica, firmada bajo el seudónimo de “Demos ¿Y la responsabilidad? He aquí la gran
Patria”, publicada en La Voz de Loncoche: cuestión, i que nadie acierta, hasta hoy
a pegar en el clavo si nó en la herradura.
Vemos por doquer Colonos que vagan Nuestro humilde entender cree que el úni-
despavoridos por los caminos de las in- co culpable es el Fisco, el Fisco i el Fis-
cultas selvas, vemos temblar de pies a co. Razones, ¿no tiene el Fisco Injenieros,
cabeza a esos infelices parias en su pro- Oficina de Mensura de Tierras, Inspeccion
pia Patria al solo nombre de ¡Carabineros! Jeneral de Colonización, Administradores
¿Acaso los Colonos se han convertido de Colonias, Abogados de Defensa Fiscal;
en bandidos feroces o salvajes? Si esos para que estos le digan al Gobierno? Los
pobres ignorantes, desobedeciendo or- terrenos que ocupan los Colonos cuatro
denes de la justicia, que ellos debieran palabras: Ustedes no tienen derecho o vi-
ser los primeros en acatar, atropellaren la ce-versa. ¿Los terrenos son Fiscales, los
autoridad i fuerza pública; inducidos por Colonos no deben moverse i por lo tanto
malos elementos o perniciosas personas, ganarle el juicio ante los tribunales a los
¿no pudo la fuerza pública disparar sus particulares que se dicen dueños? ¿Qué
armas contra los caballos de esos pobres culpa tienen los Carabineros a quienes los
i honrados padres de familia? Queremos Colonos atacan? ¿Qué culpa los Colonos
concederle el máximo a los carabineros: a quienes los Carabineros matan? Ni uno
¿No pudieron haber muerto a unos dos ni otro. El Gobierno i su maldita Oficina de
de los colonos para que hubieran servido Colonización con sus enormes carros de
de escarmiento de los demás? ¿O cre- empleados que nada hacen25.
yeron que eran bandidos i no Colonos?
¡Lamentablemente equivocación que no Como vemos a través de los distintos testimo-
tiene justificación posible, ante propios i nios aquí citados, podemos concluir que las
extraños! I si los Carabineros, son fuerza causas que desencadenaron los trágicos su-
pública de órden i moralidad, ¿es posi- cesos de Loncoche, lejos de corresponder a
87

24
BSC, Diputados, Sesión Extraordinaria, 1909-1910, 8 de
25
“¿Colonos o bandidos? ¿Carabineros o asesinos?”. La
diciembre, p. 751. Voz de Loncoche (p. 2). Loncoche, 27 de febrero de 1910.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

una realidad aparentemente aislada, formaron to esas clases, avanzadas de vanguardia


parte de una problemática bastante difundida de la nacionalidad chilena, á la que debe la
al interior de las entonces relaciones socia- patria la duplicación por el norte y el sur, de
les presentes en las zonas rurales del sur del su territorio efectivo y de civilización, esas
país, y la cual apuntaba de manera conjunta a clases que han procurado esas falanges
la acción desmedida por parte de privados, así de héroes anónimos de la paz y de la gue-
como a la falta de una política administrativa rra, jamás han recibido de la nación la re-
que no supo dar cuenta a tiempo de sus erro- compensa de su esfuerzo ni la gratitud que
res y defectos. Así pues, éste y otros elementos merecen. La habitación y el lote de tierra es
formaron parte de lo que en términos generales el pedazo del que la patria da forma al vín-
se ha denominado por muchos autores como culo maternal que á él los ha de unir; han
“el problema de la constitución de la propie- de ser su albergue y su sustento que como
dad austral”, problemática histórica bastante madre los ampare; han de ser como el oa-
amplia, en la que el presente estudio pretende sis, como la sombra bienhechora, que les
ahondar y problematizar desde el punto de vis- dé el encanto de la vida, donde cualquier
ta de su relación específica con el proceso de el nido de sus amores; crezcan y se for-
colonización nacional y de cara a los hechos de men los hijos, y se disipen los sinsabores
sangre ocurridos en Loncoche. del combate diario (...). Paguemos a esas
pobres gentes la deuda de un siglo26.

4. Hacia una colonización ampliada con na- Lonko-che, que en mapudungun significa “ca-
cionales y el lugar del ocupante de tierras beza de hombre”, nació fruto de las políticas
fiscales (finales del siglo XIX-1910) de colonización con nacionales implementadas
por el Estado chileno en territorio mapuche de
Nosotros creemos que más que esas va- la Araucanía y más al sur, luego de finalizada su
nidosas y exteriores manifestaciones, sería ocupación militar en 1883. Pese a que para en-
digna y oportuna celebración de tan fausto tonces las tierras de Loncoche formaban parte
acontecimiento, mirar por el bienestar de del extremo norte de la provincia de Valdivia
nuestras clases laboriosas y humildes que (frontera sur de la Araucanía), como proyección
forman como el cuerpo de la patria, que natural del país histórico mapuche, su definitiva
tan pródigas, han sido de su sangre y de incorporación a la realidad política y económica
su esfuerzo en los cien años de nuestra nacional estaría determinada por los procesos
vida nacional. Conquistadoras por el norte desprendidos de esta empresa27. Su fundación
con sus barretas, primero del desierto de oficial en el año 1908 estaría dada por un ofi-
Antofagasta y Tarapacá, y luego con las ar- cio del Inspector General de Tierras y Coloni-
mas de la guerra, y bayoneta calada, hasta zación, enviado al Ministro de Colonización el
Sama; mientras al sur del Bio-Bio, exten- 14 de septiembre de 1900, quien al tanto de
diéndose hasta el otro lado de la cordillera
y de los lagos andinos, habrían con el tra-
26
“Habitación y tierras”. La Aurora (p. 4). Valdivia, 20 de abril
de 1910.
88 bajo a la civilización las selvas araucanas y 27
Para una historia particular del proceso de colonización en
las soledades patagónicas. Y mientras tan- el espacio-territorial de la Araucanía, ver, por ejemplo, Bengoa (2014).
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

la “crecida demanda de solicitudes por terre- que vengan al país con ánimo de avecindarse
nos fiscales” en el distrito de Loncoche, de la en él i ejerzan alguna industria útil; les asigne
Subdelegación de San José, solicitaba a la res- el número de cuadras que requiera el estable-
pectiva cartera de gobierno “la aprobación del cimiento de cada uno i las circunstancias que
plano de la población Carrera” -asentamiento lo acompañen, para que les ausilie con los úti-
original del poblado de Loncoche-, en el cami- les, semillas i demás efectos necesarios para
no que unía a los poblados de San José de La cultivar la tierra i mantenerse el primer año”,
Marquina y Villarrica, principal arteria de comu- haciendo una concesión de tierras fiscales que
nicación de la zona (Abara Kessie 2000). “no podrá exceder de ocho cuadras de terre-
nos para cada padre de familia, i cuatro mas
Como se sabe, este doble acto dirigido a fundar por cada hijo mayor de catorce años que se
nuevos poblados y a hacer entrega de tierras fis- halle bajo la patria potestad”29.
cales, formó parte central de un plan estatal idea-
do para expropiar las tierras indígenas y consti- Para esto, continuando con la experiencia del
tuir la propiedad privada de la tierra a través de su proceso de colonización llevado a cabo con
transferencia a manos de un grupo social nuevo. colonos alemanes en las zonas de Valdivia,
Las principales herramientas legislativas a cargo Osorno, Llanquihue y Puerto Montt, se emplea-
de dirigir este proceso fueron las leyes de 1845 y rían colonos extranjeros30. En síntesis, según
1866. En el transcurso de la ocupación militar de lo establecido por estas bases legales, la co-
la Araucanía, la ley del 4 de diciembre de 1866, lonización nacional correspondería a un proce-
promulgada durante el gobierno de José Joa- so típicamente moderno, definido a partir de
quín Pérez, estableció disponer como propiedad un plan estatal enfocado en la transformación
fiscal todas las tierras mapuches ubicadas entre agraria del territorio nacional por medio de la
el río Biobío y el río Toltén, acordando que los “si- repartición de las recién instauradas tierras fis-
tios en que se dividan los terrenos destinados á cales, permitiendo el asentamiento de una co-
poblaciones, se concederán gratuitamente á los munidad de colonos para labrar y hacer produ-
pobladores por el Presidente de la República”, cir la tierra (Gómez y Gimeno 2003).
mientras que “los terrenos que el Estado posee
actualmente i los que en adelante adquiera, se Sin embargo, para finales del siglo XIX, este
venderán en subasta pública, en lotes que no plan inicial dirigido a colonizar con inmigrantes,
excedan las quinientas hectáreas”, destinando comenzaría a derivar, poco a poco, en un pro-
una parte de estos terrenos “al establecimiento ceso más amplio integrado por ciudadanos chi-
de colonias de nacionales y extranjeros con arre- lenos. Por un lado, la primera medida concreta
glo á las leyes que rigen en esta materia”28. para avanzar en la dirección de una coloniza-
ción mixta fue la ley nº 180, promulgada el 19
Siguiendo con la tradición establecida por la de enero de 1894, durante el gobierno de Jorge
ley del 18 de noviembre de 1845, se acordaba Montt. Esta política fue entendida como una ley
“establecer colonias de naturales i extranjeros de recompensa que buscó conceder hijuelas a
28
Artículo 3º, Ley del 4 de diciembre de 1866: “Sobre radica-
29
Artículo 2º, Ley del 18 de noviembre: “Colonias de natura-
les i extranjeros”, en Anguita (1912), p. 473. 89
ción y concesiones de títulos de merced á los indígenas”, en Zenteno
(1892), pp. 74-75. 30
Ver Molina (2001), pp. 49-65.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

modo de pensión a ex jefes y oficiales del Ejér- modalidad de colonización podía ofrecer ante
cito en territorio de la Araucanía, en respuesta los pobres resultados obtenidos con los colonos
a sentidas demandas por mejores condiciones extranjeros. En efecto, en el momento en que el
de retiro –arrastradas desde el gobierno de gobierno presentaba una iniciativa de ley sobre
José Manuel Balmaceda-, entre los funciona- colonización con nacionales ante el Congreso, el
rios que, habiendo participado en acciones mi- proceso de colonización con extranjeros estaba
litares durante la Guerra del Salitre (1879-1883) a punto de cumplir medio siglo de vida, período
y la Guerra Civil de 1891, no formaran parte de en que decayeron muchos de los ideales pues-
la planta legal del Ejército31. tos en este tipo de colonización, tal como quedó
demostrado a partir de los cuestionamientos que
Por otro lado, el sorpresivo éxodo de cien- formaron parte de la discusión en el Senado:
tos de familias chilenas a la zona limítrofe de
Neuquén, en Argentina, lugar donde se lleva- ¿Por qué habrían de tener preferencias los
ba a cabo un proceso de colonización similar extranjeros sobre nuestros nacionales que
al nuestro, persuadió al gobierno de presentar puedan tener igual competencia? ¿Acaso
un proyecto de ley que permitiera revertir esta se buscan, señor Presidente, elementos
situación, entregando tierras fiscales a todas nuevos de civilización o de ciencia agrícola
aquellas personas que estuvieran dispuestas a en los que vienen de fuera para el cultivo
volver al país. De este modo, el 14 de septiem- perfeccionado de las sesenta o cien hec-
bre de 1896, se promulgó la ley “Sobre coloni- táreas del lote que se les concede? Quien
zación nacional con chilenos repatriados de la así piense no piensa bien. Es evidente que,
República Argentina”, la cual autorizaba al Pre- dados los cultivos que se practica en nues-
sidente de la República para conceder hijuelas tro país i en aquella zona, los que vienen
de hasta ochenta hectáreas a cada padre de de afuera no pueden poner en práctica sus
familia, y hasta de cuarenta hectáreas por cada conocimientos propios i tienen que con-
hijo varón mayor de dieciséis años en las pro- sultarse con los chilenos allí establecidos
vincias de Cautín, Malleco y Valdivia32. i recibir la enseñanza práctica de nuestros
propios compatriotas. Si, pues, nuestros
Faltando poco para el comienzo del siglo XX, nacionales son aptos i están preparados
ambas políticas de colonización implementa- para esos trabajos ¿por qué habríamos
das a partir de demandas y coyunturas específi- de exceptuarlos? Yo soi mas amigo de lo
cas, dieron paso a una discusión más de fondo conocido que de lo que está por conocer-
sobre la posibilidad de aprobar una legislación se. Conozco los esfuerzos i el sacrificio del
que consagrara de manera definitiva la entrega obrero chileno para desarrollar su trabajo,
de tierras fiscales a chilenos que estuvieran in- i, en este sentido, soi del sentir que en vez
teresados en el trabajo agrícola. Los principales de atarle las manos, debemos darle toda
argumentos a favor de esta opción se centraron clase de facilidades. En estas condiciones,
en las ventajas logísticas y económicas que esta yo no tengo otra cosa que hacer sino dar
mi voto, gustosísimo, a este proyecto33.

31
BSC, Senadores, Sesiones Extraordinarias, 1893, 27 de
90 noviembre, pp. 305-307. 33
Intervención del senador José María Balmaceda, BSC, Se-

32
Consejo de Estado (1908), p. 244. nadores, Sesión Extraordinaria, 1897, 15 de noviembre, pp. 606-612.
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

En la práctica, la colonización con extranjeros 2.ª No haber sido condenados por crímenes o
había resultado un total fracaso, tanto por su simple delito y; 3.ª Ser padre de familia”36.
pobre convocatoria, como por las dificultades
con que debieron lidiar las autoridades para Las concesiones de terrenos se harían bajo los
lograr establecer colonias productivas capa- mismos derechos y obligaciones de las leyes
ces de subsistir de manera estable a lo largo vigentes para colonos extranjeros. A partir del
del tiempo. Para el año de 1910, abundaban decreto reglamentario de esta ley, promulgado
en el Ministerio de Colonización antecedentes tardíamente el 15 de octubre de 1902, se impu-
sobre colonias que, pese a la cantidad de re- so como principal obligación de los aspirantes
cursos invertidos y personal técnico asignado, a colonos “cerrar completamente su hijuela,
habían terminado con las familias de colonos dentro de dos años contados desde la fecha
abandonando sus hijuelas o vendiéndolas ante del acta de entrega”, y “cultivar personalmente
la primera oportunidad34. Todo esto debido a el terreno en una extensión que no sea inferior á
que gran parte de los emigrantes llegados eran la mitad que se le haya concedido”, entre otras
en su mayoría profesionales con oficios que se cosas. Sólo luego de certificar el cumplimiento
alejaban por mucho de la actividad agrícola35. de estas obligaciones ante la Inspección Gene-
Ante semejante estado de cosas, no era de ex- ral de Tierras y Colonización, el Supremo Go-
trañar que la posibilidad de colonizar con chi- bierno haría entrega del título definitivo. Por el
lenos se convirtiera en la mejor opción para el contrario, “si trascurridos seis años, contados
Gobierno, ya que junto con revitalizar el proce- desde la fecha del título provisional, el colono
so de colonización nacional en ejercicio, permi- no se hallare en situación de solicitar título defi-
tiría al mismo tiempo dar respuesta a las nue- nitivo, caducará la concesión sin que éste ten-
vas demandas sociales por tierra provenientes ga derecho á reclamar indemnización alguna
desde amplios sectores. por las mejoras que hubiere introducido”37.

Así pues, ante un amplio apoyo de todos los Junto con esto, la ley también fue de vital im-
sectores políticos, el 13 de enero de 1898 se portancia en la medida que, por primera vez,
promulgó la ley nº 994 “Sobre colonización con permitió regularizar la situación del ocupante
nacionales”, en la que “se autoriza al Presiden- de tierras fiscales u ocupante nacional, el cual
te de la República para que pueda conceder se caracterizó por mantener una posesión de
en las provincias de Cautín, Malleco, Valdivia, hecho sobre tierras baldías que habían perma-
Llanquihue i Chiloé, hijuelas de terrenos fiscales necido en cierta forma ajenas al proceso formal
hasta cincuenta hectáreas para cada padre de de constitución de la propiedad de la tierra, in-
familia i veinte mas por cada hijo lejítimo i ma- tegrando parte del fenómeno conocido como
yor de doce años, a los chilenos que tengan las de “colonización espontánea”. Su incorpora-
siguientes condiciones: 1.ª Saber leer i escribir; ción formal quedaría establecida por la ley en

34
BSC, Senadores, Sesión Extraordinaria, 1897, 17 de no- 36
Artículo 1º, Ley del 13 de enero de 1898: “Sobre coloniza-
viembre, pp. 891-895. ción con nacionales”, en Consejo de Estado (1908), p. 312.
35
Para profundizar en las principales dificultades y contra-
37
Artículos 7º, 8º y 9º, Decreto Reglamentario de la ley de 91
tiempos de la colonización con extranjeros en Chile, ver Harris (1997), colonización nacional de 1898, promulgado el 15 de octubre de 1902,
pp. 543-566. en Comisión Parlamentaria de Colonización (1912), pp. 20-23.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

los siguientes términos: “Los que hubieren ocu- Desde el punto de vista de su puesta en mar-
pado terrenos con anterioridad al 15 de Enero cha, los aspectos que caracterizaron esta ley
de 1901 en las provincias de Malleco, Cautín, fueron, en primer lugar, un cambio radical en
Valdivia, Llanquihue y Chiloé, tendrán opción á relación con los objetivos originales que impul-
una hijuela (…) siempre que el terreno ocupa- saron a las anteriores políticas de colonización,
do no hubiere sido destinado por el Supremo entre los cuales se encontraba la importante
Gobierno á otros fines y haya sido trabajado tarea de contribuir a poblar las tierras baldías,
personalmente por el interesado y se hubieran cuestión que ahora consistiría en una inmigra-
hecho mejoras en dicho terreno que represen- ción interna dentro de las mismas fronteras
ten doscientos pesos á lo menos”38. nacionales. En segundo lugar, esta ley fue en-
tendida más bien como una política social, en
Sin duda, dentro de un proceso de apertura y tanto representó una medida dirigida a aplacar
expansión del proceso de colonización nacional, las sentidas demandas sociales por tierras, ha-
la incorporación del ocupante de tierras fiscales ciendo de ella una política alejada de los prin-
representó un claro esfuerzo del Gobierno por cipios originales de la colonización extranjera,
revitalizar el proceso de colonización nacional. que tuvo como principal tarea ayudar a “civili-
En efecto, pese a que la historia del ocupante de zar y modernizar” el mundo indígena-criollo del
tierras fiscales se había forjado sobre una ocu- sur del país, repercutiendo esto último negati-
pación de hecho, fuera de los marcos legales, vamente en el modo como sería percibida esta
ante las incuestionables evidencias que sólo el nueva política de colonización nacional entre
tiempo podría otorgar, su figura independiente los grandes propietarios de la tierra.
se volvió un factor eficaz en la tarea de poblar y
hacer producir las tierras relegadas al olvido por Precisando algunas cifras sobre la acción de
la colonización formal, resolviendo reconocer, estas políticas de colonización con nacionales,
bajo ciertos requisitos, todas aquellas ocupacio- podemos decir que, para finales de 1907, el
nes de hecho existentes, representando a nues- Estado logró otorgar tierras a un total de 840
tro juicio uno de los hitos más significativos en la familias de chilenos repatriados de la Argenti-
historia de este proceso estatal de colonización na (7.527 personas en una superficie total de
de tierras, desde el punto de vista que permitió 68.715 hectáreas), de las cuales 349 familias
el debido acceso a la propiedad de la tierra a correspondían a la provincia de Valdivia (3.395
los sectores populares de nuestro país. De este personas en 27.366 hectáreas). En cuanto al
modo, esta ley permitiría al Estado “ganar terre- caso de los colonos nacionales sujetos a la ley
no” frente a las tradicionales prácticas de usur- de 1898, para la misma fecha, se otorgaron tie-
pación de tierras indígenas y fiscales por parte rras fiscales a un total de 231 familias (1.778
de privados, las que por regla general consistían personas en una superficie de 14.174 hectá-
en una mera tenencia de grandes extensiones de reas), de las cuales 40 familias correspondían
tierras aptas para el cultivo, las cuales casi siem- a la provincia de Valdivia (505 personas en una
pre permanecían improductivas (Ureta 1927). superficie de 3.004 hectáreas) (Torrealba 1917).
Para el caso particular de la localidad de Lon-
38
Artículo 2º, Decreto Reglamentario de la ley de coloniza-
92
ción nacional de 1898, promulgado el 15 de octubre de 1902, en Co-
coche, el censo del año 1907 arrojó que existía
misión Parlamentaria de Colonización (1912), p. 21. un total de 266 colonos nacionales en la zona,
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

correspondiente sólo al 5,4 % de la población dia vemos al señor acaudalado con títu-
rural39. No obstante, más allá de las cifras, es- los inscritos que llama mui lejítimos i que
tos números serían expresión del anhelo popu- las da hasta de millonario; de ahí el gran
lar de miles de hombres y mujeres movilizados negocio de tierras i de ahí también que de
por su deseo de encontrar en la vida del trabajo la noche a la mañana se deja en la calle a
agrícola una posibilidad real de escapatoria a cientos de personas que han vivido 20 o
su destino, y el de sus hijos, como clase asala- mas años en esas tierras40.
riada en las grandes ciudades. Anhelo que en
medio de un escenario de grandes ambiciones Aunque parezca exagerado, testimonios como
y cruentas disputas, fuera defendido, incluso, éste eran bastante usuales, dando cuenta del
hasta la muerte. origen de la problemática central que aquejaba
la constitución de la propiedad de la tierra en
el sur del país: las prácticas de usurpación de
5. La lucha social por el dominio de la pro- tierras indígenas por parte de privados. Dicha
piedad de la tierra al interior del sistema de problemática no se manifestó del mismo modo
colonización nacional en el sur de Chile (fi- y con la misma intensidad en todos los espa-
nales del siglo XIX-1910) cios de la región, dando cuenta de un complejo
escenario legal que es necesario revisar.
En los días posteriores a la matanza, la prensa
local denunció entre sus páginas la confusa si- Como se sabe, el proceso de constitución de
tuación legal que existía en torno a las tierras la propiedad de la tierra al sur del río Biobío no
que rodeaban la localidad rural de Loncoche: sólo se realizó a partir de políticas estatales a
cargo de transferir los derechos del suelo in-
para nadie es un misterio que la propie- dígena a manos de una sociedad civil agraria
dad no está constituida en los campos de en formación, sino que, del mismo modo, dicho
Loncoche i que de ahí vienen los enredos proceso se realizó sobre la base de las llama-
que acarrean funestas consecuencias. De das “leyes prohibitivas”, las cuales buscaron
las 300 i tantas mil hectáreas de terrenos limitar y prohibir el acceso de los particulares
que circundan a Loncoche casi todos a la propiedad de la tierra, todo esto con fin de
tienen títulos i ¿cómo se ha podido for- regular el mercado raíz, resguardando los pro-
jar tanto título, cuando todos saben que cesos de expropiación y transferencia de la ac-
estos terrenos eran indígenas? De la ma- ción corrosiva de los particulares, en respuesta
nera siguiente: Llega un señor que se dice directa a las reiteradas prácticas de usurpación
pudiente o acaudalado, llama a cualquiera de tierras indígenas y de compraventas abusi-
que vaya pasando por la calle i le dice: “Te vas en contra de mapuches.
pago 30 0 50 pesos i el pasaje i dí en tal
Notaria que el terreno es tuyo i que me lo La primera de estas medidas en ser implemen-
vendes por 80.000 o 100.000 pesos”. El tada fue el decreto del 14 de marzo de 1853, que
rotito acepta ipso-facto el negocio i al otro estableció que “toda compra de terrenos hecha
93

39
“El censo de Loncoche”. La voz de Loncoche (p. 2). Lon-
40
“Comisión parlamentaria”. La Voz de Loncoche (p. 2). Lon-
coche, 30 noviembre de 1907. coche, 22 de febrero de 1910.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

á indígenas ó de terrenos situados en territorio incremento enorme en las escrituras de


de indígenas, debe verificarse con intervención compraventa de propiedades rurales. El
del Intendente de Arauco y del Gobernador”41. abogado Agustín Torrealba Z., estudió las
Más tarde, por medio de los decretos del 4 de escrituras de compra-venta de la notaría
diciembre de 1855 y del 9 de julio de 1856, esta de Valdivia, entre 1788 y 1907; había 7.505
formalidad fue extendida a las provincias de escrituras. Sólo 344 correspondían a fe-
Valdivia y Llanquihue, respectivamente, en su chas anteriores a 1870, y las más de 7.000
reconocimiento como territorio indígena. Sin restantes correspondían a fechas poste-
embargo, las leyes de 1866 y 1874, encarga- riores. De estas últimas cerca de 1.000
das de ahondar en estas medidas, no fueron lo eran otorgadas por indígenas (1998: 31).
suficientemente claras en ratificar dichas prohi-
biciones para las tierras indígenas ubicadas al Se trataba de una situación que, para los pri-
sur del río Toltén. meros años del siglo XX, era más que conocida
por las autoridades locales y de gobierno:
De lo anterior se desprende una desafortunada
declaración de la Corte Suprema de Santiago, Los funcionarios de Colonización han
con fecha del 10 de noviembre de 1873, a raíz siempre creído que en esta Prov. la deten-
de una disputa legal entre el notario público de tación de los terrenos fiscales ha asumido
La Unión y el Intendente de Valdivia, en la que mayores proporciones y se ha efectuado
se declaró que lo dispuesto por las leyes de en forma más irritante que en cualquier
1866 y 1874 sólo sería vigente para el territorio otra (…). Una nota fechada en 1901, del
indígena de los departamentos de Angol, Lebu Sub. Inspector de Colonización don J.
e Imperial, estableciendo, en consecuencia, Larraín A., trataba de este asunto en for-
que los departamentos de Valdivia y La Unión ma muy explícita y si no llegaba a apuntar
quedarían sujetos a las reglas ordinarias sobre numerosos, porque creía que casi toda la
enajenación de tierras, como “territorio indí- propiedad del Estado o de Indígenas es-
gena civilizado”, derogando con ello la acción taba usurpada, en cambio, consignaba
de los decretos de 1855 y 1856, y liberando el datos muy reveladores sobre la forma en
mercado de tierras al sur del río Toltén (Almo- que los particulares se habían adueñado
nacid 2013). Por supuesto, como bien precisa de la propiedad de Indígenas. Un párra-
el historiador Fabían Almonacid, esta interpre- fo de esta nota sintetiza las apreciaciones
tación resultó del funcionario en referencia. Dice: “son
muchas las personas que hay en la Prov.
perfectamente funcional a las presiones de Valdivia sindicadas de haber asesina-
existentes en la zona por expandir las do indios con el objetivo de apoderarse
propiedades rurales. Los efectos fueron de sus terrenos, me atrevo asegurar que
evidentes; a partir de esa fecha hubo un casi nunca se ha levantado un sumario
para esclarecer la verdad; pero sí, aseguro

41
Artículo 1º, Decreto 14 de marzo de 1853: “Contratos so- que éstos son ricos propietarios, dueños
bre propiedades. Se prohíbe las formalidades para su otorgamiento
94
sobre terrenos en territorio indígena”, en Zenteno (1892), pp. 131-
de considerables extensiones de terrenos
132. que antes ocupaban los indios”. La pro-
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

piedad fiscal y de indígenas casi ha desa- muchos acapararon grandes estensio-


parecido en Valdivia (Torrealba 1916: 141). nes; otros, sobre la base de una modesta
adquisición legal, han ido extendiéndose
En medio de un proceso de constitución de poco a poco a los campos vecinos; bien
la propiedad aún inconcluso, la decisión de la pocos son los que se han contentado con
Corte Suprema de Santiago dejó a los territo- lo que honradamente les corresponde. De
rios ocupados por comunidades mapuches en modo, pues, que la propiedad esta mo-
un total estado de vulnerabilidad legal, como nopolizada en Loncoche. Unos cuantos
efectivamente ocurrió a lo largo de la provincia señores usufructúan de grandes esten-
de Valdivia, especialmente en su extremo nor- siones, bien o mal habidas. La opinión
te, lugar de fundación de Loncoche. dominante en dicho pueblo es que todo
o casi todo es fiscal. La gente pobre del
Ahora bien, ante este complejo escenario: norte, que sigue afluyendo en buen nú-
¿cómo afectaron particularmente estas prácti- mero en busca de mejores horizontes, se
cas de usurpación de tierras indígenas al pro- compenetra de este aserto, toma su ha-
ceso de colonización nacional? En términos cha, escoje una posesión a lo largo de los
generales, podemos señalar que estas prácti- caminos, se establece en ella i empieza a
cas de usurpación de tierras indígenas planta- esplotarla haciendo tiempo para quedar
ron la amarga semilla de la duda y la especu- al amparo de las leyes que protejen a los
lación sobre gran parte de la propiedad rural ocupantes de terrenos de colonización. I
de la región, viciando con esto el proceso de aquí empieza la guerra –guerra a muerte-
transferencia de la propiedad de la tierra a ma- entre el que llegó primero i el que llegó úl-
nos de una comunidad de colonos nacionales, timo. El terreno disputado pertenece casi
dando paso a una verdadera lucha social por el siempre a un tercero, el Gobierno, que
dominio de la propiedad de la tierra: no se da ni por entendido. Es claro que
en la generalidad de los casos el hilo se
¿Cómo está constituida la propiedad en corta por lo mas delgado. El hacendado
la estensa zona norte de nuestra provin- opulento nunca deja de tener algún título,
cia? En realidad, no pude decirse que esté bueno o malo; el recién llegado no tiene
constituida. Salvo excepciones mui con- ninguno; el primero dispone de recursos
tadas, los títulos que cada uno alega son para la defensa; el último bien pocas ve-
mui discutibles. El Fisco i únicamente el ces puede atender como es debido a las
Fisco pudo haber reclamado el dominio tramitaciones del juicio42.
absoluto de esas tierras; pero en general
las ha dejado abandonadas a la ambicion Como se desprende del texto anterior, los an-
de los particulares i, cuando ha tratado de tagonismos vividos al interior de esta sociedad
defender sus derechos, lo ha hecho en no se caracterizaron, como sería lógico pen-
forma por demás desgraciada i casi siem- sar, por las contradicciones propias de una lu-
pre anfractuosa. ¿En qué situación están, cha de clases definida por las tensiones entre
entonces, los ocupantes o poseedores
42
“Lo de Loncoche”. El Correo de Valdivia (p. 4). Valdivia, 17
95
actuales? De los que llegaron primero, de febrero de 1910.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

aquellos individuos que poseen el control sobre a un ministro de fé i aun distinguido abo-
la propiedad de los modos de producción (en gado valdiviano que dilijenciaban el cum-
este caso la tierra), y quienes no, sino que más plimiento de un fallo judicial ejecutoriado,
bien comprendió una disputa social por intere- i llegaron hasta atacar en orden de bata-
ses opuestos entre “antiguos” y “nuevos” pro- lla i número de mas de doscientos a tres
pietarios. En otras palabras, mientras los colo- carabineros que auxiliaban al ministro de
nos nacionales y ocupantes de tierras fiscales fé, consiguiendo desarmarlo i detenerlos
lucharon por el derecho a su reconocimiento como prisioneros. En segundo lugar, hace
como pequeños propietarios amparados en las poco, dentro del fundo Casahue i Quila-
leyes de colonización, por su parte, los parti- mari se opusieron también colectivamen-
culares lucharon por seguir perpetuando sus te, en numero de mas de cien, a un lanza-
prácticas expansionistas, como en los mejores miento judicial i amenazaron de muerte al
tiempos cuando aquellas tierras aún eran parte juez que hacía la notificación, i obligaron a
de una geografía boscosa e inhóspita, mostrán- retirarse a los carabineros para evitar efu-
dose renuentes a compartir las tierras baldías siones de sangre. Ambos desacatos han
disponibles con una masa popular “afuerina”43. quedado impunes, porque en los proce-
Esto último explicaría por qué el proceso de sos criminales que se tramitan en el juz-
colonización nacional fue tildado de “intruso” gado de letras ha sido imposible apresar
ante los ojos de estos grandes propietarios, y a los autores, por ser jente desconocida i
por qué los aspirantes a colonos fueron perci- que se oculta en los bosques45.
bidos como una verdadera lacra social, la cual
no hacía otra cosa que “brotar como parásitos” Ante testimonios como éste, debemos pregun-
al interior de sus (supuestas) tierras44. tarnos con más detalle ¿quiénes eran estos an-
tiguos o grandes propietarios de la tierra que
Entre estos aspirantes a colonos nacio- entraban en constantes conflictos con los co-
nales hai bandidos i ladrones reconoci- lonos nacionales por los suelos baldíos? Como
dos que huyendo de la autoridad de otras nos relata el estudioso de la propiedad austral,
provincias, han venido a ocupar tierras en Agustín Torrealba:
esta zona, ocultando sus nombres i impo-
niéndose por medio de la fuerza bruta. En Los detentores de terrenos fiscales son en
dos ocasiones anteriores han burlado me- Valdivia de dos clases y condiciones, co-
diante alzamientos armados i colectivos rrespondientes a la nacionalidad y la raza.
los decretos de la autoridad judicial, cuyo Los de origen germano son más mode-
poder i prestijio han arrastrado por el sue- rados, pocas veces emplean la violencia
lo. Primero, apresaron cerca de Villa-Rica con el indígena y el terreno que usurpan a
éste, pronto se ve cerrado, cultivado y, en
Esta dicotomía entre “antiguos” y “nuevos”, como funda- consecuencia, valorizado. Nuestros con-
43

mento social del problema de la constitución de la propiedad de la


tierra en el sur del país, ya ha sido planteada en estudios anteriores nacionales quitan al indio su terreno por
sobre el tema, eso sí, descartando cualquier idea de “lucha de cla- cualquier medio, no se sacian jamás de
ses”. Ver Urrutia (1911), pp. 3-11.
96

44
“Sucesos de Loncoche”. El Mercurio (p. 10). Santiago, 15
45
“Sucesos de Suto”. El Correo de Valdivia (p. 2). Valdivia, 15
de febrero de 1910. de febrero de 1910.
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

acumular tierras y, para dejarlas, en gene- Como resultado de esta situación, el Juzgado
ral, en el más completo abandono. Ésta es de Valdivia debió ordenar a la Oficina de Mensu-
la parte anti-social que tiene esta acción ra de Tierras suspender “cualquiera medida de
para la comunidad. Hay muchas personas ocupación, radicación, hijuelación, concesión
poseedoras de grandes predios formados de títulos” en el lugar. Pese a esta medida judi-
por la usurpación al indígena y, sin em- cial, el jefe de la Oficina de Mensura de Tierras
bargo, son gentes relativamente pobres de Valdivia, Navarrete Orrego, alertó al gobierno
(1916: 142-143). informando que en la zona ya se habían otorga-
do un sinnúmero de títulos de dominio a colo-
Estos denominados “duques de la tierra” por nos nacionales, con lo cual el escenario estaba
la prensa local -debido a la gran cantidad de lejos de solucionarse47. Por esta razón, en 1901,
títulos con que contaban, contrastando con su el Fisco debió iniciar una demanda para que se
poca fortuna-, conformaron, a nuestro juicio, declarasen nulos todos los contratos de com-
la génesis histórica de una clase social terra- praventa defendidos por Heisse, cancelando las
teniente que se desarrolló de manera parale- inscripciones hechas, solicitando se declare al
la y en oposición al plan de estructura agraria “fundo Loncoche” como propiedad del Estado,
definido por el Estado chileno para las tierras y argumentado que sus tierras se encontraban
fiscales46. Entre los “duques de la tierra” más dentro del antiguo departamento de Imperial, de
famosos de Loncoche se encontraba el des- la primitiva provincia de Arauco, lugar donde ri-
cendiente de colonos alemanes, Carlos Heisse, gieron en todo momento las leyes prohibitivas.
quien para el momento de la matanza se en- Finalmente, en el año 1936, la Corte de Apela-
contraba en medio de una importante disputa ciones de Santiago resolvió acoger en todas sus
legal en contra del Fisco. Su caso fue noticia a partes la demanda presentada por el Fisco, po-
nivel nacional. Poco tiempo después de la fun- niendo fin a la polémica legal48.
dación de la población Carrera, Heisse presen-
tó una demanda en contra del Fisco, alegando Con todo, su caso fue emblemático, no sólo por
que esos terrenos eran de su propiedad como representar un claro ejemplo del impacto de las
resultado de una serie de compraventas, reali- prácticas de usurpación de tierras indígenas por
zadas entre los años 1881 y 1902, con Adeoda- parte de privados, sino también por la responsa-
to Puchi (Abara Kessie 2000). Con su alegato, bilidad de estos hechos en los acontecimientos
Heisse no pretendía otra cosa que ser el único ocurridos en Suto. En efecto, a pesar de la dispu-
dueño del denominado “fundo Loncoche”, ex- ta legal por las tierras del “fundo Loncoche”, esto
tensión de terreno que abarcaba gran parte del no fue impedimento para que el alemán vendiera
proyectado departamento de Villarrica y todos parte de sus supuestas tierras a Ángel Custodio
los terrenos situados al sur del río Danguil, dan- Henríquez, uno de los principales protagonistas
do como resultado una superficie total de apro- de la matanza ocurrida el 15 de febrero de 1910.
ximadamente 80 mil hectáreas. Esta situación,
por supuesto, significó para el Estado un grave
47
“El remate de tierras en el sur”. La Aurora (p. 6). Valdivia, 18
obstáculo en sus planes por colonizar la zona. de febrero de 1910.

48
“Que el fundo “Loncoche” pertenece al Estado establece 97
46
“Los grandes duques de Loncoche”. La Voz de Loncoche un fallo judicial”. El Mercurio (p. 11). Santiago, 17 de noviembre de
(p. 2). Loncoche, 11 de junio de 1910. 1936.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

De esta forma, tanto Carlos Heisse como Ángel resoluciones judiciales que otorgaban a priva-
Custodio Henríquez representaron fielmente la dos el derecho sobre suelos presuntamente
cara más visible de esta clase de grandes pro- fiscales, al igual que a las fuerzas de carabine-
pietarios de la tierra, quienes alejados de los ros, encargadas como siempre de llevar a cabo
principales centros poblados, eran capaces de dichas injustas resoluciones. Es más, a tal pun-
mantener un extraordinario control sobre las to habían llegado las tensiones entre colonos
fuerzas de carabineros, quienes no dudaban en y carabineros, que en las páginas de la prensa
ponerse a su servicio como guardia personal49. local se aseguraba que
Del mismo modo, estos verdaderos “señores
feudales” mantenían una gran influencia sobre el ocupante que vé pasar una patrulla de
las autoridades locales y tribunales de justicia, carabineros, corre a la altura mas inme-
quienes de manera cómplice se hacían partíci- diata para hacer sonar un gran cuerno,
pes del robo de tierras, como denunciaba La el vecino hace lo mismo i así en pocos
Voz de Loncoche: instantes se da la alarma en una esten-
sa rejion i en numerosísimas familias. Ese
Estos presuntos propietarios suelen acu- toque significa un peligro i un aviso para
dir a las autoridades judiciales de Valdivia, prepararse al ausilio de alguna manera de
i éstas, aun cuando saben que esos terre- esta fuerza pública51.
nos son fiscales i que sus presuntos due-
ños litigan con el Fisco, suelen dictar sobre Este testimonio es revelador en mostrar el nivel
éstos mas de alguna vez alguna providen- de organización alcanzado por algunas comu-
cia injusta, desposeyendo a los ocupantes nidades de colonos frente a la dura realidad que
de manera sumaria, despojándoles de sus se vivía, quizás como expresión de una tempra-
animales i de sus cosechas. En estas con- na conciencia de clase en sí y para sí, por parte
diciones se comprende que los ocupantes de una naciente clase de colonos nacionales.
i los colonos desentiéndanse del rigoris-
mo de formas judiciales, sientan sobre sí Otra instancia donde se manifestó la influencia
todo el peso de una amarga injusticia, que de estos grandes propietarios fue al interior de
los arroja de golpe i sin recurso alguno a las instituciones de gobierno más próximas al
la miseria. Al ver perdido el fruto de su tra- Ministerio de Colonización, tal como la emble-
bajo y despojados de sus propiedades; en mática Oficina de Mensura de Tierras. Bajo su
presencia de la fuerza que los priva de lo cargo, esta oficina tenía la importante tarea de
que sienten su derecho, se preparan para resguardar las tierras fiscales, protegiéndolas
resistir i lo hacen, acudiendo para esto de ocupaciones ilegales, registrándolas y otor-
hasta los últimos estremos50. gándoles deslindes claros y precisos, que per-
mitiera, entre otras cosas, la radicación de co-
Situaciones como éstas explicaban por qué los lonos (Álvarez 2000). Sin embargo, para 1910,
colonos nacionales veían con desconfianza las esta oficina acumulaba una serie de denuncias,
principalmente, debido a la repentina e inexpli-

49
Comisión Parlamentaria de Colonización (1912), p. XI.
98

50
“La prensa del país i los sucesos de Loncoche”. La Voz de
51
“La prensa del país i los sucesos de Loncoche”. La Voz de
Loncoche (portada). Loncoche, 24 de febrero de 1910. Loncoche (portada). Loncoche, 27 de febrero de 1910.
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

cable desaparición de importante documenta- casamiento de esta viuda. Sin embargo,


ción en medio de procesos de solicitud de títu- ayer he vuelto a las oficinas de ese Mi-
los de dominio definitivo por parte de colonos. nisterio, i he podido constatar que ya no
Como consecuencia de esta situación, no era existe entre los antecedentes ese certifi-
extraño que el Ministro de Colonización se vie- cado de matrimonio, porque ha sido sus-
ra muchas veces imposibilitado de hacer entre- traído por manos interesadas en perjudi-
ga de un fallo oportuno, simplemente, porque car a esta infeliz mujer, i apoderarse de lo
“muchos de los documentos que las abonan se que no les pertenece52.
han perdido o han desaparecido de las oficinas
de Colonización”. Como bien declaraba ante la Intromisiones como éstas representaron un re-
Cámara el diputado demócrata, Zenón Torreal- curso bastante utilizado por los usurpadores de
ba: “la mayor parte de estos colonos, sino la tierras, el cual tenía como principal objetivo in-
totalidad, tienen, pues, enemigos en las ofici- tervenir en uno de los trámites más importantes
nas de Colonización, enemigos que trabajan a que conformaron parte del proceso de consti-
la sombra, al amparo de sus influencias”. Así lo tución de la propiedad privada de la tierra, el
evidenciaba el conmovedor caso de una mujer cual era la entrega de los títulos de dominio.
de la localidad rural de Pitrufquén, viuda del co- Como sabemos, el acto de asentamiento de
lono Vergara: una familia de colonos sobre el suelo fiscal se
efectuó sobre la base de un “título de dominio
He tomado conocimiento de una solicitud provisorio”, el cual luego de cumplir con deter-
presentada al Ministerio por una pobre minadas obligaciones, debía servir de base a
viuda de un colono de Pitrufquén, que ha un “título de dominio definitivo”, que confirma-
tenido la desgracia de perder a cinco hi- ría el derecho privado del colono sobre dicho
jos i para la cual, ante el honorable señor terreno, luego de que éste hubiera cumplido a
Ministro, he ido a pedir clemencia. Últi- cabalidad con las obligaciones exigidas en los
mamente ella a presentado al Ministerio decretos reglamentarios (Puelma 1916).
un certificado que acredita la verdad de
su legitimo matrimonio con el que fue su En síntesis, el principal objetivo de los usurpa-
marido, i, ¡admírese la Honorable Cámara! dores de tierras con estas prácticas era evitar
este certificado fue sustraído de los de- que los colonos nacionales lograran el dominio
más antecedentes i fue sustraído del co- definitivo sobre sus hijuelas, con el fin de recla-
nocimiento del Honorable Ministro, con el marlo luego como propio. Ahora bien, aunque
propósito que apareciera como verdad la la entrega de títulos de dominio se realizó so-
calumnia sostenida por el contrario, que bre la base de un contrato preestablecido en el
había aseverado que la viuda de que me caso de un colono común, sabemos que para el
ocupo no había sido legítimamente casa- caso de los ocupantes de tierras fiscales, la en-
da con el colono con quien vivía (…). Hace trega del título de dominio se realizó de manera
días, estuve en el Ministerio de Coloniza- retroactiva sobre los antecedentes y evidencias
ción i me impuse de los antecedentes ori- de una ocupación de hecho, situación que lo
ginales de esa solicitud. Con este motivo,
52
BSC, Diputados, Sesión Ordinaria, 1910, 29 de julio, pp.
99
pude palpar que existía allí la partida de 1033-1034.
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

mantuvo en una posición legal de total despro- to de las tempranas y persistentes prácticas de
tección, como quedaría ampliamente demos- usurpación de tierras por parte de privados.
trado a partir de lo ocurrido en Loncoche.
En este sentido, creemos que las prácticas de
usurpación de tierras representaron la manifes-
6. Conclusiones tación natural de una fase de transición de la
propiedad de la tierra indígena en su camino a
Según el filósofo francés Michel Foucault: “la convertirse en propiedad privada, con motivo
discontinuidad es una noción paradójica, ya de un escenario donde las relaciones sociales
que es a la vez instrumento y objeto de inves- en torno a la tenencia de la propiedad rural aún
tigación” (2011: 14). Dicho de otro modo, a la no se encontraban plenamente fijas, siendo su
vez que su violenta irrupción se constituye en derecho susceptible de ser disputado y apro-
un problema de investigación en sí mismo, en piado por distintos medios.
tanto manifestación de una realidad dada, de
igual manera, desde un punto de vista teórico- En términos específicos, en este artículo nos ha
metodológico, su presencia nos permite dar interesado mostrar cómo el proceso de coloni-
sentido a otros procesos más amplios que zación nacional en el sur del país se realizó so-
componen y dan forma a la realidad histórica. bre la base de diversas políticas promulgadas a
lo largo de distintos momentos y bajo diferentes
A partir de esta perspectiva, en el presente ar- necesidades, dando forma a un armazón políti-
tículo nos ha interesado adentrarnos en una co-legislativo bastante heterogéneo y desorga-
crónica de la matanza de Loncoche, entendida nizado, el cual iría albergando importantes pro-
como un escenario micro-histórico que nos per- blemas e inconsistencias en su interior. En parte,
mite ahondar, de cara a los testimonios y expe- esta situación se entiende mejor si tomamos en
riencias de sus protagonistas, en una realidad cuenta que, para finales del siglo XIX, el proceso
emblemática de las entonces relaciones socia- de constitución de la propiedad de la tierra se
les entabladas al interior de la sociedad civil encontraba operando en torno a dos espacios
agraria de colonos nacionales asentada durante territoriales: la provincia de Valdivia y la Arau-
los primeros años del siglo XX en el sur del país. canía, generando procesos similares y comple-
mentarios, pero al mismo tiempo divergentes y
De este modo, a través de este hecho, hemos contradictorios, sobre todo en las zonas donde
podido dar un vistazo al llamado “problema de sus campos de acción tendieron a encontrarse y
la constitución de la propiedad austral”, proble- superponerse, haciendo de ellas espacios espe-
mática que, en términos históricos, alude a la in- cialmente vulnerables a las reiteradas prácticas
capacidad por parte de los aparatos del Estado de usurpación de tierras indígenas y fiscales.
de lograr establecer de manera clara e inequí-
voca el régimen de propiedad privada frente al Asimismo, la breve revisión de las distintas po-
fiscal, como resultado directo de la anomalía líticas de colonización nos ha permitido visuali-
producida en el doble proceso de expropiación zar la fisonomía de un activo sistema de coloni-
100 y transferencia de los derechos de la propiedad zación, el cual se encontraba experimentando
indígena a manos del Estado chileno, produc- una importante fase de apertura y cambio para
La matanza de colonos nacionales de Loncoche

finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, a pensar que su ocupación en Suto no debió
en aparente sintonía con las nuevas necesi- haber excedido los tres años. Ciertamente, la
dades y demandas por tierras surgidas entre figura del ocupante de tierras fiscales, ajeno
amplios sectores de la sociedad, redefinien- hasta cierto punto al proceso formal de radica-
do los modos y objetivos por los cuales bus- ción que permitiera afianzar su ocupación libre
có vincularse con una comunidad de colonos pero no ilegal del suelo fiscal, lo convirtió en un
cada vez más diversa. En otras palabras, para sujeto especialmente vulnerable a las acciones
comienzos del siglo XX, nos encontramos con de los usurpadores de tierras, como un ele-
un sistema de colonización compuesto tanto mento molesto a sus intereses expansionistas.
por colonos extranjeros como nacionales, en
el cual, estos últimos, estaban representados Finalmente, hemos buscado recuperar para
por diversos actores, entre los que se contaban nuestra memoria histórica la figura social del
oficiales en retiro, chilenos re-patriados de la colono nacional: actor que tuvo un papel clave
Argentina, padres de familia (que supieran leer en el escenario de las relaciones sociales rura-
y escribir), y cualquier ocupante de tierras fis- les del sur del país, participando activamente de
cales interesado en regularizar su posesión de los principales procesos a cargo de constituir la
hecho según lo dictado por la ley. propiedad privada de la tierra para comienzos
del siglo XX. Alejado por mucho de la difundida
En cuanto al caso específico de la localidad de imagen de su par extranjero, el colono nacional
Loncoche y sus alrededores, aunque la docu- no lograría gozar de la misma estima y estatus
mentación con que contamos no nos permitió social que la de su equivalente foráneo; muy
identificar con exactitud la composición de la por el contrario, como hemos podido constatar
comunidad de colonos allí radicada, creemos, con detalle a lo largo de este estudio, el colono
a partir de las políticas de colonización aquí re- nacional sería objeto de constantes atropellos,
visadas, que ésta debió comprender a chilenos siendo considerado un paria y un verdadero in-
vinculados a la ley “Sobre colonización con na- truso en su propia patria. Con todo, el ejemplo
cionales” de 1898. De este modo, si nos propo- de su esforzada vida ligada a las labores del
nemos caracterizar al colono Emajino Méndez, trabajo agrícola, lo convierten en un actor po-
nos atrevemos a afirmar que éste debió corres- pular clave de los procesos y luchas que han
ponder a un ocupante de tierras fiscales ampa- dado forma a la historia social de los boscosos
rado en los beneficios retroactivos de la ley, por y lluviosos parajes de nuestra tierra.
lo cual es muy probable que para el momento
de su lanzamiento no haya contado con ningún Este texto está dedicado a la memoria de todas aquellas
título provisorio que avalara su ocupación de familias de colonos nacionales, que a lo largo de su vida
hecho. De esta forma, la ausencia de un títu- trabajaron y lucharon por el derecho a la tierra y que,
lo definitivo en las fuentes revisadas nos lleva asimismo, cayeron y murieron defendiendo ese derecho.

101
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 71-102, 2014

Bibliografía

Abara Kessie, A. 2000. Loncoche. Antecedentes para Estudios Americanos LIV (2): 543-566.
una historia. Santiago: Impresora Camilo Henríquez. Hobsbawn, E. 2012. La era de la revolución. 1789-1848.
Almonacid, F. 2013. La industria valdiviana en su apogeo Buenos Aires: Planeta.
(1870-1914). Valdivia: Ediciones Universidad Austral de Chile. Le-Beuffe, C. H. 1915. De la constitución de la propie-
_____. 1998. “El desarrollo de la propiedad rural en las dad raíz en el territorio austral. Santiago: Imprenta El Progreso.
provincias de Valdivia y Llanquihue, 1850-1920”. Revista Austral Lindón, A. 2012. “La concurrencia de lo espacial y lo so-
de Ciencias Sociales 2: 27-36. cial”. Tratado de metodología de las ciencias sociales: Perspectivas
Álvarez, L. 2000. “La Oficina de Mensura de tierras y su actuales. De la Garza Toledo, E. y Leyva, G. (Eds.). México D.F.:
labor cartográfica en Chile, 1907-1914”. Revista de Geografía del FCE. 585-622.
Norte Grande 27: 163-171. Marx, C. 2006. El capital. Crítica de la economía política.
Anguita, R. 1912. Las leyes promulgadas en Chile. Des- Tomo I, II y III. México: FCE.
de 1810 hasta el 1º de junio de 1912. Tomo I. Santiago: Imprenta Molina, R. 2001. “El Estado chileno y la colonización ale-
Litografía i Encuadernación Barcelona. mana de Llanquihue”. Carl Anwandter. Desde Hamburgo a Corral.
Bengoa, J. 2014. Mapuches, colonos y Estado Nacional. Diario de viaje a bordo del velero Hermann. Valdivia: Universidad
Santiago: Catalonia. Austral de Chile / Pehuén Editores. 49-65.
_____. 2008. Historia del pueblo mapuche. Siglos XIX y Pérez Rosales, V. 1971. Recuerdos del pasado (1814-
XX. Santiago: LOM Ediciones. 1860). Santiago: Editorial Francisco de Aguirre.
Comisión Parlamentaria de Colonización. 1912. Informe, Pinto, J. 2003. La formación del Estado y la nación, y el
proyectos de ley, actas de sesiones y otros antecedentes. Santia- pueblo mapuche. De la inclusión a la exclusión. Santiago: Dibam.
go: Imprenta y Litografía. Puelma, A. 1916. Títulos de propiedad en las provincias
Consejo de Estado. 1908. Recopilación de Leyes por australes. Santiago: Imprenta Chile.
orden numérico. Primer Tomo. Santiago: Imprenta i Cuadernación Segall, M. 1953. Desarrollo del capitalismo en Chile.
Chile. Santiago: Editorial del Pacífico.
Correa, S. et al. 2001. Historia del siglo XX chileno. San- Torrealba, A. 1917. La propiedad fiscal y de indígenas.
tiago: Editorial Sudamericana. Su legislación y jurisprudencia. Primera parte. Santiago: Imprenta
Dobb, M. 1971. Estudios sobre el desarrollo del capita- Universitaria.
lismo. Buenos Aires: Siglo XXI. _____. 1916. La propiedad fiscal y la particular en las
Donoso, R. y Velasco, F. 1928. Historia de la constitución provincias australes. Segunda parte. Santiago: Imprenta Universi-
de la propiedad austral. Santiago: Imprenta Cervantes. taria.
Foucault, M. 2011. La arqueología del saber. Buenos Ai- Ureta, J. L. 1927. La constitución de la propiedad aus-
res: Siglo XXI. tral. Santiago: Imprenta Universidad.
Gómez, C. y Gimeno, J. C. 2003. La colonización agraria Urrutia, L. 1911. Estudio sobre la constitución de la pro-
en España y Aragón. 1939-1975. Huesca: CICA. piedad raíz en la zona austral. Valdivia: Imprenta Central.
Harris, G. 1997. “La inmigración extranjera en Chile a Zenteno, J. 1892. Recopilación de leyes y decretos su-
revisión: También proletarios, aventureros, desertores y deudores”. premos sobre colonización. Santiago: Imprenta Nacional.

102

También podría gustarte