Preparación del terreno

Primero se debe realizar una nivelación, y más en zonas encharcadas, después se

realizará una desinfección del suelo, ya que es un cultivo corto y sensible a
químicos. Se recomienda usar los suelos en los que anteriormente se sembraron
con leguminosas.
Labranza es la acción de mover el suelo, lo cual produce cambios en las
propiedades físicas, ya que facilita el establecimiento de los plantines y la
penetración de las raíces, permite un buen desarrollo de la planta y facilita la
distribución uniforme del agua y los fertilizantes. Seguidamente se procederá al
asurcado y por último la acaballonadora, formará varios bancos, para marcar la
ubicación de las plantas, así como realizar pequeños surcos donde alojar la
tubería portagoteros.
Desvarado se usa para quitar restos de otros cultivos de las tierras y así poder
tener un suelo limpio.
Arado: se usa para mover la tierra y abrir los surcos. Esto aumenta la porosidad y
favorece al crecimiento
Rastreado: ayuda a desmenuzar las partes que ya han sido aradas, esto quiere
decir que nos deja una tierra más fina y sin tanto grumo de tierra.
Elaboración de camas: estas nos permiten forman los lugares en donde se
colocará el trasplante, el decir se acomodará la tierra para poder plantar. Se
realiza por maquinaria.
Surcado: se realizan espaciados de entre las camas donde se encuentran las plantas,
para así hacer fácil su acceso, su riego y que cada planta tenga el espacio que necesita.