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I. Antecedentes
1. La demanda
Para fundamentar lo solicitado señala que, la carrera 7° entre calles 1° y 16 del municipio
de Anserma, es una vía urbana que se encuentra en pésimas condiciones, sin haberse
logrado la intervención de la misma por parte de la administración; por lo que se
encuentran vulnerados los derechos al ambiente sano, a la prevención de desastres
previsibles técnicamente, y a las obras públicas eficientes y oportunas.
2. Contestación de la accionada
El municipio de Anserma se opuso a las pretensiones del actor; sobre los hechos, aceptó
que la vía no se encuentra pavimentada, lo cual endilga a las limitaciones presupuestales
del fisco municipal, acentuada por el deber de cumplir múltiples órdenes judiciales en
materia de infraestructura.
Propuso la excepción de falta de legitimación en la causa por activa toda vez que el
accionante no suscribió la petición con la cual se agotó el requisito de procedibilidad; y
la de bajo nivel de prioridad en el sector para su intervención por parte de la administración
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porque la vía tiene un nivel de prioridad de 2.3 sobre 5 determinado por el número de
habitantes, el número de personas que se movilizan, el flujo de vehículos que transitan.
Para ello, luego de hacer referencia a las pruebas aportadas y analizarlas en el marco de
las normas que regulan los derechos cuya protección se invoca, concluyó que,
efectivamente, el municipio de Anserma incurre en violación al uso y goce del espacio
público porque no ha adelantado acciones efectivas y eficaces para pavimentar la carrera
7° entre calles 1° y 16, lo cual impide el uso seguro de la misma por parte de los peatones
y vehículos.
Que de conformidad con el artículo 3° de la ley 136 de 1994 modificado por el artículo 6°
de la ley 1551 de 2012, “En materia de vías, los municipios tendrán a su cargo la construcción
y mantenimiento de vías urbanas y rurales del rango municipal” competencia ratificada por
el artículo 76.4.1 de la ley 715 de 2001 que señala como competencia de los municipios
en materia de transporte “Construir y conservar la infraestructura municipal de transporte,
las vías urbanas, suburbanas, veredales y aquellas que sean propiedad del municipio, (…)”.
4. Recurso de apelación
la entidad territorial que fueran tomadas las medidas necesarias de protección del
supuesto derecho de interés colectivo amenazado o vulnerado, por lo tanto carece de
legitimación en la causa por activa.
Que dentro del libelo no existe prueba que permita colegir la existencia de derechos
colectivos al goce del espacio público, seguridad, y prevención de desastres previsibles
técnicamente. Que desde la contestación de la se ha mencionado que la vía no se
encuentra pavimentada, endilgando causa a las limitaciones presupuestales del fisco
municipal; realidad de todos los entes territoriales de categoría 6; que el tamaño de la
inversión requerida para lograr la pavimentación en la zona no es consecuente a la
retribución social de los habitantes bajo parámetros de eficacia, economía y eficiencia.
Que el nivel de prioridad en la vía es de 2.3 sobre 5 donde 5 es un nivel alto, donde se
tuvo en cuenta factores como, cantidad de habitantes en el sector, proyecciones de
expansión urbanísticas, índices de movilidad, por lo tanto no es posible tomar una
decisión de intervención en menoscabo de aquellos principios.
II. Consideraciones
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Al respecto, la Sala precisa que la acción popular es una acción constitucional radicada
en cabeza de todos los ciudadanos, por lo que, cualquier persona puede formular la
demanda para buscar y materializar la protección de los derechos e intereses colectivos.
Así las cosas, al margen que el accionante no haya suscrito el requerimiento previo a la
entidad, no impide que el aquí accionante pueda interponer la acción popular, pues
aquel mecanismo, contemplado en el numeral 4 del artículo 161 del CPACA1 solo busca
que se dé oportunidad a la autoridad o particular en ejercicio de funciones
administrativas, que adopte las medidas necesarias para proteger el derecho o interés
colectivo amenazado o violado sin necesidad de recurrir a la intervención judicial.
Por ende no le asiste razón a la apelante en cuanto afirma que existe falta de legitimación
por activa en cabeza del demandante.
2. Problema jurídico
El artículo 82 de la Constitución establece que “es deber del Estado velar por la protección de
la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el
interés particular”. En concordancia con lo anterior, el Decreto 1504 de agosto 4 de 1998,
“Por el cual se reglamenta el manejo del espacio público en los planes de ordenamiento territorial”,
sobre el espacio público y su destinación señala en su artículo primero que “es deber del
Estado velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso
común, el cual prevalece sobre el interés particular. En el cumplimiento de la función pública del
urbanismo, los municipios y distritos deberán dar prelación a la planeación, construcción,
mantenimiento y protección del espacio público sobre los demás usos del suelo”.
“Así, constituyen el espacio público de la ciudad las áreas requeridas para la circulación,
tanto peatonal como vehicular, […], y en general, todas las zonas existentes o debidamente
proyectadas en las que el interés colectivo sea manifiesto y conveniente y que constituyen,
por consiguiente, zonas para el uso o el disfrute colectivo.”
El artículo 674 del Código Civil sobre los bienes públicos y de uso público, señala: “Se
llaman bienes de la Unión aquéllos cuyo dominio pertenece a la República. Si además su uso
pertenece a todos los habitantes de un territorio, como el de calles, plazas, puentes y caminos, se
llaman bienes de la Unión de uso público o bienes públicos del territorio”.
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Corte Constitucional, Sentencia T-537 de 1997. M.P.: Fabio Morón Díaz.
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Regulación que concuerda con el artículo 1 del Decreto 1504 de 1998, que señala la
obligación del Estado, y determina la competencia de los municipios, así: “Es deber del
Estado velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso
común, el cual prevalece sobre el interés particular. En el cumplimiento de la función pública del
urbanismo, los municipios y distritos deberán dar prelación a la planeación, construcción,
mantenimiento y protección del espacio público sobre los demás usos del suelo”.
Por su parte, la Ley 1551 de 2012 que en su artículo 6 modifica el artículo 3 de la Ley 136
de 1994 referente a las funciones de los municipios y establece en el numeral 3 la de:
“Promover el desarrollo de su territorio y construir las obras que demande el progreso municipal.
Para lo anterior deben tenerse en cuenta, entre otros: los planes de vida de los pueblos y
comunidades indígenas y los planes de desarrollo comunal que tengan los respectivos organismos
de acción comunal”.
Así las cosas, no hay duda sobre la naturaleza del derecho colectivo, y la obligación
constitucional y legal que le asiste al Estado para brindar protección a los bienes de uso
público, que para el caso sub examine corresponde a las calles, calzadas, separadores,
carriles, los cuales constituyen el espacio público y por tanto, el Estado tiene la obligación
de resguardar y preservar su cabal funcionamiento y uso común.
Por esto demanda de los entes públicos competentes la adopción de las medidas,
programas y proyectos que resulten necesarios y adecuados para solucionar de manera
efectiva y con criterio de anticipación (y no solo de reacción posterior a los desastres,
como es habitual en las actuaciones de policía administrativa) los problemas que aquejan
De ahí que, el Consejo de Estado haya destacado el carácter preventivo de este derecho
haciendo énfasis en su vocación de “evitar la consumación de los distintos tipos de riesgo que
asedian al hombre en la actualidad”4. Supone, entonces, una Administración Pública activa,
técnica y comprometida con la asunción permanente de sus responsabilidades y con el
monitoreo constante de aquellos ámbitos de la vida diaria que están bajo su cargo, como
presupuesto de la actuación anticipada o preventiva y también reactiva que instaura
como estándar de sus actuaciones. “Todo ello, lógicamente, en un marco de razonabilidad y
de proporcionalidad, pues mal puede suponer la imposición a la Administración de obligaciones
imposibles de cumplir por razones técnicas, jurídicas, económicas o sociales”5.
“…la carrera séptima entre canes primera y dieciséis no se encuentra dentro de proyectos
a corto plazo para la pavimentación, lo anterior teniendo en cuenta que el municipio no
cuenta con los recursos disponibles para adelantar dicha actividad ya que el presupuesto
anual destinado para intervenir dichas actividades es limitado, sumado a esto hay que
mencionar que el municipio se encuentra adelantando lo necesario para intervenir otros
sectores como efectos de demandas anteriores por el mismo accionante, dejando a un lado
sectores que para esta administración si se consideran de necesidad inmediata por sus altos
niveles de deterioro, hay que resaltar que si bien no se cuenta con los recursos para realizar
una pavimentación en este sector, se realiza de manera periódica un mantenimiento con el
Sección Primera, Sentencia de 28 de octubre de 2010. M.P. María Elizabeth García González.
Rad. Núm. 2005-01449-01(AP).
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-El Alcalde Municipal certificó que “la carrera 7° desde la calle 1° a 16 es una vía urbana, en
virtud del Plan Básico de Ordenamiento Territorial (…)”.
De acuerdo con lo expuesto, no existe duda sobre la obligación constitucional y legal que
le asiste al municipio de Anserma para brindar protección a los bienes de uso público,
que para el caso sub examine corresponde a la carrera 7° desde la calle 1° a 16 es una vía
urbana y por tanto, el municipio tiene la obligación de resguardar y preservar su cabal
funcionamiento y uso común.
Además si bien, de conformidad con el artículo 3° de la ley 136 de 1994 modificado por
el artículo 6° de la ley 1551 de 2012, “En materia de vías, los municipios tendrán a su cargo la
construcción y mantenimiento de vías urbanas y rurales del rango municipal” competencia
ratificada por el artículo 76.4.1 de la ley 715 de 2001 que señala corresponde a los
municipios en materia de transporte “Construir y conservar la infraestructura municipal de
transporte, las vías urbanas, suburbanas, veredales y aquellas que sean propiedad del municipio,
(…)”, de estas normas no se puede concluir que los municipios deben pavimentar todas
las vías existentes en sus territorios.
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combo de maquinaria adscrito a esta administración … que en el mes de enero del año en curso se
realizó un mantenimiento de esta vía”.
El actor popular tampoco aportó prueba que permita afirmar que, por la falta de
pavimentación de la vía se presenta una amenaza al derecho colectivo a la prevención
de desastres; pues si bien, como lo señala el a quo, la pavimentación de vías ayuda a la
conducción de las aguas lluvias a los imbornales y evita que se infiltren, en el caso concreto no
existe evidencia que en el sector se presenten procesos erosivos, de remoción de masas
o de humedades en las viviendas, y ello no se puede establecer de la simple aseveración
del demandante sin respaldo probatorio.
126. La Sala recuerda que, de conformidad con el artículo 30 de la Ley 472, en las acciones
populares la carga de la prueba le corresponde a la parte actora. […]”.
127. Así las cosas, corresponde al actor popular la carga de acreditar los hechos que
sustentan las pretensiones de la demanda. La omisión en el cumplimiento de la carga
procesal trae consigo posibles consecuencias desfavorables, como una sentencia que niegue
las pretensiones de la demanda.
128. En este sentido, esta Sección, con ponencia del Consejero de Estado doctor Guillermo
Vargas Ayala, en sentencia proferida el 13 de noviembre de 20147, expresó lo siguiente:
Es evidente que no basta con indicar que determinados hechos violan los
derechos e intereses colectivos para que se tenga por cierta su afectación o
6 Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, Consejero Ponente: Hernando Sánchez Sánchez;
sentencia del 26 de marzo de 2019. Radicación número: 15001-23-33-000-2013-00494-01(AP)
7 Consejero ponente: Guillermo Vargas Ayala, Radicación Número: 17001-23-31-000-2012-00327-02(Ap). Actor:
Javier Elías Arias Idarraga. Demandado: Municipio De Chinchiná - Caldas; Registraduría Nacional Del Estado Civil.
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“...la Sala considera importante anotar, que la acción popular no está diseñada para
acudir a ella ante cualquier violación de la ley, irregularidad o disfunción que se
presente ya sea en el ámbito público o privado. Por el contrario, como se indicó al
inicio de estas consideraciones, la acción popular tiene un papel preventivo y/o
remedial de protección de derechos e intereses colectivos, cuando quiera que éstos se
ven amenazados o están siendo vulnerados, pero en uno y otro evento, tanto la
amenaza como la vulneración, según el caso, deben ser reales y no hipotéticas,
directas, inminentes, concretas y actuales, de manera tal que en realidad se perciba
la potencialidad de violación del derecho colectivo o la verificación del mismo,
aspectos todos que deben ser debidamente demostrados por la parte actora popular,
quien conforme a lo dispuesto en el artículo 30 de la Ley 472 de 1998, tiene la carga
de la prueba. “Dado que los actores no demostraron de ninguna manera el
supuesto hecho que generaba la violación de los derechos colectivos (...)
confirmará la Sala la sentencia proferida, en primera instancia, por el
tribunal de instancia.”
130. En el caso sub examine, la Sala no encuentra motivos que permitan inferir que se
invirtió la carga de la prueba de la necesidad de construcción de un puente peatonal en la
avenida sexta con calle 46.
8Sentencia del 30 de junio de 2011, M.P. Marco Antonio Velilla Moreno, expediente 50001-23-31-000-2004-0640-01.
9Rad. No. 25000-23-24-000-2010-00779-01(AP), Actor: Luis Carlos Domínguez Prada, M.P. Marco Antonio Velilla
Moreno.
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Por lo tanto, era carga de la parte demandante “…demostrar los supuestos fácticos de sus
alegaciones…”10, lo cual en este caso no ocurrió.
Ahora bien, el artículo 34 de la citada ley, fijó los alcances del fallo que puede proferir el
juez popular y reguló que este «[…] podrá contener una orden de hacer o de no hacer,
condenar al pago de perjuicios cuando se haya causado daño a un derecho o interés colectivo
en favor de la entidad pública no culpable que los tenga a su cargo, y exigir la realización
de conductas necesarias para volver las cosas al estado anterior a la vulneración del
derecho o del interés colectivo, cuando fuere físicamente posible […].». (Se destaca)
6. Conclusión
7. Costas
FALLA
10 Consejo de Estado Sala de lo Contencioso Administrativo Sección Primera CP.: Marco Antonio Velilla
Moreno Bogotá, D.C. 30 de junio de 2011 Radicación número: 50001-23-31-000-2004-00640-01(AP)
11 Consejo de Estado Sala de lo Contencioso Administrativo Sección Segunda CP.: William Hernández
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Tercero: Para los efectos del artículo 80 de la ley 472 de 1998, por la Secretaría del
Tribunal, se enviará copia de la demanda, del auto admisorio y del presente fallo a la
Defensoría del Pueblo con destino al Registro Público de Acciones Populares y de
Grupo.
NOTIFICAR
Magistrado Ponente
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