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LA VISIÓN EMPRESARIAL EN LA EDUCACIÓN

Quisiera hablar un poco de una transformación que ha sufrido la educación


colombiana en cuanto a su enfoque y políticas directrices. Me refiero a aquellas
políticas que conciben la educación como una empresa, que piensan que el profesor es
un obrero de una fábrica que debe sacar la mayor cantidad de productos elaborados
(estudiantes graduados), con el mínimo de costos posibles.

Por un lado tenemos a la pedagogía y sus grandes avances en el siglo XX. No podemos
negar el gran avance de muchos teóricos del proceso de enseñanza aprendizaje y los
nuevos enfoques educativos, que poco a poco nos han ido llegando hasta nuestras
instituciones educativas. Una gran cantidad de profesores ya conocen lo que es el
aprendizaje constructivista y significativo, con desarrollo de competencias integrales,
y, en cierta medida y con su interpretación personal sobre el tema, intenta ponerlo en
práctica en sus aulas. Y en esto, para ser sinceros, el Ministerio de Educación ha
invertido tiempo y recursos.

Pero por otro lado tenemos un sistema económico, político e ideológico que nos incita
al individualismo, y a ver la mayoría de las cosas con base en una relación costo-
beneficio. Sumado a esto, una gran cantidad de nuestros políticos parecen ver la
solución de la educación en un sistema de privatización, que ya demostró en el siglo
XIX los desastres a los que puede llevar.

Recordemos que una de las transformaciones más grandes que ha sufrido la educación
proviene de la Revolución Industrial. En una sociedad industrializada lo que necesito
son obreros calificados, que puedan desempeñarse bien con las maquinas industriales.
Y estos mismos obreros, que van a trabajar todo el día para los industriales, no
pueden, como hacia el artesano, ser los maestros de sus hijos, entre otras razones
porque el trabajo industrial no se lo permite. Entonces cae de maravilla unas
instituciones que se encarguen de cuidarlos y enseñarles los conocimientos necesarios
para que se vuelvan obreros calificados. Ya sabemos que actualmente estas
instituciones los recogen cuando todavía no han sido destetados, pues esa tarea de
criar a los hijos era oficio de otra época, de personas que no estaban tan ocupadas
como las de ahora.

Volviendo al tema de la relación costo- beneficio, cuando la educación es mirada desde


esta perspectiva por el Estado, vemos que se producen inmediatamente tres
fenómenos: Hacinamiento en las aulas de clase, y por muy constructivista y buen
pedagogo que sea una persona, cuando la cantidad de estudiantes es demasiada deja
de ser maestro y se vuelve controlador de grupo; bajos salarios para los maestros y
recortes en todas sus prestaciones, cosa que aceptan los maestros a regañadientes por
el gran desempleo que hay, porque según la lógica del obrero que trabaja para
subsistir es mejor tener trabajo aunque sea mal pago a no tenerlo, y recorte en los
presupuestos de las instituciones educativas y exigencia de autofinanciación, es decir
incentivación a la privatización.

¿Puede mejorar la educación desde esta perspectiva política y económica? El


panorama no parece muy alentador.

Quisiera hacer un paréntesis aquí para hablar sobre algo que escuche hace poco en un
noticiero y las implicaciones que tiene con relación a la educación privada. La noticia
trataba sobre un estudio que estaban adelantando algunas universidades prestigiosas
del mundo bajo la dirección de la OMS. La investigación consistía en averiguar si las
ondas que producen los celulares afectaban el cerebro y ayudaban a desarrollar el
cáncer en esta zona del cuerpo. Después de muchos años de investigación y de
muchos millones de dólares invertidos se llegó al grandioso descubrimiento de que no
se podía decir nada concluyente al respecto. En otras palabras la investigación no
sirvió para nada. ¿Cuál es la razón para que una investigación en la que se invierten
tantos años, dinero y personas con gran inteligencia no arroje ningún resultado
concluyente? Cuando nos enteramos de que los mayores financiadores de la
investigación fueron las grandes empresas de telefonía celular en el mundo,
comenzamos a sospechar lo que ocurrió allí.

Hay otro aspecto con relación a los obreros calificados que busca nuestra educación
que me gustaría mirar aquí. He leído en algunos textos educativos, incluso creo que en
algunos del ministerio, que se quiere que los obreros calificados sean críticos. Esto
puede sonar muy bonito en los textos, pero en la realidad se vuelve poco práctico. Si
yo fuera jefe lo menos que me gustaría sería un obrero que constantemente objete
mis ordenes, y no creo que los dueños de industrias y empresas sean amigos de los
obreros que les gustan formar sindicatos y hacer huelgas. Pero el papel escrito
aguanta muchas cosas. Pero no es esto lo que quería tocar aquí, sino algo que esta
ocurriendo en Colombia con los obreros calificados que están sacando nuestras
universidades. Que bonito que hayan Ingenieros, Abogados, Médicos, Contadores,
sicólogos y otra gran cantidad de profesionales enseñando en las aulas de primaria y
secundaria. Pero cuando miramos un poco más a fondo a estos profesionales, muchos
de ellos ganarían tres o cuatro veces más en sus profesiones que como profesores, nos
damos cuenta que algo está ocurriendo en nuestro país. Pero no sólo los encontramos
en el sector de la educación, sino que también los vemos como vendedores de
productos, como taxistas y en otra gran cantidad de actividades diferentes a las que
estudiaron. El fenómeno es sencillo: si tenemos muchos obreros calificados para
trabajar en una sociedad industrial, pero no tenemos esa sociedad industrial, estos
obreros que sobran se van ha encontrar con un dilema: o se quedan desempleados o
buscan trabajo en otra cosa. Entonces, no se trata simplemente de formar obreros
calificados, pues esto de nada sirve si no existen las empresas e industrias donde estos
obreros puedan trabajar. Pero ¿Acaso la formación de microempresas es una salida
real a este problema? Si me pidiesen que comparara a una microempresa con algo
cuando la economía de un país entra en crisis, diría que se parecen a esos castillos que
se hacen en la arena, y la crisis no es más que la subida de la marea, y ya sabéis lo que
ocurre con estos castillos cuando los toca una ola.

Para terminar quisiera dejarlos con este interrogante ¿Realmente sabemos hacia
donde se dirige este barco llamado “Sistema Educativo”, o simplemente el viento y las
olas nos dirigen, y cualquier tormenta nos hace naufragar?

Gracias,

César Augusto Saavedra

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