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1 EL ORIGEN DEL CASTELLANO

El castellano español es una lengua románica, procede del latín.

 Romanización: implantaron sus costumbres, sus instituciones, su cultura y su lengua, al llegar los romanos a la
Península Ibérica.

 El latín empieza a diferenciarse en los distintos territorios romanos.

 La fragmentación del latín dio origen a las lenguas románicas: italiano, rumano, francés, provenzal, catalán,
gallego-portugués y castellano, entre otros.

 Castellano: empieza a documentarse a partir del siglo X, de estas fechas son las glosas emilianenses y silenses,
encontradas en los monasterios de S. Millán de la Cogolla (La Rioja) y Silos (Burgos). Se trata de unos
manuscritos latinos, en cuyos márgenes algunos monjes anotaron la “traducción” de las palabras que no
entendían. La lengua de estas notas o glosas es un castellano primitivo.

 Pervivencia del latín en el castellano actual

 El origen del latín está presente en toda nuestra lengua: en su morfología, en su sintaxis, en su vocabulario.

 Las palabras latinas evolucionaron según determinadas reglas fonéticas hasta convertirse en nuestras voces
castellanas: NOCTE (M) hacia noche en la actualidad, HOMINE (M) hacia hombre, OCULU (M) hacia ojo. Estas
palabras evolucionadas, que están en el idioma desde sus orígenes, se llaman patrimoniales.

 El castellano siguió acudiendo al latín para obtener nuevas palabras, éstas se llaman cultismos, sufren una
evolución mínima y se reconocen porque conservan su escritura fonética latina, aunque adaptada a la morfología
castellana. Incluso existen dobletes, parejas que incluyen la palabra patrimonial y la culta, como consejo y
concilio.

 Expresiones latinas son aquéllas que se utilizan para dar rigor y elegancia al discurso, como: a posteriori
(posteriormente), currículo vitae (historia personal), etcétera.

 Semicultismos: grado intermedio del cultismo, sufre una evolución intermedia.

 ELEMENTOS NO LATINOS EN LA FORMACIÓN DEL CASTELLANO

 Elementos prerromanos

 Las lenguas de los pueblos íberos y celtas han pervivido en el castellano.

 Los fenicios y sus sucesores, los cartagineses, dejaron testimonios en topónimos como Cádiz, Cartagena, Málaga,
Ibiza y quizá el propio nombre de España.

 Topónimos celtas: Segovia, Cigüenza, Coruña o Cártama.

 El vasco es la única lengua prerromana que sobrevivió a la latinización de la península.

 De origen ibérico son los sufijos ena y berri que se encuentran en nombres vascos como Michelena o Javier, pero
también en otros del centro y sur peninsular, incluidos topónimos andaluces como Marchena, Mairena, Lucena,
etcétera, y Elvira, nombre primitivo de Granada.

 De origen prerromano parecen ser también los patronímicos terminados en z.

 Elementos germánicos
 Algunas de las palabras germánicas que han pervivido después de la invasión de éstos son: espuela, guardia,
ganso, parra, brotar, ...; entre los topónimos y nombre de persona: Álvaro, Fernando, Rodrigo, Gonzalo, Adolfo ...

 Elementos árabes

 Desde que los árabes en el 711 atravesaron el Estrecho de Gibraltar y derrotaron a los visigodos, desde entonces
y hasta el 1492, dos civilizaciones coexistieron en la península: una, latina y cristiana; otra, árabe y musulmana.

 Las influencias fueron recíprocas y se vieron favorecidas por la existencia de los mozárabes (cristianos que vivían
en terrenos conquistados por los árabes) y de los mudéjares (musulmanes en reinos cristianos).

 El árabe es el elemento más importante después del latín en la formación del español. Muchas palabras de este
origen se reconocen por la presencia del artículo árabe “al”, también se aprecia el artículo, aunque asimilado a
otra consonante. Son de origen árabe: zanahoria, taza, cifra, taza, laúd, cenit ...; así como la preposición hasta,
las interjecciones y numerosos topónimos como Alcalá, Alcántara, La Mancha, Medina, Guadalquivir, etcétera.

 EL ESPAÑOL EN LA EDAD MEDIA: ALFONSO X EL SABIO

 El rey Alfonso X el Sabio, dio un gran impulso a la cultura y a la lengua castellana. La usó en todos sus
documentos dirigidos a sus súbditos, reservando el latín para la correspondencia diplomática. Para su labor se
apoyó en la famosa escuela de los Traductores de Toledo.

 El castellano, que ya había sido utilizado en los textos poéticos, quedaba capacitado para todo tipo de contenidos.

 Se perfeccionó la estructura sintáctica y el léxico se amplió notablemente al trabajar en obras de muy diversa
temática; se sistematizó la ortografía, siguiendo el novedoso principio de que a cada sonido le correspondería un
signo gráfico.

 EL ESPAÑOL CLÁSICO (SIGLOS XVI-XVII)

 Durante el siglo XVI el castellano se convierte en una de las grandes lenguas de la cultura del mundo moderno.

 Su conocimiento era muy valorado entre los europeos de la época.

 Las conquistas políticas convierten al español en lengua de enseñanza obligada en estos territorios.

 Los dialectos castellanos hablados por los colonizadores eran muy variados, aunque el núcleo mayoritario de
emigrantes estaba constituido por andaluces; por eso, la lengua que se transmite al otro lado del océano tendrá
rasgos del dialecto andaluz..

 La lengua española se convierte en objeto de estudio gracias al invento de la imprenta y a la aparición en España
del movimiento cultural llamado Humanismo. En este sentido es fundamental la labor de los sevillanos Antonio de
Nebrija, que compuso la primera gramática de una lengua romance, la gramática de la lengua castellana en 1492.

 Juan de Mal Lara recogió y explicó bajo el título de “Filosofía vulgar” más de mil refranes populares.

 Fernando de Herrera editó las poesías de Gracilazo de la Vega como si de un clásico se tratara.

 Siglo XVII, la lengua española se consolida con la extraordinaria literatura que producen autores como Cervantes,
Lope de Vega, Quevedo o Góngora.

 Se publica el primer diccionario de nuestra lengua, el tesoro de la lengua castellana o española, 1611, de
Sebastián de Covarrubias.

 EL ESPAÑOL EN EL SIGLO XVIII


 De la lengua en este siglo puede decirse que es ya el “español moderno”, pues ha alcanzado la consolidación de
su estructura fónica, sintáctica, morfológica y léxica. Con el fin de dotar a España de un medio para unificar el
idioma y darle normas se creó en 1713 la Real Academia Española (RAE).

 EL ESPAÑOL ACTUAL

 Del siglo XIX, de la época romántica, destacamos que la fuente de incorporación de nuevas palabras pasa a ser de
los anglicismos, que sustituyen a los galicismos; es la principal prueba a la que ha de hacer frente nuestro idioma,
pues desde entonces, el anglicismo ha tenido un progreso imparable, acrecentado en los últimos tiempos por las
innovaciones tecnológicas y de la irrupción de los neologismos y calcos del inglés.

 Por ello, la lengua es una de las grandes existentes en el mundo por número de hablantes, extensión geográfica y
homogeneidad:

* Es hablada por cerca de 400 millones de personas, lo que la convierte en la cuarta lengua con más hablantes después del
inglés, el chino y el hindi.

* Idioma oficial de más de una veintena de países.

* Lengua de trabajo en numerosos organismos oficiales.

* Ha sido incluido como idioma en las autopistas internacionales de la información.

* Se estudia como segunda lengua en todo el mundo.

 Esta vitalidad del español se ve favorecida por la actividad de dos organismos que contribuyen a su uniformidad
frente a otras tendencias disgregadoras..

* La coordinación de las actividades a preservar su unidad por parte de la Asociación de la Academia de la lengua, su mejor
ejemplo de actividad ha sido la última edición del Diccionario de la Lengua Española de la RAE.

* La política de difusión de la lengua y cultura hispánica desarrollada a partir de la fundación del Instituto Cervantes.

 EL INSTITUTO CERVANTES

 El Instituto Cervantes es un organismo creado en 1921 para la promoción y enseñanza de la lengua española y
para la difusión de la cultura española e iberoamericana.

 Para satisfacer la gran demanda del español como lengua extrajera (ELE).

 A través de las nuevas tecnologías como Internet ofrece una variada gama para el cumplimiento de sus objetivos.

 VARIEDADES SOCIALES

 Son diversos los factores que influyen a la hora de comunicarnos y que originan las variedades sociales de la
lengua: Variedades diastráticas y variedades diafásicas.

8.1. VARIEDADES DIASTRÁTICAS

El español culto, que fija la norma, el español vulgar, caracterizado por el vulgarismo.

Se caracteriza por una expresión correcta y fluida, la precisión en el vocabulario, el uso de un léxico culto que contiene
tecnicismos, una sintaxis más ordenada y una adjetivación más rica.

Los vulgarismos son formas lingüísticas que nos respetan la norma de la lengua y deben evitarse.
Entre estos dos extremos encontramos un tercer estado, la lengua estándar, que no tiene verdaderamente rasgos propios
que la identifique.

8.2. VARIEDADES DIAFÁSICAS

La situación comunicativa marca la forma de hablar que vamos a utilizar, lo que da lugar a las variedades diafásicas, o
registros. Al elegir un registro los hablantes deben considerar los siguientes factores:

 La materia que van hablar.

 Que me medio va a utilizar para la comunicación (Lengua hablada, mas espontánea


y descuidada, o lengua escrita, más elaborada y ajustada a las normas de
corrección).

 El interlocutor (Según la relación que tengamos con él).

La riqueza lingüística de un hablante dependerá del número de registros que domine de su uso apropiado.

9 USO COLOQUIAL DE LA LENGUA

Llamamos coloquial o familiar al uso que hacemos de la lengua en la conversación ordinaria con familiares, amigos y
personas de confianza.

 La lengua coloquial es una modalidad de la lengua hablada.

 Debemos distinguirla de la lengua hablada formal, que se usa en conferencias, discursos, etc.

 La lengua coloquial es espontánea: Los interlocutores improvisan y no disponen de mucho tiempo para la elaborar
las frases y las palabras.

 La lengua coloquial es muy expresiva, lo que favorece el uso, por un lado los diminutivos y las expresiones
cariñosas; y por otro, los insultos y las

 RASGOS SINTÁCTICOS

La sintaxis de la lengua coloquial presenta, entre otras, estas características:

 Frases entrecortadas interrumpidas o sin terminar.

 Muletillas o palabras de relleno.

 Uso de vocativos para apelar al interlocutor.

 Abundancia de frases exclamativas y de interjecciones propias e impropias

 RASGOS LÉXICOS

 Frases hechas.

 Formulas de cortesía y saludo.

 Metáforas, comparaciones, hipérboles...

10 BILINGÜISMO Y DIGLOSIA

El concepto de bilingüismo puede observarse desde una perspectiva individual o perspectiva colectiva:
 Individual: Una persona utiliza de forma alterna dos o más lengua para usos similares y con familiaridad. Suele
distinguirse entre bilingüismo activo, cuando el hablante puede usar y emplear alternativamente las dos lenguas,
bilingüismo pasivo, cuando la persona entiende las dos lenguas pero solo se expresa en una.

 Colectiva: Desde este punto de vista, el bilingüismo alude siempre a la coexistencia de dos lenguas sin que una
domine a la otra. Se distinguen dos tipos:

o Social: Dos o más lenguas conviven en igualdad de condiciones en una misma comunidad. Se garantiza
a cualquier individuo ciertos derechos lingüísticos en su lengua materna, favoreciendo la difusión de las
lenguas en todo el territorio y, por tanto, la educación bilingüe de los jóvenes.

o Territorial: Dos o más lenguas tienen coexistencia política dentro de un estado, cada una en su ámbito
territorial.

La diglosia, frente al bilingüismo, se produce cuando en una misma comunidad hay un uso social diferente de dos lenguas.
En la vida familiar los hablantes utilizan la lengua materna y en otras situaciones de comunicación más formal utilizan la
lengua aprendida. Este distinto uso de dos lengua que intervienen en un determinado lugar, con predominio de la más
prestigiosa sobre la otra recibe el nombre de diglosia.

 BILINGÜISMO Y DISGLOSIA EN LAS ÁREAS DE ESPAÑOL

El ordenamiento legal establecido en la constitución española de 1978 refleja la existencia de varias comunidades
autónomas en España con lengua propia.

En el ámbito español de América también se producen numerosos fenómenos entre lenguas y amplias zonas de población
bilingüe.

12. ¿Castellano o Español?


Esta lengua también se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad
lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla.
Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el término español
es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes bilingües del
Estado Español, pues entienden que español incluye los términos valenciano,
gallego, catalán y vasco, idiomas a su vez de consideración oficial dentro del
territorio de sus comunidades autónomas respectivas; son esos hablantes bilingües
quienes proponen volver a la denominación más antigua que tuvo la lengua,
castellano entendido como 'lengua de Castilla'.
En los países hispanoamericanos se ha conservado esta denominación y no
plantean dificultad especial a la hora de entender como sinónimos los términos
castellano y español. En los primeros documentos tras la fundación de la Real
Academia Española, sus miembros emplearon por acuerdo la denominación de
lengua española. Quien mejor ha estudiado esta espinosa cuestión ha sido Amado
Alonso en un libro titulado Castellano, español, idioma nacional. Historia espiritual
de tres nombres (1943). Volver a llamar a este idioma castellano representa una
vuelta a los orígenes y quién sabe si no sería dar satisfacción a los autores
iberoamericanos que tanto esfuerzo y estudio le dedicaron, como Andrés Bello, J.
Cuervo o la argentina Mabel Manacorda de Rossetti. Renunciar al término español
plantearía la dificultad de reconocer el carácter oficial de una lengua que tan
abierta ha sido para acoger en su seno influencias y tolerancias que han contribuido
a su condición. Por otro lado, tanto derecho tienen los españoles a nombrar
castellano a su lengua como los argentinos, venezolanos, mexicanos, o panameños
de calificarla como argentina, venezolana, mexicana o panameña, por citar algunos
ejemplos. Lo cual podría significar el primer paso para la fragmentación de un
idioma, que por número de hablantes ocupa el tercer lugar entre las lenguas del
mundo. En España se hablan además el catalán y el gallego, idiomas de tronco
románico, y el vasco, de origen controvertido. Sergio Zamora B. Guadalajara,
Jalisco, México 1999
13. El español ayer y hoy
En la formación del español cabe distinguir tres grandes períodos: el medieval,
también denominado del castellano antiguo, fechado entre los siglos X al XV; el
español moderno, que evolucionó desde el sigloXVI a finales del XVII, y el
contemporáneo, desde la fundación de la Real Academia Española hasta nuestros
días.
14. El castellano medieval
El nombre de la lengua procede de la tierra de castillos que la configuró, Castilla, y
antes del siglo X no puede hablarse de ella. Por entonces existían cuatro grandes
dominios lingüísticos en la Península que pueden fijarse por el comportamiento de
la vocal breve y tónica latina o en sílaba interior de palabra como la o de portam
que diptongó en ué en el castellano, puerta, y vaciló entre ue, uo y ua en el leonés y
aragonés (puorta) y mozárabe (puarta). En términos generales, se mantuvo la o del
latín (porta) en la lengua del extremo occidental, el galaico-portugués -del que
surgiría el gallego y el portugués-, y en el catalán del extremo oriental, que ejercería
su influencia posterior por las tierras mediterráneas, fruto de la expansión política.
El castellano fue tan innovador en la evolución del latín como lo fueron los
habitantes de Castilla en lo político. A esta época pertenecen las Glosas Silenses y
las Emilianenses, del siglo X, que son anotaciones en romance a los textos en latín:
contienen palabras y construcciones que no se entendían ya. Las primeras se
escribieron en el monasterio benedictino de Silos, donde para aclarar el texto de un
penitencial puede leerse "quod: por ke", "ignorante: non sapiendo"; las Glosas
Emilianenses se escriben en el monasterio de San Millán de la Cogolla o de Suso.

En el sur, bajo dominio árabe, hablaban mozárabe las comunidades hispanas que
vivían en este territorio y conservaron su lengua heredada de épocas anteriores. La
mantuvieron sin grandes alteraciones, bien por afirmación cultural que marcara la
diferencia con las comunidades judía y árabe, bien por falta de contacto con las
evoluciones que se estaban desarrollando en los territorios cristianos. En esta
lengua se escriben algunos de los primeros poemas líricos romances: las jarchas,
composiciones escritas en alfabeto árabe o hebreo, pero que transcritas
corresponden a una lengua arábigo-andaluza.
De los cambios fonéticos que produjeron en esta época en el castellano, el más
original consistió en convertir la f- inicial del latín en una aspiración en la lengua
hablada, aunque conservada en la escritura. El primer paso para convertir el
castellano en la lengua oficial del reino de Castilla y León lo dio en el sigloXIII
AlfonsoX, que mandó componer en romance, y no en latín, las grandes obras
históricas, astronómicas y legales.
El castellano medieval desarrolló una serie de fonemas que hoy han desaparecido.
Distinguía entre una -s- sonora intervocálica, que en la escritura se representaba
por s, como en casa, y una s sorda, que podía estar en posición inicial de palabra
como silla, o en posición interna en el grupo -ns-, como en pensar o en posición
intervocálica que se escribía -ss- como en viniesse.

Las letras ç y z equivalían a los sonidos africados (equivalente a ts, si era sordo, y a
ds, si era sonoro), como en plaça y facer. La letra x respondía a un sonido palatal
fricativo sordo, como la actual ch del francés o la s final del portugués y también
existía correspondiente sonoro, que se escribía mediante j o g ante e, i: así dixo,
coger, o hijo. Distinguía entre una bilabial oclusiva sonora -b-, que procedía de la
-p- intervocálica del latín o b de la inicial sonora del latín (y que es la que hoy se
conserva), y la fricativa sonora, que procedía de la v del latín, cuyo sonido se
mantiene hoy en Levante y algunos países americanos.

Desde el punto de vista gramatical ya habían desaparecido las declinaciones del


latín y eran las preposiciones las que señalaban la función de las palabras en la
oración. El verbo haber todavía tenía el significado posesivo tener, como en había
dos fijos y se empleaba para tener y para formar las perífrasis verbales de
obligación que originarían a partir del siglo XIV los tiempos compuestos; por eso,
entre la forma del verbo haber y el infinitivo siguiente era posible interponer otro
material léxico, hoy impensable, como en "Enrique vuestro hermano había vos de
matar por las sus manos".

Los adjetivos posesivos iban precedidos de artículo, como aún hoy ocurre en
portugués; así, se decía los sus ojos alza. El español del siglo XII ya era la lengua de
los documentos notariales y de la Biblia que mandó traducir Alfonso X; uno de los
manuscritos del siglo XIII se conserva en la biblioteca de El Escorial. Gracias al
Camino de Santiago entraron en la lengua los primeros galicismos, escasos en
número, y que se propagaron por la acción de los trovadores, de la poesía cortesana
y la provenzal.
15. El castellano moderno
La publicación de la primera gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija en
1492, fecha del descubrimiento de América y de la toma de Granada por los Reyes
Católicos, establece la fecha inicial de la segunda gran etapa de conformación y
consolidación del idioma. A esta época pertenecen el cambio de las consonantes
que altera y consolida definitivamente el sistema fonológico del español.

Desaparece la aspiración de la h, cosa que testimonia la versificación. Se funden en


un único fonema la s sonora y sorda, prevaleciendo el valor sordo. Las consonantes
ç y z pasan a ser el fonema fricativo (con pronunciación equivalente a ts) que se
escribirá ç durante el siglo XVI y pasará a tener el valor de la z (con su
pronunciación actual) en el siglo siguiente, con lo que de esta manera se resolvió la
vacilación ortográfica c, ç, z. Las variaciones fonéticas que representaban x, g, j, se
solucionaron también en favor del sonido velar fricativo sordo que en el XVII pasa
a tener la pronunciación y grafía actuales de g y de j.

Desapareció asimismo la distinción -b-, -v- que se neutralizó en -b- durante el siglo
XVI. En la morfología aparecieron los tiempos compuestos de los verbos, y se
convierte en auxiliar el verbo haber. En la sintaxis el orden de los elementos de la
oración se hace más rígido, y se anteponen los pronombres átonos a infinitivos y
gerundios.

Desde el punto de vista del léxico adquirió una gran cantidad de neologismos, pues
a estos momentos correspondió la expansión de Castilla y, por lo tanto, el contacto
con otras culturas. Consiguió consolidarse como lengua dominante frente a otros
dialectos peninsulares al llevarse a cabo la unidad política de Castilla y Aragón y ser
el castellano la lengua de los documentos legales, de la política exterior y la que
llegó a América de la mano de la gran empresa realizada por la Corona de Castilla,
ya fijada en la gramática normativa de Nebrija. A partir de los primeros momentos
del siglo XVI se prefirió la denominación de española para la lengua del nuevo
imperio, y la preocupación de los intelectuales del momento se refleja en la enorme
tarea de sistematizarla, analizarla y divulgarla.

Lo demuestran la publicación del gran Diccionario de Alcalá, obra de la


Universidad Complutense creada por Cisneros; la aparición de la Minerva de
Francisco de las Brozas, conocido por El Brocense, que es una gramática normativa
y descriptiva más moderna que la realizada por el grupo francés de Port Royal, y, a
principios del siglo XVII, la publicación del Tesoro de la lengua castellana o
española (1611) de Sebastián de Covarrubias, primer diccionario de la lengua, que
contiene cuanta información histórica y sincrónica había disponible en el momento
de su publicación.

En Francia, Italia e Inglaterra se editaban gramáticas y diccionarios para aprender


español, que fue la lengua diplomática hasta la primera mitad del sigloXVIII. En
esta etapa de la lengua se llegó al esplendor literario que representan los autores
del siglo de oro. El léxico incorpora palabras originarias de tantas lenguas como
contactos políticos tenía el imperio. Del italiano entran en el español desde el
sigloXV al XVII los nombres de la métrica y preceptiva literaria como soneto,
asonante, silva y lira, palabras relacionadas con las bellas artes como fachada,
escorzo, medalla, piano.
De otros campos léxicos son italianismos de la época centinela, alerta, escopeta,
aspaviento, charlar, estropear y muchas más. Son galicismos paje, jardín, jaula,
sargento, forja o reproche. Los americanismos, que comienzan a entrar en el
sigloXVI, ofrecen una lista referida a las realidades que en Europa no se conocían y
que son españolismos tomados por las lenguas europeas como patata, cóndor,
alpaca, vicuña, pampa, puma, papa (denominación afincada en Canarias para
patata), que proceden del quechua y el guaraní. Los términos más antiguos, como
canoa, ya citado en el diccionario de Nebrija, proceden de los arawak. A este
conjunto pertenecen huracán, sabana, maíz, cacique, colibrí, caribe, enagua y
caníbal. De la familia de lenguas náhuatl habladas por los nahuas, se incorporan
hule, chocolate, tomate, cacao, aguacate y petate.
16. El español contemporáneo
En el año 1713 se fundó la Real Academia Española. Su primera tarea fue la de fijar
el idioma y sancionar los cambios que de su idioma habían hecho los hablantes a lo
largo de los siglos, siguiendo unos criterios de autoridad. En esta época se había
terminado el cambio fonético y morfológico y el sistema verbal de tiempos simples
y compuestos era el mismo que ha estado vigente hasta la primera mitad del siglo
XX.
Los pronombres átonos ya no se combinaban con las formas de participio y, gracias
a la variación morfológica, los elementos de la oración se pueden ordenar de
formas muy diversas con una gran variedad de los estilos literarios, desde la mayor
violación sintáctica que representan el barroco del siglo XVII, los poetas de la
generación del 27 y el lenguaje publicitario, hasta la imitación de los cánones
clásicos, también violentadores del orden del español, que incorporaron los
neoclásicos o los primeros renacentistas.
Coincidiendo con otro momento de esplendor literario, el primer tercio del siglo
XX, aparecieron las nuevas modificaciones gramaticales que aún hoy están en
proceso de asentamiento.
De ellas cabe citar: la reducción del paradigma verbal en sus formas compuestas de
indicativo y subjuntivo, la sustitución de los futuros por perífrasis verbales del tipo
tengo que ir por iré, la práctica desaparición del subjuntivo, la reduplicación de los
pronombres átonos en muchas estructuras oracionales y con verbos de
significación pasiva, que están desarrollando una conjugación en voz media como
en le debo dinero a María; la posposición casi sistemática de los calificativos, la
reducción de los relativos, prácticamente limitados a que y quien en la lengua
hablada. Junto a ello, la irrupción continua de neologismos, que nombran
innovaciones técnicas y avances científicos, tiene dos momentos: los anteriores a la
mitad del presente siglo, que contienen raíces clásicas como termómetro,
televisión, átomo, neurovegetativo, psicoanálisis o morfema, y los neologismos
apenas castellanizados, siglas y calcos del inglés y fruto de la difusión que de ellos
hacen las revistas especializadas, la publicidad o la prensa, como filmar, radar,
módem, casete, anticongelante, compacto, PC, o spot.

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