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Me ee Te cei a ee Prec ere 0) Poe reer ene aa fee eer eer ee eter eet ec eco ey Pee era eer ah Fey te eee aera aa Poe ene erry ee ca a Sern amet aot eee ee eae ecient aes Pere Cr aor Pe ar eee nee ny eee ny ace oe Pent Penn reac ee See years pen ate eer iret nl ier Ronee aus Cen tree ee a mene Peer nner iene en enn a ere rs ed etn eee Teeter are Sten ecm diaes ar Rr Beg erat eae reer edie ay Oren ta ea Per mete tte enn eevee ara oe came ie ‘cadena Mesieana dela Historia —corresponiente de la Real Acidenia Fspanola dela Historia de doce volimenes de historia y relacionesiternacionales, Pre mae earner ere acne ena omen stern etonen studio de la supremacia papal sobre isla, 1091-1493, El ects sccm hey irokoucoe | Garis Peer nyt El Colegio de México Fondo de Cultura Economica Siete eee eee Ure gc ce embajadoreninente de Mésico (1967-1989). Esmientro dela | eee rey eee oa a bladed a) | f ONAN ene iy err ea Uar ff de México XICO a mann La herencia medieval de Me i Segunda edicion revisada LUIS WECKMANN (DELA ACADEMIA MEXICANA DE LA HISTORIA LA HERENCIA MEDIEVAL DE MEXICO Cc g MN ; Gl EL COLEGIO DE MEXICO. FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO Primera edn (Et Colegio de Mérico), 198 Speedin (ag de Mexc/c), FILOSOFIA LETRAS FIRBO w42 1944 wi - 686594 (©1985, Las Wectann (Galzad det Cardo, #37700 San Miguel Allende, Gio (21904, I Colegio de Méxicn {Caine al Ajseo, 20; 1740 México D. ISBN 9681202622 (primera edison) .R.© 1994, Foxoo ne Cuuruma Beonowaca $08 CV. LR © 1996 Foro we rian Beowonncn (Carretera Peachoajnco 227; 14200 Mes, DF ISBN 968.16-40601 (cegunda edicion) Impreseen Metco ONT gy PRESENTACION CHARLES VERLINDEN* Hace mas de treinta aflos, en agosto de 1950, presenté en el IX Congreso Internacional de Ciencias Historicas, reunido en Parts en la Sorbors, co texto sobre “Las influencias medievales en la colonizacion de Amer; Silvio Zavala, que estaba presente y particips en la discusion de las less que acababa yo de exponer, me ofrecié publicar mi trabajo en la Revista de Hie, ‘oria de América de la Comisién Panamericana de Historia y Geogralia, deg. Geen efecto aparecié antes del fin de aquel afto, Al afo siguiente, un joven historiador mexicano, cuyo nombre ya me era conocido,’ me envi un sobre, tiro de Paris, donde poco antes habla comenzado una carrera diplomatica us lo Uevaria a ser embajador de México en Roma, después de haberlo sido fi Teheran y en las Naciones Unidas. Se trataba de un estudio publicado on la revista Speculum, de la Mediaeval Academy of America, intitulade "the Middle Ages in the Conquest of America”. Luis Weckmann, piles se tratabe ge él, exponia all de manera absolutamente independiente ¥ personal vara ‘onsideraciones, entre las cuales muchas coincidian con las snfas Parecia entonces manifestarse entre ciertos historiadores una toma de coneiencia de la continuidad entre Ia Edad Media europea y le colonia, {dn del Nuevo Mundo. Dos profesores de la Universidad de Wisconsin. de Madison, Merril Jensen, especialista en historia de la revolucion estedere, nidense, y el medievalista Robert Reynolds, hab'an publicado tecientemere gp Studi, en honor del gran historiador-economista Gino Luzzalto, ui cet Gio intitulado "European Colonial Experience. A Plea for Comparative Sta, dies’ Tales estudios comparativos comenzaron a interesarme sobremmanera también a mi, y ya desde entonces esbocé un plan publicado algunos ative gspues, en Ia serie “Programa de Historia de América’, por iniclative de Silvio Zavala y con el titulo de Précédents médiévaux de ia colonie en Arne. fiiue? Entretanto me habian invitado a dar unos cursos en Madison) @ ditigir seminaries durante un semesire. En este periodo, Jensen y Reynolds, Sonvertidos en mis buenos amigos pero desgraciadamente ya desaparcer, dos, me alentaron a solicitar la ayuda de la Fundacion Rockeleller para lle, var a cabo mi proyecto, para el cual mientras tanto habla yo ebtenido jrMicmbro de la Academia Real de Belgica, de l Real Academia Espatila de la Historia, anseiero Europeo de ba Comision Panamcrcana de Histor be melees a So ‘acon es de Roberta Gomes Cres, de yf Qnecer al autor, habia yo Feseiaola notable obra de! Weckinann, Za es alandrines (4221 ria lta dt papa mis Esai trenacte papa bln ae PSOE TSS {Meteo Inside Histor: 1949). Gy mi reseda on tt fon lee Phill Soy 108), pp. 56836, SAE mond Gino Eas (Min, 1950) p. 7.90. *TestutoPanamercano de Ceogrfa e Hira br. 177 (ic, 1954). 7 a. 2b 77 8 PRESENTACION entusiastas promesas de colaboracién en el mundo académico, Desafor tunadamente, Ie conciencia de la continuidad entre la Edad Media ta América colonial no habia penetrado hasta los Grganos dirccvos de aque. lla poderosa fundacion, y no se obtuvo nada, Mas esto fue una fortuna para mi, ya que de otra manera no habria publicado mis dos volimencs ¥-mis segenta actculos sobre la esclavtud en la Europe medicral ni ls Ginco volimenes de Documentos sobre la historia de preccs 9 slarios 1 Flandes y Brabante en los sglos Xin-xrx, ni tarmpoco los numeresos sees dios separados acerca de diversos aspectos de tata continuldad, gue in dluda ef mundo administrative no consideraba conforme ala mods de ios ticmpos No me desanimé, ni tampoco Luis Weckmann, pues fue precisamente hacia entonces cuando el emper6 a acumula la enorme cantad de dates uillizados en los voltimenes que aqui tengo la alegri de presenta al ec. tor trese del eudio'o dels pervonadotada de lo que a were Yoda se lama una cultura media. Respecto a esta ultima, el embajador Weckmann habria podido cacr en la tentacién de escribir de mancrs impresionista, para un slblice poco dotado de espitinecitico y amante de lo sensacional, como hacen hey ox dia tantos que habrian posido ser histortadores st no se huboran conver: ido en cazadores de grandes trjes, Pero en el no hay impresionisme sogo, sino ciencia bien doctimentada y sditda, Esto no quiere decir que na pula impresionar, sino que lo hace con excelente razon sit el diseaz dela de ‘cumentacion, Le que Weekmann tata de subrayar cl continuacionde fa Ede Media'en ts ls formas de actuary de sented los conga res, guerreros, rales o sacerdoes dela America espaol por sugueate de In Nuva Espafta, de Mésieo en expecial. Despacs de ellos, busca i mies Hherencia en los colonos de diversas clases y de distintos antecedentes so. ciales y cultura, ‘La Nueva Espatia fue en un principio un archipiélago asidtico, nos dice al principio de su segundo capitulo, Es ste un tt sintetico que en dos Palabras retine la miriada de falas, heredadas de la Edad Metis de la Be bia y de la Antighedad, buscadas por los descubridores y conguistaderes a veces hasta bien entrado el siglo x1. Toda la fantasmagoria stents tare to en Europa en todos los espritus como en la misma América es desorta ‘magnificamente, pero tambien documentada, en las paginas ota de los capitulos my, rv yy, relativos ala basqueda de einos y sitios maraillsos, a in geografa teratologica de las amazonas, pigantes, pigincos, monstruos 9 uimeras. Aunque el arte indigena amerindio habia creado monstiuos oS, Pecialmente en las representaciones escultoricas de las divides,» los Fh Tidad Media agrego su propia herencia teratologica que, a wavés de a antigdedad clisia, se remonta la pre o protohistoria oriental: Enel aso de las ainazonas, por cjemplo, las tradiciones caribes y nahuas se mesclan con la herencia legads del otro lado del Atlntico En el capitulo vtentramos al domino de las insttuciones ya analizadas por el autor, desde el punto de vista que todavia hoy conserva, cn au bee {a sociedad feudal Esencia y superivencias, de 1948, Volwis a seuparse dl PRESENTACION ° asunto en 1950, en Pensamiemto politico medieval, pero aqui pone su aten: cin mas bien en los simbolos feudales que en los aspectos estrictamente Juridicos. Es interesante el capitulo vi, sobre las obligaciones militares de los encomenderos. Se ha hablado de milicias de lanzas cast feudales. Por qué “casi”?, se pregunta Weckmann, subrayando claramente la herencia y la continuidad originadas en la Edad Media. ¥ esto dura siempre cuando se instaura la policia estatal, la Santa Hermandad, como en la Espafia ante- rior a los Reyes Catélicos. Fn Daxaca y Michoacan se emplean contra los rebeldes las fuerzas de a caballla de los encomenderos, Se trata de un serv cio militar con un séquito, como en plena Edad Media, pero la diferencia en los tiempos y el cambio de medio son sefialados por la colaboracisn de auniliares indios y por el empleo de tales fuerzas combinadas contra los bucaneros, El capitulo x atribuye a la mayor duracién del florecimiento de Ia caba- lerfa en Espana el paso espontanco del espiritu y de la manera de ser de ésta a América, Los Conquistadores se consiceraban paladines en lucha con- tra los malandrines y nigromantes, Este fue un estimulo formidable de la Conquista. El mismo Bernal Diaz. del Castillo, que era uno de aquellos pa- ladines, se-daba cuenta de elle. Los conquistadores se calificaban de “ca- balleros andantes". Cortés armé caballeros entre sus soldados, seguin los ritos feudales. A los ojos de sus contemporaneos, parecia un nievo Rolat- do, Es también sorprendente que los aliados tlaxcaltecas muy pronto asi- milaron los ideales de los caballeros, y hubo algunos que fueron armados caballeros segiin las rezlas por Cortés mismo. Todos los conquistadores ran lectores de Amadis de Gaula. Un magnifico retrato y un bello analisis en verdad, La intervenci6n de lo sobrenatural on la Conquista es materia del capitu- lot, donde aparecen Santiage y los éngeles, pero tambien el Diablo y los demonios, evidentemente del lado de los indigenas. Los franciseanos son soldados de la fe, armados con la espada de la divina palabra. La conver sién del reino nazarf de Granada es una prefiguracién, con sélo 30 anos de anterioridad, de la conversién de México, y el paralelisino se prolonga hasta mfMiados de siglo. Todo esto esta muy bien dicho y explicado, y lo mismo puede decirse de la persistensia de las esperanzas milenaristas, de las ‘expetiencias mfsticas, de las mortificaciones de los flagelantes, de los mila- gros y de los prodigios. En los capitules sobre el Estado y la economia se siente que el autor es también jurista y que ha estudiado la historia del derecho publico. Todas las instituciones descritas en el caprtulo 04, relativo al Sacro Imperio y a la. ns tituciones imperiales espafiolas, son netamente de filiacién medieval. En el capitulo >eav Weckmann ve muy bien que la discusion sobre la existencia de la feudalidad colonial, sostenida por algunos autores, es vana, pues para negatla se ha recurrido a las palabras mientras las funciones la hacen evi- dente. Por el contrario, quienes como Miranda han calificado de institu- Cidn feudal la Mesta mexicana se han dejado hipnotizar por el hecho de que legs @ convertirse en una asociacién de grandes propietarios, cuyo origen no s6lo no era feudal sino ni siquiera patsimonial 10 PRESENTACION Las galeras del capitulo su también son de tradicion muy medieval, aure aque vigilen las costas de Campeche. En el capitulo xy, sobre la scm Hstrcion ‘urbana, la continuldad redieval es explorada hasta lepar 2 fos eabildes abierios que proclamaton la independencia = principios dl siglo are. He aqu una praca mas de que mirsral pasado a menudo ayuda a explicareimplicar el porvent. Way tants anolcioncspinloresssyreveladoras acerca de la sociedad y Ta cultura, de la poesia popular, del golardismo, del espaiel arcazante Dropio de México, del teatro y la'danza con sus matachines y las dancas Iacabras semijocosas de las Hestas populates! La riquera dela informa: Gln es densa, extraordinaria por su ntensidad y sa vide Me alegro de que el autor haya terminado esta obra que tard6 30 afios en prepara, en documentary en imaginar. Servi de protolipo para reat Iizaclones andlogas, en otros paises ltinoamericanos. En efecto, esta con- unui pede obserare oda he Zon corn por espanol» lugueses, pero eon modalidades parculares, diversas una de otra. Has. {Een las repiones de In colonizacion anglosajona o francesa dela America del None las tnfluencias medicraes son nutmerosas, a peste de as fechas Posteriores en que se crearon alls colons ensen y Reynolds, que cité al principio de cata Preseniacin, lo sefalaron y demostraron con efnplos que slo compruchan. Ya al iniciarse el siglo, Cheyney dio el titulo de “Euro. ean Background of American History. 1300-1600" al primer tomo de la se Re The American Nation: A History, gia por A.B. art. En el prlogo, el autor declaraba que los antecedentes europees,es decir medicvales 0 Cuan dlo menos del siglo sv, atraerian mas ms la atenei6n de ls imestigado- res n medida que e Kiera aclarando su percepcion de las perspectives Tes kes del historia. {a obra de Luis Weekmann esté ene la que contibuirin a aleanzar este resullado, ¢Cundo aparecerdn otros volumenes de I misma especie, rela: tvos al Por, al Bra alos Estados Unidos o al Canad? Constfiran una base para las investigaciones comparativas que recomiendo con especial entuslasmo en mi perio volumen de 1954 sobre Les précidents médieanx de fa Colonic em Amérique. Me interesaba entonces en la comparacion de las \éenieas de colontzacion de Ia Edad Nedia con las dela época moderna, que $yo querla preparar reiniendo colecclones de documentos, para lo cual pro- 3ectaba una operacin de colaboracn internacional ste proyecto era en ionees muy nuevo y demasiado ambicioso, pero creo que libros como éte del sabio embajador Luts Weelmann, podrian permitira ottos emprenderio de nuevo, ya que gracias al anaiss ds los precedentes medieval de todos los aspectas de la cvlizacion de los ptses nacidos de Ia expansion eure pea, lumina con una fis mas intemsa y penctrante Ia importancta de Tos tovimientos migratorios de hombres e eas que cambiaton el mundo en Ia dpoca de los Grandes Descubrimicntes. Bruselas, julio de 1982 PROLOGO ‘Smvio Zavata {Cuando el doctor Luis Weckmann present6 sus exiimenes de ingreso en e Servicio Exterior de México, ya contaba con ua preparacion universitaisa excelente que encaminaba sus estudios hacia los campos del derechs ine temacional y de ls historia, ‘Como otros notables diplométicos mexfeanos, ha sabido tniren su carre- ra el desempeno fiel de sus deberes de uncionario con el manteninienta de su actividad intelectual Prueba de ello fue, en el perfodo de sus labore en Francia, la aparicion de los tres wolmencs que Gedieé al inventarloy estudio de los documentos de la mision de México en ese pats Tos cushes han sido objeto de un reconocimiento por ln Secretaria de Relaciones Exteriores de nuestro pais en oeasion del traslado de ese archivo sl genta “Genaro Estrada” de la propia Secretaria” Ahora, teniendo a su cargo la Embajada de México en Italia, el doctor Weckmann da cima a una obra magna que habta atraido au nteres deste hace inuchos aos: me refiero a La ferencia medical de Mexico, Come ante. cedentes prometedores de dicha labor, podemos recordar, por el orden de su publicacion, las contrbuciones siguientes: La sociedad feudal, Exenctay Supervivencias. México, Editorial Sus, 1944, 237 pp Las bulasalejandinas de 1493 y ta teoria politica del papado medieval Fsrudio de la tpromecta papal sobre las isla, 1091-1493, com Introduccion de su maestro.on Berke: ley, Est H. Kantorowicz, Instituto de Historia dela Unaas, Editorial Jus, 1849, 313 pp. y Panorama de fa cultura medieval, con una Tntreducelon sobre La Edad Neda en Mésico, Usa, Mantales Universities, Facultad de oso y Letras, 1962, 196 pp. is, que como su titulo lo indica ya train eh sermen la obra que ahora aparece éntiquecida 20 alos despa El apunte bibliografico anterior no resume naturalmente todo lo que el doctor Weckmann ha estudiado y publicado en derredor del tema mayor de au interés y competencia (véase In nota 1 al capitulo 1 de ta obra gue prologamos): pero sf permite ver cémo se fue gestando el bro que ahora Publica El Colegio de Mexico. A continuaciOn trataréde presenta suctoes ‘mente sus temas y los hindamentos en los que el autor los apoyia Justo es recordar, antes de ello, que paraiela eindepencientemente de la lines de investigzacién del doctor: Weekmann, un reputado. medievista europeo, el profesor Charles Verlinden, de la Universidad de Gante, en Bel aca, habia emprendido desde la olla del Viejo Mundo el examen profun: “le lesions fencomercons tomo 1, 123-1838, Moco, Secretaria e Relacones Excite 161 (hive Htc inom estamos pans aoa oa 3, Matic nt , t 69 pp prac de Basel Co legs tome 9 Toe (55,3, 59 tomo He eb Goa) nin Se 9S 1 2 PROLOGO do ¢ imaginative de los Précédents méditvaux de la Colonie en Amérique. Période coloniale, que publicé en México, en 1954, la Comision de Historia del Instituto Panamericano de Geografia e Historia, como parte del Pro- grama de Historia de América. La obra grande del doctor Weckmann comienza por resumir, en el capi tulo 1 que lleva por titulo “La perspectiva’, las conclusiones a las que ha egado tras su larga y extensa investigacién, sosteniendo que, “en mlti- ples aspectos, somos mas ‘medievales’ que buena parte del Occidente’. Esta afirmacion descansa sobre los pilares siguientes: los conquistadores y misioneros (en capitulos amplisimos), cuyo avance esta impregnado del cespititu ce cruzada; la cosmovision de la tierra suspendida entre el cielo y cl infierno, mientras que las esferas celestes son impelidas por los angeles (puede afiadirse el espectacular paso de Lucifer al Nuevo Mundo, con sus miltiples efectos, como se apunta en el capitulo xt, y que yo deseaba desde hace tiempo encomendar a un diligente autor de tesis) el enfrentarniento entre cristianos ¢ infieles, el milenarismo de los religiosos (capitulo xin), las disputas entre nominalistas y realistas; la magia, la astrologia, Ia mo: dicina y las ciencias naturales (Capitulo 270m), las forins del arte got co, mudéjar y aun romdnico (aunque bien seftala el autor, en el capitulo 2occvnt, Ie falia de concordancia cronolégica que a veces existe en Ia recep” cién o en Ia persistencia de los estilos, por ejemplo, cuando siguen apare- ciendo las construcciones géticas en Nueva Espana en la segunda mitad del siglo xt en tanto que en Europa florecta el manierismo y ya se gesta- ba el barroco); en suma, el “arcafsmo” de la vida en Espafia y en la tempra- na Hispanoamérica con instituciones, valores, creencias, costumbres, de la Edad Media todavia en vigencia, lo cual aleanza, entre otros campos, al del idioma (capitulo 200a%), los romances y la literatura caballeresca; el teatro popular, las danzas de moros y cristianios y las macabras (capitulo xXx): ¥ a misica (capftulo 20001), La sociedad se organiza sobre la base de municipios, gremfos de artesa- hos, encomiendas, seforio, repartimientos, esclavitud, comercio regulado por las autoridades metropolitanas y locales. La cultura histérica y juridica del doctor Weckmann le permite distinguir no sélo el legado medieval procedente de las varias regiones de Espana, sino también el que —a través de ésta— Ilega de otras partes de la Cristiandad europea, principalmente de Portugal, Italia (en lo que toce al comercio y Ja navegacion, capitulo xxv1) y Flandes (las beguinas, tratadas en el capitu- To xxx). Por lo que respecta al marco cronolégico, queda comprendido funda- mentalmente entre 1517 y mediados del siglo xvm. Trazado este amplio cuadro, el autor penetra con maduro conocimiento y documentaci6n suficiente, primaria y secundaria, en el andlisis de cada Aspecto o.capitulo comprobatorios de su tesis (véase la impresionante lista de titulos de los 40 capitulos, de lectura instructiva, facil y agradable, con toques de humer, no obstante la extensién de la obra). Esta tarea nos re- cuerda la caudalosa labor de Fray Bartolomé de las Casas cuando redacts PROLOG. b su Tratado comprobuorio del imperio soberano y principado universal que Is reyes de Casta y Leon tienen sobre tas Ing (Seife, 1582) cel ue demostraba abundantemente las varias proposiciones desu verdad Un fino comentario del doctor Weckmann aclara que no se tata an slo de una transmnision de insttaciones y valores desde Europa, sino también de los desarollos nuevos en ls teritorios de las India, de tn enacer de fo. suas ue pod ear ya en dsadencia cn a Penis cpa (por jem Plo, seiala en el eapftilo 0 que estando cast por extingnase en Espanta el Dficio de adelantado cobré fuerza en América, donde se reapit6 de new in antigua atmesterafronteriza dela Peninsula: yen el capitate Yom obser. va que el munteipio en las Indias revive uss vgjos ya olvdads cn la Peni Stl) Junto a eso se heteron presentes las pecularidades de la seleceldn 5 de la adaptacion en el nuevo ambiente, de lo que dremos ago adelan, En buena pan, el estudio que prologamos cprresponde al género que ahora se calfica de historia de mentalidades(Geteresehthit), mas tambien abarea los aspects institucionaes, sociales y ulturales (Kuugeschice) pues tata de'la Universidad en el capitlo sn. En presentacton general tan amplia habré puntos en los que los especalisias podran softly otrse Posiblidades de interpretacion y de apoyo documental pero nortainente El autor redne con alerto los procedentcsmsedivalesy expone la contin dad de ellos en uliramar de mancra convincente- Aloviusadamentc junto ‘las semejanzas toma en cuenta las diferencias (2 en el eapitlo oie dica que en las Indias los rangos nobillarios avieron escasa importancia institucional y expliea por qué). No pocas veces, ala manera de Lucas Als man, sigue la supervivencia de usos y nombres mde alla dela epoca colo: Bal, incluso hasta el presente Puede decirse que la historia de Ménico, gracias al estado mayor de doc- tor Weckmann, ba quedado bajo una luy intensa que pone al deceubleno tian ella ha rectbidoy transformado del pacato wedioval europea, Cate preguntar sino hay omisiones:acauo algunas menores; en la epoca calonial Hlegaron otras corientese influencins de culturn que oc sulen agrpat bajo Jos titulos de Renacimiento, Barroco e Tlustracion. Todas conttibuyeron 2 conformar el pasado mexicano a través dela emigracion transatnticn, proyectindose’—como ya se ha apuntado— en un medio geogratico distin: to, en el que hablan dajado st hella y siguieron opetando los pueblos Y kalturas indigenas de fuerte personalidad y arraigo. Aun para coneumat extender sus congulstas, los expafoles contaron promio con cucepos de uc teres indios allados, que pudeton asi prolongar sus habits prebispan 0s. Algo semejante ocurri8 con Ia actividad de los comerciantes 0 "pack tecas’, que sigueron recortiendo suis tulas acostumbradas,a veces hasta Guatemala. Los que no pudleron continuar ablertamente sus actividades rs allé dela conquista fueron los sacetdotesindigenss, aunque Moctezu fia puso « Cortés sinceramente que fespelara'a sus doses tse saul inubStuna raptor inevitable, al menos en cuanto a legaldad ce a supe vivencia, dindose al margen de ella la persistencia ol retorno dela ola lia yos hondos enureentaamlentos dl sineretismo teligoso (weasel cap u PROLOG tulo xn de esta obra: “aloe, tezcathpoea, Tonantain yotras'derdades s- brevisteronecullasen los tos eriatanos®. VVolviendoa la cuestion central del obra del doctor Weckmann, se puede petebiren el caso particular de fa encomienda a inftenciainneeable de organization seforial del Medieve(veanse los eaptulos vy od de esta cra) pero ya se enfrenta ala poderosa tendencta legals, ae a opus una ftttocra vvenal cada vee nds poderes.<° quel corer de los anos legs 2 prevalecer tanto.enel centro dela monarqula espana como en fs die tates reinos de as Ina Se entraba en ln llamada “era de ls nacionalidades" en a cual los fuer- tes Estados constitiidos en Europa ibraran sus luchasy competittan por Is expansion em ullraman,quedendo atris la epoca en que observant mentee doctor Weckmainn qu Yow primers congustadores de Meio referan designarsea st misanos no coma “espafols” sino como “erst: fos’, En esa era de transicion (que en general y explicablemente fue mas “edicvat al coreazo que s medida gue avartabn los ai y se eon da la adinstracion regi), Se escrblan ano yotr lado de rosea fnucyas paginas petienecentes al menos en parte la hisona dela Edad Hedge sce aun fevinolo eu spo al pasado medina Nocrecmos por cso ques Edad Meta curopea comine yexpigue todo nuestra passdo desde cl descubrimiente hasta 1650 ai en lo restante de los Tiglos colonies: No parece ser tampoco i tsis que sostiene el coor ‘Weckrnann (eres que se conformaria con decir que hmprega “mucky de te pasade), pues entre otros lugares advice, en sa capita a que frente Sot cablleros (en sentido medicra exiate cl avance arvollador del Abwo- Tutsmo, con su setucla de burderatasyletrados" 1 que deberos teste Sulor © un lacido andlsts que pone de relieve exa horncia medical en inet historia, con sus abundantes valores, adiclone, arges y set Sumbres México, DF, diciembre de 1982 NOTA PRELIMINAR La presente obra es producto de un examen sumamente extenso de las fuentes primarias y secundarias de la historia de la Nueva Espana, enten. dida en su ambito geogréfico mas amplio, relativas al periodo que va desde la expedicin de Hernandez de Cordoba (1517) hasta mediados del siglo xv Ese marco cronolégico obedece a una siinple exigencia de metodo, ya que es evidente que muchas vivencias medievales, recogidas del Viejo Mundo por algunos de nuestros ancestros (0 impuestas por sus gobernantes, es. pirituales 0 temporales) tienen hoy da una vigencia aunque havan sufri- do adaptaciones o transformaciones— casi igual & la que tenfan cuando el curopeo puso sus plantas por primera vez en tierra americana, He utilizado también para este estudio la literatura historica moderna sobre Ia Nueva Espatia que cubre el mismo periodo 1517-1650. Por ello la bibliografia aparece al fin del presente volumen en dos secciones distintas: ientes y Obras Modernas. Evidentemente este libro se fundamenta sobre todo en las primeras. Para subrayar esta jerarquia de la documentacién de base, en las notas al pie aparecen sefhaladas las fuentes con VERSALITAS, y con Altas y bajas las ‘obras modernas. En la primera edicidn de esta obra figuraba una tercera Dibliograffa consistente en trabajos histéricos que no me habia sido posi- ble consular, en parte debido a mis continuos desplazamientos en el Ser- Vicio Exterior mexicano. Afortunadamente, a partir de 1984 he logrado lo- calizar la gran mayorfa de esas obras (fuentes, en buena parte), que han servido de base para nuevos andlisis que a su vez han hecho aconsejable esta segunda edicion. Para ahorrar espacio, en las notas sélo se citan los nombres de los auto- res, pero cuando a uno de ellos corresponde mas de una obra en la biblio- rafia, a ese nombre sigue una siniesis del titulo del libro 0 del articulo Ltilizado (entrecomillado, en este tltimo caso). En el texto principal, los \érminos que describen ideas, instituciones, objetos, locuciones 0 mitos de la Edad Media europea que pasaron a formar parte del legado medieval de México aparecen en redondillas, tanto para atracr la aten- «ion del lector hacia el concepto en cuestién como por razones de estética en la impresién de la obra Debo dar las gracias mas sinceras a quienes me han brindado su auxitio fn esta investigacién, que me ha levado, con algunos paréntesis obliga. {orios, més de 30 afios. En primer término, a los bibliotecarios de El Cole- gio de México, de la Biblioteca Central de la Universidad de California en Berkeley, de la Biblioteca Publica de Nueva York, de las Bibliotecas Nacio- nal a€ Madrid y de México y de la Biblioteca Ibero-Americana de Berlin, ast como a los atchivistas de México, Sevilla y El Escorial. Tambien, con igual calor, a mis alumnos de cursos 0 de seminarios de la Facultad de Filosofia, 16 [NOTA PRELIMINAR, y Letras de la UNAM, del antiguo México City College, y particularmente a los alumnos graduados de mi Seminario de Investigacidn Historica de El Colegio de México, durante el semestre de invierno 1980-1981, Me siento particularmente reconocido por la ayuda que me dispensaron, en la revisién del texto, la doctora Sara Bolano (quien gentilmente reor. dené parte del capitulo sobre el espanol arcaizante de México), la profeso- ra Elisa Vargas Lugo (en el capitulo relativo a la arquitectura novohispa- na), y muy en particular el culto Roberto Gémez Citiza, mi primer lector por asf decirlo, sin cuyas pertinentes observaciones y comentarios el texto huubiera adolecida de ciertas oscuridades e imprecisiones. Roma, agosto de 1982 SIGLAS Archivo General de la Nacién (México). Biblioteca de Autores Espafoles Bolen de la Real Academia de Historia (Madeid). Coleccion de documentos para la historia de la formacién social de His: anoarnérica, ed. por Richard Konetzke, 3 vols., Madrid, Consejo Superior {de Investigaciones Cientiicas, 1953, vol. 1 (1493-1592), Coleccion de documentos indditos relatives al descubrimiento, la conquista _ycolonizacion de las antiguas posesiones de América y Oowana, et, prime Tasetie, 33 vols, Madrid, 1864-1888. Coleccién de documentes inddtos para la historia de Iberoamérica, ed. por ‘Santiago Montoto de Sedes, 14 vols., Madrid, Editorial Ibero-Afvo-Amer- cana, 1927-1932. Coleccion de documentos inédits relativos al descubrimienso, conguista y colonizacién de las antiguas pasesiones espantolas de ullramar, segunda sere, 25 vols., Madrid, Sucs. de Rivadeneyra, 1885-1932, El Colegio de México, Fondo de Cultura Econéméca, Hispanic American Historical Review. Historia Mexicana sco Instituto Nacional de Antropologta e Historia (México). Instituto Panamericano de Geografia e Historia Manuserto New York City Public Library. ‘Revista de Historia de América. Sociedad Mexicana de Geografia y Estadistica. Universidad Nacional Autonoma de Mexico, PRIMERA PARTE DFSCUBRIMIENTO Y CONQUISTA I. LA PERSPECTIVA Descumnir las rafces medievales de la cultura mexicana mo es una tarea arqueoldgica ni una encuesta tinicamente de interés para anticuatios. El iegado que nuestro pais ha recibido del Medievo ~—basicamente de Espata, pero no sélo de ella ~ forma parte ain de la experiencia diaria del mexi- Expo. Ta perfilads su idlostacrasia on tal medida que no e2 exagerado decit que, en miliples aspectos, somos més "medievales” que buena parte del Occidente, y desde luego mas que los propios esparoles- ‘Los conquistadores y misioneros del siglo Xv —y tambien los explorado- res, administrador, jueces y obispos— introdujeron en la Nueva Espaiia ‘und cultura que era todavia esencialmente medieval. La influencia del Re- nacimiento italiano, que por entonces avasallaba a la Europa sittada al norte de los Alpes, afect6 s6lo en forma fragmentaria y tardla al naciente ‘irrcinato; ¢ inchio en la peninstila Ibérica, como mas adelante se explica, tse fendémeno revisti6 mas bien la forma de una reforma eatslica con efli: vios de clasicismo. La historia de la colonizacion espafiola del Nuevo Mun- {do confirma esa tess st la consideramas —desde una perspectiva correc: ta como un nuevo capitulo de la expansion medieval de Casilla (con tscalas intermedias en el norte de Africa y en las Canarias), y de las empre ‘2s aragonesas de Ultramar, que ya en el siglo xiv habian plaitado las barras yas cadenas deste Cerdefia y Sicilia hasta las costas del Asia Menor, pa Sando por los ducados de Atenas y de Naupatria” 'Numerosos rasios jurfdicos, politicos, econdmicos y sobre todo ideol6- sscos de la Nueva Espafa en los siglos x\1 Xu tiene un origen netamente Inedieval. Ya Pietsehmana ha sefialado que en la mentalidad espanola de principios del siglo xvi lo “medieval” y lo “moderno” estan inextricable. mente unidos® y aunque éste ex el tema de los restantes capitulos de esta obra, ser atil sefiaarlo aqui, en forma somera. Nuestro particularismo nacional empezda desarrollarse dentro de una situacién imperial —el Sa- "Las supervvencias medievales en Ames on especial referencia a México, han sido ma tera de tes areuloe ios sucesios: "The Middle Ages in the Conquest of America” (Spec lon se enero de 1951, 130-141, con versiones en espancly en poraugues, publicadas res bectivamonie en Fibs Leis, Mino 19, 29110; 9 en Ravi de Mistrin Sao Paul, Vi 1s, 1954); "La Edad Media en Mexico", introduccion ant Panorama dela Cla Mev (exco, we, 1962,7-19): con el isto tao orginal, pero com texto apladoy revist- do, cdo por Lewis Hanke ons History of Latin Arron Ciao. Beste, Lite oun, 1987), 1022. eVease TB. Jones Av Introduction to Spavisi-American Culture, Nusvs York y Londres, 1929p 221 y passin Autonlo Tovar 833 Kurt Brofiy 1, ice “La ultra (novos) fue ei fenacinenta aiden espaol. frtalecido con ls sabiduriarcia de la Edad Media y con lagtructura gremlal de la sociedad" Verlinden, “Continue, 219,223 Ce probleme es {vant teat un probisne soir éoonamigue medicele’) tharos Ramires, 182, Pletschmann, 174, 2 DESCUBRIMIENTO ¥ CONQUISTA cro Imperio de Carlos V— sin conflieto inicial entre los conceptos de hravién y de Estado universal. Remontandonos al origen de las caracteristi- Cas de la nacionalidad y de la experiencia politica mexicanas, limense tnestizaje, indigenismo, centralizacién administrativa, el gobiemno coino regulador de los lactores sociales, caciquismo, unipariidismo o suprema- tia dela ley, puede legarse hasta los primeros decenios del siglo xv. Una {nvestigacion historica suficientemente acuciosa, comparable como sefiala Gonzalez Obregon a la exploracion de una vasta gruta cuyos rincones ocul- tos revelan a cada paso cosas inesperadas,* nos permitira pereibir Ia filackon thedieval de modos, costumbres insliticiones casi exclusivamente mues- tras, que van desde el compadrazgo, el abraz, las “calaveras” el corrido, Ia Chavet, aie nfl toroy, lo tatachines, I pitta ys “aes asando por maltiples locueiones familiares arcaizantes; y desde el sermo usticus de la provincia mexicana y ho pocas picardias, hasta el juicko de fmparo y el articulo 27 constitucional, florén postrero del quinto real y del Getecho del sefor feudal a los tesoros encontrados en las tierras de sus vasallos. ‘La expansion colonial y guerrera del Occidente medieval se inici6 cen- turias antes de las primeras aventuras mariimas de aragoneses, portugue- Ses castellanos E® legitimo consideratla una de las Gtimas consecuencias de la prédica de la primera eruzada en el aio 1095, cuando Europa, tras haber dominado la triple ofensiva de érabes, normandos y eslavos, pudo tomar la contraofensiva llevando la guerra al campo enemigo. Pero ‘era cruzada de fines del siglo ma ene antecedentes tanto en la reconquista Gel sur de Italia a mediados del mismo siglo por parte de los normandos {@banderados por ef Papa en una guerra “religiosa") como, mucho antes, fn los primeros esfuerzos de los eristianos asturoleoneses y navarros para Srrojar dela Peninstla a Tos infieles musulmanes, La idea de cruzada —aun- due no el concepto— nace realmente en Espaia mas de 300 afios antes del Conciio de Clermont” La cruzada ibérica —la Reconquista— termina, como es'sabido, el mismo afio en que Colon realizé su primer viaje en busca de las Especierias. Dado al caracter religioso-politico-comercial de las primeras poblaciones fun- Gadas en lo.que ba siendo el Nuevo Mundo, el espiritu que desde un prin- Cipio prevalecio en la conquista espafiola de América fue semejante al que Snimé al avance peninsular desde el siplo Vin hasta las postrimerias del xv {Las huchas entre eristianos ¢ “inficles”se prolongaron allende el Atlantico. Tos conguistadores de América se instalarcn por fuerza, fortficaron sus ‘Casas, ofrecieron 0 impusieron el bautismo a fos indigenas, construyeron Starazanas ¥ {osos, repitiendo nombres tadicionales tan significativos como el de Segura de la Frontera." En ests sentido es justificado decir, ‘cad por Monterde, “El primer torneo" 74. seen yee terS na al ate ga a expueto bellantemente Cal Erdmann en a the Bia Eetelaty ey Rrewongspena anon wadosio al expel ¥ Pu. Se porctres eneewblen J Mulioon, ace rca Vase Zavala Mundo Aico, 31. Pxescano, “Coloiacn y rome 1 BUASTitmn gue coun tos espaolesempendion sa jata guna de Citas con | } LAPERSPECTIVA 3 con Zavala, que “la conguista espaol... viene a cera el ciclo medieval de las erusadas; con Blanco Fembons que “i conguisia de armen tel tins cede incluso com MeAndrew, que la Conese fie joa tina erarada sino la primera guerra de expansion imperiains moderna.” n ® * perils nie nuestros histriadores del siglo x01, Baltazar de Obregén, el cronista dein congusta de la Nueva Vizcaya ecribiendo hacia 1508 no aes oe ompararrettospectivamente pero ton abana, apresinion Preecechae iar etramrns de Bancshares on ae, mncon reser diTamosoy eabico margucs* den Hermano Cones tor io eter ae Bono hin de Reutias solve Alize ygealionto ide Cae 4 Lebn en eo Salado# Las eeraneas milenarsias que toglican cies vision de la misign providencial de los conquistadores espafiales inpiran 1 Gémaraacseribir que las conguistas ene os noneceneoarse oe a hablan terminado las congulstas entre los os. fi de que liens siempre espafioles en guerra contra los infieles”.” 'Noadlo kes primeros conguistadores de México deseribieron a menudo temples indigenas como meeguttas® © Mentfearon m los inion oe rabes"sino que preerian desinarce sf rasmos no “Sapmioe ore ratings" Oviedo mala huestee Cons “crete crue ices catalico® las implaables trpas dl cruel Nun de Gusman, Dos nase esd ea mina sxpedican una de ela feria el eat de ete con india, antilpan orepitensinhos pict: las de Francisco de Areco y de Fray Francisco Mariano de Torres os eapatoles —y despues de ellos el resto de los europeos que poco despus pasaron a America contempt al Nuevo Muncle aie ake, fon antparas rdlevales;y cn a equip taorom eas ls ides y oe as au on tanta profusion ssa cpgca Habla sencrade Colom mane reotea apg los rsgos singulares del paaje american cautio come cata ie ios clementes invartbles del doce st ovr y cuando Compara cl woeado a certas inns con el que usan ns duchas de Casstigs enela sae Be nies on Mes) ) on. manera como haben hecho a top SS ei Hirvonen cme tn nh adi Za Mand donrcano, 139 Bano Fombon 155y Meanie “Oper Ae Charen ot, Sir Amr nin ee ls soa etn enh Fepig iA Eis ns ade omic. nv 9p. 15185. Layer de Als que nen spinon cs PSB at lee at ce en inca, ea ea eo Barra Ce Lt “cama Yaga come Ueto We ps arate roe Rote ge Onan oss aon/y mia, Souben gue gu game cheeol ete, Bop Maps ats eg at nl a le ice be ian ac ae ea Oy En ae bl de Cetitpage passé el exer catia tra os Hama ala (p300), Fey Pea «sco Mariano de Fonsas, Crome de le Sancta Provincia de Kalsc, 15, 19, 20 Cojecho cr ceo Cronica dla Sa ‘de kaise, 15, 19,20 les Pa DESCUBRIMIENTO Y CONOUISTA ‘su propio horizonte mental, Gallegos Rocafull sefiala cémo en Ja Nueva ‘Espa no se encuentran ni siquiera rastros de “la veneracién como mifsti- ca, de la naturaleza” que distinguia a Giordano Bruno y, anteriormente, a Eneas Silvio Piccolomini: prevalece, por el contrario, impertérrita, la creen= cia medieval de que la naturaleza es hechura y sierva de Dios." La Espafia de los Reyes Catélicos —dice Erwin Walter Palm— parece no darse cuen- ta de que en tomo a ella el mundo ha cambiado. En la corte reinan el sosiego ia desenvoltura, gracias al iunfo de las armas en la tiniea empreso, fron Zamente medieval, donde las energias lénguidas de la caballeria europea podian atin realizarse. Para no hablar de la piadosa Reina Isabel, recorde- fos que Bisson ha calificado a Fernando el Catdlico de "primer rey moder- no de Espafia” pero al mismo tiempo de “tltimo rey medieval de la Corona de Aragon”."* ‘La cosmovisién de la Nueva Espafia, no s6lo en el siglo xut sino después, fue la misma que la de los Padres de la Tglesia, con la tierra suspendida en- tre el cielo y el infierno, Lo que se movia, era movido por Dios, causa ultima Ge todo movimiento y de todas las estaciones, principio y fin de todas las Cosas. Todavia al iniciarse el siglo Xvil, en la Nueva Espaiia, as esferas celes- tes eran impelidas por los angeles, giraban en torno a la tierra, centro inmé- wil y explicacion del universo y producian mtisica celestial. Tales eran las teorias del scudo Dionisio el Areopagita, indiscutidas desde hacia mil afos. “"Los cielos son redondos y huecos, y muévenlos los angeles”, informa Fray Pedro de Cordoba, cuyo Manual de Doctrina fue impreso en México por Grdenes de Zumdrraga en 1544. El Padre Acosta, a finales del mismo siglo, confiesa: “no podemos entender que el cielo es redondo, como lo es, y que la Tierra estd en medio, sino imagindndolo"; y describe la Tierra como el centro de las estrellas fijas. El autor del dltimo Espejo de Caballeros ame- Ficano, Vargas Machuca, informa a sus lectores antes del fin de esa misma Centuria que “la (esfera) celeste se divide en once cielos... A cada uno los. mueve una inteligencia que es Angel. El onceno... i Vern. (y €3) fundamento, morada y taberndculo de la Trini precise: ". las estrellas nos muestran moverse a los cielos circularmente”, ‘Mas sorprendente, por tratarse de una mente cientifica, es el concepto del universa de Enrico Martinez, que diferia sensiblemente de los de Copérni- £0 y Galileo: lo integran diez ciclos y se divide en dos partes, a saber una Celeste, desde la Luna hasta el “primer mobil’, y otra elemental, desde Ia ‘Luna hasta el centro de la Tierra. Quiza para evitar mas diferencias con la In- quisicin, expuso Martinez. que la parte mas ligera del universo es la dé- ‘Gina Sphera (donde se halla el Trono de Dios) y la tierra la mas pesada y corpulenta.!” 1 flake, Aristo, 3. Para Colin of Pal, Monuments de La Espada, 19,12, 14; Geb ri asl 18a ta Se Caliogor Roca eso Pesan Mexia, 172. te Pali op cit 8. Bisson 16 * Gr Lamy 28 Fy Po de Connon, 120 ue eae S10 152 oa apace y Tora Frm). F Tore de Acar, 31, 99:9 Trbule, soa dt Cena. 0, 207, ‘Bien cla Susana Alcinara Pb, en au “Aparcion de un Nuevo Mundo’. Vanes Mace, PSUS iad once esis (esis) entre of contiguon como fo eat os cascode la czbo La ortodoxia en la vida religiosa novohispa Iglesia se estructuré en México antes del Coneilio de Trento, es un trasunto del orden medieval, en el cual las Sagradas Escrituras tenfan hasta cuatro significados distintos, desde el literal hasta el arcano. La funcién apostéli Gay clvilizadora de los mendicantes fue similar a la que habia earacteriza- do. los frailes y monjes europeos. Al igual que éstos, aquéllos dispensaban justicia, administraban escuelas y hospitales, dirigtan trabajos de cons tnuccién, de agricultura y de artesania c iniciaban la cria de ganado. Como en las marcas espafiolas, devolvieron la vida a los grandes desiertos estra- tégioos formados entre cristianos por una parte, y moros o indios, por la otra. Los enfrentamientos entre autoridades civiles y eclesiésticas respon- dia a preocupaciones medievales sobre el origen y las relaciones de equiva lencia o subordinacién entre lo espiritual y lo temporal, ecos de la teoria de las Dos Espadas, 0 del conflicto de las Investiduras. Para Lopez Portillo ¥ Weber, las diferencias entre frailes y encomenderos es un dimo aspecto , ela lucha entre Feudalismo e Iglesia, que se desarrolla en “una sociedad ‘atin medieval". En ella —afade- sobrevive el espiritu de Canossa, al preva Tecer franciscanos sobre feudales en la lucha social en la Nueva Espafia. La ctispide del periodo temporal y espiritual del Papado, encarnada fugaz- ‘mente en Bonifacio VITL, con quien se asocia la formula Papa qui est Dews, testi presente iconograficamente en México, para solaz de los medievalis tas, en dos pequefias esculturas coloniales que representan la Trinidad, coriservadas una en Santa Prisca de Taxco y otra en Tlacochahuaya, Oaxa- ca, En ambas aparece Dios Padre revestido de los atributos papales —en la cabeza, la tiara pontificia—y teniendo en sus brazos al Crucificado. Cristo festf representado en una relacién tal de subordinacién respecto a Dios Padre-Papa, que es0s grupos escultsricos de modo natural evocan el arr “Entronizados poco mas tarde en sendas cétedras universitarias, el Nomi- nalismo y el Realismo —o sea Ins dos maneras de ver el problema de los uni- versales transladaron del Medievo europeo a la Nueva Espafia las dispu- {as escoldsticas entre los disefpulos de Santo Tomas de Aquino y de Duns Escoto, que repercutieron desde un principio en los textos de los prime- 0s colegios y en los métodos de la labor misional: los dominicos tomistas “dice Esquivel Obreg6n— recurrian a la prédica para ganarse la inteligen- cla del indio; los franciseanos escotistas buscaban mas bien ganarse stu Uae” F debs Maza, Enrico Martins, 74. La indluenia de Copémico, Tycho Brahe, Kepler y ‘allo cn in atronotas ta sca slo e hizo son, en la Nua Bspabia, enn itedra del ‘ereedario Fay Diego Rekigues hacia 1637: Trabulse op. city 62 ‘tell, 72, quien tas Serafin Moraejo sobre los signfcados oclio de los psaies bi ‘cos: Oita funtion civikzadoray almismo tempo politica de los falls er, por puesto, NCongiegr” alos indios Zane, (73, Gonvalo Mendodes Pda, 79, xtalece un ntereaste ‘amills entre or mendicantes en la Nueva Espa as fundaciones montis de Ble 25 de Galil, de Lebny de Casta. Sobre la relacon entre el poder espirtualyel pode: ter= Doral en ot Mesico colonial of, Miranda, das e nstituatones, 27-28. Loper Porillo y ‘ees a belinda Nua Gai, Ta, La escalura om la glesia de Santa Prisca on Tax co socacuentra sla detache, enrando por puera de la pistols lade Tlacochabuaya est ‘eproducida por Bard, Churches of Mezco, lina 54

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